Sínodo. Menos firmas y más rezar

 

Somos muchos los que no vimos nada claro lo que pasó en la primera parte del sínodo sobre la familia. O lo vimos con demasiada nitidez. Vaya usted a saber. Ya expuse en su momento en una serie de posts lo que servidor percibía.

No hay nada peor que la ambigüedad

Las familias “normales se sienten abandonadas

La que se está liando con el Sínodo

Un sínodo raro

Empeñados en dar que hablar

Estamos a punto de afrontar la segunda parte. Y me está gustando aún menos. Tengo mis razones:

  1. La pretensión de hacer que el Sínodo sea únicamente una controversia sobre comunión a divorciados vueltos a casar civilmente. El estudio y la reflexión sobre lo que debe ser la familia, la preparación de los novios, el apoyo a la institución familiar deberían ser la clave. Evidentemente hay que hablar de la problemática actual y la respuesta pastoral a cuestiones particulares, pero convertir el Sínodo en comunión sí o no es reduccionismo y manipulación.
  2. Los conciliábulos previos secretos y semi secretos como manera de ir forzando posturas y exigiendo soluciones.
  3. Triste que los partidarios de la doctrina de siempre sobre el matrimonio y las condiciones para acceder a la comunión eucarística se hayan creído en la necesidad de lanzarse a una recogida de firmas para dejar clara ante el santo padre su postura.
  4. Triste que los partidarios de la comunión sin demasiados problemas a divorciados vueltos a casar por lo civil tengan a su vez su propia recogida reivindicando sus derechos.
  5. Triste que pudiera estar llegando al pueblo de Dios la sensación de que la moralidad del adulterio sea algo sujeto a la democracia.

Mal, muy mal se están haciendo las cosas para haber llegado a estos extremos.

Aquí lo que necesitamos todos los católicos TODOS, es empezar a rezar al Espíritu Santo para que en todo se haga la voluntad de Dios.

Así que servidor propone una campaña nueva: ni firmas ni gaitas. Desde ahora, y hasta el momento del Sínodo, diariamente, al final del rezo del rosario los que lo hagan, o en el momento del día que mejor les venga, padrenuestro, avemaría y gloria por el Sínodo de la Familia. Y esto es algo que podemos hacer los liberales y los que somos retrógrados y carcas. Tal y como están las cosas, menos concliábulos, menos firmas, y a rezar.

Servidor, de momento, se lo apunta. Porque no veo otra solución.