Servicio diario - 28 de noviembre de 2017


 

El Papa llama al respeto por "cada grupo étnico y su identidad"
Rosa Die Alcolea

Encuentro con líderes religiosos: "¡No tengamos miedo a las diferencias!"
Rosa Die Alcolea

Myanmar: Ceremonia de bienvenida en el palacio presidencial
Rosa Die Alcolea

Myanmar: "Hacer de la belleza de nuestra diversidad nuestra fortaleza"
Rosa Die Alcolea

Myanmar: La charla del Papa con Aung San Suu Kyi
Anne Kurian

Libro de honor: Bendiciones divinas de paz y unidad
Rosa Die Alcolea

Programa del Papa en Myanmar, miércoles 29 de noviembre
Redacción

Argentina y Costa Rica: Nuevos obispos auxiliares
Redacción

Beato Bernardo Francisco Hoyos, 29 de noviembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

28/11/2017-13:04
Rosa Die Alcolea

El Papa llama al respeto por "cada grupo étnico y su identidad"

(ZENIT — 28 Nov. 2017).- "El futuro de Myanmar debe ser la paz", ha asegurado el Papa Francisco, "una paz basada en el respeto por cada grupo étnico y su identidad".

El Papa Francisco ha pronunciado un discurso a las 17:15 horas (11:45 horas en Roma) ante las autoridades, la sociedad civil y los miembros del Cuerpo Diplomático de Myanmar, en el Centro Internacional de Convenciones de Myanmar, en la ciudad de Nay Pyi Taw, capital administrativa del país.

"El futuro de Myanmar debe ser la paz, una paz basada en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad" —ha subrayado el Papa Francisco— "en el respeto por el estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo —sin excluir a nadie— ofrecer su contribución legítima al bien común".

El Santo Padre ha aclarado que el difícil proceso de construir la paz y la reconciliación nacional “sólo puede avanzar a través del compromiso con la justicia y el respeto de los derechos humanos”.

El Papa ha explicado que ha viajado a Myanmar “especialmente para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica” de la nación, “para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del País”, pero también –ha añadido– para “llegar a toda la población de Myanmar y ofrecer una palabra de aliento a todos aquellos que están trabajando para construir un orden social justo, reconciliado e inclusivo”.

A su llegada, el Santo Padre Francisco ha sido recibido por Aung San Suu Kyi, Consejera de Estado y Ministra de Asuntos Exteriores, y por algunos niños con trajes típicos pertenecientes a diferentes grupos étnicos. Después de la intervención de la Consejera de Estado, el Papa ha pronunciado un discurso.

Al final del encuentro el Santo Padre se ha desplazado en automóvil al aeropuerto internacional de Nay Pyi Taw, donde ha sido saludado por un ministro delegado del Presidente. Luego, a bordo de un MAI (Myanmar Airways International) B737, ha emprendido el regreso a Yangon. Después de aterrizar, se ha trasladado en automóvil al arzobispado.

RD

A continuación, sigue el texto del discurso del Santo Padre, pronunciado en italiano:

 

Discurso del Papa Francisco

Señora Consejera de Estado,
excelentísimos miembros del Gobierno y otras Autoridades,
señor Cardenal, venerados Hermanos en el Episcopado,
distinguidos miembros del Cuerpo Diplomático,
señoras y señores:

Deseo expresar mi viva gratitud por la amable invitación para visitar Myanmar y agradezco a la Señora Consejera de Estado sus cordiales palabras.

Doy las gracias de corazón a todos aquellos que han trabajado incansablemente para hacer posible esta visita. He venido especialmente para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica de esta nación, para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del País. Estoy muy contento de que mi visita se realice tras el establecimiento de relaciones diplomáticas formales entre Myanmar y la Santa Sede. Quiero ver esta decisión como una señal del compromiso de la nación para continuar buscando el diálogo y la cooperación constructiva dentro de la comunidad internacional, así como también para seguir esforzándose en renovar el tejido de la sociedad civil.

Quisiera además en esta visita llegar a toda la población de Myanmar y ofrecer una palabra de aliento a todos aquellos que están trabajando para construir un orden social justo, reconciliado e inclusivo. Myanmar ha sido bendecido con el don de una belleza extraordinaria y de numerosos recursos naturales, pero su mayor tesoro es sin duda su gente, que ha sufrido y sigue sufriendo a causa de los conflictos civiles y de las hostilidades que durante demasiado tiempo han creado profundas divisiones. Ahora que la nación está trabajando por restaurar la paz, la curación de estas heridas ha de ser una prioridad política y espiritual fundamental. Quiero expresar mi agradecimiento al Gobierno por los esfuerzos para afrontar este desafío, de modo particular a través de la Conferencia de Paz de Panglong, que reúne a representantes de los diversos grupos con el objetivo de poner fin a la violencia, generar confianza y garantizar el respeto de los derechos de quienes consideran esta tierra como su hogar.

En efecto, el difícil proceso de construir la paz y la reconciliación nacional sólo puede avanzar a través del compromiso con la justicia y el respeto de los derechos humanos. La sabiduría de los antiguos ha definido la justicia como la voluntad de reconocer a cada uno lo que le es debido, mientras que los antiguos profetas la consideraban como la base de una paz verdadera y duradera. Estas intuiciones, confirmadas por la trágica experiencia de dos guerras mundiales, condujeron a la creación de las Naciones Unidas y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos como fundamento de los esfuerzos de la comunidad internacional para promover la justicia, la paz y el desarrollo humano en todo el mundo y para resolver los conflictos ya no con el uso de la fuerza, sino a través del diálogo. En este sentido, la presencia del Cuerpo Diplomático entre nosotros testimonia no sólo el lugar que ocupa Myanmar entre las naciones, sino también el compromiso del país por mantener y aplicar estos principios fundamentales. El futuro de Myanmar debe ser la paz, una paz basada en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad, en el respeto por el estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo —sin excluir a nadie— ofrecer su contribución legítima al bien común.

En la gran tarea de reconciliación e integración nacional, las comunidades religiosas de Myanmar tienen un papel privilegiado que desempeñar. Las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación. Las religiones pueden jugar un papel importante en la cicatrización de heridas emocionales, espirituales y psicológicas de todos los que han sufrido en estos años de conflicto.

Inspirándose en esos valores profundamente arraigados, pueden contribuir también a erradicar las causas del conflicto, a construir puentes de diálogo, a buscar la justicia y ser una voz profética en favor de los que sufren. Es un gran signo de esperanza el que los líderes de las diversas tradiciones religiosas de este país, con espíritu de armonía y de respeto mutuo, se esfuercen en trabajar juntos en favor de la paz, para ayudar a los pobres y educar en los auténticos valores humanos y religiosos. Al tratar de construir una cultura del encuentro y la solidaridad, contribuyen al bien común y sientan las bases morales indispensables en vistas de un futuro de esperanza y prosperidad para las generaciones futuras.

Ese futuro está todavía en manos de los jóvenes de la nación. Ellos son un regalo que hay que apreciar y alentar, una inversión que producirá un fruto abundante si se les ofrecen oportunidades reales de empleo y una educación de calidad. Esta es una exigencia urgente de justicia intergeneracional. El futuro de Myanmar, en un mundo interconectado y en rápida evolución, dependerá de la formación de sus jóvenes, no sólo en el campo de la técnica, sino sobre todo en los valores éticos de la honestidad, la integridad y la solidaridad humana, que aseguran la consolidación de la democracia y el aumento de la unidad y la paz en todos los niveles de la sociedad. La justicia intergeneracional también exige que las generaciones futuras reciban en herencia un entorno natural que no esté contaminado por la codicia y la rapacería humana. Es esencial que no se les robe a nuestros jóvenes la esperanza y la posibilidad de emplear su idealismo y su talento en remodelar el futuro de su país, es más, de toda la familia humana.

Señora Consejera de Estado, queridos amigos.

En estos días, me gustaría alentar a mis hermanos y hermanas católicos a perseverar en su fe y a seguir anunciando su mensaje de reconciliación y fraternidad a través de obras de caridad y humanitarias, que beneficien a toda la sociedad en su conjunto. Espero que, en cooperación respetuosa con los seguidores de otras religiones y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, contribuyan a abrir una nueva era de concordia y progreso para los pueblos de esta querida nación. Larga vida a Myanmar. Les agradezco su atención y, con los mejores deseos por su servicio al bien común, invoco sobre ustedes los dones celestiales de sabiduría, fortaleza y paz.

Gracias

© Librería Editorial Vaticano

 

 

28/11/2017-10:01
Rosa Die Alcolea

Encuentro con líderes religiosos: "¡No tengamos miedo a las diferencias!"

(ZENIT - 28 Nov. 2017).- "No tengamos miedo a las diferencias. Uno es nuestro Padre, nosotros somos hermanos", ha dicho el Papa Francisco a los líderes religiosos.

El Papa Francisco se ha encontrado con 17 líderes religiosos: budistas, musulmanes, hindúes, judíos, cristianos (anglicanos y católicos), en el Arzobispado de Yangon, a las 10 horas (4:30 horas en Roma), informa la Oficina de Prensa del Vaticano.

"La naturaleza en Myanmar ha sido muy rica en las diferencias" —ha compartido el Papa con sus hermanos—. "No tengamos miedo a las diferencias. Uno es nuestro Padre, nosotros somos hermanos. Querámonos como hermanos. Y si discutimos entre nosotros, que sea como hermanos".

Asimismo, el Santo Padre ha hecho un llamamiento a la armonía y a la paz: "Construyan la paz. No se dejen igualar por la colonización de culturas. La verdadera armonía divina se hace a través de las diferencias. Las diferencias son una riqueza para la paz".

El encuentro, que tuvo lugar en el refectorio del Arzobispado comenzó a las 10 y terminó a las 10:40 horas. Durante la reunión, el Santo Padre se dirigió a los asistentes hablando en español.

Después del saludo y la presentación del obispo John Hsane Hgyi, todos los líderes religiosos presentes — budistas, musulmanes, hindúes, judíos, cristianos (anglicanos y católicos) — hablaron brevemente.

 

Líderes religiosos

Los 17 líderes religiosos que se han reunido con el Papa Francisco son:

— Ashin Aria Wonthar Biwontha, del Monasterio Myawaddy Min Gyi

— Asia Alin Sayadaw. Monje budista

— Sayadaw U Thila Wontha, Presidente de 'Botahtaung Sankhanayaka'

— Sayadaw Dr. Thondara. Vice Rector de la Universidad Internacional Wipathanar, de Sigaing

— U Myint Shwe. Presidente de 'Religiones por la Paz' y la Organización budista de desarrollo 'Yadana Metta'

— Ahah khaliphosh U Aye Lwin. Coordinador Jefe del Centro Islámico de Myanmar

— Ahah U Nyunt Maung Sheine. Presidente del consejo de asuntos religiosos islámicos de Myanmar

— Ahah U Khin Maung Myint. Presidente del Centro Islámico de Myanmar, C/O U Aye Lwin

— U Kyaw Thu. Secretary, Consejo del Centro Hindú de Myanmar, C/O de Sann Min Naing

— Dr. Sann Min Naing. Organizing Secretary, Drama Hindú Shiksha Samiti

— Dr. Robert Manam Tu Ja. Líder católico de Kachin

— Patrick Loo Nee. Presidente del Consejo de Iglesias de Myanmar

— Arzobispo Stephen Than Myint Oo. Arzobispo de la Iglesia Anglicana de la Provincia de Myanmar

— Rev. Mahn San Thein Tun. Secretario del Comité de Relaciones Públicas, Convención Bautista de Myanmar

— Rev. Aung Thet Nyunt. Patrono del Comité de Oración de Myanmar

— Rev. Dr. Paul Myint Htet. Secretario de la Provincia de la Iglesia de Myanmar

— Sammy Samuel. Líder de la comunidad judía

 

Líder budista Sitagou Sayadaw

Después del encuentro con los líderes religiosos y antes de la celebración de la Santa Misa en privado, el Papa se ha encontrado brevemente con el líder budista Sitagou Sayadaw.

El director de la sala de prensa, Greg Burke, afirmó que representa "el esfuerzo por alentar la paz y la coexistencia fraterna como el único camino a seguir".

RD

A continuación, sigue el texto completo del discurso del Papa a los líderes religiosos:

 

Discurso del Papa Francisco

En primer lugar, muchas gracias por haber venido. Quizás tendría que haber ido yo a visitar a cada uno de ustedes, pero ustedes han sido generosos y me ahorraron el trabajo. Gracias. En el momento en que ustedes hablaban me vino a la mente una oración, una oración que rezamos a menudo, tomada del Libro de los Salmos: «Qué hermoso es ver a los hermanos unidos». Unidos no quiere decir iguales. La unidad no es uniformidad, aun dentro de la misma confesión. Cada uno tiene sus valores, sus riquezas, y también sus deficiencias. Somos todos diferentes y cada confesión tiene sus riquezas, sus tradiciones, sus riquezas para dar, para compartir. Y esto solamente puede ser si se vive en paz. Y la paz se construye en el coro de las diferencias. La unidad siempre se da con las diferencias. Por tres veces uno de ustedes usó la palabra «armonía». Esa es la paz: la armonía.

Nosotros, en este tiempo que nos toca vivir, experimentamos una tendencia mundial hacia la uniformidad, a hacer todo igual. Eso es matar la humanidad. Eso es una colonización cultural. Y nosotros debemos entender la riqueza de nuestras diferencias -étnicas, religiosas, populares-, y desde esas diferencias se da el diálogo. Y desde esas diferencias uno aprende del otro, como hermanos... Como hermanos que se van ayudando a construir este País, que incluso geográficamente tiene tantas riquezas y diferencias. La naturaleza en Myanmar ha sido muy rica en las diferencias. No tengamos miedo a las diferencias. Uno es nuestro Padre, nosotros somos hermanos. Querámonos como hermanos. Y si discutimos entre nosotros, que sea como hermanos.

Que enseguida se reconcilian. Siempre vuelven a ser hermanos. Yo pienso que sólo así se construye la paz. Yo les agradezco que ustedes hayan venido a visitarme. Pero soy yo el que estoy visitando a ustedes, y quisiera al menos que espiritualmente tuvieran esa visita: la de un hermano más.

Gracias. Construyan la paz. No se dejen igualar por la colonización de culturas. La verdadera armonía divina se hace a través de las diferencias. Las diferencias son una riqueza para la paz.

Muchas gracias. Y me permito una oración, de hermano a hermanos. Una antigua bendición que nos incluye a todos: "El Señor los bendiga y los proteja. Haga brillar su rostro sobre ustedes y les muestre su gracia. Les descubra su rostro y les conceda la paz".

© Librería Editorial Vaticano

 

 

28/11/2017-11:48
Rosa Die Alcolea

Myanmar: Ceremonia de bienvenida en el palacio presidencial

(ZENIT — 28 Nov. 2017).- El Papa Francisco ha sido recibido por el Presidente de Myanmar, Htin Kyaw, en el palacio presidencial, donde se ha celebrado una ceremonia de bienvenida al país.

El Papa ha realizado una visita de cortesía al Presidente de la República de la Unión de Myanmar y más tarde ha tenido lugar un encuentro con la Consejera de Estado y Ministra de Asuntos Exteriores.

El Papa ha viajado a Nay Pyi Taw, capital administrativa del país, a bordo de un avión B737, de la compañía 'Myanmar Airways International'.

A su llegada al Aeropuerto Internacional de Nay Pyi Taw, Francisco ha sido recibido por un ministro delegado del Presidente. Allí, ha sido conducido hasta el palacio presidencial donde, en el patio delantero, a las 15:50 hora local (10:20 horas en Roma), se ha celebrado una ceremonia de bienvenida a Myanmar.

En la celebración, que ha tenido lugar en un jardín frente al palacio presidencial, se han tocado himnos, se han hecho los honores militares y se han presentado las respectivas delegaciones. Después, el Santo Padre Francisco y el Presidente de la República de Myanmar, Htin Kyaw, han entrado juntos al palacio para la visita de cortesía.

El Papa ha firmado el libro de honor y después ha tenido lugar una reunión privada en la sala de credenciales, en la planta baja, que ha finalizado con la presentación de los familiares del presidente al Santo Padre y el intercambio de regalos.

Al término de esta reunión, el Presidente ha acompañado al Papa a la Sala del Cuerpo Diplomático para su encuentro con la Consejera de Estado y Ministra de Asuntos Exteriores, Aung San Suu Kyi, ganadora del premio Nobel de la Paz en el año 1991.

Sucesivamente, el Santo Padre se ha trasladado en coche al Centro de Convenciones Internacionales en Myanmar para el encuentro con las Autoridades, con la Sociedad Civil y con el Cuerpo Diplomático.

 

 

28/11/2017-18:04
Rosa Die Alcolea

Myanmar: "Hacer de la belleza de nuestra diversidad nuestra fortaleza"

(ZENIT — 28 Nov. 2017).- "El objetivo de nuestro Gobierno es poner de manifiesto la belleza de nuestra diversidad y hacerla nuestra fortaleza, protegiendo los derechos, fomentando la tolerancia, garantizando la seguridad de todos", ha señalado la consejera de Estado, Dawn Aung San Suu Kyi.

La ministra de Asuntos Exteriores y consejera de Estado de la República de la Unión de Myanmar, Dawn Aung San Suu Kyi, ha pronunciado un discurso antes de que hablara el Papa Francisco a las autoridades del país, y de los miembros del Cuerpo Diplomático, este martes 28 de noviembre de 2016, a las 17:40 horas (11:40 h. en Roma), en el Centro Internacional de Convenciones de Myanmar, en la capital, Nay Pyi Taw.

"Deseamos dejar al futuro un pueblo unido y en paz, seguros de su capacidad de crecer y prosperar en un mundo cambiante; un pueblo compasivo y generoso, siempre dispuesto a ayudar a los necesitados; un pueblo fuerte en habilidades y todo en espíritu", ha dicho la consejera San Suu Kyi.

El Papa, por su parte, habló de la paz, los derechos humanos, de las minorías y de los jóvenes, especialmente.

Aung San Suu Kyi ha visitado al Papa Francisco en el Vaticano en dos ocasiones: la primera fue en octubre de 2013 y la segunda fue en mayo de este mismo año, cuando se establecieron relaciones diplomáticas entre los dos estados, el Vaticano y Myanmar.

La diplomática Aung San Suu Kyie destacó en la lucha contra la dictadura militar que estuvo en el gobierno de Birmania desde 1962 a 2011, y fue perseguida por su defensa de los derechos humanos. En 1989 fue arrestada en el domicilio. En 1990 ganó las elecciones por una enorme mayoría, a lo que sucedió un golpe de Estado.

En 2012 volvió a ser elegida la líder birmana, en una transición democrática fue elegida diputada. En 1991 recibió el premio Nobel de la Paz pero la junta militar no le permitió salir de Birmania, pudiendo recibirlo solamente en el año 2012.

RD

A continuación, sigue la traducción íntegra del discurso de la consejera de Estado de Myanmar, pronunciado en inglés.

 

Discurso de Asung San Suu Kyi

Santo Padre Francisco,
Distinguidos invitados

Es una gran alegría y un gran honor para mí darle la bienvenida a esta reunión que reafirma nuestra fe en el poder y la posibilidad de la paz y la bondad amorosa. Déjenme que comience agradeciendo a Su Santidad que esté aquí con nosotros hoy. "Gracias por haber venido aquí con nosotros" (lo dijo en italiano).

Su Santidad, nos trae fuerza y esperanza en su comprensión de nuestra necesidad, nuestro anhelo, por la paz, la reconciliación nacional y la armonía social. Nuestro himno nacional, adoptado en el momento de nuestra independencia, comienza con las palabras: "Nunca nos desviamos de la libertad", lo que refleja la firme convicción de los padres fundadores de nuestra nación de que la verdadera libertad no puede sobrevivir sin justicia.

Estas palabras resuenan hoy con nosotros, del mismo modo que lo hicieron con aquellos que lucharon por la independencia para que nuestra gente pudiera realizar todo su potencial. Nos corresponde continuar la tarea de construir una nación fundada en leyes e instituciones que garanticen a todos y cada uno en nuestra tierra justicia, libertad y seguridad.

Por lo tanto, las palabras de Su Santidad de que los profetas de la antigüedad vieron la justicia como la base de toda la paz verdadera y duradera "resuenan en nosotros y nos recuerda que en nuestra búsqueda de la paz debemos guiamos por la sabiduría y las aspiraciones de nuestra padres.

Su Santidad, los desafíos que enfrenta Myanmar son muchos, y cada desafío exige fortaleza, paciencia y coraje. Nuestra nación es un rico tapiz de diferentes pueblos, idiomas y religiones, tejido en un contexto de vasto potencial natural. El objetivo de nuestro Gobierno es poner de manifiesto la belleza de nuestra diversidad y hacerla nuestra fortaleza, protegiendo los derechos, fomentando la tolerancia, garantizando la seguridad de todos.

Nuestro esfuerzo más preciado es llevar adelante el proceso de paz basado en el Acuerdo de Cese del Fuego a nivel nacional que fue iniciado por el Gobierno anterior. El camino hacia la paz no siempre es fácil, pero es la única manera que conducirá a nuestra gente a su sueño de una tierra justa y próspera que sea su refugio, su orgullo, su alegría.

La búsqueda de la paz debe ser reforzada por el logro del desarrollo sostenible, para que así, el futuro de las generaciones venideras pudiera estar asegurado. De los muchos desafíos a los que se ha enfrentado nuestro gobierno, la situación en el Rakhine (Región de Rakhin, norte de Myanmar) ha captado con mayor fuerza la atención del mundo. Al abordar cuestiones de larga duración, social, económica y política, que han erosionado la confianza y la comprensión, la armonía y la cooperación entre diferentes comunidades en Rakhine, el apoyo de nuestra gente y de buenos amigos que solo desean que tengamos éxito en nuestros esfuerzos, ha sido inestimable.

Su Santidad, los dones de compasión y aliento que nos brindan serán atesorados y tomamos en serio sus palabras en el mensaje de la celebración de la 50a Jornada Mundial de la Paz el 1 de enero de 2017: "Jesús mismo nos ofrece un «manual» de esta estrategia de construcción de la paz en el así llamado Discurso de la montaña. Las ocho bienaventuranzas (cf. Mt 5,3-10) trazan el perfil de la persona que podemos definir bienaventurada, buena y auténtica.

Bienaventurados los mansos —dice Jesús—, los misericordiosos, los que trabajan por la paz, y los puros de corazón, los que tienen hambre y sed de la justicia. Esto es también un programa y un desafío para los líderes políticos y religiosos, para los responsables de las instituciones internacionales y los dirigentes de las empresas y de los medios de comunicación de todo el mundo: aplicar las bienaventuranzas en el desempeño de sus propias responsabilidades.

Es el desafío de construir la sociedad, la comunidad o la empresa, de la que son responsables, con el estilo de los trabajadores por la paz; de dar muestras de misericordia, rechazando descartar a las personas, dañar el ambiente y querer vencer a cualquier precio".

Su Santidad, estamos orgullosos y felices de que haya venido a nuestro país apenas seis meses después del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Myanmar. Esta no es solo la apertura de una nueva era de estrechas relaciones, sino que también constituye un renacimiento de viejos lazos que yo y otros de mi generación recordamos con afecto y aprecio. Comencé mi educación en el Convento de San Francisco en Rangún, lo que me hace pensar que tengo derecho a recibir bendiciones especiales de parte de su Santidad. Pero todas las bendiciones que confiera serán compartidas por todos nosotros para que podamos difundir la buena voluntad y la alegría en toda nuestra tierra.

Su Santidad, cada edad en la vida de una nación trae sus propias responsabilidades, al igual que tenemos que soportar los legados del pasado. Hoy, a quienes se les ha dado la oportunidad de efectuar cambios que podrían abrir nuevas perspectivas de progreso para nuestra nación, nos esforzaremos para cumplir con nuestros deberes con probidad y humildad. Queremos dejar para el futuro una tierra que se ha nutrido con cuidado y respeto, una tierra sana, una tierra hermosa. Deseamos dejar al futuro un pueblo unido y en paz, seguros de su capacidad de crecer y prosperar en un mundo cambiante; un pueblo compasivo y generoso, siempre dispuesto a ayudar a los necesitados; un pueblo fuerte en habilidades y todo en espíritu.

Su Santidad, los hijos de su Iglesia en este país también son hijos de Myanmar, amados y queridos. Les agradecemos, como le agradecemos a usted, por orar por nuestra nación y todos los pueblos del mundo. El camino por delante es largo, pero lo caminaremos con confianza, confiando en el poder de la paz, el amor y la alegría.

Su Santidad, "seguimos caminando juntos con confianza" (dicho en italiano). Le agradezco todo.

© Traduction de Zenit, Rosa Die Alcolea

 

 

28/11/2017-20:20
Anne Kurian

Myanmar: La charla del Papa con Aung San Suu Kyi

(ZENIT — 28 Nov. 2017).- En el segundo día de su viaje apostólico a Myanmar el 28 de noviembre de 2017, el Papa Francisco se reunió con la Consejera de Estado y Ministra de Relaciones Exteriores, Aung San Suu Kyi, en Nay Pyi Taw, capital de Myanmar.

Después de abandonar Yangon en avión a primera hora de la tarde, el Papa se unió al palacio presidencial, donde se llevó a cabo una ceremonia de bienvenida. Allí, se encontró con el presidente de la República, Htin Kyaw, y luego a Aung San Suu Kyi, icono de los derechos humanos y la democracia. La birmana recibió el Premio Nobel de la Paz en 1991 — Nobel, que recibió solo en 2012 — y el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2013.

Este ha sido el tercer encuentro entre el Papa argentino y Aung San Suu Kyi, quien ha estado en el Vaticano dos veces: El 28 de octubre de 2013 — una reunión que destacó por una "gran armonía" entre el Papa y "esta figura simbólica en el mundo asiático", que era entonces un emblema de la oposición birmana; y 4 de mayo de 2017, para el establecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales.

Entre las dos visitas, el partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), llegó al poder. Htin Kyaw, un demócrata cercano a Aung San Suu Kyi, ha sido el presidente del país desde el 30 de marzo de 2016.

Después de su reunión privada en Nay Pyi Taw, la ministra estuvo con el Papa para la reunión con las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático, en el Centro Internacional de Convenciones de Myanmar. En su discurso, Aung San Suu Kyi habló sobre la crisis en el estado de Rakhine, donde están los rohingya, sin mencionar el nombre de esta minoría perseguida.

El nombre de estos musulmanes sunitas de habla bengalí que viven en el noroeste de este estado es muy controvertido. El gobierno ha prohibido el uso del término y también ha pedido a la comunidad diplomática que no lo use.

Por su parte, el Papa Francisco no dijo esta palabra, pero abogó por "una paz basada en el respeto a la dignidad y los derechos de cada miembro de la sociedad, el respeto por cualquier grupo étnico y su identidad, el respeto al estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cualquier grupo -ninguno de ellos excluido- ofrecer su legítima contribución al bien común".

El Papa también elogió "los esfuerzos del Gobierno para enfrentar este desafío, especialmente a través de la Conferencia de Paz de Panglong, que reúne a representantes de los diversos grupos para tratar de poner fin a la violencia, construir confianza y garantizar respeto por los derechos de todos los que consideran esta tierra como su hogar ".

En mayo pasado, "Iglesias de Asia", la agencia de las Misiones Extranjeras de París (EDA), había enfatizado que la situación era delicada para Aung San Suu Kyi quien, antes de llegar al poder, había hecho de la paz su primera prioridad.

La birmana "lucha por lograr este objetivo" y "se topa con su propia política" que "niega las violaciones de los derechos humanos sufridas por los Rohingya durante seis meses", escribió la agencia.

Traducción de Rosa Die Alcolea

 

 

28/11/2017-14:15
Rosa Die Alcolea

Libro de honor: Bendiciones divinas de paz y unidad

(ZENIT — 28 Nov. 2017).- "Sobre todas las personas amadas de Myanmar, invoco las bendiciones divinas de la justicia, la paz y unidad", ha expresado el Papa Francisco.

El Santo Padre lo ha escrito en el libro de honor del palacio presidencial, durante la visita de cortesía al presidente de Myanmar, Htin Kyaw, en la ciudad de Nay Pyi Taw, capital administrativa del país.

El Papa Francisco ha llegado al palacio presidencial a las a las 15:50 hora local (10:20 horas en Roma), donde ha sido recibido personalmente por el presidente de la República de la Unión de Myanmar.

 

Ilustración de la vida de Budda

Al final de la reunión privada que han mantenido el Papa y el presidente, se han intercambiado unos regalos. Su Santidad ha donado al presidente Htin Kyaw un manuscrito con imágenes de la vida de Budda.

Reproducción de la vida ilustrada de Budda (BAV). Regalo al Presidente de la República. En particular el cuadro que se reproduce está consagrado a la estancia de Budda en la ciudad de R?jagaha.

Se trata de un manuscrito de la Biblioteca Apostólica del Vaticano, en la cual se presenta la primera escena de la vida de Budda, es un manuscrito en papel del formato típico en acordeón que consta de 82 plis.

Contiene la historia de `M?1?lank?ravatthu' para las imágenes acompañadas del texto en birmano colocado en la banda inferior, que narran la vida del Budda en siete episodios: Las escenas 1-2 están consagradas a la conversión de la ciudad de R?jagaha, a la acogida por parte del Rey Bimbis?ra, al encuentro de S?riputta y Assaij, y la conversión de S?riputta y Moggall?na; la escena 3 al encuentro y a la conversión de Suddhodana a Kapilavatthu; los cuadros 4-5 están dedicados a la historia de An?thapindika, mientras que los dos últimos describen la del doctor J?vak.

 

 

28/11/2017-20:27
Redacción

Programa del Papa en Myanmar, miércoles 29 de noviembre

 

Miércoles 29 noviembre 2017

— 8:30 h. (3 h. en Roma): Santa Misa en `Kyaikkasan Ground'. Homilía del Santo Padre

— 16:15 h. (10:45 h. en Roma): Encuentro con el Consejo Supremo "Sangha" de monjes budistas en el Centro `Kaba Aye'. Discurso del Papa

— 17:15 (11:45 h. en Roma): Encuentro con los obispos de Birmania en un salón de la  Catedral de Santa María.. Discurso del Papa

Leer programa completo

 

 

28/11/2017-16:35
Redacción

Argentina y Costa Rica: Nuevos obispos auxiliares

(ZENIT — 28 Nov. 2017).- El Papa Francisco ha nombrado obispos auxiliares de Comodoro Rivadavia (Argentina) a los sacerdotes Alejandro Pablo Benna, del clero de la archidiócesis de Buenos Aires, párroco de San Francisco de Asís en Lavallol, asignándole la sede titular de Vardimissa y Roberto Álvarez, del clero de la archidiócesis de Córdoba, párroco de Nuestra Sra. del Rosario y administrador parroquial de Nuestra Sra. de Fátima en Cosquín, asignándole la sede titular de Sozopoli di Emimonto.

 

Alejandro Pablo Benna

El sacerdote Alejandro Pablo Benna nació el 12 de noviembre de 1959 en Buenos Aires. Estudió en el Seminario archidiocesano en Buenos Aires y fue ordenado sacerdote el 14 de noviembre de 1987.

Ha sido Vicario parroquial de las parroquias Ntra. Sra. de Balvanera, San Ramón Nonato, Ntra. Sra. de la Anunciación y Santa Ana y San Joaquín, director ejecutivo de la Vicaría Episcopal para la Juventud, consejero el Instituto de Pastoral Juvenil Cardenal Eduardo Pironio, miembro de la asociación eclesiástica San Pedro y párroco de Santa Ana y San Joaquín. Actualmente desempeña su ministerio en la diócesis de Lomas de Zamora siendo párroco de San Francisco de Asís en Lavallol.

 

Roberto Álvarez

El sacerdote Roberto Álvarez nació en Córdoba el 5 de mayo de 1968.

Asistió al Seminario Mayor de Córdoba, recibiendo la ordenación sacerdotal el 14 de diciembre de 1998.

Ha ocupado los siguientes cargos: Vicario parroquial de las parroquias María Madre de Dios en Villa del Dique y Santa Mónica y San Agustín, párroco de Ntra. Sra. De los Dolores en Río Ceballos y administrador parroquial de Ntra. Sra. del Rosario en Salsipuedes. Actualmente es profesor en el seminario archidiocesano, párroco de Nuestra Sra. Del Rosario y administrador parroquial de Nuestra Sra. de Fátima en Cosquín.

 

Daniel Francisco Blanco Méndez, obispo auxiliar de San José de Costa Rica

Asimismo, el Santo Padre ha nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de San José de Costa Rica al sacedote Daniel Francisco Blanco Méndez, del clero de la archidiócesis de San José de Costa Rica, vicario general y párroco de la "Virgen del Carmen" en San José, asignándole la sede titular de Pulcheriopoli".

El padre Daniel Francisco Blanco Méndez, nació en San José el 4 de octubre de 1973. Estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor Nacional de Costa Rica. Es licenciado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de diciembre de 2000, incardinándose en la archidiócesis de San José de Costa Rica.

Ha ocupado los siguientes cargos: Vicario parroquial de las parroquias de "San Luis de Tolosa", "Sagrado Corazón" y "San Isidro Labrador"; administrador parroquial de " El Carmen"; párroco de "San Isidro Labrador" y "San Juan María Vianney"; juez auditor del Tribunal Eclesiástico Nacional y canciller archidiocesano. Desde 2016 era vicario general de la archidiócesis y párroco de la "Virgen del Carmen", en San José.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

28/11/2017-08:30
Isabel Orellana Vilches

Beato Bernardo Francisco Hoyos, 29 de noviembre

«Joven jesuita español. Su breve existencia se caracterizó por una intensa vida mística. Fue agraciado con numerosos favores sobrenaturales. Es el impulsor del culto al Sagrado Corazón de Jesús que extendió en España y América»

Este místico nació el 20 de agosto de 1711 en Torrelobatón, Valladolid. Y en esta región española situada en el corazón de Castilla discurrió su breve existencia. Cuando el jesuita Juan de Loyola publicó su biografía en 1735, emergió con luz propia la intensísima experiencia de amor al Sagrado Corazón de Jesús que había jalonado su vida. No obstante, en esa fecha ya era sobradamente conocido por haber extendido esta devoción en España y en América, secundando en esta acción a la que venían realizando en Francia los santos Margarita María de Alacoque, y su director espiritual, Claudio de la Colombiére.

Tuvo la fortuna de contar con unos padres piadosos que le legaron el preciado patrimonio de su fe, le pusieron bajo el amparo de san Francisco Javier y le alentaron en su vocación religiosa. Desde los 9 años y hasta su temprana muerte siempre estuvo con los jesuitas. Con ellos estudió en varias localidades vallisoletanas y se integró en la Compañía a los 14 años, época en la que ya experimentaba favores celestiales. Éste fue uno de los rasgos preponderantes de su existencia, agraciada con una profunda y singular vida interior que recuerda a la de los grandes místicos como Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Una de esas personas cuyo acontecer no parece encerrar grandes misterios, sencilla, inocente, devota de la Virgen María, diligente en la obediencia, dócil a las indicaciones recibidas, con los brazos tendidos siempre a Dios en espíritu de ofrenda, guiado por el santo temor que le precavía de cualquier falta que pudiera ofenderle. Un apóstol que se afligía por las almas que vivían alejadas del amor divino y por las que estaba dispuesto a entregarse: «Se me parte el corazón de dolor, cuando considero hay quien ofenda a mi Dios; y diera mil vidas para sacar una alma de pecado».

El maligno intentó por distintas vías socavar su bondad, y al joven no le faltaron sus zarpazos externos e internos. Atentados contra su vida espiritual a mansalva y agresiones físicas. Quería sembrar en su ánimo la duda haciéndole creer en su impiedad: «¿Dónde va el deshonesto, el soberbio, el blasfemo? Apártese, que, si llega, será luego confundido en el profundo del infierno». Confiaba a su director espiritual el inmenso sufrimiento en el que vivía: «Esta carta va regada con lágrimas que brotan de mis ojos; y me parece que soy la criatura más infeliz que de mujeres ha nacido». Pero era un elegido de Dios y, con su gracia, lo superó todo. Tenía muy presente esta máxima de Santa Teresa: «Sólo se puede seguir o que Dios sea alabado o yo despreciado: de todo me consuelo».

En su biografía hallamos claramente expresado el instante concreto que marcó lo que iba a ser su misión en honor del Sagrado Corazón de Jesús. No cabe tomar como coincidencia sino como algo providencial lo que le sucedió a los 21 años mientras cursaba teología en Valladolid. Y así lo reconoció él mismo más tarde. Un amigo sacerdote y profesor, algo mayor que él, le pidió el favor de que tomase de la biblioteca el texto «De cultu Sacratissimi Cordis lesu», escrito por el padre José de Gallifet, y copiase algunos fragmentos que precisaba para preparar un sermón que tenía encomendado. La lectura de esta obra dedicada a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, y de la que Bernardo no tenía noción alguna, le produjo una conmoción interior inenarrable. En ese mismo momento hizo ofrenda de su vida ante el Sagrario prometiendo que se dedicaría por entero a extender este culto. Al día siguiente a través de una locución divina supo que era elegido para esta misión: «Yo, envuelto en confusión renové la oferta del día antes, aunque quedé algo turbado, viendo la improporción del instrumento y no ver medio para ello». Esa misma jornada durante la oración vivió otro hecho singular. Se le mostró el Sagrado Corazón «todo abrasado en amor, y condolido de lo poco que se le ama. Repitióme la elección que había hecho de este su indigno siervo para adelantar su culto, y sosegó aquel generillo de turbación que dije, dándome a entender que yo dejase obrar a su providencia, que ella me guiaría...» . En otra visión el arcángel san Miguel le aseguró su asistencia para llevar a cabo esta misión.

Hacia los 19 años su ascenso espiritual había sido coronado con el «desposorio místico». Los favores sobrenaturales se sucedían unidos a la experiencia de la purificación. En ella se incluía la aludida insidia del maligno, y sus mezquinos intentos de engañarle mediante falsas locuciones y apariciones. Entre tanto, promovía una intensa cruzada a favor del Sagrado Corazón de Jesús en la que implicó a religiosos, comenzando por su propia comunidad. Dirigió cartas a prelados y miembros de la realeza, imprimió estampas, y logró que el pontífice señalara esta fiesta para España. En una de las locuciones Cristo le había asegurado que reinaría en «España, y con más veneración que en otras muchas partes». Hay que decir que el arzobispo de Burgos le apoyó en esta misión desde un primer momento, y ello propició el florecimiento de congregaciones del Corazón de Jesús y la realización de numerosas novenas que acrecentaban la veneración de las gentes.

A través de los jesuitas que se hallaban en América también allí llegaron los ecos de esta cruzada emprendida por Bernardo y de la que únicamente pudo apartarle su muerte. Ésta se produjo en Valladolid el 29 de noviembre de 1735 como consecuencia del tifus. Tenía 24 años y había sido ordenado sacerdote en enero de ese mismo año. Fue beatificado en Valladolid el 18 de abril de 2010.