Servicio diario - 11 de marzo de 2020


 

Papa Francisco: "No quisiera que esta epidemia haga que olvidemos a los pobres sirios"
Rosa Die Alcolea

En cada corazón "siempre hay una sed de verdad y bondad": "la sed de Dios"
Rosa Die Alcolea

Bienaventuranzas: "¿Qué quiere decir hambre y sed de justicia?" reflexiona el Papa
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: Francisco reza por los encarcelados "en este momento difícil"
Larissa I. López

Basílica de San Pedro: Ángelus para pedir por la liberación de la epidemia
Larissa I. López

Desarrollo Humano Integral: "Fortalecer la solidaridad" en el "tiempo del coronavirus"
Larissa I. López

Cancelada la celebración penitencial del Papa el 20 de marzo
Anita Bourdin

Francia y Brasil: Se pospone la visita "ad limina" de los obispos
Anita Bourdin

Agua viva del Evangelio, "única capaz de saciar nuestra sed de Dios"
Rosa Die Alcolea

Salesianos: El P. Ángel Fernández Artime, reelegido como rector mayor
Larissa I. López

Perú: Indicaciones de la Conferencia Episcopal ante el coronavirus
Redacción

Conferencias Episcopales de África: Obispos piden prevención y oración
Christian Vallejo

Monseñor Felipe Arizmendi: "Por un sano feminismo"
Felipe Arizmendi Esquivel

Brasil: Francisco nombra al Card. da Rocha como obispo de San Salvador de Bahía
Redacción

Jóvenes y ancianos: Vivir la Cuaresma "con la mirada fija en Jesús"
Rosa Die Alcolea

La Cuaresma, una ocasión "para ser reforzados en nuestra fe"
Rosa Die Alcolea

San Luis Orione, 12 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

11/03/2020-10:25
Rosa Die Alcolea

Papa Francisco: "No quisiera que esta epidemia haga que olvidemos a los pobres sirios"

(zenit— 11 marzo 2020).- "No quisiera que este dolor, esta epidemia tan fuerte, haga que olvidemos a los pobres sirios que están sufriendo en la frontera de Grecia y Turquía, pueblo que sufre desde hace años. Deben huir de la guerra, del hambre y de la enfermedad. No olvidemos a los hermanos y hermanas, tantos niños que están sufriendo allí".

"En este momento quiero dirigirme a todos los enfermos que tienen el virus, que sufren la enfermedad, y a tantos que sufren con incertidumbre sobre la propia enfermedad", ha dicho el Papa esta mañana, de manera improvisada, al final de la audiencia general.

El encuentro se ha celebrado, por primera vez en la historia por vía streaming, a puerta cerrada, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, para evitar que los fieles se concentraran, como cada miércoles por estas fechas, en la plaza de San Pedro para escuchar al Pontífice, y evitar así los contagios del covid-19.

 

"Gracias de corazón" al personal sanitario

El Santo Padre ha agradecido al personal médico en esta crisis sanitaria: "Agradezco de corazón al personal sanitario, médicos, enfermeros y voluntarios, que en este momento tan difícil están cerca de las personas que sufren".

Del mismo modo, Francisco agradece "a todos los cristianos", y "a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que están rezando en este momento, todos unidos, sea cual sea su confesión religiosa a la que pertenecen. Gracias de corazón por este esfuerzo", ha pronunciado en italiano.

 

 

 

11/03/2020-13:08
Rosa Die Alcolea

En cada corazón "siempre hay una sed de verdad y bondad": "la sed de Dios"

(zenit— 11 marzo 2020).- "En cada corazón", recuerda el Papa, "incluso en la persona más corrupta y lejos del bien, se esconde un anhelo de luz, aunque se encuentre bajo escombros de engaños y errores, pero siempre hay una sed de verdad y bondad, que es la sed de Dios".

El Pontífice ha reflexionado hoy, 11 de marzo de 2020, sobre la cuarta bienaventuranza: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados" (Mt 5,6), retomando el ciclo de catequesis sobre las bienaventuranzas, que inició antes del Miércoles de Ceniza, e interrumpió para hablar del inicio de la Cuaresma.

Esta mañana, la audiencia general ha tenido lugar a puerta cerrada, en el Palacio Apostólico, donde el Santo Padre se ha reunido junto a los sacerdotes traductores frente a las cámaras que emitían en directo, vía streaming, por primera vez en la historia, la catequesis del Papa.

 

Hambre y sed, necesidades primarias

"El hambre y la sed son necesidades primarias, se trata de la supervivencia". Hay que subrayarlo: "no se trata de un deseo genérico, sino de una necesidad vital y cotidiana, como es la alimentación".

Así, recuerda el Papa que "en las Escrituras encontramos expresada una sed más profunda que la sed física, que es un deseo en la raíz de nuestro ser". Aclara que "verdaderamente las injusticias hieren a la humanidad" y asegura que "la sociedad humana tiene una necesidad urgente de equidad, verdad y justicia social".

"Es el Espíritu Santo quien despierta esta sed: Él es el agua viva que ha plasmado nuestro polvo, Él es el soplo creador que le dio vida", anuncia Francisco. Por eso, la Iglesia es "enviada a anunciar a todos la Palabra de Dios, impregnada de Espíritu Santo". Porque el Evangelio de Jesucristo es "la mayor justicia que se puede ofrecer al corazón de la humanidad, que tiene una necesidad vital de ella, aunque no se dé cuenta".

A continuación sigue la catequesis completa que el Papa Francisco ha pronunciado esta mañana, 11 de marzo de 2020.

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Catequesis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

En la audiencia de hoy seguimos meditando sobre el luminoso camino de la felicidad que el Señor nos ha dado en las Bienaventuranzas, y llegamos a la cuarta: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados”.

Ya hemos encontrado la pobreza de espíritu y el llanto; ahora nos enfrentamos a otro tipo de debilidad, la relacionada con el hambre y la sed. El hambre y la sed son necesidades primarias, se trata de la supervivencia. Hay que subrayarlo: no se trata de un deseo genérico, sino de una necesidad vital y cotidiana, como es la alimentación.

Pero, ¿qué significa tener hambre y sed de justicia? Ciertamente no estamos hablando de los que quieren venganza, al contrario, en la bienaventuranza anterior hablamos de mansedumbre. Verdaderamente las injusticias hieren a la humanidad; la sociedad humana tiene una necesidad urgente de equidad, verdad y justicia social; recordemos que el mal que sufren las mujeres y los hombres del mundo llega al corazón de Dios Padre. ¿Qué padre no sufriría por el dolor de sus hijos?

Las Escrituras hablan del dolor de los pobres y de los oprimidos que Dios conoce y comparte. Por haber escuchado el grito de opresión levantado por los hijos de Israel – como nos dice el Libro del Éxodo (cf. 3:7-10) – Dios ha bajado a liberar a su pueblo. Pero el hambre y la sed de justicia de la que nos habla el Señor es aún más profunda que la legítima necesidad de justicia humana que todo hombre lleva en su corazón.

En el mismo “Sermón de la Montaña”, un poco más adelante, Jesús habla de una justicia mayor que el derecho humano o la perfección personal, diciendo: “Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos”. (Mt 5, 20) Y esta es la justicia que viene de Dios (cf. 1 Cor1:30).

En las Escrituras encontramos expresada una sed más profunda que la sed física, que es un deseo en la raíz de nuestro ser. Un salmo dice: «Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua.» (Sal 63, 2). Los Padres de la Iglesia hablan de esta inquietud que habita en el corazón del hombre. San Agustín dice: «Porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti.(1) Hay una sed interior, un hambre interior, una inquietud …

En cada corazón, incluso en la persona más corrupta y lejos del bien, se esconde un anhelo de luz, aunque se encuentre bajo escombros de engaños y errores, pero siempre hay una sed de verdad y bondad, que es la sed de Dios. Es el Espíritu Santo quien despierta esta sed: Él es el agua viva que ha plasmado nuestro polvo, Él es el soplo creador que le dio vida.

Por eso la Iglesia es enviada a anunciar a todos la Palabra de Dios, impregnada de Espíritu Santo. Porque el Evangelio de Jesucristo es la mayor justicia que se puede ofrecer al corazón de la humanidad, que tiene una necesidad vital de ella, aunque no se dé cuenta.(2)

Por ejemplo, cuando un hombre y una mujer se casan, tienen la intención de hacer algo grande y hermoso, y si mantienen viva esta sed, siempre encontrarán el camino a seguir, en medio de los problemas, con la ayuda de la Gracia. ¡También los jóvenes tienen esta hambre, y no deben perderla! Es necesario proteger y alimentar en el corazón de los niños ese deseo de amor, de ternura, de acogida que expresan en su ímpetu sincero y luminoso.

Cada persona está llamada a redescubrir lo que realmente importa, lo que realmente necesita, lo que hace la vida buena y, al mismo tiempo, lo que es secundario y de lo que puede prescindir tranquilamente.

Jesús anuncia en esta bienaventuranza, hambre y sed de justicia, que hay una sed que no será defraudada; una sed que, si se asegunda será saciada y siempre será satisfecha, porque corresponde al mismo corazón de Dios, a su Espíritu Santo que es el amor y también a la semilla que el Espíritu Santo ha sembrado en nuestros corazones. ¡Que el Señor nos dé esta gracia: la de tener esta sed de justicia que es precisamente la gana de encontrarle, de ver a Dios y de hacer el bien de los demás!

 

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(1) Confesiones,. 1, 3.

(2) Catecismo de la Iglesia Católica, 2017.- La gracia del Espíritu Santo nos confiere la justicia de Dios. El Espíritu, uniéndonos por medio de la fe y el Bautismo a la Pasión y a la Resurrección de Cristo, nos hace participar en su vida.

 

 

 

 

11/03/2020-11:00
Rosa Die Alcolea

Bienaventuranzas: "¿Qué quiere decir hambre y sed de justicia?" reflexiona el Papa

(zenit — 11 marzo 2020).- El Papa Francisco, retomando el ciclo de catequesis sobre las Bienaventuranzas, ha centrado hoy su meditación sobre la cuarta beatitud: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados".

Esta mañana, 11 de marzo de 2020, ante la crisis sanitaria provocada por la epidemia del coronavirus que sufre Italia y que ya afecta a más de 100 países, la celebración de la audiencia general ha sido histórica: el Santo Padre, junto a los sacerdotes que han traducido en diferentes idiomas, se han reunido en la Biblioteca del Palacio Apostólico, manteniendo la distancia de seguridad obligada, frente a las cámaras, gracias a las cuales se ha podido seguir en directo —vía streaming—en todo el mundo.

La cuarta bienaventuranza no se refiere a un "deseo genérico" sino a una "exigencia vital y cotidiana de todo ser humano: la necesidad de nutrirse para sobrevivir, pero "aquí se habla de hambre y sed de justicia", ha aclarado Francisco.

 

Justicia que viene de Dios

"¿Qué quiere decir hambre y sed de justicia?" ha reflexionado el Papa. "No es la sed de venganza, tampoco es sólo el dolor de los pobres y de los oprimidos, que Dios conoce bien y que no le es indiferente. Es una justicia más grande que el derecho humano a la equidad, la verdad y la justicia social, más grande también que la perfección personal".

Según las Bienaventuranzas, "se trata de la justicia que viene de Dios: de esa inquietud, de ese anhelo que está presente en lo más hondo del corazón de toda persona humana, aún en el corazón del más corrupto y alejado del Señor.

Es la "sed de bien y de verdad, que el mal no puede borrar, ha indicado el Papa. Es la "sed de Dios, suscitada por el Espíritu Santo, que todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser", que san Agustín nos recuerda cuando escribe: "para ti nos has hecho, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti".

 

 

 

11/03/2020-09:30
Larissa I. López

Santa Marta: Francisco reza por los encarcelados "en este momento difícil"

(zenit – 11 marzo 2020).- “Seguimos rezando por los enfermos de esta epidemia. Y hoy, de manera especial me gustaría rezar por los encarcelados, por nuestros hermanos y nuestras hermanas encerrados en prisión. Están sufriendo y debemos estar cerca de ellos con la oración, para que el Señor les ayude, les consuele en este momento difícil”, dijo el Papa Francisco.

Hoy, 11 de marzo de 2020, se ha celebrado la tercera Misa presidida por el Santo Padre y retransmitida en streaming desde la capilla de la Casa Santa Marta. Al introducir la celebración eucarística, Francisco, prosiguió su plegaria por los pacientes de coronavirus, con un pensamiento especial por los prisioneros.

El Papa entonces leyó la antífona: “No me abandones, Señor mi Dios, no te alejes de mí; ven pronto en mi ayuda, Señor mi salvación” (Sal 37:22-23).

 

Seducción y ensañamiento

En su homilía, el Pontífice comentó las lecturas del día que hablan de la Pasión de Jesús. De este modo, se refirió a como es propio del diablo destruir con un estilo particular, el ensañamiento.

El Obispo de Roma indicó que existe la seducción, con la que Satanás quiere alejarnos de la Cruz ofreciendo el espíritu mundano, el poder, la vanidad, pero también existe el ensañamiento, que conlleva la destrucción.

“Que el Señor nos dé la gracia de saber discernir cuándo está el espíritu que quiere destruirnos con ensañamiento, y cuándo el mismo espíritu quiere consolarnos con las apariencias del mundo, con la vanidad. Pero no olvidemos: cuando hay ensañamiento, hay odio, la venganza del diablo derrotado. Así es hasta hoy en la Iglesia”.

 

Cristianos perseguidos

En este sentido, el Pontífice invitó a pensar en tantos cristianos que hoy son “cruelmente perseguidos”, recordando el ejemplo de Asia Bibi, quien experimentó “nueve años de prisión, sufrimiento”, muestra de “la saña del diablo”.

Por último, aseveró: “Que el Señor nos dé la gracia de discernir el camino del Señor, que es la Cruz, del camino del mundo, que es la vanidad, la apariencia, el maquillaje”.

A continuación, sigue la transcripción de la homilía del Papa realizada por la edición italiana de Vatican News.

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Homilía del Santo Padre

La primera lectura, un pasaje del profeta Jeremías, es realmente una profecía sobre la Pasión del Señor. ¿Qué dicen los enemigos? “Venid, obstaculicémosle cuando habla; no hagamos caso de todas sus palabras”. Pongamos obstáculos en su camino. No dice: “Derrotémoslo, matémoslo”: no. Hacer la vida difícil, atormentarlo. Es el sufrimiento del profeta, pero ahí hay una profecía sobre Jesús.

 El mismo Jesús en el Evangelio nos habla de esto: “He aquí que subimos a Jerusalén y el Hijo del Hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte, lo entregarán a los gentiles para que sea burlado, azotado, crucificado”. No es solamente una sentencia de muerte: hay más. Hay humillación, hay ensañamiento. Y cuando hay ensañamiento en la persecución de un cristiano, de una persona, está el diablo. El diablo tiene dos estilos: la seducción, con las promesas del mundo, como quiso hacer con Jesús en el desierto, seducirlo y con la seducción hacerle cambiar el plan de la redención y, si eso no funciona, el ensañamiento. El diablo no tiene término medio. Su soberbia es tan grande que trata de destruir, y destruir disfrutando de la destrucción con ensañamiento.

Pensemos en las persecuciones de tantos santos, de tantos cristianos que no (solo) los matan, sino que los hacen sufrir y tratan por todos los medios de humillarlos, hasta el final. No confundir una simple persecución social, política, religiosa con el ensañamiento del diablo. El diablo se ensaña, para destruir. Pensemos en el Apocalipsis: quiere devorar aquel hijo de la mujer que está por nacer.

Los dos ladrones que fueron crucificados con Jesús fueron condenados, crucificados y los dejaron morir en paz. Nadie los insultó: no interesaba. El insulto fue solo para Jesús, contra Jesús. Jesús dice a los apóstoles que será condenado a muerte, pero será burlado, azotado, crucificado… Se burlan de él. Y el camino para salir del ensañamiento del diablo, de esta destrucción, es el espíritu mundano, lo que la madre pide para sus hijos, los hijos de Zebedeo. Jesús habla de la humillación, que es su propio destino, y allí le piden apariencia, poder. La vanidad, el espíritu mundano es precisamente el camino que el diablo ofrece para alejarse de la Cruz de Cristo. La propia realización, el hacer carrera, el éxito mundano: todos son caminos no cristianos, todos son caminos para cubrir la Cruz de Jesús.

Que el Señor nos dé la gracia de saber discernir cuándo hay un espíritu que quiere destruirnos con ensañamiento, y cuándo el mismo espíritu quiere consolarnos con las apariencias del mundo, con la vanidad. Pero no olvidemos: cuando hay ensañamiento, hay odio, la venganza del diablo derrotado. Así es hasta hoy, en la Iglesia. Pensemos en tantos cristianos, como son cruelmente perseguidos. En estos días, los periódicos hablaban de Asia Bibi: nueve años de prisión, sufrimiento. Es la alevosía del diablo.

Que el Señor nos dé la gracia de discernir: el camino del Señor, que es la Cruz, del camino del mundo, que es la vanidad, la apariencia, el maquillaje.

 

Traducción de zenit

 

 

 

 

11/03/2020-17:01
Larissa I. López

Basílica de San Pedro: Ángelus para pedir por la liberación de la epidemia

(zenit – 11 marzo 2020).- Desde hoy y durante una semana, a excepción del domingo, en la basílica de San Pedro, por iniciativa del cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, se rezará el Ángelus, seguido de las Letanías Lauretanas.

Se trata de una idea, explica una nota firmada por el cardenal, propuesta “para invocar la intercesión de María en este difícil momento” de epidemia del coronavirus.

“En los momentos de peligro, espontáneamente, los niños se dirigen a la madre. En la circunstancia particular que estamos viviendo, nos dirigimos a María, la Madre que Jesús nos dio desde la cruz”, añade el prelado.

 

María, don de Cristo

Según la edición italiana de Vatican News, esta mañana desde la Basílica de San Pedro, al pie de la estatua de la Virgen colocada cerca del Altar de la Cátedra, el cardenal Comastri dijo: “Mientras estaba en la Cruz, es decir, en el momento de la mayor manifestación de su amor por nosotros, Jesús nos dio el último y precioso regalo, el último regalo: nos dio a su madre. De hecho, señalando con sus ojos al apóstol Juan, que representaba a toda la humanidad, Jesús le dijo a María: ‘Mujer, he aquí tu hijo’, es decir: haz de madre”.

Asimismo, el arcipreste de la consabida basílica recordó que “la primera tarea de la madre es proteger a sus hijos en la hora de peligro”. De ahí la invocación a María “para liberarnos del flagelo de la epidemia”:

 

Invocación a la Madre

“Oh María, por tu humilde y libre sí
te convertiste en la primera cuna de Dios,
el primer tabernáculo del Altísimo,
el comienzo del último capítulo de la historia.

Viste a los apóstoles felices alrededor de Jesús.
Luego los viste tristes en la hora de la Pasión
y recogiste en el hueco de tu mano
sus lágrimas de miedo y desconcierto.

María, Madre de la Iglesia,
no tuviste miedo cuando llegó la Cruz.
Y sentiste de nuevo la emoción de Belén
cuando Jesús desde la cruz te llamó Madre
abriendo nuevos horizontes para tu maternidad.

Has sentido la emoción de Pentecostés
y viste a los apóstoles salir del Cenáculo
impulsados por una onda de entusiasmo
que llega inalterada hasta nosotros.

María, Madre de la Iglesia,
Abrázanos al pecho
y danos el latido del Corazón de tu Hijo Jesús.

Amén”.

La invitación para unirse a la oración del Ángelus está dirigida a todos. Es posible participar en ella en directo todos los días a las 12 horas, a través del canal de Youtube de Vatican News.

 

 

 

 

11/03/2020-15:19
Larissa I. López

Desarrollo Humano Integral: "Fortalecer la solidaridad" en el "tiempo del coronavirus"

(zenit— 11 marzo 2020).- "Este momento de gran necesidad puede ser, esperamos, un buen momento para fortalecer la solidaridad y la cercanía entre los Estados, la amistad entre los pueblos".

Estas palabras están incluidas en el mensaje del cardenal Peter Kodwo Appiah-Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, difundido hoy, 11 de marzo de 2020, en el contexto del "tiempo del coronavirus".

El texto está dirigido a los presidentes de las Conferencias Episcopales, a los obispos encargados de la pastoral de la salud, a los agentes socio-sanitarios y pastorales, a las autoridades civiles, a los enfermos y sus familias, a los voluntarios y a todas las personas de buena voluntad.

 

Unión al Santo Padre

A través del mismo, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral desea "unirse a la voz del Santo Padre", renovando así la cercanía de la Iglesia, "a todos los que sufren el contagio de COVID-19, a las víctimas y sus familias, así como a todos los trabajadores de la salud, comprometidos en primera línea, que dedican todas sus energías a curar a las personas afectadas y aliviar su malestar".

El organismo vaticano se une, "recordándolos en nuestras oraciones, a la labor de las autoridades civiles, los voluntarios y a la de quienes se esfuerzan por detener el contagio y evitar el riesgo para la salud pública y el creciente temor que esta epidemia en expansión está generando" y alienta "a las estructuras y organizaciones sanitarias laicas y católicas, nacionales e internacionales, a que sigan ofreciendo sinérgicamente la asistencia necesaria a las personas y poblaciones, así como a que pongan en práctica todas las medidas indispensables para encontrar una solución a la nueva epidemia, según las indicaciones de la OMS y de las autoridades políticas nacionales y locales".

 

Familia humana interconectada

Para el cardenal, la incidencia del virus y la situación de emergencia, "pone de relieve las graves desigualdades que caracterizan a nuestros sistemas socioeconómicos", desigualdades "en los recursos económicos, en la utilización de los servicios sanitarios así como en el personal cualificado y la investigación científica".

Frente a ellas, "la familia humana tiene el desafío de sentir y vivir verdaderamente como una familia interconectada e interdependiente", pues "la incidencia del coronavirus ha demostrado esta importancia mundial", continúa el mensaje.

Asimismo, el purpurado considera que, tanto para los creyentes como para los no creyentes, este "es un tiempo propicio para comprender el valor de la fraternidad, de estar unidos unos a otros de manera indisoluble" e invita a pensar "en el vecino, el compañero de oficina, el amigo de la escuela, pero sobre todo en los médicos y enfermeros que se arriesgan a la contaminación e infección para salvar a los enfermos.

Estos trabajadores viven y nos muestran el significado del misterio de la Pascua: entrega y servicio".

 

Cultivar la "Sabiduría del corazón"

En este sentido, recuerda que ya el Papa Francisco, en su mensaje de Cuaresma 2020, "nos exhorta a contemplar con un corazón renovado el misterio de la Pascua, el misterio de la muerte y la resurrección de Jesús, y a acoger libre y generosamente su entrega: su sufrimiento hasta la muerte como un don de amor a la humanidad". De manera que, "el abrazo del sufrimiento de Jesús", se convierte "en el abrazo de toda la gente que sufre en nuestro mundo, incluyendo a todos los afectados por el COVID-19".

En este momento de prueba, el cardenal Turkson exhorta a rezar a Dios "para que aumente nuestra fe, para que ayude a los enfermos a curarse y para que sostenga a los trabajadores de la salud en su misión" y a esforzarnos "por evitar la estigmatización de los afectados", pues la enfermedad "no conoce límites ni color de piel; habla, en cambio, el mismo idioma".

Y añade: "Cultivemos la 'Sabiduría del Corazón': que es una 'actitud infundida por el Espíritu Santo' en aquellos que saben abrirse al sufrimiento de sus hermanos y hermanas y reconocer en ellos la imagen de Dios".

A continuación, sigue el mensaje completo del prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.

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Mensaje del cardenal Peter K.A. Turkson

A los Presidentes de las Conferencias Episcopales, a los obispos encargados de la pastoral de la salud, a los agentes socio-sanitarios y pastorales, a las autoridades civiles, a los enfermos y sus familias, a los voluntarios y a todas las personas de buena voluntad.

¡Paz a vosotros! Estamos viviendo días de gran preocupación y creciente ansiedad, días en los que la fragilidad humana y la vulnerabilidad de la supuesta seguridad en la tecnología se ven socavadas en todo el mundo por el Coronavirus (COVID-19), que doblega a todas las actividades más significativas, como la economía, las empresas, el trabajo, los viajes, el turismo, el deporte e incluso el culto, y su contagio también limita en gran medida la libertad de espacio y de movimiento.

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral desea unirse a la voz del Santo Padre, renovando así la cercanía de la Iglesia, en la pastoral de la salud, a todos los que sufren el contagio de COVID-19, a las víctimas y sus familias, así como a todos los trabajadores de la salud, comprometidos en primera línea, que dedican todas sus energías a curar a las personas afectadas y aliviar su malestar.

Pensando particularmente en los países más afectados por el contagio, nos unimos, recordándolos en nuestras oraciones, a la labor de las autoridades civiles, los voluntarios y a la de quienes se esfuerzan por detener el contagio y evitar el riesgo para la salud pública y el creciente temor que esta epidemia en expansión está generando. También alentamos a las estructuras y organizaciones sanitarias laicas y católicas, nacionales e internacionales, a que sigan ofreciendo sinérgicamente la asistencia necesaria a las personas y poblaciones, así como a que pongan en práctica todas las medidas indispensables para encontrar una solución a la nueva epidemia, según las indicaciones de la OMS y de las autoridades políticas nacionales y locales.

En esta ocasión, tanto el Santo Padre como varios Jefes de Estado han demostrado su solidaridad con los países más afectados, donando productos médicos y sanitarios y ayuda financiera. Esperamos que todos puedan continuar con esta obra de ayuda, porque ante una emergencia como esta muchas naciones, especialmente las que tienen sistemas sanitarios débiles, se verán desbordadas por los efectos del virus y quizás no podrán hacer frente a las demandas de cura y proximidad a sus naciones.

Este momento de gran necesidad puede ser, esperamos, un buen momento para fortalecer la solidaridad y la cercanía entre los Estados, la amistad entre los pueblos. Ciertamente, esta incidencia del virus, como toda situación de emergencia, pone de relieve las graves desigualdades que caracterizan a nuestros sistemas socioeconómicos. Se trata de desigualdades en los recursos económicos, en la utilización de los servicios sanitarios así como en el personal cualificado y la investigación científica. Frente a este abanico de desigualdades, la familia humana tiene el desafío de sentir y vivir verdaderamente como una familia interconectada e interdependiente. La incidencia del Coronavirus ha demostrado esta importancia mundial, ya que inicialmente sólo afectó a un país y luego se propagó a todas las partes del mundo. Para cada persona, creyente o no creyente, es un tiempo propicio para comprender el valor de la fraternidad, de estar unidos unos a otros de manera indisoluble; un tiempo en el que, en el horizonte de la fe, el valor de la solidaridad, que brota del amor sacrificado por los demás, «nos ayuda a ver al «otro» -persona, pueblo o Nación- no como un instrumento cualquiera [....], sino como nuestro «semejante», un «auxilio» (cf. Gn 2,18.20), para ser compartido, como nosotros, en el banquete de la vida, al que todos los hombres están igualmente invitados por Dios» (SRS 39,5). El valor de la solidaridad también necesita ser encarnado. Pensemos en el vecino, el compañero de oficina, el amigo de la escuela, pero sobre todo en los médicos y enfermeros que se arriesgan a la contaminación e infección para salvar a los enfermos. Estos trabajadores viven y nos muestran el significado del misterio de la Pascua: entrega y servicio.

Ya el Papa Francisco, en su Mensaje de Cuaresma 2020, nos exhorta a contemplar con un corazón renovado el misterio de la Pascua, el misterio de la muerte y la resurrección de Jesús, y a acoger libre y generosamente su entrega: su sufrimiento hasta la muerte como un don de amor a la humanidad.

El abrazo del sufrimiento de Jesús, nos dice el Papa Francisco, se convierte en el abrazo de toda la gente que sufre en nuestro mundo, incluyendo a todos los afectados por el COVID-19. Hoy son la expresión de Cristo que sufre, y al igual que al pobre viandante en la parábola del Buen Samaritano, necesitan gestos concretos de cercanía por parte de la humanidad. Las personas que sufren, ya sea por contagio o de otra manera, constituyen un «laboratorio de misericordia», ya que la naturaleza poliédrica del sufrimiento requiere diferentes formas de misericordia y cuidado.

Al comienzo de este itinerario cuaresmal, carente para muchos de algunos signos litúrgicos comunitarios como la celebración de la Eucaristía, estamos llamados a un camino aún más arraigado en lo que sostiene la vida espiritual: la oración, el ayuno y la caridad. Que los esfuerzos realizados para contener la propagación del Coronavirus se acompañen del compromiso de cada fiel para el bien mayor: la reconquista de la vida, la derrota del miedo, el triunfo de la esperanza.

A las comunidades más probadas, les recomendamos que no vivan todo como una privación. Si no podemos reunirnos en nuestras asambleas para vivir juntos nuestra fe, como solemos hacerlo, Dios nos ofrece la oportunidad de enriquecernos, de descubrir nuevos paradigmas y de redescubrir nuestra relación personal con Él. Jesús nos recuerda: «Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.»(Mt, 6.6). ¡Cuántas veces el Papa Francisco nos ha invitado a tener las Escrituras a mano! La oración es nuestra fuerza, la oración es nuestro recurso. He aquí, pues, el momento propicio para redescubrir la paternidad de Dios y nuestro ser hijos: «Os rogamos en nombre de Cristo: dejáos reconciliar con Dios» (2 Cor 5, 20) dice San Pablo, y éste es el Mensaje de Cuaresma de este año que el Papa Francisco nos ha regalado. ¡Qué providencia!

Así que recemos a Dios Padre para que aumente nuestra fe, para que ayude a los enfermos a curarse y para que sostenga a los trabajadores de la salud en su misión. Esforcémonos por evitar la estigmatización de los afectados: la enfermedad no conoce límites ni color de piel; habla, en cambio, el mismo idioma. Cultivemos la «Sabiduría del Corazón»: que es una «actitud infundida por el Espíritu Santo» en aquellos que saben abrirse al sufrimiento de sus hermanos y hermanas y reconocer en ellos la imagen de Dios. Así, podemos afirmar, como Job, «Era yo los ojos del ciego, y del cojo los pies» (Jb 29:15). De esta manera podremos servir a los que sufren, acompañarlos de la mejor manera posible y ser solidarios con los necesitados sin juzgarlos. Pedimos a las autoridades políticas y económicas que no descuiden la justicia social y el apoyo a la economía y a la investigación, ahora que el virus está creando, lamentablemente, una nueva «crisis económica».

Nosotros seguiremos sosteniendo con todos los medios los esfuerzos de los trabajadores de la salud y de las instalaciones médicas en las diversas partes del mundo, especialmente en las zonas más remotas y difíciles, confiando también en la solidaridad activa de todos. Pidamos al Espíritu Santo que ilumine los esfuerzos de los científicos, los trabajadores de la salud y los gobernantes y encomendamos todas las poblaciones afectadas por el contagio a la intercesión de la Virgen María, Madre de la humanidad.

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

11/03/2020-09:00
Anita Bourdin

Cancelada la celebración penitencial del Papa el 20 de marzo

(zenit— 11 marzo 2020).- La habitual celebración penitencial que el Papa Francisco debía presidir en la basílica de San Pedro el viernes 20 de marzo, a las 17 horas, ha sido cancelada, según anunció el Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, "debido a la situación de emergencia en Italia y Roma relacionada con el coronavirus Covid-19".

"Este estado de cosas, que persiste en muchos países, difícilmente permitirá a muchos de los fieles celebrar las '24 horas para el Señor' con las iglesias abiertas para que puedan adorar a Cristo en la Eucaristía y recibir su perdón en el sacramento de la confesión", señala el comunicado publicado en italiano el 10 de marzo de 2020.

Por esta razón, el Consejo Pontificio sugiere "mantener el carácter penitencial de las '24 horas para el Señor', por ejemplo meditando y orando ante el Crucifijo".

Pide a todos los católicos "incluso a los que pueden celebrar las '24 horas para el Señor' como en años anteriores, que recen por el Santo Padre, por los obispos, los sacerdotes y por todos los que, en la sociedad deben enfrentarse a esta situación porque se les confía el bien común, la atención médica, el orden público o como pacientes".

El Consejo Pontificio indica que en el sitio web del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización está disponible un folleto sobre las "24 horas para el Señor" en cuatro idiomas: italiano, inglés, español y polaco.

Las diócesis, las parroquias, las comunidades religiosas, los santuarios y movimientos, las asociaciones de laicos y todas las organizaciones de la nueva evangelización pueden mostrar sus proyectos en el mismo sitio, añade el comunicado.

 

 

 

11/03/2020-08:45
Anita Bourdin

Francia y Brasil: Se pospone la visita "ad limina" de los obispos

(zenit— 11 marzo 2020).- El cardenal Ouellet anunció hoy, martes 11 de marzo de 2020, que se han pospuesto las visitas ad limina de dos nuevos grupos de obispos franceses que se esperaban en Roma del 16 al 29 de marzo, así como las visitas de los obispos de Brasil.

Una nota oficial del cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, anunció a los obispos franceses el aplazamiento de sus visitas, subrayando que dependía de su dicasterio fijar una nueva fecha, tal y como informa Vatican News.

El cardenal Ouellet especificó que "el Santo Padre ha considerado oportuno suspender las visitas ad limina previstas antes de Pascua", incluidas las visitas de los obispos de Brasil que ya han comenzado por regiones.

Los obispos franceses del primer grupo, la región eclesiástica del "Gran Oeste", que ya se encuentran en Roma, continúan su visita, respetando las medidas de precaución previstas, y con un programa restringido; la Misa prevista para mañana, miércoles 11 de marzo de 2020, en la iglesia de San Luis de los Franceses, en memoria de las víctimas del terrorismo, queda anulada.

La epidemia de coronavirus que afecta a Italia y el decreto italiano del 9 de marzo que incluye en toda la península las medidas tomadas "hasta ahora solo en la "zona roja", "dificultaron la organización de estas visitas", destaca la fuente citada.

Asimismo, Vatican News añade: "Después de un tiempo de oración personal en la basílica de San Pedro, los 31 obispos presentes pudieron saludar al Papa Francisco y hablar con él en un verdadero diálogo iniciado por el arzobispo Dominique Lebrun de Rouen, que duró dos horas y media en la Sala Clementina", indica Vincent Fauvel, director adjunto de comunicaciones de la Conferencia Episcopal Francesa.

 

 

 

11/03/2020-12:11
Rosa Die Alcolea

Agua viva del Evangelio, "única capaz de saciar nuestra sed de Dios"

(zenit— 11 marzo 2020).- El Papa, como hace en todas las audiencias generales, ha dirigido unas palabras a los hispanohablantes, a través de las cámaras, en esta primera audiencia vía streaming, celebrada a puerta cerrada para evitar los contagios por coronavirus en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

"Pidamos al Señor Jesús que nunca nos haga faltar el agua viva de su Evangelio", ha sugerido Francisco, "única capaz de saciar nuestra sed de Dios, y nos conceda también su Espíritu Santo para poder cumplir la voluntad del Padre, con un corazón lleno del amor de Dios y bien dispuesto al servicio de los hermanos".

Este miércoles, 11 de marzo de 2020, el Pontífice ha retomado el ciclo de catequesis sobre las Bienaventuranzas, desde el 19 de febrero. Hoy ha dedicado la reflexión a la cuarta bienaventuranza: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados".

 

 

 

11/03/2020-11:59
Larissa I. López

Salesianos: El P. Ángel Fernández Artime, reelegido como rector mayor

(zenit— 11 marzo 2020).- El 28° Capítulo General de la Congregación Salesiana renovó al P. Ángel Fernández Artime el mandato de rector mayor para el sexenio 2020-2026, informa la Agencia Info Salesiana (ANS).

La elección tuvo lugar en la primera votación. El salesiano español asume su segundo mandato como X sucesor de Don Bosco.

 

Padre Ángel Fernández Artime

Don Ángel Fernández Artime, de 59 años, nació el 21 de agosto de 1960 en Gozón-Luanco, Oviedo. Emitió la primera profesión el 3 de septiembre de 1978, la profesión perpetua el 17 de junio de 1984 y fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1987.

Originario de la Inspectoría de León, es licenciado en Teología Pastoral, Filosofía y Pedagogía.

 

Trayectoria

Ha sido delegado de pastoral juvenil, director del colegio de Orense, miembro del consejo y vicario inspectorial, y del 2000 al 2006 inspector de León.

Fue miembro de la comisión técnica que preparó el Capítulo General 26. En 2009 fue nombrado inspector de Argentina Sur. En el ejercicio de su cargo como inspector de Argentina pudo conocer y colaborar personalmente con el entonces arzobispo de Buenos Aires, el card. Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco.

El 23 de Diciembre 2013 fue nombrado superior de la Inspectoría de España-María Auxiliadora, un encargo que nunca asumió, pues el 27° Capítulo General lo eligió, el 25 de marzo de 2014, en el primer escrutinio, como nuevo rector mayor y X Sucesor de Don Bosco.

 

28° Capitulo General

El 28° Capítulo General de los Salesianos se encuentra en curso en Valdocco, Turín, Italia, del 16 de febrero al 4 de abril de 2020.

De acuerdo a agencia salesiana, en la rueda de prensa de presentación del Capítulo General salesiano celebrada el pasado 23 de enero, el P. Ángel Fernández Artime explicó la naturaleza del mismo: "es una gran asamblea democrática, que reúne innumerables lenguas, culturas y experiencias" y recalcó que "estamos llamados a discernir con realismo, coraje y determinación la dirección del camino a seguir en este siglo XXI, en un momento eclesial muy especial de renovación y purificación".

Asimismo, el padre salesiano resumió sus objetivos: identificar las prioridades de la Congregación para el trabajo de los próximos 6 años, con dos objetivos más específicos, la sintonía con los jóvenes en un mundo que cambia vertiginosamente y la conciencia de trabajar junto con los laicos en esta misión.

 

 

 

11/03/2020-12:03
Redacción

Perú: Indicaciones de la Conferencia Episcopal ante el coronavirus

(zenit — 11 marzo 2020).- El pasado 10 de marzo de 2020, desde la presidencia de la Conferencia Episcopal peruana se establecieron una serie de indicaciones ante los casos de infección por coronavirus en el país.

Estas instrucciones han sido marcadas debido a la alerta epidemiológica declarada por el Ministerio de Salud en todo Perú por el Covid-19 y a la preocupación de los obispos
por la salud del pueblo, tal y como informan desde el propio episcopado a través de un comunicado.

 

Indicaciones

  1. Se pide a la población difundir y acatar las acciones de prevención emitidas por el Ministerio de Salud para evitar la propagación del virus.
  2. En cuanto a la distribución de la comunión recordamos lo que nos enseña la Iglesia: "Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia. Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano".
  3. Con respecto al saludo de la paz dentro de la Santa Misa, recomendamos que se evite darse la mano y pueden saludarse con otro signo, como una reverencia.
  4. Es saludable ser prudentes y acoger las recomendaciones de las autoridades de salud sin caer en el miedo.

 

Situación en Perú

Actualmente, en Perú solo se contabilizan 11 casos de enfermos por el coronavirus, de acuerdo con la última actualización de los datos del Ministerio de Salud.

El comunicado emitido desde la Conferencia Episcopal peruana concluye: "Que el Señor de los Milagros, la Santísima Virgen María y San Martín de Porres nos protejan, nos acompañen y nos libren de todo mal".

 

 

 

11/03/2020-12:18
Christian Vallejo

Conferencias Episcopales de África: Obispos piden prevención y oración

(zenit— 11 marzo 2020).- Después de instar "a los fieles a seguir meticulosamente las instrucciones dadas por las autoridades civiles y eclesiásticas en relación con el virus", los miembros del Comité Permanente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), pidieron distintas oraciones para "los infectados y afectados por esta enfermedad y para poner fin rápidamente al flagelo del coronavirus".

Los obispos de dicho comité del SECAM, reunidos los últimos días en Nairobi, Kenia, han expresado su preocupación por la propagación del coronavirus en África y en el resto del mundo, tal y como informan desde L'Osservatore Romano.

 

"Seguir las indicaciones y orar"

A través de un mensaje publicado al final de dicha reunión, los prelados aseguran estar cerca de "los afectados por esta epidemia desconocida y rezamos para que pronto se pueda encontrar un tratamiento eficaz y económico para hacerle frente, pero mientras tanto, recomendamos encarecidamente a nuestro pueblo que adopte el máximo nivel de medidas preventivas para frenar la propagación de la enfermedad".

Asimismo, ante la consabida situación, se propuso la siguiente oración: "Padre todopoderoso y misericordioso, que muestras tu amor por toda tu creación. Te Pedimos para que el coronavirus que está devastando nuestro mundo sea controlado. Escucha las oraciones que te ofrecemos por las personas afectadas por el virus en varias partes del mundo. Concede la curación a los enfermos, la vida eterna a los difuntos y el consuelo a las familias en luto. Rezamos para que se pueda encontrar rápidamente una medicina eficaz para combatir la enfermedad, rezamos para que los gobiernos y las autoridades sanitarias tomen las medidas adecuadas para el bien de las personas. Vela por nosotros en tu misericordia y perdónanos por nuestros fallos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén".

 

SECAM

El Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) nació del deseo de los obispos africanos durante el Concilio Vaticano II (1962-1965) de establecer un foro en el que pudieran hablar sobre asuntos relacionados con la Iglesia en África. El establecimiento de SECAM constituye, por tanto, el resultado de la decisión de los obispos de construir una estructura continental para llevar la visión africana a toda la Iglesia.

Viendo la importancia de tal asociación para África, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos del Vaticano invitó a los presidentes de las Conferencias Episcopales Regionales para consultas en 1968.

Además, la primera visita de un Papa a África se consideró una ocasión oportuna para el lanzamiento del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar. Esto se hizo, efectivamente, durante la visita del Papa Pablo VI a Kampala (Uganda) en julio de 1969.

Posteriormente se acordó establecer la sede de SECAM en Accra (Ghana). El SECAM cuenta con tres idiomas oficiales: inglés, francés y portugués.

 

 

 

11/03/2020-08:15
Felipe Arizmendi Esquivel

Monseñor Felipe Arizmendi: "Por un sano feminismo"

 

VER

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hubo manifestaciones de toda índole. Y como ese día 8 era domingo, para que el efecto fuera más notable, en nuestra patria se propagó la consigna para el lunes 9: El nueve, ninguna se mueve. Y también: Un día sin nosotras. Es notable su capacidad de convocatoria y su creatividad.

¿Quién puede no apoyar la lucha de las mujeres por sus legítimos derechos? ¡Qué bueno que se organicen y se manifiesten! Ya deberíamos haber desterrado el arraigado machismo que seguimos arrastrando, como si fuera una cultura justificable. ¡No! No se puede justificar ningún tipo de violencia contra nadie, en particular contra la mujer, que por siglos la ha soportado, incluso con erróneas interpretaciones bíblicas. Los varones también la padecemos, desde el bulling familiar y escolar, hasta los abominables excesos del crimen organizado, pero nunca tánto como la ha sufrido la mujer.

Sin embargo, hubo quienes aprovecharon la fecha para insistir en lo que quieren imponer como un derecho femenino: abortar en forma legal, libre, segura y gratuita. Pregunto: Y si la que quieres abortar es una niña; ¿ésa no vale, no tiene derecho a vivir, derecho a que la respeten? El aborto es la peor violencia, porque es destruir, es matar a un inocente y verdadero ser humano. Ser persona no empieza a partir de la semana 12 de gestación, sino desde la fecundación. No pretendemos criminalizar a todas, pero deberían ser coherentes.

De igual modo, nunca faltan grupos radicales que se infiltran, que distorsionan y contaminan la causa. Quieren justicia, y son injustos. Exigen respeto, y no respetan ni inmuebles ni personas. Protestan contra la violencia, y son los primeros violentos. ¿Quién está detrás de ellos? ¿Quién les da recursos? El gobierno tiene medios para detectarlos y ponerlos en orden, para que no dañen más a la comunidad. Esos grupos no entienden ni atienden otras estrategias.

¿Y qué pensar de este letrero que alguien enarbolaba?: Ni Dios, ni patria, ni marido, ni partido; soy mía... Se le pasó enlistar a su mamá... Supongo que la mayoría de manifestantes no lo suscribe, pero da mucho qué pensar. La autora pretende endiosarse a sí misma; ser su propio ídolo.

 

PENSAR

En su Exhortación Amoris laetitia, el Papa Francisco dice:

"Deseo resaltar que, aunque hubo notables mejoras en el reconocimiento de los derechos de la mujer y en su participación en el espacio público, todavía hay mucho que avanzar en algunos países. No se terminan de erradicar costumbres inaceptables. Destaco la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación. La violencia verbal, física y sexual que se ejerce contra las mujeres en algunos matrimonios contradice la naturaleza misma de la unión conyugal. Pienso en la grave mutilación genital de la mujer en algunas culturas, pero también en la desigualdad del acceso a puestos de trabajo dignos y a los lugares donde se toman las decisiones. La historia lleva las huellas de los excesos de las culturas patriarcales, donde la mujer era considerada de segunda clase, pero recordemos también el alquiler de vientres o la instrumentalización y mercantilización del cuerpo femenino en la actual cultura mediática. Hay quienes consideran que muchos problemas actuales han ocurrido a partir de la emancipación de la mujer. Pero este argumento no es válido, es una falsedad, no es verdad. Es una forma de machismo. La idéntica dignidad entre el varón y la mujer nos mueve a alegrarnos de que se superen viejas formas de discriminación, y de que en el seno de las familias se desarrolle un ejercicio de reciprocidad. Si surgen formas de feminismo que no podamos considerar adecuadas, igualmente admiramos una obra del Espíritu en el reconocimiento más claro de la dignidad de la mujer y de sus derechos" (54).

"El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos niños y jóvenes es más profundo de lo que pensamos. Hoy reconocemos como muy legítimo, e incluso deseable, que las mujeres quieran estudiar, trabajar, desarrollar sus capacidades y tener objetivos personales. Pero, al mismo tiempo, no podemos ignorar la necesidad que tienen los niños de la presencia materna, especialmente en los primeros meses de vida. La realidad es que la mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace al mundo. El debilitamiento de la presencia materna con sus cualidades femeninas es un riesgo grave para nuestra tierra. Valoro el feminismo cuando no pretende la uniformidad ni la negación de la maternidad. Porque la grandeza de la mujer implica todos los derechos que emanan de su inalienable dignidad humana, pero también de su genio femenino, indispensable para la sociedad. Sus capacidades específicamente femeninas —en particular la maternidad— le otorgan también deberes, porque su ser mujer implica también una misión peculiar en esta tierra, que la sociedad necesita proteger y preservar para bien de todos" (173).

 

ACTUAR

Padres de familia: eduquen a sus hijos varones en el respeto a la igual dignidad de la mujer, sin confusión de sexos; el género depende del sexo, no de la inclinación personal.

Educadores, comunicadores, legisladores y pastores: sigamos educando para esta equidad.

Varones: Un gran respeto hacia la mujer, valorando su identidad propia y su aporte a la humanidad. Gracias a ellas, vivimos. Respeto, como lo merecen nuestras madres y hermanas.

 

 

 

11/03/2020-12:52
Redacción

Brasil: Francisco nombra al Card. da Rocha como obispo de San Salvador de Bahía

(zenit— 11 marzo 2020).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de San Salvador de Bahía (Brasil) presentada por Mons. Murilo Sebastiáo Ramos Krieger.

Igualmente, el Papa Francisco ha nombrado arzobispo metropolitano de la archidiócesis de San Salvador de Bahía (Brasil) a Mons. Sérgio da Rocha, hasta ahora obispo de Brasilia.

Así lo ha comunicado hoy, 11 de marzo de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Mons. Sérgio da Rocha

Nació el 21 de octubre de 1959 en Dobrada, Sáo Paulo. Estudió Filosofía en el Seminario Diocesano de Sáo Carlos y Teología en el Instituto de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Campinas.

Luego obtuvo la Licenciatura en Teología Moral en la Facultad de Teología Nossa Senhora da Assungáo de Sao Paulo y el Doctorado en la misma disciplina en la Academia Alfonsiana de Roma.

 

Ordenación sacerdotal y episcopal

Fue ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1984, incardinado en la diócesis de Sáo Carlos, donde desempeñó los siguientes ministerios: párroco de Água Vermelha, vicario parroquial de la catedral, vicario parroquial de Nossa Senhora de Fátima en Sáo Carlos, rector de la Capilla Sáo Judas Tadeu en Sáo Carlos, responsable diocesano de la juventud; responsable diocesano del Servicio Vocacional, coordinador diocesano de pastoral, director espiritual de la Casa de Teología de Campinas.

También ejerció como rector del Seminario Mayor de Filosofía, rector del Seminario Mayor de Teología; profesor de Filosofía en el Seminario Diocesano, miembro del equipo de formación del diaconado permanente, miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores. Además, fue profesor de Teología moral en la Pontificia Universidad Católica de Campinas.

El 13 de junio de 2001 fue elegido obispo titular de Alba y auxiliar de Fortaleza, recibiendo la ordenación episcopal el 11 de agosto siguiente. El 31 de enero de 2007 fue nombrado arzobispo coadjutor de Teresina y pasó a ser arzobispo metropolitano el 3 de septiembre de 2008. El 15 de junio de 2011 fue transferido como arzobispo metropolitano de Brasilia.

 

Cardenal

En el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha sido presidente del Departamento de Vocaciones y Ministerios. En el seno de la Conferencia Episcopal Brasileña ocupó los siguientes cargos: secretario y encargado de juventud y vocaciones de la Regional "Nordeste 1", presidente de la Regional "Nordeste 4", miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, de la Comisión Episcopal para la Superación de la Pobreza y el Hambre, de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordinarios y Vida Consagrada y del Consejo Permanente. De 2015 a 2019 fue presidente de la misma Conferencia Episcopal.

En el Consistorio del 19 de noviembre de 2016 fue creado cardenal por el Papa Francisco, con el título de Santa Cruz en la Via Flaminia. Es miembro de la Congregación para el Clero, del Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos y de la Comisión Pontificia para América Latina.

 

 

 

11/03/2020-16:44
Rosa Die Alcolea

Jóvenes y ancianos: Vivir la Cuaresma "con la mirada fija en Jesús"

(zenit— 11 marzo 2020).- Dirigiendo un "saludo especial" a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, el Santo Padre les ha dicho: "Vivid este tiempo de Cuaresma con la mirada fija en Jesús que sufrió y resucitó, recibiendo de su Espíritu consuelo y mansedumbre".

En la primera audiencia general celebrada por vía streaming, este miércoles, 11 de marzo de 2020, el Pontífice ha continuado el ciclo de catequesis de las Bienaventuranzas, y se ha centrado en la cuarta: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados" (Mt 5,6).

 

Hermanos de lengua italiana

Asimismo, el Pontífice ha enviado un saludo con afecto a los hermanos y hermanas de lengua italiana: "Os animo a que afrontéis cada situación, incluso la más difícil, con fortaleza, responsabilidad y esperanza".

También el Papa ha dado las gracias a la parroquia de la prisión Due Palazzi de Padua, tras haber recibido el texto del Vía Crucis que han escrito para el próximo Viernes Santo. "Gracias por trabajar juntos, toda la comunidad carcelaria. Gracias por la profundidad de vuestras meditaciones", ha dicho esta mañana.

Para Francisco, la cárcel es un verdadero "caleidoscopio de situaciones" y confiesa que al leerlos se conmovió: "Me sentí muy parte de esta historia, me sentí como el hermano de los que se equivocan y de los que aceptan estar a su lado para reanudar el ascenso del precipicio".

 

 

 

11/03/2020-17:06
Rosa Die Alcolea

La Cuaresma, una ocasión "para ser reforzados en nuestra fe"

(zenit— 11 marzo 2020).- "Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es una ocasión para ser reforzados en nuestra fe". Por eso "no debemos dudar, la fe en Jesús siempre nos fortalece", asegura el Papa. "Que el Señor os bendiga a todos y os proteja siempre del maligno!".

"¡Saludo a los fieles de lengua árabe!" ha exclamado el Papa desde la Biblioteca del Palacio Apostólico esta mañana, lugar donde ha celebrado la audiencia general, como medida preventiva para evitar los contagios del coronavirus en el Vaticano.

El Pontífice ha reflexionado hoy, 11 de marzo de 2020, sobre la cuarta bienaventuranza: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados" (Mt 5,6), retomando el ciclo de catequesis sobre las bienaventuranzas, que inició antes del Miércoles de Ceniza, e interrumpió para hablar del inicio de la Cuaresma.

"En cada corazón", recuerda el Papa, "incluso en la persona más corrupta y lejos del bien, se esconde un anhelo de luz, aunque se encuentre bajo escombros de engaños y errores, pero siempre hay una sed de verdad y bondad, que es la sed de Dios".

 

 

 

11/03/2020-08:00
Isabel Orellana Vilches

San Luis Orione, 12 de marzo

"Este peón de la divina providencia tuvo claro que la caridad es lo único que puede salvar al mundo y encarnó esta virtud admirablemente. Por eso Pío XII lo denominó padre de los pobres e insigne bienhechor de la humanidad dolorida"

Hay personas que pasan por el mundo sembrando tanto bien que el anhelo común de las buenas gentes sería que no desaparecieran jamás. Luís fue una de ellas. Entregado a las necesidades ajenas no hubo nada que pudiera hacer que dejara al azar, lo ignorase o diese prioridad a personales afanes. Por eso, su conmovedora existencia ha dejado una huella imborrable y conquistó la eternidad. "Sufrir, callar, orar, amar, crucificarse y adorar" eran los pilares de su vida. Sus cuatro pasiones: Jesús, la Virgen María, el papa y el género humano redimido por Cristo. La idea de que "solo la caridad salvará al mundo" guió el acontecer de este gran santo, que se calificó a sí mismo como "el peón de la divina Providencia". Pío XII lo denominó "Padre de los pobres e insigne bienhechor de la humanidad dolorida y desamparada", y Juan Pablo II al canonizarlo ensalzó su vida diciendo que fue "una maravillosa y genial expresión de caridad cristiana" al tiempo que lo calificaba como "estratega" de la misma.

Nació en Pontecurone, Italia, el 23 de junio de 1872. Tenía 13 años cuando se abrazó a la vida religiosa ingresando en el convento franciscano de Voghera, Pavía. Pero graves problemas de salud dieron al traste momentáneamente con su sueño. Su destino sería otro. Durante tres años, los que median entre 1886 y 1889, tuvo la gracia de formar parte de los discípulos de Don Bosco en el Oratorio turinés de Valdocco. Y concluida allí su formación, ingresó en el seminario de Tortona. Lo que aprendió en Valdocco, con el testimonio de Don Bosco, dejó en él una huella imborrable. Antes de ser sacerdote ya había puesto en marcha el Oratorio «San Luis», y un colegio en el barrio de San Bernardino. Eran los primeros signos de su impronta apostólica con niños y jóvenes que no tenían recursos económicos.

Fue ordenado en abril de 1895. Ese año fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Y en 1899 los Ermitaños de la Divina Providencia, integrada por el grupo de clérigos y sacerdotes que se aglutinaron en torno a él. En 1903 el obispo de Tortona, monseñor Bandi, se apresuró a reconocer canónicamente estas fundaciones que tenían como objeto de su acción los desposeídos, los humildes, los afectados por lesiones físicas y morales, etc., atendidos en sus "Pequeños Cottolengos". Para los enfermos y ancianos, entre otros, Luís puso en marcha hospitales diversos. El admirable plan de vida que se había trazado, basado exclusivamente en el evangelio: "hacer el bien siempre a todos, el mal nunca a nadie", estaba dando sus frutos. Aspiró a tener " un corazón grande y generoso capaz de llegar a todos los dolores y a todas las lágrimas" , y lo consiguió.

En 1915 vio la luz otra de sus obras: las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, y creó el primer Cottolengo. Los frutos se multiplicaban. Se había implicado de lleno en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente, y toda acción que lleva a cabo un apóstol redunda en numerosas bendiciones. Surgieron casas en Pavía, Sicilia, Roma... Prestó su ayuda a los damnificados en los terremotos que asolaron las regiones de Reggio, Messina y Marsica. Desempeñó la misión de vicario general de Messina a petición de Pío X, ante quien realizó sus votos perpetuos en 1912. Y entre 1920 y 1927 fundó las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, y las Contemplativas de Jesús crucificado.

Este prolífico fundador no fue ajeno a las dificultades histórico-sociales que afectaron a la Iglesia y al mundo en la época que le tocó vivir. Para contrarrestarlas solo cabía la santidad, y así lo dijo: "Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca solo al culto de los fieles o quede solo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social". Envió misioneros a diversos países de Europa y de América del Sur. Y él mismo viajó por distintos lugares del Cono Sur en 1921. Volvió después, y entre 1934 y 1937 permaneció en esta zona impulsando las fundaciones y asociaciones para laicos, entre las que también se cuentan las "Damas de la Divina Providencia", los "Ex Alumnos" y los "Amigos".

Su edificante existencia fue la de un hombre de oración, devoto de María, sencillo, humilde, intrépido. Un apóstol entregado a Cristo por completo, que viendo su rostro en el sufrimiento de las personas que conoció, hizo todo lo que estuvo en su mano para asistirlas. Un insigne predicador y confesor. Un fundador que gozó de la confianza de la Santa Sede, pero al que no faltaron incomprensiones, oposiciones, dificultades, y sufrimientos a todos los niveles. Su amor al Santo Padre le llevó a incluir un cuarto voto de fidelidad a él. Fue impulsor de dos santuarios. A lo largo de su vida llegó a "ver y sentir a Cristo en el hombre".

Con gran visión se adelantó a los tiempos, fomentando todas las vías de la nueva evangelización. Decía a los suyos: "¿Son tiempos nuevos? Fuera los miedos. No dudemos. Lancémonos en las formas nuevas, en los nuevos métodos... No nos fosilicemos: basta conseguir sembrar, basta poder arar a Jesucristo en la sociedad y fecundarla de Cristo". Estaba claro que quería combatir el inmovilismo y la rutina, enemigos del apóstol. Murió el 12 de marzo de 1940 en la casa de San Remo, exclamando: "¡Jesús! ¡Jesús! Voy". Fue beatificado por Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980, quien glosó su existencia recordando que fue: "un hombre tierno y sensible hasta las lágrimas; infatigable y valiente hasta el agotamiento; tenaz y dinámico hasta el heroísmo; afrontando peligros de todo género; iluminando a hombres sin fe; convirtiendo a pecadores; siempre recogido en continua y confiada oración...". Este mismo pontífice lo canonizó el 16 de mayo de 2004.