Servicio diario - 03 de abril de 2020


 

El cardenal Turkson visita el Hospital Gemelli por la emergencia de coronavirus
Larissa I. López

Semana Santa: Misa “en tiempo de pandemia” y oración especial para el Viernes Santo
Rosa Die Alcolea

Coronavirus: El Vaticano prorroga las medidas de prevención adoptadas
Larissa I. López

Latinoamérica: Celebraciones de Semana Santa en los diferentes países
Christian Vallejo

Nicaragua: El cardenal Brenes bendice al país con el Santísimo Sacramento
Larissa I. López

Santa Marta: Orar “por los que ayudan hoy” y pensar “en el mañana”
Larissa I. López

La Iglesia en España se moviliza ante la emergencia sanitaria
Rosa Die Alcolea

Estados Unidos: El arzobispo Gómez invita a una oración nacional el Viernes Santo
Rosa Die Alcolea

“María, Madre de los creyentes”: Cuarta predicación de Cuaresma
Larissa I. López

Colombia: Ejército de Liberación Nacional anuncia la suspensión de ataques por un mes
Redacción

Costa Rica se suma al llamado del Papa para que cese la hostilidad bélica
Christian Vallejo

México: Obispos proponen la creación de Redes Vecinales de Solidaridad
Larissa I. López

La Iglesia española llama a la solidaridad en del día del Amor Fraterno
Larissa I. López

Domingo de Ramos: Preparación para el Misterio Pascual
Larissa I. López

España: Llamamiento de los empresarios cristianos a las autoridades
Rosa Die Alcolea

Bioética: “¿Cómo utilizar los recursos sanitarios en circunstancias de crisis?”
Julio Tudela

¡Camino de esperanza en tiempos de confinamiento! (9)
Redacción

Jornada Penitencial Nacional en México
Felipe Arizmendi Esquivel

Padre Antonio Rivero: “¡Tiende hoy tus manos para recibir los regalos de Jesús!”
Antonio Rivero

San Isidoro de Sevilla, 4 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

El cardenal Turkson visita el Hospital Gemelli por la emergencia de coronavirus

Para transmitir “el abrazo del Papa”
(zenit – 3 abril 2020)-. Esta tarde a las 14:30, el cardenal Peter K.A. Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, visitó el Policlínico Agostino Gemelli, en Roma.

Así ha informado hoy, 3 de abril de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede a través de un comunicado.

El prefecto, acompañado por los subsecretarios del citado dicasterio, Mons. Segundo Tejado Muñoz y el padre Nicola Riccardi, se reunió con el personal médico y sanitario que interviene en la emergencia de la COVID-19.

A ellos y a todos los enfermos afectados por el virus, a sus familias y a los sacerdotes que ejercen el ministerio pastoral en el centro hospitalario, les trasladó el saludo del Santo Padre. “Os traigo el abrazo del Papa! ¡No estáis solos en la lucha contra el coronavirus!”, dijo el prefecto, según indica la citada nota.

Al final de este encuentro, los representantes del Dicasterio entregaron a los presentes algunos rosarios bendecidos por el Papa Francisco, “asegurando la oración y el apoyo de la Iglesia en este difícil momento de lucha contra la pandemia y prueba, tanto física como espiritual”, concluye el texto.

 

 

 

 

Semana Santa: Misa “en tiempo de pandemia” y oración especial para el Viernes Santo

Decretos de la Santa Sede
(zenit – 3 abril 2020).- Este año, para el tiempo litúrgico de Semana Santa, el Vaticano ha propuesto la celebración de la Misa para el tiempo de la pandemia y una nueva intención universal para rezar durante la liturgia de la Pasión del Señor el Viernes Santo.

A través de la Congregación para el Culto Divino, la Santa Sede publicó el pasado 30 de marzo de 2020 dos decretos especiales en su página web después de haberlos enviado a los obispos de todo el mundo.

La celebración de la Pasión del Señor en el Viernes Santo tiene este año una característica particular por la terrible pandemia que afecta al mundo, sostiene el prefecto de la Congregación, el cardenal Robert Sarah, en el documento.

En efecto, el día en el que celebramos la pasión y muerte redentora de Jesucristo en la cruz, la Iglesia “eleva súplicas a Dios Padre omnipotente por toda la humanidad, particularmente por los que más sufren, mientras espera con fe el gozo de la resurrección de su Esposo”.

 

Súplicas de misericordia

Por tanto, la Congregación propone una intención para añadir en la Oración universal de la mencionada celebración, “a fin de que lleguen hasta Dios Padre las súplicas de quienes lo invocan en su tribulación, para que todos sientan en sus adversidades el gozo de su misericordia”.

Así, en el decreto sugieren para la oración universal: “Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto”.

 

Misa para el fin de la pandemia

Además, con un decreto especial, la Congregación para el Culto Divino, en nombre del Papa Francisco, ha dispuesto la celebración de una Misa “específicamente para implorar a Dios el fin de esta pandemia”.

Para ello, se rezará en la colecta: “Dios todopoderoso y eterno, refugio en todo peligro, vuelve tu mirada hacia nosotros que con fe te imploramos en la tribulación y concede el descanso eterno a los difuntos, el alivio a los que lloran, la salud a los enfermos, la paz a los que mueren, la fuerza a los trabajadores de la salud, el espíritu de sabiduría a los gobernantes y el ánimo de acercarse a todos con amor para glorificar juntos tu santo nombre”.

 

 

 

 

Coronavirus: El Vaticano prorroga las medidas de prevención adoptadas

Hasta el 13 de abril
(zenit – 3 abril 2020)-. La Santa Sede ha decidido prorrogar hasta el 13 de abril las medidas adoptadas hasta ahora para evitar la propagación del coronavirus, en coordinación con las medidas adoptadas por las autoridades italianas el 1 de abril de 2020.

Así ha informado hoy, 3 de abril de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede a través de un comunicado.

Efectivamente, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, confirmó el miércoles 1 de abril en una rueda de prensa virtual que se prolongaba el cierre del país hasta el 13 de abril.

El pasado 6 de marzo, después de que un paciente atendido en un ambulatorio del Vaticano diera positivo de COVID-19 se suspendieron temporalmente “todos los servicios ambulatorios de la Dirección de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano para sanear el ambiente”, informó la Santa Sede.

 

Medidas adicionales

Más tarde, el 10 de marzo, se dispusieron una serie de medidas adicionales: la plaza de San Pedro y la Basílica Vaticana permanecen cerradas a las visitas guiadas y a los turistas desde entonces. La farmacia y el supermercado Annona seguirían abiertos, “pero con entradas restringidas”, indicaba la nota de la Santa Sede publicada en ese día.

También a partir de esa fecha, se cerraron “la unidad móvil del Correo Vaticano en la plaza de San Pedro, los dos puntos de venta de la Librería Editorial Vaticana, el Servicio Fotográfico de L’Osservatore Romano, que continuará accesible online, y el almacén de ropa”, continúa el texto.

El comedor de empleados, por su parte fue cerrado el 11 de marzo y se activó “un servicio de reparto de comidas a petición de las distintas realidades y entidades de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano”.

El comunicado del 10 de marzo indicaba que estas medidas permanecerían en vigor hasta el 3 de abril de 2020. Dadas las consabidas disposiciones del gobierno italiano, el Vaticano las ha postergado al 13 de abril.

 

 

 

 

Latinoamérica: Celebraciones de Semana Santa en los diferentes países

Medidas preventivas ante la COVID-19
(zenit – 3 abril 2020).- Con motivo de las medidas de prevención para evitar los contagios del coronavirus que apenas acaba de empezar a llegar a Latinoamérica, en la mayoría de los países, así como en España, se ha decretado el estado de alarma o emergencia y el confinamiento en las casas. Este es el caso de países como Uruguay, Perú o Colombia.

En otros países han tomado medidas menos restrictivas como México, Brasil o Chile, donde solo se ha decretado el confinamiento en algunas comunas concretas.

Por este motivo, la Misa no se celebra de forma pública y con asistencia de fieles en ningún país, salvo en algunas diócesis concretas donde se delegó al obispo la decisión de celebrar la Misa o no. Sin embargo, la mayoría de las Conferencias Episcopales han decidido que la Misa y los momentos importantes de oración en Semana Santa se celebrarán de manera online, transmitidas a través de las plataformas digitales y los medios de comunicación.

Asimismo, Conferencias Episcopales como las de Chile, España y México, están realizando una guía para vivir la Semana Santa en familia, con diferentes recursos que permitan acompañar la vivencia cristiana en el hogar.

 

Nicaragua

La Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Nicaragua, en un comunicado emitido el pasado 1 de abril de 2020, propone que la Iglesia en Nicaragua, “cuidando con sensibilidad a sus fieles, nos ha convocado a vivir esta Semana Santa en un contexto de recogimiento y autenticidad frente al sagrado valor de la vida, suspendiendo procesiones u otras actividades que aglomeran personas, evitando así ponerlas en riesgo de contagio”.

 

Chile

El administrador apostólico de la Diócesis de Talca, obispo Galo Fernández Villaseca, indicó que “este es un tiempo fuerte en la vida de la Iglesia y en el mundo entero, no va a ser posible celebrar las liturgias de manera presencial como siempre lo hemos hecho y es por cierto un dolor, pero también un deber el cuidar que la pandemia no siga extendiéndose, por lo mismo ya hemos dado instrucciones de mantener que no haya ningún tipo de celebraciones con fieles aunque esta sea la más importante”.

Asimismo, invitó a los fieles a vivir la Semana Santa a través de las redes sociales y los medios de comunicación, comenzando el domingo 5 de abril de 2020, Domingo de Ramos, confeccionando un ramo en sus casas como gesto de fe. El viernes Santo también se celebrará el Vía Crucis vía online, “con diálogos y cantos para hacerlo en la vida de la familia, es una Semana Santa absolutamente familiar”.

Para ver donde se pueden seguir las celebraciones de la Misa en Chile pinche aquí.

 

México

La Conferencia del Episcopado Mexicano, a través de un comunicado emitido el pasado 16 de marzo de 2020, “siguiendo las últimas medidas sanitarias de prevención y tratamiento para proteger la salud de la ciudadanía del inminente contagio de la COVID-19, mientras dure la emergencia indicada por el Gobierno Federal, y alertas internacionales” recomienda encarecidamente a los obispos de México, suspender los encuentros para grupos numerosos y las celebraciones Eucarísticas dominicales, que serán transmitidas a través de plataformas digitales y medios de comunicación públicos y privados.

Asimismo, instan a los fieles a asumir estas medidas de emergencia nacional con “serenidad, sabiduría y responsabilidad como manifestaciones de amor, solidaridad y cuidado entre hermanos”.

 

Uruguay

El presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay, Mons. Arturo Fajardo, invitó a los fieles a través de un vídeo, a celebrar la Semana Santa con fe, “la pasión, la muerte y resurrección del Señor, mediante la oración, la escucha de la Palabra, siguiendo los pasos de Jesús y compartiendo con las comunidades a través de los medios de comunicación masivos e Internet”.

“Celebramos los días centrales de la fe con la confianza puesta en el Señor que ha vencido a la muerte, que permanece con nosotros y nos da una palabra de esperanza, de luz y consuelo”, añade Mons. Fajardo.

 

Colombia

El Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) ha desarrollado un espacio web con insumos para los tiempos litúrgicos de Cuaresma, Semana Santa y Pascua. La dirección de este micrositio es semanasanta2020.cec.org.co y se encuentra organizado en tres secciones correspondientes a cada tiempo litúrgico, las cuales se irán activando progresivamente.

Así, a partir del Miércoles de Ceniza, se podrá acceder a estos materiales pastorales y litúrgicos referentes al tiempo de Cuaresma, en texto y formato audiovisual, que pueden ser descargados y utilizados de manera libre, señalando los créditos correspondientes.

 

España

La Conferencia Episcopal Española ha elaborado una publicación que permitirá la participación espiritual de los fieles en la celebración del año litúrgico, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección. El material se puede descargar en este link.

La guía se estructura en dos bloques. El primero incluye las horas más importantes del Oficio Divino para cada día (Oficio de Lectura, Laudes y Vísperas) y las lecturas de la Palabra de Dios de las celebraciones de la Semana Santa. Y el segundo apartado, ejercicios tradicionales de la piedad popular, como el Vía crucis el Viernes Santo o el Vía lucis el Domingo de Pascua.

La programación socio-religiosa será transmitida en la Cadena Cope, en TRECE y en La 2 de TVE y en RNE, pinche aquí para ver todos los horarios.

 

 

 

 

Nicaragua: El cardenal Brenes bendice al país con el Santísimo Sacramento

Frente a la situación de pandemia
(zenit – 3 abril 2020)-. El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, ofreció una oración por Nicaragua e impartió la bendición con Jesús Sacramentado desde las cúpulas de la catedral de Managua.

Así informó ayer, 2 de abril de 2020, la propia Arquidiócesis de Managua a través de una publicación en sus redes sociales.

“Que Dios nos bendiga en estos momentos de angustia por la pandemia del COVID-19”, continúa el texto de la citada publicación.

 

Oración y bendición

Efectivamente, en el video ofrecido por la archidiócesis, se observa cómo el cardenal Brenes subió las cúpulas de la catedral y pronunció una oración  frente al Santísimo Sacramento.

En ella pidió al Señor: “Aumenta nuestra fe”. “Con esta fe, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social, de manera especial en este momento, Señor, en que nos azota esta pandemia del virus”, describió.

“Tu eres nuestra esperanza, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo. Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives siempre intercediendo por nosotros”, agregó.

Tras concluir su plegaria, el arzobispo bendijo con el Santísimo al pueblo nicaragüense.

 

El Señor en los barrios de Managua

La Archidiócesis de Managua también informó que el padre Antonio Saballos, de la Parroquia Corpus Christi en el distrito de Villa Libertad de la capital, continúa con su visita a los barrios aledaños de su parroquia llevando a Jesús Sacramentado a todos sus fieles que se encuentran en casa por la situación de emergencia sanitaria.

Según los datos del mapa elaborado por la Universidad Johns Hopkins, Nicaragua cuenta hasta el momento con 5 infectados y 1 muerte por la COVID-19.

 

 

 

 

Santa Marta: Orar “por los que ayudan hoy” y pensar “en el mañana”

Contemplar los dolores de la Virgen
(zenit – 3 abril 2020).- “Hay gente que desde ahora empieza a pensar en el después: el después de la pandemia. A todos los problemas que vendrán: problemas de pobreza, de trabajo, de hambre… Oremos por todos los que ayudan hoy, pero también pensemos en el mañana, para ayudar a todos nosotros”.

Esta es la plegaria de oración del Santo Padre en la Misa de la Casa Santa Marta de hoy, 3 de abril de 2020.

En ella dirigió su pensamiento a la pobreza, el desempleo y el hambre causados por la pandemia del coronavirus, orando por aquellos que ya están tratando de remediarlo.

Al inicio de la Eucaristía, transmitida en directo, Francisco recitó la antífona de entrada, una invocación de ayuda en la angustia: “Ten piedad de mí, Señor, porque estoy angustiado; líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Señor, que no me avergüence de haberte invocado” (Sal 30, 10. 16. 18).

 

Nuestra Señora de los Dolores

Después, el Papa dedicó la homilía de la Misa de este viernes de la V Semana de Cuaresma, que precede al Domingo de Ramos a Nuestra Señora de los Dolores.

De este modo, el Pontífice resaltó el papel de la Virgen como discípula, porque siguió a Jesús junto a las otras mujeres, y como madre, titulo confirmado por su hijo en el momento de la Cruz: “En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos: a todos”, explicó el Obispo de Roma.

 

Pensar en los dolores de María

El Santo Padre recomendó detenerse hoy y “pensar en el dolor y las penas de Nuestra Señora. Ella es nuestra madre. Y cómo los ha llevado, cómo los ha llevado bien, con fuerza, con llanto: no era un llanto falso, era precisamente su corazón destruido por el dolor”.

Y concluyó: “Nos hará bien detenernos un poco y decirle a Nuestra Señora: ‘Gracias por haber aceptado ser Madre cuando el Ángel te lo dijo, y gracias por haber aceptado ser Madre cuando Jesús te lo dijo’”.

A continuación, sigue el texto íntegro de la homilía ofrecido por Vatican News.

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Homilía del Papa

En este Viernes de pasión que precede al Domingo de Ramos, en la cual conmemoramos los dolores de María, el Papa Francisco dedicó su homilía a Nuestra Señora de los Dolores. Hoy – dijo – nos hará bien pensar en los dolores de la Virgen y agradecerle porque aceptó ser Madre de Jesús.

Este Viernes de Pasión, la Iglesia recuerda los dolores de María, Nuestra Señora de los Dolores. Desde hace siglos se cultiva esta veneración del pueblo de Dios. Se han escrito himnos en honor a Nuestra Señora de los Dolores: estaba al pie de la cruz y la contemplan allí, sufriendo. La piedad cristiana ha recogido los dolores de la Virgen y habla de los “siete dolores”. El primero, solo 40 días después del nacimiento de Jesús, la profecía de Simeón que habla de una espada que atravesará su corazón. El segundo dolor, se refiere a la huida a Egipto para salvar la vida de su hijo. El tercer dolor, esos tres días de angustia cuando el niño se quedó en el templo. El cuarto dolor, cuando Nuestra Señora se encuentra con Jesús en el camino al Calvario. El quinto dolor de Nuestra Señora es la muerte de Jesús, ver al Hijo allí, crucificado, desnudo, muriendo. El sexto dolor, el descenso de Jesús de la cruz, muerto, y lo toma en sus manos como lo había tomado en sus manos más de 30 años [antes] en Belén. El séptimo dolor es el entierro de Jesús. Y así, la piedad cristiana sigue este camino de Nuestra Señora que acompaña a Jesús. Es bueno para mí, por la tarde, cuando rezo del Ángelus, rezar estos siete dolores como recuerdo de la Madre de la Iglesia, cómo la Madre de la Iglesia con tanto dolor ha podido darnos a luz a todos.

La Virgen nunca pidió nada para sí misma, nunca. Sí, para los demás: pensemos en Caná, cuando va a hablar con Jesús. Nunca ha dicho: “Soy la Madre, mírenme: soy la Reina Madre”. Ella nunca dijo eso. No pidió algo importante para ella, en el colegio apostólico. Sólo acepta ser madre. Acompañó a Jesús como discípula, porque el Evangelio muestra que siguió a Jesús: con sus amigas, mujeres piadosas, seguía a Jesús, escuchaba a Jesús. Una vez que alguien la reconoció: “Ah, aquí está la madre”, “Tu madre está aquí” … Ella estaba siguiendo a Jesús. Hasta el Calvario. Y allí, de pie… la gente seguramente le decía: “Pero, pobre mujer, cómo va a sufrir”, y los malos seguramente dijeron: “Pero, ella también tiene la culpa, porque si lo hubiera educado bien esto no habría terminado así”. Allí estaba, con el Hijo, con la humillación del Hijo.

Honrar a la Virgen y decir: “Esta es mi Madre”, porque ella es la Madre. Y este es el título que recibió de Jesús, justo ahí, en el momento de la Cruz. Tus hijos, tú eres Madre. No la nombró primer ministro ni le dio títulos de “funcionalidad”. Solo “Madre”. Y luego, los Hechos de los Apóstoles la muestran en oración con los Apóstoles como una madre. Nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a Jesús; recibió el don de ser su Madre y el deber de acompañarnos como Madre, de ser nuestra Madre. No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una co-redentora: no. El Redentor es uno solo y este título no se duplica. Sólo discípula y madre. Y así, como madre debemos pensar en ella, debemos buscarla, debemos rezarle. Ella es la Madre. En la Iglesia Madre. En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos: a todos.

Hoy nos hará bien detenernos un poco y pensar en el dolor y las penas de Nuestra Señora. Ella es nuestra madre. Y cómo los ha llevado, cómo los ha llevado bien, con fuerza, con llanto: no era un llanto falso, era precisamente su corazón destruido por el dolor. Nos hará bien detenernos un poco y decirle a Nuestra Señora: “Gracias por haber aceptado ser Madre cuando el Ángel te lo dijo, y gracias por haber aceptado ser Madre cuando Jesús te lo dijo”.

Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a realizar la comunión espiritual. Aquí sigue la oración recitada por el Papa durante la misma.

 

Oración para la comunión espiritual

“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”.

Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antigua antífona mariana Ave Regina Caelorum (Ave Reina del Cielo).

 

 

 

 

La Iglesia en España se moviliza ante la emergencia sanitaria

Más de 300 iniciativas diocesanas
(zenit – 3 abril 2020).- La Iglesia en España se moviliza ante la emergencia sanitaria y las consecuencias sociales de la pandemia de COVID-19 y moviliza todos sus recursos para ofrecer servicio, acompañamiento, ayuda y oración a todos los afectados y a toda la sociedad, para servir al bien común.

La Conferencia Episcopal Española ha publicado en su página web las más de 300 iniciativas de la Iglesia en las diócesis que atienden necesidades pastorales, espirituales, sociales, asistenciales, educativas y de entretenimiento ocasionadas por el confinamiento, en un listado que se irá actualizando cada día.

La mayoría de diócesis españolas ofrecen a sus fieles la transmisión de la Misa a través de los medios de comunicación y otros contenidos religiosos, algunas disponen de material interactivo para los niños, música o películas para ver en familia, otras hacen llegar a las familias subsidios para rezar estos días de confinamiento, y diócesis como Albacete, Bilbao, Córdoba, Sevilla, Osma-Soria o Madrid, donan material sanitario o dinero. También hay algunas diócesis que fabrican material, incluso en las cárceles, como es

Seminarios para acoger a personas sin hogar, mascarillas para los centros penitenciarios, videollamadas a las personas mayores o que viven solas, atención social, refuerzos en las Caritas diocesanas, recogidas de alimentos y dinero, o el ofrecimiento de los seminarios y espacios diocesanos para atender a enfermos por coronavirus son otras medidas extraordinarias que brinda la Iglesia estos días.

Para ver el listado completo pinchar aquí.

 

 

 

 

Estados Unidos: El arzobispo Gómez invita a una oración nacional el Viernes Santo

Letanías al Sagrado Corazón
(zenit – 3 abril 2020).- El arzobispo José H. Gomez, de Los Angeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) invita a los fieles a unirse a él en un momento de oración el Viernes Santo, 10 de abril, para rezar las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús.

La cita será a las 12 pm (hora de Washington DC) y se transmitirá en vivo a través de las páginas de la USCCB y de la Arquidiócesis de Los Angeles, informó la Conferencia Episcopal el 2 de abril de 2020, en una nota de prensa.

“Orando juntos como nación”, el arzobispo pide a los fieles que “busquen la curación para todos los que no están bien, la sabiduría para aquellos cuyo trabajo es detener la propagación del coronavirus y la fuerza para todos los hijos de Dios”

El episcopado estadounidense recuerda que el Viernes Santo es un día en que los cristianos de todo el mundo conmemoran solemnemente el día en que Jesús sufrió y murió en la cruz. Los católicos tradicionalmente cumplen este día con ayuno, penitencia y reflexión sobre el sacrificio amoroso de Jesús.

“Esta oportunidad de rezar juntos durante la pandemia del coronavirus ofrece un momento especial de unidad para los fieles”, anuncia la Conferencia Episcopal, “cuando las comunidades en Estados Unidos y en todo el mundo no pueden congregarse físicamente para la Semana Santa y Pascua debido al virus conocido como COVID-19”.

Adicionalmente, con permiso especial recibido de la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede, la indulgencia plenaria estará disponible para quienes se unan al Arzobispo Gomez en el rezo de las Letanías al Sagrado Corazón el Viernes Santo.

La transmisión de las Letanías al Sagrado Corazón con el Arzobispo Gomez estará disponible en la página web de la Arquidiócesis de Los Angeles www.lacatholics.org y en la página de Facebook en inglés de la USCCB: www.facebook.com/usccb.

 

Súplicas por toda la humanidad

La celebración de la Pasión del Señor en el Viernes Santo tiene este año una característica particular por la terrible pandemia que afecta al mundo. De esta manera, la Iglesia “eleva súplicas a Dios Padre omnipotente por toda la humanidad, particularmente por los que más sufren, mientras espera con fe el gozo de la resurrección de su Esposo”.

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en nombre del Papa Francisco, “haciendo uso de una posibilidad ya concedida en el Misal Romano al obispo diocesano en una grave necesidad pública”, propone una intención para añadir en la Oración universal de la mencionada celebración, “a fin de que lleguen hasta Dios Padre las súplicas de quienes lo invocan en su tribulación, para que todos sientan en sus adversidades el gozo de su misericordia”.

 

 

 

 

“María, Madre de los creyentes”: Cuarta predicación de Cuaresma

Del padre Raniero Cantalamessa
(zenit – 3 abril 2020).- Bajo el tema general de “María, Madre de los creyentes”, el padre Raniero Cantalamessa ofreció al Papa y a la Curia Roma su cuarta y última predicación de Cuaresma, que fue grabada por el coronavirus.

Hoy, 3 de abril de 2020, el predicador de la Casa Pontificia dedicó su meditación cuaresmal al tema de la Madre de la Iglesia y de todos los creyentes, para concluir la contemplación de María en el misterio pascual. Esto lo hizo a partir de la palabra que Jesús dirige desde la cruz al discípulo amado (Jn 19, 26-27):

“’¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!’. Después dice al discípulo: ‘¡Ahí tienes a tu madre!’. Y desde aquel momento el discípulo la acogió como algo propio”, indicó el franciscano.

 

María, Madre nuestra

El padre Cantalamessa explicó que las expresiones “Madre de los creyentes”, o “Madre nuestra” hablan de una maternidad espiritual de la Virgen que “tiene una relación menos estrecha con la verdad central del credo”. Esto ocurre así porque que no se puede decir que el cristianismo lo haya mantenido “en todas partes, siempre y por todos”, sino que refleja la doctrina y la piedad de algunas Iglesias, en particular de la Iglesia católica, aunque no solo en ella.

“También la maternidad espiritual de María respecto de nosotros, análogamente a la física respecto de Jesús, se realiza a través de dos momentos y dos actos: concebir y dar a luz. María pasó a través de estos dos momentos: nos concibió y dio a luz espiritualmente”, describió.

Y agregó, “concibió, es decir, acogió en sí misma, cuando – quizá en el momento mismo de su llamada, en la Anunciación, y ciertamente después, a medida que Jesús avanzaba en su misión – empezó a descubrir que ese hijo suyo no era un hijo como los demás, una persona privada, sino que era el Mesías esperado, en torno al cual se estaba formando una comunidad”.

 

Ella nos da la luz “de nuevo”

Además, el teólogo considera que si el apóstol Pablo pudo decir a sus fieles: “’Yo los engendré para Cristo cuando les anuncié la Buena Noticia’ (1 Co 4, 15), ¡cuánto más puede decirlo María, que es la madre!”.

“¿Quién, más que ella, puede hacer suyas las palabras del Apóstol: ‘Hijitos míos, por quienes estoy sufriendo nuevamente los dolores del parto’ (Gal 4,19)? Ella nos da a luz ‘de nuevo’ al pie de la cruz, porque ya lo ha hecho una primera vez, no en el dolor, sino en la alegría, cuando dio al mundo justamente aquella ‘Palabra viva y eterna’, que es Cristo, en la cual fuimos regenerados”, explicó.

 

Síntesis del Concilio Vaticano II

El predicador pontificio aludió después a la doctrina tradicional católica de María, Madre de los cristianos, que recibió una nueva formulación en la constitución del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia. En ella se inserta en el cuadro más amplio respecto del lugar de María en la historia de la salvación y en el misterio de Cristo.

También apuntó que en la Constitución dogmática sobre la Lumen gentium se lee: “La misión maternal de María para con los hombres no oscurece ni disminuye en modo alguno esta mediación única de Cristo, antes bien sirve para demostrar su poder. Pues todo el influjo salvífico de la Santísima Virgen sobre los hombres no dimana de una necesidad ineludible, sino del divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo; se apoya en la mediación de éste, depende totalmente de ella y de la misma saca todo su poder. Y, lejos de impedir la unión inmediata de los creyentes con Cristo, la fomenta”.

“Y desde aquel momento el discípulo la acogió como algo propio”, señaló.

 

María, modelo de esperanza

Antes de que finalizara esta contemplación de María en el misterio pascual, junto a la cruz, de acuerdo al citado medio vaticano, el padre Cantalamessa exhortó a dedicar un pensamiento de la Virgen como modelo de esperanza.

“Llega un momento en la vida en el cual nos es necesaria una fe y una esperanza como la de María. Esto pasa cuando parece que Dios ya no escucha nuestras oraciones, cuando se diría que se contradice a sí mismo y a sus promesas, cuando nos hace pasar de derrota en derrota y las fuerzas de las tinieblas parecen triunfar sobre todos los frentes alrededor de nosotros y se produce oscuridad dentro de nosotros, como se produjo oscuridad aquel día sobre el Calvario”, declaró en este sentido.

 

Humildad y escondimiento

A continuación, el franciscano resumió toda la participación de María en el Misterio Pascual, aplicando a ella, con las debidas diferencias, las palabras con las cuales san Pablo resumió el Misterio pascual de Cristo.

“María, aun siendo la Madre de Dios no consideró como un tesoro celoso su relación única con Dios, sino que se despojó a sí misma de toda pretensión, asumiendo el nombre de sierva y apareciendo en su exterior como cualquier otra mujer. Vivió en la humildad y en el escondimiento obedeciendo a Dios, hasta la muerte de su Hijo, y una muerte de cruz. Por esto Dios la exaltó y le dio el nombre que, después del de Jesús, está por encima todo otro nombre, para que al nombre de María toda cabeza se incline: en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame que María es la Madre del Señor, para gloria de Dios Padre. ¡Amén!”, finalizó.

 

 

 

 

Colombia: Ejército de Liberación Nacional anuncia la suspensión de ataques por un mes

Por motivos humanitarios ante la COVID-19
(zenit – 3 abril 2020).- Por motivos humanitarios debido a la pandemia del coronavirus, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), ha anunciado a los obispos de la Conferencia Episcopal Colombiana la suspensión de ataques por un mes, del 1 al 30 de abril de 2020, lo que han recibido como un “alivio para el pueblo colombiano, especialmente para quienes sufren con mayor rigor las consecuencias del conflicto armado”.

Asimismo, en esta situación de crisis y momentos difíciles, el episcopado anima a “todas las organizaciones armadas ilegales que cesen todos los atentados, actos de violencia, secuestros, amenazas y extorsiones, y aun toda violencia verbal”, informan desde la Agencia Fides.

 

Emergencia sanitaria y social

Desde la Conferencia Episcopal Colombiana, los obispos se unen al llamado del Papa Francisco y al apelo del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, manifestando que “la emergencia sanitaria y social actual exige detener la dinámica de la violencia, para favorecer la ayuda humanitaria y la atención a quienes se encuentran en más graves condiciones de vulnerabilidad”.

Asimismo, los obispos extienden este llamado “para que cese la violencia en las familias, pues ellas son el primer espacio donde se cultiva la paz de la sociedad”.

También, el episcopado, invita a adoptar los cambios oportunos para el bien común, superando las dificultades con “la responsabilidad, el diálogo y la unidad de la nación”, añaden desde la fuente citada.

 

Número de contagios

Actualmente, en Colombia se contabilizan 1.161 casos de infectados por el coronavirus, aunque 55 de ellos ya están recuperados y han recibido el alta. Asimismo, suman un total de 19 personas fallecidas por esta enfermedad, tal y como indica la última actualización de datos del Ministerio de Sanidad.

Los obispos concluyen con mensajes de ánimo y apoyo hacia el Gobierno Nacional en su idea de seguir creando nuevos “espacios y escenarios de diálogo que susciten confianza para continuar el proceso de reconciliación, de unidad y de paz en el país, con el apoyo y el compromiso de toda la ciudadanía”.

 

 

 

 

Costa Rica se suma al llamado del Papa para que cese la hostilidad bélica

Búsqueda constructiva de la paz
(zenit – 3 abril 2020).- En un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Costa Rica se ha unido al llamado del Santo Padre para tratar de que cese la hostilidad bélica y las guerras, llevando a cabo una búsqueda constructiva de la paz.

El Papa Francisco propuso un alto el fuego mundial, detener el uso de las armas y ayudar a las personas más vulnerables, mediante el diálogo pacífico en esta situación crítica para la humanidad, tal y como informa Vatican News.

 

Comunicado Costa Rica

El mensaje destaca que Costa Rica sigue de manera optimista los primeros pasos hacia la paz humanitaria en varios lugares del mundo en los que aun se producen violentos conflictos.

El canciller Rodolfo Solano Quirós, destacó la urgencia a que se realice una tregua mundial y a pensar en “las personas más vulnerables que viven los efectos más severos de la pandemia y luchar juntos por la vida de todo, añaden desde la fuente citada.

Asimismo, en el comunicado, Costa Rica pide ayuda a todos los Estados para que apoyen este esfuerzo y realicen gastos militares en exceso, para contar con más recursos en la lucha contra la pandemia del coronavirus, siendo la seguridad humana lo principal.

 

 

 

 

México: Obispos proponen la creación de Redes Vecinales de Solidaridad

Durante la emergencia sanitaria
(zenit – 3 abril 2020)-. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) propone la creación de las Redes Vecinales de Solidaridad (REVES) en Parroquia y ofrece una guía para establecerlas.

Así ha informado la propia CEM a través de un comunicado publicado ayer, 2 de abril de 2020.

Esta iniciativa surge como mecanismo de solidaridad ante la urgencia de mantenerse en las casas “para cuidarnos del contagio del COVID-19”, que “implica tomar conciencia de los cuidados personales que necesitamos tener; así como los cuidados comunitarios que requerimos para que ninguna persona quede desprotegida”, continúa la nota.

 

Cuidarse y ayudarse

La nota define estas redes como grupos de vecinos que coinciden en una circunscripción parroquial y que “en la coherencia con su fe cristiana se organizan para cuidarse, ayudarse y enfrentar esta contingencia nacional y mundial de manera más efectiva, priorizando a quienes más lo necesitan sin distinción de credo o religión”.

Se trata, continúa, “de crear desde la comunión los mecanismos de comunicación, soporte y ayuda, para vivir el aislamiento físico desde el acompañamiento solidario y la seguridad comunitaria”.

 

Objetivos de las redes vecinales

De acuerdo a la misma, estas redes tienen como objetivos: construir una red de apoyo emocional durante la contingencia para prevenir crisis de depresión, pánico o estrés, así como monitorear la situación de los más vulnerables, (personas mayores, enfermos crónicos, desempleados y discapacitados).

También presentan la finalidad de ubicar familias con antecedentes de violencia doméstica y procurar redes de comunicación afectiva para evitar agresiones; colaborar en la satisfacción comunitaria de las necesidades básicas de alimentación, medicinas, información y seguridad; y ayudar a una distribución solidaria de los posibles apoyos gubernamentales o eclesiales mediante las Cáritas o por la Pastoral Social.

 

Avivar la esperanza

Por último, las REVES se organizan “para avivar la esperanza frente a esta situación” y crear en sus comunidades las redes de oración (Rosarios, Coronillas de la Divina Misericordia; Oración del Magnificat y del Sub tuum Praesidium, aviso de Misas u Horas Santas virtuales, etc.).

El comunicado también incluye información sobre cómo conformar estas redes vecinales y cómo establecer la coordinación en ellas, así como medidas y protocolos de cuidado.

 

 

 

 

La Iglesia española llama a la solidaridad en del día del Amor Fraterno

Celebrado el Jueves Santo
(zenit – 3 abril 2020)-. En plena situación de emergencia sanitaria y social de la pandemia del coronavirus, la Iglesia española, a través de Cáritas, la Conferencia Episcopal y los medios de comunicación COPE, TRECE y Ecclesia invitan a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados.

Así hay informado hoy, 3 de abril de 2020, la Confererencia Episcopal Española (CEE) a través de una nota.

Tal y como se señala en la misma, la celebración del Día del Amor Fraterno tiene lugar el Jueves Santo y constituye “un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor”.

 

La fraternidad alumbra la esperanza

El comunicado recuerda que existen formas concretas de manifestar “esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus”. Una de ellas es la propuesta de Cáritas y la Conferencia Episcopal para el Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”, una inicitaiva que consiste en “encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición”.

Con este gesto “se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos”, explica la CEE.

 

Apoyo económico a los más vulnerables

Por otro lado, el episcopado apunta que también es posible expresar el compromiso con los afectados por el coronavirus mediante el apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta”, difundida por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.

En este sentido, el texto indica que “son innumerables las iniciativas solidarias que todas las 70 Cáritas Diocesanas de España y cada una de las Diócesis están desarrollando, bajo el lema ‘La Caridad No Cierra’” para acompañar las necesidades básicas de aquellos cuya situación es más difícil, tales como “las personas sin hogar, los mayores o las familias con escasos recursos”.

 

Hacer memoria para servir

El episcopado rememora que cada Jueves Santo la Iglesia “hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio”.

“En este Día del Amor Fraterno de 2020, cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia”, apunta.

 

Actitudes para vivir la fraternidad

Ante esta llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir la jornada del Amor Fraterno, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivirla: la mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento; la humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro; así como la ayuda mutua, pues, es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos;

Además hablan de la compasión, la responsabilidad de cuidarse y de cuidar del otro, de la gratuidad, de la oración contemplando a Cristo en la Cruz y de la esperanza que proviene del resucitado y que abre al futuro de la salvación y la alegría de la Pascua.

 

Oración-bendición

Finalmente y con objeto de acompañar el encendido de una vela en el momento de compartir la cena, Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen la siguiente oración-bendición:

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final,
hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la última cena
partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo,
nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos
a entregar la nuestra…
Gracias Señor, porque en el pan y el vino
nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa
con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles
y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos;
que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza.

Amén.

 

 

 

 

Domingo de Ramos: Preparación para el Misterio Pascual

Por D. Manuel Glez. López de Lemus, sacerdote
(zenit – 3 abril 2020).- La celebración del Domingo de Ramos es el pórtico que cierra los 40 días de oración, ayuno y limosna de la Cuaresma y nos preparan para la celebración del Misterio Pascual: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, Nuestro Señor.

Siguiendo los relatos de la Sagradas Escrituras comenzamos esta semana que culminará con el triunfo de la Resurrección de Cristo, no sin antes haber pasado por las tinieblas y el sufrimiento del Viernes Santo. Cristo muere para salvarnos, solo así puede resucitar y hacernos partícipes de su Vida eterna.

 

Color rojo

El color de las vestiduras que se utilizan este Domingo de Ramos son rojas. El significado, en primer lugar, es porque este color es el color de la realeza y Jesucristo en esta entrada triunfal en Jerusalén entra como Rey de Israel. Así canta la Iglesia como cantaron los judíos hace ya 21 siglos: “Hosanna al Hijo de David, Bendito el que viene en nombre del Señor, El Rey de Israel. ¡Hosanna en el cielo!” (Mt. 21,9).

Además, como expresa muy bien el prefacio de la Misa de este día: “Cristo que siendo inocente, se entregó a la muerte por los pecadores, y aceptó la injusticia de ser contado entre los criminales”. De esta forma, al morir, destruyó nuestra culpa, y al resucitar, fuimos salvados (justificados). Por eso el color rojo nos advierte de la sangre que derramará por nosotros. Este es también el color de los mártires.

 

Procesión de Ramos

La Iglesia intenta ayudarnos con su pedagogía a revivir, en cierta manera, aquellos acontecimientos. Por eso, este domingo la celebración comienza con la procesión de Ramos. Estando en aislamiento debido a la pandemia, este día podrá ser recordado como el Domingo de Ramos del coronavirus.

Las procesiones, se pueden celebrar de dos formas: procesión solemne antes de la Misa principal o procesión simple antes de las demás Misas celebradas en las parroquias.

 

Procesión solemne y simple

La opción solemne comienza en un lugar adecuado con los fieles portando los ramos o las palmas en sus manos, los sacerdotes están revestidos de rojo. El sacerdote explica la bendición, bendice los ramos y después los rocía con agua bendita y proclama el Evangelio, que este año será el de san Mateo (Mt.21,1-11). Después se puede hacer una pequeña homilía si se juzga oportuno.

A continuación, comienza la procesión hacia la iglesia donde se celebrará la Eucaristía. Es adecuado usar incienso, y los ministros van con velas encendidas. Se recomienda usar cantos propios como los salmos: 23, 46… Al llegar, al altar, se venera y se comienza con la oración colecta que dice: “Oremos”. Esta fórmula también permite todo lo anterior, pero efectuado dentro de la iglesia

La opción de la entrada simple se hace con algún canto apropiado y una entrada realizada como habitualmente. No hay bendición de ramos. Esta alternativa se suele escoger cuando no hay fieles o son muy pocos los asistentes.

 

Evangelio de la pasión del Señor

La Misa es normal con tres lecturas, pero tiene una particularidad, y es que el Evangelio que se lee narra la Pasión del Señor. Es largo y se puede hacer con tres lectores: Jesucristo, pueblo y narrador.

Este año recitaremos el Evangelio de san Mateo (Mt.26:14-27:66), en un esfuerzo de la Iglesia para adentrarnos en los misterios Pascuales de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, incluyendo la Última cena y la oración en el huerto de Getsemaní.

 

D. Manuel González López de Lemus, sacerdote

Youtube: Fr. Manuel Gonzalez / Facebook: Emmanuel J. González

Instagram: @mitogonzalez2013 / Blog: Consideraciones espirituales

 

 

 

 

España: Llamamiento de los empresarios cristianos a las autoridades

Para que mejoren las condiciones
(zenit – 3 abril 2020).- Los empresarios y directivos cristianos integrados en la asociación española ASE-Acción Social Empresarial hacen un llamamiento a todas las administraciones del país “para que creen las mejores condiciones y clima para que las empresas y los empresarios, una vez superada la crisis sanitaria, puedan operar con todo su potencial, en libertad y con responsabilidad”.

La asociación de directivos y empresarios cristianos (ASE) expresa su cercanía al “dolor de tantos y tantos enfermos, y de sus familias y amigos, por la difícil situación que atraviesan y por la pérdida de sus seres queridos”, en un comunicado emitido el 3de abril de 2020.

En este contexto, la organización española anima a todos los empresarios y directivos a mantener la esperanza y a inspirarse en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia para realizar su labor desde la mayor solidaridad y siempre buscando el servicio al bien común, “manteniendo vivas y, activas sus empresas, con el mayor número de empleos posible sin que ello comprometa la viabilidad de la propia empresa”, indican.

En su mensaje, los representantes de los empresarios católicos escriben: “Nos sentimos solidarios con los esfuerzos que en la sanidad principalmente, pero también en las fuerzas del orden, y multitud de empresas, especialmente en el sector del transporte, la distribución y otros sectores, realizan de manera denodada, sacrificada y extenuante, hombres y mujeres de toda España”.

 

Generar puestos de trabajo

Sobre los empresarios y directivos recae, señalan, “ahora más que nunca, la enorme responsabilidad de multiplicar su imaginación, su inteligencia y sus esfuerzos, para lograr que las empresas, ya sean grandes, medianas, pequeñas, microempresas o autónomos, puedan sobrevivir al parón económico”, y continúan: “Porque de esa manera, los empresarios, una vez superada la crisis sanitaria, van a contribuir de forma decisiva a que España pueda sobreponerse a la crisis económica lo antes posible; permitiendo que todos, especialmente los más pobres y marginados, sientan que llega un aire de esperanza”.

Pero para que eso ocurra, puntualizan, “es necesario que crezca la economía y se generen puestos de trabajo, lo que permitirá también la recuperación de los ingresos fiscales, y será así posible aplicar programas sociales”. Esto es: “Programas sociales que difícilmente podrían acometer las autoridades solo incrementando la deuda pública hasta niveles insostenibles, y dejando más hipotecadas las cuentas públicas, cargando su devolución sobre las siguientes generaciones, comprometiendo su futuro”.

 

 

 

 

Bioética: “¿Cómo utilizar los recursos sanitarios en circunstancias de crisis?”

Observatorio de Bioética – Universidad Católica de Valencia
(zenit – 2 abril 2020).- Pandemias como el coronavirus, pueden plantear un dramático desequilibrio entre medios disponibles y necesidades de atención por parte de la población. El tremendo dilema de decidir quién puede ser el destinatario de los medios o de la atención médica imprescindible, debe dirimirse siguiendo estrictamente criterios bioéticos bien fundamentados.

La distribución de los recursos sanitarios de forma equitativa entre la población que los necesita constituye uno de los problemas que la bioética analiza en el campo asistencial. El principio de Justicia, definido en las bioéticas Principialista y Personalista, además del de Subsidiariedad que añade ésta última, tratan de modular la utilización de los medios y recursos sanitarios disponibles de forma que su uso beneficie al mayor número de personas evitando criterios discriminatorios basados en decisiones injustas, y propiciando además que los más vulnerables reciban, de modo especial, una atención proporcionada a sus necesidades.

 

Abordaje bioético

Pueden darse situaciones excepcionales, como la que nos ocupa en nuestros días, en la que la demanda de recursos y servicios asistenciales supera enormemente a la oferta de medios disponibles. El tremendo dilema de decidir quién puede ser el destinatario de estos medios o de la atención médica imprescindible debe dirimirse siguiendo estrictamente criterios bioéticos bien fundamentados, que promuevan la correcta aplicación de los mencionados principios sin caer en discriminaciones injustas.

Circunstancias de conflicto bélico, catástrofes medioambientales o pandemias como la actual, pueden plantear este dramático desequilibrio entre medios disponibles y necesidades de atención por parte de la población. Se impone en tales circunstancias la necesidad de decidir a quién se destinan los recursos y a quien no, aún a riesgo de comprometer su curación o supervivencia.

Ante una situación como la actual pandemia por coronavirus, y la necesidad de utilizar muchos recursos relacionados con los cuidados intensivos, que incluyen medios de respiración asistida invasiva, la demanda de pacientes que pueden necesitar este soporte vital puede llegar a exceder con mucho el número de respiradores disponibles, además del material fungible necesario para hacerlos funcionar y el personal técnico cualificado que debe aplicarlos y supervisarlos.

El dramático dilema se plantea ante la disyuntiva de qué pacientes van a ser intubados y cuáles no, con las consecuencias que de estas decisiones puedes derivarse. De forma análoga el dilema puede plantearse ante la necesidad de intervenir quirúrgicamente o de atender cualquier otra urgencia con riesgo vital.

Es la aplicación “catastrófica” del principio de Justicia, que obliga a “desistir del tratamiento” en pacientes que, en otras circunstancias, pudieran recuperarse si los recursos fueran suficientes. El criterio de aplicarlos a los pacientes con más posibilidades de supervivencia y con menos secuelas previsibles es, en principio, el adecuado, el menos malo, sabiendo que se adopta una decisión en la que se da el doble efecto, por el que morirán pacientes que hubieran podido sobrevivir tras tomar la decisión selectiva, pero que constituye la única posibilidad existente, sin alternativas.

Si este criterio selectivo se aplica correctamente, en realidad, no se estaría dejando morir a pacientes como si de una forma de eutanasia se tratara, sino que se está tratando de salvar a los que más posibilidades tengan de sobrevivir con el mínimo de secuelas graves, dada la limitación de recursos. La muerte de estos pacientes no es buscada, ni tolerada siquiera, sino que es sencillamente inevitable.

La recta aplicación de los principios de Justicia y Subsidiariedad, exige que, antes de llegar a tomar decisiones como las expuestas, deben explorarse todas las alternativas posibles, que incluyen la posibilidad de derivar pacientes a otros hospitales o áreas de tratamiento, la reasignación de recursos destinados a otras necesidades para poder ser aplicados a los pacientes con riesgo vital, la planificación de los medios humanos y materiales con el fin de anticiparse a la demanda y poder hacer frente a situaciones anómalas como la que nos ocupa, la optimización de los medios disponibles, como la de compartir un mismo respirador por parte de dos pacientes, tal como se informó ayer en un hospital madrileño, y otras que traten de evitar a toda costa la aplicación de la selección o “triaje” de pacientes candidatos a ser atendidos de forma intensiva.

 

Los criterios de selección de pacientes

La aplicación de un “triaje” para la selección de candidatos al ingreso en UCI y la aplicación de ventilación mecánica invasiva, debe restringirse, como se ha especificado, a situaciones extremas en las que la derivación de pacientes a otros centros o la habilitación de nuevos recursos se muestran insuficientes para atender debidamente la demanda en el hospital o la unidad de cuidados intensivos. Por lo tanto, debería tratarse siempre de la última opción, no aplicable cuando los cuidados pueden suministrarse recurriendo a otros medios.

Un criterio inicial para realizar esta selección sería la posibilidad de obtener un beneficio significativo y la reversibilidad de la gravedad del proceso en los destinatarios de los cuidados, en los que estaría indicada, por ejemplo, la ventilación mecánica invasiva. Se hace necesaria una cuidadosa valoración de las posibilidades de supervivencia de estos pacientes y la magnitud de las secuelas que pudieran sufrir en el futuro como consecuencia de la evolución de su enfermedad, por lo que se seleccionarían aquellos con mejor pronóstico de recuperación y supervivencia con el mínimo de secuelas.

La aplicación de otros criterios de forma discriminatoria, como la edad del paciente u otras circunstancias como trastornos psíquicos, demencia o cualquier otra forma de discapacidad o dependencia, no sería aceptable bioéticamente, pues implicaría proceder en contra del respeto a la dignidad que todo ser humano posee independientemente de sus circunstancias, y se alejarían del criterio básico de selección basado en las posibilidades de supervivencia sin graves secuelas.

 

El acompañamiento

Por último, la atención que se debe proporcionar a todos los pacientes, especialmente a los más vulnerables, debería incluir siempre que sea posible hacerlo, la asistencia psicológica y espiritual, que debe extenderse a su círculo familiar o de cuidadores, como ingrediente imprescindible en el acompañamiento del enfermo y, específicamente, de aquel sometido a cuidados paliativos o en fase terminal.

Debe mencionarse especialmente la gestión del duelo ante el fallecimiento del paciente por parte de su familia y allegados, que puede verse dificultada en situaciones extremas como la que nos ocupa. Deberían articularse los medios y procedimientos necesarios para que, aún en situaciones difíciles motivadas por las necesidades de aislamiento y riesgo de transmisión, los familiares pudieran acceder a los enfermos en los momentos finales de su vida si fuera posible, implementando los medios de precaución necesarios, y despedirse de ellos tras su fallecimiento, circunstancia que contribuiría a la superación del duelo.

 

 

 

 

¡Camino de esperanza en tiempos de confinamiento! (9)

Las numerosas veces “en las que Jesús me abrió el camino correcto”
¡El Señor es nuestro socorro!

Una vez más, Jesús escapa de la lapidación… Acusado de blasfemia. Pero su conocimiento de la verdad de la Palabra de Dios lo hace poner las cosas en el orden correcto. Sí, Jesús es nuestro punto de apoyo sólido, incluso si tenemos la tentación de ser persuadidos… de querer probar otros caminos.

Este largo tiempo me hace reflexionar, y por qué no hacer como un examen de conciencia: cuántas veces Jesús en mi vida me ha abierto el camino correcto cuando la desesperación me llevaba a tomar otros caminos.

¡Jesús no fue ejecutado como Juan el Bautista porque predicó la justicia, ni porque sus milagros molestaban a los poderosos sino porque se declaró a sí mismos Hijo de Dios! El que, a lo largo de su vida, quiso darnos a su Padre. Unos días antes de la Pasión, la Iglesia nos insta a aferrarnos a una fe amorosa. ¡Esta es nuestra esperanza!

 

Canónigo Denis METZINGER

-3 de abril de 2020

 

 

 

 

Jornada Penitencial Nacional en México

Subsidio para una celebración en familia
(zenit – 3 abril 2020).- A nivel nacional, se propuso el Viernes de Dolores, 3 de abril, para hacer esta celebración, invitándonos a ayunar este día y guardar la abstinencia de carnes, como un sacrificio ofrecido a Dios para que acabe esta pandemia.

Tomando en cuenta la Nota de la Penitenciaría Apostólica, de la Santa Sede, de fecha del 20 de marzo de 2020, acerca del Sacramento de la Penitencia en la actual situación de pandemia, donde puntualiza que: “Cuando el fiel se encuentre en la dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental, debe recordarse que la contrición perfecta, procedente del amor del Dios amado sobre todas las cosas, expresada por una sincera petición de perdón (la que el penitente pueda expresar en ese momento) y acompañada del firme propósito de recurrir cuanto antes a la confesión sacramental, obtiene el perdón de los pecados, incluso mortales (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1452)”, se ofrece esta guía para una celebración familiar, para que, a la luz de la Palabra de Dios que nos llama a la conversión, hagamos juntos un acto de contrición perfecta, con el compromiso de acceder al Sacramento de la Penitencia, tan pronto las circunstancias lo permitan. Si no tenemos algún impedimento moral, con esta celebración tenemos fe y confianza de estar en gracia de Dios.

 

 

  1. Adoración y Alabanza trinitaria

Quien preside:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos:  Amén.

Quien preside: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su designio amoroso
ha querido que su Verbo se hiciera carne
y habitara en medio de nosotros.

Todos:
Bendito seas por siempre, Señor.

Quien preside:
Bendito sea nuestro Señor Jesucristo,
que por amor nos ha dado la vida divina
y ha querido permanecer en medio de nosotros en el sacramento de su Cuerpo y su Sangre.

Todos:
Bendito seas por siempre, Señor.

Quien preside:
Bendito sea el Espíritu Santo, Paráclito,
por cuya acción el Sacrificio de Cristo es para nuestro bien, el memorial de la Alianza eterna.

Todos:
Bendito seas por siempre, Señor.

Quien preside: Dios y Padre nuestro, cuyo amor no se da por vencido con nuestras ofensas, pero nos pide que las reconozcamos y nos arrepintamos de ellas, concédenos celebrar el sacramento de tu misericordia y corregir lo que esté mal en nuestras acciones y en nuestra vida, para que podamos llegar a recibir de ti la eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos:
Amén.

 

  1. Palabra de Dios

PRIMERA LECTURA

Él soportó el castigo que nos trae la paz.

Del libro del profeta Isaías 53, 1-12

¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado.

Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curdos.

Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.

Pero el Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos.

Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por los pecadores.

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL

Del Salmo 21, 2-3, 7-9, 18-28

  1. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza. Dios mío, de día te grito, y no me respondes, de noche, y no me haces caso. R.

Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo. Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: “Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre”. R.

Ellos me miran triunfantes, reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R.

Líbrame a mí de la espada, y a mi única vida de la garra del mastín; sálvame de las fauces del león, a este pobre, de los cuernos del búfalo. R.

A mis hermanos contaré tu gloria y en la asamblea alabaré tu nombre. Que alaben al Señor los que lo temen. Que el pueblo de Israel siempre lo adore. R.

Porque no has sentido desprecio ni repugnancia hacia el pobre desgraciado; no le ha escondido su rostro: cuando pidió auxilio, lo escuchaste. R.

Él es mi alabanza en la gran asamblea; le cumpliré mis promesas al Señor delante de sus fieles. Los pobres comerán hasta saciarse y alabarán al Señor los que lo buscan: su corazón ha de vivir para siempre. R.

Recordarán al Señor y volverán a él desde los últimos lugares del mundo; en su presencia se postrarán todas las familias de los pueblos. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Cristo sufrió por ustedes.

De la primera carta del apóstol san Pedro

2, 20-25

Hermanos: Si los castigaran a ustedes por ser culpables, ¿qué mérito tendría ese sufrimiento? Pero soportar con paciencia los sufrimientos que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de Dios, pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas.

Él no cometió pecado ni hubo engaño en su boca; insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que encomendaba su causa al único que juzga con justicia; cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.

Por sus llagas ustedes han sido curados, porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.

Palabra de Dios.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

  1. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Gloria a ti, Señor Jesús, que fuiste entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitaste para nuestra justificación.

  1. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

 

EVANGELIO

Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado.

Del Evangelio según san Marcos 10, 32-45

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les iba adelantando. Los discípulos estaban sorprendidos y la gente que lo seguía tenía miedo. Él se llevó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: “Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos; se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará”.

Entonces se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. Él les dijo: “¿Qué es lo que desean?” Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?” Le respondieron: “Sí podemos”. Y Jesús les dijo: “Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”.

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como e Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.

Palabra del Señor.

 

  • REFLEXIÓN

Quien preside hace una reflexión sobre las lecturas, o los participantes ofrecen sus propios comentarios. Pueden servir estos puntos:

  • La próxima fiesta de Pascua es la fiesta de la Iglesia, en que celebramos que, desde nuestro bautismo, fuimos sepultados con Cristo para resucitar con él a una vida nueva.
  • Para celebrar digna y fructuosamente la Pascua, necesitamos avanzar por el camino de la conversión y la penitencia.
  • La crisis de la pandemia actual es una oportunidad para hacer penitencia y convertirnos.
  • Los siguientes puntos nos pueden ayudar a revisar nuestra vida.

 

  1. EXAMEN DE CONCIENCIA


Un lector lee de manera pausada el siguiente esquema de examen de conciencia:

Frente a Dios

  • ¿Me he esforzado en poner en práctica las obras buenas y evitar las malas, para llevar mi vida según el Evangelio?
  • El Señor Jesús dijo: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón” ¿Mi corazón se orienta hacia Dios hasta el punto de amarlo sobre todas las cosas, en fiel observancia de los mandamientos, o estoy más preocupado por otras cosas que me alejan de él?
  • ¿Mi fe en Dios es firme?
¿Me he adherido firmemente a la doctrina de la Iglesia?
¿Me he preocupado permanentemente por mi formación cristiana, por escuchar la Palabra de Dios, por evitar todo lo que daña a la fe?
¿He profesado siempre la fe en Dios y en su Iglesia?
¿Me he mostrado como cristiano tanto en la vida privada como en la pública?
  • ¿He rezado al menos en la mañana y en la tarde de cada día?
¿Mi oración procura ser una verdadera conversación del espíritu y del corazón con Dios, o es solamente un rito exterior o una obligación a cumplir?
¿He ofrecido a Dios mis trabajos, alegrías y dolores?
¿He recurrido a él en las tentaciones?
  • ¿Respeto y amo el nombre de Dios?
¿He ofendido a Dios con falsos juramentos o pronunciando su nombre de manera vana?
  • ¿Santifico los domingos y las fiestas de la Iglesia participando activamente, con atención y piedad en la celebración eucarística?
¿He observado los mandamientos de la confesión anual y a la Comunión Pascual?
  • ¿Hay otras cosas que ocupen el lugar de Dios: como el dinero, supersticiones, espiritismo y otras prácticas mágicas?
  • ¿Recuerdo la misión recibida en la Confirmación de dar testimonio de Dios y de su Hijo con la fuerza del Espíritu Santo?
  • ¿He rezado por la unión de todos dentro de la Iglesia, por la evangelización de los pueblos, por la paz y justicia entre ellos?

Frente al prójimo

  • ¿He procurado hacer el bien a todas las personas, o a alguien he causado algún mal? ¿He escandalizado a alguien con malas palabras o con malas acciones?
  • En la vida familiar:
  1. Como hijo o hija: ¿He obedecido a mis padres, los he honrado y les he ayudado 
en sus necesidades espirituales o materiales?
  2. Como padre o madre: ¿He sido cuidadoso con la instrucción y la educación cristiana de mis hijos, de ayudarlos con mi buen ejemplo y en el recto ejercicio de mi autoridad?
  3. Como esposo o esposa: ¿He amado con todo mi corazón a mi cónyuge? ¿Nos comprendemos, nos tenemos paciencia, nos ayudamos?
  • ¿Reparto mis bienes con aquellos que son más pobres que yo?
¿He defendido, en tanto me fuera posible, a los oprimidos, y ayudado a quienes se encuentran en la miseria?
¿He despreciado a los débiles, a los ancianos, a los extranjeros?
  • ¿He participado en la vida de mi parroquia, en las obras de apostolado y de caridad de la Iglesia? ¿He acudido en auxilio de sus necesidades?
  • ¿Me preocupo del bien y de la prosperidad de la comunidad en la que vivo? ¿He promovido, especialmente el respeto a los demás, la concordia y la caridad?
¿He cumplido con mis deberes cívicos? 
¿He pagado mis impuestos?
  • ¿En mi ejercicio profesional, he sido justo, activo, honesto y servicial?
  1. Como patrón: ¿He pagado un salario justo a mis obreros o empleados? ¿Los trato con respeto y bondad? ¿Me preocupa su situación personal y familiar? ¿Tengo la costumbre de consultar a los obreros de mi empresa respecto de los problemas de su gestión, con el fin de que tengan voz en el asunto y de que tomen conciencia de participar en mis responsabilidades?
  2. Como empleado: ¿He cumplido con mis obligaciones laborales, con mi 
horario de trabajo y mis demás responsabilidades? ¿He cumplido las promesas y condiciones contractuales? ¿Cómo trato a mis compañeros de trabajo? ¿Me dejo llevar por la envidia y los chismes?
  • ¿He obedecido y respetado a las autoridades legítimas?
  • Si tengo o tuve una responsabilidad en mi comunidad, ejerzo o ejercí alguna autoridad, ¿lo hago o lo hice con espíritu de servicio y por el bien de los otros?
  • ¿He causado daño al prójimo y he sido injusto con él por prejuicios o teniendo sospechas temerarias, con maledicencias, calumnias o violación de secretos?
  • ¿He violado la integridad física, la vida, la reputación o el honor del prójimo? ¿He dañado o me he apropiado de sus bienes? ¿He sugerido, persuadido o procurado un aborto? ¿Guardo odio o rencor hacia alguien? ¿Estoy alejado de los demás por riñas, insultos, cólera o enemistad? ¿He sido culpable de negarme a dar testimonio de la inocencia del prójimo?
  • ¿He deseado de manera injusta o desordenada los bienes ajenos o lo he robado? ¿He dañado a sus propietarios? ¿He dañado sus pertenencias? ¿He sido cuidadoso en restituir el bien ajeno y en reparar el perjuicio causado?
  • Si mis derechos han sido vulnerados, ¿he estado listo al perdón, a la reconciliación y a la paz, por amor a Cristo, o siento odio y el deseo de venganza?

 

Frente a Cristo, el Señor, que ha dicho: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”

  • ¿Ha sido Cristo y la construcción de su Reino la orientación fundamental de mi vida? ¿He sido animado por la esperanza de la vida eterna?
¿He tenido cuidado de progresar en la vida espiritual mediante la oración, la lectura y meditación de la Palabra de Dios, la participación en los Sacramentos y la Penitencia sacramental y en mi vida diaria?
¿He tenido cuidado de dominar mis inclinaciones y pasiones malas, así como mis vicios, tales como la envidia, la gula, el abuso del alcohol o el uso de drogas?
¿Me he dejado llevar por la vanidad y el orgullo?
¿He despreciado a mi prójimo?
¿Me he considerado superior a los demás por una situación económica, social, educativa, política, física y/o espiritual?
¿He querido imponer mi voluntad, ignorando los derechos y libertad de otros?
  • ¿He empleado los dones recibidos de Dios para mi perfección y para el bien de los demás? ¿Los he utilizado solo para mi provecho, incluso en detrimento de los demás que pudieran necesitarlos?
¿He sido perezoso?
  • ¿He soportado con paciencia las contradicciones, penas y dolores? ¿He observado la ley del ayuno y de la abstinencia?
¿He observado la ley divina de la penitencia cada viernes?
  • ¿He conservado mis sentidos y todo mi cuerpo en el pudor y la castidad? ¿He recordado que mi cuerpo es un templo del Espíritu, destinado a la resurrección gloriosa?
¿Me he dejado vencer por malos pensamientos, malas palabras y malos deseos, como miradas o actos indignos e impuros? 
¿He buscado o aceptado lecturas, conversaciones y espectáculos contrarios a la castidad?
¿He inducido a otros al pecado?
  • ¿He actuado contra mi conciencia por temor o hipocresía?
  • ¿Soy esclavo de alguna pasión? ¿De cuál?
  • ¿He hecho un recto uso del dinero y los bienes materiales?
¿He tomado en cuenta las necesidades urgentes de los menos favorecidos?
  •  
  1. CONFESIÓN GENERAL

Se dejan unos momentos de silencio.

A continuación, quien preside dice:

Atendiendo a la Palabra del Señor, reconozcamos que somos pecadores y necesitamos de su misericordia, diciendo:

Yo confieso ante Dios todopoderoso

y ante ustedes, hermanos,

que he pecado mucho,

de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,

A los ángeles, a los Santos

y a ustedes, hermanos,

que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

 

Quien preside dice:

Líbranos de todo mal, Padre misericordioso, y por la pasión salvadora de tu Hijo,
a la que nos unimos por la penitencia, concédenos participar alegremente de su admirable resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.

 

  1. PRECES

Quien preside dice:

Arrepentidos delante del Señor, invoquemos llenos de confianza a Dios, fuente de misericordia, para que purifique nuestros corazones, cure nuestras heridas y nos libere de toda culpa.

Un lector lee, o espontáneamente se dicen estas peticiones:

  1. Para que el Señor no dé la gracia de una verdadera conversión.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que nos manifieste su clemencia y nos dé el perdón de todas nuestras culpas.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que los hijos que se han alejado de la santa Iglesia regresen a la comunión de fe y amor con sus hermanos.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que en nuestros corazones heridos por el pecado se reavive la gracia del Bautismo.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que, iluminados por la esperanza de la gloria eterna, podamos acercarnos nuevamente a tu santo altar.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que, sostenidos por la fuerza de tu Espíritu, seamos siempre fieles a Cristo, el Señor.

     Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que, salvados por la divina misericordia, demos testimonio de nuestro Salvador.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que caminemos con perseverancia en las sendas del Evangelio y podamos gozar un día de la alegría de la vida eterna.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que nos libre de la pandemia del Coronavirus en todo el mundo, conceda la salud a los enfermos, la vida eterna a los difuntos, la protección a médicos y enfermeras, sabiduría y fortaleza a nuestros gobernantes.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

  1. Para que nuestra familia se vea libre de este mal, seamos responsables y prudentes para no infectarnos ni infectar, solidarios con quienes se han quedado sin trabajo, generosos con los enfermos y con los más pobres.

Todos responden: Te rogamos, óyenos.

Se pueden agregar otras peticiones espontáneas.

Quien preside dice:

Delante del Señor, y siguiendo sus enseñanzas, llenos de confianza dirijámonos a nuestro Padre para que perdone nuestros pecados y nos libre de todo mal.

Todos dicen:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

 

  • ACTO DE CONTRICIÓN

Quien preside dice: 

Ahora, hagamos un sincero acto de arrepentimiento delante del Señor, y digamos:

Todos, en voz alta, dicen:

Señor mío, Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
me pesa de todo corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de pecado, confesarme en cuanto me sea posible
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Te ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos
en satisfacción de todos mis pecados.
Amén

Se guarda un momento de silencio.

 

A continuación, un lector recita las siguientes aclamaciones:

Tú que perdonas nuestros pecados: Oh Señor, ten piedad de nosotros.

Todos:  Oh Señor, ten piedad de nosotros.

Tú que nos llamas a hacer penitencia: Cristo Jesús, ten piedad de nosotros.

Todos:  Cristo Jesús, ten piedad de nosotros.

Tú que confiaste a la Iglesia el signo de tu perdón: Oh Señor, ten piedad de nosotros.

Todos:  Oh Señor, ten piedad de nosotros.

Quien preside continúa:

Dios nuestro, Padre misericordioso,
que por tu gracia nos conviertes de pecadores en justos y de afligidos en dichosos,
concédenos tu auxilio
para que, ya que hemos sido justificados por la fe,
no nos falte la fortaleza necesaria
para perseverar hasta el fin.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.

 

  • AGRADECIMIENTO A DIOS

Todos juntos dicen:

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia  -como lo había prometido a nuestros padres-  en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Se concluye con esta oración: 

 

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO

Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino
como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos,
que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos,
sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros de que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría
y la fiesta después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y a hacer lo que nos dirá Jesús,
quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

Quien preside dice:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

 

 

 

Padre Antonio Rivero: “¡Tiende hoy tus manos para recibir los regalos de Jesús!”

Jueves Santo
Ciclo A

Textos: Éxodo 12, 1-8.11-14; 1 Corintios 11, 23-26; Juan 13, 1-15.

 

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: Día del Amor hecho entregas y regalos.

Resumen del mensaje: en la primera Pascua cristiana, Dios Padre por amor nos entrega generosamente a su Hijo-Cordero inmaculado e inmolado para nuestra salvación (primera lectura). Y Jesús por amor nos entrega el sacerdocio, la Eucaristía y el mandamiento del amor (evangelio y segunda lectura). Sólo necesitamos manos y corazón para recibir estos regalos maravillosos y agradecerlos con amor.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, en esta Santa Misa Vespertina de la Cena del Señor la Iglesia conmemora aquellos momentos en que Cristo nos dio las máximas pruebas de su amor, ofreciendo su vida por nosotros. Con esta celebración comienza el solemne Triduo Pascual, donde el misterio infinito del Amor de Dios por la humanidad caída se despliega ante nuestros ojos y nos invita a la gratitud, la adoración, la reparación y la imitación. Este amor se hace entrega y regalo: el regalo del sacerdocio ministerial, el regalo de la Eucaristía y el regalo del mandamiento nuevo del amor. ¿Quién ha dicho que este año 2020, año de la pandemia, Cristo no nos iba a ofrecer de nuevo estos regalos? ¡Ahí están! Desde nuestra casa valoremos y agradezcamos estos hermosos dones. Sacerdotes que ahora añoramos más que nunca y que siguen celebrando la santa misa, ofrecida por todo el mundo, especialmente por los que están sufriendo este terrible virus. Médicos y enfermeros que encarnan el mandamiento del amor en su propio cuerpo desde los hospitales. Y familias en sus casas que inventan nuevas estrategias para hacer vida ese mandamiento del amor con sus hijos y seres queridos.

En segundo lugar, ¿qué simbolizan esos tres regalos? En el lavatorio es el amor que se humilla para levantarnos a todos. En la Eucaristía es el amor que se inmola, o sea, se parte, se comparte y se reparte para que comiéndolo tengamos la vida eterna; sacramento que perpetúa el sacrificio de Cristo en la cruz. En el sacerdocio es el amor que se hace visible y se prolonga en hombres de carne y hueso a quienes Jesús hace “otros Cristos” que lo representan, lo visibilizan y se configuran con Él, que es Cabeza y Pastor. En estos momentos del coronavirus estamos de manera mística y vivencial lo que estos regalos encarnan: somos eucaristías vivas para nuestros hermanos, a quienes atendemos con gran caridad y atención, ejerciendo también, como laicos, el sacerdocio común que recibimos el día del bautismo, pues le ofrecemos a Dios nuestros sufrimientos.

Finalmente, ante el regalo del lavatorio y el mandamiento del amor, sólo cabe dejarnos lavar nuestros pies y conciencia y abajarnos para lavar los pies de nuestros hermanos con la caridad. Nunca mejor que ahora. Ante el regalo de la Eucaristía, sólo cabe el agradecer, recibirla con corazón limpio y el hacernos eucaristías vivas para nuestros hermanos, para que nuestra vida sea una Eucaristía permanente, es decir, una inmolación constante por los demás, una presencia consoladora para los demás y un factor de unidad con los demás. Ante el regalo del Sacerdocio, nos toca rezar todos los días para que Dios nos mande santos sacerdotes a su Iglesia.

Para reflexionar: ¿cómo estoy tratando el mandamiento del amor: con delicadeza o lo pisoteo con mi egoísmo y soberbia? ¿Cómo vivo la Eucaristía: con fervor, limpieza interior y adoración? ¿Pido a Dios se apiade de nosotros enviando santas y abundantes vocaciones al sacerdocio?

Para rezar: Señor, gracias por tu Eucaristía, por el don de Ti mismo; que también yo me haga eucaristía para mis hermanos. Gracias, también, por el don del sacerdocio; santifica a tus sacerdotes. Y finalmente, gracias por tu mandamiento del amor; sólo así podré amar a mis hermanos como Tú los amas. Amén.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

 

San Isidoro de Sevilla, 4 de abril

Es el patrón de Internet
“Gloria de la Iglesia católica, uno de sus grandes santos y doctores que plasmó su vasto saber en la gran obra Etimologías. Cuatro de sus hermanos, tres de los cuales fueron obispos como él, son santos. Es el patrón de Internet”

En su casa se respiraban aires de santidad. Dos de sus hermanos fueron obispos canonizados: Leandro y Fulgencio. Y también su hermana Florentina fue religiosa y santa. Isidoro probablemente nació en Cartagena, España, el año 560. Como perdió a sus padres siendo niño, su hermano Leandro asumió las funciones de educador y tutor suyo. Y a fe que consiguió que el pequeño recibiese tan esmerada educación que el acervo espiritual y cultural que se ocupó de proporcionarle le convertiría en uno de los grandes y santos doctores de la Iglesia. Y eso, que según la tradición, a Leandro costó entrarle en vereda, porque Isidoro no era un alumno ejemplar; faltaba o se escapaba de la escuela alguna vez. Lo que da idea de que cuando se cree en una persona, aunque sea díscola, y se mantiene un pulso inalterable en su educación, los frutos no se hacen esperar. Además, sobre Isidoro ya pendía claramente la voluntad divina que iba a encaminar sus pasos en la buena dirección para que se cumplieran en él sus designios. Y aunque se escabullía huyendo de su responsabilidad, un día cambiaron radicalmente las tornas. Sucedió todo de forma sencilla ante una circunstancia que nada tiene de particular, pero que fue de sumo provecho para él. Mientras vagabundeaba se acercó a un pozo para sacar agua y observó que el roce de las cuerdas había provocado hendiduras en la rígida piedra. Así comprendió el valor de la constancia y de la voluntad del hombre que quiebran cualquier contratiempo que se presente en la vida por complejo que parezca. Esta simple constatación de carácter pedagógico le llevó por nuevos derroteros. Con espíritu renovado se afanó en el estudio desde ese instante hasta el fin de sus días.

Es el último de los padres latinos. Se formó con las lecturas de textos de Marcial, san Agustín, Cicerón y san Gregorio Magno, con el que mantuvo gran amistad. Su obra cumbre, las Etimologías, es una summa que se convirtió por derecho propio en texto ineludible para los estudiosos hasta mediados del siglo XVI; en ella se aprendía todo lo concerniente a la ciencia antigua. No era fácil que un proyecto tan ambicioso le permitiera compartir la riqueza de su formación, como deseó, y quizá podría haber logrado acotando los temas. Es una carencia que se aprecia en este trabajo que, pese a todo, trasluce el rigor y fidelidad a la genuina tradición católica. En todo caso, su enciclopédica formación (es autor de innumerables tratados en los que se compendian temas que abarcan todo el saber humano) no ensombrecía su humildad y sencillez. Fue reconocido por su caridad con los pobres, a los que nunca faltaron sus limosnas. A nivel espiritual experimentó una gran lucha interior que le llevaba a negarse a sí mismo. Fue la tónica existencial que marcó prácticamente todo su acontecer. Seguramente ayudó a su hermano Leandro en la diócesis de Sevilla, de la que era prelado. Cuando murió, le sucedió en el cargo.

Sin descuidar la labor intelectual –continuó escribiendo obras filosóficas, lingüísticas e históricas– desempeñó su misión pastoral de manera intensa y fecunda. Era perfectamente consciente del alcance que tienen tanto la vida contemplativa como la activa. Al respecto hizo notar: El siervo de Dios, imitando a Cristo, debe dedicarse a la contemplación, sin negarse a la vida activa. Comportarse de otra manera no sería justo. De hecho, así como hay que amar a Dios con la contemplación, también hay que amar al prójimo con la acción. Es imposible, por tanto, vivir sin una ni otra forma de vida, ni es posible amar si no se hace la experiencia tanto de una como de otra”. Mostró especial preocupación por la formación espiritual e intelectual de los sacerdotes. Por eso fundó un colegio eclesiástico instruyéndoles personalmente.

Presidió dos concilios, el segundo de Sevilla en 619, y el cuarto de Toledo en 633. Muchos de los decretos se debieron a él, en particular el que indicaba que se estableciese un seminario en todas las diócesis. Sus treinta y siete años de episcopado fueron dedicados en gran medida a seguir los pasos de su hermano, intentando convertir a los visigodos del arrianismo al catolicismo. También emuló a Leandro en lo concerniente a la disciplina eclesiástica en los sínodos. Su organización recayó sobre ambos.

Se conoce el alcance de su oratoria gracias a san Ildefonso, que fue discípulo suyo: “la facilidad de palabra era tan admirable en san Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas”. Éstas superaron con creces a la mayoría de estudiosos y prolíficos autores de la historia. Escribió un diccionario de sinónimos, un tratado de astronomía y geografía, un resumen de la historia desde la creación, biografías de hombres ilustres, un libro sobre los valores del Antiguo y del Nuevo Testamento, un código de reglas monacales, varios tratados teológicos y eclesiásticos y la historia de los visigodos, de excepcional valor por ser la única fuente de información sobre los godos. También pertenece a su autoría una historia de los vándalos y de los suevos. Incluso completó el misal y breviario mozárabes que su hermano Leandro comenzó a adaptar de la antigua liturgia española.

Tuvo la magnífica visión de no dejar a España sepultada en la barbarie. Mientras el resto de Europa se desintegraba, la convirtió en un envidiado centro de cultura. Viéndose a punto de morir, pidió perdón por sus faltas, sentimiento que había hecho extensible a todos sus enemigos, y rogó que oraran por él. Dio todo lo que tenía a los pobres y el 4 de abril del año 636 entregó su alma a Dios. El concilio de Toledo lo denominó gloria de la Iglesia católica”. En 1063 sus restos fueron trasladados a León y allí reciben culto. Fue canonizado por Clemente VIII en 1598. El 25 de abril de 1722 Inocencio XIII lo proclamó doctor de la Iglesia. Añadir como anécdota que en 2001 fue elegido patrón de internet.