Servicio diario - 16 de junio de 2020


 

Vaticano: Nuevos nombramientos de la Comisión Pontificia para las actividades sanitarias
Larissa I. López

Estados Unidos: Comunicado de monseñor Gómez sobre la redefinición legal de “sexo”
Larissa I. López

Jornada de los Pobres: El mensaje del Papa, para todos los afectados por la crisis
Deborah Castellano Lubov

Perú: Corpus Christi, esperanza tras la muerte de más de cinco mil peruanos
Esther Nuñez Balbín

El arzobispo de Canterbury llama a los anglicanos a actuar contra el racismo
Larissa I. López

‘Perú Católico’ regala páginas web en pro de la evangelización digital
Rosa Die Alcolea

Teología para Millennials: “Un santo milennial”
Redacción

Padre Antonio Rivero: “¿A qué tienes miedo, a quién tienes miedo?”
Antonio Rivero

Beato José María Cassant, 17 de junio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Vaticano: Nuevos nombramientos de la Comisión Pontificia para las actividades sanitarias

Trienio 2020-2023

junio 16, 2020 13:23

Vaticano

(zenit – 16 junio 2020).- La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó hoy de que el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, ha nombrado a los nuevos miembros de la Comisión Pontificia para las actividades del sector sanitario de las personas jurídicas públicas de la Iglesia para el trienio junio de 2020-junio de 2023.

La comisión constituye un grupo de trabajo creado por el Papa Francisco con la tarea de apoyar la gestión de las estructuras sanitarias de la Iglesia.

Estos nuevos nombramientos se producen tras los tres primeros años de trabajo, iniciados en enero de 2016, después de la creación de la Comisión por el Santo Padre en diciembre de 2015, informa Vatican News en italiano.

 

Equipo de expertos

Los nuevos miembros forman un equipo de expertos con conocimientos que van desde las disciplinas de la atención de la salud hasta las esencialmente gerenciales económico-administrativas y financieras, así como inmobiliarias.

Todos ellos estarán al servicio de los organismos de la Iglesia que se ocupan del cuidado de la salud, a los que ofrecerán asesoramiento y dirección estratégica.

 

Nombramientos

Igualmente, de acuerdo al citado comunicado, el Santo Padre ha confirmado en el cargo de presidente de la Comisión Pontificia a Mons. Luigi Mistò, presidente del Fondo de Asistencia Sanitaria (FAS) de la Santa Sede.

Los seis nuevos miembros de la Comisión son:

  1. Monseñor Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
  2. Renato Balduzzi, profesor titular de Derecho Constitucional en la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán
  3. Giovanni Barbara, profesor de Derecho Comercial y abogado; profesor Saverio Capolupo, magistrado de Tributos
  4. Fabrizio Celani, presidente nacional de la Asociación Católica de Trabajadores de la Salud
  5. Maurizio Gallo, empresario del sector de la consultoría y las relaciones institucionales

 

Director y secretaria

Al mismo tiempo, el padre Don Marco Belladelli, asistente eclesiástico de la Unión Católica de Farmacéuticos Italianos, ha sido nombrado director de la Oficina de la Comisión, con derecho a participar, con voz y voto, en sus actividades.

La religiosa Annunziata Remossi, oficial de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, ha sido confirmada como secretaria de la Comisión.

 

Necesidad en el momento actual

“La Comisión puede recurrir al asesoramiento ocasional o permanente de técnicos y directivos del sector, con la valorización de las experiencias ya realizadas, delegar parte de sus funciones en uno o varios miembros y crear subcomisiones”, indica el comunicado de la Santa Sede.

Finalmente, el texto señala que con ocasión del nombramiento, el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, ha expresado “su profunda gratitud a los miembros salientes de la Comisión por el servicio prestado con competencia y generosa disponibilidad”

También ha reiterado “su necesidad y su preciosidad para el momento actual de la vida de la Iglesia, se ha esmerado en esbozar indicaciones y sugerencias para iniciar una nueva fase de la actividad de la propia Comisión Pontificia, para que se ponga cada vez con más autoridad y eficacia al servicio del mundo de la sanidad católica y lleve a cabo las tareas que el Papa Francisco le ha confiado desde el Rescriptum de su constitución, tareas que, también a la luz de la emergencia sanitaria en curso, no han perdido nada de su actualidad y urgencia”.

 

 

 

 

Estados Unidos: Comunicado de monseñor Gómez sobre la redefinición legal de “sexo”

Realizada por la Corte Suprema

junio 16, 2020 14:11

Conferencias Episcopales

(zenit – 16 junio 2020).- El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), monseñor José H. Gomez, escribió un comunicado ante la decisión de la Corte Suprema de este país sobre la redefinición legal de “sexo” en la Ley de Derechos Civiles.

Ayer, 15 de junio de 2020, los jueces de la Corte Suprema emitieron su decisión resultado de la combinación de los casos Bostock vs. Clayton County, Ga., Altitude Express vs. Zarda, y R.G. & G.R. Harris Funeral Homes vs. Equal Opportunity Employment Comm’n.

En ella dictaminaron que la prohibición de discriminación por “sexo” en el empleo en el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 ahora prohíbe la discriminación basada en la “orientación sexual” y el estado de “transgénero”.

 

“Profundamente preocupado”

“Estoy profundamente preocupado de que la Corte Suprema de Estados Unidos haya redefinido efectivamente el significado legal de ‘sexo’ en la ley de derechos civiles de nuestra nación. Esta es una injusticia que tendrá implicaciones en muchas áreas de la vida”, indicó Mons. Gómez ante esta decisión.

“Al borrar las hermosas diferencias y la relación complementaria entre el hombre y la mujer, ignoramos la gloria de la creación de Dios y dañamos a la familia humana, la base fundamental de la sociedad. Nuestro sexo, ya sea hombre o mujer, es parte del plan de Dios para la creación y para nuestras vidas”, explica el también arzobispo de Los Ángeles.

 

“Vivir en la verdad”

El prelado remite a las enseñanzas del Papa Francisco, pues , “vivir en la verdad con los dones previstos de Dios en nuestras vidas requiere que recibamos nuestra identidad corporal y sexual con gratitud de nuestro Creador. Nadie puede encontrar la verdadera felicidad siguiendo un camino contrario al plan de Dios”.

“Toda persona humana está hecha a imagen y semejanza de Dios y, sin excepción, debe ser tratada con dignidad, compasión y respeto. Proteger a nuestros vecinos de la discriminación injusta no requiere redefinir la naturaleza humana”, recuerda.

Al final de la nota, el presidente de la USCCB, eleva oraciones “para que la Iglesia, con la ayuda de María, la Madre de Dios, pueda continuar su misión de llevar a Jesucristo a cada hombre y mujer”.

 

 

 

 

Jornada de los Pobres: El mensaje del Papa, para todos los afectados por la crisis

Monseñor Fisichella habla con ‘zenit’

junio 16, 2020 11:57

Entrevistas

(zenit – 16 junio 2020).- A todos aquellos que luchan … A aquellos que pueden no haber sido “pobres” ni haberse considerado meses atrás “pobres”, el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de los Pobres, está destinado igualmente a ellos.

Esto fue lo que monseñor Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, expresó a zenit durante la conferencia de prensa virtual de presentación del Mensaje del Papa para el IV Día Mundial de los Pobres, el 15 de noviembre de 2020, sobre el tema “Tiende tu mano al pobre” (Sir 7,32).

Estaba respondiendo a la pregunta de zenit sobre si este mensaje ahora se aplica a un grupo más amplio de “pobres”, a la luz de los tiempos difíciles que han golpeado a aquellos que fueron considerados “clase media” en países europeos u otros como Estados Unidos, que han perdido su trabajo o están trabajando menos.

“Ciertamente”, respondió Mons. Fisichella, señalando que “el Papa dice que los rostros de los pobres están creciendo de manera extrema”.

El funcionario del Vaticano reflexionó sobre cómo las imágenes que el Papa Francisco nos ha dado de la pobreza son muy significativas, especialmente la del rostro de cada uno, “porque es la cara la que muestra la identidad de una persona”.

“Nadie adopta el rostro de otro. La ‘cara’ no es algo que uno pueda cambiar”, reconoció el prelado italiano, diciendo: “El rostro sigue siendo la expresión tangible y visible de quién es cada uno de nosotros”.

Basta con salir de esta sala, de este hall, para verificar y ver con nuestros propios ojos cuántas tiendas y lugares están cerrados”, reconoció el arzobispo italiano.

“Cuántas cortinas y persianas están completamente echadas, lugares completamente cerrados”, lamentó.

“Es una pena ver aquí mismo, en el centro de Roma”, dijo, “una escena que no hace más que confirmar lo que estás preguntando, es decir, sin la certeza del trabajo, la dignidad de la persona está comprometida”.

Sin la certeza de tener trabajo o sin trabajo, dijo, los diversos tipos de pobreza se expanden.

“Por lo tanto, es inevitable que este mensaje del Papa Francisco junto con el Día Mundial de los Pobres en noviembre tenga que prestar especial atención a estas situaciones, por las cuales, antes, no habíamos estado particularmente preocupados”, señaló Mons. Fisichella,

El prelado también recordó el “gesto muy concreto” que el Papa Francisco hizo como Obispo de Roma, para su propia diócesis, instituyendo un fondo, y donando 1 millón de euros a Cáritas Roma, para ayudar a los necesitados.

“Este gesto conllevó una forma de solidaridad”, dijo, que, “como una pequeña señal” muestra cómo la comunidad cristiana desea ayudar y trabaja para mostrar un sentido de urgencia e inmediatez necesarios para enfrentar y responder a estas crisis.

Otra pregunta planteó cómo la crisis de alguna manera ha creado un mayor desequilibrio entre los muchos que se empobrecen y los pocos que se enriquecen. El periodista italiano de la RAI interrogó sobre cómo el Vaticano puede trabajar contra esto, especialmente con una vacuna potencial que no contribuya más a este desequilibrio.

Mons. Fisichella reconoció el riesgo y el peligro de esta injusticia, al tiempo que reiteró la confianza que la Iglesia tiene en la ciencia y los científicos: “una confianza porque la ciencia y la fe no pueden ser una contra la otra”.

El arzobispo enfatizó que la Iglesia y la ciencia siempre deben trabajar juntas “hacia el bien común”.

“La fe”, dijo el prelado, “contribuye a solicitar un principio ético”. Este llamado a la ética, enfatizó, ayuda a la ciencia a saber que no puede realizar su trabajo adecuadamente si es parcial o tiene intereses concretos.

“La ética debe trabajar para el bien de todos”, apuntó el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, subrayando: “La imagen de Dios es la misma para todos, y está impresa en cada hombre y mujer, y en cada niño presente en este mundo”.

A continuación, sigue los comentarios de Mons. Fisichella en la citada conferencia de prensa.

 

Traducido por Richard Maher

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“Tiende tu mano al pobre” (Sir 7, 32). Con estas palabras del antiguo libro del Sirácida, el Papa Francisco propone su reflexión para la IV Jornada Mundial de los Pobres a celebrarse en toda la Iglesia el domingo 15 de noviembre. Es un Mensaje que irrumpe directamente en el dramático momento que el mundo entero ha vivido a causa del Covid-19, el cual, muchos países continúan combatiendo en el esfuerzo por llevar alivio a cuantos son víctimas inocentes del mismo.

La reflexión del Papa Francisco se desarrolla a la luz de la imagen bíblica que ve un hombre sabio, “Jesús, hijo de Sirá”, como se presenta él mismo al final del libro (cf. Sir 50, 27), que vivió unos doscientos años antes del nacimiento de Cristo. Las preguntas que se planteaba giraban en torno al tema de dónde residía la sabiduría y qué respuesta de sentido podría ofrecer a los acontecimientos de la vida. El Papa señala que son las mismas preguntas que han marcado la vida de millones de personas en estos meses de coronavirus: la enfermedad, el luto, la incertidumbre de la ciencia, el dolor, la falta de las libertades a las que se está acostumbrado, la tristeza de no poder despedirse de las personas a quienes se quiere… En esta circunstancia, la oración se hizo más insistente y el pensamiento de Dios tocó la mente de muchas personas a menudo indiferentes. Esto resultó en la búsqueda de una mayor espiritualidad, como lo testimonia la participación masiva en diferentes manifestaciones litúrgicas. Con razón el Papa Francisco enfatiza que el autor sagrado: “insiste en el hecho de que en la angustia hay que confiar en Dios : “Mantente firme y no te angusties en tiempo de adversidad. Pégate a él y no te separes, para que al final seas enaltecido. Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y sé paciente en la adversidad y en la humillación. Porque en el fuego se prueba el oro, y los que agradan a Dios en el horno de la humillación. En las enfermedades y en la pobreza pon tu confianza en él. Confía en él y él te ayudará, endereza tus caminos y espera en él” (n. 1).

El libro del Sirácida, sin embargo, no permite detenerse en la oración; al contrario, afirma que para que la oración sea digna y eficaz, es necesaria la atención a cuantos están en la pobreza. Lo afirma sin atenuantes el Papa Francisco cuando escribe: “La oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables. Para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios. De tal atención deriva el don de la bendición divina, atraída por la generosidad que se practica hacia el pobre” (n. 2).

El tema de la “imagen de Dios” impresa en el rostro del pobre es extremadamente significativo porque obliga a no poder dirigir la mirada a otro lugar cuando se desea vivir una existencia plenamente cristiana. En este sentido, la metáfora de “extender la mano” adquiere su valor más profundo porque obliga a volver a las palabras del Señor que quiso identificarse con aquellos que carecen de lo necesario y viven en condiciones de marginación social y existencial. El Mensaje ejemplifica diversas situaciones que en estos meses de pandemia han visto una mano extendida y que están impresas en la mente de todos: “La mano tendida del médico que se preocupa por cada paciente tratando de encontrar el remedio adecuado. La mano tendida de la enfermera y el enfermero que, mucho más allá de sus horas de trabajo, permanecen para cuidar a los enfermos. La mano tendida de los que trabajan en la administración y proporcionan los medios para salvar el mayor número posible de vidas. La mano tendida del farmacéutico expuesta a tantas exigencias en un contacto arriesgado con la gente. La mano tendida del sacerdote que bendice con el corazón roto. La mano tendida del voluntario que socorre a los que viven en la calle y a los que, a pesar de tener un techo, no tienen comida. La mano tendida de hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad. Y otras manos tendidas que podríamos describir hasta componer una letanía de buenas obras. Todas estas manos han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo” (n. 6).

Frente a este signo de gran humanidad y responsabilidad, el Papa Francisco contrasta la imagen de aquellos que continúan teniendo las “manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, de la que a menudo son también cómplices” (n. 9). El elenco, afortunadamente más corto, da testimonio de que el bien es siempre mucho más grande que la codicia de unos pocos y describe escenas de la vida cotidiana: “Hay manos tendidas para rozar rápidamente el teclado de una computadora y mover sumas de dinero de una parte del mundo a otra, decretando la riqueza de estrechas oligarquías y la miseria de multitudes o el fracaso de naciones enteras. Hay manos tendidas para acumular dinero con la venta de armas que otras manos, incluso de niños, usarán para sembrar muerte y pobreza. Hay manos tendidas que en las sombras intercambian dosis de muerte para enriquecerse y vivir en el lujo y el desenfreno efímero. Hay manos tendidas que por debajo intercambian favores ilegales por ganancias fáciles y corruptas. Y también hay manos tendidas que, en el puritanismo hipócrita, establecen leyes que ellos mismos no observan” (n. 9). Palabras duras, pero lamentablemente verdaderas que muestran cuánta falta de responsabilidad social sigue presente en el mundo actual con la consecuencia de núcleos de pobreza extrema que crecen de forma desproporcionada.

La mano tendida, por lo tanto, es una invitación a asumir la responsabilidad de dar la propia contribución que se evidencia en los gestos de la vida cotidiana para aliviar la suerte de los que viven en la desgracia y carecen de la dignidad de los hijos de Dios. El Papa Francisco no teme identificar a estas personas como verdaderos santos, “aquellos de la puerta de al lado” que, con sencillez, sin ruido y sin publicidad ofrecen el genuino testimonio del amor cristiano. La masiva presencia de tantos rostros de pobres requiere que los cristianos estén siempre en primera línea, y que sientan la necesidad de saber que les falta algo esencial en el momento en que un pobre se presenta delante. “No podemos sentirnos ‘bien’ cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra” (n.4), escribe el Papa Francisco en su Mensaje. Es como si invitase a hacer nuestro el “corazón inquieto” de san Agustín. Permanecerá inquieto hasta que no se encuentre a Dios impreso en el rostro del pobre.

En muchos sentidos, la imagen de tender la mano recuerda de cerca el logo que desde el comienzo de esta iniciativa del Papa Francisco acompaña la Jornada Mundial de los Pobres. Las manos tendidas son las de dos personas: una está en el umbral de la casa, la otra espera. La llamada es fuerte por cuánto se necesitan la una de la otra. La mano tendida del pobre pide, pero invita al otro a salir de sí mismo para romper el círculo de egoísmo que envuelve a todos. Este Mensaje del Papa, por lo tanto, es una invitación a sacudirse la indiferencia, y a menudo el sentido de la molestia hacia los pobres, para recuperar la solidaridad y el amor que viven de la generosidad dando sentido a la vida.

La presentación de este Mensaje en la fiesta litúrgica de san Antonio de Padua, patrono de los pobres, manifiesta que cuanto podemos realizar es siempre bajo la gracia de Dios que acompaña la vida de los creyentes y la historia de los hombres. Son palabras que pretenden ayudar a la preparación y realización de la próxima Jornada Mundial, conscientes de las restricciones que las leyes de los distintos Países imponen. En efecto, en los próximos meses se seguirá exigiendo la debida atención a las normas de seguridad, pero es probable que se incrementen aún más las solicitudes de ayuda. Por lo tanto, será nuestra tarea hacer que no falten a los cada vez más numerosos pobres que encontramos, los signos cotidianos que acompañan nuestra acción pastoral, y aquellos extraordinarios que la Jornada Mundial de los Pobres prevé y que desde hace varios años realiza.

 

 

 

 

Perú: Corpus Christi, esperanza tras la muerte de más de cinco mil peruanos

Debido a la COVID-19

junio 16, 2020 12:23

Iglesia católica

(zenit – 16 junio 2020).- Más de cinco mil peruanos ocuparon las bancas de la basílica catedral de Lima. Se trata de aquellos que perdieron la batalla contra el COVID-19.

Cada una de sus fotografías sirvió de marco para recordar el verdadero sentido de la vida en medio de la pandemia. ¿Se puede encontrar esperanza en el dolor?, “dentro de este proceso de dolor interno de la muerte, recuperemos la esperanza de que no morimos a secas, sino que morimos en la esperanza de vivir plenamente, de reencontrarnos”, sostuvo el arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo Mattasoglio durante la celebración del Corpus Christi.

Paredes, columnas, y algún mural lucieron los rostros de aquellos peruanos que no alcanzaron despedirse de sus familias y que ahora en un gesto simbólico se convierten en signo de unión solidaria. “Muchos de ellos partieron sin recibir cristiana sepultura, sin embargo con este gesto sencillo queremos recordarlos con hondura y sencillez”. “Vamos a hacer duelo con los que están dolidos”, reflexionó el también primado del Perú.

Peruanos de todos los estratos sociales, médicos, militares, policías, bomberos, periodistas, padres, madres alcanzaron un lugar para ser despedidos simbólicamente en un acto de reconocimiento a sus vidas.

 

Nuevos caminos para la solidaridad

En otro momento pidió ser capaces de producir desde el corazón “trozos de panes frescos para dar, siempre dar, a quienes lo necesitan”. Al parafrasear un poema de César Vallejo, invocó a todos los peruanos a compartir la vida, para inspirar al mundo como tierra ensantada una nueva forma de vivir, suscitando esperanza. “Dejemos de lado el egoísmo. Vivamos como humanos, siendo hermanos los unos con los otros”, afirmó en su mensaje a puertas cerradas.

“Es terrible imaginar en un próximo tiempo, los muertos que vengan, no sean por la COVID-19, sino porque no se logró abrir los puños”, “es indispensable que podamos reconstruir nuestros lazos humanos”. “Es hora de colocar el corazón y el centro de la vida en los pobres”, afirmó.

 

Cifras en aumento

Al concluir el arzobispo de Lima impartió una bendición final a todo el país, desde el atrio de la catedral de Lima, hacia la plaza mayor.

Cabe precisar que hasta el momento 6.498 peruanos fallecieron a causa de este virus mortal. Asimismo, un total de 111.724 pacientes fueron dados de alta.

Sin embargo, hasta el último sábado 13 de junio, el Perú alcanzó los 225 mil infectados por el nuevo corononavirus. De ese total 10.342 pacientes permanecen internados en hospitales. Entre tanto 1.113 luchan por sus vidas en alguna unidad de cuidados intensivos, pues requieren de ventilación mecánica para respirar y sobrevivir.

 

 

 

 

El arzobispo de Canterbury llama a los anglicanos a actuar contra el racismo

Eliminar “este flagelo de la humanidad”

junio 16, 2020 15:51

Iglesia y denominaciones cristianas

(zenit – 16 junio 2020).- El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, se pronunció en relación a las protestas del movimiento Black Lives Matter, reconociendo la responsabilidad de todos y exhortando a actuar conjuntamente para hacer frente a los fracasos en materia de racismo, informa un artículo de L’Osservatore Romano del 15-16 de de junio.

El prelado anglicano recuerda que “la acción de reconciliación requiere justicia, no mero olvido, y una profunda transformación de nuestras sociedades”, pues “el racismo es un insulto a Dios: todos debemos poner de nuestra parte para eliminar este flagelo de la humanidad”.

En esta línea, subraya que el alcance del racismo en el mundo actual es “horrible”, reconociendo que él mismo viene “de un lugar de privilegio y poder como persona blanca en este país”.

 

Reconocer los errores

En un video difundido en Facebook, Welby afirmó que la Iglesia de Inglaterra ha sido llamada a “reconocer sus errores y fracasos históricos” y a poner en orden su “casa”.

“Estoy impresionado por los acontecimientos de los últimos días cada vez más y he escuchado a los que han hablado refiriéndose a sus propias experiencias de injusticias en cuanto personas de color que viven en esta nación. Es horrible, y aun así soy consciente de que la Iglesia tiene sus fallos. Y repito de nuevo que en el Nuevo Testamento, Jesús llama a actuar contra la injusticia”, afirma.

 

Disculpas por episodios de racismo

Del mismo modo, el arzobispo reitera las disculpas por los episodios de racismo en la Iglesia de Inglaterra expuestas por el Sínodo General durante el encuentro del pasado mes de febrero, en particular la generación windrush. Dicha generación está constituida por los migrantes que llegaron al Reino Unido entre 1948 y 1971 procedentes de las colonias y países del Commonwealth y que, en cualquier caso, ciudadanos británicos.

Durante la asamblea se aprobó una moción en la que la Iglesia Anglicana “pide disculpas por el racismo consciente e inconsciente que experimentaron innumerables anglicanos de etnia negra, asiáticos y pertenecientes a minorías étnicas en 1948 y en los años siguientes, cuando trataban de encontrar un hogar espiritual en las parroquias locales de la Iglesia de Inglaterra”.

Se trata de un episodio, indica el medio vaticano “todavía doloroso para los anglicanos comprometidos que, como está escrito en el documento, a pesar de este racismo por parte del clero y por otros, permanecieron fieles a la Iglesia en Inglaterra y a su herencia anglicana”.

Es por ello, continúa la nota “que la moción aprobó la preparación de un estudio para documentar el impacto negativo del racismo en la Iglesia de Inglaterra, confiando a una persona externa la tarea de sugerir formas de asegurar que la acogida a todos sea verdaderamente completa”.

 

Camino de reconciliación

Para Welby, estas medidas resultan necesarias, al mismo tiempo que considera que han de sentirse avergonzados por la falta de testimonio de Cristo y reprocharse por “no levantar la voz” cuando era preciso.

“Hemos dañado a la Iglesia y hemos dañado la imagen de Dios pero, sobre todo, a aquellos a quienes hemos hecho víctimas, muy a menudo inconscientemente. Lo siento personalmente por los que se vieron afectados por esta actitud y por aquellos por quienes habría podido hacer más: me avergüenzo y espero con todos ustedes hacer más y mejor”, expuso al final del mencionado sínodo.

Para el arzobispo de Canterbury es imprescindible emprender un camino de reconciliación que solo es factible con la participación de todos, como remarcó en sus declaraciones en los días siguientes al asesinato de George Floyd, apunta la citada fuente.

 

 

 

 

‘Perú Católico’ regala páginas webs en pro de la evangelización digital

Proyecto en tiempo de pandemia

junio 16, 2020 16:06

Medios de comunicación y media

(zenit – 16 junio 2020).- En el marco de la pandemia provocada por el coronavirus, frente a la necesidad de una creciente llamada a evangelizar mediante plataformas digitales, el portal de información Perú Católico lanza un nuevo proyecto, con el que regala la creación de páginas webs a quien lo desee.

El equipo de comunicadores de Perú Católico ve la necesidad de salir a las “periferias digitales” con mucha preparación para evangelizar. Por ello, ofrecen una web profesional para evangelizar las 24 horas a las parroquias, santuarios, grupos, movimientos, grupos musicales, coros, pastorales, asociaciones, sacerdotes, religiosas, laicos o influencers católico.

 

Todo incluido gratis

El proyecto incluye dominios gratis, redes sociales en tu web, chat de WhatsApp incorporado, mantenimiento gratis 12 meses, y soporte técnico las 24 horas. “Podrás administrar tu propia web de manera sencilla, sin tener que ser especialista. Navega rápido y seguro. Almacena toda la información que quieras en tu página web para toda la vida”, describe el director de la iniciativa y director de Perú Católico, Franco Segura.

El equipo técnico que lleva a cabo este proyecto creará una web responsive, es decir, una web adaptable perfectamente para los dispositivos de celular, laptop, tablet y PC; para evangelizar a miles de personas que visitarán la página desde cualquier parte del mundo.

Asimismo, se encargarán del posicionamiento para Google, añadirán un sistema anti-spam y anti-virus, con cuenta de correo electrónico asociada. Aseguran que entregarán la página web terminada en el plazo de un día, todo de manera gratuita. “¿Te imaginas si somos miles los que llevásemos el mensaje de Cristo a millones de personas?” plantea el director de Perú Católico.

 

Perú Católico

Es un medio de comunicación digital desde 11 octubre de 2012 (momento en el que el entonces Papa Benedicto XVI lanzó el Año de la Fe). Siendo la web católica más leída del Perú, publican noticias, reportajes, vídeos, artículos, temas de catequesis, noticias del Papa Francisco y del Vaticano, notas internacionales, temas de familia y vida.

Además, los arzobispados, obispados, prelaturas, diócesis y parroquias comparten sus noticias a Perú Católico para su difusión a nivel nacional e internacional. Son leídos en los 5 continentes. Han recibido más de 500 testimonios de conversiones por el aporte que damos de anunciar a Cristo de una manera distinta.

 

Fundador y director

Franco Segura Rodríguez, fundador y director, describe Perú Católico como un “medio católico referente que también es fuente de información para los medios católicos y medios de comunicación comerciales del Perú y del mundo”, y añaden que las encuestadoras dan a Perú Católico como el medio católico más leído (2016-2017,2018, 2019, 2020).

Franco Segura Rodríguez es periodista de profesión y laico comprometido con la evangelización. Es asesor digital de instituciones católicas en Perú. Social Media. Trabajó como promotor nacional de Radio María (Perú), Radio Santa Rosa (Perú), conductor de TV en EWTN noticias (Estados Unidos). Locutor y conductor en Radio Católica Mundial (Estados Unidos). Ha estudiado Filosofía y ha escrito el libro El Encanto de Vivir. Más de sus 300 artículos han sido publicados en diversos medios. Es consultor y panelista en medios de comunicaciones nacionales e internacionales.

Perú Católico es un medio que no percibe ningún tipo de donación de la Iglesia ni de los laicos, es un apostolado gratuito que lleva la buena nueva por más de 7 años. Si deseas formar parte como padrino o madrina y participar de sus proyectos de solidaridad y evangelización digital, puedes escribir a contacto@perucatolico.com o al WhatsApp +51 7485020. Igualmente si deseas ser columnista o compartir tus noticias.

 

 

 

 

Teología para Millennials: “Un santo milennial”

Por el padre Mario Arroyo

junio 16, 2020 18:22

Análisis

(zenit – 16 junio 2020).- El padre Mario Arroyo Martínez Fabre retoma su serie de artículos “Teología para Millennials”, en exclusiva para zenit.

Hoy, el sacerdote habla sobre la reciente noticia de la beatificación de Carlo Acutis, joven italiano fallecido en 2006 que cultivó su pasión por la informática e internet, ofreciendo ejemplo de ciber-apostolado con una página sobre milagros eucarísticos.

En esta línea, tomando como ejemplo la vida de Acutis, el sacerdote reflexiona sobre la importancia de contar con un “santo millennial” en el mundo actual, que demuestre que “el camino cristiano es realizable” también hoy.

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Un santo milennial

No hay un consenso exhaustivamente preciso para señalar el inicio y el fin de la generación “millennial” pero, lo que sí está claro, es que las personas nacidas en 1991 son millennials, pues caen dentro de esta demarcación en todos los indicadores de referencia. Carlo Acutis nace en ese año, Carlo Acutis es millennial, Carlo Acutis va a ser beatificado próximamente; es decir, el Papa va a reconocer solemnemente que ya goza de la presencia de Dios y puede interceder desde el Cielo por el pueblo cristiano. Tenemos, en consecuencia, a un santo millennial.

¿Por qué es importante contar con un “santo millennial”? Lo sabemos muy bien: para el cristiano el único modelo es Cristo. A Él es a quien hay que imitar, pero ¿es posible hacerlo? Los santos nos confirman en que eso es posible, en que el cristianismo no es una bonita doctrina imposible de vivir, sino que puede encarnarse en la vida de personas de todas las épocas y latitudes. Por eso son importantes los santos, pues nos animan en nuestro camino, nos hacen ver que, a pesar de los esfuerzos y sacrificios, el camino cristiano es realizable, pues personas como nosotros lo han recorrido con éxito. ¡Es posible identificarse con Jesucristo en el mundo de hoy!, eso es lo que proclama un “santo millennial”.

Vale la pena insistir. Pudiéramos escudarnos en excusas baratas: “cuando Jesús vivió no había carros, ni internet, ni pornografía, ni redes sociales; cuando la mayoría de los santos vivieron, tampoco, quizá antes se podía, ahora ya no se puede”. Podríamos, con razonamientos más o menos semejantes, justificarnos pensando que la santidad no es asunto nuestro, pues ahora el pecado está “a un clic de distancia en nuestro smartphone”, y eso no sucedía antes. Tener un santo millennial derriba todas esas excusas, mostrándonos cómo se puede amar e imitar a Jesucristo en el mundo de hoy, y no en otro ideal e inexistente.

Carlo Acutis creció y vivió con internet, alcanzó a conocer Facebook, aunque ya no le tocó el iPhone, pues murió en 2006, mientras que ese teléfono inteligente fue lanzado en 2007. Cultivó la pasión por la informática, para la que tuvo gran talento. De hecho, Acutis abre una nueva avenida para dar a conocer a Dios y servirlo: el mundo virtual. En el mismo ámbito en que multitud de personas han encontrado ocasión para el enfriamiento de su fe y el empobrecimiento de su moral, Carlo Acutis descubre el ámbito desde el cual se puede servir a Dios, dar buena doctrina, comunicar el evangelio. Ofrece un acabado ejemplo de “ciber-apostolado”, donde enlaza maravillosamente la profundidad de su vida cristiana con su capacidad técnica para diseñar páginas web. Une la vida de fe con una precoz competencia profesional en el campo de la informática. Fruto de ese binomio es www.miracolieucaristici.org, una página sobre milagros eucarísticos que ha servido para evangelizar a jóvenes a lo largo y a lo ancho del mundo, en parroquias, colegios y universidades.

Un chico normal, con habilidades en el ciberespacio, amante del aire libre –el abundante testimonio fotográfico que de él tenemos da cuenta de ello-, con profunda inquietud social, nos muestra un camino no fácil, no cómodo, pero sencillo para alcanzar la meta de la vida cristiana: la santidad; esto es, amar a Jesucristo e imitarlo. ¿Cuáles fueron las claves de esa vida profundamente humana y cristiana? Él mismo lo dice: “Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”. ¿Y cómo lo consiguió?, nuevamente, de sus labios obtenemos la respuesta, pues consideraba a la Eucaristía “mi autopista hacia el cielo”.

Un millennial que simultáneamente es un santo cibernauta y eucarístico. Si no se está primero lleno de Jesús, no se puede evangelizar el frío mundo digital. Una vez colmado de Jesucristo, puede lanzarse con audacia a la evangelización del ciberespacio. Acutis tenía un “kit para hacerse santo”, que marcaba su “plan de vida”: Eucaristía, rosario y lectura diaria de la Biblia, confesión frecuente y ayuda a los necesitados a través de la catequesis y la asistencia a comedores para indigentes. Es decir, armonizaba competencia profesional, vida cristiana y ayuda social con una gran naturalidad, sin afectaciones escénicas, al punto de que solo en el momento de su muerte su familia y amigos fueron conscientes de la labor social que realizaba.

Finalmente, el milagro que le abrió el camino a los altares, fue la curación instantánea, al contacto con su reliquia, de un páncreas anular que provocaba vómitos constantes a un niño brasileño. Tenemos ahora un modelo de cómo internarnos en el agresivo mundo virtual, para transformarlo, vacunados con el amor hacia Cristo Eucaristía.

 

 

 

 

Padre Antonio Rivero: “¿A qué tienes miedo, a quién tienes miedo?”

Domingo XII del Tiempo Ordinario

junio 16, 2020 09:39

Espiritualidad y oración

Ciclo A

Textos: Jr 20, 10-13; Rom 5, 12-15; Mt 10, 26-33

 

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: No debemos tener miedo. El miedo nos paraliza, nos esclaviza, no nos deja disfrutar.

Resumen del mensaje: En nuestra vida pasamos por momentos duros, ¿quién no? (primera lectura). Cristo no nos ocultó nunca que nuestra vida cristiana sería difícil, pues no podemos tener mejor suerte que Él, nuestro Maestro (evangelio) que nos ama y camina a nuestro lado. Debemos, pues, vivir con confianza, dado que en Cristo tenemos sobreabundancia de gracia (segunda lectura). ¡Fuera el miedo ante el coronavirus!

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, todos pasamos por situaciones y horas terribles, como Jeremías en la primera lectura: nos traicionan, nos critican y difaman, nos abandonan y nos dejan en la estacada; se ríen de nosotros; perdemos el trabajo y algún ser querido se nos va de casa; una enfermedad va minando nuestra salud; no podemos pagar nuestras deudas acumuladas: la COVID-19 toca a las puertas de muchas casas. Para qué seguir. Situaciones duras y miedos hoy que acechan el mundo, la Iglesia y nuestras familias e hijos son: el liberalismo agresivo que nos invita a todos los placeres y a opiniones sin razones, el secularismo dictador que echa a Dios fuera de la mesa de nuestras decisiones, el ateísmo militante que boxea contra Dios con la hoz y el martillo, y la despersonalización ideológica del católico, que no se sabe a qué va y con quién comulga. Estos enemigos nos hacen temblar.

En segundo lugar, en estos momentos debemos escuchar en el corazón la palabra consoladora de Cristo en el evangelio de hoy: “No tengáis miedo”. Y Cristo, al decirlo, sabía bien que, de sus oyentes, Pedro moriría en Roma cabeza abajo, su hermano Andrés en Patras crucificado en aspa, a Santiago le cortarían la cabeza en Jerusalén y a su hermano Juan le echarían en una sartén, le sacarían ileso y lo desterrarían a las minas de metal en Patmos, isla flotante en el Egeo. Parece que ni un solo discípulo murió en la cama. Que Cristo nos lo diga a nosotros “No tengáis miedo”, es otro cantar. No nos metemos con nadie; ante el materialismo, el hedonismo, el secularismo y otros “ismos” ni la piamos; en las pesebreras de la pornografía nos ponemos morados como los demás, en el matrimonio jugamos a la cuerda floja, trampeamos con el fisco, con el ejemplo enseñamos a los hijos las grandes marrullerías y trampas…como los demás. ¿Voy a tener miedo?

Finalmente, ¡ay de mí si no tengo miedo! Señal sería de que no vivo el evangelio radical, de que no soy testigo de nada, de que soy uno más en la camada de este mundo. Malo sería si nadie me insulta de trabajador a conciencia, de libre en el acoso sindical, de respetuoso con Dios cuando al lado retumba el trueno de la blasfemia, de católico comprometido que pisa fuerte en la estera del respeto humano. Pues no, señor, no debemos tener miedo porque estamos en las manos de Dios; si Él lleva cuenta hasta de los cabellos de nuestra cabeza y de los gorriones del campo, cuánto más no cuidará de nosotros, que somos sus hijos. No tengamos miedo, no, pues los que persiguen a los discípulos de Jesús podrán matar el cuerpo, pero no el alma ni la libertad interior. No tengamos miedo, pues el mismo Jesús, ante su Padre, dará testimonio de nosotros si nosotros le hemos sido fieles. Seamos cristianos de ley.

Para reflexionar: ¿A qué tengo miedo? ¿A la pandemia? ¿A quién tengo miedo? ¿Por qué tengo miedo? ¿Cómo salir de ese miedo visceral que me paraliza? Mirando a Cristo grita: Señor, en vos confío.

Para rezar: recemos con el Salmo 30

“En ti, Señor, me cobijo,
¡nunca quede defraudado!
¡Líbrame conforme a tu justicia,
tiende a mí tu oído, date prisa!
Sé mi roca de refugio,
alcázar donde me salve;
pues tú eres mi peña y mi alcázar,
por tu nombre me guías y diriges.
En tus manos abandono mi vida
y me libras, Señor, Dios fiel.
Me alegraré y celebraré tu amor,
pues te has fijado en mi aflicción,
conoces las angustias que me ahogan.
Ten piedad de mí, Señor,
que estoy en apuros.
La pena debilita mis ojos,
mi garganta y mis entrañas;
mi vida se consume en aflicción,
y en suspiros mis años;
sucumbe mi vigor a la miseria,
mis huesos pierden fuerza.
Pero yo en ti confío, Señor,
me digo: ‘Tú eres mi Dios’.
Mi destino está en tus manos, líbrame
de las manos de enemigos que me acosan.
Dios, no quede yo defraudado
después de haberte invocado.
¡Qué grande es tu bondad, Señor !
La reservas para tus adeptos,
se la das a los que a ti se acogen
a la vista de todos los hombres.
¡Bendito Dios que me ha brindado
maravillas de amor!
¡Y yo que decía alarmado:
‘Estoy dejado de tus ojos’!
Pero oías la voz de mi plegaria
cuando te gritaba auxilio”.

Oración mientras dura la pandemia

Dios todopoderoso y eterno, refugio en toda clase de peligro, a quien nos dirigimos en nuestra angustia; te pedimos con fe que mires compasivamente nuestra aflicción, concede descanso eterno a los que han muerto por la pandemia del ‘corona-virus’, consuela a los que lloran, sana a los enfermos, da paz a los moribundos, fuerza a los trabajadores sanitarios, sabiduría a nuestros gobernantes y valentía para llegar a todos con amor, glorificando juntos tu santo nombre. Por Jesucristo Nuestro Señor.  Amén.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

 

Beato José María Cassant, 17 de junio

Preciado escabel para un alma noble

junio 16, 2020 09:00

Testimonios de la Fe

 

“Desapercibido en la tierra, notorio en el cielo. Preciado escabel para un alma noble. El maestro de novicios de este virtuosísimo trapense fue decisivo en su gran vocación. En pocos años de vida religiosa conquistó la gloria”

 ¡Cuántas vocaciones se han salvado de un casi seguro naufragio debido a la fe de hombres y mujeres de Dios que no vieron lastre alguno en las dificultades o carencias de quienes tuvieron delante! A este beato le ayudaron a sostener el timón de su barca. Sin esa dedicación, tal vez habría zozobrado. Aunque no fuese su caso, hay quien no es capaz de remontar sus deficiencias personales. Afronta las jornadas portando la frustración por todo equipaje, y la tristeza con la que va revestida, sin haber gustado el amor de Dios, ignorando cómo puede darle cumplida respuesta. Quién sabe si él se hubiera privado de la gloria que alcanzó de no contar con la certera visión y el ímpetu del apóstol que lo trató viendo en él a un santo. El acompañamiento es crucial. Por algo ensalzó Cristo la vía comunitaria para seguirle.

Pedro José nació el 6 de marzo de 1878 en Casseneuil-sur-Lot, Francia. Era el segundo vástago de una familia de agricultores bien avenidos. La naturaleza no fue pródiga con él y quizá por eso pasaba desapercibido en todos los órdenes. Tanto en el aspecto físico como en el intelectual y social no se podían atisbar en su persona esos dones que resultan atractivos a los demás, y que pueden convertirse también en instrumento apostólico: simpatía, don de gentes, inteligencia, etc. Pero lo que la vida le hurtó estaba compensado espiritualmente por su gran sensibilidad. Y la atracción que experimentaba hacia todo elemento religioso hizo de él un excelso modelo en su forma de perseguir la perfección. Tenía mucho camino recorrido para ello: bohonomía, humildad, abnegación, amabilidad…

Una de sus dificultades era la falta de memoria. Además, se apreciaban en él inseguridades personales, dudas y tendencia al desánimo. Lidió con ellas, lo hizo con fuerza. Cursó estudios con los Hermanos de la Salle en su localidad natal y poco a poco se afianzó su llamada al sacerdocio, esa que estuvo presente en sus juegos infantiles cuando ensayaba cómo decir misa en los altares que construía. Hubo dos personas fundamentalmente que le ayudaron y le sostuvieron en su peregrinar. Una de ellas fue el párroco padre Filhol quien, al igual que los salesianos, se había percatado de que era propenso a la oración, de su tendencia al silencio, su fervor por la Eucaristía y el amor a María y a la liturgia, entre otros signos de piedad que le caracterizaron.

Consciente de las dificultades que su escasa retentiva le creaba, a pesar del esfuerzo que el beato puso por avanzar en los estudios, el sacerdote le prestó asistencia a través de un vicario. Pero era insuficiente para que las puertas del seminario se le abrieran al muchacho. Por eso le habló de la Trapa; estaba seguro de que era idónea para alguien de su peculiaridad. Con 16 años, acompañado por él, Pedro José ingresó en la abadía cisterciense de Santa María del Desierto, de Toulouse. El maestro de novicios padre André Mallet percibió ese mismo día que se hallaba ante una persona especial, limpia, sincera e inocente, que verdaderamente buscaba a Dios. Trazando la señal de la cruz sobre su frente, le dijo: “¡Confía! Yo te ayudaré a amar a Jesús”.

En 1895 tomó el hábito y el nombre de José María. Y en 1900 emitió los votos perpetuos. Humilde, gozoso en su nueva vida, se esforzaba por cumplir la regla con espíritu de mansedumbre, y encomiable obediencia. La formación seguía constituyendo para él una dolorosa espina. Junto a ella completaban espeso ramillete otros íntimos dardos cargados con malévola insidia para desestabilizar su vida espiritual. Tímido y sintiéndose incapaz, veía la supremacía intelectual de sus hermanos, constataba sus virtudes y se sentía corroído por la envidia y los celos. Esos complejos, que habían hecho de él una persona muy susceptible, le producían grandes sufrimientos por cuestiones a veces nimias surgidas en lo cotidiano a las que daba enorme relevancia. Otros lastres insalvables como su mal oído y su atiplada voz, que le impedían entonar debidamente los cánticos, acentuaban su baja autoestima.

Le costaba gran esfuerzo sostener un silencio interior: “Cuando no tengo libro si mantengo los ojos abiertos me distraigo, si los cierro me duermo”. Se sentía perturbado mentalmente en aspectos relativos a la castidad y luchaba diciéndose: “Sustituir los malos pensamientos por el amor de Jesús”, repitiendo una y otra vez en medio de su lucha esta jaculatoria: “Todo por Jesús, todo por María”. El padre Mallet le ayudó a combatir sus escrúpulos, le acompañó y le animó, enseñándole a liberarse por amor a Cristo de tantas ataduras que brotaban de lo más íntimo de su ser. Con su confianza, superando el prejuicio del profesor de teología, y por encima de sus problemas de salud, logró concluir los estudios y fue ordenado sacerdote en 1902. Pero ya no viviría mucho tiempo.

Siempre fue frágil, y sus dolores de pecho, de los que nada dijo llevado de su humildad, ese mismo año revelaron su origen: la tuberculosis. Quedaba claro por qué no había podido inclinarse por completo ante el Santísimo, hecho por el que fue corregido repetidamente. No se justificó ante el superior; sabía que excusarse es impropio de la vida santa. Si alguien debió haber estado al tanto de su salud, no lo hizo por las razones que fuesen, con lo cual no pudo ser atendido convenientemente. Oficiada la primera misa, fue enviado con su familia; pensaron en su recuperación. Pero los cercanos dos meses que estuvo junto a ella no sirvieron de nada. Regresó con sus hermanos religiosos y se preparó para su entrada en el cielo. “Cuando ya no pueda celebrar la Santa Misa –confió al padre Mallet–, el Corazón de Jesús podrá retirarme de este mundo, pues ya no tendré apego por la tierra”. Unió a la Pasión redentora de Cristo los intensos sufrimientos causados por su enfermedad en la última etapa de su vida. Murió el 17 de junio de 1903 mientras el padre Mallet oficiaba la misa pidiendo por él. Juan Pablo II lo beatificó el 3 de octubre de 2004.