Servicio diario - 06 de julio de 2020


 

El Papa celebrará la Misa en el 7º aniversario de su viaje a Lampedusa
Rosa Die Alcolea

Mons. Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI, contado por un querido amigo y co-autor de ‘Mi Hermano, el Papa’
Deborah Castellano Lubov

España: Misa funeral por las víctimas de COVID-19, lunes 6 de julio
Rosa Die Alcolea

España: El Papa nombra obispo de Canarias a Mons. José Mazuelos
Rosa Die Alcolea

Nuevos miembros y consultores en el Consejo para la Unidad de los Cristianos
Rosa Die Alcolea

Teología para Millennials: “Junípero, el activismo y la ignorancia”
ZENIT Staff

Beata María Romero Meneses, 7 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

El Papa celebrará la Misa en el 7º aniversario de su viaje a Lampedusa

En la capilla de Casa Santa Marta

julio 06, 2020 14:30

Papa Francisco

(zenit – 6 julio 2020).- El miércoles 8 de julio de 2020 a las 11 horas, en el 7º aniversario de su visita a Lampedusa en 2013, el Papa Francisco celebrará la santa misa en la capilla de la Casa Santa Marta, según ha anunciado Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa Vaticana este lunes, 6 de julio de 2020.

Dada la situación sanitaria, –indica Bruni– sólo participará en la Eucaristía el personal de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, si bien otros años acudían inmigrantes y refugiados junto a voluntarios que les ayudan.

 

8 de julio de 2013

El viaje a Lampedusa, el 8 de julio de 2013, fue el primero que Francisco realizó fuera del Vaticano tras ser elegido papa. La preocupación por las largas travesías de los inmigrantes que llegaban a aquella isla italiana y las imágenes de un naufragio sucedido en sus costas le llevaron allí.

El día de su visita a la isla de Lampedusa, el Papa arrojó una corona de flores al mar y rezó por los miles de migrantes muertos en las travesí­as. Al desembarcar en el puerto de Punta Favarolo, saludó uno a uno a los 50 inmigrantes llegados recientemente en embarcaciones y hospedados en el centro de primera acogida, en el cual los clandestinos son identificados. Más tarde, celebró la Misa en el campo deportivo Arena, centro de primera acogida de los inmigrantes que llegan a la isla.

 

“¡Es una vergüenza!”

“¡Me viene en mente la palabra vergüenza! ¡Es una vergüenza!”: Estas fueron las palabras del Santo Padre al referirse al naufragio sucedido en la madrugada del 3 de octubre de 2013, cuando una barcaza que llevaba unos 500 inmigrantes naufragó delante de la costa de la isla italiana de Lampedusa, situada a mitad camino entre África y Sicilia. Los inmigrantes que viajaban a bordo, divisaron por fin la isla desde la barcaza en la que habían cruzado el Mediterráneo desde Libia, y al prender una manta para pedir auxilio, el fuego engulló todo la embarcación: 368 personas murieron ahogadas en el mar.

 

 

 

 

Mons. Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI, contado por un querido amigo y co-autor de ‘Mi Hermano, el Papa’

Relato personal y profundo contado por Michael Hesemann

julio 06, 2020 20:37

Testimonios

Georg Ratzinger “era un hombre que escondía su brillantez y grandeza detrás de su aún mayor humildad. Un alma amable, un verdadero caballero, tan cálido y amistoso con todos, con un maravilloso, encantador y típico sentido del humor bávaro y travieso…”.

El famoso hermano mayor de Benedicto, que regresó a su patria celestial el 1 de julio, y cuyo funeral se celebrará en la catedral de San Pedro en Ratisbona este miércoles 8 de julio, no pudo ser explicado con más claridad o más personalmente, que por su co-autor, en el libro de entrevistas “Mi hermano, el Papa”, de Michael Hesemann.

Aquí, el Dr. Hesemann arroja mucha luz sobre el querido hermano mayor alemán.

La corresponsal principal de zenit en el Vaticano pudo reunirse y hablar con monseñor Georg Ratzinger hace años en su casa de Ratisbona. El cortés, amable, gentil y brillante caballero alemán transmitió humildemente la bienvenida y los buenos deseos para todas las personas de buena voluntad.

Aquí está la entrevista exclusiva de zenit con el Dr. Hesemann:

***

 

zenit: ¿Cómo conoció a Monseñor Georg Ratzinger?

Dr. Michael Hesemann: En 2009, cuando comenzaron los ataques al Papa Benedicto XVI, fundamos una asociación para defenderlo y la llamamos “Alemania pro Papa”. Nuestra representante en Ratisbona, Roswitha Biersack, mantuvo informado a Georg Ratzinger sobre todas nuestras actividades y finalmente, en diciembre de 2010, me lo presentó personalmente. Puedo decir que lo amé desde el primer momento: Era el anciano sabio, amable y divertido que todos queríamos conocer. Le llevé algunos de mis libros, lo consultó con su hermano y finalmente confió en mí. Cuando me di cuenta de la brillante memoria que tenía y de lo bueno que era contando historias de su vida, me dije: Esto es algo que tenemos que preservar para el mundo, para el futuro. Así es como nació el proyecto de nuestro libro común “Mi hermano, el Papa”. Tenía 86 años en ese momento, con buena salud y humor, y el tiempo estaba maduro.

 

zenit: ¿Qué es lo que más le llamó la atención de él?

Dr. Michael Hesemann: Era un hombre que escondía su brillantez y grandeza detrás de su aún mayor humildad. Un alma amable, un verdadero caballero, tan cálido y amistoso con todos, con un maravilloso, encantador y típico sentido del humor bávaro. Al mismo tiempo, era más realista y mucho más extrovertido que su tímido hermano. Le encantaba tener gente a su alrededor, su casa a veces parecía una colmena, con visitas por la mañana y por la tarde. Muchos de sus antiguos alumnos del coro de la catedral de Ratisbona (Regensburger Domspatzen) estuvieron en contacto con él durante décadas, lo visitaron regularmente como si se hubiera convertido en un miembro de su familia y vinieron a ayudarlo cuando estaba casi ciego y no podía caminar. Le leían libros, escribían cartas para él o simplemente venían a hablar y a disfrutar de un café, un té y un trozo de pastel que siempre se ofrecía en su casa. Él realmente cambió sus vidas y se convirtió en una inspiración para muchos. Así que dejó una gran familia de amigos y estudiantes.

 

zenit: Dr. Hesemann, por favor cuéntenos un poco sobre monseñor Georg Ratzinger. Por ejemplo, ¿cuáles eran sus hobbies, favoritos, prioridades, esperanzas…? 

Dr. Michael Hesemann: Aunque estaba casi ciego, estaba muy bien informado sobre tantos nuevos libros y publicaciones, porque tenía sus lectores voluntarios y una memoria brillante. Podías hablar con él de todo, desde asuntos de la Iglesia, pasando por la política hasta el fútbol. Pero su gran amor, por supuesto, era la música. Creo que el mejor regalo de cumpleaños que le hice fue cuando invité a una buena amiga, la mundialmente famosa pianista Anastassiya Dranchuk, a tocar para él. Lo repetimos el día de su santo y su último cumpleaños. Su debilidad eran los dulces y siempre le llevaba galletas y pasteles, pero las que más gustaban eran las galletas de Navidad. En general, la Navidad era muy importante para él y una vez, en unalaudatio dada en su 90 cumpleaños que celebramos en el Vaticano, lo llamé “una persona navideña”.

Nació el 15 de enero, que todavía estaba en la temporada de Navidad y como todos sabemos, la Navidad fue el nacimiento no sólo de Cristo, sino también de la música de la Iglesia: Fue cuando los ángeles cantaron su “Aleluya” en Belén. Así, el “espíritu de la Navidad” influyó en su vida, trabajo y vocación y no fue una coincidencia que su CD más exitoso con el Regensburger Domspatzen fuera el de las corales navideñas alemanas; casi todas las familias alemanas lo tienen en casa. Esto también reflejaba su educación en una familia muy piadosa que realmente celebraba las fiestas de la Iglesia de la manera más solemne, que rezaban juntos el rosario todos los días, de rodillas en el duro suelo de la cocina y, como rezaban juntos, siempre permanecían juntos en los buenos y en los malos tiempos.

 

zenit: ¿Cuál era su relación con su hermano, Joseph Ratzinger, que, si me permite, nos referimos a él como Benedicto?

Dr. Michael Hesemann: Un profundo amor fraternal. Los Ratzinger siempre fueron una familia muy cercana, cariñosa y cuidadosa. Los hermanos se acercaron aún más cuando sus padres murieron en los años 60; su hermana mayor María se convirtió en la ama de llaves, secretaria y asistente de Joseph Ratzinger y Georg fue a Ratisbona como director musical de la catedral de Ratisbona, Domkapellmeister. Pero se reunían regularmente, celebraban las fiestas juntos y visitaban la tumba de los padres, la cual trasladaron a Ratisbona. En 1969, cuando Joseph Ratzinger recibió la llamada de la Universidad de Ratisbona para enseñar dogmática en ella, comenzó la época más feliz de su vida adulta, ya que los tres hermanos se volvieron a unir. Desafortunadamente, el Señor tenía otros planes. En 1977, Joseph Ratzinger se convirtió en arzobispo de Munich y Freising y tuvo que mudarse, y en 1983, el Papa Juan Pablo II lo llamó a Roma como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En 1991, Maria Ratzinger falleció, lo que reforzó el vínculo entre los dos hermanos que quedaron. Tenían muchas ganas de volver a estar juntos después de que el cardenal Joseph Ratzinger se retirara. El cardenal Ratzinger mantuvo su casa en Ratisbona durante todos esos años, para ir allí de vacaciones, encontrarse con su hermano y tener un lugar donde quedarse después de retirarse de Roma. Pero una vez más, el Señor tenía otros planes.

 

zenit: ¿Qué recuerdos tiene de lo que solían hacer juntos? ¿Algunas anécdotas?

Dr. Michael Hesemann: Era brillante en contar anécdotas, siempre reflejando su cálido humor. Y hay cientos de fotos de viajes turísticos que hicieron juntos. Esto tenía una larga tradición para ellos. En medio de la Segunda Guerra Mundial, en 1941, cuando debido a la guerra no vino ningún público internacional al mundialmente famoso Festival de Música Clásica de Salzburgo, consiguió comprar varios billetes baratos y ambos hermanos hicieron el viaje en sus bicicletas, pasando las noches en un pequeño hotel. Georg tenía 17 años en ese momento, ¡Joseph sólo 14! De hecho, este viaje se convirtió en providencial. Joseph descubrió su amor por Mozart y se convirtió en el “Mozart de la teología”. Georg vio por primera vez el legendario “Regensburger Domspatzen”, el coro de niños de la catedral de Ratisbona y se enamoró de ellos. Veintitrés años más tarde, se convirtió en su director musical.

Otra hermosa historia que cuenta en nuestro libro fue cuando la guerra terminó y regresó del campo de prisioneros de guerra americanos; Joseph, que era demasiado joven para convertirse en soldado, ya había llegado antes a casa de sus padres. Ese día, después de un breve saludo, Georg entró en la casa, se sentó al piano y empezó a tocar el Te Deum. Entonces todos empezaron a llorar y se abrazaron.

Pero además de esos puntos culminantes en sus vidas, estaba su vida diaria que era tan normal y realista, a pesar de su prominencia. Incluso cuando Joseph Ratzinger ya era cardenal y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Georg Ratzinger un genio de la música celebrado por el mundo, eran sólo dos hermanos ordinarios cuando se conocieron: Georg cocinaba, Joseph lavaba los platos después. ¡Una vez más, la grandeza se esconde detrás de la humildad! Recuerde que sólo en los últimos 15 años de su vida, Georg Ratzinger fue “el hermano del Papa”. Durante mucho tiempo, al menos hasta 1977, Georg fue mucho más conocido. En esta época, Joseph Ratzinger fue a veces llamado “el hermano menor del famoso director musical”. Incluso después de que el cardenal Ratzinger se convirtiera en Papa, su hermano Georg solía llamarlo “Joseph”. “Cualquier otra cosa no sería natural”, me dijo. Él estaba tan abajo en la tierra, cuando su alma llegó al cielo. Pero para resumir, siempre fueron “un corazón y un alma”, como decimos en alemán, y Georg, como el mayor y el primero que tuvo la vocación de convertirse en sacerdote, fue el modelo a seguir de su hermano menor Joseph.

 

zenit: ¿Nos puede contar algunos recuerdos de ellos con sus padres?

Dr. Michael Hesemann: Lo que más me impresionó fue lo que resultó ser el secreto de la familia Ratzinger. ¿Cómo sucedió que una familia bastante sencilla, un policía de campo y un cocinero de hotel, criaron dos hijos que eran ambos genios, cada uno en su clase –Georg Ratzinger, como el famoso músico, compositor y líder del coro que hizo una gira por todo el mundo, y Joseph Ratzinger, el mayor teólogo alemán y el 265º sucesor de San Pedro?–. Eventualmente, descubrí que su fuente de inspiración era la intensa fe católica y la fuerte piedad de esta familia. Como dije antes, rezaban el Rosario juntos todos los días, de rodillas en el suelo de la cocina; iban a la iglesia regularmente; celebraban las fiestas del año de la Iglesia.

 

zenit: Cuando Georg visitaba el Vaticano, ¿cómo pasaban su tiempo juntos?

Dr. Michael Hesemann: Georg Ratzinger tenía su propia habitación en el Monasterio Mater Ecclesiae y una hermana que lo cuidaba. Su día comenzaba con el punto culminante, la Santa Misa que celebraban juntos. Desayunaban, comían y cenaban juntos y entremedio rezaban juntos, tocaban o escuchaban música juntos, hablaban entre ellos y por la noche, a veces veían la televisión. Era una época tranquila y armónica, y Georg Ratzinger siempre estaba deseando ir allí y estar con su hermano. Pero al mismo tiempo, nunca quiso mudarse allí. Amaba Ratisbona y Baviera, disfrutaba de la libertad y de las visitas regulares de sus amigos. Encontró un hogar al que nunca quiso renunciar. Y, seguro, el Papa Benedicto lo envidiaba. Siempre echó de menos su amada y hermosa Baviera, sus verdes prados, sus coloridas flores en los balcones de las casas, sus montañas, su gente, sus monasterios barrocos y ciudades medievales. Quien haya visitado Baviera lo entenderá perfectamente. ¡En ningún lugar del mundo estás más cerca del cielo!

 

zenit: ¿Por qué fue Benedicto a visitar a su hermano recientemente?

Dr. Michael Hesemann: Para decir un último adiós. En enero, Georg Ratzinger había estado en Roma por última vez. El siguiente viaje estaba planeado para marzo, pero fue imposible debido a la crisis del coronavirus. En enero, todos celebramos su 96º cumpleaños y estaba en gran forma. Tuvo sus altibajos, pero es normal con esta edad. Pero luego vinieron las semanas y meses de aislamiento. Por supuesto, tenía a su ama de llaves, una religiosa maravillosa, pero no las cinco o diez visitas diarias que lo mantenían joven. Alrededor de Pentecostés empezó a sentirse débil, su corazón le daba problemas. Cuando la situación se volvió seria, su hermano decidió que tenía que actuar. Durante toda su vida, el Papa Benedicto lamentó no haber podido estar con su querida hermana cuando ella murió en 1991, porque él mismo estaba enfermo en ese momento. Esta vez sabía que no podía esperar demasiado. Así que decidió, más o menos de un día para otro, venir. Estuvo en Ratisbona durante cuatro días y pasó muchas horas por la mañana y por la tarde con su hermano. Hablaban, celebraban juntos la Santa Misa, rezaban juntos o simplemente se tomaban de las manos. Les dio tanto a ambos. Cuando ves las fotos del Papa Benedicto cuando llegó y cuando se fue, es como si hubiera rejuvenecido. La tensión se había ido, él sonríe. Sabía que era su último encuentro en este mundo. Pero también sentía que su hermano se iría en paz ahora. Así que dieron un maravilloso testimonio de ambos, el amor fraternal y la confianza católica en Dios y la vida eterna. Sabían, estaban seguros, que su próximo encuentro sería en el cielo, donde toda la carga de esta existencia material se ha ido y ambos vivirán en la eterna alegría de la presencia de Dios.

 

zenit: ¿Cómo le ha preparado la vida de oración de monseñor Georg para volver a su hogar celestial?

Dr. Michael Hesemann: Incluso en su alta edad, su vida de oración era intensa. Hasta que se debilitó demasiado físicamente, solía celebrar la Santa Misa todas las mañanas, originalmente en San Juan, una pequeña iglesia justo al lado de la gran catedral gótica de Ratisbona, y luego en su capilla privada en su casa. Junto con su querida ama de llaves, la hermana Laurente, rezó el rosario y la oración de la hora. También le gustaba escuchar música sacra, sólo para tener una idea de la belleza celestial. La música, como dije antes, es el lenguaje de los ángeles y él hablaba muy bien este lenguaje. En las últimas semanas, contempló toda su vida de manera intensa y se preparó para lo que llamó el “examen celestial”. Estoy seguro de que lo superó fácilmente con la brillantez, el encanto y el sentido del humor que siempre tuvo. Nosotros, que tuvimos el privilegio de conocerlo, siempre lo recordaremos con gratitud como un hombre con un corazón de oro. Durante toda su vida, inspiró a la gente a buscar a Dios en la belleza de la música. Ahora él mismo canta en los coros celestiales. Siguió el camino que mostró y se preparó para tantos y recibe su divina recompensa.

 

 

 

 

España: Misa funeral por las víctimas de COVID-19, lunes 6 de julio

Reunión de la Comisión Permanente

julio 06, 2020 12:45

Iglesia Local

(zenit – 6 julio 2020).- La catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá una Misa funeral por las víctimas de la pandemia de COVID-19 este lunes, 6 de julio, a las 20 horas, en el marco de la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Presidirá la Eucaristía el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la CEE, y concelebrarán numerosos obispos –entre ellos, el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE–.

Además, asistirán al funeral por las víctimas en España de COVID-19 sus los reyes de España, don Felipe VI y doña Letizia, y la princesa de Asturias, Dª Leonor de Borbón, y la infanta Dª Sofía de Borbón, así como diversas autoridades del Estado y representantes de otras confesiones religiosas.

Los últimos datos actualizados el viernes, 3 de julio de 2020, por el Ministerio de Sanidad apuntan a las cifras totales de 250.545 casos de coronavirus diagnosticados por PCR hasta el momento en el país y 28.386 muertos con test positivo.

 

Reunión de la Comisión Permanente

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) celebra su última reunión del curso los días 6 y 7 de julio en la Casa de la Iglesia, en Madrid (C/ Añastro, 1). Esta reunión se atrasó de su convocatoria original con motivo de la COVID-19 y será presencial.

Durante estos dos días los obispos analizarán la situación pastoral de la Iglesia católica en España después de la salida del estado de alarma, que realizará la Secretaría General.

Asimismo, trabajarán en un borrador de documento pastoral sobre la situación de los ancianos a raíz de la experiencia vivida con la COVID-19, a cargo de la Comisión Episcopal para los Laicos y Familia y Vida y Comisión de Pastoral Social.

Por otro lado, la Comisión Episcopal para los Laicos informará sobre los resultados y la actualización del Congreso de Laicos Pueblo de Dios en Salida que se celebró el pasado mes de febrero.

Asimismo, los obispos recibirán información sobre diversos asuntos de seguimiento.  La Comisión Permanente aprobará, como es habitual, el calendario de las reuniones de los órganos de la CEE para 2021.

 

 

 

 

España: El Papa nombra obispo de Canarias a Mons. José Mazuelos

Y acepta la renuncia de Mons. Cases Andreu

julio 06, 2020 15:08

Iglesia Local

(zenit – 6 julio 2020).- El Papa ha nombrado obispo de la diócesis de Islas Canarias (España) a monseñor José Mazuelos Pérez, hasta ahora obispo de Jerez de la Frontera, según ha informado esta mañana, lunes 6 de julio de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Previamente, Francisco aceptó la renuncia presentada, al cumplir 75 años, por el obispo de Canarias, Mons. Francisco Cases Andreu. Ambos continuarán como administradores apostólicos en sus actuales diócesis, ha comunicado la Conferencia Episcopal Española.

 

Mons. José Mazuelos Pérez

Mons. José Mazuelos Pérez nació en Osuna, archidiócesis de Sevilla, el 9 de octubre de 1960. Se licenció en Medicina en la Universidad Hispalense de Sevilla, y durante algún tiempo ejerció la profesión de médico. Ingresó al Seminario de Sevilla y recibió la ordenación sacerdotal en la archidiócesis de Sevilla el 17 de marzo de 1990. Obtuvo el doctorado en Teología Moral en la Academia Alfonsiana (Roma).

Fue párroco, subdirector del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla y profesor del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla.

El 19 de marzo de 2009 fue elegido obispo de Jerez de la Frontera y consagrado el siguiente 6 de junio.

En la Conferencia Episcopal Española es presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida desde el año 2020 y miembro de la Comisión Episcopal para el Apostolado de los Laicos desde 2009.

 

 

 

 

Nuevos miembros y consultores en el Consejo para la Unidad de los Cristianos

Nombrados por el Papa

julio 06, 2020 11:36

Roma

(zenit – 6 julio 2020).- El Santo Padre ha incluido a cinco nuevo miembros y a dos nuevos consultores en el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el pasado 4 de julio de 2020.

Los nuevos miembros del Consejo son: el cardenal Joseph William Tobin, arzobispo de Newark (Estados Unidos); Mons. Mario Grech, obispo emérito de Gozo (Malta) y pro-secretario general del Sínodo de Obispos; Mons. Paulo Cezar Costa, obispo de São Carlos (Brasil); Monseñor Paul Rouhana, obispo titular de Antarado y auxiliar de Joubbé, Sarba y Jounieh de los maronitas Líbano); y Mons. Richard Kuuia Baawobr, obispo de Wa (Ghana)

El Pontífice nombró entre los consultores del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos a Mons. Giacomo Morandi, arzobispo titular de Cerveteri y secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Mons. Giorgio Demetrio Gallaro, arzobispo, obispo emérito de Piana degli Albanesi (Italia) y secretario de la Congregación para las Iglesias Orientales.

 

60º aniversario del Consejo

El pasado 5 de junio, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (PCPUC) cumplió 60 años de su fundación.

El 5 de junio de 1960, día de Pentecostés, el entonces papa, san Juan XXIII, con el Motu Proprio Superno dei Nutu, creó el llamado entonces Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Este Secretariado contó con el cardenal Agustín Bea como primer presidente.

 

Misión

El Consejo ejerce un doble papel. En primer lugar, se le confía la promoción, dentro de la Iglesia Católica, de un auténtico espíritu ecuménico según el citado decreto conciliar Unitatis redintegratio.

Al mismo tiempo, el Consejo Pontificio actúa en todos los ámbitos que pueden contribuir a promover la unidad de los cristianos mediante el fortalecimiento de las relaciones con otras iglesias y comunidades eclesiales. Organiza y supervisa el diálogo y la colaboración con las demás Iglesias y, desde su creación, también ha cooperado estrechamente con el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), con sede en Ginebra.

 

 

 

 

Teología para Millennials: “Junípero, el activismo y la ignorancia”

Por el padre Mario Arroyo

julio 06, 2020 18:23

Análisis

(zenit – 6 julio 2020).- Este lunes, en la sección “Teología para Millennials”, el padre Mario Arroyo Martínez analiza las recientes derribas de las estatuas de San Junípero Serra en San Francisco y los Ángeles, enmarcadas en las protestas raciales en Estados por la muerte del afroamericano George Floyd.

El sacerdote mexicano aclara que “No se pueden hacer juicios sumarios con la historia sin cometer profundas injusticias. San Junípero viene a ser muestra palmaria de ello”. Así, recuerda que san Junípero fue un hombre que dejó su tierra para dedicar su vida a evangelizar, que partió de su monasterio en Querétaro, caminando 3327 kilómetros hasta San Francisco, que dio vida a las misiones franciscanas en California, las cuales fueron cuna de las grandes ciudades californianas de la actualidad.

San Junípero “defendió vivamente a los pueblos autóctonos”, aclara don Mario Arroyo. “No se perdonó un viaje hasta la Ciudad de México, cabeza del virreinato, para presentar una ‘declaración de derechos’ que defendía a los indígenas y exigía su protección”. Siga leyendo y descubra la apasionante vida de este santo.

El padre Mario Arroyo es licenciado en Filosofía por la Universidad Panamericana, México D.F. Además, tiene un doctorado en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Roma. Actualmente vive en México y es profesor de Teología en la Universidad Panamericana.

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Junípero, el activismo y la ignorancia

Es realmente dolorosa la calumnia histórica que padece actualmente la señera figura de San Junípero Serra. Una grave ofensa a la verdad que, como suele suceder con la mentira, se utiliza para manipular la opinión pública, sirviéndose de idiotas útiles que construyen un inmenso “hombre de paja”, un falaz engaño. “Calumnia, que algo queda”, y queda más si los destinatarios del engaño son ignorantes. En nuestros días vemos las funestas consecuencias del matrimonio entre activismo político e ignorancia superficial, hasta el punto de ver amenazadas las instituciones, bases de la sociedad civilizada, mientras arteramente se reescribe la historia a beneficio de la ideología en boga.

Es doloroso que la furia iconoclasta desatada contra san Junípero surja en medio de una sociedad muy desarrollada, con altos estándares de educación. Es triste ver cómo la falta de seriedad y la ausencia de profundidad, es decir, la más dolorosa superficialidad, se han apoderado del lugar que en el mundo va a la vanguardia de la tecnología. No puede ser sino un pésimo augurio descubrir cómo, donde se gestan los mayores adelantos tecnológicos, en la cuna del poder de nuestra civilización, se erige impune la barbarie y se da culto a la ignorancia.

Eliminar las estatuas de San Junípero en Los Ángeles y San Francisco, establecer un proceso inquisitorial en su contra, plagado de argumentos anacrónicos, selectivas ignorancias y falsedades, legitimar el uso de la violencia, en lugar de la discusión seria y el estudio profundos, no pueden ser sino señales de manipulación, manifestación del declive de una civilización. Como antaño en Roma, nuevamente los bárbaros se enseñorean del país más poderoso del mundo.

No se pueden hacer juicios sumarios con la historia sin cometer profundas injusticias. San Junípero viene a ser muestra palmaria de ello. Un hombre que dejó su tierra para dedicar su vida a evangelizar, que partió de su monasterio en Querétaro, caminando 3327 kilómetros hasta San Francisco, que dio vida a las misiones franciscanas en California, las cuales fueron cuna de las grandes ciudades californianas de la actualidad. Un hombre que aprendió la lengua de los naturales californianos, convivió con ellos y los amó, resulta que ahora es paladín del racismo, cuando no genocida.

San Junípero defendió vivamente a los pueblos autóctonos. No se perdonó un viaje hasta la Ciudad de México, cabeza del virreinato, para presentar una “declaración de derechos” que defendía a los indígenas y exigía su protección. En su epistolario destacan sus frecuentes denuncias de los abusos sexuales cometidos contra las indígenas por los conquistadores. Se opuso a la aplicación de la pena de muerte contra los que asolaron la misión de San Diego, martirizando a un sacerdote amigo suyo, para mostrar así una señal de clemencia cristiana, sentando así un nobel testimonio contra la pena de muerte en territorio norteamericano. Por sus cartas tenemos conocimiento de la muy positiva valoración e impresión que le causaron los naturales, y fue uno de los primeros europeos en dejar constancia y ensalzar las bellezas naturales de California.

Contra lo que pudiera pensarse, las misiones no impusieron la fe por la fuerza. Por el contrario, fueron comunidades multiculturales, donde nativos y españoles trabajaron juntos y se mezclaron, dando origen a una población mestiza, a un nuevo pueblo, con su propia cultura, del cual quedan todavía vestigios arquitectónicos, musicales, literarios y religiosos. No se obligó a convertirse a los naturales, y solo abrazaron la fe cristiana el 10 o el 20% de ellos.

El “genocidio californiano” es un siglo posterior a San Junípero, coincide con la “fiebre del oro” en California. Fue el primer gobernador de ese estado quien impulso la guerra de exterminación contra los indígenas en 1851. De hecho, los mismos norteamericanos han dejado abundante constancia de ello en la inmensa mayoría de las películas western, donde siempre son masacrados los malvados y crueles indígenas. Fue la caballería del ejército norteamericano la principal encargada de perpetrar el genocidio, no los misioneros españoles. Por eso no se puede sino deplorar la injusticia histórica que se comete contra uno de los forjadores de California, San Junípero Serra.

 

Mario Arroyo
Doctor en Filosofía
p.marioa@gmail.com

 

 

 

 

Beata María Romero Meneses, 7 de julio

Un ángel en los suburbios de la ciudad

julio 06, 2020 09:00

Testimonios

 

“Nicaragüense, un ángel en los suburbios de la ciudad. Declarada “mujer del año” por la Unión de mujeres americanas, y galardonada con la Medalla de Oro del Rotary Club de Costa Rica”

Nació el 13 de enero de 1902 en Granada, Nicaragua. De ascendencia española por parte de ambos progenitores, pertenecía a una influyente familia. Su padre Félix Romero Arana ocupaba un alto cargo político en el país como Ministro de Hacienda y rodeó a su numerosa prole, trece hijos, de grandes comodidades; un agradable bienestar. María también creció arropada por un elenco de tías solteras que regentaban un colegio para las niñas pudientes, y entre unos y otros supo de primera mano la riqueza de la fe que penetró hondamente en ella. En su hogar era habitual auxiliar a las personas desfavorecidas y desde corta edad fue digna heredera de tal espíritu solidario.

Con una selecta educación y cualidades singulares para la música y la pintura, a los 12 años conoció a las Hijas de María Auxiliadora, ya que formaba parte del alumnado del colegio que regían. El estrecho vínculo que mantenía con la Virgen, y que fue la tónica de su vida, era ya manifiesto. No dudó de que Ella la sanaría de unas fiebres reumáticas que había contraído, certeza que confió a una amiga y así sucedió; se curó de forma inesperada.

En el colegio fue una de esas alumnas ideales, dóciles y bondadosas, que absorben las enseñanzas y allanan la tarea educativa. Las religiosas estaban casi recién llegadas a Nicaragua, y a través de su testimonio se fue empapando de la vida de su fundador, Don Bosco. Se sintió atraída por el carisma y fue dando pasos inequívocos hacia un mayor compromiso. Primeramente, en 1915 se integró en las Hijas de María y decidió consagrar su castidad movida por un sentimiento vocacional irrefrenable: “Estaba resuelta a entregarme a mi Señor y mi rey para siempre. La vocación se enraizaba en mi alma cada día con mas fuerza”. En este camino fue decisiva la ayuda de su director espiritual, el padre Emilio Bottari. Cuando a los 18 años se integró en la comunidad religiosa, le advirtió: “Aunque un día te hicieran picadillo no des nunca un paso hacia atrás. Llegarán momentos difíciles, pero tú mantente siempre fiel y firme en tu vocación”. En numerosas ocasiones recordaría este clarividente consejo.

Hizo el noviciado en San Salvador y tomó el hábito en 1921. Pusieron bajo su responsabilidad las clases de música, canto, dibujo, pintura y mecanografía, aunque ella, servicial y con recursos, podía realizar labores de enfermería fácilmente si era preciso. Era atenta y solícita con las necesidades que detectaba a su alrededor. Aún no había profesado y ya comenzó a percibir gracias sobrenaturales, que junto con visiones, don de profecía y milagros, caracterizaron su ascenso místico. Rogaba con insistencia “Oh Jesús, enséñame a hablar, a trabajar y a vivir solo en tu amor y por tu amor”. Un día ante el Sagrario formuló esta pregunta: “Señor, ¿quien soy yo?”. Y en una locución divina recibió la respuesta: “Eres la predilecta de mi Madre y la benjamina de mi Padre”.

Emitió los votos en 1923 y fue destinada a Granada como profesora de las mismas disciplinas impartidas en San Salvador. Hizo la profesión perpetua, y luego partió a Costa Rica. En este país cultivó una de las líneas destacadas de su labor apostólica. Un día de intensa lluvia vio un mendigo que soportaba el fuerte temporal bajo la mísera vivienda, sin poderse mantener a resguardo; pensó lo que supondría para él. Y desde ese instante las necesidades de su prójimo fueron su alimento.

Su fe era ciertamente heroica. Junto a ella brillaba la palpable asistencia de María, con la que mantenía constante intimidad. A la Virgen encomendó a su padre, que había quedado casi en la ruina, apartado de la fe, y obtuvo la gracia de que retornase a ella. A la Madre del Cielo llevó también todos los problemas que le trasladaban directamente y de los que tenía noticia a través de otras personas. Decía: “Pon tu mano, Madre mía. Ponla antes que la mía”: María era “su Reina”. Por su mediación conseguía a tiempo los recursos económicos para solucionar graves y urgentes carencias y seguir emprendiendo obras para asistencia de los marginados en los suburbios de la capital. Creó un hogar, una clínica, una escuela, y una casa para jóvenes que malvivían en las calles; casitas que eran un oasis para los «sin techo», obras siempre dirigidas a los que no tenían recursos. Además catequizó y animó a los niños y jóvenes a través de los oratorios que impulsó. Todas las gracias sorprendentes, que llegaban siempre a tiempo, las obtuvo a expensas de la oración.

Se había trazado un programa hilvanado de Avemarías, recitadas en cualquier momento y circunstancia, especialmente cuando se traía entre manos alguna petición que debía solventar con urgencia, hecho usual en su acontecer. Ella misma había anotado las pautas que deseaba seguir, y cumplió a rajatabla: “Apenas me despierte exclamaré: ¡Madre, Madre hermosa! Y me echaré en sus brazos, la abrazaré y la besaré, repitiéndole lenta y dulcemente: ‘Ave María…’. Durante la santa misa me colocaré a los pies de la cruz, abandonándome sobre el pecho de mi hermosa Madre para escuchar los latidos de su inmaculado corazón…”.

Simplemente este ideario pone de manifiesto que fue una mujer de una fe honda y sencilla, sin fisura alguna. Era obediente y humilde, tenía coraje apostólico, ideas y empuje para ponerlas en marcha. Su generosidad y desvelos por los desfavorecidos fueron probados con numerosas contradicciones, incomprensiones y dificultades. Sus afanes espirituales, su intensa pasión por lo divino en medio de la cual brotaban pensamientos y emocionados anhelos se perciben a través de las anotaciones que fue vertiendo en un cuadernillo desde 1924. La Unión de Mujeres Americanas en 1968 la eligió “mujer del año”, distinción que recibió agradecida, pero sin ocultar lo lejos que se hallaba de las glorias de este mundo con un elocuente: “tonterías…”. En 1976 fue galardonada con la medalla de Oro del Rotary Club de Costa Rica. Murió con fama de santidad el 7 de julio de 1977. Juan Pablo II la beatificó el 14 de abril de 2002.