Servicio diario - 07 de julio de 2020


 

“Preparando el futuro, construyendo la paz” – Comisión Vaticana COVID-19
Rosa Die Alcolea

“Nadie se salva solo”: Semana Social de la Conferencia Episcopal Argentina
Rosa Die Alcolea

“El Poder de la Educación Sexual”, ciclo de conferencias online
ZENIT Staff

Obispos de Centroamérica: Nadie debe ser olvidado en esta pandemia
Cristhian Alvarenga

Evangelio del domingo 12 de julio: Comentario del padre Antonio Rivero
Antonio Rivero

Beato Pedro Vigne, 8 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

“Preparando el futuro, construyendo la paz” – Comisión Vaticana COVID-19

Presentación del cardenal Turkson

julio 07, 2020 15:26

Dicasterios

(zenit – 7 julio 2020).- Con el lema “Preparando el futuro, construyendo la paz en el tiempo de la COVID-19”, el cardenal Peter K.A. Turkson, presidente de la Asociación de Profesionales de la Comisión Vaticana para la COVID-19, ha presentado algunas consecuencias para la paz de la crisis de la pandemia y de la recesión económica mundial, ambas reforzadas por una emergencia climática global.

En la conferencia, celebrada este martes, 7 de julio de 2020, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, han acompañado al cardenal la responsable del Grupo de Trabajo de Economía, de la Comisión Vaticana para la COVID-19, Sor Alessandra Smerilli, y el líder del Grupo de Trabajo de Seguridad de la Comisión Vaticana para la COVID-19, Dr. Alessio Pecorario, ambos integrados en el Grupo 2 de dicha Comisión.

Coordinador por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Grupo 2 de la Comisión para la COVID-19 se ocupa de la investigación y el estudio de la pandemia, para reflexionar sobre la sociedad y el mundo posterior a la pandemia, particularmente en los sectores del medio ambiente, la economía, el trabajo, la salud, la política, la comunicación y la seguridad. Los socios de este grupo son las Academias Pontificias para la Vida y las Ciencias junto con varias organizaciones que ya colaboran con el Dicasterio.

 

Congelar el comercio de armas

La Iglesia apoya firmemente los proyectos de construcción de la paz que son “esenciales” para que las comunidades en conflicto y post-conflicto respondan a la COVID-19. “Sin el control de las armas, es imposible garantizar la seguridad. Sin seguridad, las respuestas a la pandemia son incompletas”, ha explicado el cardenal Turkson.

Asimismo, Turkson ha celebrado el reciente respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a un alto el fuego mundial, al que se unió el Papa Francisco, así como el apoyo de 170 países al llamamiento de las Naciones Unidas para que callen las armas!, pero advierte hay que “ponerla en práctica”, y para ello, “necesitamos congelar la producción y el comercio de armas”.

 

“No puede haber curación sin paz”

Mientras que hoy en día “se dedican sumas sin precedentes a gastos militares” –ha señalado el prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano, “los enfermos, los pobres, los marginados, y las víctimas de los conflictos son afectados tremendamente por la crisis actual”. Por lo que “no puede haber curación sin paz”, ha afirmado.

Las crisis interconectadas (salud, socio-economía y ecología) están ampliando la brecha “no sólo entre los ricos y los pobres”, sino “también entre las zonas de paz, prosperidad y justicia ambiental y las zonas de conflicto, privación y devastación ecológica”, ha advertido Turkson.

En aras de la construcción de una paz sostenible, “debemos fomentar una ‘cultura del encuentro’”, ha insistido Turkson, “en la que hombres y mujeres se descubran unos a otros como miembros de una familia humana, compartiendo la misma creencia”. Solidaridad. Confianza. Encuentro. Bien común. No-violencia. “Creemos que estos son los fundamentos de la seguridad humana actual”.

 

Soluciones creativas

Sor Alessandra Smerilli, coordinadora del Grupo de Trabajo de Economía de la Comisión Vaticana para la COVID-19, ha dado a conocer que en la task-force de Economía, trabajan con diferentes socios a nivel internacional; profesores; profesionales; centros de investigación… con los que dialogan cada semana sobre los aspectos económicos conectados con la pandemia, siendo la búsqueda de la paz mundial tan solo uno de los aspectos que están encarando.

La profesora titular de Economía Política en la Facultad Pontificia de Ciencias de la Educación Auxilium ha declarado que el Papa Francisco les ha pedido “soluciones creativas”. Por lo tanto, se han preguntado: “¿Y si en lugar de hacer la carrera de armamentos, ‘corremos’ hacia la seguridad alimentaria, sanitaria y laboral? ¿Qué están pidiendo los ciudadanos en este momento? ¿Necesitan un estado militar fuerte, o un estado que invierta en bienes comunes? ¿Cómo querría cada ciudadano que se gaste su dinero hoy?”.

La religiosa, experta en Economía, ha indicado que el gasto militar en el mundo en 2019 alcanzó su punto más alto y ha sugerido que “necesitamos líderes valientes que puedan demostrar que creen en el bien común, que se comprometan a garantizar lo que más se necesita hoy en día”, así como un “pacto colectivo para dirigir los recursos para la seguridad y el bienestar de la salud”.

 

Estrategias, alianzas y sistemas

Por su parte, el Dr. Alessio Pecorario, coordinador del Grupo de Trabajo de Seguridad de la Comisión Vaticana para la COVID-19 y Oficial del Dicasterio o para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha anunciado un “aumento continuo de los gastos militares, recientemente dado a conocer por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), y advierte que “algunos observadores y funcionarios piden que se aumente el gasto militar en respuesta a la pandemia de COVID-19”.

Estos gastos van desde los nuevos programas de armas nucleares entre todos los que ya están en posesión de ellas, pasando por el equipamiento principal de las fuerzas armadas convencionales y las armas pequeñas con exportaciones a las regiones afectadas por conflictos, ha detallado.

Asimismo, ha alertado que la llamada “ciberguerra” y el crimen han hecho de la COVID-19 un “nuevo teatro de operaciones”.

Apoyándose en la encíclica Populorum Progressio, publicada por el Papa Pablo VI el 26 de marzo de 1967, el experto en Seguridad ha señalado que “a la luz de la emergencia, la complejidad y los desafíos interrelacionados surgidos de la pandemia, podríamos afirmar que los recursos humanos y financieros y la tecnología deben utilizarse para crear y estimular estrategias, alianzas y sistemas para proteger la vida y el planeta, y no para matar a las personas y destruir los ecosistemas”.

 

 

 

 

“Nadie se salva solo”: Semana Social en Argentina

Virtual, por primera vez

julio 07, 2020 20:24

Iglesia y Mundo

(zenit – 7 julio 2020).- Desde el lunes 6 al viernes 10 de julio de 2020, la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina celebra la Semana Social, este año en modalidad virtual y ante el gravo marco provocado por la pandemia de COVID-19, bajo el lema: “Nadie se salva solo. Nadie se salva solo. Llamados a remar juntos, hacía una conversión humanística y ecológica”.

Como cada año, la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, propicia este encuentro con personas representativas de los distintos ámbitos de la comunidad, para reflexionar sobre la realidad de nuestro país.

En esta ocasión, el lema elegido para la Semana Social, “Nadie se salva solo. Llamados a remar juntos, hacía una conversión humanística y ecológica”, responde a la grave preocupación por la pandemia  y recuerda algunas frases proferidas por el Papa en la bendición Urbi et Orbi durante el extraordinario mensaje de oración que pronunció el 27 de marzo en el patio de la Basílica de San Pedro.

 

Ponentes

La conexión se realiza todos los días a las 18 horas, con la participación de los demás ministros de Educación, Nicolás Trotta, de Medio Ambiente, Juan Cabandié, y de Salud de Buenos Aires, Fernán Quirós, la jefa de la Administración Nacional de la Seguridad Social, Fernanda Raverta, el senador Martín Lousteau y la presidenta de la agencia de información Télam, Bernarda Llorente.

Uno de los objetivos del encuentro es “pensar en una economía con rostro humano, con las personas en el centro de atención y la dignidad del trabajo, con el diálogo como principal instrumento para abordar las diferencias políticas y sociales; en resumen, una economía de producción y consumo más que de especulación”: son las palabras del obispo de Lomas de Zamora, Jorge Rubén Lugones, presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, en una entrevista con la agencia Télam.

 

Programa

Martes 7, segundo panel central: “Miremos al futuro con creatividad” – Reflexionar sobre la sociedad y el mundo posterior a Covid-19, particularmente en los sectores de la salud y ambiente.

Miércoles 8, tercer panel central: “Forjemos un mundo más equitativo” – Reflexionar sobre la sociedad y el mundo posterior a Covid-19, particularmente en los sectores de la comunicación y la educación. Los nuevos excluidos.

Jueves 8, cuarto panel central: “Busquemos el diálogo y la reflexión común” – En el mundo posterior a Covid-19 pensemos la política como herramienta para su construcción, repensando la Nación.

Viernes 10, quinto panel central: “El día después: Pensando la reactivación económica” – Reflexionar sobre los modos de la economía y el trabajo, el rol del Estado, en una Nación que integre a todos.

Más información en Facebook y demás redes sociales de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

 

 

 

 

“El Poder de la Educación Sexual”, ciclo de conferencias online

Ponencia de Christopher West

julio 07, 2020 13:37

Matrimonio y Familia

El Instituto Desarrollo y Persona (IDyP) de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha organizado “El Poder de la Educación Sexual” (“The Power of Sexual Education”), un ciclo de conferencias online y gratuitas para seguir formándose en Teología del Cuerpo.

El ciclo tendrá lugar entre el 9 y el 11 de julio y tratará sobre la importancia de la Educación Sexual. La conferencia principal será emitida en directo con traducción simultánea y es una ponencia de Christopher West relacionada con este tema.

De hecho, el Instituto Desarrollo y Persona (IDyP) de la Universidad Francisco de Vitoria y el Theology of the Body Institute (TOB Institute)de Filadelfia, habían organizado para este mes de julio en Madrid el curso TOB 1, pero tuvo que ser cancelado por la pandemia.

“Está claro que, ante nuevos retos y nuevas circunstancias, necesitamos nuevas propuestas y nuevas respuestas”, ha explicado Rafael Gil, responsable del área de Teología del Cuerpo en el IDyP.

Así surge “The Power of Sexual Education”, una serie de conferencias que el IDyP junto con el TOB Institute de Filadelfia ofrecen de forma gratuita a todos los que quieran seguir aprendiendo sobre la importancia de la Educación Sexual.

De hecho, “sólo existe un horario fijo que es la conferencia de Christopher West, dado que es en vivo”, explica Rafael Gil. Esta conferencia será el jueves, 9 de julio, a las 15 horas (hora española). Las demás conferencias han sido pregrabadas y estarán disponibles para cualquiera a lo largo de todo el fin de semana. “Todos los ponentes pertenecen al TOB Institute, que ha sido, quizás, la institución que más ha promovido la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II en el mundo”, añade el responsable del área de Teología del Cuerpo en el IDyP.

“Este meeting es una buena oportunidad para mantenerse informado y seguir formándose en Teología del Cuerpo, a la espera del curso de julio de 2021 en el que tendremos la suerte de poder contar con Christopher West durante 5 días completos”, finaliza Rafael Gil.

 

 

 

 

Obispos de Centroamérica: Nadie debe ser olvidado en esta pandemia

Reconocimiento al personal sanitario

julio 07, 2020 17:05

Iglesia Local

(zenit – 7 julio 2020).- El Consejo de Presidencia del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) emitió un mensaje ante la pandemia del coronavirus que afecta a Centroamérica exhortando a todos a seguir dando firme testimonio de confianza en el Señor.

En el texto –difundido el 5 de julio de 2020– los prelados expresan el deseo de que los gobiernos y ciudadanos se unan en un esfuerzo común en favor de la salud y la vida de las personas.

En el mensaje se encuentra un reconocimiento especial a quienes están en primera línea para defender la vida y la salud de las personas que padecen la COVID-19: médicos, enfermeras y enfermeros, así como todo el personal sanitario. También los obispos expresan su cercanía con las familias afectadas a causa de las pasadas lluvias que causaron estragos en Honduras, Guatemala y El Salvador.

“La Iglesia que peregrina en los seis países del Istmo centroamericano, quiere ofrecer una palabra que ilumine la fe y fortalezca la esperanza. En este momento de prueba a causa de la pandemia exhortamos a todos a seguir dando firme testimonio de confianza en el Señor. Nos solidarizamos totalmente con la Iglesia católica en Nicaragua, por su gran preocupación y generosa acción en favor de la salud y la vida del amado pueblo nicaragüense”, expresan en el comunicado.

 

Legado pastoral de san Óscar Romero

Los obispos presidentes de las seis conferencias episcopales de América Central recuerdan, en primer lugar, que les inspira la palabra y el ejemplo de san Óscar Romero, quien concluyó su homilía dominical la víspera de su martirio, en marzo de 1980, con el siguiente pensamiento:

“La Iglesia predica su liberación tal como la hemos estudiado hoy en la Sagrada Biblia, una liberación que tiene, por encima de todo, el respeto a la dignidad de la persona, la salvación del bien común del pueblo y la trascendencia que mira ante todo a Dios y sólo de Dios deriva su esperanza y su fuerza”.

Este mensaje fue firmado el 3 de julio en El Salvador por monseñor José Luis Escobar Alas y por el cardenal Gregorio Rosa Chávez, respectivamente presidente y secretario general del SEDAC.

 

 

 

 

Evangelio del domingo 12 de julio: Comentario del padre Antonio Rivero

“¿Qué tipo de terreno eres para acoger la Palabra de Dios?”

julio 07, 2020 10:03

Espiritualidad

Comentario del Evangelio del domingo, 12 julio de 2020, Domingo XV del Tiempo Ordinario, del Ciclo A, escrito por el padre Antonio Rivero L.C. En el texto, el sacerdote reflexión sobre el cansancio y plantea: “¿Dónde está la fuente de nuestro descanso y paz? Dios nos responde hoy en las lecturas”.

 

Domingo XV del Tiempo Ordinario

Ciclo A

Textos: Is 55, 10-11; Rm 8, 18-23; Mt 13, 1-23

 

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: Diversos tipos ante la Palabra que Dios siembra a diario en el corazón.

Resumen del mensaje: El primero es el torpe, el segundo es el aerostático; el tercero es el agobiado; y el último, el bueno. No es problema del sembrador, que es magnífico. No es problema de la semilla, que tiene la potencia de germinar y dar fruto. El problema es el terreno donde cae esa semilla.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, analicemos al primer tipo, el torpe. Hombre y mujer ligeros, superficiales, baratos. Tipo que no pasa de moda, que siempre se llevó. Es el vulgar, el sensorial que se tira la vida acodado a la venta de los sentidos. Personas fuera de juego, de la realidad, fuera del campo, gentes vereda. Gente que, ante palabras como religión, compromiso, activismo, operación testigo de Dios en el mundo…miran al interlocutor con ojos de pulpo en garaje y se preguntan qué es eso. Van por la vida como payasos de circo por el redondel, haciendo el pino: de cabeza y con los pies por alto. Y entonces la escala de valores se les queda al revés. O sea, arriba el amor, el dinero, el placer, el éxito, etc., y abajo la honradez, el trabajo, la virtud, la fidelidad, Dios. Personas religiosamente torpes. La Palabra de Dios bota, rebota y se la lleva en el pico el primer pájaro en vuelo rasante.

En segundo lugar, analicemos el segundo tipo, el aerostático. Hombre y mujer inconstantes. Ejemplar entusiasta a la primera, triunfalista a la segunda y acabado a la tercera… de cambio. Tampoco pasa de moda. Una idea grande, noble, mesiánica… es hidrógeno que le hincha, como a un globo; globo que, sin sacos terreros ni lastre de constancia en la barquilla, se eleva, se cansa, explota y cae hecho añicos. Peligrosos porque se entusiasman lo mismo para el bien que para el mal, la verdad o el error; son pólvora, ruido y humo, pero ni carácter ni voluntad ni personalidad ni constancia ni madurez. Héroes por un día. La inconstancia es una roca tapizada de humus: cae la palabra de Dios y queda, brota espiga triunfal y muere en cuanto le pega el sol en las aristas.

En tercer lugar, analicemos el tercer tipo, el agobiado. Es ese que lee el periódico mientras desayuna, despacha asuntos mientras come, se informa de las noticias mientras cena y, mientras duerme, planifica los asuntos que al día siguiente resolverá mientras desayuna, come y cena. Gentes con tiempo para todo, sin tiempo para nada, sin zonas verdes para el espíritu, barbechos para abrojos y cardos borriqueros. Que caiga ahora, mansa y humilde, la palabra de Dios inspirador, exigente…y ¡a morir!

Finalmente, nos queda por analizar también el terreno bueno. Tiene la sabiduría reposada. Le da la acogida que el torpe le negó. Le ofrece la seriedad que no le dio el aerostático. Le tiende la dedicación que se escondió el agobiado. Este deberíamos ser todos. Aquí la palabra de Dios fructifica según la capacidad y los talentos de cada uno. Y reparte por doquier migajas de su fruto: en casa, en el trabajo, en la plaza, en la iglesia. Y todos, tan contentos. Y con esas migajas alimentamos a los necesitados, a los pobres y a los enfermos. Tierra fértil, limpia, preparada, húmeda, buena, como Samaria (cf. Jn 4,35-37; Hech 8,5-12); los 3000 en el día de Pentecostés (Hech 2,41); el eunuco (Hech 8,35-39); Saulo de Tarso (Hech 9,18; 22,16; 26,19); Cornelio (Hech 10,33,48); Lidia (Hech 16,13-15); el carcelero (Hech 16,30-34); los corintios (Hech 18,10); y los efesios (Hech 19,1-5).

Este terreno oye la palabra, la entiende, la obedece y lleva frutoRiega la semilla en la oración. La escarda con el sacrificio. La cuida con la vigilancia para que no entren raposas y se la coman. “Son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”. Es el corazón bueno que puede ser conmovido por las grandes verdades del evangelio, y que celosamente las guarda. Oye la palabra atentamente, la estudia, la entiende y la obedece no importa quién la predique, ni con qué motivos la predique, ni quién más la obedezca, ni cuántas ofensas vengan. Tierra blanda, a diferencia del duro suelo, pedregoso; está limpia, a diferencia del terreno infectado por espinos. Aquí las semillas se abren a la vida y dan una hermosa cosecha. El modelo perfecto de esta tierra buena es la Virgen María, en cuyo seno germinó Jesús.

Para reflexionar: ¿Cuál de los cuatro tipos soy? ¿Qué fruto estoy dando en mi vida personal, familiar, profesional, laboral, ministerial: cardos, espinas, piedras, pura hoja, ramas secas?

Para rezar: Señor, quiero ser terreno bueno para recibir tu semilla y producir fruto para la vida eterna. Ayúdame a arrancar de mi alma las piedras de mi soberbia, las espinas de mis deseos innobles. Que tome muy en serio tu semilla, pues está llamada a dar excelente fruto de virtudes en mi vida personal, familia, profesional. Que, a ejemplo de tu Santísima Madre, yo reciba la semilla en la fe, la interiorice en la oración, me la apropie y me deje transformar por ella. Amén.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

 

Beato Pedro Vigne, 8 de julio

“Misionero del clero”

julio 07, 2020 09:00

Testimonios

 

“La cruz y la Eucaristía: claves de este ‘misionero del clero’, artífice de un grandioso Vía Crucis. Es el fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento, cuya devoción fue uno de los ejes vertebrales de su vida”

Nació el 20 de agosto de 1670 en Privas, Francia. Su padre regentaba un comercio textil y los tres hermanos que sobrevivieron, de los cinco nacidos en el hogar, no tuvieron excesivos problemas económicos porque se vivía holgadamente. Sus progenitores le proporcionaron una buena educación. Era un muchacho tan despierto que a sus 11 años el párroco le encomendó tareas de cierta responsabilidad en la parroquia de Santo Tomás; actuaba como testigo firmando actas parroquiales de bautismo, matrimonio y sepultura. En su entorno imperaba el calvinismo y en este ambiente enrarecido por los conflictos que generaban creencias dispares, se sintió llamado a seguir a Cristo en el transcurso de una Eucaristía. Toda su vida tuvo como eje central la adoración al Santísimo Sacramento.

En 1690 ingresó en el seminario de Viviers y cuatro años más tarde fue ordenado sacerdote por el prelado de la diócesis. Luego, se trasladó a Saint-Agrève en calidad de coadjutor. Su ministerio estuvo marcado por la reflexión sobre la Palabra de Dios y su devoción a la Sagrada Eucaristía, pilar de su vida sacerdotal e influjo para ejercitar la caridad sin desmayo. Volcado por completo en la misión, afable y cercano, fácilmente se compenetraba con las gentes sencillas. Conocedor de sus carencias, las fortalecía en la fe y conseguía que se involucraran en la defensa de la unidad de la Iglesia. También él iba discerniendo los pasos que debía dar.

Se sentía impulsado a la vida misionera. Los pobres, en particular los campesinos, eran sus predilectos. Por esa razón, en 1700 abandonó Saint-Agrève y se vinculó a la Congregación de la Misión, ya que su carisma estaba orientado a las “misiones populares”, y ello le permitiría estar en contacto con este colectivo. Profesó en 1702 y fue destinado a Valfleury. Una de sus tareas consistió en atender a los peregrinos que acudían al santuario de la Virgen au Genêt d’Or. En la Congregación aprendió el método seguido por san Vicente de Paúl, que él mismo encarnó y difundió durante seis años de evangelización por los confines de Lyon llegando hasta Béziers. Internamente libraba una lucha difícil de apreciar por los demás; no estaba convencido del camino emprendido. Su experiencia apostólica con la gente del campo corroboró lo que venía intuyendo, que esa era la vía que debía seguir. De modo que, tras dos intensos años dedicados a la misión y a una seria reflexión para dilucidar la voluntad divina, en 1706 dejó a los lazaristas.

Nunca se apagó su sed de llevar la Palabra de Dios por los pueblos. No se cansaba de repetir que había que acudir a ella: Es necesario alimentarse de la Palabra de Dios, y así alimentar e instruir a los otros”. “Quien comete el mal es porque no conoce a Dios. ¿Quién osaría no obedecerlo, no amarle, si lo conociera verdaderamente? ¿Quién osaría ofenderlo? Cuando se tiene el hábito de meditar su amor, se tiene también la certeza de esperar todo de su misericordia”.

Con la debida autorización eclesial, continuó predicando por diversos lugares. Administraba los sacramentos, enseñaba a los niños, y prodigaba toda clase de atenciones de forma incansable. Suplicaba fervorosamente: “Señor, que ame con amor verdadero lo que es y concierne el bien de mi prójimo. Haz que te rece por él y que, por Ti, busque siempre serle útil…”. Su firme convicción era: “Nuestra parte solo debe ser paciencia y dulce caridad, que es un medio admirable para ganar a los más endurecidos”. Se congregaban en derredor suyo multitudes que, a su pesar, premiaban su celo apostólico. Su amor a Cristo hacía años que le había predispuesto a asumir cualquier sacrificio. También la Virgen María fue su baluarte.

En 1712 su ardor misionero le llevó a Boucieu-le-Roi. Esta localidad, en la que se afincó definitivamente, fue su cuartel general. De allí partía para evangelizar los pueblos y regiones vecinas. La Eucaristía y la Pasión marcaban su vida, alumbraban su labor y le ayudaban a posarse en el corazón de los incrédulos. En Boucieu-le-Roi, ayudado por los fieles del entorno, erigió un monumental Vía Crucis. Ingeniosamente aprovechó la escarpada orografía del terreno dándole realce con sus 39 estaciones; una espléndida catequesis que se iniciaba con lo acontecido el Jueves Santo y culminaba con Pentecostés. Él mismo encabezaba las constantes visitas de peregrinos acompañándoles en su reflexión y oración. Además, un grupo de mujeres, instadas por él, le ayudaron en esta tarea apostólica. Así surgió su fundación: la Congregación del Santísimo Sacramento.

El 30 de noviembre de 1715 hizo entrega a las primeras religiosas de los distintivos de la Orden, el hábito y la cruz. El libro más bello. Jesucristo que sufre y muere en la cruz por nosotros” era el objeto de sus meditaciones. “¿Buscas la humildad? ¡Id a la Cruz!, ¿buscas la pureza? ¡Id a la Cruz!, ¿buscas la esperanza?, ¿eres atraído del orgullo? ¡mira el crucifijo!…”. Éstas, y otras muchas, eran las grandes lecciones que ofrecía. En su formación inculcaba a sus hijas el amor a la Eucaristía instruyéndolas para que supiesen educar a niños y a jóvenes; escribía sus reglas y les proporcionaba otros tratados de espiritualidad de su autoría.

Sin abandonar la misión popular, creó nuevas escuelas y un espacio para las maestras, denominado “regentas”, en el que podían compartir sus intereses. Pero su búsqueda personal no tenía fin, y terminó vinculándose a la fundación de Sacerdotes del Santísimo Sacramento. Un día, siendo ya septuagenario, cuando predicaba en Rencurel se sintió indispuesto por tantas fatigas. Y mientras oraba acompañado de un sacerdote y dos religiosas de la Orden fundada por él, que acudieron de inmediato a su lecho de muerte, expiró el 8 de julio de 1740. Juan Pablo II lo beatificó el 3 de octubre de 2004.