Servicio diario - 20 de agosto de 2020


 

PAPA FRANCISCO
El Papa anima a liberar la piedad mariana de la influencia de la mafia
Anne Kurian-Montabone
Nuevo departamento dentro de la Academia Pontificia

JUSTICIA Y PAZ
Mali: Naciones Unidas exige la liberación del presidente Keita
Rosa Die Alcolea
Tras el golpe de estado

IGLESIA LOCAL
‘Un sueño cultural’ del Papa, segundo capítulo de la serie “Querida Amazonía”
Rosa Die Alcolea
Inspirada en la Exhortación del Papa

IGLESIA LOCAL
Amazonía: Misiones Salesianas relata cómo los indígenas enfrentan la COVID-19
Redacción zenit
Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela

ESPIRITUALIDAD
Evangelio del domingo 23 de agosto: Reflexión de Enrique Díaz Díaz
Enrique Díaz Díaz
“Una pregunta fundamental”

TESTIMONIOS
San Pío X, 21 de agosto
Isabel Orellana Vilches
Papa de la Eucaristía


 

 

 

El Papa anima a liberar la piedad mariana de la influencia de la mafia

Nuevo departamento dentro de la Academia Pontificia

agosto 20, 2020 19:00

Papa Francisco

(zenit – 20 agosto 2020).- El Papa anima a liberar la piedad mariana de la influencia de la mafia, así lo ha comunicado a la Academia Pontificia Mariana Internacional en una carta al presidente de la institución, el padre Stefano Cecchin.

“La devoción mariana”, escribe en su mensaje publicado el 20 de agosto de 2020 por Vatican News, “es un patrimonio religioso y cultural que debe ser salvaguardado en su pureza original liberándolo de superestructuras, poderes o condicionamientos que no cumplen con los criterios evangélicos de justicia, libertad, honestidad y solidaridad”.

El Papa también espera que los santuarios marianos se conviertan cada vez más en “ciudadelas de oración, centros de acción del Evangelio, lugares de conversión, pilares de la piedad mariana”. Elogió la “operación cultural de concienciación” de la Academia.

En efecto, se creó allí un departamento para estudiar los fenómenos criminales de la mafia y “liberar la figura de María de la influencia de las organizaciones mafiosas”. Las directrices de este departamento –en el que participan teólogos, magistrados, criminólogos, abogados, miembros de las fuerzas del orden y políticos– se elaborarán durante un congreso que se celebrará en Roma el 18 de septiembre.

“La tarea de nuestra academia –dijo el P. Cecchin a Noticias del Vaticano– es dar una sana formación en Mariología para una sana piedad popular”. En Italia y en otros lugares, señala, “existe una religiosidad débil” utilizada “por personas que saben manipular el corazón y los sentimientos, no sólo desde el punto de vista de la delincuencia, sino también en otras formas como los hechiceros o los curanderos”. Proporcionan “respuestas mágicas”, para “obtener un beneficio económico”.

La figura de María, añade, se utiliza, por ejemplo, “para mantener a la gente esclava” presentándola “como una mujer que es esclava y sumisa de Dios”.

Se trata, por lo tanto, de erradicar “las formas rituales” asumidas por las organizaciones mafiosas “a través de la formación de personas y familias”: “El Papa Francisco nos exhorta a ofrecer esta formación integral de la persona humana. El primer principio para ayudar a la humanidad y al hogar común, a la sociedad, al hombre y a la mujer, es precisamente dar una formación saludable”.

El padre Cecchin también se refiere a las reverencias a los líderes de la mafia durante las procesiones: “¡Esto no es religión! Es una superstición. ¿Cómo es vista la religión por estos jefes, por estas mafias? Como una realidad en la que Dios también se somete a ellos… ¿Y la Virgen también se inclina ante su patrocinio y autoridad? ¡Como si quisieran enseñar a la gente que Dios está con ellos! Por lo tanto, también quieren utilizar los sentimientos religiosos del pueblo para convertirlos en personas que no son libres, en esclavos”.

 

 

 

 

Mali: Naciones Unidas exige la liberación del presidente Keita

Tras el golpe de estado

agosto 20, 2020 18:35

Justicia y Paz

(zenit – 20 agosto 2020).- El Secretario General de la ONU exige la liberación inmediata e incondicional del presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, y de los miembros de su gabinete, después de que fueran detenidos por militares el martes, 18 de agosto de 2020.

Ese día, las fuerzas armadas destituyeron al presidente Keita, lo detuvieron junto con el primer ministro, Boubou Cissé, y lo obligaron a dimitir. El país está atravesando una profunda crisis social y política desde hace meses.

El coronel del Ejército de Tierra Assimi Goita se presentó ayer en la base militar de Kati, a unos 15 kilómetros de Bamako, como líder del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP). Los soldados que tomaron el poder en Mali hace dos días en un golpe de Estado prometen una “transición política civil” y elecciones generales “en un tiempo razonable”, informa L’Osservatore Romano.

 

“Detener el vandalismo”

Goita había aparecido en la televisión en la noche entre el martes y el miércoles, junto con otros militares, durante el anuncio de la toma del poder, pero sin tomar la palabra. Aún no está claro a quién representa: un grupo de soldados con incertidumbres, tal vez combinado con una franja del movimiento que ha liderado los protestas.

La nueva junta ha invitado a la población a “volver al trabajo” y “detener el vandalismo”. Goita dijo que “el país ya no tiene derecho a cometer errores”. Mientras tanto, las fuerzas políticas de la oposición dijeron que tienen la intención de colaborar con la junta militar.

Sin embargo, esto no es suficiente para tranquilizar a la comunidad internacional: las Naciones Unidas y la Unión Africana (UA) han condenado la acción y han exigido la liberación de los prisioneros, reporta la Organización de las Naciones Unidas.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas subrayó “la urgente necesidad de restablecer el estado de derecho y proceder al retorno al orden constitucional”. La Unión Africana, por su parte, había decidido suspender a Mali después del golpe “hasta que se restablezca el orden constitucional”.

 

Toque de queda y fronteras cerradas

“Todos estamos bien. Estamos viviendo con serenidad el desarrollo de los acontecimientos en el país. Tanto en Bamako, como en Sikasso y Touba, estamos tranquilos”, explica uno de los misioneros salesianos que trabaja en Bamako. “Todas las actividades se pararon ayer por la mañana tras el levantamiento de los militares”, añade.

“Muchas personas salieron a la calle en la ciudad en los primeros momentos para apoyar a los militares. Pero por la tarde, se instauró un toque de queda desde las nueve de la noche hasta las cinco de la madrugada”, explican los salesianos. “Hoy, nos cuentan los misioneros, que Bamako es una ciudad fantasma. No hay gente por las calles. Las escuelas están cerradas, los comercios, los bancos, la Administración… todo está parado tras el largo día de ayer”, explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.

Tras el levantamiento y el cierre de fronteras impuesto por la CEDEAO, “lo que más tememos son las consecuencias de este cierre”, explican los misioneros. “Se acaban de abrir las fronteras cerradas por la COVID-19 y ahora nos preocupa que aumenten los precios de los productos básicos y el combustible”, añaden desde Mali.

 

Tensión política en Mali

Malí lleva años viviendo gran inseguridad por los atentados de grupos yihadistas, sobre todo en la zona norte del país, y, a ello, hay que añadir la tensión política de los últimos meses. “Parte de la población estaba pidiendo la dimisión del presidente Keita y ya hubo graves altercados a principios de julio con disturbios donde al menos 10 personas perdieron la vida”, añade Muñoz.

Los misioneros salesianos llevan trabajando en el país desde 1982 apoyando a los jóvenes más vulnerables. Hoy, contamos con escuelas de formación profesional y escuelas de secundaria en Bamako, Sikasso y Touba.

 

 

 

 

‘Un sueño cultural’ del Papa, segundo capítulo de la serie “Querida Amazonía”

Inspirada en la Exhortación del Papa

agosto 20, 2020 12:10

Iglesia Local

(zenit – 20 agosto 2020).- El miércoles, 19 de agosto de 2020, se estrenó el segundo episodio de la serie documental Querida Amazonía: Los sueños del papa Francisco para la Panamazonía, titulado Un Sueño Cultural, inspirado en el sueño del Papa Francisco reflejado en su Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonía”, publicada el 2 de febrero de 2020.

En el documento, fruto de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una ecología integral” celebrado en el Vaticano del 6 al 27 de octubre de 2019, el Papa escribió: “Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana” (QA, n° 7).

 

Un sueño social

Se trata de la segunda entrega de la serie producida por Verbo Filmes y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en colaboración mutua, quienes ya lanzaron el primer capítulo, el pasado 6 de julio, llamado Un sueño social, del Pontífice para la región y sus pueblos, disponible en el canal de YouTube de Verbo Filmes.

El nuevo capítulo, Un sueño cultural, está en formato bilingüe (español y portugués), y contó con la participación de indígenas, campesinos, ribereños, afrodescendientes y agentes de pastoral: fueron catorce personas, de seis países de la Amazonía (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) que grabaron sus reflexiones: siete mujeres y siete hombres.

 

Camino sinodal

Mauricio López, secretario ejecutivo de la REPAM, presenta la serie recordando el camino sinodal, recuerda que “todas las culturas le dan riqueza, sentido y vida a nuestra humanidad, ellas aportan todos esos rostros pluriformes que permiten que se pueda promover un futuro pleno”.

Aclara que de ahí la importancia de “discernir juntos como acompañar, defender desde sus propias voces; como proporcionar institucionalidades que promuevan y respeten; como generar más elementos artísticos, donde se pueden transmitir la estética, la belleza y el sentido del misterio; y como continuar avanzando en este camino, porque seguimos navegando juntos”.

Los productores anuncian su deseo de que en los próximos meses de septiembre y octubre se publiquen los dos capítulos que faltan: el sueño ecológico y el sueño eclesial.

 

 

 

 

Amazonía: Misiones Salesianas relata cómo los indígenas enfrentan la COVID-19

Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela

agosto 20, 2020 14:24

Iglesia Local

Brasil es el segundo país del mundo más afectado por la pandemia. La extensión del territorio, la densidad de población y el negacionismo de las autoridades han convertido la situación en el país en incontrolable, relatan los misioneros salesianos, presentes en América Latina.

Sin embargo, lo que pocos pensaban es que el virus llegaría también al lugar más recóndito y a las poblaciones más desconocidas: los indígenas de la Amazonia. Pero también ellos están sufriendo los contagios y las muertes en Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela con medios muy rudimentarios y con poca ayuda exterior.

 

Medicina tradicional indígena

La población indígena logró en un primer momento frenar la propagación del virus con el uso de tratamientos de su tradición médica. No salieron de la selva, sino que encontraron allí el aislamiento necesario. Asimismo, hicieron uso de las hierbas y plantas medicinales a las que recurren habitualmente. Los misioneros afectados por el virus también adoptaron los mismos tratamientos y todos se recuperaron.

La pregunta, sin embargo, es cómo llegó el virus a esta parte del mundo que en muchos casos lleva días de navegación llegar a ella. Los traficantes y aventureros, que fueron a las aldeas más alejadas para intercambiar bienes y explorar el subsuelo, fueron el primer vehículo de contagio. El segundo fueron los equipos de rescate enviados por el Gobierno, compuesto por personal que no había sido sometido a controles de salud.

Un misionero salesiano que estuvo presente en el sínodo en la Amazonia, el padre Justin, es indígena, del grupo étnico Tuyuca. Es un gran antropólogo y considerado por su grupo un chamán. Al inicio de la pandemia puso a disposición varias recetas de medicinas indígenas tradicionales que eran efectivas con los primeros síntomas. Pero cuando se trató de casos más graves, la medicina tradicional ya no fue suficiente para tratar el virus y los hospitales están a cientos de kilómetros y varios días de navegación.

 

No solo en las ciudades

Muchas familias indígenas sobreviven prácticamente sin comida ni agua en la actualidad. La mayoría de misioneros que trabaja con ellos se contagiaron de coronavirus, aunque lo superaron sin tener que ir al hospital. Ahora la urgencia es poder hacer llegar la ayuda de productos de primera necesidad a las poblaciones indígenas.

Pero el trabajo de los misioneros salesianos también consiste en prevenir los contagios. Para lograr el objetivo de la sensibilización han realizado un vídeo de 15 minutos producido y dirigido por los misioneros salesianos padre Aquilino Tseré’ub’õTsirui’á, Xavante, y padre Bartolomeo Giaccaria. También coordinan la ayuda necesaria para que pueda llegar gracias a la solidaridad salesiana en todo el mundo.

El vídeo cuenta la historia del origen del virus, habla de las pautas generales de transmisión y prevención, y cita los mensajes del Papa Francisco, del Rector Mayor de los Salesianos y del inspector. La edición ha sido realizada por el cineasta indígena de la Misión de Sangradouro, Divino Tserewahú, con la intención de que el material fuera compartido por los indígenas.

Con la noticia de la llegada de la COVID-19 a Brasil los misioneros salesianos se dieron cuenta de que los materiales que hablaban de las medidas de prevención estaban todos en portugués y los Xavantes no lo entendían. Además, una parte de la población indígena sigue negándose a adoptar las medidas de prevención, por lo que surgió la idea de producir el vídeo en lengua Xavante para concienciarlos de los riesgos del virus.

 

 

 

 

Evangelio del domingo 23 de agosto: Reflexión de Enrique Díaz Díaz

“Una pregunta fundamental”

agosto 20, 2020 08:25

Espiritualidad

“Una pregunta fundamental” es la reflexión del Evangelio del domingo, 23 de agosto de 2020, Domingo XXI del Tiempo Ordinario, escrita por monseñor Enrique Díaz Díaz. En este texto, el obispo reflexiona en torno a la cuestión que plantea Jesús: “¿Y quién dicen ustedes que soy yo?”, y recuerda que con ella, quiere hacer entender a sus discípulos que “lo que verdaderamente importa es el encuentro que con Él hayan tenido”.

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Isaías 22, 19-23: “Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro”

Salmo 137: “Señor, tu amor perdura eternamente”

Romanos 11, 33-36: “Todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él”

San Mateo 16, 13-20: “Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos”

 

Jesús ha llegado a la mitad de su camino hacia Jerusalén. Después de haber dado de comer a miles de personas, después de haber sanado a la hija de la mujer cananea, después de haber vencido a las tempestades, pregunta a sus discípulos la opinión de la gente sobre su persona. No es que Jesús esté muy interesado en las encuestas de imagen y mucho menos que busque métodos para mover las masas hacia sus intereses, sino todo lo contrario: quiere hacer entender a sus discípulos que más allá de las imágenes y apariencias lo que verdaderamente importa es el encuentro que con Él hayan tenido y asumir los valores del Reino. Hace evidente el fuerte contraste entre las pretensiones desmedidas de quienes esperan un profeta o Mesías poderoso y los caminos sencillos de servicio, entrega y humildad que escoge Jesús. La gente dice que es un profeta, pero lo espera a su modo y a su estilo que confirme sus ambiciones y que sostenga sus intereses. La confesión de Pedro va mucho más allá y refleja la influencia que el Resucitado ha tenido en la elaboración del evangelio. Pero no nos hagamos demasiadas ilusiones: Pedro afirma categórica y correctamente lo que es Jesús, pero todavía está muy lejos de asumir sus valores y su forma de vivir. Ya se irá dando tropezones y tendrá que cambiar profundamente su corazón para amoldarlo al de Jesús. 

La pregunta de Jesús de ningún modo queda sólo en el pasado. Hoy, más que nunca, se hace presente y hoy, más que nunca, debemos responderla con nuestra propia vida. “¿Y quién dicen ustedes que soy yo?”. Desde luego es una pregunta comprometedora, para algunos casi ofensiva. Para otros, es una pregunta brotada del amor sincero que Jesús tiene por nosotros. ¿Y quién es Jesús para mí? Contestaciones de catecismo y de teología barata, todos tenemos alguna. No es una pregunta de un examen de historia antigua o contemporánea. No son pocos los ateos que lo saben todo de Jesús. También los fariseos que le espiaban se sabían todo de Él, su padre, su madre, sus parientes, su edad, sus correrías por Palestina. Hay muchos que aducen palabras de Jesús para reforzar sus propias ideologías o para justificar las discriminaciones, las condenas y los juicios a los demás. Por otra parte es triste constatar que muchos de los que se dicen católicos o cristianos, no se tientan el corazón a la hora de cometer injusticias, de romper la fraternidad y de asumir criterios contra la vida. Se da la paradoja de que hombres y mujeres que por una parte afirman ser “católicos”, por otra parte no se suman a la construcción del reino, a la lucha por la justicia o a velar por los derechos del más débil. Quisiéramos ser cristianos sin cruz. A Jesús no le interesa una imagen o una respuesta de encuesta, a Jesús le interesa una respuesta con la vida.

Me impresiona la condena que lanza Isaías en la primera lectura contra el que se supone sería un servidor del Señor. Ha abusado del poder y siendo solamente un mayordomo del palacio se ostenta como rey con manifiesta arrogancia, cometiendo arbitrariedades y despreciando al Señor. Quien tenía que ser el servidor y cuidar del pueblo, se convierte en su tirano y opresor. El Señor lo condena y presenta un nuevo servidor a quien entregará las llaves del palacio y lo hace firme como un “clavo en el muro”. Palabras tajantes de Dios. Palabras que denotan el límite de su divina paciencia. Palabras que han de resonar en nuestros propios oídos como la justa amenaza de este Dios nuestro, Padre de bondad, que, precisamente por serlo, utiliza con sus hijos cuantos medios existen para reducirlos al buen camino. También la amenaza seria y el duro castigo.  No bastan pues confesiones, por más completas y bellas que sean. Los caminos de Dios no siguen el rumbo de las personas engreídas y falsas que asumen el poder para conseguir sus propios caprichos. Pedro, al hacer la confesión de fe, tendrá que iniciar un largo camino de aprendizaje junto a Jesús. Tendrá que descubrir todo lo que significa esta confesión hasta entregar su propia sangre en la cruz como lo ha hecho el mismo Jesús.

Por otra parte la pregunta de Jesús encierra una gran dosis de confianza y de cariño a quien se la hace. Es la pregunta del enamorado queriendo mirar el corazón de la persona amada, es un reclamo de amor. Creo que cada uno de nosotros tendremos que hacer ese espacio de intimidad para dejarnos cuestionar por Jesús: “Tú, ¿quién dices que soy?” Acerquémonos hasta Él y dialoguemos en confianza haciendo una confesión sincera de fe pero poniendo delante de  Jesús cuáles son nuestros criterios, cuáles son nuestras prioridades, en qué ocupamos nuestro tiempo y confrontémoslos con las exigencias del Reino. El amigo sincero nos ayudará a descubrir, con valentía y amor, nuestras heridas y nuestras contradicciones. Nos hará ver si nuestro corazón está respondiendo a la revelación que hace nuestro Padre Dios, o si más bien seguimos los criterios del mundo y nos movemos entre el vaivén de los modernos ídolos que nos someten con sus dulces cantos y nos envuelven en sus mentiras y falsedades. Hagamos un alto en el camino y atrevámonos a responder sinceramente quién es Jesús para nosotros,  y después confrontémoslo con la vida para ver si son realidad nuestras palabras. ¿Realmente vivimos lo que decimos creer? ¿Se puede ver en nuestro actuar la relación personal que tenemos con Él? ¿Tenemos diálogo con Él, le damos tiempo, lo tomamos en serio? No tengamos miedo: quien deja entrar a Cristo en su corazón no pierde nada; al contrario, con su amistad se abren las puertas de la vida.

Dios Padre, que te has hecho presente de un modo inefable en el amor extremo que nuestro hermano Jesús ha vivido; haz que, como Él mismo quiso, viviendo su palabra, su ejemplo y su amistad, encontremos el camino hacia la realización de tu voluntad y la construcción del Reino de la Vida y del Amor. Amén.

 

 

 

 

San Pío X, 21 de agosto

Papa de la Eucaristía

agosto 20, 2020 08:39

Testimonios

 

“Papa de la Eucaristía, gran reformador, celoso sacerdote y carismático pastor; un hombre sencillo y abnegado que asumió la altísima misión de regir a la Iglesia en medio de conmovedoras lágrimas, confesando su sentimiento de indignidad”

“Para alabar a Dios bien, no se necesita ser sabio”, decía Giuseppe M. Sarto, segundo vástago de los diez nacidos en una humilde familia de Riese, Italia, donde nació el 2 de junio de 1835. Su padre, cartero, murió cuando él se hallaba en plena juventud, pero su madre, que hizo un ímprobo esfuerzo para poder darle adecuada formación, tendría la alegría de verle con el solideo cardenalicio; había visto crecer a su pequeño “Beppi” recordando por activa y por pasiva que sería sacerdote. La excelente formación catequética marcó al futuro pontífice. Precisamente la catequesis fue una de las líneas significativas de su pontificado porque sabía el bien que una preparación rigurosa reporta a la fe, especialmente a estas edades. Una beca del párroco le permitió seguir cursando estudios en Castelfranco Veneto, aunque para ello debía recorrer diariamente 8 km., una distancia que efectuaba a pie dos veces.

Sus arduos sacrificios dieron resultado, y en 1850, con otra ayuda que recibió del obispo de Treviso, se trasladó al seminario de Padua. Fue ordenado previa dispensa en 1858. Durante nueve años ejerció como vicepárroco de Tombolo y en 1867 fue designado párroco de Salzano (diócesis de Treviso). Si en Tombolo había abierto una escuela nocturna para adultos, en Salzano y Treviso mantuvo esta línea ocupándose de ellos y también de los jóvenes. Sufragó las obras de ampliación del hospital de esta ciudad, restauró la iglesia y mostró su generosidad y abnegación con los afectados por la epidemia de cólera. Desde 1875 a 1878 fue director espiritual y rector del seminario, canónigo, vicario general y capitular a la muerte del prelado Zanelli.

En noviembre de 1884 fue designado obispo de Mantua, una diócesis difícil, presa de divisiones entre el clero. En su ejercicio pastoral tuvo como singular punto de mira la formación de este colectivo. Impartió en el seminario teología moral y dogmática; era seguidor de la doctrina tomista. En 1893 León XIII lo nombró cardenal de San Bernardo alle Terme, y casi a renglón seguido patriarca de Venecia, en un momento político complejo por los afanes de injerencia del gobierno italiano que hubiera querido influir en su nominación. En Venecia prosiguió con su apostolado, promovió el canto gregoriano, estableció la facultad de derecho canónico y se granjeó el afecto y el respeto de los fieles. Era un hombre sencillo y humilde, de inmenso corazón, sensible al sufrimiento de los pobres y enfermos. Luchó por amor a Cristo para superar sus debilidades, y huyó de cualquier atisbo de pompa y ostentación, despidiendo al servicio para ser atendido por sus hermanas. Siempre se sintió, y así aludía a su persona, como un “cardenal rural”.

Muchas obras impulsó en Venecia hasta que en 1903, tras la muerte del papa León XIII, después de varias votaciones del cónclave fue elegido para sucederle. Inicialmente todo apuntaba al cardenal Rampolla, pero fue vetado por el emperador de Austria. Por eso, Giuseppe –que escogió el nombre de Pío en honor de los pontífices que habiéndolo elegido antes dieron su vida defendiendo la religión–, revocó la prebenda de los gobernantes para intervenir en nombramientos que debían regirse por la voluntad de Dios. Él mismo, abrumado por la altísima misión que se le encomendaba, y sintiéndose indigno, quiso rehusarla, sin poder contener sus lágrimas. Pero le hicieron ver que aceptando la elección cumplía la voluntad divina. Con el peso de la temblorosa soledad del que ha sido designado para regir la Iglesia, manifestó: “Acepto el pontificado como una cruz…”. Creyó que Dios le daría las gracias precisas para ejercer el gobierno, como así fue. Desde el principio se propuso “renovar todas las cosas en Cristo”. Hacia Él quería conducir al mundo entero, afligido al constatar que el hombre vivía de espaldas a Dios.

Era piadoso y firme; estaba lleno de caridad. Había demostrado sobradamente sus dotes para encauzar la vida espiritual de los fieles corrigiendo y animando, exhortando a todos a que dejasen penetrar en su espíritu el amor de Dios. Y en esa línea se mantuvo cultivando personalmente la oración, llevando por doquier la devoción por Cristo y por María, sin abandonar los estudios. Se ocupó de que la instrucción catequética llegase a los adultos –es autor de un catecismo–, y a los jóvenes, en las escuelas y en la universidad, de la formación del clero, diseñó un nuevo programa de estudios para los seminarios, estableció el seminario regional (le preocupaba la santidad de los sacerdotes), impulsó la redacción de un nuevo Código de Derecho Canónico, creó el Pontificio Instituto Bíblico en Roma, emprendió una importante restauración del Vaticano, dio realce a las misiones en la Iglesia, etc. También fomentó la recepción de la comunión, que aconsejaba fuese diaria, impulsó la solemnidad de los Congresos Eucarísticos, (de ahí su reconocimiento como “Papa de la Eucaristía”), promovió la música sacra y dio realce al canto gregoriano. Además, combatió las herejías y plantó cara al modernismo entre otras acciones encaminadas a preservar la pureza de la fe.

En el aspecto diplomático tuvo que lidiar con distintos gobiernos reacios a la Santa Sede. Vaticinó el estallido de la Primera Guerra Mundial, y profundamente consternado manifestó: “Esta será la última aflicción que me mande el Señor. Con gusto daría mi vida para salvar a mis pobres hijos de esta terrible calamidad”. Pocos días después de expresarse así, cayó gravemente enfermo. Murió el 21 de agosto de 1914. En su testamento escribió: “Nací pobre, he vivido en la pobreza y quiero morir pobre”. En el funeral se resaltaron las tres virtudes características de su vida: pobreza, humildad y bondad. Pío XII lo beatificó el 3 de junio de 1951, y también lo canonizó el 29 de mayo de 1954.