Boletín Diario de Zenit


 

 

Servicio diario - 07 de diciembre de 2020


 

PAPA FRANCISCO
El Papa Francisco viajará a Irak del 5 al 8 de marzo
Larissa I. López
Primer viaje internacional tras la pandemia

CIUDAD DEL VATICANO
Iglesias Orientales: La Santa Sede aprobará los Institutos de Vida Consagrada
Larissa I. López
‘Motu Proprio’ del Papa

TESTIMONIOS
La Familia Paulina dedica un año de amplia promoción de la Biblia
José Antonio Varela Vidal
50 aniversario de la muerte del beato Alberione

IGLESIA LOCAL
Argentina: El Papa nombra a obispos de San Martín y Venado Tuerto
Redacción zenit
Mons. Martín Fassi y Mons. Han Lim Moon

IGLESIA LOCAL
Colombia: Renuncia y nombramiento del Ordinario Militar
Redacción zenit
Realizados por el Santo Padre

ANÁLISIS
Teología para Millennials: “Adviento en pandemia”
Mario Arroyo Martínez
Ocasión privilegiada

TESTIMONIOS
Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, 8 de diciembre
Isabel Orellana Vilches
Gran penitente ecuatoriana


 

 

 

El Papa Francisco viajará a Irak del 5 al 8 de marzo

Primer viaje internacional tras la pandemia

diciembre 07, 2020 18:02

Papa Francisco
Viajes Papales

(zenit – 7 dic. 2020).- “El Papa Francisco, aceptando la invitación de la República de Irak y de la Iglesia Católica local, hará un viaje apostólico a dicho país del 5 al 8 de marzo de 2021”, anunció Matteo Bruni hoy, 7 de diciembre de 2020, en un comunicado.

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, indicó también que el Santo Padre “visitará Bagdad, la llanura de Ur, ligada a la memoria de Abraham, la ciudad de Erbil, así como Mosul y Qaraqosh en la llanura de Nínive”

“El programa del viaje se dará a conocer a su debido tiempo y tendrá en cuenta la evolución de la emergencia sanitaria mundial”, finaliza la nota.

 

Primer viaje en quince meses

Este será el primer viaje del Pontífice después de quince meses en los que las peregrinaciones internacionales han sido suspendidas debido a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus.

Francisco manifestó claramente su intención de visitar Irak el 10 de junio de 2019, durante la audiencia con los participantes en la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO): “Un pensamiento insistente me acompaña pensando en Iraq para que pueda mirar adelante a través de la  pacífica y compartida participación en la construcción del bien común de todos los componentes también religiosos de la sociedad y recaiga en tensiones que provienen de los jamás aplacados conflictos de las potencias regionales”.

 

Visita del presidente al Vaticano

El pasado 25 de enero el Papa recibió en audiencia a Barham Salih, presidente de la República de Irak, quien también se encontró con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.

Durante el encuentro, “se habló de los retos que actualmente enfrenta el país y de la importancia de favorecer la estabilidad y el proceso de reconstrucción, alentando la vía del diálogo y la búsqueda de soluciones adecuadas en favor de los ciudadanos y en el respeto de la soberanía nacional”, informó la Santa Sede.

Igualmente, se trató la importancia “de preservar la presencia histórica de los cristianos en el país, del que son parte integrante, y su significativa contribución a la reconstrucción del tejido social, evidenciando la necesidad de garantizarles seguridad y un lugar en el futuro de Irak”.

Por último, “se analizaron los diferentes conflictos y las graves crisis humanitarias que afligen a la región, subrayando la importancia de los esfuerzos realizados con el apoyo de la comunidad internacional para restablecer la confianza y la coexistencia pacífica”.

 

Situación de los cristianos

De acuerdo a Vatican News, antes del 2003, año del conflicto que llevó a la caída de Saddam Hussein, los cristianos eran alrededor de 1 a 1,4 millones. Asimismo, la guerra y la ocupación de la Llanura de Nínive por el autodenominado Estado Islámico, entre 2014 y 2017, los redujo a unos 300-400 mil.

Un informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada del pasado mes de julio advierte que, si la comunidad internacional no toma medidas inmediatas, la emigración forzada podría reducir la población cristiana en la región en cuatro años a un 80% menos de la que había antes de la invasión del DAESH. Esto haría que la comunidad cristiana pasara de la categoría de “vulnerable” a la categoría crítica de “en peligro de extinción”.

El presidente Salih ha resaltado el valor de los cristianos y su papel en la construcción de la nación. Igualmente, el primer ministro, Mustafá Al-Kazemi, ha invitado a los cristianos que huyeron de Irak a causa de la violencia a volver para contribuir a la reconstrucción.

 

Un viaje deseado por Juan Pablo II

La visita a Irak, en la llanura de Ur de los Caldeos, iba ser la primera etapa de la peregrinación jubilar de Juan Pablo II para el año 2000. Este periplo del papa polaco había sido programado del 1 al 3 de diciembre de 1999.

No obstante, este programa no se cumplió porque Saddam Hussein, después de negociaciones que duraron varios meses, decidió posponerlo. Veinte años después, el deseo de Juan Pablo II se hace realidad para su segundo sucesor.

 

 

 

 

Iglesias Orientales: La Santa Sede aprobará los Institutos de Vida Consagrada

‘Motu Proprio’ del Papa

diciembre 07, 2020 18:23

Ciudad del Vaticano

(zenit – 7 dic. 2020).- Con la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Ab initio, el Papa Francisco ha otorgado la facultad a la Sede Apostólica de toda decisión sobre el reconocimiento oficial de las comunidades de vida consagrada recién creadas.

Efectivamente, a través de esta Carta Apostólica se modifican los cánones 435 §1 y 506 §1 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales, estableciendo la prioridad de la Santa Sede para la aprobación de nuevas formas de vida religiosa.

Se trata de un documento análogo con el Motu Proprio Authenticum charismatis, publicado el pasado 4 de noviembre, con el que el Santo Padre reguló la misma materia respecto al Código de Derecho Canónico de la Iglesia Latina.

A continuación, sigue la Carta apostólica en forma de Motu Proprio del Pontífice.

***

 

LITTERAE APOSTOLICAE MOTU PROPRIO DATAE

Ab initio

Quibus can. 435 §1 et can. 506 §1

Codicis Canonum Ecclesiarum Orientalium mutantur

 

Desde los primeros días de la Iglesia, algunos fieles se sintieron llamados a consagrar sus vidas de manera especial al servicio de Dios y de sus hermanos, dando testimonio ante la comunidad de su desprendimiento del mundo a través de lo que más tarde se convertiría en la profesión de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia.

A las experiencias individuales siguieron, primero en Oriente y luego en Occidente, las de la vida fraterna común, marcada por las prescripciones de una Regla y la sumisión al Superior.

«Esta es la causa -dice el Concilio Vaticano- de que, como en árbol que se ramifica espléndido y pujante en el campo del Señor partiendo de una semilla puesta por Dios, se hayan desarrollado formas diversas de vida solitaria o comunitaria y variedad de familias que acrecientan los recursos ya para provecho de los propios miembros, ya para bien de todo el Cuerpo de Cristo (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 43).

La Iglesia acoge las diversas formas de vida consagrada como manifestación de la riqueza de los dones del Espíritu Santo; la autoridad eclesiástica, especialmente los Pastores de las Iglesias particulares, interpreta los consejos, regula su práctica y, a partir de ellos, constituye formas de vida estables, a fin de que » no surjan imprudentemente Institutos inútiles o no dotados del suficiente vigor. » (Decreto Perfectae caritatis, 19).

Es responsabilidad de la Sede Apostólica sea acompañar a los Pastores en el proceso de discernimiento que conduce al reconocimiento eclesial de un nuevo Instituto o de una nueva Sociedad de derecho eparquial, sea el juicio definitivo para comprobar la autenticidad del fin inspirador.

Después de haber procedido a las modificaciones del Código de Derecho Canónico, en esta perspectiva dispongo también la modificación de los cánones 435 §1 y 506 §1 del CCEO, que son sustituidos respectivamente por los siguientes textos:

Can. 435 §1 – Episcopi eparchialis est erigere monasterium sui iuris praevia licentia scripto data intra fines territorii Ecclesiae patriarchalis Patriarchae aut in ceteris casibus Sedis Apostolicae.

Can. 506 §1 – Episcopus eparchialis erigere potest tantum congregationes; sed eas ne erigat nisi praevia licentia scripto data Sedis Apostolicae et insuper intra fines territorii Ecclesiae patriarchalis nisi consulto Patriarcha.

Lo que ha sido deliberado por esta Carta Apostólica en forma de Motu proprio, ordeno que tenga vigencia firme y estable, no obstante, cualquier cosa contraria, aunque sea digna de mención especial, y que sea promulgado por publicación en L’Osservatore Romano, entrando en vigor el 8 de diciembre de 2020 y luego publicado en el comentario oficial de las Acta Apostolicae Sedis.

Dado en el Laterano, el 21 de noviembre del año 2020, Memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María, el octavo de mi pontificado.

 

FRANCISCO

 

 

 

 

La Familia Paulina dedica un año de amplia promoción de la Biblia

50 aniversario de la muerte del beato Alberione

diciembre 07, 2020 19:11

Testimonios

(zenit – 7 dic. 2020).- En medio de la actual coyuntura de pandemia, en que la enfermedad y la muerte rondan la vida de la humanidad entera, hemos sido testigos de un anuncio que alienta, que orienta y también salva. Nos referimos a la inauguración, días atrás, del “Año Bíblico de la Familia Paulina”.

No ha podido ser más preciso el momento -cuando el aislamiento es sinónimo de seguridad y protección-, para tener la convicción de que las palabras de san Pablo son eternas: “La palabra de Dios no está encadenada”.

zenit conversó al respecto con el hermano José Ignacio Pedregosa, director general del Centro Bíblico San Pablo de España, para conocer detalles de esta iniciativa, que coincide con el año de preparación al cincuentenario del fallecimiento del beato Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, a conmemorarse en noviembre del 2021.

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zenit: ¿Por qué dedicar un año entero para promover la Biblia?

José Ignacio Pedregosa: El amor y el interés por la Palabra de Dios siempre ha estado presente en la Familia Paulina. Nacimos de la Eucaristía y la Palabra. Y este año queremos que sea para nosotros un recuerdo y un compromiso de la misión que tenemos de vivir y difundir la Palabra de Dios, con los medios más rápidos y eficaces.

 

zenit: San Pablo decía que “la Palabra de Dios no está encadenada” ¿Qué podría encadenarla en nuestros días?

José Ignacio Pedregosa: Sobre todo, el egoísmo y la falta de caridad. Egoísmo que es pensar únicamente en nosotros mismos y en nuestros intereses. Y falta de caridad, que es no estar dispuesto a acompañar, sostener, ayudar a quien más lo necesita y que, seguramente, tenemos muy cerca.

 

zenit: ¿Se puede encontrar una explicación en la Biblia a tanto dolor por los muertos y enfermos del COVID-19?

José Ignacio Pedregosa: Más que explicación, podemos encontrar actitudes de cómo vivir esos momentos. Y creo que hemos de vivirlos con aceptación, que no significa resignación, sino que significa acoger los acontecimientos tal como vienen y poner los medios para superar la situación. Y todo ello, desde la esperanza, es decir, desde la confianza y la convicción firme de que esto pasará. Nosotros como creyentes esa esperanza la tenemos depositada en Dios, que continúa caminando al lado de su pueblo. A todo ello, en este tiempo de Adviento que estamos viviendo, nos pueden ayudar los profetas.

 

zenit: El lema del Año Bíblico es “Para que la Palabra del Señor siga avanzando” ¿Cómo se puede contribuir a que esto sea una realidad?

José Ignacio Pedregosa: Creo que ante todo y, sobre todo, con el testimonio. El testimonio gozoso y vivencial de las actitudes vitales de Jesús de Nazaret. Que transmitamos a la gente que nos rodea, sobre todo el amor y la misericordia de Dios. Que noten en nuestras vidas, que intentamos cada día ser mejores personas, que queremos y ponemos los medios para dejarnos transformar por Cristo en verdaderos discípulos suyos.

 

zenit: Hablemos del logotipo, que es muy simbólico. Hay un sembrador, un atleta, unas semillas lanzadas al viento, colores… ¿Qué simboliza todo esto?

José Ignacio Pedregosa: El sembrador, diseñado en posición de caminar, de correr, de avanzar, e inclinándose hacia adelante, esparce con su mano diez semillas, que simbolizan a las diez ramas de la Familia Paulina. Los diferentes tamaños y direcciones de las semillas indican sus diferentes habilidades y las diversas esferas sociales en las que son llamadas a plantar la Palabra del Señor. El rojo, por último, es el color de la sangre, el color universal del celo y la pasión. Esto nos lleva e impulsa a fijar la mirada en una meta: que la Palabra del Señor se pueda difundir por todos los lugares del mundo, a tiempo y a destiempo.

 

zenit: En los documentos de convocatoria se distingue el deseo de la Familia Paulina por verificar un cambio, una renovación del apostolado bíblico ¿Cuál es la necesidad?

José Ignacio Pedregosa: La mayor necesidad de hoy, con respecto al apostolado bíblico, es dar a conocer más y mejor la Sagrada Escritura, acercarla a nuestros fieles de las parroquias, a nuestros grupos parroquiales, a los colegios e institutos y, en definitiva, a toda persona de buena voluntad que quiera acercarse a la Palabra.

 

zenit: ¿Por qué los católicos no están tan familiarizados con la Palabra de Dios? ¿Qué sugieres para “perderle el miedo” a la Biblia?

José Ignacio Pedregosa: Tú lo has dicho, yo creo que los católicos no estamos tan familiarizados con la Biblia, precisamente por desconocimiento y por miedo. Es muy probable, que no hayamos estimulado suficientemente a los “cristianos de a pie” a acercarse a la Biblia. Creo que es importante que los acerquemos a la Biblia y que le ayudemos a profundizar en ella, y, sobre todo a vivenciarla.

 

zenit: ¿Desde que edad un niño debe acercarse a la lectura de la Palabra?

José Ignacio Pedregosa: Yo creo que puede hacerlo desde la más tierna infancia. Hay diversas ediciones adaptadas de la Sagrada Escritura para niños. Creo que muchas historias de la Biblia se le pueden contar de la misma manera que muchas veces les contamos otras narraciones. Lo importante, es adaptar a su edad y conocimiento esos relatos.

 

zenit: ¿Qué rol cumplen las películas, los juegos y los contenidos bíblicos en redes sociales?

José Ignacio Pedregosa: Creo que tienen un papel importantísimo e imprescindible, aunque complementario. Hoy día, quien no está en el mundo de la comunicación, sobre todo en las redes, no existe. Pero todo ello es un instrumento, un medio, para que cualquier persona pueda acercarse a la lectura de la Biblia.

 

zenit: Para alcanzar estos y otros objetivos, una respuesta concreta ha sido la creación del Centro Bíblico San Pablo en España… Pasado un año ¿Cómo evalúas el trabajo y cuales son los principales desafíos?

José Ignacio Pedregosa: La andadura que hemos comenzado puedo decirte que ha sido apasionante, aunque no exenta de dificultades propias de toda obra de apostolado que empieza. Hemos afianzado un poco nuestra estructura y los objetivos que queremos alcanzar. La pandemia nos ha frenado algunas iniciativas y hemos tenido que reinventarnos de alguna forma. El principal desafío es seguir acercando la Palabra de Dios de manera asequible, sencilla y pastoral a toda persona que quiera aproximarse a su lectura o a profundizar en su estudio, todo ello desde esa perspectiva pastoral que te comentaba más arriba.

 

zenit: ¿Qué actividades organizarán a nivel local con motivo del Año Bíblico y cómo se puede participar?

José Ignacio Pedregosa: Nuestro “buque insignia” es la revista Biblia Viva, que se distribuye gratuitamente en las Librerías San Pablo y Paulinas. Ahora estamos intensificando nuestra presencia en redes con el evangelio diario, la lectio divina semanal, algunas charlas sobre Biblia, sobre todo en Facebook, donde estamos presente como Centro Bíblico San Pablo–España. Quisiéramos iniciar algún curso bíblico on line y nos gustaría pronto podernos encontrarnos de manera presencial para organizar cursos, encuentros, jornadas, etc. Yo aconsejaría a cualquiera que estuviese interesado, a que esté atento a nuestro perfil de Facebook, que allí iremos colgando todas las actividades que vayamos programando.

 

zenit:  Finalmente, ¿con qué libro recomendarías acercarse, con decisión, a la lectura cotidiana de la biblia?

José Ignacio Pedregosa: Yo diría que el mejor libro para acercarse a la Sagrada Escritura es la propia Biblia. Hoy día hay ediciones estupendas. Por supuesto yo recomiendo la Biblia de Editorial San Pablo, ante todo por la traducción y los comentarios. Yo aconsejaría que antes de enfrentarnos al texto en sí, leamos las introducciones a los libros, leer las notas a pie de página, los textos paralelos… En definitiva, familiarizarse con la propia Biblia. Respecto a un método para la lectura cotidiana de la Biblia, nosotros tenemos colgado un video muy interesante sobre el método Verdad, Camino y Vida para la lectura de la Sagrada Escritura. Invito a los lectores a que lo visionen. Y, mucho más importante, me gustaría invitar a todos a la lectura de la Biblia.

 

Puede seguir el Centro Bíblico San Pablo-España aquí

 

 

 

 

Argentina: El Papa nombra a obispos de San Martín y Venado Tuerto

Mons. Martín Fassi y Mons. Han Lim Moon

diciembre 07, 2020 18:52

Iglesia Local

(zenit – 7 dic. 2020).- El Papa Francisco ha nombrado obispo de San Martín, Argentina, a monseñor Martín Fassi, hasta ahora obispo titular de Dionisíaca y auxiliar de San Isidro.

Igualmente, el Santo Padre ha nombrado a Mons. Han Lim Moon, obispo coadjutor de la diócesis de Venado Tuerto, Argentina, transfiriéndolo del cargo de obispo titular de Tucca de Mauritania y obispo auxiliar de San Martín.

Así informó, el pasado 5 de diciembre, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Mons. Martín Fassi

Nació en San Isidro el 14 de noviembre de 1960 y fue ordenado sacerdote de la misma diócesis el 14 de diciembre de 1984.

Ha ocupado los siguientes cargos: vicario parroquial de la Purísima Concepción del General Pacheco; formador y profesor del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de la Encarnación a Resistencia; misionero en la diócesis de Holguín (Cuba), vicario general de la diócesis de San Isidro y director espiritual del Seminario Diocesano. Además, ha sido responsable de la formación continua del clero de la Diócesis.

El 17 de noviembre de 2014 fue nombrado obispo titular de Dionisia y auxiliar de la diócesis de San Isidro y recibió la ordenación episcopal el 11 de diciembre siguiente.

En la Conferencia Episcopal de Argentina es miembro de la Comisión de Ministerios.

 

Mons. Han Lim Moon

Nació en la ciudad de Suwon, Corea del Sur, el 16 de junio de 1955. Estudió la escuela primaria en Corea donde entró en el seminario.

Cuando estudiaba Filosofía, con su madre y dos hermanos emigró a Argentina. Admitido en el Seminario de Buenos Aires, completó sus estudios teológicos en la Universidad Católica de esa ciudad.

Ordenado sacerdote por la archidiócesis de Buenos Aires el 12 de octubre de 1984, obtuvo una licenciatura en Teología y luego una segunda licenciatura en Teología espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

En la archidiócesis de Buenos Aires ocupó los siguientes cargos: vicario parroquial de Reina de los Apóstoles y capellán del Hospital Doctor Teodoro Álvarez (1988-1996); párroco de María Madre de la Iglesia (1996-2002); miembro del Consejo Presbiteral y decano del Decanato 19 “Flores” (1999-2002) y párroco de San Cosme y Damián (2003-2014). Además, estaba a cargo de los cursos de formación permanente para el clero de Buenos Aires y acompañaba a la comunidad coreana en Argentina.

El 6 de febrero de 2014 fue nombrado obispo titular de Tucca de Mauritania y auxiliar de la diócesis de San Martín, y recibió la consagración episcopal el 4 de mayo siguiente.

 

 

 

 

Colombia: Renuncia y nombramiento del Ordinario Militar

Realizados por el Santo Padre

diciembre 07, 2020 18:45

Iglesia Local

(zenit – 7 dic. 2020).- El Papa Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral del Ordinariato Militar para Colombia, presentada por Mons. Fabio Suescún Mutis.

Igualmente, el Santo Padre ha nombrado como obispo Ordinario Militar de Colombia a Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, trasladándolo de la diócesis de Cúcuta (Colombia).

Así ha informado hoy, 7 de diciembre de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid

Nació el 18 de octubre de 1962 en Bello (Antioquia), archidiócesis de Medellín. Realizó sus estudios primarios en el Colegio Marco Fidel Suárez de Bello y los secundarios en el Liceo Universidad de Antioquía. Los cursos de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia Bolivariana.

Obtuvo su licenciatura y grado en filosofía en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino Angelicum en Roma.

Recibió la ordenación sacerdotal el 5 de julio de 1986, incardinándose en la archidiócesis metropolitana de Medellín, con motivo de la visita pastoral de San Juan Pablo II a Colombia.

 

Labor pastoral

Ha ocupado los siguientes cargos: vicario parroquial del Santuario de Sabaneta, párroco de Jesús Caído de Itagüí, secretario adjunto de la Oficina de Ecónomos del Seminario Conciliar de Medellín, profesor y formador del Seminario Menor y Mayor de Medellín; formador del Seminario Conciliar de Medellín (1990); oficial de la Comisión Pontificia para América Latina (1990-2005) y director de la Domus Internationalis Pablo VI de Roma (2001-2005).

El 24 de enero de 2006 fue nombrado obispo titular de San León y auxiliar de la archidiócesis metropolitana de Medellín, Colombia, y recibió la ordenación episcopal el 1º de abril de 2006.

El 24 de enero de 2011 fue transferido como obispo a Málaga-Soata y el 24 de junio de 2015 se convirtió en obispo de la diócesis de Cúcuta.

 

 

 

 

Teología para Millennials: “Adviento en pandemia”

Ocasión privilegiada

diciembre 07, 2020 09:00

Análisis

(zenit – 07 dic. 2020).- Hoy lunes 7 de diciembre de 2020, en “Teología para Millennials”, el sacerdote mexicano Mario Arroyo Martínez, hace un análisis sobre cómo vivir el tiempo litúrgico de Adviento durante la pandemia que vive el mundo actualmente.

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En tiempos de pandemia se nota más vivamente la necesidad de un Salvador o, dicho de otra forma, se palpa de modo tangible la limitación e insuficiencia humana. La pandemia constituye una ocasión privilegiada para vivir más intensamente el adviento, el espacio para preparar la Navidad, pues nos recuerda nuestra limitación y fragilidad, la precariedad de nuestras posibilidades.

Ciertamente nuestra fragilidad no es impotencia. La sociedad rápidamente se organizó y estableció ciertos protocolos de seguridad y funcionamiento. Los laboratorios desataron una frenética carrera para elaborar la vacuna, y a un año de distancia del inicio de la pesadilla, si bien pervive la crisis, el panorama no es tan desolador.

Sin embargo, nos ha servido para darnos cuenta de que muchas veces todos nuestros avances científicos y tecnológicos, todo nuestro poderío económico, pueden aparecer impotentes frente a un enemigo inesperado y sorpresivo, que a la postre es minúsculo. La precariedad y fragilidad de la existencia se tornan evidentes.

Digamos que ese clima es propicio para una vivencia auténtica del adviento. Tiempo de espera, de expectativa, que se solapa armoniosamente con la espera del fin de la pandemia. ¿Qué es lo que esperamos? En el adviento esperamos un Salvador, que paradójicamente ya vino, pero todavía no es patente el fruto de su venida. Pudiera parecer incluso un fracaso, pues vino para salvar al mundo, y hoy la humanidad está moralmente sumida en el pecado, atemorizada físicamente por una enfermedad. El cuadro no podría ser más desalentador.

Sin embargo, la espera desde el ángulo de la fe no podría ser más gozosa. Profesamos que Cristo ya vino, que nuestro Salvador llegó y no fracasó, por el contrario, nos salvó, aunque todavía no se manifiesten plenamente los frutos de esa salvación, solo sus indicios claros.

Esa es la alegría que precede a la Navidad, la certeza, que solo puede dar la fe, de que el mal ha sido vencido de manera definitiva, de una vez y para siempre. Pero ahora estamos en el periodo de la historia en el cual se anhela la segunda venida del Salvador, aquella en la cual lo ganado en la primera se manifieste de modo contundente e irrevocable.

Por ello, el clima espiritual de la Iglesia es análogo a la ansiosa espera de Israel por su Mesías. Análogo, pero más agudo, porque palpamos de modo tangible nuestra limitación, primero moral, ahora, gracias a la pandemia, física.

Es patente cómo una y otra vez intentamos “arreglar el mundo” sin conseguirlo, cómo cada generación de hombres debe luchar contra sus propios demonios, en una especie de agotadora carrera sin fin que remeda la tragedia de Sísifo. A veces parecen flaquear nuestros recursos morales, victimas del cansancio, la desesperanza y el desaliento.

Si a ello se añade la incertidumbre respecto a la salud, se torna más urgente la necesidad de elevar los ojos al cielo y clamar pidiendo ayuda, reconociendo que nosotros solos no podemos. Una vez más, como siempre, necesitamos de Dios.

El adviento es el tiempo en el que por excelencia tenemos una mayor lucidez y clarividencia de nuestra necesidad de Dios o, dicho a la inversa, de nuestra insuficiencia. Pero, al mismo tiempo, es la ocasión de la esperanza por excelencia, porque tenemos la seguridad de lo que aún no poseemos y anhelamos con fe.

Para quien vive bien el adviento no hay duda, Dios vendrá en el momento más oportuno, a enjugar toda lágrima y dar fin a la titánica lucha por crear un lugar armonioso para vivir, donándonos la vida eterna. Esta esperanza sobrenatural, con mayúscula, nos ayuda a sobrellevar las otras esperanzas, con minúscula, que de alguna forma penden de ella; por ejemplo, la inmediata esperanza de alcanzar el fin de la pandemia y volver a nuestra vida normal.

En cualquier caso, el adviento nos recuerda que la verdadera vida no es esta, surcada por limitaciones, sino la vida eterna, donde ya no hay sombra del ocaso, ya no hay temor de perder lo que Cristo gratuitamente nos ha donado, de una vez y para siempre. A nosotros nos toca, en este tiempo de inmediata preparación para la Navidad, fomentar en nuestro interior ese anhelo del Salvador.

 

 

 

 

Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, 8 de diciembre

Gran penitente ecuatoriana

diciembre 07, 2020 09:00

Testimonios

 

“Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán fue una gran penitente ecuatoriana que valoró la importancia de la dirección espiritual para su vida de perfección. Imitó a la beata Mariana de Jesús y fue compañera de la también beata Mercedes de Jesús Molina y Ayala”

Hoy, festividad de la Inmaculada Concepción de María, la Iglesia celebra también la vida de esta santa ecuatoriana. Es conocida como la “Violeta de Nobol”, porque nació en la hacienda San José perteneciente al cantón de Nobol, cercano a Guayaquil, Ecuador, el 29 de octubre de 1832, festividad de san Narciso.

Era la séptima de nueve hermanos y perdió a su madre cuando tenía 6 años, quedando bajo el cuidado de una de sus hermanas; luego ella sería como una madre para los hermanos más pequeños, aunque entre todos sembró paz y alegría.

No podía ser menos, ya que sobre los juegos infantiles priorizaba la oración que realizaba bien en su aposento o bajo la sombra de un guayabo de la hacienda. Además, tenía dotes para el canto y gracia para tocar la guitarra.

Aunque sus padres eran campesinos que tuvieron posibilidad de haberle dado estudios porque su economía era buena, simplemente aprendió a leer y a escribir, y es que ellos eran iletrados y seguramente no apreciaban el valor de la formación.

Eso sí eran trabajadores ejemplares, y el padre, Pedro Martillo Mosquera, hombre sagaz para los negocios, fue durante un tiempo teniente corregidor de Nobol y teniente de San José. En septiembre de 1839, santa Narcisa de Jesús Martillo Morán recibió la confirmación y hasta que cumplió 15 años no tuvo otro trabajo que el doméstico. A esa edad aprendió a coser y fue costurera de las gentes del entorno.

Cayó en sus manos la vida de la beata Mariana de Jesús y la tomó como modelo. Para asemejarse a ella en su abrazo a la cruz, inició un itinerario de mortificaciones y renuncias, infligiéndose cilicios y otras severas penitencias corporales que irían minando su salud, a pesar de su fuerte naturaleza. Siempre se destacó en ella su amor a la Eucaristía y su devoción por la Virgen.

Fue una de las fundadoras de las Hijas de María y se caracterizó también por dedicar muchas horas diarias a la oración. Destinó al efecto un recinto dentro de su hogar convirtiéndolo en una especie de oratorio.

Y ante una imagen de la Divina Infancia se pasaba horas y horas. Cuando le preguntaban con quién conversaba, ella respondía: “con Él, con Él”, guardando en su corazón los sobrenaturales coloquios que mantenía.

Era devotísima del Santísimo Sacramento, del Corazón de Jesús y de la Virgen, Madre de Misericordia. Sus libros de cabecera fueron las Sagradas Escrituras y “El ejercicio de la perfección y virtudes cristianas” de san Alonso Rodríguez.

Se ve que no tenía más ambición que la de ser santa porque al perder a su padre a la edad de 18 años, no reclamó la parte de su herencia, legado que dejó en manos de sus hermanos. Fue una mujer humilde, sencilla y con un visible espíritu de pobreza.

El sustento lo obtenía enseñando religión a los niños de haciendas vecinas. Se estableció en Guayaquil en 1851 y además de ejercer su único oficio, el de costurera, se ocupaba de atender a su sobrina Chepita Hernández.

El lugar donde moraban era un modesto y diminuto altillo. Espiritualmente comenzó otra vía que juzgaba esencial para la santificación como es la dirección espiritual. El padre Luís de Tola y Avilés, que sería designado más tarde obispo de Portoviejo, fue su primer director.

En la estancia que ocupaban Chepita y ella comenzó a experimentar éxtasis y otros favores místicos, que se producían en presencia de su sobrina; también fueron testigos otras personas cuando estos arrobamientos le sobrevenían en misa, tras haber recibido la Sagrada Comunión.

Por ese motivo su vida y conducta comenzó a estar en boca de la gente. En 1858 dejó el altillo para ocupar nueva minúscula habitación que había debajo de la escalera de la vivienda de otra conocida, situada frente a la iglesia de San Francisco; allí permaneció hasta 1860.

Entre tanto, ejercía el apostolado con niños a los que impartía catequesis, visitas a enfermos y moribundos, y se ocupó de atender a jóvenes sin hogar que moraban en la “Casa de las Recogidas”, vistiendo un hábito negro. Después del padre Tola tuvo varios confesores. Para asistir a uno de ellos, monseñor Amadeo Millán, aquejado de tuberculosis, se trasladó a Cuenca, y cuando falleció regresó a Guayaquil.

La que sería beata Mercedes de Jesús Molina y Ayala era también hija espiritual del presbítero. Ambas, santa Narcisa de Jesús Martillo Morán y ella sintonizaron tanto espiritualmente que siguieron caminos muy parejos en sus penitencias. Las compartieron mientras convivían en una casa que fue denominada “Casa de las beatas”.

En esa época santa Narcisa de Jesús Martillo Morán siguió enseñando a coser a niñas huérfanas. En 1868 se estableció en Lima para ser dirigida por el franciscano, padre Pedro Gual. Se alojó en el beaterío de Nuestra Señora del Patrocinio, de las dominicanas, sito en la Alameda de los Descalzos, costeándose sus necesidades con su propio trabajo y la ayuda económica que el padre Gual obtuvo de una persona pudiente.

La dirigió hasta que abandonó Lima. Entonces la dejó en manos de otro confesor. Narcisa intensificó sus penitencias. Eran de tal calibre que los cercanos vivían con zozobra las consecuencias que podían tener para su salud. Con tan crudas mortificaciones daba lance al demonio que andaba tras ella.

No tenía más objetivo que conquistar la santidad, y si alguien le exponía sus temores respecto a los estragos que su conducta podía reportarle, respondía: “para sufrir he venido al mundo”.

Y así vivió, consumida en el amor divino, y abrazada a la cruz para obtener la misericordia divina por los pecadores hasta que murió en Lima el 8 de diciembre de 1869 a los 37 años, aunque con la apariencia de una anciana. Dios quiso que falleciese en esa festividad de la Inmaculada Concepción, tan amada por ella.

A Él le había hecho ofrenda de sus sufrimientos por los frutos del Concilio Vaticano I que justamente inauguraba en la misma fecha el papa Pío IX. Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán fue beatificada por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992. Y canonizada por Benedicto XVI el 12 de octubre de 2008.