Servicio diario - 12 de abril de 2018


 

Chile: Los obispos se reunirán con el Papa la tercera semana de mayo
Rosa Die Alcolea

Caso Barros: El Papa pide perdón "todos aquellos a los que ofendió"
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: El Papa llama a la obediencia, testimonio y concreción
Rosa Die Alcolea

Accidente en Argelia: El Papa se une en oración al dolor de las familias afectadas
Redacción

Panamá: Primer Encuentro Mundial Juvenil Indígena
Rosa Die Alcolea

Bolivia: Mons. Braulio Sáez, obispo auxiliar de Santa Cruz de la Sierra
Rosa Die Alcolea

Beata Margherita da Cittá di Castello, 13 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

12/04/2018-18:23
Rosa Die Alcolea

Chile: Los obispos se reunirán con el Papa la tercera semana de mayo

(ZENIT — 12 abril 2018).- Mons. Santiago Silva, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, ha confirmado la asistencia de la totalidad de los obispos al encuentro convocado por el Santo Padre, el que tendrá lugar en Roma, la tercera semana de mayo.

Mons. Santiago Silva y Mons. Fernando Ramos, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile, ofrecieron ayer, 11 de abril de 2018, una rueda de prensa en Santiago de Chile.

Tras conocer el informe de Mons. Charles Scicluna, el Pontífice convocó a los obispos a Roma para dialogar sobre sus conclusiones. Reconoció que él ha incurrido "en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación especialmente por falta de información veraz y equilibrada".

El Pontífice pidió perdón a los ofendidos y lo hará personalmente con representantes de las personas entrevistadas por Mons. Scicluna y su colaborador el P. Bertomeu.

 

"No hemos hecho todo lo suficiente"

El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Santiago Silva, luego de ser difundida esta carta, señaló que el Episcopado comparte el dolor del Papa Francisco: "No hemos hecho todo lo suficiente", afirmó. Asimismo, manifestó que "nuestro compromiso es que esto no se vuelva a repetir.

En relación a la alusión hecha por el Santo Padre a la "falta de información veraz y equilibrada", Mons. Silva señaló su certeza de que las autoridades de la Conferencia Episcopal pusieron a disposición del Papa la información que disponían en su momento.

 

Carta del Papa Francisco

Francisco escribió una carta a los obispos de Chile, el pasado 8 de abril de 2018 reunidos en la 115a asamblea plenaria, en la que solicita humildemente la "colaboración" a los prelados y "asistencia en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia".

Así, el Sucesor de Pedro los convocó a Roma para "dialogar" sobre las conclusiones de la mencionada visita y sus conclusiones. "He pensado en dicho encuentro como en un momento fraternal, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el solo objetivo de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas".

 

"Permaneced en mí" (Jn 15, 4)

"Permaneced en mí (Jn 15,4): "Estas palabras del Señor resuenan una y otra vez en estos días. Hablan de relaciones personales, de comunión, de fraternidad que atrae y convoca", escribió el Santo Padre.

"Unidos a Cristo como los sarmientos a la vid, los invito a injertar en vuestra oración de los próximos días una magnanimidad que nos prepare para el mencionado encuentro y que luego permita traducir en hechos concretos lo que habremos reflexionado" —les ha invitado el Papa—, y ha propuesto "poner a la Iglesia de Chile en estado de oración".

"Estos días, miremos a Cristo. Miremos su vida y sus gestos, especialmente cuando se muestra compasivo y misericordioso con los que han errado. Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir, ha expresado el Pontífice.

Leer la carta del Papa

 

 

12/04/2018-17:26
Rosa Die Alcolea

Caso Barros: El Papa pide perdón "todos aquellos a los que ofendió"

(ZENIT — 11 abril 2018).- "Pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas", dice el Papa Francisco tras recibir el informe de Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta, sobre el caso del Obispo Juan de la Cruz Barros Madrid, Obispo de Osorno, Chile.

El Santo Padre envió ayer, 11 de abril de 2018, una carta a los prelados chilenos, tras el informe de Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta, y "promotor de justicia" de la Congregación para la Doctrina de la Fe. (Leer la carta completa)

 

"Dolor y vergüenza"

El Pontífice escribe: "Creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza".

"En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente —admite el Papa en la carta— que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada.

 

"Miremos a Cristo"

"Estos días, miremos a Cristo" —pide el Pastor de la Iglesia—. "Miremos su vida y sus gestos, especialmente cuando se muestra compasivo y misericordioso con los que han errado. Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir".

Continúa el Obispo de Roma en el documento: "Hoy les quiero hablar no de seguridades, sino de lo único que el Señor nos ofrece experimentar cada día: la alegría, la paz el perdón de nuestros pecados y la acción de Su gracia".

El Papa asegura su oración y quiere compartir con los Obispos de Chile "la convicción de que las dificultades presentes son también una ocasión para restablecer la confianza en la Iglesia, confianza rota por nuestros errores y pecados y para sanar unas heridas que no dejan de sangrar en el conjunto de la sociedad chilena".

 

Mons. Scicluna y Rey. Bertomeu Farnós

El Santo Padre —tras haber leído los últimos documentos que completan el informe— con un total de más de 2.300 folios, agradece a los dos enviados especiales a Chile el 20 de marzo de 2018: Mons. Charles Scicluna, Arzobispo de Malta, y al Rev. Jordi Bertomeu Farnós, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, su "ingente labor" de escucha "serena y empática" de los 64 testimonios, tanto en Nueva York como en Santiago de Chile.

El Papa reconoce haberlos enviado a "escuchar desde el corazón y con humildad".

 

Mons. Karadima, condenado por el Vaticano en 2011

Mons. Charles Scicluna fue enviado a Chile por el Papa Francisco para recibir los testimonios que implican al Obispo Juan de la Cruz Barros Madrid, obispo de Osorno, renegado por parte de su diócesis: es acusado por algunos de haber cerrado los ojos, siendo un joven seminarista, sobre las acciones del hombre que era entonces el padre Karadima.

Mons. Juan Barros Madrid, nombrado obispo de Osorno en 2015, fue acusado de haber tenido conocimiento del abuso sexual de su antiguo mentor, Fernando Karadima, mientras era seminarista. El Obispo Karadima fue condenado por abuso sexual y psicológico por el Vaticano en 2011, y sentenciado a retirarse a un monasterio para una vida de "oración y penitencia", sin ninguna misión pastoral, mientras que los hechos fueron prescritos para el Justicia chilena.

 

"Mi expresión no fue apropiada"

Esta no es la primera vez que Francisco se disculpa: En el vuelo papal, de regreso del viaje a Chile y a Perú, el pasado mes de enero de 2018, el Papa se disculpó con las víctimas de abuso sexual: "En Iquique, respondí una pregunta de un periodista sobre el Obispo Barros. Usé el término 'prueba' y dije: 'El día que tenga pruebas, hablaré'.

Desafortunadamente, sé que muchas personas que son abusadas no pueden mostrar evidencia, no la tienen y no pueden tenerla, o si lo hacen, están avergonzadas... Tengo que disculparme porque la palabra "prueba" me dolió, mi expresión no fue apropiada. Presento mis disculpas si he hecho daño sin darme cuenta, sin querer, me duele mucho... Es por eso que ya no quiero usar el término "pruebas".

Leer la carta del Papa Francisco

 

 

12/04/2018-14:18
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: El Papa llama a la obediencia, testimonio y concreción

(ZENIT — 12 abril 2018).- "Obediencia, testimonio, concreción" son las 3 características que brotan de la alegría pascual.

En la mañana del segundo jueves de Pascua, 12 de abril de 2018, el Pontífice Francisco ha celebrado la Eucaristía en la capilla de la Residencia Santa Marta, con la participación de algunos sacerdotes, religiosos y fieles.

El Santo Padre ha recordado que los 50 días del tiempo pascual fueron para los Apóstoles un 'tiempo de alegría', por la Resurrección de Cristo. Una "alegría verdadera", pero aún dudosa, temerosa, que se pregunta cómo irán las cosas.

Mientras que, después —ha continuado el Papa— cuando desciende el Espíritu Santo, la alegría se vuelve 'valiente': primero 'entendían porque veían al Señor, pero no entendían todo'. Estaban contentos pero no lograban entender. 'Fue el Espíritu Santo el que los hizo entender todo'.

 

Testimonio

El Papa Francisco ha dirigido un pensamiento a los cristianos perseguidos: "Todas las persecuciones que hay... desde ese momento hasta hoy... Piensen en los cristianos perseguidos en África, en Oriente Medio... Hoy son más que en los primeros tiempos... Encarcelados, degollados, ahorcados, por confesar a Jesús. Testimonio hasta el final".

Así, ha exhortado a todos a dar testimonio, "que fastidia tanto" —ha dicho—, a la vez que ha llamado a la "obediencia", el camino que el Hijo "nos ha abierto": "El cristiano, por lo tanto "obedece a Dios", describe.

 

Obediencia

Francisco ha narrado que a los Apóstoles les habían prohibido predicar y anunciar a Jesús y sin embargo, después de haber sido liberados por medio de un Ángel, "vuelven a enseñar en el templo" —ha explicado—.

Y con la Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles, (5,27-33) y la respuesta de Pedro: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres", recordó asimismo el Evangelio de Juan (Jn3,31-36). La obediencia de los Apóstoles para seguir el camino de Jesús que obedeció hasta el final.

 

Concreción

El Santo Padre ha pedido concreción: "Los Apóstoles hablaban de cosas concretas, 'no de cuentos'. Así como ellos vieron y tocaron a Jesús, cada uno de nosotros ha tocado a Jesús en su propia vida'".

La homilía del Papa Francisco, en este jueves 12 de abril ha terminado con la oración al Padre para pedir "los unos por los otros, aquella alegría que viene del Espíritu Santo, que da el Espíritu Santo: la alegría de la obediencia pascual, la alegría del testimonio pascual y la alegría de la concreción pascual".

 

 

12/04/2018-14:32
Redacción

Accidente en Argelia: El Papa se une en oración al dolor de las familias afectadas

(ZENIT — 12 abril 2018).- El Papa Francisco conmemoró a las víctimas del accidente aéreo militar en Boufarik, ciudad en la provincia de Blida (Argelia), en el que murieron 257 personas, según señala 'Vatican News'.

El Cardenal Secretario de Estado, Mons. Pietro Parolin,envió ayer, 11 de abril de 2018, un telegrama en nombre del Santo Padre a Mons. Paul Desfarges, Arzobispo de Argel.

Sigue el telegrama del Papa Francisco, publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

***

 

Telegrama

A Su Excelencia Monseñor Paul Desfarges, S.I.
Arzobispo de Argel

Su Santidad el Papa Francisco ha recibido con gran pesar la triste noticia del accidente aéreo que este miércoles por la mañana ha afligido a la nación argelina. Se une con la oración al dolor de las familias y de todas las personas afectadas por esta tragedia y al duelo del entero pueblo argelino. Pide al Señor que acoja en su paz a los que han muerto y que consuele a los que están gravemente heridos, implorando la ayuda divina para las personas encargadas de su asistencia. Reiterando su cercanía, el Papa pide la abundancia de los dones del Espíritu sobre Usted, así como sobre la Iglesia local y el consuelo del Altísimo sobre toda la nación argelina.

Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado

© Librería Editorial Vaticano

 

 

12/04/2018-16:28
Rosa Die Alcolea

Panamá: Primer Encuentro Mundial Juvenil Indígena

(ZENIT — 12 abril 2018).- El Primer Encuentro Mundial Juvenil Indígena (EMJI) se celebrará en la comarca de Ngábe-Bugle, Diócesis de David (Panamá), del 17 al 21 de enero de 2019, informa la página oficial de la JMJ Panamá 2019.

En este Encuentro Mundial, los jóvenes de los diversos pueblos originarios del mundo "se reunirán para reflexionar y celebrar la fe en Cristo desde la riqueza milenaria de sus culturas", indican los organizadores en una nota de prensa.

El país de Latinoamérica se une al deseo del Papa Francisco, quien convocó el pasado 15 de octubre de 2018 un Sínodo de los obispos para la región pan amazónica, que se celebrará en octubre de 2019 en Roma.

Para conocer los avances de este encuentro se realizó una reunión con miembros del equipo organizador, representantes del Comité Organizador Local (COL) de la Jornada Mundial de la Juventud, y funcionarios de diferentes instituciones del Estado que están brindando su apoyo al evento.

En el encuentro también estuvo presente monseñor José Luis Cardenal Lacunza, obispo de David, y el padre José Fitzgerald, Secretario Ejecutivo Nacional de la Pastoral Indígena (CONAPI).

El padre Fitzgerald destacó que los moradores del corregimiento de Soloy se "preparan para atender a los peregrinos que vivirán esta experiencia cultural y espiritual", en la que se enfatizarán temas como la identidad indígena, la fe ancestral y cristiana y cuidar la "Casa Común", señala la web panama2019.pa.

 

Encuentro ecológico

Uno de los detalles de este encuentro es su enfoque ecológico, por lo que los indígenas están trabajando totumas y platos para reducir el uso de envases desechables.

Además, se están haciendo adecuaciones en escuelas, el gimnasio escolar y otros sitios que serán lugares de alojamiento y sede de los actos centrales.

Víctor Chang, Secretario Ejecutivo del COL, señaló que Panamá está "marcando un hito importante" al celebrar por primera vez un encuentro indígena de esta magnitud, dentro de una Jornada Mundial de la Juventud.

 

70.000 indígenas en la Diócesis

La Diócesis de David está dividida en 26 Parroquias, agrupadas en 6 Zonas Pastorales. La atención pastoral está a cargo de cuarenta y un (41) Presbíteros, siete (7) Diáconos Permanentes y un Diácono Transitorio, que cuentan con la fiel colaboración de medio centenar de Religiosas, una ingente lista de Catequistas, Delegados de la Palabra, Ministros Extraordinarios de la Comunión y un largo etcétera de hombres y mujeres que brindan toda clase de servicios eclesiales.

La Diócesis de David abarca la Provincia de Chiriquí y los Distritos Besikó, Mironó, Nole-Duima y Müná de la Comarca Ngóbe-Buglé, creada mediante la Ley 10 del 7 de marzo de 1997, con un total aproximado de 8.653 km2 y de 433.000 habitantes, de los que unos 70.000 son indígenas.

 

 

12/04/2018-16:13
Rosa Die Alcolea

Bolivia: Mons. Braulio Sáez, obispo auxiliar de Santa Cruz de la Sierra

(ZENIT — 12 abril 2018).- El Santo Padre Francisco ha aceptado la renuncia al oficio de obispo auxiliar de la archidiócesis de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) presentada por Mons. Braulio Sáez García, carmelita descalzo, obispo titular de Raso.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha hecho público el nombramiento esta mañana, jueves 12 de abril de 2018.

El nuevo nombramiento se debe al estado de salud de Mons. Francesco Focardi, franciscano. Por ello, la Nunciatura Apostólica ha decretado, con la autorización de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, nombrar a Mons. Braulio Sáez, Administrador temporal del Vicariato Apostólico de Camiri.

 

Mons. Braulio Sáez García

Nació el 23 de marzo de 1942, fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1968 y ordenado Obispo el 13 de mayo 1987, indica 'Iglesia Viva', el portal de información de la Iglesia de Bolivia.

Fue elegido Obispo titular de Tacape y Auxiliar de la Diócesis de Oruro el 18 de febrero de 1987. Nombrado Obispo de Oruro el 7 de noviembre de 1991. El 11 de septiembre de 2003 fue elegido Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Cruz.

 

 

12/04/2018-18:33
Isabel Orellana Vilches

Beata Margherita da Cittá di Castello, 13 de abril

«La vida de esta beata, tan maltratada por la naturaleza y por su cercano entorno, brilla en todo su fulgor enseñándonos lo que sucede cuando el infortunio de nacer malherida se troca en gracia y misericordia divinas»

Tan mal considerada fue esta beata en su más cercano entorno que, exceptuando las humildes personas de bondadoso corazón que la ayudaron, incluidos los dominicos, durante un tiempo pocos pudieron entrever la finísima obra de orfebrería que Dios realizaba en ella cincelando su espíritu con la deslumbrante e inigualable luz de su belleza. Con el ejemplo de su vida, y las gracias de las que fue adornada, se asesta un mazazo a los prejuicios, a la fría conceptualización de una persona por su aspecto externo que, en este caso concreto, fue acompañada de una falta de piedad inaudita. Porque Margherita nació en 1287 en el castillo de Metola (perteneciente entonces a la Massa Trabaria), provincia de Pesaro y Urbino, Italia, con dolorosas deformidades.

Afectada de ceguera, lisiada —con ostensible cojera y una prominente joroba—simplemente por su debilidad, y no es poco, debería haber polarizado en ella toda la ternura de sus padres Parisio y Emilia. Además, siendo nobles y pudientes podrían haberla colmado de atenciones. No fue así. Su llegada parecía obedecer a una desgracia más que a una bendición. Una joven hermosa y saludable habría encajado perfectamente en tan selecto entorno. Pero no era su caso. Siendo la primogénita, la pobre criatura defraudó las esperanzas de su padre que hubiera deseado un varón, y se hizo acreedora de su desdén. La confiaron a una persona del servicio y fue bautizada por el capellán de la fortaleza con absoluta discreción, por no decir casi de forma clandestina. No había lugar para ella en el castillo.

Para mantenerla a resguardo de miradas ajenas, fue recluida en una celda. Cuando fortuitamente fue descubierta por unos invitados, la trasladaron a un habitáculo construido en las inmediaciones de la fortaleza, en una zona boscosa, con un ventanuco para introducir la comida. Tenía 6 años y sus padres no habían vuelto a verla desde que nació. Así que la condenaron a vivir en una fría cárcel. ¡Cuánta desgracia junta! Tan solo el capellán, que le enseñó a orar, pudo apreciar la inteligencia que le adornaba y cómo iba creciendo pertrechada en la sabiduría que proviene de la gracia divina.

Nueve años permaneció en tan inhóspito lugar, sola, contando únicamente con la visita puntual del sacerdote y alguna esporádica de Emilia. En ese tiempo ya había aprendido a reconocer el amor de Dios que acoge a sus hijos con infinita misericordia al margen de defectos y debilidades. En Cristo crucificado halló el modelo a seguir para abrazarse a la cruz, gozosa de poner a sus pies sus particulares sufrimientos regados con muchas lágrimas. El estallido de la guerra obligó a sus padres a aceptarla en la fortaleza, aunque la trataron como a una prisionera manteniéndola en el sótano en pésimas condiciones. Confortada por el capellán, soportaba tanta ignominia con entereza y confianza.
Hacia los 15 años un día fue conducida por sus padres a Cittá di Castello para solicitar la mediación de un franciscano, (puede que fuese el lego fray Giacomo, fallecido poco tiempo antes con fama de santidad, y ante cuya tumba se produjeron algunos milagros) y lograr su curación. Para ello hicieron un fatigoso viaje atravesando los Apeninos. Da la impresión de que buscaban, sobre todo, librarse de tan embarazosa presencia. Como no obtuvieron lo que deseaban, dejaron a la muchacha en una iglesia abandonada, a su libre albedrío.

La ceguera del corazón, infinitamente más tenebrosa que la física, era atuendo de los padres de Margherita. Obviamente, Dios en su infinita misericordia no iba a desentenderse de esta hija predilecta, tan cruelmente tratada. Y como hace con todos, de forma especial con los que están inmersos en el drama del sufrimiento, la bendeciría de forma singular. Así pues, aunque la joven deambuló llena de angustia como una vagabunda, mendigos, y luego campesinos de gran corazón, se apiadaron de ella. Se cumplía su honda impresión de que, aunque sus padres la desampararon, Dios nunca la abandonaría. Hacia sus 20 años ingresó en un convento, parece que regido por oblatas, que prescindieron de ella al no soportar la presencia de tanta virtud en un claustro de costumbres algo laxas, como era aquél en esos momentos. Para vivir con un santo hace falta disponerse a la exigente entrega consignada en el evangelio, de lo contrario se corre el riesgo de sucumbir ante las propias flaquezas. Es lo que entonces ocurrió.

De nuevo en la calle, Margherita fue acogida por un bondadoso matrimonio compuesto por Venturino y Grigia. La Orden de predicadores la aceptó como laica y durante treinta años vistió el hábito de la Tercera Orden de santo Domingo feliz al poder encarnar la riqueza de este carisma. Gran penitente, acostumbrada a la austeridad, a las mortificaciones y a la oración, fue escalando las altas vías de la contemplación. Con su ejemplo conmovía a la gente que acudía a ella en busca de consejo. Era especialmente devota de la Sagrada Familia y tuvo debilidad por los pobres y los enfermos, a los que socorrió junto a los reclusos y a los moribundos.

Aprendió de memoria el Salterio y solía meditar en el misterio de la Encarnación. Fue agraciada con éxtasis, junto a los dones de profecía y milagros. Murió el 13 de abril de 1320. Según parece, en su corazón encontraron tres perlas que tenían esculpidas respectivamente las imágenes de Jesús, María y José. Quienes la conocían le habían escuchado decir en numerosas ocasiones: «¡Oh, si supierais el tesoro que guardo en mi corazón, os maravillaríais!». Su cuerpo, que se conserva incorrupto —como se constató al abrir el ataúd para darle nueva sepultura el 9 de junio de 1558—, se venera bajo el altar mayor de la basílica de San Domenico en Cittá di Castello. Pablo V la beatificó el 19 de octubre de 1609. El prelado que se hallaba en Urbino en 1988 la proclamó patrona de los ciegos para esa diócesis.