Servicio diario - 27 de mayo de 2019


 

"No se trata solo de migrantes" — Mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
Rosa Die Alcolea

El Papa abraza al jefe indígena Raoni Metuktire, de la tribu brasileña Kayapó
Rosa Die Alcolea

Camino Neocatecumenal: Entrevista al P. Rajmund Pupkowski, responsable en Ucrania
Redacción

Francisco: El desarrollo integral, "antídoto contra la cultura del descarte"
Larissa I López

El arte chino de los Museos Vaticanos por primera vez en Pekín
Redacción

El libro de Mary L. Hirschfeld, 4° Premio Internacional "Economía y Sociedad"
Larissa I López

Aborto: Problema humano, no religioso — Francisco a los participantes en la conferencia #YestoLife
Larissa I López

Mons. Hubertus Matheus Maria van Hegen, nombrado Observador Permanente ante la ONU
Larissa I López

Athletica Vaticana participará en los Juegos de los Pequeños Estados de Europa
Rosa Die Alcolea

Beato Luigi Biraghi, 28 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

27/05/2019-11:24
Rosa Die Alcolea

"No se trata solo de migrantes" — Mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado

(ZENIT — 27 mayo 2019).- En el contexto de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el Papa Francisco anuncia que "No solamente está en juego la causa de los migrantes, no se trata sólo de ellos, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia humana".

"Los migrantes —explica el Santo Padre—, y especialmente aquellos más vulnerables, nos ayudan a leer los 'signos de los tiempos", advierte. "A través de ellos, el Señor nos llama a una conversión, a liberarnos de los exclusivismos, de la indiferencia y de la cultura del descarte".

Así lo indica en el Mensaje para dicha Jornada Mundial, que se celebrará el próximo 29 de septiembre de 2019, sobre el tema: "No se trata solo de migrantes", que ha sido presentado esta mañana, 27 de mayo de 2019, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

"Nuestros miedos"

En torno a la idea de que "no se tratan solo de migrantes", el Santo Padre desarrolla 5 ideas principales en su mensaje: Habla de que la migración nos produce "miedo", describe que hablar de migrantes, es hablar de la "caridad". Así, apunta Francisco, que no solo se trata de migrantes, sino también de "nuestra humanidad", "se trata de no excluir a nadie", "se trata de poner a los últimos en primer lugar", "se trata de la persona en su totalidad, de todas las personas", y "se trata de construir la ciudad de Dios y del hombre", explica el Pontífice.

En este sentido, Francisco expone que "el problema no es el hecho de tener dudas y sentir miedo. El problema es cuando esas dudas y esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar hasta el punto de convertirnos en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas". Y alerta de que "el miedo nos priva así del deseo y de la capacidad de encuentro con el otro, con aquel que es diferente; nos priva de una oportunidad de encuentro con el Señor".

 

"No excluir a nadie"

También menciona que a través de las obras de caridad "mostramos nuestra fe", y asegura que "la mayor caridad es la que se ejerce con quienes no pueden corresponder y tal vez ni siquiera dar gracias".

"Se trata de no excluir a nadie", continúa el Obispo de Roma: "El mundo actual es cada día más elitista y cruel con los excluidos", lamenta. "Los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados. Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no quieren hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan".

 

"¡Primero los últimos!"

Pero el Papa va aun más lejos. "No se trata solo de migrantes: se trata de poner a los últimos en primer lugar", escribe en el Mensaje. "El verdadero lema del cristiano es '¡primero los últimos!".

Francisco aclara: "Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo: ¡primero yo y luego los demás!". Así, la exhortación del Papa es ésta: "En la lógica del Evangelio, los últimos son los primeros, y nosotros tenemos que ponernos a su servicio".

 

Acoger, proteger, promover e integrar

En su mensaje para la Jornada Mundial que se celebrará el 29 de septiembre, el Pontífice recuerda cual es "respuesta al desafío planteado por las migraciones contemporáneas" en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar como ya lo hizo en el 6° congreso del Forum internacional "Migración y Paz", celebrado en Roma en 2017.

Asimismo, señala que estos verbos no se aplican sólo a los migrantes y a los refugiados, sino que "expresan la misión de la Iglesia en relación a todos los habitantes de las periferias existenciales, que deben ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados".

A continuación, ofrecemos el Mensaje completo del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019.

***

 

Mensaje del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas:

La fe nos asegura que el Reino de Dios está ya misteriosamente presente en nuestra tierra (cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. Gaudium et spes, 39); sin embargo, debemos constatar con dolor que también hoy encuentra obstáculos y fuerzas contrarias.

Conflictos violentos y auténticas guerras no cesan de lacerar la humanidad; injusticias y discriminaciones se suceden; es difícil superar los desequilibrios económicos y sociales, tanto a nivel local como global. Y son los pobres y los desfavorecidos quienes más sufren las consecuencias de esta situación.

Las sociedades económicamente más avanzadas desarrollan en su seno la tendencia a un marcado individualismo que, combinado con la mentalidad utilitarista y multiplicado por la red mediática, produce la "globalización de la indiferencia". En este escenario, las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata, se han convertido en emblema de la exclusión porque, además de soportar dificultades por su misma condición, con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales. La actitud hacia ellas constituye una señal de alarma, que nos advierte de la decadencia moral a la que nos enfrentamos si seguimos dando espacio a la cultura del descarte. De hecho, por esta senda, cada sujeto que no responde a los cánones del bienestar físico, mental y social, corre el riesgo de ser marginado y excluido.

Por esta razón, la presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades. Razón por la cual, "no se trata sólo de migrantes" significa que al mostrar interés por ellos, nos interesamos también por nosotros, por todos; que cuidando de ellos, todos crecemos; que escuchándolos, también damos voz a esa parte de nosotros que quizás mantenemos escondida porque hoy no está bien vista.

«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!» (Mt 14,27). No se trata sólo de migrantes, también se trata de nuestros miedos. La maldad y la fealdad de nuestro tiempo acrecienta «nuestro miedo a los "otros", a los desconocidos, a los marginados, a los forasteros [...]. Y esto se nota particularmente hoy en día, frente a la llegada de migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de protección, seguridad y un futuro mejor. Es verdad, el temor es legítimo, también porque falta preparación para este encuentro» ( Homilía, Sacrofano, 15 febrero 2019). El problema no es el hecho de tener dudas y sentir miedo. El problema es cuando esas dudas y esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar hasta el punto de convertirnos en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas. El miedo nos priva así del deseo y de la capacidad de encuentro con el otro, con aquel que es diferente; nos priva de una oportunidad de encuentro con el Señor (cf. Homilía en la Concelebración Eucarística de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, 14 enero 2018).

«Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos?» (Mt 5,46). No se trata sólo de migrantes: se trata de la caridad. A través de las obras de caridad mostramos nuestra fe (cf. St 2,18). Y la mayor caridad es la que se ejerce con quienes no pueden corresponder y tal vez ni siquiera dar gracias. «Lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y el valor de cada vida [...]. El progreso de nuestros pueblos [...] depende sobre todo de la capacidad de dejarse conmover por quien llama a la puerta y con su mirada estigmatiza y depone a todos los falsos ídolos que hipotecan y esclavizan la vida; ídolos que prometen una aparente y fugaz felicidad, construida al margen de la realidad y del sufrimiento de los demás» (Discurso en la Cáritas Diocesana de Rabat, 30 marzo 2019).

«Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció» (Lc 10,33). No se trata sólo de migrantes: se trata de nuestra humanidad. Lo que mueve a ese samaritano, un extranjero para los judíos, a detenerse, es la compasión, un sentimiento que no se puede explicar únicamente a nivel racional. La compasión toca la fibra más sensible de nuestra humanidad, provocando un apremiante impulso a "estar cerca" de quienes vemos en situación de dificultad. Como Jesús mismo nos enseña (cf. Mt 9,35-36; 14,13-14; 15,32-37), sentir compasión significa reconocer el sufrimiento del otro y pasar inmediatamente a la acción para aliviar, curar y salvar. Sentir compasión significa dar espacio a la ternura que a menudo la sociedad actual nos pide reprimir. «Abrirse a los demás no empobrece, sino que más bien enriquece, porque ayuda a ser más humano: a reconocerse parte activa de un todo más grande y a interpretar la vida como un regalo para los otros, a ver como objetivo, no los propios intereses, sino el bien de la humanidad» (Discurso en la Mezquita "Heydar Aliyev" de Bakú, Azerbaiyán, 2 octubre 2016).

«Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial» (Mt 18,10). No se trata sólo de migrantes: se trata de no excluir a nadie. El mundo actual es cada día más elitista y cruel con los excluidos. Los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados. Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no quieren hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan. Quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja sólo las "migajas" del banquete (cf. Lc 16,19¬21). La Iglesia «en salida [...] sabe tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24). El desarrollo exclusivista hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. El auténtico desarrollo es aquel que pretende incluir a todos los hombres y mujeres del mundo, promoviendo su crecimiento integral, y preocupándose también por las generaciones futuras.

«El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos» (Me 10,43-44). No se trata sólo de migrantes: se trata de poner a los últimos en primer lugar. Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo: ¡primero yo y luego los demás! En cambio, el verdadero lema del cristiano es "¡primero los últimos!". «Un espíritu individualista es terreno fértil para que madure el sentido de indiferencia hacia el prójimo, que lleva a tratarlo como puro objeto de compraventa, que induce a desinteresarse de la humanidad de los demás y termina por hacer que las personas sean pusilánimes y cínicas. ¿Acaso no son estas las actitudes que frecuentemente asumimos frente a los pobres, los marginados o los últimos de la sociedad? ¡Y cuántos últimos hay en nuestras sociedades! Entre estos, pienso sobre todo en los emigrantes, con la carga de dificultades y sufrimientos que deben soportar cada día en la búsqueda, a veces desesperada, de un lugar donde poder vivir en paz y con dignidad» (Discurso ante el Cuerpo Diplomático, 11 enero 2016). En la lógica del Evangelio, los últimos son los primeros, y nosotros tenemos que ponernos a su servicio.

«Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10). No se trata sólo de migrantes: se trata de la persona en su totalidad, de todas las personas. En esta afirmación de Jesús encontramos el corazón de su misión: hacer que todos reciban el don de la vida en plenitud, según la voluntad del Padre. En cada actividad política, en cada programa, en cada acción pastoral, debemos poner siempre en el centro a la persona, en sus múltiples dimensiones, incluida la espiritual. Y esto se aplica a todas las personas, a quienes debemos reconocer la igualdad fundamental. Por lo tanto, «el desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre» (S. PABLO VI, Carta enc. Populorum progressio, 14).

«Así pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios» (Ef 2,19). No se trata sólo de migrantes: se trata de construir la ciudad de Dios y del hombre. En nuestra época, también llamada la era de las migraciones, son muchas las personas inocentes víctimas del "gran engaño" del desarrollo tecnológico y consumista sin límites (cf. Carta enc. Laudato si', 34). Y así, emprenden un viaje hacia un "paraíso" que inexorablemente traiciona sus expectativas. Su presencia, a veces incómoda, contribuye a disipar los mitos de un progreso reservado a unos pocos, pero construido sobre la explotación de muchos. «Se trata, entonces, de que nosotros seamos los primeros en verlo y así podamos ayudar a los otros a ver en el emigrante y en el refugiado no sólo un problema que debe ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados, una ocasión que la Providencia nos ofrece para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, una democracia más plena, un país más solidario, un mundo más fraterno y una comunidad cristiana más abierta, de acuerdo con el Evangelio» ( Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2014).

Queridos hermanos y hermanas: La respuesta al desafío planteado por las migraciones contemporáneas se puede resumir en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar. Pero estos verbos no se aplican sólo a los migrantes y a los refugiados.

Expresan la misión de la Iglesia en relación a todos los habitantes de las periferias existenciales, que deben ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados. Si ponemos en práctica estos verbos, contribuimos a edificar la ciudad de Dios y del hombre, promovemos el desarrollo humano integral de todas las personas y también ayudamos a la comunidad mundial a acercarse a los objetivos de desarrollo sostenible que ha establecido y que, de lo contrario, serán difíciles de alcanzar.

Por lo tanto, no solamente está en juego la causa de los migrantes, no se trata sólo de ellos, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia humana. Los migrantes, y especialmente aquellos más vulnerables, nos ayudan a leer los "signos de los tiempos". A través de ellos, el Señor nos llama a una conversión, a liberarnos de los exclusivismos, de la indiferencia y de la cultura del descarte. A través de ellos, el Señor nos invita a reapropiarnos de nuestra vida cristiana en su totalidad y a contribuir, cada uno según su propia vocación, a la construcción de un mundo que responda cada vez más al plan de Dios.

Este es el deseo que acompaño con mi oración, invocando, por intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora del Camino, abundantes bendiciones sobre todos los migrantes y los refugiados del mundo, y sobre quienes se hacen sus compañeros de viaje.

Vaticano, 27 de mayo de 2019

FRANCISCO

 

 

 

27/05/2019-15:42
Rosa Die Alcolea

El Papa abraza al jefe indígena Raoni Metuktire, de la tribu brasileña Kayapó

(ZENIT – 27 mayo 2019).- El Santo Padre se ha despedido con un abrazo fraternal del jefe indígena amazónico Raoni Metuktire, “Cacique” de la tribu Kayapó en el estado de Mato Grosso, en la Amazonia brasileña, tras la audiencia privada que han mantenido esta mañana, 27 de mayo de 2019, en la Casa de Santa Marta, residencia habitual del Papa.

Con este encuentro, el Papa Francisco quiere “reiterar su atención por la población y el ambiente de la región amazónica y su compromiso en la protección de la Casa Común”, declaró Alessandro Gisotti, directo interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el domingo, 26 de mayo de 2019, en un comunicado a los periodistas.

La reunión con Raoni se enmarca en la preparación a la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, que se realizará del 6 al 27 de octubre próximo, con el tema “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral“.

 

Tribu Kayapó

Los "Kayapó" son un pueblo indígena que habita en las tierras planas de Mato Grosso y Pará, en Brasil, al sur de la Amazonia, en la región del río Xingú y sus afluentes, entre el río Curuá y el río Fresco, y entre éste y el río Araguaia. Son más de 10.000 personas.

Sobre una superficie de 11 millones de hectáreas, de selva tropical y sabana, los pueblos indígenas —entre los que se incluye la tribu Kayapó— han sabido proteger sus tierras. Más de 10.000 personas viven en 46 aldeas dispersas sobre un área tan grande como Bulgaria. El territorio de los Kayapó es el más grande de su tipo en la región.

Los Kayapó son los conservacionistas más eficaces contra la tala ilegal, la ganadería y la explotación minera de los yacimientos de oro, según informa el blog ecología "Semana Sostenible".

 

Los indígenas, en el centro

El Papa Francisco convocó esta Asamblea especial del Sínodo el pasado 15 de octubre de 2017, con el objetivo de "encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, sobre todo de los indígenas, muchas veces olvidados y sin una perspectiva de un futuro sereno, también por la causa de la crisis de la foresta amazónica, pulmón de fundamental importancia para nuestro planeta".

El Instrumentum laboris del Sínodo sobre la Amazonía será presentado en junio. Este documento es el que tendrán los padres sinodales durante las tres semanas de duración de la Asamblea para reflexionar ampliamente sobre las cuestiones a tratar sobre la Amazonía. Es un texto que recopila y resume todo el material recibido de la consulta realizada por la Secretaría General a través del Documento preparatorio, que incluye un cuestionario, y que se presentó el pasado 8 de junio de 2018.

 

Documento preparatorio

El Documento Preparatorio está estructurado en tres partes: "Ver", "Discernir" y "Actuar, método ya utilizado previamente en el Sínodo de los obispo sobre la familia. Al final del Documento se incluía un cuestionario dirigido a los pastores para que ellos lo respondan consultando al Pueblo de Dios, a través de los medios más adecuados según las propias realidades locales.

La primera parte del Documento, dedicada a "ver, describe la "identidad del Panamazonas y la urgencia de la escucha". Los temas que se abordan son: el territorio; la variedad sociocultural; la identidad de los pueblos indígenas; la memoria eclesial histórica; la justicia y los derechos de los pueblos, así como la espiritualidad y la sabiduría de los pueblos amazónicos.

 

 

 

27/05/2019-17:09
Redacción

Camino Neocatecumenal: Entrevista al P. Rajmund Pupkowski, responsable en Ucrania

(ZENIT — 27 mayo 2019).- El pasado 11 de mayo se celebró en Kiev un gran encuentro vocacional del Camino Neocatecumenal, un año después del que tuvo lugar con el Papa Francisco en Roma, con motivo del 50a aniversario del inicio del movimiento eclesial.

En esta ocasión, su iniciador, Kiko Argüello, se reunió en la capital de Ucrania con unas cinco mil personas pertenecientes a esta realidad eclesial y procedentes de los países de la ex Unión Soviética. El P. Rajmund Pupkowski, responsable del Camino Neocatecumenal en Ucrania, relata a Zenit los detalles de este acontecimiento.

 

Camino Neocatecumenal: ¿Cómo fue el encuentro?

P. Pupkowski: Fue un encuentro realmente increíble, que duró aproximadamente cuatro horas. Kiko estuvo acompañado del P. Mario Pezzi y de María Ascensión Romero, el equipo internacional responsable del Camino en todo el mundo. Para ella, esta reunión también fue muy importante, ya que durante 25 años estuvo en misión en Bielorrusia, Kazajistán y Rusia.
El encuentro fue presidido por Mons. Vitaliy Kryvytskyi, Obispo de Kiev-Zhytomyr. Tiene en su diócesis numerosas comunidades neocatecumenales, familias y hermanas en misión, 4 missio ad gentes? un Seminario Redemptoris Mater en Kiev. Le estamos muy agradecidos por su apertura y su celo, y por involucrarse en la obra de la nueva evangelización. En el encuentro estuvieron también algunos obispos de rito latino y bizantino.

 

CN: ¿Cómo vivieron las comunidades que el equipo responsable internacional del Camino se desplazase hasta Kiev ?

P. Pupkowski: Debo admitir que esta visita de Kiko a Kiev ha sido un verdadero milagro. Cuando Kiko vio a los 5000 catecúmenos de Ucrania, Rusia, Georgia, Moldavia, Bielorrusia, Kazajistán, Lituania, Letonia y Polonia (a los que se les hizo una invitación aparte), realmente no podía ocultar su alegría. Estaba realmente feliz. Cuando lo miro, recuerdo a San Pablo, que también visitaba a las comunidades que fundó a través de la predicación del kerigma. El "Apóstol de los Pueblos" iba a esas comunidades para fortalecerlas en la fe, con el fin de darles ánimos para no tener miedo de dar su vida por la obra de Dios. Del mismo modo, Kiko vino a Kiev para predicar el kerygma, para anunciar el amor que el Padre mostró en Jesucristo crucificado y Resucitado.

Dios ha querido salvar a todos los hombres precisamente a través de la necedad de la predicación del kerygma, y por eso esta visita ha sido tan importante.

Algunos hermanos estaban profundamente 'tocados' por haber podido ver y escuchar por primera vez al iniciador del Camino. Muchas personas vieron las grandes obras que el Señor puede hacer a través de la conversión de una persona.

 

CN: En este encuentro participaron representantes de comunidades de la antigua Unión Soviética...

P. Pupkowski: Para mí esta reunión fue un 'cenáculo' en el que diferentes naciones e idiomas recibieron el mismo Espíritu y el don de la unidad. Estos países han estado bajo el gobierno totalitario durante muchas décadas. Por lo tanto, muchas generaciones de personas tienen sed de la Buena Noticia. Sobre esto dijo unas pocas palabras el P. Mario. Llegó por primera vez a Kiev en 1984. Entonces se reunió con el párroco de la iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz, el P. Jan Krapan, donde ofreció las primeras catequesis para unas cuantas personas en una pequeña capilla. El P. Mario visitó también Zhytomyr, donde tuvo una reunión con el P. Jan Purwinski, que en aquél momento era el párroco de la parroquia de Santa Sofía, y poco después el primer obispo de la diócesis de Kiev-Zhytomyr.

En el encuentro, el P. Mario estaba conmovido porque Dios le permitió celebrar el 50a aniversario de su ordenación sacerdotal en Ucrania, al cumplirse también 35 años de su misión en Kiev.

 

CN: ¿Qué le llamó la atención de manera especial de este encuentro?

P. Pupkowski: Siempre hay muchos momentos conmovedores. Sin embargo, la llamada vocacional es particularmente emocionante. Cuando Kiko preguntó quién de los jóvenes quería entregar su vida a Cristo como sacerdote, o en la vida consagrada, en ese momento, 120 jóvenes fueron hacia el obispo a recibir la bendición. Después de ellos, 40 familias jóvenes expresaron su disposición a entregar sus vidas a la misión ahí donde Dios los envíe. Jesucristo, liberándolos del temor a la muerte, les da la apertura a la llamada de Dios. Estas cosas sobrecogen, puesto que son testimonios visibles del hecho de que Jesucristo vive y obra hoy en su Iglesia.

 

CN: Carmen Hernández, co-iniciadora del Camino junto a Kiko, murió hace casi tres años. ¿Cómo fue recordada en este encuentro en Kiev?

P. Pupkowski: Creemos en la comunión de los santos, por eso esperamos que Carmen haya estado con nosotros en este encuentro. Carmen, su historia, su experiencia de la cruz, así como su profunda teología, son verdaderamente un gran tesoro para la Iglesia. Ella llamó la atención de la Iglesia al 'genio femenino. Ascensión tuvo la oportunidad de leer algunos de sus pensamientos, entre ellos sobre la mujer. Carmen siempre decía que la mujer es "la fábrica de la vida". Es por eso que las mujeres corren y anuncian a los apóstoles la resurrección, porque la naturaleza misma de la mujer no puede estar de acuerdo con el hecho de que todo termina con la muerte. Una mujer que lleva una vida en su vientre no puede estar de acuerdo en que la muerte pone fin a todo, por lo tanto, intuitivamente siente y experimenta la resurrección ya en su persona.

 

CN: El año pasado, el Camino Neocatecumenal celebró el jubileo de oro: los 50 años de la llegada del Camino a Roma. ¿De qué frutos podemos hablar hoy?

P. Pupkowski: Es muy difícil expresar en pocas palabras los frutos de los 50 años del Camino. En primer lugar, la infinidad de conversiones, miles de personas que han escuchado la palabra de la Buena Noticia y han respondido a este anuncio con la fe. Son miles de matrimonios salvados, familias unidas de nuevo, vidas salvadas del suicidio, apertura heróica a la vida y numerosas llamadas al presbiterado y a la vida monástica. En fin, hoy hay aproximadamente un millón de hermanos y hermanas que han experimentado un gran amor de Dios en su vida, el amor en la dimensión de la cruz. Son unas 40 mil comunidades en 900 diócesis en 135 países del mundo. Más de 120 seminarios misioneros diocesanos Redemptoris Mater, en los cuales se han ordenado cerca de 3.000 presbiteros, algunos de ellos sirven como obispos. Hay cientos de familias en misión y misiones ad gentes, y también mas de 5.000 chicas, que han entrado en conventos contemplativos que se estaban muriendo, sobre todo de Europa Occidental, para hacer renacer en ellos la vida monástica.

Durante esta solemne celebración, el Papa Francisco nos dijo: `¡Queridísimos hermanos! Vuestro carisma es un gran don de Dios para la Iglesia de nuestros tiempos. ¡Demos gracias al Señor por estos cincuenta años! Y, viendo su lealtad paterna, nunca perdáis la esperanza'.

Por lo tanto, es imposible expresar con palabras los milagros que Dios ha hecho con nosotros. Solo podemos repetir con la Humilde de Nazaret: 'Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador'.

Camino Neocatecumenal

 

 

 

27/05/2019-15:37
Larissa 1. López

Francisco: El desarrollo integral, "antídoto contra la cultura del descarte"

(ZENIT – 27 mayo 2019).- El Santo Padre considera que la visión del hombre no puede reducirse a un solo aspecto y que “el servicio de la caridad debe elegir la lógica del desarrollo integral como antídoto contra la cultura del descarte y de la indiferencia”.

En la mañana de hoy, 27 de mayo de 2019, el Papa Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en la XXI Asamblea General de Caritas Internationalis que se celebra en Roma desde el 23 de mayo hasta mañana 28.

Según Vatican News, el Obispo de Roma, en su discurso, se refirió al "momento significativo" que ha vivido esta organización, que no solo ha cumplido con lo establecido por sus estatutos, sino que también ha fortalecido sus lazos con el Sucesor de Pedro "por el vínculo especial que existe entre su organización y la Sede Apostólica".

Después, el Papa habló sobre tres aspectos fundamentales de la vida en Caritas: la caridad, el desarrollo integral y la comunión.

Francisco explicó el concepto de "caridad", que tiene su origen en "Dios mismo" y que "no es un acto estéril ni una simple ofrenda para silenciar nuestra conciencia". "La caridad es el abrazo de Dios de nuestro Padre a cada persona, especialmente a los más pequeños y a los que sufren, que ocupan un lugar preferencial en su corazón", matizó.

 

Desarrollo integral

Para el Pontífice, el desarrollo integral debe alcanzar a todas las personas, incluidos los pobres que se encuentran "en los suburbios más extremos y en los sótanos de la historia".

Con respecto a los menos favorecidos, el Papa subrayó que la peor discriminación que sufren es la falta de atención espiritual y que "la opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria".

 

Comunión

"Es la comunión en Cristo y en la Iglesia la que anima, acompaña y sostiene el servicio de la caridad, tanto en las propias comunidades como en las situaciones de emergencia en todo el mundo. De este modo, la diaconía de la caridad se convierte en un instrumento visible de comunión en la Iglesia", afirmó el Obispo de Roma.

Posteriormente, el Papa incitó a los presentes a vivir la caridad, el desarrollo integral y la comunión "con el estilo de la pobreza, la gratuidad y la humildad".

 

Caridad engañosa

El Obispo de Roma exhortó también los miembros de Caritas a "no caer en la tentación de vivir una caridad hipócrita o engañosa, una caridad identificada con la limosna, con la beneficencia, o como una píldora calmante para nuestras conciencias inquietas".

Por tanto, es importante "evitar asimilar el trabajo de la caridad con la eficacia filantrópica o con la eficiencia de la planificación o con una organización exagerada y efervescente".

 

La caridad no es negocio

Por último, tal y como publica Vatican News, el Papa aludió a aquellos que convierten la caridad en negocio: los que hablan de caridad "pero viven en el lujo o la disipación u organizan Foros sobre la Caridad desperdiciando tanto dinero innecesariamente. Duele mucho ver que algunos operadores de caridad se convierten en funcionarios y burócratas".

Por ello, Francisco aclaró nuevamente que la caridad es "el deseo de vivir con el corazón de Dios que no nos pide tener un amor genérico, afecto, solidaridad, etc. hacia los pobres, sino de encontrar a Él mismo en ellos con el estilo de la pobreza".

 

 

 

27/05/2019-14:12
Redacción

El arte chino de los Museos Vaticanos por primera vez en Pekín

(ZENIT- 27 mayo 2019).- Los Museos Vaticanos y el Museo del Palacio de Pekín, presentarán el martes, 28 de mayo, la inauguración de la exposición, Beauty Unites Us — Chinese Art from the Vatican Museums ("La belleza nos une; Arte chino de los Museos Vaticanos").

Así ha informado hoy, 27 de mayo de 2019, la Oficina de Prensa de los Museos Vaticanos en una nota de prensa.

La exposición, comisariada por el padre Nicola Mapelli, jefe del Departamento de Anima Mundi del Vaticano, y por Wang Yuegong, jefe del Departamento de Vida de Palacio y Ritual Imperial, permanecerá abierta al público del 28 de mayo al 14 de julio de 2019 en Pekín.

 

Primera exposición en China

Los Museos del Papa organizan por primera vez una exposición en China junto con la institución cultural más importantes del país. Esta colaboración representa un gesto concreto con un alto valor simbólico.

 

Mensaje cultural

La exposición pretende presentar el mensaje cultural de la colección china de arte del Departamento Anima Mundi de los Museos Vaticanos, que incluirá hasta setenta y seis obras de arte secular, budista y católico dentro de la Ciudad Prohibida, un magnífico complejo arquitectónico ubicado en el corazón del gran país asiático.

 

Las obras

De particular importancia es un grupo considereable de obras las obras realizadas por artistas chinos que testimonian el encuentro entre el cristianismo y las tradiciones artísticas de China.

Además, se exhibirán dos obras maestras extraordinarias y originales; Las pinturas al óleo de la Pinacoteca del Vaticano: El Descanso durante la Huida a Egipto (1570 —1573) de Barocci y Adán y Eva en el Paraíso Terrenal (finales del siglo XVIII) de Peter Wenzel.

 

Artistas católicos

La exposición también incluirá obras seleccionadas por el Museo del Palacio, que como gesto de amistad y generosidad quiso agregar obras famosas del artista católico Wu Li (1632-1718) y Giuseppe Castiglione, un jesuita de Milán conocido en China como Lang Shining (1688-1766).

 

 

 

27/05/2019-11:45
Larissa 1. López

El libro de Mary L. Hirschfeld, 4° Premio Internacional "Economía y Sociedad"

(ZENIT- 27 mayo 2019).- El libro de Mary L. Hirschfeld Aquinas and the Market. Toward a Humane Economy ("Aquino y el Mercado. Hacia una Economía Humana") ha ganado la 4a edición del Premio Internacional "Economía y Sociedad", patrocinado por la Fundación Centesimus Annus — Pro Pontífice, para la sección "Publicaciones de Doctrina Social".

Este año, el Premio se otorgará el miércoles 29 de mayo en presencia del Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, y del Presidente del jurado, el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munich y Frisinga.

Este galardón de 30.000 € se otorga cada dos años a una obra que destaca por su contribución original al estudio en profundidad y la implementación de la Doctrina Social de la Iglesia, de solidez doctrinal probada y de calidad excepcional y accesible al público en general.

 

Mary L. Hirschfeld

Mary L. Hirschfeld enseña Economía y Teología en la Universidad de Villanova (EE. UU.). Su libro ofrece un diálogo fascinante entre el mundo de la economía y el mundo de la fe. Sin refutar el valor de algunas intuiciones de los economistas contemporáneos, las incorpora a una visión más amplia de la vida humana, en particular a partir de la antropología de Tomás de Aquino. La economía no debe gobernar nuestra sociedad sino perseguir la felicidad del hombre. El bienestar material es, de hecho, un bien instrumental que adquiere sentido a través de su potencial para contribuir al florecimiento del espíritu humano.

 

Otras ediciones del premio

Habiendo otorgado anteriormente sus premios a un libro en español (JL Martínez, Ciudadanía, migraciones y religión), a uno en italiano (S. Zamagni, L'economia del bene commune), a uno en francés (P. De Lauzun, Finance, un regard chrétien) y a otro en alemán (M. Vogt, Prinzip Nachhaltigkeit), esta vez la Fundación se complace en otorgar su galardón a una publicación en inglés.

Se está trabajando en las traducciones al portugués e italiano del texto de Hirschfeld. Este año no se entregará el premio "Periodismo y redes sociales".

 

Fundación Centesimus Annus — Pro Pontifice

La ocasión histórica que dio origen a la idea de crear la Fundación Centesimus Annus —Pro Pontífice fue la Encíclica Centesimus Annus promulgada Juan Pablo II el 1 de mayo de 1991 con motivo del centenario de la Encíclica de León XIII Rerum novarum.

Un siglo más tarde, el Papa consideró apropiado tratar de forma adecuada el tema de la doctrina social cristiana, que coloca al hombre en el centro de toda actividad económica.

Se trata de una organización sin ánimo de lucro con fines religiosos y caritativos, cuyo objetivo específico es colaborar en el estudio y la difusión de la doctrina social del cristianismo.

 

 

 

27/05/2019-10:37
Larissa 1. López

Aborto: Problema humano, no religioso —Francisco a los participantes en la conferencia #YestoLife

(ZENIT — 27 mayo 2019).- Con respecto a la defensa de la vida, el Papa Francisco ha afirmado que el aborto no es una cuestión religiosa: "Es un problema humano. Dos frases solamente nos ayudarán a entender esto: dos preguntas. Primera pregunta: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿es permisible alquilar un sicario para resolver un problema? La respuesta es vuestra. Este es el punto. No buscar en lo religioso algo que concierne a lo humano. No es lícito. Jamás eliminar una vida humana o alquilar a un sicario para resolver un problema".

El sábado, 25 de mayo de 2019, el Santo Padre recibió en audiencia a los participantes en la conferencia internacional #YestoLife, celebrada del 23 al 25 de mayo de 2019 en el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma.

El encuentro, titulado "Cuidar el precioso don de la vida en situaciones de fragilidad", fue promovido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en colaboración con la fundación II cuore in una goccia — Onlus y con el apoyo de Caballeros de Colón.

 

Proteger la vida por nacer

El Santo Padre habló sobre la importancia de tener en cuenta la necesidad de proteger la vida de los bebés por nacer, incluso cuando son diagnosticados patologías o malformaciones.

"Los niños, desde el seno de su madre, si tienen afecciones patológicas, son pequeños pacientes, que a menudo pueden ser tratados con intervenciones farmacológicas, quirúrgicas y asistenciales extraordinaria, capaces de reducir esa terrible brecha entre las posibilidades diagnósticas y terapéuticas, que durante años han sido una de las causas del aborto voluntario y del abandono de asistencia en el nacimiento de tantos niños con patologías graves", explicó el Pontífice.

Al mismo tiempo, el Papa subrayó que: "Las terapias fetales, por un lado, y los Hospicios perinatales, por otro, obtienen resultados sorprendentes en términos de asistencia clínica y brindan un apoyo esencial a las familias que acogen el nacimiento de un niño enfermo".

 

"Redes de amor"

El miedo y la hostilidad hacia la discapacidad, explicó el Obispo de Roma, llevan en ocasiones a optar por el aborto como medida de "prevención". "El aborto nunca es la respuesta que buscan las mujeres y las familias. Más bien, es el miedo a la enfermedad y la soledad lo que hace que los padres vacilen".

Francisco reconoció que las dificultades prácticas, humanas y espirituales para las familias son incuestionables, y, por ello, es urgente y esencial promover acciones pastorales que apoyen a aquellos que tendrán hijos enfermos: "Es decir, es necesario crear espacios, lugares y 'redes de amor' a los que las parejas puedan recurrir, así como dedicar tiempo a acompañar a estas familias".

Finalmente, el Papa agradeció a los participantes en #YestoLife por trabajar especialmente para conseguir dichas acciones pastorales y espacios de ayuda a las familias.

Publicamos a continuación el discurso completo del Papa Francisco.

***

 

Discurso del Santo Padre

Buenos días y bienvenidos:

Saludo al cardenal Farrell y le agradezco sus palabras de presentación. Saludo a los participantes en la conferencia internacional "Yes to Life!" Cuidar el precioso don de la vida en situaciones de fragilidad", organizada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y por la Fundación" II cuore in una goccia ", una de las realidades que trabajan todos los días en el mundo para acoger a los niños que nacerían en condiciones de extrema fragilidad. Niños que, en algunos casos, la cultura del descarte define "incompatibles con la vida" y así condenados a muerte.

Pero ningún ser humano puede ser incompatible con la vida, ni por su edad, ni por su salud, ni por la calidad de su existencia. Todo niño que se anuncia en el seno de una mujer es un don que cambia la historia de una familia: de un padre y una madre, de los abuelos y de los hermanos. Y este niño necesita ser acogido, amado y cuidado. ¡Siempre! También cuando lloran, así [aplausos]. Quizás alguien piense: "Pero, hace ruido... vamos a llevárnoslo". No: esta es la música que todos tenemos que escuchar. Y diré que escuchó el aplauso y se dio cuenta de que eran para él. Siempre debemos escuchar, incluso cuando el niño nos molesta un poco; incluso en la iglesia: ¡que los niños lloren en la iglesia! Alaban a Dios. Nunca, nunca ahuyenten a un niño porque llora. Gracias por el testimonio.

Cuando una mujer descubre que está esperando un hijo, una sensación de profundo misterio se mueve inmediatamente en ella. Las mujeres que son madres lo saben. La conciencia de una presencia, que crece dentro de ella, impregna todo su ser, por lo que ya no es solo una mujer, sino una madre. Entre ella y el niño se establece de inmediato un intenso diálogo cruzado, que la ciencia llama cross-talk. Una relación real e intensa entre dos seres humanos, que se comunican entre sí desde los primeros momentos de la concepción para favorecer la adaptación mutua a medida que el niño crece y se desarrolla. Esta capacidad comunicativa no es solo de la mujer, sino sobre todo del niño, que en su individualidad envía mensajes para revelar su presencia y sus necesidades a la madre. Así es como este nuevo ser humano se convierte inmediatamente en hijo, moviendo a la mujer con todo su ser a tender hacia él.

Hoy en día, las técnicas modernas de diagnóstico prenatal pueden descubrir desde las primeras semanas la presencia de malformaciones y patologías, que a veces pueden poner en grave peligro la vida del niño y la serenidad de la mujer. La mera sospecha de la patología, pero aún más la certeza de la enfermedad, cambian la experiencia del embarazo, causando un desconsuelo profundo en las mujeres y las parejas. El sentimiento de soledad, de impotencia y el miedo al sufrimiento del niño y de toda la familia brotan como un grito silencioso, una llamada de ayuda en la oscuridad de una enfermedad, de la cual nadie puede predecir el resultado seguro. Porque la evolución de cada enfermedad es siempre subjetiva e incluso los médicos a menudo no saben cómo se manifestará en cada individuo.

Y, sin embargo, hay una cosa que la medicina sabe bien: los niños, desde el seno de su madre, si tienen afecciones patológicas, son pequeños pacientes , que a menudo pueden ser tratados con intervenciones farmacológicas, quirúrgicas y asistenciales extraordinaria, capaces de reducir esa terrible brecha entre las posibilidades diagnósticas y terapéuticas, que durante años han sido una de las causas del aborto voluntario y del abandono de asistencia en el nacimiento de tantos niños con patologías graves. Las terapias fetales, por un lado, y los Hospicios perinatales, por otro, obtienen resultados sorprendentes en términos de asistencia clínica y brindan un apoyo esencial a las familias que acogen el nacimiento de un niño enfermo.

Estas posibilidades y conocimientos deben ponerse a disposición de todos para difundir un enfoque científico y pastoral  de acompañamiento competente. Por eso, es indispensable que los médicos tengan muy claro no solo el objetivo de la curación, sino también el valor sagrado de la vida humana, cuya protección sigue siendo el objetivo final de la práctica médica. La profesión médica es una misión, una vocación a la vida, y es importante que los médicos sean conscientes de que ellos mismos son un don para las familias que se les confían: médicos capaces de entablar una relación, de hacerse cargo de la vida de otros, proactivo frente al dolor, capaces de tranquilizar, de esforzarse por encontrar soluciones que respeten siempre la dignidad de cada vida humana.

En este sentido, el confort care perinatal es una modalidad de tratamiento que humaniza la medicina, porque lleva a una relación responsable con el niño enfermo, que está acompañado por los operadores y su familia en un recorrido de atención integrada, que nunca lo abandona, haciéndole sentir  calor humano y  amor.

Todo esto resulta necesario, especialmente con respecto a aquellos niños que, en el estado actual del conocimiento científico, están destinados a morir inmediatamente después del parto, o a una corta distancia de tiempo. En estos casos, el tratamiento podría parecer un uso innecesario de recursos y más sufrimiento para los padres. Pero una mirada atenta sabe cómo captar el significado auténtico de este esfuerzo, encaminado a llevar a su cumplimiento el amor de una familia. En efecto, cuidar a estos niños ayuda a los padres a elaborar el luto  y concebirlo no solo como una pérdida, sino como una etapa en un camino juntos. Ese niño se quedará en su vida para siempre. Y habrán podido amarlo. Muchas veces, esas pocas horas en que una madre puede arrullar a su hijo dejan un rastro en el corazón de esa mujer, que nunca olvida. Y ella se siente – dejadme decir la palabra – realizada. Se siente mamá.

Desafortunadamente, la cultura hoy dominante no promueve este enfoque: a nivel social, el miedo y la hostilidad hacia la discapacidad a menudo llevan a la elección del aborto, configurándolo como una práctica de “prevención”. Pero la enseñanza de la Iglesia sobre este punto es clara: la vida humana es sagrada e inviolable y el uso del diagnóstico prenatal con fines selectivos debe ser desalentado, porque es la expresión de una mentalidad eugénica inhumana, que sustrae a las familias  la posibilidad de aceptar, abrazar y amar a sus hijos más débiles. A veces escuchamos: “Vosotros los católicos no aceptáis el aborto, es el problema de vuestra fe”. No: es un problema pre-religioso. La fe no tiene nada que ver. Viene después, pero no tiene nada que ver: es un problema humano. Es un problema pre-religioso. No cargamos a la fe  con algo que no le pertenece desde el principio. Es un problema humano. Dos frases solamente nos ayudarán a entender esto: dos preguntas. Primera pregunta: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿es permisible alquilar un sicario para resolver un problema? La respuesta es vuestra. Este es el punto. No buscar en lo religioso  algo que concierne a lo humano. No es lícito. Jamás eliminar una vida humana o alquilar a un sicario para resolver un problema.

El aborto nunca es la respuesta que buscan las mujeres y las familias. Más bien, es el miedo a la enfermedad y la soledad lo que hace que los padres vacilen. Las dificultades prácticas, humanas y espirituales son innegables, pero precisamente por esta razón son urgentes y necesarias acciones pastorales más incisivas para sostener a los que tendrán hijos enfermos. Es decir, es necesario crear espacios, lugares y “redes de amor” a los que las parejas puedan recurrir, así como dedicar tiempo a acompañar a estas familias. Me  acuerdo de  una historia que supe en mi otra diócesis. Había una niña Down  de 15 años que se quedó embarazada y sus padres fueron al juez para pedirle permiso para abortar. El juez, un hombre justo en serio, lo estudió y dijo: “Quiero interrogar a la niña”. “Pero es Down, no entiende…” “No, no, que venga”. La niña de 15 años fue, se sentó allí, comenzó a hablar con el juez y él le dijo: “¿Sabes lo qué te pasa?” “Sí, estoy enferma…” “Ah, y¿ cómo es tu enfermedad? “” Me dijeron que tengo un animal adentro que se come mi estómago, y para eso tienen que hacer una operación “” No… no tienes un gusano que se come tu estómago. ¿Sabes lo que tienes ahí? ¡Un niño! “Y la niña Down dijo:” ¡Oh, qué bien! “. Así, pues, el juez no autorizó el aborto. La madre  lo quiere.  Pasan los años. Nació una niña. Estudió, creció, se hizo abogado. Esa niña, desde que supo su historia porque se la contaron,  siempre que era su cumpleaños llamaba al juez para darle las gracias por el don de su nacimiento. Las cosas de la vida. El juez murió y ella ahora se ha convertido en  promotora de justicia. ¡Pero mira qué bonito! El aborto nunca es la respuesta que buscan las mujeres y las familias.

Gracias, por lo tanto, a todos vosotros que trabajáis para este fin. Y gracias, en particular, a vosotros, familias, madres y padres, que habéis acogido la vida frágil – hay que subrayar la palabra frágil- porque las madres y también las mujeres, son especialistas de fragilidad: acoger la vida frágil y que ahora sostenéis y ayudáis  a otras familias. Vuestro testimonio de amor es un don para el mundo. Os bendigo y os llevo en mi oración. Y os pido  por favor que recéis por mí. Gracias

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

27/05/2019-09:43
Larissa 1. López

Mons. Hubertus Matheus Maria van Hegen, nombrado Observador Permanente ante la ONU

(ZENIT — 27 mayo 2019).- El Papa Francisco ha nombrado Observador Permanente ante las Organizaciones de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y los Asentamientos Humanos (PNUMA, ONU-Hábitat), a Monseñor Hubertus Matheus Maria van Megen.

Así lo informó el sábado, 25 de mayo de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Monseñor van Megen

Monseñor Hubertus Matheus Maria van Megen es Arzobispo titular de Novaliciana, nuncio apostólico en Kenia y Sudán del Sur.

Nacido el 4 de octubre de 1961 en la ciudad de Eygelshoven en los Países Bajos, el Arzobispo Van Megen fue ordenado sacerdote el 13 de junio de 1987, después de haber completado sus estudios en el seminario diocesano de Rolduc.

Tras su ordenación, estuvo destinado en las parroquias de Nieuweinde y Schaesberg en la Diócesis de Roermond y más tarde ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede, donde posteriormente trabajó en nunciaturas de Eritrea-Sudán, Brasil, Eslovaquia, Israel y Malawi.

 

 

 

27/05/2019-10:29
Rosa Die Alcolea

Athletica Vaticana participará en los Juegos de los Pequeños Estados de Europa

(ZENIT — 27 mayo 2019).- El equipo de Athletica Vaticana, la primera sociedad deportiva del Vaticano, estará presente en la 18a edición de los Juegos de los Pequeños Estados de Europa que tendrá lugar en la República de Montenegro del 27 de mayo al 1 de junio.

Athletica Vaticana estará presente en los Juegos de los Pequeños Estados de Europa con el estatus de "observador, para proceder con la membresía plena en la próxima edición, en dos años, de acuerdo con las normas internacionales.

Desde el punto de vista de este deporte, esta "primera vez" es un hecho histórico, que sigue el acuerdo bilateral firmado con el Comité Olímpico Nacional Italiano en septiembre de 2018.

 

Juegos de los Pequeños Estados de Europa

Los Juegos de los Pequeños Estados de Europa son un evento multideportivo bienal, puesto en marcha por la República de San Marino, organizados por y con el Comité Olímpico Nacional de nueve pequeños estados: Andorra, Chipre, Islandia, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Montenegro y San Marino.

El equipo del Vaticano ha sido invitado por el Comité Olímpico Europeo y el Comité Olímpico de la República de Montenegro, con la colaboración de la Embajada de la República de Montenegro ante la Santa Sede.

Athletica Vaticana es la primera asociación deportiva formada en el Vaticano. Está formada por más de 60 atletas de 18 nacionalidades y de ella forman parte guardias suizos, monjas, periodistas, gendarmes tipógrafos, carpinteros y funcionarios de los diversos dicasterios de la Santa Sede, entre los cuales los Museos Vaticanos y las Villas Pontificias. Asimismo, la agrupación cuenta con un equipo paralímpico.

Como representante de la Santa Sede, pretende testimoniar y promover la solidaridad y la espiritualidad a través de la carrera, la solidaridad y la espiritualidad.

 

Mini olimpiada

Patrocinados por el Comité Olímpico Internacional, los Juegos de los Pequeños Estados de Europa son una verdadera "mini olimpiada" (además del atletismo, están programados otros nueve deportes) en la que participan países europeos con menos de un millón de habitantes.

"Es un primer paso simbólico hacia una participación plena de los atletas del Vaticano en las competiciones internacionales a las que llevarán un mensaje concreto de amistad, fraternidad y lealtad para revivir los valores más auténticos del deporte", ha explicado el presidente, monseñor Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Consejo Pontificio para la Cultura, al que la Secretaría de Estado ha encomendado la Asociación.

Después de Montenegro, Athletica Vaticana tiene la intención de avanzar a pequeños pasos a nivel internacional: en primer lugar, perfeccionar las afiliaciones a laaf y EAF, las Federaciones Internacional y Europea de Atletismo.

 

Juegos Mediterráneos en 2021

En particular "para Athletica Vaticana, que no ha nacido solo para correr, sino también y sobre todo para crear con la espiritualidad puentes solidarios y culturales entre los pueblos, el objetivo es favorecer las competiciones de alto valor simbólico, como los Juegos Mediterráneos, que en el 2021 tendrá lugar en Orán, en Argelia —prosigue Mons. Sánchez de Toca— Además, el obispo de esa ciudad, monseñor Jean-Paul Vesco, es un excelente corredor de maratón y ya está registrado en nuestro equipo ".

Respecto a una posible participación en los Juegos Olímpicos, el presidente de Athletica Vaticana es optimista: "¿Por qué no? Nuestra representación de atletismo —rey de todos los deportes— quiere testimoniar los valores cristianos a tantas personas como sea posible. Y, por lo tanto, el contexto olímpico universal, que combina la vocación natural "católica" de la Santa Sede, es ideal.

 

Juegos Olímpicos de Tokio

"¡Pero esto no significa, sin embargo, que habrá atletas del Vaticano en Tokio!" —indica Mons. Sánchez de Toca—, donde tendrán lugar los Juegos Olímpicos entre el 24 de julio al 9 de agosto de 2020.

Habrá un observador, como en el caso de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Corea, que participará en el trabajo del Comité Olímpico Internacional con el que la Santa Sede tiene en curso la redacción de un acuerdo verdadero y propio. Pero en París 2024 o en Los Ángeles 2028 podríamos hacer proyectos más concretos, siempre con un itinerario común junto con el COI.

 

Debut en Alemania

El debut de Athletica Vaticana tuvo lugar en Alemania, los pasados 11 y 12 de mayo, en Wittenberg, la ciudad de Martin Lutero, donde los atletas vaticanos subieron al podio en la carrera de diez kilómetros, colocándose en el primero, segundo, cuarto y quinto puesto.

 

Maratón interreligioso en Roma

Uno de los próximos proyectos es el maratón interreligioso que se correrá el próximo 22 de septiembre en Roma, a lo largo de un recorrido que partiendo de la basílica de San Pedro, pasará por diversos lugares de culto de Roma: sinagoga, mezquita, iglesias ortodoxas y valdenses y templo budista.

Y "también en colaboración con los Maratones de Nueva York y Florencia, continuaremos organizando la Misa del corredor de Maratón en la víspera de estos grandes eventos, rezando juntos la 'Oración del corredor de maratón' que compusimos y traducimos a 37 idiomas". Pero, sobre todo, concluye el presidente de Athletica Vaticana , "llevaremos adelante muchas iniciativas culturales y conjuntas grandes y pequeñas, con especial atención a los problemas de discapacidad y los más pobres, junto con otros equipos y todos aquellos que quieran experimentar el deporte como una experiencia concreta de paz y esperanza".

 

 

 

27/05/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Luigi Biraghi, 28 de mayo

«Gran pedagogo, pacificador y fundador de las Hermanas Marcelinas. Un excepcional formador del clero que vivía convencido de que la santidad de un sacerdote atraería incontables conversiones. Gozó de la confianza de Pío IX»

Nació en Vignate, Milán, Italia, el 2 de noviembre de 1801. Era el quinto de ocho hermanos de una familia de agricultores. Cuando tenía 3 años se trasladaron a Cernusco sul Naviglio donde los suyos ampliaron su patrimonio. Su padre fue alcalde de esta localidad. A la edad de 12 años, Luigi ingresó como interno en el colegio Cavalleri, de Parabiago y bajo la guía del rector del mismo, el párroco Agostino Peregalli, maduró su vocación al sacerdocio. En su corta vida, y aunque había compartido con los de su edad los afanes propios de la misma teniendo como núcleo capital los juegos, se había dado cuenta de que su mejor amigo era Jesús. Y decidió seguirle de cerca consagrándose a Él.

Estudió en los seminarios de Castello sopra Lecco, Monza y Milán. Como informan las actas era «muy capaz y diligente en todo». En 1815 perdió a sus dos hermanos mayores y su padre fue involucrado en un importante fraude que se detectó en el municipio que presidía. Luigi se aferró a la divina Providencia, como hizo siempre. Era diácono y profesor del seminario menor y tras recibir el sacramento del orden en la catedral de Milán el 28 de mayo de 1825, fue designado vicerrector y profesor de griego en el seminario de Monza. Ejerció la docencia durante ocho años.

En 1833 fue nombrado director espiritual del seminario mayor de Milán, misión que ocupó una década de su vida sellada por la caridad, obediencia y fidelidad eclesial. Alentando a los seminaristas a crecer en la virtud les instaba a dejar su corazón abierto a la voz divina. Lo esencial era amar a Cristo sobre todas las cosas. Así serían fieles a su vocación. Tenía claro que cuanto más santo fuese un sacerdote, más efectivas serían sus súplicas por el pueblo que le hubieran encomendado. La lucha sería efectiva: «con el atractivo de la caridad, con la belleza de la verdad, con la santidad del ejemplo».

Concibió un magnífico itinerario formativo que fue dado a conocer a todo el clero por indicación del cardenal arzobispo Gaisruck. Al tiempo que formaba a los seminaristas, predicaba y se ocupaba de acompañar espiritualmente a los laicos.

En 1837 la Virgen le inspiró la fundación de las Hermanas Marcelinas, que nacieron en 1838 en Cernusco sul Naviglio contando con Marina Videmari. Su objetivo era actuar espiritualmente en la sociedad a través de la formación integral de las jóvenes, futuras madres de familia que podrían construir su hogar sobre pilares cristianos. A la par que defendía la dignidad de la mujer en una sociedad que la minusvaloraba, subrayaba su valía frente a quienes la relegaban a la maternidad exclusivamente. Había elegido el nombre de Marcelina para su obra como homenaje a la santa del mismo nombre que logró educar a sus hermanos menores, igualmente santos: Sátiro y Ambrosio.

Instituir esta congregación fue una decisión orada en soledad y en silencio, presuponiendo el alto costo que iba pagar con ello. Tanto es así, que estuvo al borde de desistir de su empeño. Sintió «repugnancia, pereza», y el peso de la incertidumbre. Entonces acudió a la Virgen de los Dolores y tuvo la certeza de que contaba con su bendición. Con este sentimiento había nacido la obra. Luigi colaboró en la fundación del periódico milanés L'Amico cattolico de acuerdo con el arzobispo Gaisruck y fue redactor del mismo durante unos años. En 1841 abrió un nuevo colegio en Vimercate al que seguirían otros en distintos lugares y países de Europa y América. Al año siguiente, debido a sus problemas de salud, pidió ser relegado de su misión en el seminario, pero no logró su propósito; le mantuvieron en su puesto. Cuando en 1843 se propuso secundar a Luigi Speroni en la fundación de un instituto de sacerdotes misioneros, el arzobispo no dio su visto bueno y aceptó su disposición con obediencia y mansedumbre.

En 1850 el conflicto austro-húngaro propició su destitución en la labor que realizaba en el seminario. Los austriacos determinaron separarle de los seminaristas de Milán. Fue una especie de represalia porque él les había instado de antemano a orar por los enemigos y a huir de cualquier forma de violencia. Era un pacificador que defendía a ultranza la concordia y respeto entre los seres humanos, considerando que ello revertía en un futuro mejor. Pero la acusación de haber participado durante la insurrección de los cinco días que había tenido lugar en 1848 pesó en su contra. Entonces él se había presentado ante el conde Gabrio Casati en nombre del arzobispo con objeto de preservar los derechos de la Iglesia en aspectos cruciales como la educación, la libertad, la designación de prelados... Y en 1853 tuvo que comparecer en un juicio que tuvo lugar en Viena. Con todo, en 1854 se afincó en Milán. Al año siguiente obtuvo el doctorado y después sucesivamente sería nombrado viceprefecto de la Biblioteca Ambrosiana y canónigo honorario de la basílica de San Ambrosio.

Gozaba de la confianza del papa Pío IX, quien en 1862 le invitó a predicar al clero milanés con la difícil tarea de conciliar corrientes opuestas en un intrincado momento histórico que se dividía entre los que perseguían la unidad nacional del país y los partidarios del poder temporal pontificio. Ello le acarreó juicios desfavorables y diversos ataques que soportó con humildad y serenidad. Estos contratiempos no le impidieron dedicarse a su fundación y a la dirección espiritual de quienes lo solicitaban, así como al estudio y la escritura. Por cualquiera de estas vías transmitió su profunda vida interior durante un cuarto de siglo. Poseedor de una vasta cultura, fue un especialista en patrología y arqueología. Fruto de sus investigaciones se descubrió la urna que contenía las reliquias de san Ambrosio en el transcurso de la restauración de la basílica del mismo nombre, junto a la de los santos Gervasio y Protasio. Ello hizo que en 1873 Pío IX le concediera el título de prelado doméstico de Su Santidad. Murió en Milán el 11 de agosto de 1879. Benedicto XVI lo beatificó el 30 de abril de 2006.