Servicio diario - 02 de septiembre de 2019


 

Video mensaje de Francisco al pueblo de Madagascar: “Llegaré a confirmarlos en la fe”
Larissa I. López

Practicar la “oncología de la misericordia” – Discurso del Santo Padre
Larissa I. López

Video del Papa: Rezar para trabajar juntos en la protección de los mares y océanos
Larissa I. López

Proteger la “red de la vida de la que formamos parte” – Mensaje del Papa Francisco
Larissa I. López

Perú: Líderes latinoamericanos participan en un seminario internacional de formación política
Esther Nuñez Balbín

Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana: Sin el Espíritu Santo “no hay sinodalidad”
Larissa I. López

Mons. Viganò, nombrado vicecanciller de la Academia de las Ciencias y de la de Ciencias Sociales
Larissa I. López

El Papa nombra al observador permanente ante la Organización de los Estados Americanos
Larissa I. López

San Gregorio I Magno, 3 de septiembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

02/09/2019-10:48
Larissa I. López

Video mensaje de Francisco al pueblo de Madagascar: "Llegaré a confirmarlos en la fe"

(ZENIT — 2 septiembre 2019).- "Llegaré a confirmarlos en la fe y al mismo tiempo me alimentaré de ella". Con estas palabras se dirigió el Papa Francisco al pueblo de Madgascar, ayer, 1 de septiembre de 2019, 5 días antes de su viaje a este país, que tendrá lugar del 6 al 8 de septiembre.

Se trata de una visita pontificia al continente africano, que incluye también a Mozambique e Isla Mauricio como destinos y que comienza el próximo miércoles 4 de septiembre y finaliza el 10 del mismo mes.

En el video mensaje, Francisco se muestra agradecido a los malgaches (personas de Madagascar) por el trabajo realizado y el que están haciendo para preparar su visita y, sobre todo, por "vuestra oración, tanto personal como familiar y en las comunidades parroquiales, así como en los hospitales y en las cárceles".

"La oración no conoce límites y, cuando llegue a Madagascar, aunque solo podré visitar algunos lugares, a través de la oración, llegaré a todos, y para todos pido la bendición de Dios", continúa el Santo Padre.

Finalmente, el Pontífice recuerda que Madagascar es famoso por sus bellezas naturales, y, ante ello decimos "¡Alabado sea! (¡Laudato sí!)" y presentamos el deber de cuidarlas "con atención". No obstante, también subraya que "hay otra belleza que está aún más en el corazón de Cristo y del Papa: la de su pueblo, es decir, ¡su santidad!".

 

Logo y lema de la visita a Madagascar

En el logo de la visita apostólica a Madagascar está representada la nación por la palma de la mano del "Papa viajero", la planta "ravinala", y el árbol baobab, simbolizando una tierra de misioneros discípulos y testigos de la fe en Jesucristo hasta el martirio, de los cuales se señala a los santos en el logotipo.

"Sembrador de paz y esperanza" es el lema del viaje del Santo Padre a Madagascar. "Paz y esperanza", hitos para que los malgaches sean los arquitectos de un país basado en el desarrollo auténtico y el bienestar espiritual y social, indican los organizadores.

 

Programa del Papa

Según indica el programa previsto para el viaje, el Papa llega a Antananarivo, Madagascar, el viernes 6 de septiembre por la tarde. Al día siguiente, sábado 7, asistirá a una Hora Media en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas y a un encuentro con los obispos del país. Del mismo modo, visitará la tumba de la beata Victoire Rasoamanarivo y también disfrutará de una vigilia con los jóvenes.

El domingo 8, celebrará la Eucaristía el Campo Diocesano de Soamandrakizay. Más tarde se trasladará a la Ciudad de la Amistad de Akamasoa y después encabezará una oración por los trabajadores en la cantera de Mahatazana. Finalmente, tendrá lugar el encuentro con sacerdotes, consagrados, religiosos/as y seminaristas.

 

 

 

02/09/2019-13:10
Larissa I. López

Practicar la "oncología de la misericordia" —Discurso del Santo Padre

(ZENIT – 2 septiembre 2019).-“La oncología de precisión, que promovéis, también se convierte en una oncología de misericordia, porque el esfuerzo por personalizar la atención revela el interés no solo por la enfermedad, sino por el paciente y sus características, por la forma en que reacciona a la medicamentos, a las informaciones más dolorosas, al sufrimiento”.

Con estas palabras, el Papa Francisco se ha dirigido hoy, 2 de septiembre de 2019, a los miembros de la Asociación Italiana de Oncología Médica (AIOM), médicos y pacientes, a quienes ha recibido en audiencia.

En su discurso, en primer lugar, el Papa Francisco reconoció la "función inapreciable" que esta asociación desarrolla ,desde 1973 ,"en el sector de la salud, fomentando la investigación y la prevención, esforzándose por mejorar los diagnósticos y tratamientos, y desarrollando numerosas iniciativas de actualización y formación para los médicos y los otros trabajadores del sector de oncología".

 

Estilo solidario y fraterno

Igualmente, el Obispo de Roma destacó cómo en los estatutos de la organización se comprometen a "favorecer relaciones" y a "establecer relaciones científicas y de colaboración" dentro del mundo académico y sanitario, algo esencial para la "construcción del bien común" en un mundo conflictivo como en el que vivimos.

"La elección consciente, y a menudo fatigosa, de un estilo que acomune en lugar de dividir está representada, a lo largo de la vida del AIOM, por el cuidado de la relación con el paciente, y hoy se manifiesta precisamente con la presencia entre vosotros de algunos de ellos. La elección de participar juntos en esta reunión, sentados uno al lado del otro, representa un mensaje fuerte y un signo elocuente no solo para el mundo de la salud, sino para toda la sociedad, llamada a renovarse en un estilo solidario y fraterno", añadió.

 

Tecnología al servicio de las personas

Por otra parte, el Papa recordó que la tecnología está al servicio de las personas y que no cumple esta función “cuando distingue entre el que todavía es acreedor de cuidados y el que no, porque se le considera solamente una carga – y a veces un descarte-“.

Así, describió que prácticas como la eutanasia, aunque legalizadas en algunos países , “se basan en una visión utilitaria de la persona, que se vuelve inútil o puede equipararse a un costo, si desde el punto de vista médico no tiene esperanza de mejorar o ya no puede evitar el dolor”. En contraposición a esta realidad, propuso el compromiso de acompañar al paciente y a sus allegados durante todas las etapas de las dolencias, ofreciendo cuidados paliativos y un ambiente familiar en los hospicios.

Además, frente a una sociedad parecida a un “vaso de Pandora” en la que “todo se sabe, todo se explica, todo se resuelve”, pero en la que ha quedado escondida la esperanza, el Papa les animó a buscarla, a traducirla y a aportarla en “los casos más límites”.

 

Seguir el ejemplo de Jesús

El Pontífice también  invitó a los asistentes a tener presente, en el compromiso con los enfermos, con la sanidad y con la sociedad, el ejemplo de Jesús, “el maestro más grande de humanidad” para que “vuestros gestos se inspiren en Él y lo hagáis vuestro compañero de camino”.

“Su figura, cuya contemplación nunca se agota, tan grande es la luz que emana de ella, inspire a los enfermos y les ayude a encontrar la fuerza para no interrumpir los lazos de amor, a ofrecer el sufrimiento por los hermanos, a mantener la amistad con Dios. Que inspire a los médicos -Él que de alguna manera dijo que era un colega vuestro, como un médico enviado por el Padre para sanar a la humanidad-, a buscar siempre el bien de los demás, a entregarse generosamente, a luchar por un mundo más solidario. Que inspire a todos a acercarse a los que sufren”, agregó.

A continuación se expone el discurso completo del Papa Francisco.

***

 

Discurso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Dirijo mi cordial saludo a todos vosotros: al presidente, a quien agradezco sus palabras, a los médicos y pacientes presentes en este encuentro, y a todos los socios.
Desde 1973, la Asociación Italiana de Oncología Médica desempeña una función inapreciable en el sector de la salud, fomentando la investigación y la prevención, esforzándose por mejorar los diagnósticos y tratamientos, y desarrollando numerosas iniciativas de actualización y formación para los médicos y los otros trabajadores del sector de oncología. Vuestro estatuto ilustra los objetivos de la Asociación que, sin fines de lucro, se propone “promover el progreso en el campo clínico, experimental y del bienestar social” (art. 2), con una colaboración activa entre médicos de diferentes especialidades, organismos e instituciones. Os comprometéis a “favorecer las relaciones” y “establecer relaciones científicas y de colaboración” (íbid.) dentro del mundo científico y de la salud, tratando de incentivar el intercambio de los objetivos alcanzados y la multidisciplinariedad, no raras veces obstaculizada por una custodia celosa de los conocimientos.

En un mundo como el nuestro, a menudo empujado a la contraposición en todas las esferas de la convivencia humana, un compromiso esencial para la construcción del bien común es el de crear y fomentar relaciones. La elección consciente, y a menudo fatigosa, de un estilo que acomune en lugar de dividir está representada, a lo largo de la vida del AIOM, por el cuidado de la relación con el paciente, y hoy se manifiesta precisamente con la presencia entre vosotros de algunos de ellos. La elección de participar juntos en esta reunión, sentados uno al lado del otro, representa un mensaje fuerte y un signo elocuente no solo para el mundo de la salud, sino para toda la sociedad, llamada a renovarse en un estilo solidario y fraterno.

El Congreso Nacional, que celebraréis dentro de pocas semanas, estará dedicado precisamente a la atención de cada paciente, a la “mejor atención para cada paciente”, en función de las características biológicas y clínicas de cada uno. Así es como la oncología de precisión, que promovéis, también se convierte en una oncología de misericordia, porque el esfuerzo por personalizar la atención revela el interés no solo por la enfermedad, sino por el paciente y sus características, por la forma en que reacciona a la medicamentos, a las informaciones más dolorosas, al sufrimiento. Una oncología de este tipo va más allá de la aplicación de los protocolos y revela un uso de la tecnología que está al servicio de las personas.

La tecnología no está al servicio del hombre cuando lo reduce a cosa, cuando distingue entre el que todavía es acreedor de cuidados y el que no, porque se le considera solamente una carga – y a veces un descarte- . La práctica de la eutanasia, que ya es legal en varios estados, solo aparentemente busca alentar la libertad personal; en realidad se basa en una visión utilitaria de la persona, que se vuelve inútil o puede equipararse a un costo, si desde el punto de vista médico no tiene esperanza de mejorar o ya no puede evitar el dolor. Por el contrario, el compromiso de acompañar al paciente y a sus seres queridos en todas las etapas de  la enfermedad tratando de aliviar su sufrimiento mediante paliación u ofreciendo un ambiente familiar en los hospicios, que son cada vez más numerosos, contribuye a crear cultura y prácticas más atentas al valor de cada persona. No os desaniméis nunca por la incomprensión que  podáis  encontrar, o ante la insistente propuesta de caminos más radicales y apresurados. Si se elige la muerte, los problemas se resuelven en cierto sentido; ¡Pero cuánta amargura hay detrás de este razonamiento y qué rechazo de la esperanza implica la opción de renunciar a todo y romper todos los lazos! A veces estamos en una suerte de vaso de Pandora: todo se sabe, todo se explica, todo se resuelve, pero ha quedado escondido solamente algo: la esperanza. Y también tenemos que buscarla. Como traducir la esperanza, todavía más, como darla en los casos más límites.

Vuestro servicio se convierte entonces en un trabajo de sensibilización en  una sociedad poco consciente y a veces distraída. Le recordáis, de muchas maneras, la importancia de la prevención, que debe entenderse sea como un diagnóstico precoz, capaz de reducir significativamente la peligrosidad de las enfermedades oncológicas, seas como respeto por el cuerpo y sus necesidades. De hecho, la mejor y más verdadera prevención es la de un ambiente saludable y un estilo de vida que respete el cuerpo humano y sus leyes. Como sabemos, esto depende no solo de las decisiones individuales, sino también de los lugares donde vivimos que, especialmente en los grandes centros, someten al cuerpo a un estrés constante debido a los ritmos de vida y a  la exposición a los contaminantes. Esto dirige nuestra atención al cuidado del medio ambiente natural, nuestra casa común a la que debemos respeto, para que a su vez nos respete. La protección del medio ambiente y la lucha contra los tumores se convierten, pues, en las dos caras del mismo problema, dos aspectos complementarios de la misma batalla de civilización y de humanidad.

En vuestro compromiso con los enfermos, con el sistema de salud y con toda la sociedad, os invito a tener siempre presente el ejemplo de Jesús, que  ha sido el maestro más grande de humanidad, para que vuestros gestos se inspiren en Él y lo hagáis vuestro compañero de camino. Su figura, cuya contemplación nunca se agota,  tan grande es la luz que emana de ella, inspire a los enfermos y les ayude a encontrar la fuerza para no interrumpir los lazos de amor, a ofrecer el sufrimiento por los hermanos, a mantener la amistad con Dios.  Que inspire a los médicos -Él que de alguna manera dijo que era un colega vuestro, como un médico enviado por el Padre para sanar a la humanidad-, a buscar siempre el bien de los demás, a entregarse generosamente, a luchar por un mundo más solidario . Que inspire a todos a acercarse a los que sufren. La cercanía, esa actitud tan importante y tan necesaria.

También la puso en práctica el Señor, la cercanía en medio de nosotros. Que inspire a cada uno a acercarse al que sufre, sobre todo a los pequeños, y a poner a los débiles en primer lugar, para que crezcan en una sociedad más humana y establezcan relaciones marcadas por la gratuidad, en lugar de por la oportunidad.

En cada actividad vuestra invoco la bendición de Dios y os encomiendo a la Virgen María, para que con el afecto de una madre vele sobre vosotros, sobre los médicos y sobre todos los enfermos. Asegurándoos que os acompaño con mi oración, os pido también a vosotros que recéis por mí. ¡Gracias!

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

02/09/2019-08:00
Larissa I. López

Video del Papa: Rezar para trabajar juntos en la protección de los mares y océanos

(ZENIT — 2 septiembre 2019).- "Recemos este mes para que los políticos, los científicos, los economistas trabajen juntos por la protección de los mares y de los océanos", pide el Papa Francisco en su nuevo video de septiembre de 2019.

Tal y como señala la Red Mundial de Oración del Papa en un comunicado difundido el pasado 31 de agosto de 2019, la intención del Santo Padre para este mes, presentada en este "Video del Papa", va dirigida al grave desafío de proteger los océanos.

El fitoplancton oceánico es responsable de la producción de más de la mitad del oxígeno del planeta, por lo que se puede afirmar que los océanos constituyen una parte de los pulmones del mundo. Para afrontar la gestión injusta de los mares hace falta un "enfoque interdisciplinario" que no puede dejar de lado a la persona humana.

A lo largo del video, Francisco destaca que "los océanos contienen la mayor parte del agua del planeta y también la mayor variedad de seres vivientes, muchos de ellos amenazados por diversas causas".

Igualmente, explica que la creación "es un proyecto del amor de Dios hacia toda la humanidad" y que "nuestra solidaridad con la "casa común" nace de nuestra fe.

 

Coproducción del vídeo

El "Video del Papa" de este mes constituye una coproducción entre Yann Arthus-Bertrand y su equipo de Hope Production, la agencia La Machi — Comunicación para las Buenas Causas y Vatican Media.

Yann Arthus-Bertrand es un profesional que cuenta con una brillante carrera como fotógrafo y cineasta, siempre centrada en la protección del planeta y los océanos.

Además, este documento audiovisual se presenta como parte de la inauguración del Tiempo de la Creación, una celebración anual global que une a los cristianos de todo el mundo y que tendrá lugar del 1 de septiembre al 4 de octubre.

 

Contaminación de la cadena alimentaria

Actualmente, expone el citado comunicado, 13 millones de toneladas de plástico se encuentran en el océano cada año, causando la muerte de 100.000 especies marinas y otros daños. La gravedad del problema no solo se debe al hecho de que la mayoría de los plásticos permanecen intactos durante décadas o siglos después de su uso. Los plásticos que se degradan se convierten en microplásticos, que muchos peces y otros organismos marinos finalmente consumen, contaminándose la cadena alimentaria mundial.

En sus "Objetivos de desarrollo sostenible", la ONU se ha propuesto distintas metas para contrarrestar esta situación, conscientes de que los océanos proporcionan recursos naturales fundamentales como alimentos, medicinas, biocombustibles y otros productos; de que contribuyen a la descomposición molecular y a la eliminación de los desechos y la contaminación; y de que sus ecosistemas costeros actúan como amortiguadores para reducir los daños causados por las tormenta.

 

Red Mundial de Oración del Papa

El "Video del Papa" es una iniciativa oficial de alcance global que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa (anteriormente conocida como Apostolado de la Oración).

Según lo indicado por la misma fuente, el padre Frédéric Fornos, director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recuerda que el año pasado, para la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación (#SeasonOfCreation), el 1 de septiembre, Francisco llamó a proteger los ecosistemas marítimos.

"Ante esta emergencia estamos llamados a comprometernos con mentalidad activa, rezando como si todo dependiese de la Providencia divina y trabajando como si todo dependiese de nosotros", señaló el Papa.

Durante el Ángelus, ayer 1 de septiembre, el Papa Francisco se refirió a la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación de este año 2019, subrayando que esta anima "a la toma de conciencia y al compromiso de proteger nuestra casa común, partiendo de un estilo de vida personal y familiar más sostenible" y difundió un mensaje especial para este día.

 

 

 

02/09/2019-09:30
Larissa I. López

Proteger la "red de la vida de la que formamos parte" — Mensaje del Papa Francisco

(ZENIT — 2 septiembre 2019).- Con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación, celebrada cada año el 1 de septiembre, el Santo Padre, difundió ayer un mensaje en el que invita a que nos sintamos "en profunda armonía con los hombres y mujeres de buena voluntad, llamados juntos a promover, en el contexto de la crisis ecológica que afecta a todos, la protección de la red de la vida de la que formamos parte".

Para Francisco, la creación es un don que Dios ofrece al hombre "como un precioso regalo para custodiar, aunque trágicamente la respuesta a este presente ha convertido el medioambiente, "algo bueno", en "algo explotable" para el ser humano. Así, especialmente en las últimas décadas, la degradación medioambiental, señala el Pontífice, "ha creado una emergencia climática que amenaza seriamente la naturaleza y la vida, incluida la nuestra".

El Papa Francisco explica que hemos olvidado quienes somos, "criaturas a imagen de Dios", no creadas para mangonear, sino para ser "el centro de una red de vida compuesta por millones de especies unidas amorosamente por nuestro Creador. Por ello, es momento de "arrepentirse y convertirse, de volver a las raíces: somos las criaturas predilectas de Dios, quien en su bondad nos llama a amar la vida y vivirla en comunión, conectados con la creación".

 

Tiempo de la Creación, tiempo para orar

En consecuencia, el Obispo de Roma pide a los fieles que dediquen este tiempo a la oración, a partir de la iniciativa del Tiempo de la Creación.

Este proyecto constituye "un período de oración y acción más intensas en beneficio de la casa común", que se abre el 1 de septiembre, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, "y finalizará el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís".

 

Tiempo para reflexionar

Igualmente, el Papa expresa que nos encontramos también en el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida, "sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales".

Y llama a elegir el cambio, a adoptar estilos de vida "más sencillos y respestuosos", abandonando "la dependencia de los combustibles fósiles" y emprendiendo "de manera rápida y decisiva, transiciones hacia formas de energía limpia y economía sostenible y circular", sin olvidar prestar atención a la sabiduría de los pueblos indígenas, que pueden enseñarnos a tener una mejor relación con el medioambiente.

 

Tiempo para emprender acciones proféticas

Asimismo, según el Pontífice, este es "el tiempo para emprender acciones proféticas"y apunta cómo muchos jóvenes de todo el mundo ya se encuentran pidiendo decisiones valientes, "decepcionados por tantas promesas incumplidas, por compromisos asumidos y descuidados por intereses y conveniencias partidistas".

Y añade que esta juventud sirve para recordarnos "que la Tierra no es un bien para estropear, sino un legado que transmitir; esperar el mañana no es un hermoso sentimiento, sino una tarea que requiere acciones concretas hoy. A ellos debemos responder con la verdad, no con palabras vacías; hechos, no ilusiones".

 

Cumbre de la ONU y Sínodo amazónico

Francisco también hace alusión a la labor de los gobiernos, que en los próximos meses se reunirán "para renovar compromisos decisivos que orienten el planeta a la vida, en vez de conducirlo a la muerte".

Y exhorta a escoger la vida, a decir no "a la avaricia del consumo y a los reclamos de omnipotencia, caminos de muerte; avancemos por sendas con visión de futuro, hechas de renuncias responsables hoy para garantizar perspectivas de vida mañana. No cedamos ante la lógica perversa de las ganancias fáciles, ¡pensemos en el futuro de todos!".

Así, en este sentido, el Pontífice apunta a la próxima Cumbre de las Naciones Unidas para la Acción Climática, de "particular importancia", pues, a lo largo de la misma, "los gobiernos tendrán la tarea de mostrar la voluntad política de acelerar drásticamente las medidas para alcanzar lo antes posible cero emisiones netas de gases de efecto invernadero y contener el aumento medio de la temperatura global en 1,5°C frente a los niveles preindustriales, siguiendo los objetivos del Acuerdo de París".

Al mismo tiempo, el Obispo de Roma evocó que en octubre tendrá lugar el Sínodo de los obispos dedicado a la Amazonia, "cuya integridad está gravemente amenazada. ¡Aprovechemos estas oportunidades para responder al grito de los pobres y de la tierra!".

A continuación exponemos el mensaje completo del Papa Francisco.

***

 

Mensaje del Santo Padre

«Dios vio que era bueno» (Gn 1,25). La mirada de Dios, al comienzo de la Biblia, se fija suavemente en la creación. Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar.

Trágicamente, la respuesta humana a ese regalo ha sido marcada por el pecado, por la barrera en su propia autonomía, por la codicia de poseer y explotar. Egoísmos e intereses han hecho de la creación —lugar de encuentro e intercambio—, un teatro de rivalidad y enfrentamientos. Así, el mismo ambiente ha sido puesto en peligro, algo bueno a los ojos de Dios se ha convertido en algo explotable en manos humanas. La degradación ha aumentado en las últimas décadas: la contaminación constante, el uso incesante de combustibles fósiles, la intensiva explotación agrícola, la práctica de arrasar los bosques están elevando las temperaturas globales a niveles alarmantes. El aumento en la intensidad y frecuencia de fenómenos climáticos extremos y la desertificación del suelo están poniendo a dura prueba a los más vulnerables entre nosotros. El derretimiento de los glaciares, la escasez de agua, el descuido de las cuencas y la considerable presencia de plásticos y microplásticos en los océanos son hechos igualmente preocupantes, que confirman la urgencia de intervenciones que no pueden posponerse más. Hemos creado una emergencia climática que amenaza seriamente la naturaleza y la vida, incluida la nuestra.

En la raíz, hemos olvidado quiénes somos: criaturas a imagen de Dios (cf. Gn 1,27), llamadas a vivir como hermanos y hermanas en la misma casa común. No fuimos creados para ser individuos que mangonean; fuimos pensados y deseados en el centro de una red de vida compuesta por millones de especies unidas amorosamente por nuestro Creador. Es la hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, hermanos entre nosotros, custodios de la creación. Es el momento de arrepentirse y convertirse, de volver a las raíces: somos las criaturas predilectas de Dios, quien en su bondad nos llama a amar la vida y vivirla en comunión, conectados con la creación.

Por lo tanto, insto a los fieles a que se dediquen en este tiempo a la oración, que a partir de una oportuna iniciativa nacida en el ámbito ecuménico se ha configurado como Tiempo de la creación: un período de oración y acción más intensas en beneficio de la casa común que se abre hoy, 1 de septiembre, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, y finalizará el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís. Es una ocasión para sentirnos aún más unidos con los hermanos y hermanas de las diferentes denominaciones cristianas. Pienso, de modo particular, en los fieles ortodoxos que llevan treinta años celebrando esta Jornada. Sintámonos también en profunda armonía con los hombres y mujeres de buena voluntad, llamados juntos a promover, en el contexto de la crisis ecológica que afecta a todos, la protección de la red de la vida de la que formamos parte.

Este es el tiempo para habituarnos de nuevo a rezar inmersos en la naturaleza, donde la gratitud a Dios creador surge de manera espontánea. San Buenaventura, cantor de la sabiduría franciscana, decía que la creación es el primer "libro" que Dios abrió ante nuestros ojos, de modo que al admirar su variedad ordenada y hermosa fuéramos transportados a amar y alabar al Creador (cf. Breviloquium, 11,5.11) . En este libro, cada criatura se nos ha dado como una "palabra de Dios" (cf. Commentarius in librum Ecclesiastes, 1,2) . En el silencio y la oración podemos escuchar la voz sinfónica de la creación, que nos insta a salir de nuestras cerrazones autorreferenciales para
redescubrimos envueltos en la ternura del Padre y regocijarnos al compartir los dones recibidos. En este sentido, podemos decir que la creación red de la vida, lugar de encuentro con el Señor y entre nosotros, es «la red social de Dios» (Audiencia con guías y scouts de Europa, 3 agosto 2019), que nos lleva a elevar una canción de alabanza cósmica al Creador, como enseña la Escritura: «Cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos» (Dn 3,76).

Este es el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales. Nos estamos apoderando demasiado de la creación. ¡Elijamos cambiar, adoptar estilos de vida más sencillos y respetuosos! Es hora de abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y emprender, de manera rápida y decisiva, transiciones hacia formas de energía limpia y economía sostenible y circular. Y no olvidemos escuchar a los pueblos indígenas, cuya sabiduría ancestral puede enseñarnos a vivir mejor la relación con el medio ambiente.

Este es el tiempo para emprender acciones proféticas. Muchos jóvenes están alzando la voz en todo el mundo, pidiendo decisiones valientes. Están decepcionados por tantas promesas incumplidas, por compromisos asumidos y descuidados por intereses y conveniencias partidistas. Los jóvenes nos recuerdan que la Tierra no es un bien para estropear, sino un legado que transmitir; esperar el mañana no es un hermoso sentimiento, sino una tarea que requiere acciones concretas hoy. A ellos debemos responder con la verdad, no con palabras vacías; hechos, no ilusiones.

Nuestras oraciones y llamamientos tienen como objetivo principal sensibilizar a los líderes políticos y civiles. Pienso de modo particular en los gobiernos que se reunirán en los próximos meses para renovar compromisos decisivos que orienten el planeta a la vida, en vez de conducirlo a la muerte. Vienen a mi mente las palabras que Moisés proclamó al pueblo como una especie de testamento espiritual antes de entrar en la Tierra prometida: «Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia» (Dt 30,19). Son palabras proféticas que podríamos adaptar a nosotros mismos y a la situación de nuestra Tierra. ¡Así que escojamos la vida! Digamos no a la avaricia del consumo y a los reclamos de omnipotencia, caminos de muerte; avancemos por sendas con visión de futuro, hechas de renuncias responsables hoy para garantizar perspectivas de vida mañana. No cedamos ante la lógica perversa de las ganancias fáciles, ¡pensemos en el futuro de todos!

En este sentido, la próxima Cumbre de las Naciones Unidas para la Acción Climática es de particular importancia, durante la cual los gobiernos tendrán la tarea de mostrar la voluntad política de acelerar drásticamente las medidas para alcanzar lo antes posible cero emisiones netas de gases de efecto invernadero y contener el aumento medio de la temperatura global en 1,5°C frente a los niveles preindustriales, siguiendo los objetivos del Acuerdo de París. En el próximo mes de octubre, una asamblea especial del Sínodo de los Obispos estará dedicada a la Amazonia, cuya integridad está gravemente amenazada. ¡Aprovechemos estas oportunidades para responder al grito de los pobres y de la tierra!

Cada fiel cristiano, cada miembro de la familia humana puede contribuir a tejer, como un hilo sutil, pero único e indispensable, la red de la vida que abraza a todos. Sintámonos involucrados y responsables de cuidar la creación con la oración y el compromiso. Dios, «amigo de la vida» (Sb 11,26), nos dé la valentía para trabajar por el bien sin esperar que sean otros los que comiencen, ni que sea demasiado tarde.

 

Vaticano, 1 de septiembre de 2019

 

Francisco

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

02/09/2019-08:00
Esther Nuñez Balbín

Perú: Líderes latinoamericanos participan en un seminario internacional de formación política

(ZENIT — 2 septiembre 2019).- Como una respuesta a la crisis migratoria que vive América Latina académicos, políticos, diplomáticos y profesionales peruanos se reunieron para analizar la situación de la familia, la oportunidad de trabajo y el desplazamiento de miles de personas a la región. La reflexión se realizó durante el seminario internacional denominado: "Políticos cristianos frente a los desafíos globales" en el marco del 45 aniversario del Instituto de Estudios Social Cristianos (IESC).

La concentración de la riqueza en manos de unos pocos reflejada en el incremento de la desigualdad como común denominador en Latinoamérica, el reciente fenómeno de las migraciones forzadas, así como la crisis de valores generalizada evidenciada en la corrupción y la pérdida de representación de los partidos políticos en la ciudadanía, es el panorama que contextualizó esta jornada de trabajo en la ciudad de Lima los días viernes 23 y sábado 24 de agosto.

El seminario internacional contó con la presencia del ex presidente de Ecuador, Oswaldo Hurtado, y el arzobispo de Mérida, Cardenal Baltazar Porras Cardoso, administrador apostólico de Caracas en Venezuela. Ambos coincidieron en que la corrupción erupciona la confianza, por lo tanto; en medio del avance de la globalización, y la tecnología es necesario fortalecer en la formación humana de los nuevos líderes políticos los principios cristianos para conseguir ciudadanos responsables que puedan superar los desafíos de las primeras décadas del segundo milenio.

Los asistentes al evento contaron con las disertaciones de destacadas personalidades del ámbito político como el teólogo José Luis Pérez Guadalupe, ex ministro del interior, quien compartió con la audiencia la importancia de la participación de los cristianos en la política como lo destaca en la segunda edición de su libro "Entre Dios y el César: El impacto político de los evangélicos en el Perú y América Latina".

Estas apreciaciones las vertió durante la primera mesa de trabajo denominada "Los cristianos frente a la política: experiencias y desafíos", panel que compartió con académicos y líderes políticos de Chile, Venezuela y Paraguay. Durante la segunda jornada de trabajo la ex ministra de justicia, Marisol Pérez Tello, sostuvo que "necesitamos en la región un nuevo sistema político que coloque a la Paz en la cúspide y a la justicia social en la base".

 

Perú hace frente a la corrupción

Tras el lanzamiento de los cursos virtuales anticorrupción que lleva adelante el IESC en convenio con diversas universidades católicas del Perú, los participantes miembros de esta asociación sin fines de lucro, que tiene como objetivo formar la conciencia en base a la doctrina social de la Iglesia, tuvieron alcances sobre cómo un país democrático puede caer en el populismo en nombre de la democracia.

La reciente presencia de migrantes desplazados en la región es una señal de alerta para distinguir mejor la cantidad de países cuyas poblaciones se ven forzadas a dejar sus tierras en busca de un futuro mejor. Para algunos estudiosos, dichas poblaciones son consideradas como los nuevos tipos de pobres. Estas fueron algunas de las ideas debatidas en la tercera mesa de trabajo "Las migraciones forzadas en América Latina".

La inauguración de este seminario estuvo a cargo del presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo, del presidente del IESC, Armando Borda, y del representante de la Fundación Konrad Adenauer en el Perú, Sebastián Grundberger.

 

 

 

02/09/2019-16:00
Larissa I. López

Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana: Sin el Espíritu Santo "no hay sinodalidad"

(ZENIT – 2 septiembre 2019).- Reconociendo que los prelados deben conocer lo que piensan los laicos, el Santo Padre precisa que la sinodalidad no constituye una mera encuesta ni un Parlamento. Es necesaria la presencia del Espíritu Santo: “Si no hay Espíritu Santo, no hay Sínodo. Si el Espíritu Santo no está presente, no hay sinodalidad”.

En la mañana de hoy, 2 de de septiembre de 2019, el Santo Padre ha recibido en audiencia a los obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana que ha comenzado esta mañana en Roma y cuyo tema es “Comunión en la vida y en el testimonio de la Iglesia greco-católica ucraniana”.

Durante el encuentro, el Papa Francisco no pronunció discurso, pues en el que mantuvo el pasado 5 de julio de 2019 con los miembros de la Iglesia greco-católica "dijo todo lo que tenía que decir".

No obstante, sí que dedicó unas palabras a los presentes como respuesta al saludo de su beatitud Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica de Ucrania: "Tú has subrayado una cosa que no debemos perder: sínodo y sinodalidad, y el Espíritu Santo", apuntó Francisco.

Así, el Pontífice alertó sobre el peligro de creer que “hacer camino sinodal o tener una actitud de sinodalidad” significa “hacer una encuesta sobre las opiniones, qué piensa éste, ese, aquel, y luego reunirse, ponerse de acuerdo… ¡No, el Sínodo no es un Parlamento!”.

Finalmente, el Santo Padre pidió a los obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana que entren en el Sínodo "con este espíritu, con el Espíritu Santo. Rezad al Espíritu. Discutid entre vosotros, todo lo que queráis... ¡Pensad en Éfeso, cómo discutían aquellos! Pero eran buenos...".

A continuación se expone el saludo completo del Papa Francisco.

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Saludo del Santo Padre

No hay discurso, porque en el encuentro que tuvimos [en el Vaticano, 5 de julio de 2019], el Papa dijo todo lo que tenía que decir.

Pero  tú has subrayado algo que no debemos perder: el sínodo y la sinodalidad, y el Espíritu Santo. No es por hacer publicidad, pero en el último “Osservatore Romano”, el que tiene la fecha del domingo, publicado el sábado, hay un hermoso artículo sobre la presencia del Espíritu Santo en el camino sinodal. Porque existe un peligro: creer, hoy, que hacer camino sinodal o tener una actitud de sinodalidad signifique hacer una encuesta sobre las opiniones, qué piensa éste, ese, aquel, y luego reunirse, ponerse de acuerdo … ¡No, el Sínodo no es un Parlamento! Hay que decir las cosas, discutir cómo se hace normalmente, pero no es un Parlamento. Sínodo no es ponerse de acuerdo como en política: te doy esto, tú me das esto. No. Sínodo no es hacer encuestas sociológicas, como algunos creen: “Veamos, le pedimos a un grupo de laicos que haga una encuesta, si tenemos que cambiar esto, eso, aquello…”. Vosotros, ciertamente, necesitáis saber lo que piensan vuestros laicos, pero no es una encuesta, es otra cosa. Si no hay Espíritu Santo, no hay Sínodo. Si el Espíritu Santo no está presente, no hay sinodalidad. Todavía más, si no hay Iglesia, la identidad de la Iglesia. ¿Y cuál es la identidad de la Iglesia? San Pablo VI lo dijo claramente: la vocación de la Iglesia es evangelizar,  todavía más: su identidad es evangelizar. Entrad en este Sínodo vuestro con este espíritu, con el Espíritu Santo. Rezad al Espíritu. Discutid entre vosotros, todo lo que queráis… ¡Pensad en Éfeso, cómo discutían aquellos! Pero eran buenos… Y al final fue el Espíritu el que los llevó a decir: “María, Madre de Dios”. Este es el camino. Es el Espíritu. Porque no queremos convertirnos en una Iglesia congregacional, sino en una Iglesia sinodal. Y seguid adelante por este camino.

Ahora os invito a rezar a Nuestra Señora, todos juntos, para recibir la bendición.

Dios te salve María ...

[Bendición]

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

02/09/2019-08:30
Larissa I. López

Mons. Viganó, nombrado vicecanciller de la Academia de las Ciencias y de la de Ciencias Sociales

(ZENIT — 2 septiembre 2019).- El Santo Padre ha nombrado vicecanciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, con competencias específicas en el campo de la comunicación, al Rev. Darío Edoardo Viganó, hasta ahora asesor del Dicasterio para la Comunicación.

Así lo comunicó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el pasado sábado, 31 de agosto de 2019.

 

Palabras del director del Dicasterio para la Comunicación

Según indica Vatican News, el actual prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Paolo Ruffini, ha agradecido a Mons. Viganó su "gran contribución humana y profesional al servicio del Santo Padre, de la Santa Sede y de toda la Iglesia, primero como prefecto y luego como asesor del Dicasterio para la Comunicación".

Tras sustituir a Mons. Viganó como prefecto en 2018, Ruffini ha subrayado que "siempre he podido contar con el apoyo y la amistad de Monseñor Viganó, a quien agradezco también por su estilo, confidencialidad y disponibilidad".

Y añadió, de acuerdo a la misma fuente, que ahora el Papa Francisco ha estimado su trayectoria académica como estudioso de la Comunicación, Economía y Doctrina Social de la Iglesia para "otro importante servicio a la Iglesia y a la Santa Sede, como vicecanciller en lo que Pío XI llamó el 'Senado de los Sabios'.

Mons, Viganó, por su parte, ha manifestado para el medio vaticano que recibe este nombramiento "como un nuevo reto y un servicio", agradeciendo al Papa su apoyo y acompañamiento.

 

Academia Pontificia de las Ciencias

La Academia Pontificia de las Ciencias tiene por objeto honrar la ciencia pura, asegurar su libertad y favorecer la investigación. La Pontificia Academia de las Ciencias es de alcance internacional, multiracial en su composición, y no sectaria en la elección de sus miembros.

El trabajo de la Academia incluye seis grandes áreas: ciencias básicas, ciencias y tecnología de los problemas globales, ciencia de los problemas del mundo en desarrollo, política científica, bioética, epistemología.

 

Academia Pontificia de las Ciencias Sociales

La Pontificia Academia de Ciencias Sociales tiene por objeto promover el estudio y el progreso de las ciencias sociales, económicas, políticas y jurídicas, ofreciendo a la Iglesia los elementos que puede utilizar para el estudio y el desarrollo de su doctrina social.

La Academia también reflexiona sobre la aplicación de la doctrina en la sociedad contemporánea.

 

 

 

02/09/2019-09:05
Larissa I. López

El Papa nombra al observador permanente ante la Organización de los Estados Americanos

(ZENIT — 2 septiembre 2019).- El Santo Padre ha nombrado observador permanente de la Santa Sede en ante la Organización de Estados Americanos (OEA) a Mons. Mark Gerard Miles, consejero de Nunciatura.

Así lo informó, el pasado sábado 31 de agosto, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Mons. Mark Gerard Miles

Nacido en Gibraltar (Reino Unido) en 1967, fue ordenado sacerdote el 14 de septiembre de 1996 e incardinado en Gibraltar. Es licenciado en Derecho Canónico.

Ingresó en el servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 2003 y ha realizado su cometido en las Representaciones Pontificias de Ecuador y de Hungría, así como en la Sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

Mons. Mark Miles habla cuatro idiomas: inglés, italiano, español y francés.

 

 

 

02/09/2019-06:06
Isabel Orellana Vilches

San Gregorio I Magno, 3 de septiembre

«Papa y doctor de la Iglesia, nacido en una familia de santos. Primer monje en ocupar la Silla de Pedro. Un místico, gran apóstol, sabio administrador de la Iglesia. Juan Pablo I lo evocó al tomar posesión como pontífice»

«Importa que el pastor sea puro en sus pensamientos, intachable en sus obras, discreto en el silencio, provechoso en las palabras, compasivo con todos, más que todos levantado en la contemplación, compañero de los buenos por la humildad y firme en velar por la justicia contra los vicios de los delincuentes. Que la ocupación de las cosas exteriores no le disminuya el cuidado de las interiores, y el cuidado de las interiores no le impida el proveer a las exteriores». Así describía en su «Regula pastoralis» este gran pontífice, y uno de los cuatro doctores de la Iglesia, las características de los pastores que él mismo había encarnado. Pertenecía a una noble y virtuosísima familia romana. Sus padres, el senador Gordiano y Silvia, engrosan las filas de los santos; son
venerados como tales. Y sus tías Tarsila y Emiliana llevaron edificante vida ascética como vírgenes consagradas. Además, entre los suyos hubo dos papas: Félix III y Agapito.

Nació hacia el año 540 en Roma. Se especializó en derecho, y al concluir los estudios fue nombrado pretor de Roma por Justino II. Italia estaba siendo azotada por los lombardos y pudo constatar de primera mano las heridas de una barbarie que había reducido la urbe a ruinas. Su trabajo, al que se dedicaba intensamente, no colmaba sus profundos anhelos. Pero cuando se encontró con dos benedictinos de la abadía de Montecassino, Constancio y Simplicio, se abrió una luz en su camino. Sin embargo, antes de decidirse a dar el paso uniéndose a ellos, tuvo que librar una dura batalla interna. «Yo diferí largo tiempo la gracia de la conversión, es decir, de la profesión religiosa, y, aún después que sentí la inspiración de un deseo celeste, yo creía mejor conservar el hábito secular. En este tiempo se me manifestaba en el amor a la eternidad lo que debía buscar, pero las obligaciones contraídas me encadenaban y yo no me resolvía a cambiar de manera de vivir. Y cuando mi espíritu me llevaba ya a no servir al mundo sino en apariencia, muchos cuidados, nacidos de mi solicitud por el mundo, comenzaron a agrandarse poco a poco contra mi bien, hasta el punto de retenerme no solo por de fuera y en apariencia, sino lo que es más grave, por mi espíritu».

Vencida toda resistencia, en cuatro años de vida monástica recluido en su palacio de monte Celio, que convirtió en el monasterio de san Andrés, se forjó su espíritu con oración y penitencias, y se dispuso a cumplir el designio que Dios había previsto para él. Su virtud llegó a oídos del papa Pelagio II, quién le designó «apocrisiario» suyo.Y en Constantinopla libró una importante lucha contra los monofisistas, además de actuar diplomáticamente para obtener del emperador el conveniente apoyo para frenar a los longobardos. Entre tanto, seguía nutriendo su espíritu en feliz convivencia junto a los monjes. Pero el año 590 una terrible epidemia de peste segó la vida de Pelagio II, y fue elegido para sucederle. En ese instante el peso de tan alta misión le sobrecogió, intentó huir para eludirlo, pero terminó comprendiendo que la voluntad divina había movido la de sus hermanos cardenales y aceptó la imponente responsabilidad que cayó sobre sus hombros.

A partir de entonces su sabio y brillante pontificado, verdaderamente renovador, como cabía esperar de un hombre de oración, humilde y generoso, se extendería a toda la Iglesia. Hizo vida su propio aserto: «La prueba del amor está en las obras. Donde el amor existe se obran grandes cosas y cuando deja de obrar deja de existir». Fue un hombre hábil, dialogante, conciliador, que se acercó con fraternal espíritu a los alejados de la fe y a quienes sustentaban ideas opuestas a ella. Así llegó a penetrar en el corazón de los pobladores de distintos estados europeos: sajones, francos, visigodos, longobardos, etc. Propagó la fe con incansable celo apostólico, fortaleció la sede de Roma, renovó el culto y la liturgia, impulsó el canto conocido como gregoriano en su honor, restauró la Schola Cantorum, compuso varios himnos, edificó monasterios, escribió numerosas obras teológicas y centenares de cartas. En suma, un legado tan excepcional que le mereció el título de doctor de la Iglesia.

Fue gran defensor de los oprimidos. Vigiló para que los recursos de la Iglesia fuesen destinados con impecable rigor, alejados de oscuros intereses particulares. Mantuvo una correspondencia digna de tener en consideración con la reina bávara Teodolinda, ferviente católica, con la que tuvo detalles de encomiable delicadeza. Así le obsequió con unas reliquias, muy preciadas en la época, destinadas a la basílica de san Juan Bautista que mandó erigir. Este vínculo repercutió directa e indirectamente en la evangelización, amén de propiciar la paz entre longobardos y bizantinos. En la labor apostólica de Gregorio hay una página singularmente gloriosa: la conversión de los anglosajones. Él fue quien fraguó la evangelización de Inglaterra a través de misioneros que envió con la recomendación de unirse obedientemente a san Agustín de Canterbury, quien después de lograr el bautismo del rey de Kent, Ethelberto (san Adalberto) el año 597, hizo lo propio con más de diez mil sajones.

Parece mentira que tan grande labor la realizase un hombre de precaria salud, obligado a recluirse en el lecho durante días seguidos. Murió el 12 de marzo del año 604. Juan Pablo I lo evocó al tomar posesión de la basílica de San Juan de Letrán, repitiendo sus palabras: «Esté cercano el pastor a cada uno de sus súbditos con la compasión. Y olvidando su grado, considérese igual a los súbditos buenos, pero no tenga temor en ejercer, contra los malos, el derecho de su autoridad. Recuerde que mientras todos los súbditos dan gracias a Dios por cuanto el pastor ha hecho de bueno, no se atreven a censurar lo que ha hecho mal; cuando reprime los vicios, no deje de reconocerse, humildemente, igual que los hermanos a quienes ha corregido y siéntase ante Dios tanto más deudor cuanto más impunes resulten sus acciones ante los hombres».