Servicio diario - 06 de octubre de 2020


 

DOCUMENTOS
Imán Al-Tayyeb: ‘Fratelli tutti’ restaura “la conciencia de la humanidad”
Larissa I. López
‘Tweet’ del líder religioso

TESTIMONIOS
Mons. Barron: Si Dios es extraído de la sociedad, los derechos humanos peligran
Deborah Castellano Lubov
Entrevista al obispo auxiliar de Los Ángeles

AUDIENCIA GENERAL
Papa Francisco: Publicado “Curar al mundo. Catequesis sobre la pandemia”
Larissa I. López
‘E-book’ de las audiencias generales

IGLESIA LOCAL
España: Mons. Iceta y Mons. Escribano, nombrados arzobispos de Burgos y Zaragoza
Redacción zenit
P. Vilanova, obispo auxiliar de Barcelona

IGLESIA LOCAL
“Nicaragua sí me importa”, campaña de los obispos del país
Cristhian Alvarenga
Llamado a la reflexión y al civismo

TESTIMONIOS
Causas de los santos: Martirio de Francisco Cástor Sojo López y otros 3 compañeros
Marina Droujinina
4 sacerdotes españoles

ANÁLISIS
Finanzas: Corresponsabilidad de los fieles en las parroquias
José Antonio Varela Vidal
Artículo publicado por la Arquidiócesis de Miami

ESPIRITUALIDAD
Evangelio del 11 de octubre: Reflexión del padre Antonio Rivero
Antonio Rivero
“Entremos al banquete de la Eucaristía con el traje de gala”

TESTIMONIOS
Nuestra Señora del Rosario, 7 de octubre
Isabel Orellana Vilches
Advocación universalmente conocida


 

 

 

Imán Al-Tayyeb: ‘Fratelli tutti’ restaura “la conciencia de la humanidad”

‘Tweet’ del líder religioso

octubre 06, 2020 11:19

Documentos
Papa Francisco

(zenit – 6 oct. 2020).- El mensaje de la encíclica Fratelli Tutti “restaura la conciencia de la humanidad”, declaró el gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, quien firmó con el Pontífice el Documento sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la coexistencia común, en Abu Dhabi, en febrero de 2019.

A través de un tweet, publicado el 4 de octubre de 2020 la red social, el gran imán de Al-Azhar, manifestó “el mensaje de mi hermano el Papa Francisco, Fratelli Tutti es una extensión del documento sobre la fraternidad humana, y revela una realidad global cuyas posiciones y decisiones son inestables y son las personas vulnerables y marginadas las que pagan el precio…. Es un mensaje que se dirige a las personas de buena voluntad y conciencia viva y devuelve a la humanidad su conciencia”.

La tercera encíclica del Santo Padre Francisco, se inspira en esa declaración común, y el propio Al-Tayyeb es citado varias veces a lo largo del texto.

 

Compromiso conjunto

De este modo, al principio del documento, el Papa manifiesta “en este caso me sentí especialmente estimulado por el gran imán Ahmad Al-Tayyeb, con quien me encontré en Abu Dhabi para recordar que Dios ‘ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos’”.

“No se trató de un mero acto diplomático sino de una reflexión hecha en diálogo y de un compromiso conjunto. Esta encíclica recoge y desarrolla grandes temas planteados en aquel documento que firmamos juntos”, apunta el Pontífice.

 

Paz, justicia y fraternidad

Igualmente, a lo largo de Fratelli tutti, el Papa retoma el llamamiento de paz, justicia y fraternidad que hicieron juntos: “En el nombre de Dios que ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos, para poblar la tierra y difundir en ella los valores del bien, la caridad y la paz”.

En la presentación de la encíclica que tuvo lugar en el Aula Nueva del Sínodo de los Obispos, participó el juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana.

 

 

 

 

Mons. Barron: Si Dios es extraído de la sociedad, los derechos humanos peligran

Entrevista al obispo auxiliar de Los Ángeles

octubre 06, 2020 14:15

Testimonios

(zenit – 6 oct. 2020).- Al sacar a Dios de la arena pública, sugiere Mons. Robert Barron, otros derechos y valores fundamentales están en peligro, y cuando una sociedad y una legislación deciden quién vive y muere, esa tierra está moral y legalmente comprometida.

En una entrevista exclusiva y de amplio alcance con zenit antes de las elecciones de Estados Unidos, el obispo auxiliar de Los Ángeles y fundador de Word on Fire Catholic Ministries expresó esto.

En la entrevista, el prelado norteamericano reflexiona sobre su oración por su nación en medio de la pandemia y las elecciones, y sobre cómo los católicos deben responder a la división y el miedo.

Mons. Barron también se refiere al lugar que Dios ocupa en la arena pública, por qué necesitamos redescubrir el arte de la argumentación y cómo analizar cuando la legislación y la sociedad toman decisiones sobre quién puede vivir y morir.

A continuación, sigue la entrevista con Mons. Barron:

***

 

zenit: Monseñor Barron, usted fue el orador del reciente Desayuno de Oración 2020. ¿Cuál es su oración por su país mientras la nación vive una pandemia y tiene elecciones por delante?

Mons. Barron: Rezo para que nos demos cuenta de que el respeto mutuo, a pesar de nuestras diferencias políticas, es esencial para el buen funcionamiento de nuestra democracia.  Si nuestro discurso público simplemente se rebaja a rencores y ataques ad hominem, nos hemos alejado del espacio político creativo descrito por Jefferson, Adams y Hamilton.

 

zenit: Nuestro país está sufriendo en un momento de grave división y falta de fe.  La gente está enfadada y asustada.  ¿Qué puede hacer un católico en estas circunstancias?

Mons. Barron: Durante estos tiempos turbulentos, los católicos deben mantener sus ojos fijos en Jesús y sus mentes enfocadas en la enseñanza social de la Iglesia.

 

zenit: También vemos a los católicos luchando entre los católicos, con apasionadas opiniones políticas que se vuelven desagradables, tratando de “intimidar” a otros católicos, para ver sus puntos de vista… ¿Cómo se puede trabajar y abordar esto?

Mons. Barron: Tenemos que redescubrir el arte de tener un argumento real. Las dos opciones típicamente propuestas por nuestra cultura son la oposición violenta y la tolerancia blanda. Pero entre estos dos caminos finalmente infructuosos está la argumentación, que implica la descripción cuidadosa de la situación en cuestión, la obtención de pruebas, la formulación cuidadosa de hipótesis, la extracción de conclusiones y, finalmente, la voluntad de vivir con la verdad descubierta. Vaya a los medios sociales y desplácese a través de las cajas de comunicaciones, si se atreve, y encontrará mucha vituperación y posturas santurronas, pero muy poco argumento. Tenemos que cultivar, en nuestros hogares y escuelas, el sutil arte de la argumentación.

 

zenit: Qué importante es para nosotros mantener la religión abierta y libre en la arena pública. ¿Importa que nosotros como pueblo demos crédito a Dios como nuestra máxima autoridad?

Mons. Barron: La religión privatizada es obviamente mala para la religión, ya que la fe auténtica tiene que ver con toda la vida y no solo con nuestras convicciones subjetivas. Pero también es extraordinariamente mala para un sistema de gobierno democrático, que se basa en ciertos supuestos básicos que son en última instancia de naturaleza religiosa. Me refiero a la creencia en la igualdad de todas las personas, la presencia de derechos inalienables en todos, y el valor de la libertad ordenada.  Saque a Dios de la ecuación y verá, en muy poco tiempo, lo que sucede con estos valores.

 

zenit: ¿Cuál es su esperanza para la libertad de conciencia y religión, para todas las religiones, sin importar quién gane las elecciones? ¿Cómo espera ver que se mantenga y no se cancele la vida para los vulnerables, desde el útero y en todas las etapas de la vida? ¿Cómo se instruye a los católicos en la enseñanza de la Iglesia con respecto a estos puntos?

Mons. Barron: La enseñanza social católica sostiene que los derechos humanos fundamentales, incluyendo y especialmente el derecho a la vida, no son dones del Estado o de la cultura, sino de Dios.  Por lo tanto, son antecedentes y superiores a cualquier acto legislativo particular. Cuando la ley se vuelve contra ellos, como es evidente en muchos casos en nuestro país, la integridad moral de la empresa jurídica y política se ve comprometida.

 

zenit: Escribió una “Carta a una Iglesia doliente” tras los escándalos de abusos… ¿Se podrían aplicar los mismos principios en una nación dividida?

Mons. Barron: La única conexión que podría hacer es esta: la Iglesia ha soportado tiempos terribles, cuando ha sido amenazada tanto desde dentro como desde fuera. Y por la gracia de Cristo, todavía estamos aquí. Así que, ¡no te rindas!  Permanece en el Señor, lucha por lo que sabes que es correcto, actúa siempre con amor en tu corazón.  Jesús es más fuerte que todo lo que hay en el mundo.

 

zenit: ¿Qué está observando en Los Ángeles, o en todo el país, que le da esperanza?

Mons. Barron: Aunque el período COVID-19 ha sido difícil para todos, he visto una explosión de interés en la Misa, bendiciones, oraciones y conversaciones espirituales ofrecidas en línea. Incluso durante los tiempos oscuros, la Iglesia encuentra un camino. Esto me da esperanza.

 

 

 

 

Papa Francisco: Publicado “Curar al mundo. Catequesis sobre la pandemia”

‘E-book’ de las audiencias generales

octubre 06, 2020 13:19

Audiencia General
Papa Francisco

(zenit – 6 oct. 2020).- La Librería Editora Vaticana ha publicado el libro (e-book) que recoge las nueve catequesis del Papa Francisco sobre la pandemia del COVID-19 durante sus audiencias generales desde el 5 de agosto de 2020 hasta el 30 de septiembre de 2020.

Esta recopilación cuenta con un prefacio del cardenal Peter K. A. Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

En él, el prelado afirma lo siguiente: “En sus catequesis, pronunciadas en las audiencias públicas de los miércoles durante los meses de agosto y septiembre del 2020, el Papa Francisco quiso dirigirse a la Iglesia y al mundo con palabras de consuelo, proponiendo alternativas inspiradoras a nuestros antiguos estilos de vida, hábitos y estructuras sociales que la pandemia ha revelado como carentes de justicia, insostenibles y requiriendo de reformas drásticas para preservar el valor central de la persona humana”.

“La normalidad a la que el Papa quisiera que aspiremos como discípulos misioneros, es la del Reino de Dios de justicia, paz e igualdad entre hermanas y hermanos que tienen a un Dios como Padre; la cual debemos anticipar en la tierra a través de nuestras acciones, políticas y decisiones”, continúa el prefecto.

Por su parte, el Santo Padre invitó a afrontar a lo largo de estas catequesis, “las cuestiones apremiantes que la pandemia ha puesto de relieve, sobre todo las enfermedades sociales” a la luz del Evangelio, de las virtudes teologales y de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

En el contexto actual, el Papa llama, “con la mirada fija en Jesús”, a construir “la normalidad del Reino de Dios: “donde el pan llega a todos y sobra, y la organización social se basa en contribuir, compartir y distribuir”.

En este libro electrónico, después de cada capítulo se incluyen unos puntos de reflexión para poder trabajar cada texto de manera más profunda, tanto individualmente como en las parroquias, grupos, en familia…etc.

El e-book está ya disponible en 5 idiomas (italiano, inglés, francés, español y portugués) y descargable gratuitamente desde la Librería Editora Vaticana.

 

 

 

 

España: Mons. Iceta y Mons. Escribano, nombrados arzobispos de Burgos y Zaragoza

P. Vilanova, obispo auxiliar de Barcelona

octubre 06, 2020 12:34

Iglesia Local

(zenit – 6 oct. 2020).- La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha informado que en España el Papa Francisco ha nombrado arzobispos de Burgos y Zaragoza, respectivamente, a Mons. Mario Iceta y Mons. Carlos Manuel Escribano, y al sacerdote Javier Vilanova obispo auxiliar de Barcelona.

Mons. Iceta es actualmente obispo de Bilbao, Mons. Escribano es obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño y Javier Vilanova es el rector del Seminario Interdiocesano de Cataluña.

A la vez que se hacen públicos estos nombramientos, el Santo Padre acepta las renuncias presentadas, al cumplir los 75 años (edad canónica a la que puede ser solicitada), por Mons. Fidel Herraéz y Mons. Vicente Jiménez Zamora, arzobispos de Burgos y Zaragoza respectivamente.

 

Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa

Nació en Gernika (Vizcaya), diócesis de Bilbao, el 21 de marzo de 1965. Es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra y doctor en Teología por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y Familia de Roma. Es Máster en Gestión bancaria y de entidades de crédito por la Fundación Universidad y Empresa y por la UNED.

El 16 de julio de 1994 fue ordenado sacerdote en la catedral de Córdoba, su diócesis de incardinación. El 5 de febrero de 2008 fue nombrado obispo titular de Álava y auxiliar de Bilbao.ç

Recibió la consagración episcopal el 12 de abril del mismo año. El 24 de agosto de 2010 fue nombrado obispo de Bilbao, iniciando el ministerio el 11 de octubre del mismo año.

En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Ejecutiva y de la Comisión Permanente desde marzo de 2020. Ha sido vicepresidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la defensa de la Vida.

Es fundador de la Sociedad Andaluza de Investigación Bioética y de la revista especializada Bioética y Ciencias de la Salud. Es miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba en la Sección de Ciencias morales, políticas y sociales. Es miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla.

 

Mons. Carlos Manuel Escribano Subías

Nació el 15 de agosto de 1964 en Carballo (La Coruña). Estudió Teología en la Universidad de Navarra y obtuvo la licenciatura en Teología Moral por la Universidad Pontificia Gregoriana (1994-1996).

Fue ordenado sacerdote el 14 de julio de 1996, quedando incardinado en la diócesis de Zaragoza.

En esta diócesis de Zaragoza desempeñó diferentes cargos pastorales. Fue párroco en la parroquia del Sagrado Corazón y en la de Santa Engracia, y también profesor del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón.

El 20 de julio de 2010 fue nombrado obispo de Teruel y Albarracín, y allí recibió la ordenación episcopal el 26 de septiembre de ese mismo año. El 13 de mayo de 2016 fue nombrado obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, donde tomó posesión canónica el 25 de junio de 2016.

En la Conferencia Episcopal Española es presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida desde marzo de 2020. Asimismo, es miembro de la Comisión Permanente y, desde 2015, es consiliario de Manos Unidas.

Entre 2010 y 2020 fue miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar. Dentro de esta Comisión, fue el obispo responsable del departamento de Pastoral de Juventud y consiliario nacional de Acción Católica. Fue miembro de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida.

 

Javier Vilanova

Nació en Fatarella (Tarragona) el 23 de septiembre de 1973. Fue ordenado sacerdote el 22 de noviembre de 1998 para la diócesis de Tortosa, sede en la que ha desarrollado su ministerio sacerdotal.

Ha sido vicario parroquial de las parroquias de la Mare de Déu del Roser de Tortosa (1998-1999) y de San Miguel Arcángel de Alcanar. También fue rector de las parroquias de la Asunción de Forcall, Castellfort y Portell, San Pedro Apóstol de Cinctorres, Madre de Dios de las Nieves de la Mata, San Bartolomé de La Todolella y de la Virgen del Pópulo de Olocau del Rey.

Ha sido rector de las parroquias de Alfara de Carles ,del Sagrado Corazón de Jesús del Raval de Cristo  y de San Lorenzo del Pinell de Brai.

Además, ha ocupado los cargos de delegado para la Catequesis y para la Pastoral Vocacional; rector del seminario de Tortosa y director espiritual del seminario interdiocesano de Cataluña. Miembro del Colegio de consultores y del Consejo Presbiteral.

Actualmente, y desde 2018, es rector del seminario interdiocesano de Cataluña. Es misionero de la Misericordia y confesor ordinario de la Comunidad de Agustinas de San Mateo.

 

 

 

 

“Nicaragua sí me importa”, campaña de los obispos del país

Llamado a la reflexión y al civismo

octubre 06, 2020 17:46

Iglesia Local

(zenit – 6 oct. 2020).- “Nicaragua sí me importa”, es la campaña que lanzó la Iglesia Católica a través de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que promueve valores que conduzcan a la reflexión, civismo, y esperanza en las familias nicaragüenses.

En la nota de prensa explican que se ha utilizado el icono del dedo pulgar de la mano en señal de “like o me gusta”, cuyo gesto es característico del Papa Francisco y ha significado cercanía y empatía con distintas audiencias.

En este caso, con “Nicaragua Si me importa”, se pretende que las personas encuentren consuelo, esperanza, ánimo, fortaleza para construir y responder que tenemos capacidades humanas de distinta naturaleza para decir “Nicaragua sí me importa”.

La iniciativa “tiene un fuerte componente educativo que procura animar y exhortar a la ciudadanía en general a que podemos reflexionar, cambiar, amar, ser solidarios, escuchar, entre otros aspectos, que susciten a una mejor persona y por consiguiente a ser un mejor hombre y una mejor mujer en la sociedad”, indica la nota de prensa del episcopado.

 

Momentos para el diálogo

La historiadora nicaragüense Dora María Téllez, publicó en la revista Envío de la Universidad Centroamericana, propiedad de los Jesuitas en Nicaragua, un análisis sobre momento económico y político que vive Nicaragua.

En él señala que “ante la crisis de Nicaragua y la crisis internacional, que es extrema, tremenda, no hay más salida que un verdadero diálogo nacional, donde se pongan sobre la mesa todos los problemas -los de la democracia, los de la justicia, los de la seguridad ciudadana, los problemas económicos que está enfrentando la gente en el campo y en la ciudad- y no sólo los problemas del presupuesto y no sólo los problemas de los empresarios”.

Y afirmó que “esta crisis es un momento de grandes oportunidades para reactivar la producción de alimentos y para buscar nuevas maneras de convivencia. Nicaragua demanda un diálogo serio, para modificar lo que se ha hecho mal y para enrumbar la economía aprovechando las oportunidades que nos abre la crisis”.

 

Arquidiócesis de Managua se pronuncia

La Comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de Managua se sumó al llamado de diferentes sectores del país para que en 2021 se celebren elecciones con las “necesarias y adecuadas condiciones”.´

Asimismo, cuestionaron las leyes que el partido en el Gobierno intenta aprobar en la Asamblea Nacional para callar las voces críticas y de la oposición y silenciar a los periodistas independientes.

“En el caso del poder electoral es necesario que, de acuerdo a las normas establecidas, se renueve de tal manera, que sea confiable e independiente, de tal modo que se dé un proceso electoral neutral, imparcial y observado, nacional e internacionalmente. De lo contrario, no se darán elecciones libres. El pueblo es el verdadero soberano”, retoma la arquidiócesis en el mensaje de mayo de 2019.

 

Censura a periodistas y aumento de violencia

En el comunicado, emitido este lunes 5 de octubre de 2020, la arquidiócesis también alerta contra el aumento de la violencia en el país, que según argumentan está afectando a los sectores más vulnerables: “ancianos, niños, mujeres”, y continúan “esto es fruto de la ausencia de una adecuada educación en valores familiares y cívicos a lo largo de décadas”.

Como último punto también advierten de la creciente ola represiva en contra de los periodistas independientes y defensores de derechos humanos, que también se verían afectados por las leyes que aprobaría el orteguismo. En este punto, destacan que, para el desarrollo de elecciones libres, también es necesario el trabajo de los comunicadores.

“Es impensable una participación ciudadana sin la necesaria información que proveen los medios independientes, que se encuentran cada vez más acosados”, afirma el documento.

 

 

 

 

Causas de los santos: Martirio de Francisco Cástor Sojo López y otros 3 compañeros

4 sacerdotes españoles

octubre 06, 2020 17:22

Testimonios

(zenit – 6 oct. 2020).- El Papa Francisco reconoció el martirio de Francisco Cástor Sojo López y sus tres compañeros -Millán Garde Serrano, Manuel Galcerá Videllet y Aquilino Pastor Cambero – sacerdotes de la Hermandad Secular de Sacerdotes Operarios Diocesanos, asesinados “por odio a la fe” durante la persecución anticatólica de la Guerra Civil española, entre 1936 y 1938.

El reconocimiento de su martirio abre el camino para su beatificación sin necesidad de un milagro posterior.

El 29 de septiembre de 2020, el Santo Padre autorizó la publicación de cuatro decretos de la Congregación para las Causas de los Santos relativos a un milagro atribuido a la intercesión de una laica italiana, al martirio de cuatro sacerdotes españoles y las “virtudes heroicas” de dos religiosas españolas.

 

Preparado para el martirio

Francisco Cástor Sojo López nació el 28 de marzo de 1881 en Madrigalejo (Cáceres) y estudió en el seminario de Plasencia, según su biografía en castellano publicada en la página web de la Hermandad Secular de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1903.

Fue prefecto en los seminarios de Toledo, Badajoz y Segovia. En 1933 fue nombrado administrador del seminario de Ciudad Real.

El 23 de julio de 1936, los rebeldes irrumpieron en el seminario. Después de unas semanas de refugio en la Fonda Francesa con el rector, el beato José Pascual Carda (1893-1936), fue asesinado en la noche del 12 al 13 de septiembre de 1936 en la zona del santuario de los narcos. Tenía 55 años. Su cuerpo yace en el cementerio municipal.

Uno de sus estudiantes en Ciudad Real dijo que el P. Francisco “estaba preparado para el martirio y nos instó a los seminaristas a ser mártires también, si se presentaba la oportunidad. Siempre hablaba del martirio con gran serenidad”.

 

Siempre alegre

El P. Millán Garde Serrano nació el 21 de diciembre de 1876 en Vara del Rey (Cuenca). Estudió en el seminario de esa ciudad y obtuvo la licenciatura en Derecho Canónico en el seminario de Toledo. Fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1901.

Trabajó como prefecto en los seminarios de Toledo, Badajoz, Cuernavaca (México), Querétaro (México). También fue administrador del seminario de Astorga y director espiritual de los seminarios de Valladolid, Salamanca y León.

El comienzo de la Guerra Civil le sorprendió en su ciudad, donde había ido a pasar las vacaciones. Durante más de un año permaneció escondido en diferentes casas, lo que le permitió celebrar la Eucaristía y llevar la comunión a muchas personas.

Fue detenido el 9 de abril de 1938, llevado a la prisión de Cuenca y posteriormente al convento de las Carmelitas Descalzas, que también fue transformado en prisión. Su estado de salud empeoró debido a los malos tratos. Murió el 7 de julio de 1938.

Uno de los detenidos de la misma prisión dijo: “Don Millán es un santo. Cuánto nos consuela a todos y cuán alegremente soportó tantos maltratos. Siempre está contento… no se queja ni se enfada con sus torturadores, por eso le llaman ‘el cura loco’».

 

Un hombre de Dios

Manuel Galcera Videllet nació en Caseras (Tarragona), en la diócesis de Tortosa, el 6 de julio de 1877. Estudió en el Seminario Central de Zaragoza, donde obtuvo el doctorado en teología. Tenía pasión por los idiomas y estudió francés, alemán e inglés. Fue ordenado sacerdote el 1 de junio de 1901.

Durante 23 años fue administrador en varios seminarios en Zaragoza, Cuernavaca (México), Badajoz, Barcelona y Valladolid. También fue vicerrector de la Escuela Española de San José en Roma. En 1934 fue nombrado director espiritual del seminario de Baeza.

El 20 de julio de 1936 fue arrestado junto con el Padre Aquilino Pastor Cambero. Fue asesinado junto con otras treinta personas el 3 de septiembre de 1936 en el municipio de Ibros (Jaén), a la edad de 59 años. Sus restos yacen en la cripta de la catedral de Baeza.

Un sacerdote que lo conoció como seminarista dijo: “Era un hombre de Dios… Tenía una actitud paternal hacia nosotros, estábamos protegidos por… su liderazgo”.

 

Apóstol de la juventud

Aquilino Pastor Cambero nació el 4 de enero de 1911 en Zarza de Granadilla (Cáceres), diócesis de Coria. Estudió en el seminario de Coria y en el Seminario Central de Toledo. Fue ordenado sacerdote el 25 de agosto de 1935.

Fue nombrado como prefecto de estudiantes, profesor y bibliotecario en el seminario de Baeza. El 20 de julio de 1936, el seminario fue cerrado. Los padres Aquilino Pastor y Miguel Galcera se escondieron en diferentes casas.

Arrestados, fueron hechos prisioneros en los sótanos del ayuntamiento. El 28 de agosto de 1936, sin juicio alguno, don Aquilino fue llevado al Cerrillo del Aire, a unos 9 kilómetros de Baeza, en el municipio de Úbeda, donde fue asesinado. Tenía 25 años.

Un testigo dijo en su juicio: “Don Aquilino fue un sacerdote con una vida ejemplar, un apóstol de la juventud y un amante de la Eucaristía”.

 

 

 

 

Finanzas: Corresponsabilidad de los fieles en las parroquias

Artículo publicado por la Arquidiócesis de Miami

octubre 06, 2020 11:54

Análisis

(zenit – 6 oct. 2020).- La participación de los fieles es de vital importancia para hacer crecer la cultura de la corresponsabilidad y de la ayuda a las necesidades de la Iglesia en las parroquias, según el documento “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”, difundido en julio pasado por la Santa Sede.

José Antonio Varela, ofrece el siguiente artículo referido a las finanzas en las parroquias, especialmente en este tiempo de pandemia, publicado en la página web de la arquidiócesis de Miami, Estados Unidos.

***

 

En medio de la crisis sanitaria generada por el COVID-19, que ha sembrado dolor y pérdidas humanas y materiales, circuló en las redes sociales el mensaje de auxilio de un párroco. No era por un hospitalizado impedido de pagar su internamiento, ni tampoco para enterrar a otro feligrés que se llevaba esta pandemia. En este caso era porque se le habían acabado los recursos para sostener su parroquia, ubicada en la periferia norte de Lima, y que junto a otro sacerdote tiene a su cargo una población de 40,000 fieles.

Su agobio era debido a que, ante la casi nula colaboración económica de la feligresía, que ya no asiste a la Misa dominical ni solicita servicios a la parroquia, se había quedado sin los recursos necesarios para algunos gastos fijos. Entre estos figuraban la luz, agua, gas, teléfono, internet, impuestos municipales, pago de personal, alimentación y contribución a la diócesis.

Pero el asunto no terminaba allí, debido a que su lista de necesidades contenía también los gastos de la liturgia, muy activa en estos tiempos de Misas transmitidas vía internet. El repertorio de su llamado contenía los gastos de cirios, hostias, vino, flores, lavado de manteles y demás útiles de sacristía.

Y también sumaba a quienes en esta época, tocan las puertas de las parroquias, como son los indigentes, enfermos, ancianos, inmigrantes, desempleados… En suma, todos aquellos “que tendrán siempre cerca”, en palabras del mismo Cristo.

 

Trabajo comunitario

Este panorama descrito, que debe ser aún la angustia de muchísimas parroquias en el mundo entero, especialmente las diocesanas y aquellas a las que ni los obispados pueden ya contribuir con algún apoyo, nos lleva como referencia a otra parte del documento reseñado el mes pasado, con el título “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”.

Allí encontramos, en el capítulo 10, lo referido al Consejo parroquial para los Asuntos Económicos, como parte de los denominados “órganos de corresponsabilidad eclesial”, que junto al Consejo pastoral, le permiten respirar a la vida parroquial.

Dado que la gestión de los bienes de que cada parroquia dispone “es un ámbito importante de evangelización y de testimonio evangélico, frente a la Iglesia y a la sociedad civil”, el párroco no tendría por qué permanecer solo ante este desafío, sino que debe recibir ayuda y asesoría para administrar los bienes de la Iglesia.

Los colaboradores para este fin no solo deben ser personas generosas con su tiempo, sino también expertos y probos, para que sus análisis y consejos financieros deriven en óptimas y desinteresadas inversiones, así como en la distribución oportuna de los recursos parroquiales.

A esto hay que sumarle la necesidad de incrementar los ingresos con ideas creativas y acertadas, que lleven a equilibrar el presupuesto parroquial. Se evitaría así que los párrocos envíen mensajes de SOS cuando no tengan cómo cumplir con sus obligaciones. Viene a nuestra memoria que también, junto a los gastos ordinarios de la parroquia, algunos han asumido algún crédito hipotecario, vehicular o el pago de trabajos de remodelación, entre otros.

Según el documento en mención, estos colaboradores —en número mínimo de tres y como órgano consultivo—, deben constituir de modo oficial el “Consejo de Asuntos Económicos”, presidido por el párroco, quien no está incluido entre el grupo de miembros, sino que lo preside. Al respecto, el obispo o el mismo párroco determinarán “si ellos deben ser nombrados por él o más bien elegidos por la comunidad parroquial”.

Habrá ocasiones en que, en el interior de la comunidad parroquial, no haya quien se sienta capacitado para esta tarea de carácter financiero, por lo que la instrucción vaticana prevé que los miembros de este Consejo, no necesariamente tienen que pertenecer a la parroquia misma. E incluso contempla la posibilidad de que la misma persona pueda ser miembro del Consejo de Asuntos Económicos de varias parroquias, si las circunstancias no lo impiden.

 

La tarea de la corresponsabilidad

De visita a un canal de televisión católico en Sao Paulo, Brasil, me topé no solo con una obra impresionante, sino que ante mi pregunta sobre la creación y sostenimiento de semejante coloso, el sacerdote director del medio de comunicación me respondió con una frase muy sólida y alentadora: “Las obras de Dios, las sostiene el pueblo de Dios”.

Vinieron a mi mente los bingos y rifas parroquiales, el pasaje evangélico del óbolo de la viuda y hasta el diezmo bíblico. Y entendí mejor cómo un canal de televisión o, en nuestros días, las buenas redes sociales, se pueden convertir en un alimento para la vida personal y comunitaria de los fieles. Cuando esto es real, nadie les gana en generosidad a los fieles para sostener lo que debe ser perdurable.

Esta mirada en prospectiva la encontramos también en la instrucción analizada, cuando se refiere a que el Consejo de Asuntos Económicos “puede desempeñar un rol de particular importancia para hacer crecer la cultura de la corresponsabilidad, de la transparencia administrativa y de la ayuda a las necesidades de la Iglesia en las comunidades parroquiales”.

Por ello, las actividades de captación de fondos, en cualquiera de sus modalidades, es una tarea ineludible del comité dedicado a la economía, con el fin de asegurar el buen desarrollo de los servicios parroquiales y el ejercicio de la caridad.

Otro elemento de suma importancia es promover la figura del diezmo, pero no presentado como una imposición que genere miedo por el incumplimiento, sino como una pastoral que compromete a los fieles a colaborar en forma periódica. Esto permitirá darles solidez y continuidad a los servicios diversos.

Es muy conmovedor ver cómo algunas parroquias establecen un momento dentro del ofertorio de la Misa, para darles la oportunidad a los fieles de que se acerquen al altar a dejar su contribución, más que como una recolección.

 

Acciones de corresponsabilidad

Se habla mucho sobre las contribuciones que solicitan las parroquias para celebrar una Misa de difuntos, un matrimonio o asistir a un responso. A este respecto, el Papa Francisco ha manifestado su deseo de que no se establezcan aranceles o tarifas para los servicios requeridos por los fieles, algo que ya se hace en muchos lugares.

Hay quienes no determinan ningún aporte fijo para administrar un sacramento, dejando un margen para solicitar una contribución por elaborar partidas o pliegos matrimoniales, que tienen —eso sí— un costo mínimo por la expedición desde los obispados.

La pregunta que siempre flota en el ambiente es, si acaso se debe pedir alguna contribución económica prestablecida para los sacramentos, y la respuesta sería no. Y esto está basado en lo dicho líneas arriba, en el sentido de que si los fieles parroquiales cumplieran de modo estable y registrado con el precepto de sostenimiento de la Iglesia, ya no haría falta que aportaran más cuando quieren bautizar a sus hijos como cristianos o al dar su sí ante Dios en el matrimonio. Tampoco cuando en medio del dolor y el recuerdo, busquen en la Misa de difuntos el consuelo que les haga falta.

 

Transparencia y diálogo

Pero es un hecho que para mover el gran corazón del creyente, hace falta que él mismo observe las obras realizadas en la parroquia, los gastos ejecutados y las personas menesterosas atendidas, a lo que se debe sumar la imagen real de sobriedad con que viven los sacerdotes, quienes no tienen por qué estar dando señales exteriores de riqueza o excesivo confort.

Al respecto, la instrucción precisa que la transparencia ha de entenderse “no solo como una presentación formal de datos, sino (que) se trata de un modus agendi imprescindible para la credibilidad de la Iglesia”.

Con el fin de alcanzar el objetivo de la transparencia, se punanede publicar un estado de cuentas mensual y anual, el que debería ser presentado primero al obispo del lugar, especialmente el informe anual. Esto permitirá que la comunidad en su conjunto pueda estar al tanto “de cómo son administrados los bienes, cuál es la situación económica de la parroquia y de qué recursos puede efectivamente disponer”, concluye el documento.

Es un hecho que estamos en el paso de una generación y estilo de ministerio sacerdotal a otro, y así, a pocos, se podrá desterrar de la vida parroquial ese perverso refrán que tan mal advierte: “En arca abierta, hasta el justo peca”.

 

 

 

 

Evangelio del 11 de octubre: Reflexión del padre Antonio Rivero

“Entremos al banquete de la Eucaristía con el traje de gala”

octubre 06, 2020 10:19

Espiritualidad

Comentario del Evangelio del domingo 11 de octubre de 2020, Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, escrito por el padre Antonio Rivero L.C. En su columna, titulada “Entremos al banquete de la Eucaristía con el traje de gala”, el sacerdote reflexiona sobre la parábola de este domingo del rey que festeja las bodas de su hijo.

 

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo A

Textos: Isaías 25, 6-10; Filipenses 4, 12-14.19-20; Mateo 22, 1-14

 

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: ¡Venid todos a la boda, pero con el traje de gala, porque quiero entrar en amistad, diálogo e intimidad con vosotros!

Resumen del mensaje: La parábola de este domingo pone en escena a un rey que festeja con un grandioso convite las bodas de su hijo (evangelio), símbolo de la Encarnación del Verbo, el Hijo eterno del Padre, merced a la cual la naturaleza divina se desposó con la naturaleza humana para entrar en amistad, diálogo e intimidad con nosotros. Dios hizo dos invitaciones al pueblo elegido de Israel. Pero no aceptó, preocupado sólo por sus asuntos materiales. Apenado y humillado, Dios llama a otros, a los pobres y marginados de los banquetes oficiales, pero les pide el traje de gala. Y pensar que Dios había preparado platillos suculentos y vinos excelentes (1ª lectura). Platillos que después debemos compartir con los necesitados (2ª lectura).

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, a Jesús le encantaba la comida con la gente. Por eso, acudía a banquetes. Por eso no nos extraña que compara el Reino a un Rey que preparó un banquete al que invita a todos. Las insistentes invitaciones del rey hoy a través de sus emisarios, que no son otros que los profetas, encuentran a sus destinatarios indiferentes, despreciando el honor que se les ha hecho, preocupados sólo por sus asuntos materiales: sus negocios, sus campos, su familia. Por haber sido cuidadosamente elegidos por el rey como comensales de la fiesta de bodas, se ve que eran de un cierto rango, que a los ojos del rey tenían cierto privilegio, lo cual también agrava notablemente su comportamiento, que llega al ultraje y a la misma muerte de los voceros reales que portan las invitaciones. ¡Qué ofensa y humillación infligida al rey! Excusas sin peso que podían hacer en otro día: “me espera mi campo…mi negocio”. Hasta echaron mano y mataron a los que llevaban las invitaciones del Rey. Se explica así el por qué en la parábola no se considera exagerada la reacción del monarca, el cual ordena que sus tropas hagan justicia a los asesinos e incendien su ciudad, casi como para borrar de la faz de la tierra todo recuerdo de tan horrible episodio.

En segundo lugar, apliquemos esta parábola a Dios. ¿Cómo se puede considerar diversamente el desprecio de los bienes divinos, el rechazo de un Dios que ofrece su propia vida al hombre, y sobre todo, el banquete de la Eucaristía, donde nos ofrece su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad? Me vienen a la memoria aquellas severas palabras de san Pablo: “No os hagáis ilusiones, con Dios no se puede jugar” (Gál 6, 7). No se pueden desdeñar impunemente los dones de Dios, y menos aún pretender que Dios renuncie a su plan salvífico universal, oponiéndole un muro de incomprensión y superficialidad. Excluirse de este plan indica sólo el fracaso del hombre y no de Dios. Es esto lo que quiere decir la parábola cuando muestra al rey que envía a sus siervos a las calles para recoger a cuantos encuentren, “buenos o malos”, y así llenar la sala del banquete, en sustitución de los “indignos”. Nadie puede impedir la fiesta de Dios. Nuestro olvido o indiferencia no pueden hacer que Dios no exista, ni impedir que realice, incluso sin nosotros, su plan de salvación.

 Finalmente, ahora bien, a ese banquete hay que entrar con el traje de gala, es decir, la gracia santificante, que en el Apocalipsis se describe como “vestido de lino de las obras justas de los santos” (19, 8). Hay que tener la túnica blanca, la corona de palma o el olivo, y las sandalias y los pies limpios. Según el protocolo oriental, el rey no participaba en el banquete, sino que en cierto momento entraba en la sala, para recibir el obsequio y el agradecimiento de sus invitados. En Oriente, desde los remotos tiempos del rey Hammurabi (s. XVIII a.C.), los reyes solían regalar a sus huéspedes vestidos idóneos para la solemnidad de sus audiencias o para el privilegio de la comparecencia ante ellos. El hombre de la parábola que no tenía el vestido de fiesta fue porque no quiso proveerse del traje, lo que indica una falta de respeto no menos grave que la de aquellos que rechazaron la invitación del Rey. Fue también expulsado a la gehena eterna, el infierno. Ninguna interpretación podrá negar que Cristo amenazó con este castigo irreparable a quien hace vanos los dones de Dios, rechazando su gracia. Pero no olvidemos también que esta terrible parábola precede a las tres parábolas de la misericordia, ya que Dios amenaza con la intención de perdonar y corregirnos.

Para reflexionar: ¿Tomamos en serio las invitaciones de Dios o damos oídos sordos y preferimos nuestros negocios? ¿Tenemos siempre el traje de gala de la gracia de Dios en nuestra alma cada vez que nos relacionamos con Dios en la oración o en la Eucaristía? ¿Somos agradecidos con Dios por tanto amor y por invitarnos al Banquete de la misa cada domingo? Si hemos participado del banquete del Rey, ¿después llevamos algo e invitamos a nuestros hermanos o nos comemos todo a solas?

Para rezar: Gracias, Señor, por tantos banquetes que a diario me sirves, especialmente el banquete de la Eucaristía. Perdóname que algunas veces desprecié esos banquetes, por preferir mis negocios. Ayúdame a no ensuciar nunca mi vestido de gala, es decir, la gracia santificante que tengo desde el bautismo. Que sepa compartir con mis hermanos esos regalos que tú me das gratuitamente. Amén.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

 

Nuestra Señora del Rosario, 7 de octubre

Advocación universalmente conocida

octubre 06, 2020 09:00

Testimonios

 

“Es una de las advocaciones de María universalmente conocidas. Su difusión creció a raíz de la aparición de la Virgen a santo Domingo de Guzmán portando un rosario en sus manos. Junto a Ella, aconsejan su rezo santos y pontífices”

La tradición mariana impregna la cultura de incontables rincones del mundo. Las gentes, sin disimular su orgullo, relatan la ancestral devoción heredada y transmitida a las sucesivas generaciones por la patrona que les aglutina. Cada una de las imágenes veneradas, que fue descubierta por alguien en lugares y circunstancias diversas, así como la aparición milagrosa directa de Ella misma, tiene tras de sí la grandeza de la fe florecida en el noble corazón de personas sencillas que nunca osaron dudar de la presencia de la Reina del cielo. Todas han tenido un porqué. Con ellas María insta a la penitencia, advierte de los peligros de no vivir la conversión, media para que se restablezca la paz cuando ha sido el caso, auxilia a los que están en peligro, responde a todos los que la invocan y se encomiendan a su mediación, sea cual sea la situación en la que se hallen. Siempre es portadora de consuelo y esperanza para sus hijos; lleva consigo multitud de bendiciones.

Hay advocaciones de carácter local, de modo que la noticia de su existencia es restringida. Otras son universalmente conocidas, como sucede con la que hoy se celebra: la de Nuestra Señora del Rosario. Tras cada una de ellas se esconde una hermosísima tradición. Por lo general, radica en apariciones que han tenido como acreedores de esta gracia a personas de distinta edad y condición. Han sido escenarios de su presencia árboles, oquedades, montañas, grutas, colinas, rocas, lugares desérticos que han florecido milagrosamente bajo sus pies, riveras marinas o el océano mismo, en campo abierto o en un templo, bien en la intimidad de un convento o en una humilde celda… Todos ellos, y muchos más, han servido para enmarcar una historia de amor sellada por la Virgen en una localidad determinada, en una nación, o en una persona concreta; son “acueductos” a través de los cuales proyecta sus gracias a la Humanidad entera.

El origen del rosario, aunque no como es conocido, se remonta al s. IX. Era usual en la observancia monástica con la lectura de los 150 salmos en la Liturgia de las Horas. El vulgo se limitaba a rezar 150 avemarías (el conocido “salterio de la Virgen”). En 1208 María se apareció a santo Domingo de Guzmán en la capilla del monasterio de Prouille, Francia. Era un momento difícil para él marcado por su lucha contra los albigenses, y rogaba a la Madre de Dios que le sostuviera en esa batalla. Portaba un rosario en sus manos que le enseñó a rezar, rogándole que difundiera por doquier esta devoción, a la par que vaticinaba incontables bendiciones especialmente en la conversión de los pecadores. El santo hizo depositario de esta gracia, entre otros, a Simón de Monfort, que tenía vía libre para dirigirse a los soldados que se hallaban bajo su mando e iban a combatir en Muret. Toda la tropa rezó esta oración y obtuvo la bendición de María con el resultado de una espectacular victoria. En conmemoración de este hecho, que Simón consideró obra de Ella, erigió una capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario.

Domingo propagó esta devoción y fue testigo de numerosas conversiones. Después de su muerte, los dominicos tomaron el testigo continuando esta misión. Pero el ser humano muchas veces peca de inconstancia, y aunque la oración fue acogida y rezada con piedad durante un siglo, después decayó. Entonces María volvió a hacerse presente para pulsar el corazón de sus hijos. Así, en el siglo XV se apareció al beato dominico bretón Alain de la Roche reiterando las promesas –quince en total– que había hecho a Domingo. Le rogó que recuperase esta tradición que se había perdido diciendo que, si además de saludarla, añadían la meditación sobre la vida, muerte y Pasión de su Hijo, se sentiría totalmente complacida. Le aseguró que serían tantos los milagros que se producirían con su rezo, que no habría prácticamente volúmenes para recogerlos. El beato volvió a restablecer esta devoción que fue calando en las gentes sencillas y en otros estratos sociales del pueblo cristiano.

Cuando el 7 de octubre de 1571 se obtuvo la victoria de los cristianos en la batalla naval de Lepanto, el papa san Pío V, que vio en ella la intercesión de María, solicitada rezando el rosario, extendió su práctica. Instituyó la celebración de Nuestra Señora de las Victorias, y mandó incluir en las letanías el título de “Auxilio de los cristianos”. A Gregorio III se debe haber reemplazado el nombre de Nuestra Señora de las Victorias por el de Nuestra Señora del Rosario, como se viene celebrando desde entonces. La historia recoge memorables batallas en las que el adalid del triunfo obtenido ha sido siempre la advocación a la Virgen del Rosario. Distintos pontífices han ido acogiendo fervorosamente su rezo, otorgándole diversas indulgencias. Entre las encíclicas de León XIII se hallan doce dedicadas a él. A este Papa se debe que la Iglesia confiera al mes de octubre la dedicación al santo rosario y a la presencia en las letanías del título “Reina del Santísimo Rosario”. San Juan Pablo II, al igual que hicieron sus predecesores así como sus sucesores Benedicto XVI y Francisco, insistió en la conveniencia de rezarlo, y en 2002 añadió los misterios luminosos. En total se recorren veinte misterios de la vida de Jesucristo y de María. Tanto en Fátima como en Lourdes, María se apareció llevando un rosario en sus manos, pidiendo a los videntes: “Rezad el rosario”.

En las primeras décadas del siglo XX esta oración se hizo popular en el mundo gracias al P. Patrick Peyton, quien hallándose plenamente convencido de haber sanado de su enfermedad gracias a María, no dudó en llevar a cabo su bellísima cruzada en pro del rosario haciendo de este lema “la familia que reza unida, permanece unida” un heraldo de reconciliación, bendecido por la Virgen.