Servicio diario - 18 de octubre de 2020


 

ÁNGELUS
Ángelus: La misión de la Iglesia, hablar de Dios y testimoniarlo
Raquel Anillo
Palabras antes del Ángelus

ÁNGELUS
Ángelus: Jornada Mundial de las Misiones
Raquel Anillo
Palabras después del Ángelus

PAPA FRANCISCO
España: Pedro Sánchez esperado en el Vaticano el 24 de octubre
Anita Bourdin
Elogió la publicación de “Fratelli tutti”

CIUDAD DEL VATICANO
Pandemia: Nuevo contagio en el Vaticano, en Santa Marta
Anita Bourdin
Supervisión “constante”

IGLESIA Y MUNDO
Domingo Mundial de las Misiones: “¡Aquí estoy, envíame!”
Redacción zenit
Obras Misionales Pontificias de México

TESTIMONIOS
San Lucas, patrón de los médicos
Manuel González López de Lemus
Y ayuda durante la pandemia

TESTIMONIOS
San Pablo de la Cruz, 19 de octubre
Isabel Orellana Vilches
Servidor de los más pobres y enfermos


 

 

 

Ángelus: La misión de la Iglesia, hablar de Dios y testimoniarlo

Palabras antes del Ángelus

octubre 18, 2020 12:49

Angelus

(zenit – 18 octubre 2020).- Pagar impuestos y dar testimonio de Dios: el Papa Francisco, como es tradición, ha comentado el Evangelio de este domingo 18 de octubre de 2020, antes de la oración del Ángelus al mediodía en la Plaza de San Pedro.

Bajo el sol radiante de los días de octubre en Roma, el Papa recordó que ciertamente debemos pagar nuestros impuestos, pero al mismo tiempo devolver a Dios “lo que es de Dios”.

Porque si la efigie del emperador romano se coloca en la moneda del tiempo de Jesús, la imagen de Dios queda impresa en todo ser humano siempre y para siempre.

En esta Jornada Mundial de las Misiones, el Papa insistió en la fuerza vital del Bautismo: “Cada uno, en virtud del Bautismo, está llamado a ser una presencia viva en la sociedad”

A continuación, siguen las palabras del Papa, según la traducción oficial ofrecida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

AB

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Palabras antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de este domingo (cfr. Mt 22,15-21) nos muestra a Jesús afrontando la hipocresía de sus adversarios. Ellos le hacen muchos cumplidos al principio, muchos cumplidos, pero a continuación le plantean una pregunta insidiosa para ponerlo en una situación difícil y desacreditarlo ante el pueblo.

Le preguntan: ”¿Es lícito pagar tributo -es decir pagar los impuestos- al César, o no?” (v. 17). En aquel tiempo, en Palestina, el dominio del imperio romano era mal tolerado -y se comprende, ¡eran invasores! -, también por motivos religiosos. Para la población, el culto al emperador, subrayado incluso por su imagen en las monedas, era una injuria al Dios de Israel. Los interlocutores de Jesús están convencidos de que no existen más respuestas a su pregunta: o “sí” o “no”. Estaban esperando, precisamente porque con esta pregunta estaban seguros de acorralar a Jesús y hacerlo caer en su trampa. Pero Él conoce su malicia y se libra de la trampa. Les pide que le muestren la moneda del tributo -la moneda de los impuestos-, la toma en sus manos y pregunta de quién es la imagen impresa. Ellos responden que es del César, es decir, del emperador. Entonces Jesús replica: “Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (v. 21).

Y con esta respuesta, Jesús se sitúa por encima de la polémica. Jesús siempre más allá. Por una parte, reconoce que se debe pagar el tributo al César -también nosotros: hay que pagar los impuestos-, porque la imagen sobre la moneda es la suya; pero, sobre todo, recuerda que cada persona lleva en sí otra imagen -la llevamos en el corazón, en el alma-, la de Dios, y por tanto es a Él, y solo a Él, a quien cada uno debe la propia existencia, la propia vida.

En esta sentencia de Jesús no solo se encuentra el criterio para la distinción entre la esfera política y la religiosa, sino que de ella también emergen orientaciones claras para la misión de los creyentes de todos los tiempos, incluidos nosotros hoy. Pagar los impuestos es un deber de los ciudadanos, así como cumplir las leyes justas del Estado. Al mismo tiempo, es necesario afirmar la primacía de Dios en la vida humana y en la historia, respetando el derecho de Dios sobre todo lo que le pertenece.

De aquí deriva la misión de la Iglesia y de los cristianos: hablar de Dios y testimoniarlo a los hombres y a las mujeres del propio tiempo. Cada uno de nosotros, por el Bautismo, está llamado a ser presencia viva en la sociedad, animándola con el Evangelio y con la savia vital del Espíritu Santo. Se trata de esforzarse con humildad y con valor, dando la propia contribución a la edificación de la civilización del amor, en la que reinan la justicia y la fraternidad.

Que María Santísima nos ayude a todos a huir de cualquier hipocresía y a ser ciudadanos honestos y constructivos. Y que nos sostenga a nosotros, discípulos de Cristo, en la misión de testimoniar que Dios es el centro y el sentido de la vida.

 

 

 

 

Ángelus: Jornada Mundial de las Misiones

Palabras después del Ángelus

octubre 18, 2020 14:32

Angelus

(zenit – 11 octubre 2020).- En este domingo que se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, el Papa ha pedido orar por los misioneros después del rezo del Ángelus de este domingo 18 de octubre de 2020.

Ha dado gracias también por la liberación del padre Pier Luigi Maccalli junto con otros tres rehenes.

Dirigió palabras de ánimo a los pescadores detenidos en Libia, encomendándoles a María Estrella del Mar.

Saludando a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, especialmente a la comunidad peruana, reunida con la venerada imagen del Señor de los Milagros.

También saludó a los voluntarios del Ente Italiano Tutela de los Animales y Legalidad.

A continuación, siguen las palabras del Papa, según la traducción oficial ofrecida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

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Palabras después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas,

hoy celebramos la Jornada Mundial de las Misiones, que tiene como tema: “¡Aquí estoy, mándame! (Is 6,8) Tejedores de fraternidad”. Es hermosa esta palabra, “tejedores”. Todos los cristianos están llamados a ser tejedores de fraternidad. Lo son, de modo especial, los misioneros y misioneras -sacerdotes, consagrados y laicos- que siembran el Evangelio en el gran campo del mundo. Recemos por ellos y démosles nuestro apoyo concreto.

En este contexto, deseo dar gracias a Dios por la tan esperada liberación del padre Pier Luigi Maccalli -lo saludamos con este aplauso-, que había sido secuestrado hace dos años en el Níger. Nos alegramos también porque con él han sido liberados otros tres rehenes. Sigamos rezando por los misioneros y los catequistas, y también por cuantos son perseguidos o secuestrados en diversas partes del mundo.

Deseo dirigir una palabra de ánimo y apoyo a los pescadores detenidos desde hace más de un mes en Libia, y a sus familiares. Que encomendándose a María, estrella del mar, mantengan viva la esperanza de poder abrazar pronto a sus seres queridos.

Rezo también por los diversos coloquios en curso a nivel internacional, para que sean significativos para el futuro de Libia. Hermanos y hermanas, ha llegado la hora de detener cualquier forma de hostilidad, favoreciendo un diálogo que lleve a la paz, a la estabilidad y a la unidad del país. Oremos juntos por los pescadores y por Libia, en silencio.

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de varios países. En especial, saludo y bendigo con afecto a la comunidad peruana de Roma, reunida aquí con la venerada imagen del Señor de los Milagros. Un aplauso para la comunidad peruana. Saludo también a los voluntarios del Ente Italiano Tutela de los Animales y Legalidad.

Y os deseo a todos un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

 

 

 

 

España: Pedro Sánchez esperado en el Vaticano el 24 de octubre

Elogió la publicación de “Fratelli tutti”

octubre 18, 2020 10:36

Papa Francisco

(zenit – 18 octubre 2020).- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez visitará el Vaticano, donde será recibido por el Papa Francisco, por primera vez, el sábado 24 de octubre de 2020, indica la prensa española.

Los medios españoles subrayan que el momento es delicado para este encuentro en un momento en el que España prepara una “ley de memoria democrática”, la reforma de “la ley del aborto”, el proyecto de ley “sobre la eutanasia”, y la “reforma educativa”. También se pueden abordar otros puntos de fricción entre Iglesia y Estado en España, como el tema de la financiación de la Iglesia.

No obstante, el presidente español acaba de acoger con satisfacción la publicación de la encíclica Fratelli tutti en sus redes sociales, diciendo en particular: “Comparto con el Papa el llamado a construir un mundo más justo y unido. Francisco analiza la crisis que atravesamos desde una visión radicalmente social. Y agregó: “Gracias por levantar la voz para defender a los más vulnerables y gritar contra los efectos del neoliberalismo y el populismo”.

El encuentro también tendrá lugar un mes después de la llegada a Roma de la presidencia de la Conferencia Episcopal Española. Habría sido favorecido por el nuevo nuncio apostólico en España, el filipino Bernardito Auza, anteriormente en la ONU en Nueva York, también observó la prensa española.

En Roma, Pedro Sánchez también se reunirá con su homólogo italiano, Giuseppe Conte.

 

Traducido por Raquel Anillo

 

 

 

 

Pandemia: Nuevo contagio en el Vaticano, en Santa Marta

Supervisión “constante”

octubre 18, 2020 11:28

Ciudad del Vaticano

(zenit – 18 octubre 2020).- Se curan tres casos de COVID detectados en el Vaticano, anuncia la Santa Sede, mientras se detecta un nuevo caso, que se suma a los casos anotados entre los guardias suizos.

Un comunicado en italiano de Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, publicado este sábado 17 de octubre de 2020, anuncia que “los tres casos positivos entre los residentes y ciudadanos del Estado de la Ciudad del Vaticano son curados”.

Precisa que “se ha identificado otro caso de positividad al COVID-19 entre los residentes del estado, a lo que se suman los casos positivos observados entre los guardias suizos”.

Se trata de una persona que vive en la Casa Santa Marta, donde reside el Papa Francisco, por lo que fue retirado: “Este paciente, actualmente asintomático, ha sido puesto en aislamiento, al igual que los que han entrado en contacto directo con él, y abandonó temporalmente la Casa Santa Marta, donde reside habitualmente”.

“Se siguen respetando las disposiciones decretadas por la Santa Sede y la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y se vigila constantemente la salud de todos los habitantes de la Casa”, añadió Matteo Bruni.

Traducido por Raquel Anillo

 

 

 

 

Domingo Mundial de las Misiones: “¡Aquí estoy, envíame!”

Obras Misionales Pontificias de México

octubre 18, 2020 10:00

Iglesia y Mundo

(zenit – 16 oct. 2020)-. Este 18 de octubre estamos celebrando el Domingo Mundial de las Misiones, gran fiesta misionera de la Iglesia universal.

Durante este día, también conocido como DOMUND, todos los bautizados nos unimos en oración por quienes han consagrado su vida para llevar la Buena Nueva a cada rincón de la tierra; de igual manera, el DOMUND, se presenta como una oportunidad para colaborar con las misiones y tomar conciencia de la común responsabilidad que tenemos con el cumplimiento del mandato misionero.

El año pasado, en octubre, se vivió el Mes Misionero Extraordinario y bajo el lema “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”, fuimos convocados a retomar conciencia de nuestro Bautismo y de la importancia de la misión ad gentes. Hoy la pregunta es: ¿cómo asumimos nuestro compromiso con la Misión?

 

Cooperación misionera

Por el Bautismo todos somos misioneros y nuestra tarea es cumplir esa misión, la de propagar el Evangelio entre todos los pueblos. A cada uno le toca hacerlo desde su trinchera, se trata de dar respuesta como auténticos discípulos de Cristo a todo aquello que nos interpela en cada una de nuestras realidades.

Paulina Jaricot, originaria de Lyon, Francia, fue una joven francesa que dio respuesta al mandato misionero desde su trinchera. El contexto social en el que vivió, caracterizado por la tensión entre la Iglesia y el Estado, ponía en constante riesgo la continuidad de la labor evangelizadora. Sin embargo, la vocación misionera de su hermano y su capacidad de percibir la necesidad del otro la impulsaron a crear un fondo de ayuda para las misiones.

Esta idea se concretó en 1820 en forma de colecta hecha de mano a mano; esta acción, enfocada en la ayuda al prójimo y la colaboración con las misiones, rápidamente se difundió convirtiéndose así en los cimientos de la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe, actual promotora del Domingo Mundial de las Misiones.

Como Iglesia estamos llamados a remar a juntos, a asumir nuestro compromiso. Hoy en día, más allá de la colaboración material, el DOMUND es un día para ser partícipes con nuestra oración, testimonio y sacrificio; o vas o envías o ayudas a enviar. Por ello cabe recordar las palabras del Papa en su mensaje para la jornada de este año:

“La celebración del Domingo Mundial de las Misiones también significa reafirmar cómo la oración, la reflexión y la ayuda material de sus ofrendas son oportunidades para participar activamente en la misión de Jesús en su Iglesia. La caridad, que se expresa en la colecta de las celebraciones litúrgicas del tercer domingo de octubre, tiene como objetivo apoyar la tarea misionera realizada en mi nombre por las Obras Misionales Pontificias, para hacer frente a las necesidades espirituales y materiales de los pueblos y las iglesias del mundo entero y para la salvación de todos”.

 

Compromiso con la misión ad gentes

El mandato misionero no puede ser más específico: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todas las naciones” (Mc 16,15). La misión ad gentes, aquella que tiene como destinatarios los pueblos, grupos humanos, contextos socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos, sigue vigente hoy en día y requiere colaboradores comprometidos. Por ello, no podemos apartar la mirada de aquellos que, abandonándolo todo, se han entregado al servicio de la evangelización en territorios alejados de su país de origen.

Las necesidades en tierra de misión son muchas y diversas. De acuerdo con la agencia Fides para 2019 había 1.115 territorios de misión dependientes de la Congregación para la Evangelización de los pueblos y en cada una de ellas existen proyectos enfocados a la evangelización, la educación, la salud y a la mejora de las condiciones de vida de cada una de las comunidades. Cada uno de estos proyectos ha sido posible gracias a la caridad reflejada en la colecta realizada cada año el penúltimo domingo de octubre.

 

Nuestra Respuesta

Este año el Papa Francisco nos invita a vivir el Domingo Mundial de las Misiones bajo el lema “Aquí estoy, envíame”, y nos exhorta a reflexionar, a partir de la vocación de Isaías (Is 6, 8), la respuesta que, como bautizados damos a Dios, y la manera en que cumplimos con nuestra misión ante los sufrimientos y desafíos causados por la pandemia del COVID-19.

Comprender lo que Dios nos está diciendo en estos tiempos de pandemia también se convierte en un desafío para la misión de la Iglesia. La enfermedad, el sufrimiento, el miedo, el aislamiento nos interpelan. En este contexto el Señor nos pregunta: ¿A quién enviaré?

Dios continúa buscando a quién enviar al mundo y a cada pueblo, para testimoniar su amor, su salvación del pecado y la muerte, su liberación del mal; Él espera nuestra respuesta, generosa y convencida: ¡Aquí estoy, envíame!

 

Diana Monroy Rodríguez, coordinadora editorial de OMPE México

 

 

 

 

San Lucas, patrón de los médicos

Y ayuda durante la pandemia

octubre 18, 2020 09:00

Testimonios

(zenit – 15 oct. 2020)-. Hoy, 18 de octubre se celebra la fiesta de san Lucas, evangelista y patrón de los médicos.

D. Manuel González López de Lemus, sacerdote de la prelatura del Opus Dei, ofrece un artículo sobre la figura de este santo.

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Hace un par de años, le pedí a una sobrina, que estudia Medicina, que buscara en la facultad unos azulejos que recuerdo haber visto cuando estudié allí.

A finales de los 70, un día yendo de un aula a otra me encontré la siguiente máxima sobre la pared: “El médico que sólo medicina sabe, ni tan siquiera medina sabe. Ese consejo me ha hecho pensar muchas veces de la sabiduría que lleva dentro de ese mensaje.

La medicina, no son solo conocimientos, es trato amable y respetuoso con los pacientes, personal sanitario y colegas; empatía, saber ponerse en el lugar de los demás; simpatía; capacidad de trabajar en equipo; amor y cariño por los que tenemos a nuestro alrededor… En definitiva, saber cuidar y respetar las relaciones interpersonales.

Ha sido tradición entre la clase médica descubrir a grandes literatos, artistas de todo tipo, deportistas, cetreros… Es decir: Hombres y mujeres que han sabido hacer otras cosas, y no solo medicina. Tereas que los han enriquecido y que además han servido para que tengan una visión más universal de su vida y trabajo. Y todo esto abre la mente hacia el mundo y los demás. Ver la vida por un canuto, sea cual sea, es un empobrecimiento que no nos lleva a ser mejores médicos.

 

“El que ilumina”

San Lucas, médico de la antigüedad, hace ya 21 siglos era un hombre culto que sabía más cosas que medicina. Los estudiosos han trabajado sobre los textos de sus dos obras, que se incluyen en la Sagrada Escritura: su Evangelio, según san Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Todos coinciden que el griego del evangelista es pulcro y de alta calidad. Era un hombre que sabía escribir y describir muy bien.

Su nombre, Lucas, viene del griego y del latín y significa “el que ilumina” el que da luz. Que nombre más apropiado para un evangelista que nos trae la Palabra de Dios que, con Cristo Jesús, es Luz para las gentes… Hay también teorías, no probadas, que dicen que viene del hebreo y que significa “huracán”.

De sus datos biográficos sabemos que nació en Antioquía, actualmente Turquía, que era descendiente de los judíos de la diáspora, aquellos que se asentaron por todo el Mediterráneo, después del exilio asirio. San Pablo le menciona en sus cartas y deja caer que es de educación griega, propia de su entorno y médico de profesión.

 

Profunda investigación

San Lucas hizo una profunda investigación para escribir su Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. Seguro que dedicó mucho tiempo a entrevistar y recoger testimonios de muchos apóstoles y otros testigos presenciales de los hechos de la vida de Jesús y de los primeros cristianos.

Su Evangelio es el más largo de los cuatro y recoge el abanico más amplio de la vida de Jesucristo y su entorno. Se extiende desde la anunciación de Juan el Bautista por él ángel Gabriel a Zacarías, hasta la Ascensión del Señor a los cielos. Es un buen libro para comenzar a conocer a Nuestro Señor Jesucristo.

Es el mejor redactado de los evangelios, por el uso elegante y equilibrado del griego, como solo de una persona culta y erudita se podía esperar. Al leer la infancia de Jesús con tanto detalle, advertimos que sus fuentes de información son muy exhaustivas, de lo cual los exégetas han deducido que conoció y trató a María Santísima, Madre de Jesús.

Los detalles de la Encarnación o Anunciación, el Nacimiento de Jesús, la Presentación en el Templo de Jerusalén, la huída a Egipto y Jesús perdido y hallado en el Templo, entre otros. Todo esto hace que el Evangelio de S. Lucas sea imprescindible para el conocimiento de la infancia del Salvador.

 

Autor de imágenes

La tradición nos ha transmitido que la misma María Santísima transcribió el canto del Magníficat a este santo, cosa que solo ella conocía y que solo ella podía transmitir. También añade la tradición que Lucas es el autor de las imágenes más antiguas de María que se conserva en la basílica de Santa María la Mayor, primer templo cristiano dedicado a María.

Los romanos conocen a esa hermosa imagen como la Salus Populis Romani, a la cual acuden los ante cualquier necesidad perentoria. Por eso, ante esta pandemia también muchos romanos se han acercado a este templo. El Papa Francisco, entre ellos, acudió a ella para pedir e interceder por los romanos y por todo el mundo.

Esta tradición, por lo tanto, nos dice que san Lucas también tenía dotes artísticas de pintor. El mismo firma sus relatos de modo discreto y velado para dejar claro que fue María, la Virgen su fuente principal, al acabar en dos ocasiones la escena con las siguientes palabras: “María conservaba todas estas cosas en su corazón” (Lucas 2:19; 2:51).

 

Hechos de los Apóstoles

El evangelista relata el libro de los Hechos de los Apóstoles en dos modalidades, una habla de los hechos en primera persona, como si fuese testigo presencial, que parece que lo fue y una segunda parte en tercera persona, como si hubiese tenido información recibida de otros testigos. Fue compañero de san Pablo, algunos autores dicen que eran parientes. San Pablo en su carta a los colosenses le llama: “el médico querido”.

Predicó el Evangelio en Roma, las Galias, Libia, Macedonia, Dalmacia, y Grecia. Murió, ahorcado por testimonio de su fe, en Acaya, a los 84 años, y su cuerpo fue trasladado a Constantinopla inicialmente y después a Pavia. Quiso que le enterraran junto a una pintura de Nuestra Señora, que el mismo había hecho. Luego sus huesos fueron trasladados a Constantinopla y más tarde a Pavia. Y su cabeza se trasladó a Roma, donde hasta hoy puede ser venerada.

 

Iconografía

Se le representa simbólicamente en la iconografía cristiana con el toro alado, con base en una visión del profeta Ezequiel: “Había en el centro como una forma de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: tenían forma humana. Tenían cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno. Sus piernas eran rectas y la planta de sus pies era como la planta de la pezuña del buey, y relucían como el fulgor del bronce bruñido. Bajo sus alas había unas manos humanas vueltas hacia las cuatro direcciones, lo mismo que sus caras y sus alas, las de los cuatro. Sus alas estaban unidas una con otra; al andar no se volvían; cada uno marchaba de frente. En cuanto a la forma de sus caras, era una cara de hombre, y los cuatro tenían cara de león a la derecha, los cuatro tenían cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenían cara de águila (Ezequiel 1, 5-10).

Varios países han adoptado el día de San Lucas como Día del Médico; también varias asociaciones médicas llevan su nombre.

 

La respuesta, en el Resucitado

Su fiesta nos puede hacer reflexionar con algo que me pasó con un antiguo compañero de facultad. A mi amigo Antonio, intensivista en Sevilla, cuando comenzó la pandemia le pregunté: “Antonio, ¿Y tú como lo ves, crees que hay alguna solución?”.

Y él, que no es de soluciones fáciles ni milagritos por doquier, con conocimiento de causa, con fuerza y contundencia me dijo: “Dile a la gente que dejen de hacer cosas inútiles, como ver la televisión, quejarse de lo que no hacen los demás y que recen, por los enfermos y por nosotros médicos y todo el personal sanitario. La respuesta y la solución están en el Resucitado”.

 

Rezar por los sanitarios

Quiero acabar estas líneas, en estos momentos tan difíciles para tantos que más que aplaudir y alabar al personal sanitario, que han demostrado ser verdaderos héroes, que recemos por ellos y san Lucas, que celebra su fiesta el 18 de octubre, es una nueva oportunidad para añadir a un intercesor para acudir a Dios, que oiga nuestras plegarias haciéndonos reaccionar.

San Lucas, tú que eres médico, cuida de tus colegas, sana a los enfermos y cuida de la salud de todos nosotros. Bien que ahora escasea y por el que necesitamos dar gracias y no darlo por supuesto. Gracias por nuestra salud y que la conservemos. San Lucas, ruega por nosotros.

 

D. Manuel González López de Lemus, sacerdote,
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San Pablo de la Cruz, 19 de octubre

Servidor de los más pobres y enfermos

octubre 18, 2020 09:00

Testimonios

 

“Fundador de los pasionistas. El más grande místico italiano del siglo XVIII. Consagró su vida a promover la memoria de la Pasión de Cristo; lo prometió a la Virgen Salus Populi Romani en la basílica romana de Santa María la Mayor”

Paolo Francesco Danei Massari (San Pablo de la Cruz) nació en Ovada, Italia, el 3 de enero de 1694. Era hijo de un comerciante. De dieciséis hermanos nacidos en la familia, solo sobrevivieron seis. Las penurias económicas marcaron su infancia. Viéndose obligado a trabajar y cambiar con frecuencia de domicilio, apenas pudo estudiar. Pero sus padres compensaron esta dificultad legándole un patrimonio inigualable para conocer y experimentar la verdadera sabiduría que procede de Dios. Luchino, su padre, le leía vidas de santos y le marcaba la senda que le convenía seguir, manteniéndole al abrigo de malas compañías. Su madre, Anna María, suscitó en él un amor inmenso por el Crucificado, enseñándole a acudir a Él ante cualquier contrariedad de la vida, que ya en su infancia determinó entregarle.

En un sermón se produjo lo que denominó su “conversión”. Fue en 1713. Después de escuchar el pasaje evangélico: “Si no os convertís, todos pereceréis” (Lc 13,5), “sintió un impulso irresistible de darse a una vida santa y perfecta”, hizo confesión general, y tomó la vía penitencial alentado por la oración y lectura de las biografías de los santos que conocía. Junto a jóvenes afines, promovió una asociación de asistencia al prójimo; su palabra y ejemplo propició la consagración religiosa de algunos. Quiso ser mártir de la fe, y durante un año luchó en la cruzada contra los turcos impulsada por Clemente XI. Viendo que no era su camino, regresó junto a sus padres y llevó vida de intensa oración y penitencia. En ese periodo se le presentó un futuro halagüeño a nivel empresarial y personal, con un ventajoso matrimonio, aunque nada de ello logró seducirle.

En 1720, en sueños, vio el hábito distintivo de la Orden que debía fundar, y a renglón seguido María le confirmaba que ésta debería tener como carisma el amor a la Pasión. De ahí brotó su hondo sentimiento: “Ser y hacer memoria del Crucificado y de los crucificados”. Con permiso del obispo de Alejandría, que le impuso el hábito, se recluyó en un inhóspito y húmedo trastero de la sacristía de la iglesia de San Carlos, de Castellazzo. Ayunando, sin apenas descanso, compuso las reglas e inició la redacción de un “Diario espiritual” que tuvo que escribir por obediencia. Este era su afán: “No deseo saber otra cosa ni quiero gustar consuelo alguno; solo deseo estar crucificado con Jesús”.

Viviendo en soledad, emprendió su acción apostólica en zonas circundantes. Los destinatarios eran los niños a los que catequizaba. Difundió las Misiones Populares en el entorno con grandes frutos. Entre las primeras vocaciones hubo abandonos de los que pensaron que no podrían sobrellevar el rigor de la regla. Pero él siguió predicando, crucifijo en mano, con los brazos extendidos. Colocaba al lado una cruz de grandes proporciones y se dirigía al Crucificado. En su táctica apostólica, ensamblada con la fe, no había lugar para falsos pudores humanos. Cuando observaba que los corazones no se encendían ante el relato de los sufrimientos del Redentor, él mismo se infligía azotes ante el auditorio. A veces, aparecía con una corona de espinas en la cabeza. Había escrito: “el camino más corto para llegar a la santidad es el perderse enteramente en el abismo del sufrimiento del Salvador”. Todo lo que tenía de inflexible a la hora de invitar a los pecadores a la conversión radical, se trocaba en comprensión y paciencia cuando los recibía en confesión; los animaba y confortaba haciéndoles ver la viabilidad de la perfección. Era claro en sus apreciaciones: “Si queréis, llevad un collar de perlas cuando salgáis, pero recordad que Jesús ha llevado una cuerda y una cadena al cuello”.

En 1721 llegó a Roma soñando en la aprobación pontificia de la regla, pero fue tratado despóticamente por la guardia. Luego, ante la Virgen Salus Populi Romani, en la basílica de Santa María la Mayor, prometió “dedicarse a promover en los fieles la devoción a la Pasión de Cristo y empeñarse en reunir compañeros para hacer esto mismo”. Su hermano carnal, Juan Bautista, se unió a él en Castellazzo; le acompañó en las misiones y fue su confesor hasta su muerte. En una ocasión hubo entre ellos un malentendido, y el santo le retiró la palabra. Tres días más tarde se postró de rodillas ante él y le pidió perdón. Después de intentos infructuosos para fundar, ambos se trasladaron a Roma; trabajaron en el hospital de San Gallicano. Fueron ordenados sacerdotes en 1727 por Benedicto XIII, quien les autorizó a fundar. Se instalaron en Monte Argentario y allí florecieron las vocaciones dando lugar al primer convento que se abrió en 1737.

Suavizada la regla por una comisión cardenalicia, Benedicto XIV la reconoció en 1741. En su carisma se hallaba la predilección por los pobres, aunque la idea rectora era infundir en todos el amor a Cristo crucificado ya que con él quedaría erradicada toda injusticia promovida por el pecado. “Cuando cometáis una falta, humillaos delante de Dios con profundo arrepentimiento, y luego, con un acto de gran confianza lanzad vuestra culpa al océano de su inmensa bondad”. “Los sufrimientos de Jesús deben ser las joyas de nuestro corazón”. “Cuando estéis angustiados por temores y dudas, decid a Jesús crucificado: ¡Oh, Jesús, amor de mi corazón, yo creo en ti, espero en ti, te amo sólo a ti!”. Como no podía ser menos en alguien que amaba al Crucificado, tenía gran devoción por María que transmitió: “Rogad a María que bañe vuestro corazón con sus lágrimas dolorosas, con el fin de que tengáis un continuo recuerdo de la Pasión de Jesús y de sus penas maternales”.

En 1771 fundó las Hermanas Pasionistas. En 1772 vio que se acercaba su muerte, solicitó la bendición del Papa y éste le dijo que la Iglesia lo necesitaba. Tres años más tarde, el 18 de octubre de 1775, se apagó su vida. Dejaba atrás más de una decena de casas abiertas, dos centenares de misiones, 80 ejercicios espirituales e incontables conversiones. Había recibido el don de profecía y de milagros. Pío IX lo beatificó el 1 de mayo de 1853, y lo canonizó el 29 de junio de 1867.