Boletín Diario de Zenit


 

 

Servicio diario - 09 de diciembre de 2020


 

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: “La oración cristiana es plenamente humana”
Gabriel Sales Triguero
Ciclo sobre la oración

CIUDAD DEL VATICANO
Año de san José: Cómo conseguir indulgencias
Larissa I. López
Decreto de la Penitenciaría

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: Catequesis completa, “La oración de súplica”
Gabriel Sales Triguero
Dios siempre responde

PAPA FRANCISCO
Argentina: Videomensaje del Papa al finalizar el Año Mariano
Larissa I. López
“María, Madre y discípula”

IGLESIA LOCAL
Perú: La Iglesia se pronuncia ante crisis del sector agrícola
Larissa I. López
Diálogo, camino para soluciones

AUDIENCIA GENERAL
El Papa invoca la protección de san José, Patrono de la Iglesia
Gabriel Sales Triguero
Carta Apostólica ‘Patris corde’

PAPA FRANCISCO
Día de la Inmaculada: El Papa saluda a soldados de seguridad del Vaticano
Larissa I. López
Y les deja un regalo

DICASTERIOS
Congregación para la Educación Católica: Instrucciones para Institutos de Estudios Superiores
Larissa I. López
Tres nuevas normas

CIUDAD DEL VATICANO
Vaticano: El cardenal Parolin hospitalizado para una operación programada
Larissa I. López
En el Policlínico Gemelli

AUDIENCIA GENERAL
Papa Francisco: San Juan Diego, “enviado” de la Virgen
Gabriel Sales Triguero
Saludo a fieles de lengua española

ESPIRITUALIDAD
Nuestra Señora de Guadalupe: Cómo obtener indulgencia plenaria
Redacción zenit
Artículo de ‘Desde la fe’

ARTE Y CULTURA
XL Premio Fernando Rielo de Poesía Mística: 12 obras finalistas
Redacción zenit
Autores de varios países

ANÁLISIS
Cardenal Felipe Arizmendi: “La casita guadalupana”
Felipe Arizmendi Esquivel
Fiestas de Guadalupe en pandemia

TESTIMONIOS
Beato Marco Antonio Durando, 10 de diciembre
Isabel Orellana Vilches
Miembro de la Congregación de la Misión


 

 

 

Audiencia general: “La oración cristiana es plenamente humana”

Ciclo sobre la oración

diciembre 09, 2020 10:15

Audiencia General

(zenit – 9 dic. 2020).- En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco ha destacado que la “oración cristiana es plenamente humana porque abraza la alabanza y la súplica”, realidad que se encuentra en el Padrenuestro.

Hoy, 9 de diciembre de 2020, el Santo Padre ha presidido la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, de nuevo sin fieles, como medida de prevención frente a la COVID-19, y ha proseguido con la serie de catequesis sobre la oración, bajo el argumento “La oración de súplica”.

En sus palabras en español, el Papa se ha centrado en la oración de súplica de todos los seres humanos como “invocación de ayuda al Señor” que compartimos con toda la creación, que “lleva impreso el anhelo de Dios y ansía alcanzar su realización”. Nuestro consuelo, afirma, “es la seguridad de que Él escucha siempre nuestras súplicas y responde a nuestros ruegos como Padre amoroso”.

 

Modelo de toda oración

El Pontífice ha señalado el Padrenuestro como “modelo de toda oración”, a través de la que “nos dirigimos a Dios como hijos y con confianza filial le presentamos todas nuestras necesidades”.

En ella, prosigue, suplicamos al Padre tanto “los dones más sublimes, como la venida de su reino y todo lo necesario para acogerlo”, como los “más sencillos, como el pan de cada día, que incluye salud, casa, comida, esenciales para nuestra vida corporal”, y del mismo modo la Eucaristía, “alimento para nuestra vida espiritual”.

 

Oración humana

Francisco también ha indicado que pedir y suplicar “es algo muy humano”, pues “como creaturas no somos autónomos, sino que dependemos de la bondad del Señor”. Prueba de esto, añade, “es la precariedad de nuestra condición humana, marcada por la enfermedad, las injusticias, la soledad, el sufrimiento”.

Por último, ha subrayado que “cuando parece que todo está perdido, sentimos la necesidad de rezar a Dios”, y la “oración ilumina la oscuridad interior que nos angustia y nos abre a la esperanza”.

 

 

 

 

Año de san José: Cómo conseguir indulgencias

Decreto de la Penitenciaría

diciembre 09, 2020 14:04

Ciudad del Vaticano
Documentos

(zenit – 9 dic. 2020).- La Penitenciaría Apostólica del Vaticano emite un Decreto a través del que concede indulgencias especiales con ocasión del Año de san José, convocado por el Papa Francisco para celebrar el 150 aniversario de la proclamación de san José como Patrono de la Iglesia universal.

Hasta el 8 de diciembre de 2021, los fieles, al participar en el Año de san José, podrán obtener la Indulgencia a través de diversos métodos que la Penitenciaría enumera en el Decreto.

 

Cómo conseguir indulgencias

De este modo, de acuerdo al citado documento: la indulgencia plenaria se concede a aquellos que “mediten durante al menos 30 minutos en el rezo del Padrenuestro, o que participen en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación sobre san José”; a aquellos que, siguiendo el ejemplo de San José, “realicen una obra de misericordia corporal o espiritual, también podrán lograr el don de la Indulgencia plenaria”; y recen el santo Rosario “en las familias y entre los novios”.

Igualmente, podrá conseguir la indulgencia plenaria todo aquel que confíe “diariamente su trabajo a la protección de san José” y “todo creyente que invoque con sus oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno”.

Asimismo, “los fieles que recen la letanía de San José (para la tradición latina), o el Akathistos a San José, en su totalidad o al menos una parte de ella (para la tradición bizantina), o alguna otra oración a San José, propia de las otras tradiciones litúrgicas, en favor de la Iglesia perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda forma de persecución”, señala el Decreto.

Por otro lado, “con el fin de reafirmar la universalidad del patrocinio de la Iglesia por parte de San José, además de las ocasiones mencionadas”, la Penitenciaría Apostólica “concede una indulgencia plenaria a los fieles que recen cualquier oración o acto de piedad legítimamente aprobado en honor de San José, por ejemplo ‘A ti, oh bienaventurado José’, especialmente el 19 de marzo y el 1 de mayo, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el domingo de San José (según la tradición bizantina), el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo según la tradición latina”.

 

Ancianos, enfermos y moribundos

Dado el actual contexto de emergencia sanitaria, el texto contempla que el don de la indulgencia plenaria se extienda “particularmente a los ancianos, los enfermos, los moribundos y todos aquellos que por razones legítimas no pueden salir de su casa, los cuales, con el ánimo desprendido de cualquier pecado y con la intención de cumplir, tan pronto como sea posible, las tres condiciones habituales, en su propia casa o dondequiera que el impedimento les retenga, recen un acto de piedad en honor de San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena muerte, ofreciendo con confianza a Dios los dolores y las dificultades de su vida”.

Finalmente, la Penitenciaría “ruega encarecidamente” que todos los sacerdotes “se ofrezcan con un ánimo dispuesto y generoso a la celebración del sacramento de la Penitencia y administren a menudo la Sagrada Comunión a los enfermos”.

A continuación, sigue el Decreto completo de la Penitenciaría Apostólica.

***

 

D E C R E T O

 

Se concede el don de indulgencias especiales con ocasión del Año de San José, convocado por el Papa Francisco para celebrar el 150 aniversario de la proclamación de San José como patrono de la Iglesia universal.

Hoy se cumple el 150 aniversario del decreto Quemadmodum Deus, por el cual el Beato Pío IX, conmovido por las graves y luctuosas circunstancias en las que se encontraba una Iglesia acosada por la hostilidad de los hombres, declaró a san José Patrono de la Iglesia Católica.

Para perpetuar la dedicación de toda la Iglesia al poderoso patrocinio del Custodio de Jesús, el Papa Francisco ha establecido que, desde hoy, el aniversario del decreto de proclamación así como el día consagrado a la Virgen Inmaculada y esposa del casto José, hasta el 8 de diciembre de 2021, se celebre un Año especial de San José, en el que cada fiel, siguiendo su ejemplo, pueda fortalecer diariamente su vida de fe en el pleno cumplimiento de la voluntad de Dios.

Todos los fieles tendrán así la oportunidad de comprometerse, con oraciones y buenas obras, para obtener, con la ayuda de San José, cabeza de la celestial Familia de Nazaret, consuelo y alivio de las graves tribulaciones humanas y sociales que afligen al mundo contemporáneo.

La devoción al Custodio del Redentor se ha desarrollado ampliamente a lo largo de la historia de la Iglesia, que no sólo le atribuye uno de los cultos más altos después del de la Madre de Dios su esposa, sino que también le ha otorgado muchos patrocinios.

El Magisterio de la Iglesia sigue descubriendo grandezas antiguas y nuevas en este tesoro que es San José, como el padre de Evangelio de Mateo “que extrae de su tesoro cosas nuevas y viejas” (Mt 13, 52).

De gran beneficio para la perfecta consecución del fin que se persigue será el don de las Indulgencias que la Penitenciaría Apostólica, por medio del presente decreto emitido de acuerdo con la voluntad del Papa Francisco, concede benévolamente durante el Año de San José.

La indulgencia plenaria se concede en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre) a los fieles que, con espíritu desprendido de cualquier pecado, participen en el Año de San José en las ocasiones y en el modo indicado por esta Penitenciaría Apostólica.

-a. San José, auténtico hombre de fe, nos invita a redescubrir nuestra relación filial con el Padre, a renovar nuestra fidelidad a la oración, a escuchar y responder con profundo discernimiento a la voluntad de Dios. La Indulgencia plenaria se concede a aquellos que mediten durante al menos 30 minutos en el rezo del Padre Nuestro, o que participen en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación sobre San José;

-b. El Evangelio atribuye a San José el título de “hombre justo” (cf. Mt 1,19): él, guardián del “íntimo secreto que se halla en el fondo del corazón y del alma”,(1) depositario del misterio de Dios y, por tanto, patrono ideal del foro interior, nos impulsa a redescubrir el valor del silencio, de la prudencia y de la lealtad en el cumplimiento de nuestros deberes. La virtud de la justicia practicada de manera ejemplar por José es la plena adhesión a la ley divina, que es la ley de la misericordia, “porque es precisamente la misericordia de Dios que lleva a cumplimiento la verdadera justicia”(2). Por lo tanto, aquellos que, siguiendo el ejemplo de San José, realicen una obra de misericordia corporal o espiritual, también podrán lograr el don de la Indulgencia plenaria;

-c. El aspecto principal de la vocación de José fue ser custodio de la Sagrada Familia de Nazaret, esposo de la Santísima Virgen María y padre legal de Jesús. Para que todas las familias cristianas sean estimuladas a recrear el mismo clima de íntima comunión, amor y oración que se vivía en la Sagrada Familia, se concede la Indulgencia Plenaria por el rezo del Santo Rosario en las familias y entre los novios.

-d. El 1 de mayo de 1955, el Siervo de Dios Pío XII instituyó la fiesta de San José obrero, “con la intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo y que ella inspire la vida social y las leyes fundadas sobre la equitativa repartición de derechos y de deberes”.(3). Podrá, por lo tanto, conseguir la indulgencia plenaria todo aquel que confíe diariamente su trabajo a la protección de San José y a todo creyente que invoque con sus oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno.

-e. La huida de la Sagrada Familia a Egipto “nos muestra Dios está allí donde el hombre está en peligro, allí donde el hombre sufre, allí donde huye, donde experimenta el rechazo y el abandono” (4). Se concede la indulgencia plenaria a los fieles que recen la letanía de San José (para la tradición latina), o el Akathistos a San José, en su totalidad o al menos una parte de ella (para la tradición bizantina), o alguna otra oración a San José, propia de las otras tradiciones litúrgicas, en favor de la Iglesia perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda forma de persecución.

Santa Teresa de Ávila reconoció en San José al protector de todas las circunstancias de la vida: “A otros parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas” (5). Más recientemente, San Juan Pablo II reiteró que la figura de San José adquiere “una renovada actualidad para la Iglesia de nuestro tiempo, en relación con el nuevo milenio cristiano”.(6)

Con el fin de reafirmar la universalidad del patrocinio de la Iglesia por parte de San José, además de las ocasiones mencionadas, la Penitenciaría Apostólica concede una indulgencia plenaria a los fieles que recen cualquier oración o acto de piedad legítimamente aprobado en honor de San José, por ejemplo “A ti, oh bienaventurado José”, especialmente el 19 de marzo y el 1 de mayo, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el domingo de San José (según la tradición bizantina), el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo según la tradición latina.

En el actual contexto de emergencia sanitaria, el don de la indulgencia plenaria se extiende particularmente a los ancianos, los enfermos, los moribundos y todos aquellos que por razones legítimas no pueden salir de su casa, los cuales, con el ánimo desprendido de cualquier pecado y con la intención de cumplir, tan pronto como sea posible, las tres condiciones habituales, en su propia casa o dondequiera que el impedimento les retenga, recen un acto de piedad en honor de San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena muerte, ofreciendo con confianza a Dios los dolores y las dificultades de su vida.

Para que el logro de la gracia divina a través del poder de las Llaves sea facilitado pastoralmente, esta Penitenciaría ruega encarecidamente que todos los sacerdotes con las facultades apropiadas se ofrezcan con un ánimo dispuesto y generoso a la celebración del sacramento de la Penitencia y administren a menudo la Sagrada Comunión a los enfermos.

Este decreto es válido para el Año de San José, no obstante cualquier disposición en contrario.

Dado en Roma, por la Sede de la Penitenciaría Apostólica, el 8 de diciembre de 2020.

 

Mauro Card. Piacenza, Penitenciario Mayor

K r z y s z t of  N y k i e l, Regente

L+ S.

 

Prot. no. 866/20/I

  1. Pío XI, Discurso con motivo de la proclamación de las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Emilia de Vialaren “L’Osservatore Romano”, año LXXV, n.67, marzo 1935.I
  2. Francisco, Audiencia general(3 de febrero de 2016)
  3. Pío XII, Discurso con motivo de la solemnidad de san José obrero, (1 de mayo de 1955) en Discorsi e Radiomessaggi di Sua Santitá Pio XII, XVII 71-76.
  4. Francisco, Angelus (29 diciembre 2013)
  5. Teresa de Ávila, Libro de La Vida, VI, 6
  6. Juan Pablo II, Exhortación apostólica Redemptoris Custos,sobre la figura y misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia (15 agosto 1989).

 

 

 

 

Audiencia general: Catequesis completa, “La oración de súplica”

Dios siempre responde

diciembre 09, 2020 12:50

Audiencia General

(zenit – 9 dic. 2020).- En la audiencia general, el Papa Francisco ha descrito la oración de petición cristiana como “plenamente humana”, pues incorpora “la alabanza y la súplica”, presentes en el Padrenuestro que Jesús enseña a sus discípulos para ponerlos en “relación de confianza filial” con Dios.

La audiencia general de hoy, 9 de diciembre de 2020, ha sido emitida desde la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, sin fieles, en prevención frente a la COVID-19. A lo largo de la misma, el Santo Padre ha continuado con el ciclo de catequesis sobre la oración, centrándose en el tema “La oración de súplica” (Lectura: Sal. 28, 1-2. 6-7).

 

Súplica por los dones

Al comienzo de la catequesis, el Papa ha destacado la súplica al Padre tanto por los dones más elevados como “la santificación de su nombre entre los hombres, el advenimiento de su señoría, la realización de su voluntad de bien en relación con el mundo”, como por los más cotidianos, como el “pan de cada día”, que significa “la salud, la casa, el trabajo, las cosas de todos los días” y también “la Eucaristía, necesaria para la vida en Cristo”.

Además de los “dones más sublimes”, recordados por el Catecismo, y de los “más sencillos”, encontrados en el Padrenuestro, el Pontífice se refiere a la petición por “el perdón de los pecados —que es algo cotidiano; siempre necesitamos perdón—, y por tanto la paz en nuestras relaciones”; y finalmente “que nos ayude en las tentaciones y nos libre del mal”.

 

Soledad y auxilio

Francisco ha definido al ser humano como una “invocación que a veces se convierte en un grito, a menudo contenido”, creyendo no necesitar nada y viviendo “en la autosuficiencia más completa”. Tarde o temprano, apunta, “esta ilusión se desvanece”.

En esta línea, subraya “el tiempo de la melancolía o de la soledad” que todos vivimos en algún momento, y que la Biblia “no se avergüenza de mostrar la condición humana” afectada por la enfermedad, la injusticia, la traición o las amenazas. Frente a la apariencia de que “todo se derrumba”, la única salida es “el grito, la oración ‘Señor, ayúdame’” que “abre destellos de luz en la más densa oscuridad”.

 

La oración de la creación

Recordando las palabras de san Pablo, el Obispo de Roma ha indicado que toda la creación “lleva inscrito el deseo de Dios” y le reza, pues “gime hasta el presente y sufre dolores de parto”.

Nosotros, añade, “poseemos las primicias del Espíritu (…) gemimos en nuestro interior anhelando el rescate” y en nuestro cuerpo “resuena el gemido multiforme de las creaturas”. Y cita la “expresión poética” de Tertuliano para decir que nosotros “somos los únicos que rezamos conscientemente, que sabemos que nos dirigimos al Padre, y que entramos en diálogo” con Él.

 

Rezar sin vergüenza

El Sucesor de Pedro expresa la necesidad de orar sin ningún tipo de vergüenza, sin escandalizarse por tener que rezar, sobre todo cuando hay aprieto. Se trata, prosigue, de un “grito del corazón hacia Dios que es Padre”, que debe también realizarse en los tiempos de alegría: agradecerle “por cada cosa que se nos da, y no dar nada por descontado o debido”.

También invita a no reprimir “la súplica que surge espontánea en nosotros. La oración de petición va a la par que la aceptación de nuestro límite y de nuestra creaturidad”. Es posible, sostiene, no creer en Dios, pero es complicado no hacerlo en la oración, que “sencillamente existe”, pues “todos tenemos que lidiar con esta voz interior que quizá puede callar durante mucho tiempo, pero un día se despierta y grita”.

 

Dios responde siempre

El Papa Francisco clarifica que “no hay orante” que “levante su lamento y no sea escuchado” por Dios, quien responde siempre y “escucha el grito de quien lo invoca”, incluso nuestras “peticiones tartamudeadas, las que quedan en el fondo del corazón, que tenemos también vergüenza de expresar”.

Para el Santo Padre, es cuestión de paciencia, de “soportar la espera”, remarcada en este tiempo de Adviento: “Incluso la muerte tiembla cuando un cristiano reza, porque sabe que todo orante tiene un aliado más fuerte que ella: el Señor Resucitado”.

Aprendamos, a “estar en la espera del Señor”, que nos visita “cada día en la intimidad de nuestro corazón si nosotros estamos a la espera”. Muchas veces, concluye el Pontífice, “no nos damos cuenta de que el Señor está cerca”, y realmente “pasa” y “llama”, pero “si tú tienes los oídos llenos de otros ruidos, no escucharás” su llamada.

A continuación, sigue la catequesis completa del Papa.

***

 

Catequesis 18. La oración de súplica.

 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuamos con nuestras reflexiones sobre la oración. La oración cristiana es plenamente humana —nosotros rezamos como personas humanas, como lo que somos—, incluye la alabanza y la súplica. De hecho, cuando Jesús enseñó a sus discípulos a rezar, lo hizo con el “Padrenuestro”, para que nos pongamos con Dios en la relación de confianza filial y le dirijamos todas nuestras necesidades. Suplicamos a Dios por los dones más sublimes: la santificación de su nombre entre los hombres, el advenimiento de su señoría, la realización de su voluntad de bien en relación con el mundo.

El Catecismo recuerda: “Hay una jerarquía en las peticiones: primero el Reino, a continuación lo que es necesario para acogerlo y para cooperar a su venida” (n. 2632). Pero en el “Padrenuestro” rezamos también por los dones más sencillos, por los dones más cotidianos, como el “pan de cada día” —que quiere decir también la salud, la casa, el trabajo, las cosas de todos los días; y también quiere decir por la Eucaristía, necesaria para la vida en Cristo—; así como rezamos por el perdón de los pecados —que es algo cotidiano; siempre necesitamos perdón—, y por tanto la paz en nuestras relaciones; y finalmente que nos ayude en las tentaciones y nos libre del mal.

Pedir, suplicar. Esto es muy humano. Escuchamos una vez más el Catecismo: “Mediante la oración de petición mostramos la conciencia de nuestra relación con Dios: por ser criaturas, no somos ni nuestro propio origen, ni dueños de nuestras adversidades, ni nuestro fin último; pero también, por ser pecadores, sabemos, como cristianos, que nos apartamos de nuestro Padre. La petición ya es un retorno hacia Él” (n. 2629).

Si uno se siente mal porque ha hecho cosas malas —es un pecador— cuando reza el Padrenuestro ya se está acercando al Señor. A veces podemos creer que no necesitamos nada, que nos bastamos nosotros mismos y vivimos en la autosuficiencia más completa. ¡A veces sucede esto! Pero antes o después esta ilusión se desvanece. El ser humano es una invocación, que a veces se convierte en grito, a menudo contenido. El alma se parece a una tierra árida, sedienta, como dice el Salmo (cf. Sal 63,2).

Todos experimentamos, en un momento u otro de nuestra existencia, el tiempo de la melancolía o de la soledad. La Biblia no se avergüenza de mostrar la condición humana marcada por la enfermedad, por las injusticias, la traición de los amigos, o la amenaza de los enemigos. A veces parece que todo se derrumba, que la vida vivida hasta ahora ha sido vana. Y en estas situaciones aparentemente sin escapatoria hay una única salida: el grito, la oración: “¡Señor, ayúdame!”. La oración abre destellos de luz en la más densa oscuridad. “¡Señor, ayúdame!”. Esto abre el camino, abre la senda.

Nosotros los seres humanos compartimos esta invocación de ayuda con toda la creación. No somos los únicos que “rezamos” en este universo exterminado: cada fragmento de la creación lleva inscrito el deseo de Dios. Y San Pablo lo expresó de esta manera. Dice así: “Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no solo ella, también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo” (Rm 8,22-24). En nosotros resuena el gemido multiforme de las creaturas: de los árboles, de las rocas, de los animales…

Todo anhela la realización. Escribió Tertuliano: “Ora toda la creación, oran los animales domésticos y los salvajes, y doblan las rodillas y, cuando salen de sus establos o guaridas, levantan la vista hacia el cielo y con la boca, a su manera, hacen vibrar el aire.También las aves, cuando despiertan, alzan el vuelo hacia el cielo y extienden las alas, en lugar de las manos, en forma de cruz y dicen algo que asemeja una oración” (De oratione, XXIX).  Esta es una expresión poética para hacer un comentario a lo que San Pablo dice “que toda la creación gime, reza”. Pero nosotros, somos los únicos que rezamos conscientemente, que sabemos que nos dirigimos al Padre, y que entramos en diálogo con el Padre.

Por tanto, no tenemos que escandalizarnos si sentimos la necesidad de rezar, no tener vergüenza. Y sobre todo cuando estamos en la necesidad, pedir. Jesús hablando de un hombre deshonesto, que debe hacer cuentas con su patrón, dice esto: “Pedir, me avergüenzo”. Y muchos de nosotros tenemos este sentimiento: tenemos vergüenza de pedir; de pedir ayuda, de pedir a alguien que nos ayude a hacer algo, a llegar a esa meta, y también vergüenza de pedir a Dios.

No hay que tener vergüenza de rezar y de decir: “Señor, necesito esto”, “Señor, estoy en esta dificultad”, “¡Ayúdame!”. Es el grito del corazón hacia Dios que es Padre. Y tenemos que aprender a hacerlo también en los tiempos felices; dar gracias a Dios por cada cosa que se nos da, y no dar nada por descontado o debido: todo es gracia. El Señor siempre nos da, siempre, y todo es gracia, todo. La gracia de Dios.

Sin embargo, no reprimamos la súplica que surge espontánea en nosotros. La oración de petición va a la par que la aceptación de nuestro límite y de nuestra creaturidad. Se puede incluso llegar a no creer en Dios, pero es difícil no creer en la oración: esta sencillamente existe; se presenta a nosotros como un grito; y todos tenemos que lidiar con esta voz interior que quizá puede callar durante mucho tiempo, pero un día se despierta y grita.

Hermanos y hermanas, sabemos que Dios responderá. No hay orante en el Libro de los Salmos que levante su lamento y no sea escuchado. Dios responde siempre: hoy, mañana, pero siempre responde, de una manera u otra. Siempre responde. La Biblia lo repite infinidad de veces: Dios escucha el grito de quien lo invoca. También nuestras peticiones tartamudeadas, las que quedan en el fondo del corazón, que tenemos también vergüenza de expresar, el Padre las  escucha y quiere donarnos el Espíritu Santo, que anima toda oración y lo transforma todo. Es cuestión de paciencia, siempre, de soportar la espera.

Ahora estamos en tiempo de Adviento, un tiempo típicamente de espera para la Navidad. Nosotros estamos en espera. Esto se ve bien. Pero también toda nuestra vida está en espera. Y la oración está en espera siempre, porque sabemos que el Señor responderá. Incluso la muerte tiembla cuando un cristiano reza, porque sabe que todo orante tiene un aliado más fuerte que ella: el Señor Resucitado. La muerte ya ha sido derrotada en Cristo, y vendrá el día en el que todo será definitivo, y ella ya no se burlará más de nuestra vida y de nuestra felicidad.

Aprendamos a estar en la espera del Señor. El Señor viene a visitarnos, no solo en estas fiestas grandes — la Navidad, la Pascua —, sino que el Señor nos visita cada día en la intimidad de nuestro corazón si nosotros estamos a la espera. Y muchas veces no nos damos cuenta de que el Señor está cerca, que llama a nuestra puerta y lo dejamos pasar. “Tengo miedo de Dios cuando pasa; tengo miedo de que pase y yo no me dé cuenta”, decía san Agustín. Y el Señor pasa, el Señor viene, el Señor llama. Pero si tú tienes los oídos llenos de otros ruidos, no escucharás la llamada del Señor.

Hermanos y hermanas, estar en espera: ¡esta es la oración!

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

Argentina: Videomensaje del Papa al finalizar el Año Mariano

“María, Madre y discípula”

diciembre 09, 2020 09:58

Papa Francisco

(zenit – 9 dic. 2020).- El Papa Francisco envió un videomensaje con ocasión de la clausura del año Mariano Nacional en Argentina que tuvo lugar ayer, 8 de diciembre de 2020.

Se trata de un evento convocado por los obispos argentinos del 8 de diciembre de 2019 hasta el 8 de diciembre del año en curso con el fin de resaltar el jubileo por los 400 años del hallazgo de la sagrada imagen de la Virgen del Valle en la provincia de Catamarca.

 

María, Madre y discípula

“El Año Mariano Nacional se clausura hoy. Un año donde, con las restricciones propias de este tiempo de pandemia, hemos seguido tantas actividades en el recuerdo y en honor a la Virgen, nuestra Madre”, expresa el Santo Padre.

En sus palabras, Francisco se une “a todos los fieles que hoy celebran el fin de este Año Mariano Nacional”, reza por ellos y pide “que recen por mí”.

“No se olviden que María es Madre y discípula. Es Madre de Jesús, es la que nos trajo Jesús al mundo. Y es discípula. Es la primera en seguir a Jesús, en hacer lo que Jesús dice, en obedecer”, continúa.

“Que la figura de María, Madre y discípula, nos acompañe en nuestra vida diaria”, deseó el Papa.

 

Año Mariano Nacional

A lo largo de este Año Mariano se rememoró la primera Misa celebrada en territorio argentino hace 500 años, en la bahía de puerto San Julián, el 1 de abril.

También se celebró el IV Congreso Mariano Nacional del 23 al 26 de abril, en Catamarca, y en el mes de septiembre, también en Catamarca, tuvo lugar el Congreso Mariológico.

 

 

 

 

 

 

Perú: La Iglesia se pronuncia ante crisis del sector agrícola

Diálogo, camino para soluciones

diciembre 09, 2020 09:51

Iglesia Local

(zenit – 9 dic. 2020).- El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Miguel Cabrejos, se pronunció ante la actual crisis del sector agrícola del Perú, a través de un comunicado difundido el pasado 4 de diciembre de 2020.

El prelado explica que la Iglesia peruana “mira con preocupación los últimos acontecimientos en diferentes partes del país”, originados en la región de Ica, en el sur del Perú, debido a las demandas laborales.

“Entendemos que existen reclamos legítimos por parte de la población trabajadora, pero no debemos permitir ni avalar que se promueva la violencia y el irrespeto a los derechos de las personas y de las empresas”, describe el mensaje.

 

Importancia del diálogo

“Estamos convencidos que el diálogo constituye el único camino para solucionar los problemas que puedan existir. Por ello, pedimos a todas las partes, trabajadores, empresarios y representantes del Estado, a promover los espacios y decisiones necesarios para llegar a un acuerdo que ponga fin al caos, pero también a las diversas formas de explotación laboral”, exhorta el también arzobispo de Trujillo y actual presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM.)

Asimismo, el comunicado urge que el Congreso de la República revise cuidadosamente el marco normativo laboral agrario, con la finalidad de desarrollar una legislación que permita generar trabajo con condiciones y salarios dignos que garantice una sociedad más justa, más solidaria y con mayor bienestar.

 

Solución “pacífica y armoniosa”

Por otra parte, con el objetivo de ayudar a promover una mesa de diálogo, la Conferencia Episcopal Peruana a través de su primer vicepresidente, el cardenal Pedro Barreto Jimeno, arzobispo de Huancayo y con monseñor Héctor Vera Colona, obispo de lca, “ofrece sus buenos oficios en la Región lca, centro de las protestas, a fin de buscar una solución pacífica y armoniosa”.

“Tal como nos recuerda el Papa Francisco, que la crisis sea una oportunidad para poner en el centro de nuestras preocupaciones la dignidad de las personas y la dignidad del trabajo (Papa Francisco, mayo 2020)”, concluye el texto.

 

 

 

 

El Papa invoca la protección de san José, Patrono de la Iglesia

Carta Apostólica ‘Patris corde’

diciembre 09, 2020 10:52

Audiencia General

(zenit – 9 dic. 2020).- El Papa Francisco ha recordado que ayer, martes 8 de diciembre, fue publicada la Carta apostólica “Patris corde” (Con corazón de Padre) dedicada a san José con motivo del 150 aniversario de su declaración como Patrono de la Iglesia universal.

“Dios le confió los tesoros más valiosos, Jesús y María” y actuó con “fe, coraje y ternura, con corazón de padre”, expresó Francisco.

Este mensaje ha sido transmitido por el Santo Padre en su tradicional saludo a los fieles de lengua italiana, al final de la audiencia general celebrada hoy, 9 de diciembre de 2020, en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

El Papa ha invocado la protección de san José sobre toda la Iglesia, y ha animado a “aprender de él a hacer siempre con humildad la voluntad del Señor”.

Después, como es habitual, Francisco se dirigió a los ancianos, los jóvenes, los enfermos y los recién casados, a los que ha invitado a contemplar “con María el misterio de Dios haciéndose hombre” y caminar “con alegría hacia el Señor que viene a salvarnos”.

 

Figura extraordinaria

En esta Carta Apostólica el Pontífice habla de la importancia de san José, una “figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana” e indica cómo la pandemia de COVID-19 ha demostrado que “nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. […]”.

“Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad”. San José “nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en ‘segunda línea’ tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud”, se lee en el documento.

 

Indulgencia plenaria

A través de la Carta Apostólica, el Obispo de Roma recuerda el 150 aniversario de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia Universal y, con motivo de esta ocasión, a partir de ayer y hasta el 8 de diciembre de 2021 se celebra un año dedicado especialmente a él.

Además, por medio de un Decreto y de acuerdo con la voluntad del Santo Padre, la Penitenciaría Apostólica ha decidido conceder la Indulgencia Plenaria hasta el 8 de diciembre de 2021 en las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Papa.

 

Con Larissa I. López

 

 

 

 

Día de la Inmaculada: El Papa saluda a soldados de seguridad del Vaticano

Y les deja un regalo

diciembre 09, 2020 09:30

Papa Francisco

(zenit – 9 dic. 2020).- El Papa Francisco concluyó el día de la fiesta de la Inmaculada Concepción saludando a los soldados que controlan la seguridad del Vaticano, un nuevo gesto del Papa que no estaba programado, informa Vatican News.

En el trayecto de vuelta al Vaticano, después del acto de veneración privada a la estatua de María en la plaza de España y de las visitas a Santa María Mayor y a la plaza de San Pedro, el Santo Padre detuvo su coche delante de la guarnición.

En ella se alojan los soldados italianos encargados de la seguridad de la Ciudad del Vaticano, pertenecientes a los Lancieri di Montebello. Francisco bajó del automóvil y saludó, uno por uno, a los soldados y graduados. Después de agradecerles su servicio, el Obispo de Roma les dejó un regalo.

De acuerdo al medio vaticano, los soldados vivieron con emoción este inesperado detalle del Pontífice.

 

 

 

 

Congregación para la Educación Católica: Instrucciones para Institutos de Estudios Superiores

Tres nuevas normas

diciembre 09, 2020 16:10

Dicasterios

(zenit – 9 dic. 2020).- La Congregación para la Educación Católica lanza tres nuevas Instrucciones para los Institutos de Estudios Superiores, que permitirán a las escuelas de Teología de las diócesis e Institutos Religiosos afiliarse a una facultad eclesiástica.

Se trata de normas que surgen a raíz de la Constitución Apostólica Veritatis Gaudium sobre universidades y facultades eclesiásticas, promulgada por el Papa Francisco el 8 de diciembre de 2017. De acuerdo al texto de las recientes Instrucciones, la Constitución Apostólica “enuncia los criterios fundamentales para la renovación y el relanzamiento de la contribución de los estudios eclesiásticos a la Iglesia en salida misionaria”.

Uno de estos criterios “se refiere a la necesidad urgente de ‘crear redes’ entre las distintas instituciones que, en cualquier parte del mundo, cultiven y promuevan los estudios eclesiásticos, y activar con decisión las oportunas sinergias” (VG, Proemio, 4, d). “Se trata de una perspectiva que traza una tarea exigente para las disciplinas contempladas en los estudios eclesiásticos y para las mismas Instituciones”, se lee en la introducción de las Instrucciones.

La Congregación para la Educación Católica, “para impulsar con ponderada y profética determinación, a todos los niveles, un relanzamiento de los estudios eclesiásticos en el contexto de la nueva etapa de la misión de la Iglesia” (VG, Proemio, 1), promulga esta Instrucción sobre la afiliación de los Institutos de estudios superiores a las Facultades eclesiásticas “con el fin de proveer tanto para el progreso de estos Institutos, como para su distribución conveniente en las diferentes partes del mundo”, explica el documento publicado hoy.

Las Instrucciones se aplicarán el primer día del año académico 2021-2022 o del año académico 2022, según el calendario académico de las distintas regiones.

A continuación, sigue el texto completo de las Instrucciones de la Congregación para la Educación Católica para los Institutos de Estudios Superiores.

***

 

Instrucción sobre la afiliación de Institutos de estudios superiores

La afiliación de Institutos de estudios superiores ha sido impulsada por la Constitución Apostólica Veritatis gaudium de S.S. el Papa Francisco que enuncia los criterios fundamentales para la renovación y el relanzamiento de la contribución de los estudios eclesiásticos a la Iglesia en salida misionaria. Uno de estos criterios “se refiere a la necesidad urgente de ‘crear redes’ entre las distintas instituciones que, en cualquier parte del mundo, cultiven y promuevan los estudios eclesiásticos, y activar con decisión las oportunas sinergias” (VG, Proemio, 4, d). Se trata de una perspectiva que traza una tarea exigente para las disciplinas contempladas en los estudios eclesiásticos y para las mismas Instituciones.

Las afiliaciones surgieron en 1936, instituidas por la S. Congregatio de Seminariis et studiorum Universitatibus. A partir de los años sesenta se difundieron en África, Asia y Europa. Con la Constitución Apostólica Sapientia christiana (15 de abril de 1979), el Papa Juan Pablo II quiso promoverlas afirmando que “es muy de desear que los centros teológicos, sea de las diócesis, sea de los institutos religiosos, se afilien a alguna Facultad teológica” (art. 62, §2). Después de esto, la Congregación para la Educación Católica promulgó la Notio affiliationis theologicae, las Normae servandae ad affiliationem theologicam exsequendam y la Conventio ad affiliandum (1° de agosto de 1985) además de la Notio affiliationis philosophicae, las Normae servandae ad affiliationem philosophicam exsequendam y la Conventio ad affiliandum (2 de julio de 2014), reservando, empero, las afiliaciones para los Cuadrienios Teológicos de los Seminarios Mayores o para las Casas de estudios de los Religiosos.

Con el desarrollo de la educación superior en el mundo entero y para promover el reconocimiento debido a las cualificaciones y a los títulos obtenidos en las Instituciones académicas eclesiásticas por parte de clérigos, laicos y religiosos, ha sido necesario actualizar la normativa vigente en materia de afiliación. Después de la promulgación de Constitución Apostólica Veritatis gaudium (8 de diciembre de 2017) y de las Ordinationes anexas (27 de diciembre de 2017), aprovechando la experiencia y la riqueza de las observaciones recibidas, la Congregación para la Educación Católica, “para impulsar con ponderada y profética determinación, a todos los niveles, un relanzamiento de los estudios eclesiásticos en el contexto de la nueva etapa de la misión de la Iglesia” (VG, Proemio, 1), promulga esta Instrucción sobre la afiliación de los Institutos de estudios superiores a las Facultades eclesiásticas con el fin de proveer tanto para el progreso de estos Institutos, como para su distribución conveniente en las diferentes partes del mundo.

 

Normas comunes

I. Ordenamiento canónico para la afiliación de un Instituto

Art. 1. La afiliación de un Instituto se rige por el artículo 63 de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium y por los artículos 50; 69 §§1 y 3 de las Ordinationes anexas a la Constitución, además por cuanto se define y describe en la presente Instrucción, teniendo en cuenta el derecho hasta ahora aplicado en las Facultades eclesiásticas (cfr. VG, Ord., art. 1, §1).

II. Noción y particularidad de la afiliación

Art. 2. La afiliación de un Instituto, que se distingue de la agregación y de la incorporación (cfr. VG, Ord., art. 50-51), es la unión con una Facultad eclesiástica con el objetivo de conseguir, mediante la Facultad, el grado académico correspondiente del primer ciclo, es decir, el bachillerato (cfr. VG, art. 63, §1).

Art. 3. El Instituto afiliado, a menos que se disponga lo contrario en sus Estatutos, está abierto a eclesiásticos o laicos que, presentando certificado válido de buena conducta y de haber realizado los estudios previos, sean idóneos para inscribirse en el primer ciclo de una Facultad eclesiástica (cfr. VG, art. 31; Ord., art. 26).

Art. 4. Es tarea y deber de la Facultad que afilia asistir y vigilar diligentemente el Instituto afiliado para que su vida académica se lleve a cabo de manera completa y regular. Para que esto suceda más fácilmente, la afiliación suele establecerse en la misma región (cfr. VG, Ord., art. 50).

Art. 5. Los estudios del Instituto afiliado deben adecuarse a las normas de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium y a las Ordinationes anexas, en lo que se refiere al primer ciclo de la Facultad que afilia. La condición y la naturaleza de los estudios de un Instituto afiliado son propiamente académicas y científicas, del mismo modo que el primer ciclo de la Facultad que afilia.

III. Condiciones académicas del Instituto afiliado

Art. 6. No se puede conceder la afiliación si el Instituto no cumple con los requisitos necesarios para la consecución del grado académico del primer ciclo. De esta manera, de hecho, hay una esperanza bien fundada de que, a través de la conexión con la Facultad, el objetivo deseado se logre realmente (cfr. VG, art. 63, §1). Al respecto, se deben observar los siguientes puntos:

§ 1. Es necesario reflexionar cuidadosamente sobre la necesidad o, al menos, sobre la real utilidad de la erección del Instituto, al cual no se puede proveer de otra manera.

§ 2. El número y la calidad de los profesores del Instituto deben ser tales que puedan cumplir las condiciones del primer ciclo institucional.

§ 3. Es necesario que todos los profesores hayan obtenido un doctorado congruo (cfr. VG, Ord., art. 19) o al menos la licencia (cfr. VG, art. 50, §1) y que estén libres de otras incumbencias incompatibles (cfr. VG, art. 29).

§ 4. Se requiere un número congruo de estudiantes ordinarios.

§ 5. El Instituto debe disponer de subsidios científicos, informáticos y técnicos audiovisuales adecuados, principalmente una biblioteca (con suscripciones a bancos de datos electrónicos) que satisfaga las necesidades académicas del primer ciclo.

Art. 7. Las horas semanales de clases, ejercicios y seminarios, complementadas con el estudio y el trabajo personal, deben ser suficientes para lograr un número adecuado de créditos formativos correspondientes a un año de estudios universitarios a tiempo completo.

Art. 8. § 1. La modalidad de gobierno del Instituto afiliado debe ser determinado en los Estatutos particulares aprobados por el Consejo de Facultad (cfr. VG, Ord., art. 14) y luego por la Congregación para la Educación Católica (cfr. VG, art. 7), prestando atención a que no estén en contraste con aquello que ha sido prescrito en los Estatutos de la Facultad o de la Universidad. Las autoridades académicas de la Facultad, personales y colegiales (cfr. VG, art. 15), son ipso iure autoridades del Instituto afiliado, a quienes se suman las autoridades particulares que son, al menos, el Moderador (Ordinario del lugar, Jerarca o Superior Mayor), el Director y el Consejo del Instituto. Las tareas y los deberes de todas estas autoridades deben ser definidos en los Estatutos (cfr. VG, art. 11, §3).

§ 2. Para ser Director, se requiere ser elegido entre los docentes estables.

§ 3. Es tarea del Director transmitir al Decano de la Facultad (cfr. VG, Ord., art. 17, 6°), en forma electrónica, cuanto sea necesario para la actualización anual del banco de datos de la Congregación para la Educación Católica.

Art. 9. Si el Instituto afiliado está unido a un Seminario Mayor o a un Colegio sacerdotal, salvaguardando la debida colaboración en todos los asuntos que conciernen al bien de los estudiantes, en los Estatutos se debe garantizar de manera clara y eficaz que la dirección académica y la administración del Instituto estén debidamente separadas del gobierno y la administración del Seminario Mayor o del Colegio sacerdotal (cfr. VG, art. 21).

IV. Concesión de la afiliación y del grado académico

Art. 10. § 1. La afiliación se concede mediante un decreto de la Congregación para la Educación Católica (cfr. VG, art. 63, §1).

§ 2. El mismo decreto deberá otorgar expresamente al Instituto afiliado la personalidad jurídica canónica pública, en caso de haber sido solicitada expresamente, si hasta ese momento no la poseía.

§ 3. Compete a la Congregación para la Educación Católica conceder con decreto la personalidad jurídica a un Instituto afiliado perteneciente a una Universidad civil.

Art. 11. La afiliación puede ser concedida a aquellos Institutos que se hayan demostrado idóneos durante un período de tiempo congruo, habiendo recibido el parecer favorable tanto del Ordinario / Jerarca del lugar, como de la Conferencia episcopal / Estructura Jerárquica Oriental.

Art. 12. La solicitud debe ser presentada a la Congregación para la Educación Católica por parte del Gran Canciller de la Facultad que afilia (cfr. VG, art. 12), después que el Consejo de Facultad (cfr. VG, Ord., art. 14) – y de Universidad, si la Facultad forma parte de una Universidad – haya constatado y aprobado todos los requisitos con diligencia.

Art. 13. El grado académico de primer ciclo es conferido por la Facultad que afilia, cuyo nombre (y el de la Universidad, si la Facultad forma parte de una Universidad) debe aparecer escrito sobre el diploma (cfr. VG, Ord., art. 38).

Art. 14. El grado conferido es el mismo que es conferido en la Facultad que afilia al terminar el primer ciclo. La denominación canónica “bachillerato” puede estar acompañada de otro término, según la praxis universitaria civil del lugar, siempre y cuando: a) corresponda realmente al bachillerato canónico, respetando la amplitud de los estudios relacionados; b) no subsista alguna duda ni con los grados homónimos civiles del lugar, ni con la denominación del grado canónico de segundo ciclo, es decir la licencia (cfr. VG, art. 46-47).

Art. 15. La posible denominación local del bachillerato, que debe ser igual para todas las Facultades de la misma nación o región cultural (cfr. VG, art. 47), debe contar con la aprobación de la Congregación para la Educación Católica.

Art. 16. La entrega de los documentos autenticados que otorgan el grado académico, según la modalidad establecida, compete a la Facultad que afilia o a la Universidad, si la Facultad forma parte de una Universidad (cfr. VG, Ord., art. 38-39). El Instituto afiliado se ocupará de la entrega de documentos posteriores (por ejemplo, el Transcript of records, donde se testifican los exámenes sostenidos).

V. Pasos para la obtención o la renovación de la afiliación

A) Examen previo y aprobación del Instituto que se debe afiliar

Art. 17. La propuesta de erección de un Instituto afiliado debe ser formulada por el Ordinario, Jerarca o Superior Mayor del lugar donde tiene sede el Instituto, el cual debe dirigirse a una Facultad eclesiástica para que asuma la responsabilidad académica de dicho Instituto.

Art. 18. La Facultad que afilia, a través de su delegado o de la comisión para la afiliación (cfr. VG, Ord., art. 14), debe en primer lugar verificar que el Instituto que será afiliado cumpla con las condiciones académicas prescritas (cfr. VG, art. 63, § 1), también a través de visitas in loco.

Art. 19. Si el resultado es positivo, el Gran Canciller (cfr. VG, art. 12) de la Facultad (o de la Universidad, si la Facultad forma parte de una Universidad), certificada la existencia de los requisitos previstos por la presente Instrucción, trasmitirá a la Congregación para la Educación Católica, junto a su parecer, lo siguiente:

§ 1. una relación, con el juicio de la Facultad, sobre el estado académico existente en el Instituto por afiliar;

§ 2. los Estatutos del Instituto por afiliar redactados en modo análogo a los de la Facultad (cfr. VG, Ord., Apéndice I, art. 7);

§ 3. el Plan de estudios del primer ciclo del Instituto, distribuido por años, con el número total de los ECTS o créditos para cada una de las disciplinas (cfr. VG, art. 41-42; Ord., art. 30);

§ 4. los curricula vitae, studiorum et operumde todos los profesores, estables o no, del Instituto;

§ 5. la previsión del número de los estudiantes, distribuidos por años;

§ 6. la denominación local que eventualmente acompaña la denominación canónica del “bachillerato” (cfr. VG, art. 46-47) y su fundamentación en el derecho civil o en el derecho eclesiástico.

B) Competencia de la Congregación para la Educación Católica

Art. 20. La afiliación se concede normalmente ad quinquennium experimenti gratia. Pasado con éxito positivo tal período, se renueva ad alterum quinquennium. Posteriormente, si es positivo, se concede ad aliud quinquennium. Las renovaciones sucesivas serán ad aliud quinquennium. Si las condiciones académicas del Instituto, en particular la referencia al número de estudiantes y de profesores, además de la cualidad científica, no cumplen con los requisitos necesarios, la afiliación podrá ser suspendida o revocada por la Congregación para la Educación Católica.

Art. 21. § 1. Para que la Congregación para la Educación Católica pueda conceder la afiliación, es necesario que las autoridades competentes de la Facultad que afilia presenten su parecer sobre cada uno de los candidatos a la enseñanza.

§ 2. Aquellos que enseñan disciplinas concernientes a la fe y a la moral deben recibir, después de haber hecho la profesión de fe (cfr. can. 833, n. 7 CIC), la misión canónica por parte del Gran Canciller (o de su delegado) el cual puede conferirla o revocarla, según las normas de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium.

Art. 22. Para la renovación de la afiliación es necesaria la solicitud del Gran Canciller (cfr. VG, art. 12) de la Facultad que afilia (o de la Universidad), acompañada de un informe amplio sobre el resultado hasta ahora obtenido gracias a la afiliación.

 

Normas especiales

 

Facultad de Teología

Art. 23. Según el art. 63 de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium, el Instituto afiliado a una Facultad de Teología debe cumplir las condiciones académicas de los estudios establecidas en los artículos 69-76 de la mencionada Constitución, además de los artículos 53-59 de las Ordinationes, en relación con el primer ciclo.

Art. 24. Los estudios del Instituto afiliado se realizan durante cinco años o diez semestres (300 ECTS o créditos comparables) y comprenden un bienio filosófico (120 ECTS o créditos comparables) y un trienio teológico institucional (180 ECTS o créditos comparables). Si el Instituto ofrece solo el trienio teológico institucional, es necesario que el bienio filosófico se realice antes (cfr. VG, art. 74, a), teniendo en cuenta siempre la distinción que existe entre el bienio filosófico y los estudios en una Facultad eclesiástica de Filosofía (cfr. VG, Ord., art. 64, § 5).

Art. 25. Los profesores estables de las disciplinas teológicas deben ser al menos siete. Normalmente, se distribuyen así: para la Sagrada Escritura, para la teología fundamental y dogmática (dos docentes), para la teología moral y espiritual, para la liturgia, para el derecho canónico, para la patrología y la historia eclesiástica.

Art. 26. En el caso de un Instituto con un primer ciclo quinquenal filosófico-teológico que se concluye con el bachillerato en teología, el número de profesores estables de filosofía debe ser al menos de dos (cfr. VG, Ord., 69, § 3).

Art. 27. Además de los exámenes o pruebas equivalentes en cada una de las disciplinas, al terminar el primer ciclo se debe prever un examen comprensivo (o prueba equivalente), a través del cual el estudiante dará prueba de haber alcanzado plenamente la formación científica prevista en el respectivo ciclo (cfr. VG, Ord., art. 58).

Art. 28. Es altamente recomendado que los Estudios Teológicos, tanto de las diócesis / eparquías, como de los institutos religiosos, estén afiliados a una Facultad de Teología (cfr. VG, art. 63, § 2).

Art. 29. § 1. El Instituto afiliado tiene como tarea peculiar la de cuidar la formación científica – teológica de aquellos que se preparan al presbiterado y de aquellos que deberán ejercer encargos eclesiásticos especiales; para esto es necesario que exista un número congruo de profesores presbíteros (cfr. VG, art. 76, § 1).

§ 2. Para tal fin, deben impartirse disciplinas especiales, adaptadas a los seminaristas (cfr. Congregación para el Clero, Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, 8 de diciembre de 2016, nn. 176-184); puede, por esto, ser instituido en el mismo Instituto afiliado – en diálogo y en colaboración recíproca con los formadores del Seminario mayor – el Año ministerial, requerido luego de haber completado el quinquenio institucional, para el presbiterado, el cual puede concluirse con la entrega de un Diploma especial (cfr. VG, art. 76, § 2).

 

Facultad de Derecho Canónico

Art. 30. No se puede afiliar un Instituto de estudios superiores a una Facultad de Derecho Canónico.

 

Facultad de Filosofía

Art. 31. Según el art. 63 §1 de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium, el Instituto afiliado a una Facultad de Filosofía debe cumplir las condiciones académicas de los estudios especificados en los artículos 81-84 de la mencionada Constitución, además de los artículos 64-69 de las Ordinationes, en relación al primer ciclo.

Art. 32. Los estudios del primer ciclo del Instituto afiliado se realizan durante un trienio (180 ECTS o créditos comparables) o seis semestres (cfr. VG, art. 82, a).

Art. 33. Los profesores estables de las disciplinas filosóficas del Instituto deben ser al menos cinco (cfr. VG, Ord., art. 69, § 2), distribuidos en el siguiente modo: uno en metafísica, uno en filosofía de la naturaleza, uno en filosofía del hombre, uno en filosofía moral y política, uno en lógica y filosofía del conocimiento (cfr. VG, Ord., art. 67, § 1).

 

Otras Facultades

Art. 34. Según el art. 63 §1 de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium, el Instituto afiliado a otra Facultad, que no sea ni de Teología ni de Filosofía, debe cumplir las condiciones académicas de los estudios especificados en los artículos 85-87 de la mencionada Constitución, además del artículo 70 de las Ordinationes.

Art. 35. Los estudios del primer ciclo del Instituto afiliado se realizan durante tres años o seis semestres (180 ECTS o créditos comparables).

Art. 36. Los profesores estables de las disciplinas principales (cfr. VG, Ord., art. 31) del Instituto afiliado deben ser al menos cinco.

 

Normas finales

Art. 37. La presente Instrucción entrará en vigore el primer día del año académico 2021-2022 o del año académico 2022, según el calendario académico de las diferentes regiones.

Art. 38. § 1. Los Institutos afiliados deben presentar, a través de la Facultad que afilia, los Estatutos y el Plan de estudios, según la presente Instrucción, a la Congregación para la Educación Católica antes del 8 de septiembre de 2022.

§ 2. Eventuales modificaciones a los Estatutos o al Plan de estudios necesitarán la aprobación de la Congregación para la Educación Católica.

Art. 39. Solo la Congregación para la Educación Católica puede dispensar del cumplimiento de cualquier artículo de esta Instrucción.

Art. 40. Esta Instrucción sustituye todos los documentos (Notio affiliationis theologicaeNormae servandae ad affiliationem theologicam exsequendam, Conventio ad affiliandumNotio affiliationis philosophicaeNormae servandae ad affiliationem philosophicam exsequendamConventio ad affiliandum) hasta ahora vigentes.

Art. 41. Quedan abrogadas las normas y las costumbres, hasta ahora en vigor, que sean contrarias a esta Instrucción.

El día 1° de diciembre de 2020, el Santo Padre aprobó el presente documento de la Congregación para la Educación Católica y autorizó la publicación.

 

Roma, en la Sede de la Congregación para la Educación Católica, el 8 de diciembre de 2020, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

 

Giuseppe Card. VERSALDI. Prefecto

Angelo Vincenzo ZANI. Arz. tit. de Volturno.Secretario

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

Vaticano: El cardenal Parolin hospitalizado para una operación programada

En el Policlínico Gemelli

diciembre 09, 2020 11:31

Ciudad del Vaticano

(zenit – 9 dic. 2020).- El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, fue hospitalizado en la tarde de ayer, 8 de diciembre de 2020, en el Policlínico Gemelli de Roma para una intervención quirúrgica programada.

Así lo confirmó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni a través de una breve declaración.

El cardenal, describió Bruni, “desde hoy está internado en el Policlínico Agostino Gemelli para someterse a una operación programada de hipertrofia de próstata. Se espera que en pocos días pueda salir del hospital y reanudar gradualmente su trabajo”.

El cardenal Parolin tuvo que someterse a una primera operación en su región, el Véneto, Italia, el 15 de octubre de 2013, antes de asumir su servicio como secretario de Estado.

La Santa Sede no especificó la naturaleza de la operación, pero aseguró que no era grave: una pequeña lesión entre la vesícula biliar y el hígado y el páncreas, que habría sido eliminado, según la prensa local. Rápidamente restablecido, el prelado dejó el hospital el 25 de octubre y permaneció en la región del Véneto durante su convalecencia.

 

Con Anita Bourdin

 

 

 

 

Papa Francisco: San Juan Diego, “enviado” de la Virgen

Saludo a fieles de lengua española

diciembre 09, 2020 11:14

Audiencia General

(zenit – 09 dic. 2020).- El Papa Francisco ha hecho presente la conmemoración que hoy se hace a san Juan Diego, a quien “Nuestra Señora de Guadalupe escogió como su enviado”.

El Santo Padre ha pedido que la intercesión de este santo “presente a la Virgen los países de América latina, damnificados por la pandemia y los desastres naturales, para que ella, como Madre, salga al encuentro de sus hijos y los cubra con su manto”. Asimismo, ha solicitado a Dios que “infunda en nosotros su Espíritu Santo para que vivifique nuestra oración y transforme nuestro corazón, abriéndolo al servicio de la caridad”.

Estas peticiones han sido realizadas por el Santo Padre en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, de España y Latinoamérica, a lo largo de la audiencia general de este miércoles de la segunda semana de Adviento.

 

La oración cristiana

La catequesis de este miércoles ha sido transmitida desde la biblioteca del Palacio Apostólico, sin público, debido a la pandemia de COVID-19. Francisco ha proseguido con la serie dedicada a la oración, bajo el tema “La oración de súplica”.

En ella, el Papa ha destacado que la “oración cristiana es plenamente humana porque abraza la alabanza y la súplica”, realidad que se encuentra en el Padrenuestro.

 

San Juan Diego

San Juan Diego Cuauhtlatoatzin fue un mexicano autóctono que pervive vinculado a la advocación de la Virgen de Guadalupe, que se le apareció haciéndole protagonista de una de las grandes escenas, cuajadas de lirismo, que marcan un hito en la historia de las apariciones marianas.

En el entorno de la festividad de la Inmaculada Concepción, entre otros, la Iglesia celebra hoy la existencia de Juan Diego, que vive para siempre vinculado a María, bajo su advocación a Nuestra Señora.

Este santo indígena encarna en sí mismo una de las hermosísimas historias de amor que conmueven poderosamente. Inocencia y dulzura forman una perfecta simbiosis en su vida que instan ciertamente a perseguir la santidad y permiten comprender qué pudo ver en él la Reina del Cielo, excelso modelo de virtudes, para hacerle objeto de su dilección.

 

Con Isabel Orellana Vilches

 

 

 

 

Nuestra Señora de Guadalupe: Cómo obtener indulgencia plenaria

Artículo de ‘Desde la fe’

diciembre 09, 2020 17:06

Espiritualidad

(zenit – 9 dic. 2020).- El Papa Francisco permitió obtener la indulgencia plenaria a quienes celebren a la Virgen de Guadalupe en casa este 2020 y dio a conocer las condiciones, informa un artículo de Desde la fe.

La arquidiócesis primada de México dio a conocer la forma en que los fieles pueden obtener la indulgencia plenaria al celebrar a la Virgen de Guadalupe en casa, pues debido a la pandemia de COVID-19 las autoridades de salud y eclesiales han llamado a evitar las peregrinaciones y aglomeraciones para prevenir contagios.

Ante este escenario, el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, envió una carta al Papa Francisco para hacerle llegar una solicitud.

“En dicha carta, le explicaba al Santo Padre que, siendo el 2020 uno de los años más difíciles en la historia de nuestro país a causa de la pandemia y otros males, se esperaba que miles de personas, a pesar del riesgo de contagio de COVID-19, peregrinaran al Tepeyac en busca del consuelo de Santa María de Guadalupe”, explica el Arzobispo Aguiar en el comunicado dado a conocer este lunes.

“También le hice saber la difícil pero necesaria decisión de cerrar la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, del 10 al 13 de diciembre, y realizar este año las celebraciones a la Morenita del Tepeyac a través de los medios de comunicación”

El Santo Padre dio una respuesta positiva a esta petición, informó el arzobispo, la cual “servirá para animarnos a quedarnos en casa y evitar aglomeraciones en la Basílica de Guadalupe, con las graves consecuencias que esto podría traer”, agregó.

 

¿Cómo ganar la indulgencia plenaria por celebrar a la Virgen de Guadalupe en casa?

El arzobispo Carlos Aguiar Retes dio a conocer en el comunicado la forma en que se puede obtener la indulgencia plenaria. Estos son las condiciones que envía el Santo Padre:

-Preparar un lugar de oración a la Santísima Virgen de Guadalupe en su hogar.

-Participar a través de los medios de comunicación (radio, televisión o internet) siguiendo -como si lo hicieran de forma presencial- las Misas que se celebrarán en la Basílica de Guadalupe el 12 de diciembre: Misa de medianoche (00 horas, es decir, los primeros minutos del 12 de diciembre, tiempo del centro de México), y la Misa de las Rosas (12 horas, del 12 de diciembre, tiempo del centro de México).

-Y cumplir con las condiciones habituales para lograr las indulgencias: Orar por las intenciones del Santo Padre. Estar en gracia de Dios habiéndose confesado. Asistir a Misa completa. Comulgar.

Las últimas tres se pueden realizar en cuanto las condiciones de salud por la emergencia sanitaria lo permitan.

 

La indulgencia por la Virgen de Guadalupe se ofrecerá a todos los fieles del mundo

El arzobispo Aguiar agregó que el Santo Padre está consciente de que la devoción a la Virgen de Guadalupe va más allá de México, por ello “ha tenido a bien el ofrecer esta indulgencia a todos los fieles católicos del mundo que se unan a nuestra celebración adhiriéndose a los requisitos”.

 

¿Qué es la indulgencia plenaria?

La indulgencia plenaria “es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya perdonados” (CIC 1471), esto de acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica.

Para saber cómo funciona una indulgencia plenaria pongamos un ejemplo: un niño rompe una ventana de su casa. Lo lamenta, y su papá lo perdona, pero todavía queda el vidrio roto, como consecuencia de lo que hizo. Tiene que sacar dinero de su alcancía para pagarlo. La pequeña contribución del niño muestra su buena voluntad, pero es demasiado poco. Entonces su mamá le da la parte restante de la deuda para ayudarlo a saldarla.

Así sucede con el pecado: una persona comete un pecado, pero puede arrepentirse y pedir perdón a Dios. Él la perdona, pero queda en la persona una consecuencia de ese pecado, que necesita purificar. La Iglesia, como Madre, ayuda a lograrlo mediante la indulgencia parcial o plenaria.

 

La indulgencia puede obtenerse por los difuntos

En síntesis: la indulgencia plenaria libra de la pena temporal de pecados confesados y perdonados, desde el momento del Bautismo hasta la fecha en que se obtenga. También puede ganarse por un difunto, para librarlo del Purgatorio si se encuentra en ese estado de purificación del alma.

 

 

 

 

XL Premio Fernando Rielo de Poesía Mística: 12 obras finalistas

Autores de varios países

diciembre 09, 2020 11:48

Arte y Cultura

(zenit – 9 dic. 2020).- En este 2020, año en el que el galardíon alcanza su edición número cuarenta, 12 obras han sido declaradas Finalistas del Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, informa la Fundación Fernando Rielo en un comunicado.

Las obras, procedentes de Argentina, Colombia, Estados unidos, Italia, México, Perú, Suiza y España son: Estos días sin alba de Antonio Bocanegra Padilla (San Fernando, Cádiz, ESPAÑA); El delirio del barro,  de Julio Estorino (Miami, EEUU); La luz silente de tus manos altas, de Francisco Jiménez Carretero (Albacete, ESPAÑA); Las terrazas misteriosas, de Iván Cabrera Cartaya (Tenerife, ESPAÑA); Mi voz en tu ribera, de Carlos Alberto González Varela (Santa Fe, ARGENTINA); Nacida para adorarte, de Ingrid Zetterberg de Espinosa (Lima, PERÚ) ; Noventa y seis días y una confesión, de Eliana  Cevallos Rojas (Zurich, SUIZA) ; A solas con Dios,  de Anely Fundora Moreno (Lagundo, ITALIA); El envés de la Cruz, de Mª del Pilar  Martínez Barca (Zaragoza, ESPAÑA); De la confesión nocturna, de Mª del Carmen Rodríguez Nozal (Cuanthémoc, MÉXICO); La voz de tu latido,  de Juan Antonio Ruíz Rodrigo (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, ESPAÑA); El encuentro. Aproximaciones poéticas a la davar divina, de Kelly Johanna Platero Villamil, Kelly Johanna (Bogotá, COLOMBIA).

Al Certamen, de convocatoria anual, han concurrido 278 obras procedentes de 28 países, lo que supone un gran incremento de participantes respecto de ediciones anteriores, reflejo sin duda del desarrollo de la creatividad frente a momentos de crisis tan importante como los que estamos atravesando a nivel mundial.

Este Premio, que comenzó su andadura el 8 de diciembre de 1981 en el Salón de Actos del Ateneo de Madrid, ha ido adquiriendo a lo largo de estos cuarenta años de existencia, un prestigio y un reconocimiento a nivel mundial.

La proclamación de la obra ganadora se realizará en acto público que se desarrollará en un formato mixto —presencial y online— desde la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador), Madrid y Roma, el lunes 14 de diciembre, a las 11 horas de Loja y 17 horas de Madrid y Roma.

 

 

 

 

Cardenal Felipe Arizmendi: “La casita guadalupana”

Fiestas de Guadalupe en pandemia

diciembre 09, 2020 10:59

Análisis

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, y responsable de la Doctrina de la Fe en la Conferencia del Episcopado Mexicano, ofrece su reflexión semanal, titulada “La casita guadalupana”.

En ella habla sobre la celebración de las fiestas guadalupanas en medio de la actual pandemia, debido a la que no se podrá visitar la basílica de Guadalupe.

 

VER

Por la pandemia sanitaria, no se abrirán las puertas de la Basílica de nuestra Madre de Guadalupe, en la Ciudad de México. Habrá celebraciones sólo al interior, transmitidas por diversos medios electrónicos. Esto nos duele a todos, pues son millones de personas que, en torno al 12 de diciembre, anhelan visitar su casita sagrada y que no podrán ir a otros santuarios y lugares donde tanto se le venera. El episcopado mexicano ha invitado a celebrar estas fiestas en la propia casa, en torno a la imagen que todos tenemos.

En sus apariciones al digno y santo Juan Diego, le dijo: “Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada. En donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto. Lo daré a las gentes, en todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación” (Nican Mopohua).

Al no poder visitar su basílica, donde permanece la imagen que se manifestó hace ya casi 500 años, hemos de hacer su casita sagrada en nuestra propia casa. Ella quiere ahora ir a nuestra casa. Pero esta casita tiene una dimensión más amplia, social y eclesial, y no se reduce a una imagen religiosa, como expresamos los obispos mexicanos en nuestro Proyecto Global de Pastoral 2031+2033.

 

PENSAR

“El hecho Guadalupano encuentra su más elocuente síntesis mesiánico-cristológica en el mandato de construir una “casita”, donde se manifieste el consuelo materno de Dios (cfr. Is 49,15). El mandato Guadalupano de “hacer una casita”, evoca el oráculo mesiánico de la promesa divina, hecha a David, de “hacer para él una casa”, es decir, una descendencia de reyes, un linaje mesiánico (cfr. 2 S 7,11ss; 1 P 2,9-10). La descendencia mesiánica es una “familia de reyes”, coherentes con su cometido de establecer la paz y la justicia; un pueblo profético y sacerdotal fiel a su misión de interceder por las necesidades ajenas. Pero además de este aspecto bíblico, para los pueblos mesoamericanos el templo era un signo elocuente de una nación, por tanto, la invitación a construir un templo evocaba la construcción de una nueva nación” (9).

“El consuelo que promete Santa María de Guadalupe, no es un simple restablecimiento materno de la alegría, sino algo con mayor alcance: el cumplimiento y realización de la justicia y la paz, de las que tanto carece nuestra sociedad y de las que nuestra Iglesia tiene que ser su humilde, pero consolador comienzo” (10).

“Nos preguntamos si el Tepeyac y sus moradores, México y sus habitantes, ¿gozan del consuelo de una sociedad más justa y pacífica? Más aún, podemos cuestionarnos si, como Iglesia ¿somos “esa casita”, construida con dinámicas sociales y alternativas económicas humanizadoras, ajenas al sistema liberal de corrupción y explotación de los más empobrecidos?” (11).

 “El Señor nos llama a poner atención en los signos de los tiempos, en la vida de las comunidades y en el sentir de cada persona, porque el pueblo mexicano está herido por una guerra fratricida, ajena al deseo materno que el Padre de Cristo ha manifestado en el mensaje de Guadalupe. ¿Cómo estamos edificando la “casita” de consuelo, la familia de esos reyes que hacen prevalecer la justicia y la paz? Es pues preciso reconocer que hemos robado la esperanza de nuestros más pequeños y hemos descuidado el fundamento de nuestra sociedad: la familia” (13).

 

ACTUAR

El compromiso que hacemos los obispos, lo compartimos con todo nuestro pueblo, para celebrar, de esta manera, unas dignas y fructuosas fiestas guadalupanas:

“Los Obispos mexicanos queremos refrendar el compromiso de seguir construyendo una “casita sagrada” porque representa un elemento común de identidad de este pueblo, un signo de unidad, un espíritu de familiaridad. La “casita sagrada” es un lugar donde nadie se siente extraño; un lugar de encuentro, convivencia y cercanía con los seres queridos; un lugar donde se comparten las experiencias de la vida. Uno de los grandes retos de la pastoral ha sido el que en el lugar donde se reúna la comunidad todos nos sintamos en casa. Cuando esto no ocurre, cuando no construimos la “casita sagrada” entre todos, más de uno se sentirá extraño y con mucha facilidad se irá de casa” (154).

 “Iluminados por el Acontecimiento Redentor de Nuestro Señor Jesucristo y del Encuentro de Nuestra Madre de Guadalupe, al contemplar la realidad de esta nueva época, queremos fortalecer y renovar nuestro esfuerzo para hacer presente el Reino de Dios en esta situación concreta de nuestro país, tomando en nuestras manos el mandato de la Morenita del Tepeyac de construir esa “casita”, donde los pobres y humildes sean los primeros en la Iglesia y orienten el horizonte de nuestra conversión, fecundando así el sentido de nuestra vida” (169).

“Nosotros, conforme a la promesa de Dios, esperamos unos nuevos cielos y una nueva tierra, en los que habite la justicia (2 P 3,13). Estas palabras despiertan en nosotros el deseo de caminar, de caminar juntos y hacer realidad en nuestra patria, en nuestra Iglesia y por supuesto en cada uno de nosotros, el proyecto de Dios manifestado en Cristo Redentor e inculturado en María de Guadalupe, edificando juntos esa “casita” justa y digna, donde todos somos acogidos. Dios tiene grandes sueños para sus hijos. El sueño de Dios está tejido de los mejores sueños de todos los hombres y mujeres: la paz, la justicia, la unidad, la fraternidad, la dignidad de sus hijos, etc. Estos son también los sueños de nosotros los Obispos y de toda la Iglesia de México ¡No dejemos de soñar y trabajar para que estos sueños se hagan realidad!” (189).

 

 

 

 

Beato Marco Antonio Durando, 10 de diciembre

Miembro de la Congregación de la Misión

diciembre 09, 2020 09:00

Testimonios

 

“El beato Marco Antonio Durando fue un miembro de la Congregación de la Misión que soñó con China para llevar allí el Evangelio, pero los planes de Dios fueron otros. Y se convirtió en un gran servidor de los pobres, enfermos y desvalidos en Italia, su país”

La vida de entrega no siempre discurre por los cauces que uno puede haber soñado. Este beato pensó en China, pero su itinerario espiritual y apostólico tuvo como escenario Italia, su patria. Nació en Mondoví el 22 de mayo de 1801.

Pertenecía a una familia acomodada, influyente y numerosa; de diez hermanos sobrevivieron ocho, algunos de los cuales iban a centrarse en la vida militar y en la política ocupando puestos relevantes.

Siendo joven, el beato Marco Antonio Durando se comprometió con la fe en un ambiente poco proclive a ella, al menos por parte de su padre que profesaba un laicismo de sesgo anticlerical. Pero como la madre era creyente, y se ocupaba de su educación, le inculcó el espíritu religioso. Gracias a su influjo, a los 14 años ingresó en el seminario de Mondoví, pero su deseo era evangelizar China.

Si hace unos días se recordó en esta sección de ZENIT que la piedra de toque de la vida consagrada es el defecto dominante, hoy conviene añadir que la obediencia es uno de sus pilares por excelencia.

A través de ella se manifiesta la voluntad de Dios que puede no coincidir con la personal, pero que viene acompañada de grandes frutos como le sucedió al beato Marco Antonio Durando. Llevando a China en su corazón, ya como miembro de la Congregación de la Misión y siendo un joven, casi adolescente, de 15 años, confió a sus superiores su anhelo misionero.

Les pidió encarecidamente que lo enviaran allí. Pero su insistente demanda no fue acogida por ellos porque tenían otros planes para el muchacho. Así pues, prosiguió estudios en Sarzana dando muestras de virtud en todo su quehacer.

No gozaba de buena salud y por ese motivo en 1822 tuvo que hacer un paréntesis en su formación, momento que coincidió con la dolorosa pérdida de su madre. Ella ya no tendría la alegría de verle ordenado sacerdote, hecho que se produjo en la catedral de Fossano el 12 de junio de 1824.

Después, destinado a Casale Monferrato, el beato revitalizó apostólicamente la región piamontesa con su celo apostólico, suscitando el fervor de las gentes sencillas que acudían a escuchar su vibrante predicación, aunque para ello quienes regentaban establecimientos públicos tenían que cerrarlos.

Y al concluir las misiones, cuando llegaba el momento de la despedida de este insigne misionero, no ocultaban su pesar.

En 1830, el beato Marco Antonio Durando fue designado superior de la casa de Turín, lugar en el que permaneció hasta el fin de sus días. Era un hombre ponderado, con enorme tacto y caridad, que dio sobradas pruebas de su templanza como se constató en situaciones difíciles y dolorosas que le tocó afrontar por razones histórico-políticas.

Cuando vieron confiscados los bienes, se ocupó de atender fraternalmente a numerosos religiosos afectados, así como de ir recuperando las posesiones de su comunidad, salvando escollos y dificultades, y actuando en el momento oportuno.

Su misión fue intensificar las acciones propias de su carisma que transmitió a través de las misiones populares, aunque se dirigió también al clero en sucesivas conferencias y retiros, todo ello conforme a lo establecido por san Vicente de Paúl. Siguiendo su ejemplo, asistió a los pobres espiritual y materialmente.

Fue un gran director espiritual al que acudían en busca de consejo personas de todas clases sociales, incluidos miembros relevantes de la Iglesia y de la nobleza. A él se debe el establecimiento de las Hijas de la Caridad en el Piamonte.

Venciendo prejuicios de ciertos clérigos, a ellas encomendó la atención de heridos, tanto en el hospital militar como en el campo de batalla, un acto de valor y de fe, que fue recompensado personalmente por el rey Carlos Alberto.

Entre otras acciones, contribuyó a difundir entre las jóvenes la asociación de la Medalla Milagrosa, que reportó numerosas vocaciones y fue el detonante de 20 fundaciones. Fundó los centros caritativos “Misericordias”, una red excepcional que se fue diversificando en distintos frentes: enfermerías, hospicios, asilos, escuelas, etc., todo ello para asistencia de los enfermos y de los necesitados. Estos centros emblemáticos se abrieron en distintos lugares.

En 1837, el beato Marco Antonio Durando fue nombrado visitador de la provincia de la Alta Italia de los padres paúles (antigua Lombardia), algo inusual dada su juventud, y ejerció esta misión admirablemente durante más de cuarenta años, hasta la muerte.

En 1855 puso en marcha el colegio seminario de Brignole-Sale para la formación de sacerdotes. Y en 1865 con Luisa Borgiotti fundó las Hermanas Nazarenas con un grupo de jóvenes que acudieron a él porque querían consagrar su vida a Dios. Les dio esta consigna: “¡Orad, obedeced y haceos santas!”, orientándolas a la asistencia de los enfermos a domicilio a tiempo completo, y a la juventud abandonada. Tenían como modelo la Pasión de Jesús, devoción integrada en un cuarto voto.

El beato fue un hombre bien relacionado y supo extraer de sus amistades frutos apostólicos. Íntimamente, y aunque mostraba gran fortaleza, tuvo que luchar contra el desánimo. Fue humilde y delicado, supo combinar sabiamente la comprensión con el rigor. En muchas ocasiones sufrió incomprensiones.

Con su salud muy mermada, no logró ser relevado de su misión: “Encorvado bajo el peso de los años, sentado en un sillón, siempre mantenía el rostro suave y sonriente”, se dijo de él en esa etapa de su vida. Y así llego a los 79 años, falleciendo el 10 de diciembre de 1880. Fue beatificado por Juan Pablo II el 20 de octubre de 2002.