Servicio diario - 22 de abril de 2020


 

El Papa dedica la catequesis al Día Mundial de la Tierra
Rosa Die Alcolea

Coronavirus: Los 246 miembros de la Curia Romana donan un mes de su sueldo
Larissa I. López

Francia: Emmanuel Macron conversa con Francisco y representantes religiosos
Larissa I. López

¿Por qué celebramos hoy el Día Mundial de la Tierra?
Rosa Die Alcolea

La Tierra “no es un depósito de recursos para ser explotados” – Catequesis del Papa
Rosa Die Alcolea

COVID-19: El Vaticano pone a punto la segunda fase de la emergencia
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: Francisco pide la unidad de Europa soñada por los “padres fundadores”
Larissa I. López

Italia se consagrará a la Madre de Dios
Marina Droujinina

Estados Unidos: ¿Cómo viven la crisis los migrantes hispanos? (1)
Enrique Soros

El cardenal Bo se une al llamado del Papa sobre el cese del fuego mundial
Deborah Castellano Lubov

Saludo del Papa a hispanohablantes: En busca del “santo respeto por la tierra”
Rosa Die Alcolea

La película ‘Wojtyla: La Investigación’ se estrenará el próximo 8 de mayo
Redacción

Píldoras de esperanza (19): “El que cree en Él, no es condenado”
Ricardo Grzona

Monseñor Felipe Arizmendi: “¿Qué hace la Iglesia ante la pandemia?”
Felipe Arizmendi Esquivel

Beata María Gabriela Sagheddu, 23 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

El Papa dedica la catequesis al Día Mundial de la Tierra

Solo unidos superaremos “los desafíos globales”
(zenit – 22 abril 2020).- Hoy se celebra el 50º Día Mundial de la Tierra y en línea con la Encíclica Laudato si’, que el Papa Francisco dedicó al cuidado de nuestra Casa Común, el Santo Padre ha reflexionado en la audiencia general sobre el “compromiso que tenemos de protegerla” y que caracteriza “nuestro ‘paso por esta tierra’”.

Este 22 de abril de 2020, como ocurre recientemente cada miércoles, la Biblioteca Apostólica Vaticana ha sido el lugar donde el Papa Francisco ha celebrado la audiencia general. Acompañado por nueve obispos, ha trasladado sus palabras a los fieles que siguen la transmisión a través de medios digitales desde los diferentes países.

 

“Solo si estamos unidos”

En el resumen en español de su catequesis, Francisco ha destacado que la presente pandemia “nos está enseñando que solo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivan en comunión y prosperidad”.

Así, ha sostenido que “no somos solo materia, sino que llevamos también el ‘aliento de vida’ que procede de Dios, y vivimos en este mundo como una única familia humana, en medio de la biodiversidad de las criaturas del Señor”.

Según el Pontífice, estamos creados a imagen y semejanza de Dios y “llamados a cuidar y respetar todas sus criaturas, pero con especial amor y compasión a nuestros hermanos, sobre todo a los más débiles, imitando el amor que Dios nos tiene y nos manifiesta en su Hijo Jesús”.

 

Cinco años de Laudato si’

“Por nuestra culpa –ha recordado- la tierra ha sufrido un gran deterioro, la hemos dañado y saqueado; no la hemos sabido respetar ni cuidar, tampoco a nuestros hermanos y hermanas. Hemos olvidado que somos custodios y administradores, y hemos ofendido al Padre bueno que vela sobre todas sus criaturas”.

El quinto aniversario de la publicación de la Encíclica Laudato Si’, que fue publicada el 24 de mayo de 2015, coincide este año con el 50º Día Mundial de la Tierra. Además, en 2020 se conmemora el cuarto aniversario de la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático.

La actual pandemia de COVID-19 es un “claro recordatorio de la vulnerabilidad de los humanos y del planeta frente a amenazas de magnitud global. El daño descontrolado a nuestro medio ambiente debe ser abordado”, señala Naciones Unidas.

 

 

 

 

Coronavirus: Los 246 miembros de la Curia Romana donan un mes de su sueldo

Para obras de caridad del Papa
(zenit – 22 abril 2020).- Los cardenales, obispos y monseñores de la Curia Romana donan un mes de su sueldo para obras de caridad del Papa, informó el diario italiano Il Fatto Quotidiano.

Esta donación ha sido realizado por los 246 altos cargos de la Curia, apunta Juan Vicente Boo en el diario ABC, y se ha producido después de que el limosnero pontificio, el cardenal Konrad Krajewski, pidiera donaciones para la caridad del Santo Padre y participar así “en el sufrimiento de la gente”.

En esa carta, difundida el pasado 6 de abril, el limosnero pidió a los cardenales, arzobispos, obispos y prelados que componen la Capilla Papal que se unieran al Pontífice “a través de una ofrenda” y que posteriormente el Santo Padre decidiría “el destino de las limosnas recogidas para la emergencia sanitaria”.

 

Fondo para las Iglesias Orientales

Según informa la agencia Europa Press, la Oficina de Prensa del Vaticano, por su parte, indicó que la donación se ha canalizado a través de la Congregación para las Iglesias Orientales, que ha estableció un fondo de emergencia siguiendo las instrucciones de Francisco, tras la solicitud de las nunciaturas apostólicas.

Se trata de las recaudaciones a través de las que el Vaticano donó recientemente respiradores a varios hospitales de Siria, Jerusalén y Belén y equipos de diagnóstico a Gaza con el fin de ayudar a la asistencia contra la pandemia del coronavirus.

 

Solidaridad del Vaticano

Este último gesto de la Curia no es la primera ni la única acción surgida desde la Santa Sede durante la actual situación de emergencia sanitaria.

La propia Limosnería Apostólica ha mantenido sus servicios a pesar de la expansión de la COVID-19. Así, por ejemplo, la semana pasada el cardenal Krajewski estuvo atendiendo a las personas sin hogar situadas en la zona de la estación de Termini en Roma.

El pasado 6 de abril, con una aportación inaugural de 750.000 dólares, Francisco creó otro fondo de emergencia para Obras Misionales Pontificias (OMP) con el fin de recaudar dinero destinado a la ayuda a la lucha contra el coronavirus en zonas de misión.

Igualmente, de acuerdo a la citada agencia, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (A.P.S.A.) redujo a la mitad los alquileres de locales y edificios en Roma de los que es propietaria, dado que los comerciantes atraviesan graves dificultades económicas a causa del inevitable cierre de los negocios.

 

 

 

 

Francia: Emmanuel Macron conversa con Francisco y representantes religiosos

En dos reuniones telefónicas distintas
(zenit – 22 abril 2020).- El presidente francés Emmanuel Macron se reunió ayer, martes 21 de abril, con el Papa Francisco en primera instancia y con representantes de asociaciones religiosas y seculares de Francia en segunda instancia, vía telefónica, informa Vatican News.

Se trató de un encuentro para mantener el diálogo entre las autoridades públicas y las religiones en el contexto del confinamiento de la población debido a la pandemia de COVID-19.

 

Llamada telefónica al Papa

De acuerdo al Elíseo francés, una hora antes la reunión con los representantes religiosos, Emmanuel Macron y el Papa Francisco dialogaron durante cuarenta y cinco minutos. El Papa Francisco se comunicó en español.

La Presidencia francesa indica que ambos líderes subrayaron su convergencia de puntos de vista sobre la tregua universal, la anulación de la deuda, la solidaridad internacional y Europa.

Asimismo, al principio de la conversación telefónica, Emmanuel Macron renovó su invitación al Papa para que viaje a Francia.

 

Encuentro con representantes religiosos

La llamada telefónica entre el presidente de la República Francesa y representantes de denominaciones religiosas y asociaciones seculares duró aproximadamente hora y media.

Este intercambio se ha producido un mes después de otro de carácter similar, pues Macron deseaba conocer cómo se percibían las medidas de contención y escuchar las observaciones sobre los siguientes pasos desde el punto de vista de los líderes del culto.

 

Presidente de la Conferencia Episcopal Francesa

Entre los participantes en la misma se encontraba el arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), Mons. Eric de Moulins-Beaufort, en representación de la Iglesia Católica.

También estuvieron presentes el ministro del Interior y Asuntos Religiosos, así como un representante del Consejo Científico y otro del Consejo Nacional de Ética.

 

Semana Santa

En declaraciones al citado medio vaticano, Mons. de Moulins-Beaufort, manifiesta que el mandatario francés es consciente de que la prohibición de reunirse constituye “una dificultad, un dolor, una complicación” para todos los fieles y para los miembros del clero, así como de que esto mismo ocurre en el resto de las confesiones.

Con respecto a los católicos, el presidente de la CEF señaló que la Semana Santa resultó ser una situación excepcional “bastante interesante”, “que había despertado mucha creatividad” entre muchos. No obstante, al mismo tiempo, para otras personas había sido “una experiencia pesada y complicada”.

 

Pobreza y organizaciones benéficas

Del mismo modo, el prelado habló sobre “el deseo de volver a encontrar algunos contactos y relaciones”, consciente de las dificultades actuales y de las medidas sanitarias que deben respetarse.

El arzobispo de Reims destacó la atención del presidente a la gran pobreza que afecta particularmente a los migrantes indocumentados que trabajaban ilegalmente y que ahora se encuentran sin recursos.

Y se refirió a las organizaciones benéficas “que necesitan recuperar la oportunidad de actuar porque las necesidades son muy grandes”, manifestando su gratitud al no existir límite de edad a la hora de salir del encierro, ya que muchos pensionistas apoyan a estas asociaciones.

 

Capellanes de hospital

Por otro lado, el arzobispo de Reims aludió al tema de los capellanes de los hospitales. Dado que los planes de emergencia de los establecimientos hospitalarios han llevado a la remoción del personal no esencial, los capellanes se han visto privados del acceso a los enfermos.

No obstante, afortunadamente, desde hace unas semanas es más fácil para los capellanes ir a los hospitales y a las residencias de ancianos: “Este alivio de las limitaciones es beneficioso y permite mostrar que el ser humano no solo es un cuerpo que necesita ser cuidado, una psique que necesita ser tratada, sino que también es un ser espiritual, y que vivir la enfermedad, vivir la muerte, es un acto profundamente humano”.

 

 

 

 

¿Por qué celebramos hoy el Día Mundial de la Tierra?

El Papa ha dedicado su catequesis a la jornada
(zenit – 22 abril 2020).- El 22 de abril se celebra en todo el mundo el Día de la Tierra. Este año, precisamente en medio de la crisis sanitaria de la COVID-19, las imágenes de ciudades vacías como Madrid, Barcelona o Venecia se han hecho virales por su llamativa disminución de la contaminación.

El drástico parón de las actividades humanas ha supuesto el cierre de las fábricas, las autopistas vacías, las calles desérticas, el descenso de la cantidad de desplazamientos en vehículos a motor, entre otras consecuencias, lo que se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros.

Según indica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para fines de 2020, las emisiones globales de carbono deben disminuir 7,6% y continuar disminuyendo en esa misma proporción cada año durante la próxima década para que podamos mantener el calentamiento global por debajo de 1,5˚C a fines de siglo, dato indicado en el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

 

1970: Primeras leyes ambientales

El primer Día de la Tierra tuvo lugar en 1970. Indignados por los derrames de petróleo, el smog y la contaminación de los ríos, 20 millones de personas salieron a las calles para protestar por lo que ellos consideraban una crisis ambiental, informa Naciones Unidas.

Fue el evento cívico más grande del planeta en ese momento y obligó a los gobiernos a tomar medidas concretas, incluida la aprobación de leyes ambientales y el establecimiento de agencias dedicadas al medio ambiente. Además de estos resultados concretos, el evento demostró cuánto se puede lograr cuando las personas se unen y exigen acción.

En la actualidad esta jornada sigue manteniendo gran importancia. En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que lo reconoce formalmente como el Día Internacional de la Madre Tierra.

 

Encíclica del Papa: Laudato si’

No podemos hablar del Día de la Tierra sin mencionar la Carta Encíclica del Papa Francisco Laudato si’, que cumplirá cinco años el próximo 24 de mayo, ni del cuarto aniversario de la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático.

“Cuidemos la creación, don de nuestro buen Dios Creador. Celebremos juntos la Semana Laudato si’”: Con estas palabras, en el marco del 5º aniversario de la Encíclica Laudato si’, el Papa publicó un video mensaje para invitar a las comunidades católicas a participar en la Semana Laudato si’ del 16 al 24 de mayo.

 

Acuerdo de París

Tras cuatro años de negociaciones, el 12 de diciembre de 2015 se adoptó, en la COP21, el Acuerdo de París. Se trata de un Acuerdo global de cambio climático, de carácter jurídicamente vinculante, por el que todos los países se comprometieron a participar en las reducciones globales de gases de efecto invernadero.

El Acuerdo de París tiene como objetivo evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.

Cada 5 años, todos los países deben comunicar y mantener sus objetivos nacionales de reducción de emisiones (sus planes de desarrollo para la reducción de emisiones).

 

COP25: Mensaje del Papa

Con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019, COP25, el Papa envió un mensaje a la ministra chilena Carolina Schmidt y a los participantes en la reunión, organizada y presidida por Chile y celebrada en Madrid del 2 al 13 de diciembre.

“Necesitamos una voluntad política clara, previsora y fuerte” –reafirmó el Pontífice–, decidida a seguir un “nuevo rumbo” que apunte a reorientar las inversiones financieras y económicas hacia aquellas áreas que realmente salvaguarden las condiciones de una vida digna de la humanidad en un planeta “sano” para hoy y para mañana.

 

 

 

 

La Tierra “no es un depósito de recursos para ser explotados” – Catequesis del Papa

50º Día Mundial de la Tierra
(zenit – 22 abril 2020).- “¿Cómo podemos restaurar una relación armoniosa con la Tierra y el resto de la humanidad?” pregunta, perseverante, el Papa Francisco. “Como la trágica pandemia de coronavirus nos está demostrando”, ha indicado, “solo juntos y haciéndonos cargo de los más débiles podemos vencer los desafíos globales”.

La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, a las 9:30 horas en Roma, y ha tratado sobre un tema especial: La 50ª Jornada Mundial de la Tierra (Earth Day), que se celebra hoy, coincidiendo además con el 5º aniversario de su carta encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la Casa Común (Gen 2,8-9.15).

“Necesitamos una nueva forma de ver nuestra casa común”, asegura el Papa. “Entendámonos: la Tierra no es un depósito de recursos para ser explotados”. Así, Francisco ha advertido que “por egoísmo hemos fallado en nuestra responsabilidad como custodios y administradores de la Tierra”, en el marco del Día Mundial dedicado a la Tierra, nuestra Casa Común.

En esta línea, llama a todos los hermanos en este tiempo pascual de renovación, a comprometerse “a amar y apreciar el magnífico regalo de la Tierra, nuestra casa común, y a cuidar de todos los miembros de la familia humana”.

Después de resumir su meditación en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado a los fieles. La audiencia general ha terminado con el rezo del Pater Noster y la bendición apostólica.

Aquí ofrecemos la catequesis del Santo Padre completa:

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Catequesis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

Hoy celebramos la 50ª Jornada mundial de la Tierra, Es una oportunidad para renovar nuestro compromiso de amar nuestra casa común y de cuidarla junto con los miembros más débiles de nuestra familia. Como la trágica pandemia de coronavirus nos está demostrando, sólo juntos y haciéndonos cargo de los más débiles podemos vencer los desafíos globales. La carta encíclica Laudato si’ tiene precisamente este subtítulo: “sobre el cuidado de nuestra casa común”. Hoy reflexionaremos juntos sobre esta responsabilidad que caracteriza “nuestro paso por esta tierra” (LS, 160). Tenemos que crecer en la conciencia del cuidado de nuestra casa común.

Estamos hechos de materia terrestre, y los frutos de la tierra sostienen nuestra vida. Pero, como nos recuerda el Libro del Génesis, no somos simplemente «terrestres”: también llevamos dentro de nosotros el soplo vital que viene de Dios (cf. Gn 2:4-7). Vivimos, pues, en la casa común como una familia humana y en la biodiversidad con las otras criaturas de Dios. Como imago Dei, imagen de Dios, estamos llamados a cuidar y respetar a todas las criaturas y a nutrir amor y compasión por nuestros hermanos y hermanas, especialmente por los más débiles, a imitación del amor de Dios por nosotros, manifestado en su Hijo Jesús, que se hizo hombre para compartir con nosotros esta situación y salvarnos.

Por egoísmo hemos fallado en nuestra responsabilidad como custodios y administradores de la Tierra. “Basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común” (ibíd., 61). La hemos contaminado y saqueado, poniendo en peligro nuestra misma vida. Por eso, se han formado varios movimientos internacionales y locales para despertar las conciencias. Aprecio sinceramente estas iniciativas, y todavía será necesario que nuestros niños salgan a las calles para enseñarnos lo que es obvio, es decir, que no hay futuro para nosotros si destruimos el medio ambiente que nos sostiene.

Hemos fallado en custodiar la Tierra, nuestra casa jardín, y en custodiar a nuestros hermanos. Hemos pecado contra la Tierra, contra nuestro prójimo y, en fin, contra el Creador, el Padre bueno que provee a cada uno y quiere que vivamos juntos en comunión y prosperidad. ¿Y cómo reacciona la Tierra? Hay un dicho español, que es muy claro, al respecto y dice así: “Dios perdona siempre, nosotros, los hombres algunas veces perdonamos, otras no; la tierra no perdona nunca”. La Tierra no perdona, si nosotros hemos deteriorado la Tierra, la respuesta será muy contundente.

¿Cómo podemos restaurar una relación armoniosa con la Tierra y el resto de la humanidad? Una relación armoniosa… Perdemos muchas veces la visión de la armonía: la armonía es obra del Espíritu Santo. También en la casa común, en la Tierra, también en nuestra relación con la gente, con el prójimo, con los más pobres, ¿cómo podemos restaurar esta armonía? Necesitamos una nueva forma de ver nuestra casa común. Entendámonos: la Tierra no es un depósito de recursos para ser explotados. Para nosotros los creyentes el mundo natural es el “Evangelio de la Creación”, que expresa la potencia creadora de Dios para plasmar la vida humana y hacer que el mundo exista junto con lo que contiene para sostener a la humanidad. El relato bíblico de la creación concluye de la siguiente manera: “Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien” (Gn 1:31).Cuando vemos estas tragedias naturales que son la respuesta de la tierra a nuestro maltrato, yo pienso: “Si ahora preguntase al Señor que piensa, no creo que me dijera que todo está muy bien”. ¡Nosotros hemos arruinado la obra del Señor!

Al celebrar hoy el la Jornada Mundial de la Tierra estamos llamados a reencontrar el sentido de respeto sagrado por la Tierra, porque no es solo nuestra casa, sino también la casa de Dios. ¡De esto surge en nosotros la conciencia de estar en tierra sagrada!

Queridos hermanos y hermanas, “despertemos el sentido estético y contemplativo que Dios puso en nosotros”. (Exhortación ap. postsin. Querida Amazonia, 56). La profecía de la contemplación es algo que aprendemos sobre todo de los pueblos originarios, que nos enseñan que no podemos cuidar de la tierra si no la amamos y la respetamos. Ellos tienen la sabiduría del “bien vivir”, no en el sentido de pasárselo bien, no: sino del vivir en armonía con la tierra. Ellos llaman “el bien vivir” a esta armonía.

Al mismo tiempo, necesitamos una conversión ecológica que se exprese en acciones concretas. Como una familia única e interdependiente, necesitamos un plan compartido para evitar las amenazas contra nuestra casa común. «La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundoen un proyecto común» (LS, 164). Somos conscientes de la importancia de trabajar juntos como comunidad internacional para la protección de nuestra casa común. Exhorto a cuantos ostentan la autoridad a liderar el proceso que conducirá a dos conferencias internacionales muy importantes: la COP15 sobre la Biodiversidad en Kunming (China) y la COP26 sobre el Cambio Climático en Glasgow (Reino Unido). Estas dos citas son importantísimas.

Me gustaría alentar a organizar acciones concertada también a nivel nacional como local. Es bueno converger desde todas las condiciones sociales y dar vida también a un movimiento popular “desde abajo”. Así nació la Jornada Mundial de la Tierra, que celebramos hoy. Cada uno de nosotros puede dar su pequeña aportación: “No hay que pensar que esos esfuerzos no van a cambiar el mundo. Esas acciones derraman un bien en la sociedad que siempre produce frutos más allá de lo que se puede constatar, porque provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente” (LS, 212).

En este tiempo pascual de renovación, comprometámonos a amar y apreciar el magnífico regalo de la Tierra, nuestra casa común, y a cuidar de todos los miembros de la familia humana. Como hermanos y hermanas que somos imploremos juntos a nuestro Padre celestial: “Envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra” (cf. Sal 104,30).

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

 

COVID-19: El Vaticano pone a punto la segunda fase de la emergencia

Comenzará el 4 de mayo
(zenit – 22 abril 2020).- Esta mañana se ha celebrado una reunión extraordinaria en el Vaticano para “reflexionar sobre la segunda fase de la emergencia de COVID-19, que comenzará el 4 de mayo”, ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en un comunicado emitido el miércoles 22 de abril de 2020.

En el Aula Antigua del Sínodo, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, ha presidido el encuentro con los responsables de los dicasterios y entes de la Santa Sede, señala la nota.

El Vaticano ha decidido la reactivación gradual de los servicios ordinarios, si bien salvaguardando las precauciones sanitarias para limitar el contagio, a fin de asegurar el servicio al Santo Padre y a la Iglesia Universal.

En el curso de la reunión se ha subrayado el esfuerzo del Vaticano para “hacer frente a la crisis de manera sostenible” en el contexto del cuidado del medio ambiente, cuya jornada se celebra hoy con el “Día Mundial de la Tierra”, tema al que el Papa Francisco ha dedicado la catequesis esta mañana.

 

 

 

 

Santa Marta: Francisco pide la unidad de Europa soñada por los “padres fundadores”

El crucifijo, revelación del amor de Dios
(zenit – 22 abril 2020).- “En este tiempo en el cual es necesaria tanta unidad entre nosotros, entre las naciones, oremos hoy por Europa”, para que “logre tener esa unidad, esa unidad fraterna que soñaron los padres fundadores de la Unión Europea”.

Esta es la petición de oración del Papa en la Misa de la Casa Santa Marta de hoy, 22 de abril de 2020, Miércoles de la Segunda Semana de Pascua, transmitida en directo por Vatican News y por la página de Facebook de zenit.

En su homilía, el Santo Padre reflexionó en torno al Evangelio de hoy (Jn 3, 16-21). En él, Jesús dice a Nicodemo: “Tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.

 

Revelación del amor de Dios

Francisco señaló que este pasaje constituye un tratado de Teología, en el que subraya dos puntos. El primero es la revelación del amor de Dios: “Cada vez que miramos el crucifijo, encontramos este amor. El crucifijo es precisamente el gran libro del amor de Dios”.

E indicó que Pablo habla de esto, “explicando que todo el razonamiento humano que hace es útil hasta cierto punto, pero el verdadero razonamiento, la más bella forma de pensar, pero también que cuanto más explica todo es la cruz de Cristo, es Cristo crucificado el que es escándalo y locura, pero es el camino”.

“Y ese es el amor de Dios. Dios amaba tanto al mundo que dio a su único Hijo. ¿Y para qué? Para que quien crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. El amor del Padre que quiere a sus hijos con él”, aclaró.

 

La luz que vino al mundo

Según el Papa, el segundo punto también resulta de ayuda: “La luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”.

“Hay personas –incluso nosotros, muchas veces– que no podemos vivir en la luz porque están acostumbrados a la oscuridad. La luz los deslumbra, no pueden ver. Son murciélagos humanos: solo saben moverse en la noche. Y nosotros también, cuando estamos en pecado, estamos en este estado: no toleramos la luz. Es más cómodo para nosotros vivir en la oscuridad; la luz nos abofetea, nos hace ver lo que no queremos ver”, explicó.

Finalmente, el Pontífice pidió: “Dejemos que el amor de Dios, que envió a Jesús para salvarnos, entre en nosotros y la luz que trae Jesús, la luz del Espíritu entre en nosotros y nos ayude a ver las cosas con la luz de Dios, con la verdadera luz y no con la oscuridad que nos da el señor de las tinieblas”.

A continuación sigue la transcripción completa de la homilía del Santo Padre ofrecida por Vatican News.

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Homilía del Papa

Este pasaje del Evangelio de Juan, capítulo 3, el diálogo entre Jesús y Nicodemo, es un verdadero tratado de Teología: aquí está todo. El kerigma, la catequesis, la reflexión teológica, la parénesis… todo está en este capítulo. Y cada vez que lo leemos, encontramos más riqueza, más explicaciones, más cosas que nos hacen entender la revelación de Dios. Sería bueno leerlo tantas veces, para acercarnos al misterio de la redención. Hoy sólo tomaré dos puntos de todo esto, dos puntos que están en el pasaje de hoy.

La primera es la revelación del amor de Dios. Dios nos ama y nos ama – como dice un santo – con locura: el amor de Dios parece una locura. Nos ama: «Tanto amó al mundo que dio a su único Hijo». Dio a su Hijo, envió a su Hijo y lo mandó a morir en la cruz. Cada vez que miramos el crucifijo, encontramos este amor. El crucifijo es precisamente el gran libro del amor de Dios. No es un objeto para poner aquí o allá, más bello, no tan bello, no tan antiguo, más moderno… no. Es precisamente la expresión del amor de Dios. Dios nos amó de esta manera: envió a su Hijo, [que] se anonadó a sí mismo hasta morir en la cruz por amor. Tanto amó al mundo, a Dios, que dio a su Hijo.

Cuánta gente, cuántos cristianos pasan su tiempo mirando el crucifijo… y allí encuentran todo, porque han comprendido, el Espíritu Santo les ha hecho comprender que existe toda la ciencia, todo el amor de Dios, toda la sabiduría cristiana. Pablo habla de esto, explicando que todo el razonamiento humano que hace es útil hasta cierto punto, pero el verdadero razonamiento, la más bella forma de pensar, pero también que cuanto más explica todo es la cruz de Cristo, es Cristo crucificado el que es escándalo y locura, pero es el camino. Y ese es el amor de Dios. Dios amaba tanto al mundo que dio a su único Hijo. ¿Y para qué? Para que quien crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. El amor del Padre que quiere a sus hijos con él.

Mirar al crucificado en silencio, mirar sus heridas, mirar el corazón de Jesús, mirar el conjunto: Cristo crucificado, el Hijo de Dios, aniquilado, humillado… por amor. Este es el primer punto que hoy nos hace ver este tratado de teología, que es el diálogo de Jesús con Nicodemo.

El segundo punto es un punto que también nos ayudará: “La luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”. Jesús también toma esto de la luz. Hay personas – incluso nosotros, muchas veces – que no podemos vivir en la luz porque están acostumbrados a la oscuridad. La luz los deslumbra, no pueden ver. Son murciélagos humanos: sólo saben moverse en la noche. Y nosotros también, cuando estamos en pecado, estamos en este estado: no toleramos la luz. Es más cómodo para nosotros vivir en la oscuridad; la luz nos abofetea, nos hace ver lo que no queremos ver. Pero lo peor es que los ojos, los ojos del alma de tanto vivir en la oscuridad se acostumbran tanto a ella que terminan ignorando lo que es la luz. Perder el sentido de la luz porque me acostumbro más a la oscuridad. Y tantos escándalos humanos, tantas corrupciones nos señalan esto. Los corruptos no saben lo que es la luz, no lo saben. Nosotros también, cuando estamos en un estado de pecado, en un estado de alejamiento del Señor, nos volvemos ciegos y nos sentimos mejor en la oscuridad y vamos así, sin ver, como los ciegos, moviéndonos como podemos.

Dejemos que el amor de Dios, que envió a Jesús para salvarnos, entre en nosotros y la luz que trae Jesús, la luz del Espíritu entre en nosotros y nos ayude a ver las cosas con la luz de Dios, con la verdadera luz y no con la oscuridad que nos da el señor de las tinieblas.

Dos cosas, hoy: el amor de Dios en Cristo, en el crucificado; en lo cotidiano, en la pregunta diaria que podemos hacernos: «¿Camino en la luz o camino en la oscuridad? ¿Soy hijo de Dios o terminé siendo un pobre murciélago?».

 

Comunión espiritual, adoración y bendición Eucarística

Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:

“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.

Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana que se canta en el tiempo pascual, el Regina Coeli.

Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.

 

 

 

 

 

Italia se consagrará a la Madre de Dios

“Para protegerla y salvarla de la pandemia”
(zenit – 22 abril 2020).- “Acogiendo la propuesta y la petición de muchos fieles”, los obispos han decidido confiar la nación italiana a la Madre de Dios “para protegerla y salvarla de la pandemia del coronavirus”.

El acto de consagración tendrá lugar el próximo 1 de mayo de 2020 a las 21 horas en la Basílica de Santa María del Fonte presso Caravaggio, en la diócesis de Cremona, en la provincia de Bérgamo, una de las más afectadas por la epidemia, según informó la agencia Fides el pasado martes 21 de abril de 2020.

Un comunicado de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) enviado a Fides recuerda que el mes de mayo está tradicionalmente dedicado a Nuestra Señora. Por lo tanto, comenzar el mes con esta consagración “adquiere, en la situación actual, un significado muy especial para toda Italia”.

“La Iglesia confía a Nuestra Señora los enfermos, los trabajadores sanitarios y los médicos, las familias y los difuntos”, dice el comunicado. “En la fiesta de San José, esposo de la Santísima Virgen María, confía en particular a los trabajadores, conscientes de las preocupaciones y temores que afectan a su visión del futuro”.

En una entrevista concedida a Vatican News, el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la CEI, subrayó que el acto de consagración está “ligado a la fiesta de San José” y “nos recuerda, por lo tanto, el mundo del trabajo que está en gran parte bloqueado”, explicó, y “es necesario, incluso de las formas autorizadas, que se haga todo lo posible para reiniciarlo”.

Pensando en la Sagrada Familia donde todos han trabajado sin cesar, el cardenal añadió que “el trabajo no es solo un factor económico, es también un hecho inherente a la vocación del hombre que imita a Dios que creó el mundo”. “El trabajo crea relaciones”, continuó, “el trabajo siempre genera comunidad, genera diálogo, genera conversaciones, por lo que el trabajo es realmente necesario para la vida humana. Así que queremos subrayar estos valores en los que nosotros, como Iglesia, creemos profundamente”.

El santuario de Caravaggio, situado a unas docenas de kilómetros de Milán, está en el corazón de Lombardía, la región italiana más afectada por la pandemia de COVID-19, según informó Vatican News el pasado 20 de abril de 2020.

El templo fue construido entre los siglos XVI y XVIII. En este lugar, el 26 de mayo de 1432, la Virgen María se le apareció a una joven campesina de la zona, Giannetta de ‘Vacchi.

 

 

 

 

Estados Unidos: ¿Cómo viven la crisis los migrantes hispanos? (1)

Solidaridad, evangelización, espiritualidad y hermandad
(zenit – 22 abril 2020).- Ante la pandemia del coronavirus, quienes más sufren sus consecuencias son sin duda los más vulnerables. En los Estados Unidos de América, los hispanos pertenecen a ese grupo.

zenit ha contactado con líderes nacionales hispanos para conocer cómo dicha comunidad enfrenta este duro desafío y cómo la Iglesia le asiste.

 

En Baltimore: solidaridad entre hermanos

“Jesús nos invita a tener una ética de solidaridad. El amor al prójimo es el gran mandamiento que Él nos enseñó. En nuestra arquidiócesis hemos sido testigos de una ola de compromiso con el hermano”, expresa Lía Salinas, salvadoreña, directora del Ministerio Hispano de la arquidiócesis de Baltimore.  “Muchas de nuestras parroquias han organizado reparticiones de canastas básicas para los más necesitados de sus comunidades y para todos los que requieran ayuda. Parroquias como Sagrado Corazon en Glyndon, San Gabriel en Owens Mill, entre otras, continúan sus esfuerzos para poder reabastecer sus despensas de comida y dependen de la caridad de sus feligreses. Soy testigo de la gran labor que llevan a cabo los voluntarios, no solo hispanos, sino también nuestros hermanos anglosajones que se han unido a estos esfuerzos”, apunta Salinas.

Al respecto de la cantidad de servicios que se ofrecen, la directora informa que “de las veinte parroquias donde hay ministerio hispano, catorce tienen bancos de comida o están distribuyendo despensa. En Sagrado Corazón en Glyndon se distribuyeron 400 canastas básicas el Domingo de Resurrección; en San Gabriel, el pasado 5 de abril se entregaron cerca de 500 despensas y continúan distribuyendo ayuda a 50 familias semanalmente”.

La comida se está acabando a muchas familias, especialmente indocumentadas que no tienen trabajo. Sobre esto comparte Salinas que “en el oeste de Maryland, en la ciudad de Hagerstown, unos hermanos se han unido para llevar personalmente la ayuda a familias que después de un mes sin trabajar, indocumentados que no califican para ayuda del gobierno, han puesto de su propio bolsillo para darle de comer al hambriento. Algunas familias ya entran en la desesperación por no tener ingresos económicos y la comida se les está acabando”.

 

En el centro: apoyo a los párrocos

Por su parte, Elisabeth Román, puertorriqueña, presidenta del Consejo Católico Nacional de Ministerio Hispano en Estados Unidos, hace referencia a la diócesis de Joliet, en Illinois, al norte del país. La líder afirma que “lo que hemos visto aquí ha sido cómo las comunidades se han ido apoyando y se adaptaron dentro de sus posibilidades. En esta nueva realidad, están distribuyendo comida en las parroquias. En Semana Santa se reunían en los estacionamientos de las parroquias para adorar al Santísimo. El Jueves Santo, Viernes Santo, seguimos conectándonos a través de diversas plataformas, con transmisión en vivo”.

Al respecto de los sacerdotes, Román expresa que “estamos apoyando a los párrocos desde un equipo de discípulos misioneros que tenemos en la diócesis. Nos reunimos con los sacerdotes, que también se sienten bastante solos y que tuvieron una Semana Santa difícil, celebrando Misa en unas iglesias que están vacías. Tratamos lo más posible de acompañar a esos párrocos, para que ellos puedan acompañar a los feligreses que los necesitan”.

 

En el sureste: pastoral integral

El P. Rafael Capó, puertorriqueño, director de la Oficina de Ministerio Hispano del Sudeste, de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos y director de SEPI, Instituto Pastoral del Sureste, con sede en Miami, expresa que “una prioridad para la pastoral hispana del sureste durante la pandemia del coronavirus ha sido el acompañamiento de los jóvenes y las familias. El SEPI ha coordinado una serie de sesiones en línea abiertas a los líderes y comunidades hispanas, en las que terapistas y consejeros han dado orientaciones de cómo vivir la cuarentena en el hogar de una manera constructiva y cristiana”.

 

Asistencia a familias de deportados

Sobre las duras pruebas de familias con miembros deportados, Capó afirma que “de manera especial se ha llevado adelante, con el apoyo de Catholic Extension, un programa de  acompañamiento a las familias migrantes en Mississippi, donde una redada de inmigración se llevó arrestados a cientos de miembros de la comunidad, dejando niños desamparados y familias en situación de crisis. Psicólogos y terapistas del SEPI han estado en contacto con estas familias de manera virtual en estas semanas después de haber acompañado a la comunidad en un retiro espiritual antes de iniciar la Cuaresma”.

 

Pastoral juvenil hispana en salida

La juventud juega un rol esencial en la pastoral hispana en EE.UU. El sacerdote manifiesta al respecto que “los jóvenes líderes de la Pastoral Juvenil del Sureste también han estado trabajando durante la pandemia, dirigiendo un retiro espiritual virtual con el Libro de la Pascua del SEPI 2020. Jóvenes de Miami, San Agustín, Charlotte y Knoxville dirigieron distintas sesiones de este retiro en el que participaron más de 2.600 jóvenes de las diócesis del Sureste. El acompañamiento ha sido espiritual y formativo, en salida a las periferias de la pastoral hispana, llegando a personas que de otra manera no tendrían acceso a recursos de formación durante esta emergencia”.

 

Evangelización en línea

Sobre la oportunidad de aprovechar recursos online para estudio y espiritualidad, Capó declara que “la Semana Santa estuvo marcada por un hermoso Vía Crucis virtual dirigido por directores diocesanos y líderes de la Pastoral Juvenil. Y el tiempo de Pascua ha arrancado con una serie de cursos en línea de Biblia, Teología, espiritualidad y pastoral, abiertos a toda la comunidad hispana del Sureste. Así el SEPI se ha hecho presente, acompañando al pueblo hispano en estos momentos de dificultad”.

Este tiempo de pandemia desarrolla la creatividad del evangelizador, misionero y servidor hispano en los Estados Unidos. Compartiremos el testimonio de otros líderes nacionales de la comunidad hispana en esta nación en próximas ediciones.

La foto central del artículo corresponde al servicio de la comunidad hispana en la arquidiócesis de Baltimore; las fotos restantes son compartidas por Adriana Visoso, presidenta de “La Red, National Catholic Network de Pastoral Juvenil Hispana”, y fueron tomadas en la iglesia San Camilo, de Silver Spring, Maryland.

 

 

 

 

El cardenal Bo se une al llamado del Papa sobre el cese del fuego mundial

“No es el momento de intensificar el conflicto”
(zenit – 22 abril 2020).- Ante la amenaza sin precedentes y creciente de la pandemia del coronavirus, el cardenal Charles Bo de Yangon (Myanmar) se une al llamamiento del Papa Francisco y del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, para un alto el fuego mundial.

El presidente de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas (FABC) lo subrayó en un mensaje del 22 de abril que su eminencia ha proporcionado a la edición de zenit en inglés.

El presidente de los obispos de Asia reconoció la muerte y el sufrimiento en todo el mundo debido a la COVID-19 y la situación en su propio país, el prelado asiático pidió el fin de las hostilidades en todo el mundo.

Sin el cese de los conflictos en todas partes, expone, el sufrimiento de muchos se prolongará en todo el mundo y la sanación se retrasará indefinidamente.

Tras señalar que “las consecuencias de la pandemia son catastróficas para la salud pública y para la vida social y económica”, el cardenal afirmó que “si realmente deseamos que Myanmar emerja como un pueblo unido, pacífico y próspero, ahora es el momento de tomar una decisión rápida, enérgica y respetuosa”.

“Ahora”, indicó, “es el momento para una acción sabia, coherente y orientada al futuro. No es el momento de intensificar el conflicto”. El cardenal Bo lamentó que la crisis que enfrentamos ahora sea global.

“Depongan todas las armas y actos de agresión», apeló, exhortando: “Estén armados en cambio con la sinceridad y la verdad. Tomemos el camino más difícil para superar las diferencias cara a cara con coraje e inteligencia. No escondamos la humanidad detrás de las armas”. “Al final”, dijo, “eso es pura debilidad”.

El cardenal Bo apuntó que los encuentros de Religiones por la Paz han demostrado que el diálogo de forma coordinada entre todas las partes “es posible y fructífero”.

También aseguró que la Iglesia Católica de Myanmar tiene un claro plan nacional de cooperación a nivel local con las autoridades de todos los niveles. “Estamos dispuestos en todo momento a alentar y mediar en un nuevo y oportuno diálogo entre las diversas partes”, recordó el cardenal asiático.

 

 

 

 

Saludo del Papa a hispanohablantes: En busca del “santo respeto por la tierra”

Catequesis dedicada al Día de la Tierra
(zenit – 22 abril 2020).- El Señor resucitado “nos conceda encontrar el sentido del santo respeto por la tierra y estar más atentos a las necesidades de todos los hermanos”, ha pedido el Papa en la audiencia general, dedicada al 50º Día Mundial de la Tierra.

El saludo del Papa Francisco a los fieles de lengua española ahora llega a través de las cámaras. Este 22 de abril de 2020, millones de fieles alrededor del mundo siguen esta catequesis en los medios de comunicación social.

“En estos días iluminados por la Resurrección del Señor Jesús, pidámosle que con su Espíritu vivificante renueve todas las cosas”, ha exhortado Francisco.

En línea con la Encíclica Laudato si’, de cuya publicación se cumplirán 5 años el próximo 24 de mayo, el Pontífice ha dedicado la catequesis al cuidado de nuestra Casa Común y ha reflexionado sobre el “compromiso que tenemos de protegerla” que caracteriza “nuestro ‘paso por esta tierra’”.

 

 

 

 

La película ‘Wojtyla: La Investigación’ se estrenará el próximo 8 de mayo

Exclusivamente online
(zenit – 22 abril 2020).- La película Wojtyla: La Investigación se estrenará el próximo 8 de mayo de 2020, de forma exclusivamente online, en el marco del Centenario del nacimiento del Papa polaco, san Juan Pablo II.

La cinta ofrece en primicia los documentos y fotografías de los archivos secretos comunistas de Polonia, según los cuales Juan Pablo II  fue sometido a estrecha vigilancia y escuchas telefónicas desde 1946 y hasta su mismo pontificado.

Tras el éxito de los estrenos, tanto en cines como online, de los largometrajes El misterio del Padre PíoRenacidos, el Padre Pío cambió sus vidas, la distribuidora European Dreams Factory estrenará el tercer largometraje de José María Zavala: Wojtyla, la investigación en plataformas digitales para el próximo viernes 8 de mayo.

En su tercer proyecto, José María Zavala profundiza en el pasado de uno de los grandes santos de la historia reciente de la Iglesia Católica, con una trama y una investigación que permitirá al espectador conocer a la persona detrás del pontífice san Juan Pablo II.

La película cuenta con la participación destacada del cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II durante casi 40 años; del postulador de la causa de canonización de Wojtyla, Slawomir Oder; de Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa en el Vaticano durante más de 30 años; y de Shawn Carney, presidente del movimiento Pro Vida “40 días por la vida”.

Wojtyla. La investigación brinda también al espectador testimonios inéditos de la intercesión hoy de Juan Pablo II como uno de los más grandes santos del siglo XX.

La distribuidora European Dreams Factory ha facilitado este formulario para recibir el alquiler de la película el próximo viernes 8 de mayo.

 

 

 

 

 

Píldoras de esperanza (19): “El que cree en Él, no es condenado”

Miércoles de la II Semana de Pascua
Reflexión sobre los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo, conoces mi vida, te pido que llenes de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén.

 

Evangelio según San Juan 3,16-21

Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.

Palabra del Señor.

 

¿Qué dice el texto?

Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

 

¿Qué nos dice hoy Dios en este texto?

La palabra “salvación” ha entrado en un desgaste muy grande, ya que se usa para muchas cosas, cuando en verdad debería usarse sólo para lo que realmente es. Hoy vemos anuncios publicitarios tales como “salve su dinero”, etc… al utilizar demasiado estas palabras, el sentido original va perdiéndose. Es como si una moneda de gran valor se empieza a oxidar con el tiempo y ya nadie se fija en ella porque está sucia, manchada por el tiempo y corroída. Pero cuando alguien la encuentra, la limpia y le quita el óxido, se puede volver a apreciar su valor completo.

Hoy podemos fijarnos en esta palabra: “salvación”. Es la que usa Jesús para decirnos que no vino a juzgarnos sino a salvarnos. En los tiempos normales, evidentemente nos haría gracia, esta palabra. Es más, hay muchos grupos religiosos que hablan de la salvación y la gente no los recibe con aprecio, porque en su interior “lo tienen todo” (es decir, tienen el coche, tienen la vivienda, tienen el trabajo, tienen lo que precisan para vivir y ser felices…) Por esa misma razón la gente se pregunta ¿Salvarme de qué? ¿Si tengo todo?

Qué bueno que hoy podemos revisar nuestras vidas y descubrir que esas cosas que teníamos y que creíamos que eran “nuestra salvación”, de un día para el otro, desaparecieron. Y nuestras seguridades tampoco las tenemos. Y ya no encontramos ningún “salvavidas” para no hundirnos en la desesperanza y la inquietud. No estábamos acostumbrados a estar en casa, ni a quedarnos sin la libertad. Y entonces hoy me pregunto ¿Qué significa la salvación en medio de esta situación?

Si tú sientes que aún no has llegado a un nivel de encuentro contigo mismo y en armonía con el Señor, que es tu única salvación. Te invito a que dejes de lado esas cosas que te preocupan y te inquietan. Repite conmigo esta frase del mismo Evangelio (Juan 16,33). Hazlo en paz, puedes repetir usando la respiración para hacerlo rítmicamente. Recuerda que no se trata de conocer, se trata de llevar al interior del alma y del corazón:

“Les he dicho todo esto para que, unidos a mí, encuentren paz. En el mundo tendrán sufrimientos; pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo”.

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

 

www.fundacionpane.com
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Fundación Ramón Pané

 

 

 

 

Monseñor Felipe Arizmendi: “¿Qué hace la Iglesia ante la pandemia?”

“Iglesia es todo el Pueblo de Dios”
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

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Iglesia no es sólo la jerarquía, sino todo el Pueblo de Dios. Son Iglesia en acción los creyentes médicos, enfermeras, farmacéuticos, encargados de la limpieza, autoridades civiles, científicos, agricultores, transportistas, policías, empresarios, etc., además de los sacerdotes, religiosas, misioneros, obispos y el Papa, todos implicados en ayudar a los afectados por ese minúsculo virus.

Hemos intensificado la oración, las celebraciones litúrgicas, sobre todo las Misas, las prácticas piadosas, los ayunos, para pedir a nuestro Padre del cielo curación de los enfermos, paz eterna de los difuntos, fortaleza y salud de los agentes sanitarios, sabiduría para los gobernantes. Esto es muy propio de nuestra vocación cristiana y de nuestro ministerio pastoral. No somos una ONG, sólo dedicada a obras sociales. Nos compete, y no lo podemos delegar ni descuidar, orar con más intensidad, convencidos de la milagrosa eficacia de la oración, sobre todo la litúrgica. Esto lo seguiremos haciendo, aun cuando pase la emergencia.

Sin embargo, Jesús no sólo predicaba y oraba, sino que curaba enfermos, daba de comer a los hambrientos, consolaba a los tristes. Nosotros no podemos seguir otro camino. El nos dijo que el amor y el servicio misericordioso a los pobres es lo esencial en que demostramos ser sus seguidores. Criticó a sacerdotes y levitas que sólo celebraban ritos en el templo, pero nada hicieron por el caído al borde del camino, víctima de asaltantes.

Hago una breve selección de obras sociales que hacemos en favor de quienes están sufriendo esta pandemia, no para presumir, sino para gloria de Dios y para animar a otros a hacer lo mismo. La inmensa mayoría de acciones quedan ocultas, por lo que nos recomendó Jesús: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha” (Mt 6,3).

El Papa ha regalado considerables cantidades de dinero, ventiladores y otros materiales médicos a hospitales y asilos. Ha compartido alimentos y otros apoyos a mendigos de Roma y a otras personas pobres, no porque sea rico, sino porque comparte lo que le llega. En muchas partes, como España, Italia, Francia y otros países de nuestra América, se han puesto a disposición del gobierno iglesias, seminarios, conventos, casas religiosas, para atender a enfermos. Las diferentes Caritas y muchas parroquias organizan comedores, despensas, medicinas y otras ayudas para personas que se han quedado sin trabajo y sin recursos. Siguen abiertas las más de cien casas de migrantes, asilos y orfanatorios. Hay cadenas de alimentos y medicinas, articuladas con empresarios que quieren ayudar, redes vecinales de solidaridad.

Son incuantificables las acciones caritativas que la imaginación del amor desarrolla por todos lados, y que nunca se divulgan en los medios informativos. No nos hemos quedado con las manos cruzadas, sólo lamentando la situación y criticando a los gobiernos. Como un sobrino mío, agricultor, que llevó algo de lo que produce, jitomates, cebollas, pepinos, etc., a unas religiosas que están pasando penurias. No faltan, sin embargo, quienes nada hacen, por egoísmo, miedo y flojera, o por ser sólo ideólogos de café que nunca dan un peso a los pobres.

Un ejemplo, entre tantos otros. La diócesis de La Paz, Baja California Sur, para la atención de pacientes COVID-19, facilitó dos clínicas, en “comodato”, a la Secretaría Estatal de Salud, una en La Paz y otra en San José del Cabo, más un centro que se ocupa de ordinario para la curación integral de adictos. Han organizado centros de acopio y reparto de despensas en casi todas las parroquias. Se han abierto comedores para gente necesitada y hay quien pueda llevarla a los hogares. Están en coordinación con organizaciones civiles y empresarios para garantizar alimentos básicos y un ingreso mínimo, al menos para 40.000 familias. Se subvenciona un asilo de ancianos desvalidos en Santa Rosalía, en coordinación con la delegación federal del bienestar.

Su obispo me comparte esta bella experiencia, que vivió el domingo pasado: “Celebré la Misa en la parroquia de la Divina Misericordia en San José del Cabo, situada en colonias populares de gente clase baja o media baja, con algunas colonias de clase media media. La Misa fue a puerta cerrada, pero trasmitida por redes. Las lecturas se prestaron para hablar de una comunidad encerrada por miedo, no a los judíos, sino al coronavirus; una comunidad que vive la fraternidad compartiendo sus bienes y ayudando a los pobres. Al acabar la Misa, observé cómo funcionaba el comedor para pobres. Desde que inició la cuarentena, empezaron a distribuir alimentos; actualmente dan más de 500 comidas diarias para llevar a casa, algunas llevadas directamente a personas que, por salud o edad, no pueden ir a recoger su platillo. La comida es ofrecida por familias que preparan y donan comida para 20, 50, 1000 personas, y es repartida por jóvenes voluntarios, un hermoso grupo consciente de los riesgos que corren al realizar esta tarea, coordinados por uno de nuestros seminaristas.

Al final, con sana distancia, me reuní con los coordinadores (20 muchachos/as), les di las gracias, rezamos juntos, les di la bendición, para luego regresar a La Paz”. ¡Qué bella experiencia! Eso es vida, eso es cristianismo, eso es resurrección, eso es esperanza, eso es Iglesia. Aunque nunca salgan en televisión. En la arquidiócesis de Toluca: Se reparten despensas a las familias necesitadas, con un pequeño apoyo económico. En algunas parroquias, hay centros para atender los problemas de violencia intrafamiliar, ansiedad, angustia, etc. Se insiste a los fieles que respeten las disposiciones de las autoridades sanitarias. Se exhorta a quienes tienen difuntos que eviten los acostumbrados velorios, para no ocasionar contagios masivos. Se sugiere que los cadáveres puedan ser cremados y depositar las cenizas cuanto antes, con la mínima concurrencia. Se difunden mensajes para combatir depresión, estrés y fake news. Se donan despensas a personas sin empleo y hay algunos comedores para pobres. Con el Consejo de Empresarios y la Pastoral del Trabajo, se promueve trabajo temporal para personas sin empleo.

 

PENSAR

El Papa Francisco, en un artículo para la revista española Vida Nueva, escribe: “Dios jamás abandona a su pueblo, está siempre junto a él, especialmente cuando el dolor se hace más presente. Es el soplo del Espíritu que abre horizontes, despierta la creatividad y nos renueva en fraternidad para decir: ¡Presente! (o bien, aquí estoy) ante la enorme e impostergable tarea que nos espera. Una emergencia como la de COVID-19 es derrotada en primer lugar con los anticuerpos de la solidaridad. No podemos permitirnos escribir la historia presente y futura de espaldas al sufrimiento de tantos. Es el Señor quien nos volverá a preguntar ‘¿dónde está tu hermano?’ (Gn, 4, 9)”.

Antes del Regina coeli del domingo pasado, dijo: “La respuesta de los cristianos en las tormentas de la vida y de la historia sólo puede ser la misericordia: al amor compasivo entre nosotros y hacia todos, especialmente hacia los que sufren, al que ya no da más, al que es abandonado. No el pietismo, ni el asistencialismo; sino la compasión, que viene del corazón” (19-IV-2020).

Ya había dicho, en la homilía dominical: “Esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro. Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad. Aprendamos de la primera comunidad cristiana, que se describe en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Había recibido misericordia y vivía con misericordia: ‘Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno’ (Hch 2,44-45). No es ideología; es cristianismo”.

 

ACTUAR

Abre tus ojos y tu corazón: Haz lo que puedas por quien sufre más que tú.

 

 

 

 

Beata María Gabriela Sagheddu, 23 de abril

Ofreció su vida por la unidad de los cristianos
“Ofreció su vida por la unidad de los cristianos. Esta religiosa trapense falleció a los 25 años, consumando su afán victimal que, según recordó, no se halla en la consecución de grandes obras, sino en la ofrenda total del propio yo”

Nació en Dorgali, una localidad de la isla italiana de Cerdeña, el 17 de marzo de 1914. Su padre trabajaba en el pastoreo al servicio de otra persona. Fue la quinta de ocho hermanos. Era una joven idealista y activa que no se detenía ante nada cuando estaba convencida de la grandeza de algo. Y aunque en su infancia y adolescencia dio muestras de terquedad, siempre terminaba imponiéndose su bondad. Así reflejaron su carácter quienes la conocieron: “Obedecía refunfuñando, pero era dócil”; “decía que no y, sin embargo, iba inmediatamente”. En esta época en la que rondaba los 6 años de vida había perdido a su hermano mayor y a su padre, todo lo cual influía en el hogar. Y puede que, aún siendo tan niña, se reforzaran los rasgos de una personalidad como la suya tendente a la rebeldía y al autoritarismo. Entre sus aficiones destacaba la lectura y el juego de las cartas.

Dio un giro radical a su comportamiento cuando tenía 18 años, tras fallecer una hermana tres años menor. Hay quienes ante una tragedia de esta naturaleza se enfrentan a Dios o pierden su fe. A otros le sirve para reconciliarse con Él. En ninguno de estos dos polos extremos frente al dolor –hay otras respuestas– se hallaba la beata. Su caso, bastante común, era el de quien sigue la vida con una cierta rutina hasta que es golpeado por un hecho dramático. Pero al sufrir esta pérdida se comprometió con la Acción Católica, se hizo catequista y comenzó a acudir a misa recibiendo la comunión diariamente. Consciente de la muralla que suponían sus debilidades para el progreso espiritual, se afanó en corregirlas. En lo que se propuso: estudios, apostolado, oración…, alcanzó altas cotas porque no escatimó esfuerzo, ni sacrificios. Hubo pretendientes que se hubieran casado con ella, pero en dos ocasiones rechazó las propuestas de matrimonio. A los 20 años eligió el cister de Grottaferrata, vía sugerida por su confesor, para entregar su vida a Cristo por completo. Conmovida por la misericordia divina que le había trazado ese camino, exclamaba: “¡qué bueno es el Señor!”. La gratitud fue una de las virtudes que la adornaron.

Ingresó en la Trapa en septiembre de 1935. Confiada a la voluntad de Dios, vivía desasida de sí misma, sabiéndose guiada por Él. Condensaba este sentimiento haciendo notar: “ahora actúa Tú”. Es lo que brotó de lo más íntimo de su ser cuando le sobrevino la idea de que podría quedar fuera del noviciado. Era servicial, dócil, noble. No le costaba aceptar sus defectos y pedía perdón sin ampararse en justificación alguna. Solía rezar el rosario que llevaba enlazado entre sus dedos en muchos instantes del día. Discreta y abnegada, buscaba el ejercicio de labores ingratas con sumo gozo. A veces le asaltaba un sentimiento de incapacidad, pero la obediencia le ayudaba a progresar en la virtud y a no dejarse llevar por el desánimo. “Estoy en el coro, porque la reverenda madre lo ha querido así. Cantar sé bien poco, mas desafinar, mucho. Por esto habría querido retirarme del oficio, pero la reverenda madre no ha querido, diciendo que poco a poco aprenderé”. En un momento dado manifestó: “Ahora he entendido verdaderamente que la gloria de Dios y el ser víctima  no consiste en hacer grandes cosas sino en el sacrificio total del propio yo”.

Deslumbrada por la elección divina de la que había sido objeto, confesaba por carta a sus allegados: “Él, mi Jesús, habría podido elegir tantas otras almas más amantes, más puras, inocentes, más dignas. Pero no, Él ha querido elegirme a mí, si bien yo soy indigna…”. “Podéis imaginar mi alegría… Rezad siempre para que sea fiel a mis obligaciones y a mi regla, haciendo siempre la voluntad de Dios, sin ofenderle nunca y así vivir feliz para toda la vida en su casa”. Sabía que la obediencia es llave de libertad: “Es una gran gracia vivir en el monasterio, donde todas las acciones, aún las más viles, cuando son por obediencia, aportan un gran mérito”.

Poco a poco fue conquistando el anonadamiento sintetizado en esta sencilla y profunda confesión: “Mi vida no vale nada; puedo ofrecerla tranquilamente”. En ese tiempo, el abad padre Couturier impulsaba un movimiento ecuménico, y encomendó a la abadesa María Pía Gullini celebrar ocho días de oración por la unidad de los cristianos. Cuando María Gabriela emitió los votos, los ofreció por la misma intención, al igual que hizo el 25 de enero de 1938, tres meses después de haber profesado, justo en la semana dedicada al octavario. Yendo más lejos, ofreció su propia vida: “Siento que el Señor me lo pide –confió a la madre Gullini– me siento impulsada incluso cuando no quiero pensar en ello”.. La abadesa no se manifestó en ese momento. Le sugirió que hablase con el capellán. Lo que él dijera sería lo que Dios quería para ella. La respuesta del sacerdote fue afirmativa, y Dios tomó la palabra a la beata. Después de haberse entregado en holocausto, repentinamente se sintió débil y agotada, y se le diagnosticó tuberculosis. El director supo por ella la metamorfosis que se operó en su organismo casi instantáneamente: “desde el día de mi ofrecimiento, no he pasado un sólo día sin sufrir. Soy feliz por poder ofrecer algo por amor de Jesús”. María Gabriela solo tenía este sentimiento: “la voluntad de Dios, su gloria”.

Hospitalizada, le dijo a la madre abadesa: “El Señor me tiene sobre la cruz y yo no tengo más consolación que la de saber que sufro por cumplir la voluntad divina con espíritu de obediencia”. Durante quince meses soportó heroicamente sus padecimientos hasta que el 23 de abril de 1939 falleció en Grottaferrata. Tenía 25 años, y había permanecido en la vida monástica tres años y medio. Su oblación llegó a oídos de una comunidad anglicana que manifestó: “Una caridad como la suya destruye todos los perjuicios que muchos anglicanos tienen contra Roma. Si todos sintiesen su caridad, el muro de la separación dejaría de existir”. Juan Pablo II la beatificó el 25 de enero de 1983, último día del octavario de oración por la unidad de los cristianos.