Servicio diario - 10 de noviembre de 2020


 

CIUDAD DEL VATICANO
Informe McCarrick: Declaración del secretario de Estado, cardenal Parolin
Larissa I. López
Publicado hoy

IGLESIA LOCAL
Huracán Eta: Cercanía del CELAM con las víctimas
Gabriel Sales Triguero
Oración y acción de la Iglesia

ANÁLISIS
Informe McCarrick: Editorial de Andrea Tornielli
Redacción zenit
“Una dolorosa página de la cual la Iglesia aprende”

CIUDAD DEL VATICANO
Informe McCarrick: La investigación encargada a monseñor Viganò
Anita Bourdin
No se realizó o no se presentó

IGLESIA LOCAL
Uruguay: Mensaje de los obispos en tiempo de pandemia
Gabriel Sales Triguero
Reflexión tras Asamblea Plenaria

IGLESIA LOCAL
Estados Unidos: Comunicado de los obispos ante el Informe McCarrick
Larissa I. López
Estudio de la documentación

ANÁLISIS
Schoenstatt: ¿Quién es en realidad el Padre José Kentenich?
Enrique Soros
Análisis a la luz de acusaciones en su contra

TESTIMONIOS
La historia del pequeño Javier: “¡El padre Pío me va a curar!”
Redacción zenit
1 año después del estreno de ‘Renacidos’

IGLESIA LOCAL
Colombia: Celebración del IX Foro Social Panamazónico
Gabriel Sales Triguero
Evento virtual por la COVID-19

ESPIRITUALIDAD
Evangelio del 15 de noviembre: Reflexión del padre Antonio Rivero
Antonio Rivero
Hacer valer los talentos

TESTIMONIOS
Beata Vincenza María (Luigia) Poloni, 11 de noviembre
Isabel Orellana Vilches
Al servicio de los débiles


 

 

 

Informe McCarrick: Declaración del secretario de Estado, cardenal Parolin

Publicado hoy

noviembre 10, 2020 14:09

Ciudad del Vaticano
Protección del menor

(zenit – 10 nov. 2020).- El cardenal secretario de Estado Pietro Parolin ha emitido una declaración con motivo de la publicación del informe sobre el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick, de Estados Unidos, hoy, 10 de noviembre de 2020.

Este informe ha sido realizado por la Secretaría de Estado del Vaticano bajo el pedido del Papa Francisco. Acusado de abusar sexualmente de menores y adultos seminaristas, McCarrick fue expulsado del Colegio Cardenalicio el 18 de julio de 2018 y de la Orden de Obispos, y fue dimitido del estado clerical por el Santo Padre el 15 de febrero de 2019.

En su declaración, el cardenal Parolin manifiesta que se trata de “un texto exhaustivo” que ha requerido “un cuidadoso examen de toda la documentación relevante en los archivos de la Santa Sede, la Nunciatura en Washington y las diócesis de los Estados Unidos involucradas de diversas maneras” y que ha contado con información obtenida “de los coloquios con los testigos y las personas informadas de los hechos” para lograr un panorama “lo más amplio posible”.

El texto, de aproximadamente 500 páginas, ha sido difundido en inglés e italiano, pero aún no está disponible en español.

 

Testimonios de las víctimas

El purpurado manifiesta aflicción “por las heridas que el caso ha provocado en las víctimas, en sus familias, en la Iglesia en los Estados Unidos, en la Iglesia Universal”, ya que, como hizo el Papa, “yo también he podido examinar los testimonios de las víctimas contenidos en las Actas en las que se basa el Informe y que están depositados en los archivos de la Santa Sede”, una contribución fundamental.

El secretario de Estado recuerda las palabras de Francisco sobre el abuso de menores: “Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas”.

 

Búsqueda de la verdad

Igualmente, el cardenal Parolin describe que con la elaboración de este informe “hemos ido en búsqueda de la verdad, ofreciendo material útil para responder a las preguntas planteadas por el caso”. Se trata de una investigación que ha exigido dos años de trabajo y, puntualiza, “ahora que el texto se ha hecho público, se entenderá el por qué de este tiempo no breve”.

Además, en sus palabras, invita a “todo el que busque respuestas” a “leer el documento en su totalidad y de no pensar que encontrará la verdad en una parte en vez de otra”, pues “solo a partir de la visión global y del conocimiento, en su totalidad, de lo reconstruido de los procesos de toma de decisiones concernientes al ex cardenal McCarrick, será posible comprender lo que ha sucedido”.

 

Mayor atención a la protección

El cardenal Pietro Parolin recordó que en los últimos dos años, el Vaticano ha emprendido “pasos significativos para asegurar mayor atención a la protección de los menores e intervenciones más eficaces para evitar que se repitan ciertas decisiones tomadas en el pasado”. De este modo, se ha referido al Motu proprio Vos estis lux mundi, “que prevé la creación de mecanismos estables para recibir los avisos de abusos y establece un procedimiento claro para investigar las denuncias contra los obispos que hayan cometido delitos o hayan protegido a sus responsables”.

Asimismo, alude a los instrumentos nacidos tras el Encuentro de febrero de 2019 sobre la protección de los menores, como “la intervención sobre el secreto pontificio acerca de las denuncias, los procesos y las decisiones relativas a los casos de abuso de menores y personas vulnerables; y en los casos de omisión de denuncia o encubrimiento de los abusadores” o  la publicación del Vademécum “sobre los procedimientos para tratar los casos de abuso de menores”, publicado el pasado mes de julio por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

 

Mirada de esperanza

Por último, el representante Vaticano señala que “el dolor va acompañado de una mirada de esperanza”. “Para que estos fenómenos no se repitan, además de normas más eficaces, necesitamos una conversión de los corazones”, añade.

“Necesitamos pastores creíbles anunciadores del Evangelio, y todos debemos ser muy conscientes de que esto sólo es posible con la gracia del Espíritu Santo, confiando en las palabras de Jesús: ‘Sin mí nada podéis hacer’”, concluye.

A continuación, ofrecemos la declaración completa del cardenal Parolin

***

 

Declaración del Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado

Hoy se publica el Informe sobre el conocimiento institucional y el proceso de toma de decisiones de la Santa Sede en relación con el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick que la Secretaría de Estado ha elaborado por mandato del Papa. Es un texto exhaustivo, que ha requerido un cuidadoso examen de toda la documentación relevante en los archivos de la Santa Sede, la Nunciatura en Washington y las diócesis de los Estados Unidos involucradas de diversas maneras. La compleja investigación se ha integrado, además, con la información obtenida de los coloquios con los testigos y las personas informadas de los hechos, a fin de obtener un panorama lo más completo posible y un conocimiento más detallado y preciso de las informaciones pertinentes.

Publicamos el Informe afligidos por las heridas que el caso ha provocado en las víctimas, en sus familias, en la Iglesia en los Estados Unidos, en la Iglesia Universal. Como hizo el Papa, yo también he podido examinar los testimonios de las víctimas contenidos en las Actas en las que se basa el Informe y que están depositados en los archivos de la Santa Sede. Su contribución ha sido fundamental. En su Carta al Pueblo de Dios de agosto de 2018, el Santo Padre Francisco escribía a propósito de los abusos de menores “Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas”.

Como se desprende del tamaño del informe y de la cantidad de documentos e información que contiene, hemos ido en búsqueda de la verdad, ofreciendo material útil para responder a las preguntas planteadas por el caso. La investigación, como es sabido, ha requerido dos años de trabajo y ahora que el texto se ha hecho público, se entenderá el por qué de este tiempo no breve. La invitación que me permito dirigir a todo el que busque respuestas es la de leer el documento en su totalidad y de no pensar que encontrará la verdad en una parte en vez de otra. Sólo a partir de la visión global y del conocimiento, en su totalidad, de lo reconstruido de los procesos de toma de decisiones concernientes al ex cardenal McCarrick, será posible comprender lo que ha sucedido.

En los dos últimos años, mientras se realizaba la investigación que ha desembocado en este Informe, hemos dado pasos significativos para asegurar mayor atención a la protección de los menores e intervenciones más eficaces para evitar que se repitan ciertas decisiones tomadas en el pasado. La normativa canónica se ha enriquecido con el Motu proprio Vos estis lux mundi, que prevé la creación de mecanismos estables para recibir los avisos de abusos y establece un procedimiento claro para investigar las denuncias contra los obispos que hayan cometido delitos o hayan protegido a sus responsables. Y al Motu proprio se añaden los instrumentos nacidos tras el Encuentro de febrero de 2019 sobre la protección de los menores. Pienso, por ejemplo, en la intervención, el pasado mes de diciembre, sobre el secreto pontificio acerca de las denuncias, los procesos y las decisiones relativas a los casos de abuso de menores y personas vulnerables; y en los casos de omisión de denuncia o encubrimiento de los abusadores. Y pienso también en la publicación del Vademécum sobre los procedimientos para tratar los casos de abuso de menores, publicado el pasado mes de julio por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

“Mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado”, escribía el Santo Padre en la Carta al Pueblo de Dios y añadía: “Mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse. El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor, por eso urge reafirmar una vez más nuestro compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad.» De la lectura del documento se desprenderá que todos los procedimientos, incluido el nombramiento de obispos, dependen del compromiso y la honestidad de las personas interesadas. Ningún procedimiento, incluso el más perfeccionado, está libre de error porque involucra las conciencias y las decisiones de hombres y mujeres. Pero el Informe repercutirá también en esto: en hacer que todos los involucrados en tales cuestiones sean más conscientes del peso de sus decisiones u omisiones. Son páginas que nos empujan a una profunda reflexión y a preguntarnos qué más podemos hacer en el futuro, aprendiendo de las dolorosas experiencias del pasado.

Me gustaría concluir diciendo que el dolor va acompañado de una mirada de esperanza. Para que estos fenómenos no se repitan, además de normas más eficaces, necesitamos una conversión de los corazones. Necesitamos pastores creíbles anunciadores del Evangelio, y todos debemos ser muy conscientes de que esto sólo es posible con la gracia del Espíritu Santo, confiando en las palabras de Jesús: “Sin mí nada podéis hacer”.

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

Huracán Eta: Cercanía del CELAM con las víctimas

Oración y acción de la Iglesia

noviembre 10, 2020 11:00

Iglesia Local

(zenit – 10 nov. 2020).- La Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) mostró su cercanía con los fieles de Centro América que han sido víctimas del huracán Eta en un comunicado publicado el 9 de noviembre de 2020.

Los obispos del organismo eclesial manifiestan un “profundo dolor” por el daño generado por Eta, y han mostrado su “cercanía espiritual” con el “consuelo de la oración” a las víctimas. Los prelados describen la ayuda desplegada por Cáritas latinoamericana y caribeña y también invocan a todas las conferencias episcopales a “cooperar y contribuir como la Iglesia samaritana”.

Del mismo modo, agradecen la labor de los agentes pastorales en los territorios afectados. “Ellos son la presencia samaritana de la Iglesia que está siempre cercana del que sufre” y por ello, continúan, “mantenemos la esperanza y reconocemos la fecundidad del caminar juntos, sobre todo en la tribulación”.

 

Todos unidos, todos hermanos

Los miembros de la presidencia declaran que no pueden “ser indiferentes ante el dolor y los rostros sufrientes” causados por las consecuencias de la tormenta tropical Eta, que ha afectado a muchas poblaciones vecinas.

“Somos hermanos en esta casa común” y “estamos en la misma barca”, señalan recordando las palabras del Papa Francisco. Los prelados indican a las víctimas:  “No están solos, ustedes son hoy el Cristo que sufre, y tengan la confianza y seguridad que toda la Iglesia en América Latina y el Caribe es María de Guadalupe, madre de Dios por quien se vive, quien nos acompaña”.

 

Volver a sentir la presencia de Dios

Los prelados invitan a las víctimas a “volver a sentir la presencia” de Dios “en las manos que se extienden” con el fin de “trabajar juntos en el proceso de reconstrucción”. Como dice el Papa Francisco en Fratelli Tutti, “la caridad, con su dinamismo universal, puede construir un mundo nuevo, porque no es un sentimiento estéril, sino la mejor manera de lograr caminos eficaces de desarrollo para todos”.

Por último, piden a la Virgen de Guadalupe, que “nos acompañe para superar esta nueva tragedia” que ha afectado a la región centroamericana y el sur de México.

Este documento ha sido firmado por monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo metropolitano de Trujillo, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y del CELAM, Mons. Odillo Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paulo y vicepresidente primero del consejo episcopal, Mons. Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua y vicepresidente segundo, Mons. Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente del Consejo de Asuntos Económicos, y Mons. Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan Cuyo y secretario general del CELAM.

 

 

 

 

Informe McCarrick: Editorial de Andrea Tornielli

“Una dolorosa página de la cual la Iglesia aprende”

noviembre 10, 2020 14:39

Análisis
Protección del menor

(zenit – 10 nov. 2020).- Con motivo de la publicación del informe sobre el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick, de Estados Unidos, Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, ha escrito un artículo sobre el mismo.

El editorial, titulado “El Informe McCarrick, una dolorosa página de la cual la Iglesia aprende”, ha sido difundido hoy, 10 de octubre de 2020, por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Acusado de abusar sexualmente de menores y adultos seminaristas, McCarrick fue expulsado del Colegio Cardenalicio el 18 de julio de 2018 y de la Orden de Obispos, y fue dimitido del estado clerical por el Papa Francisco el 15 de febrero de 2019.

A continuación, compartimos el artículo completo de Andrea Tornielli.

***

 

Una lectura del expediente publicado por la Secretaría de Estado, con documentos y testimonios que cuentan la historia del ex cardenal arzobispo de Washington dimitido del estado clerical.

En el momento del nombramiento del arzobispo en Washington Theodore McCarrick en 2000, la Santa Sede actuó sobre la base de información parcial e incompleta. Desgraciadamente, se cometieron omisiones y subestimaciones, se tomaron decisiones que después se evidenciaron equivocadas, entre otras cosas porque, en el curso de las verificaciones solicitadas por Roma en su momento, las personas interrogadas no siempre dijeron todo lo que sabían. Hasta 2017, ninguna acusación fundada se refirió a abuso o acoso de menores; tan pronto como llegó la primera denuncia de una víctima menor de edad en el momento de los hechos, el Papa Francisco actuó de modo rápido y con decisión contra el anciano cardenal, ya retirado de la conducción de la diócesis desde 2006, primero, quitándole el purpurado y, luego, dimitiéndolo del estado clerical. Esto es lo que se desprende del “Informe sobre el conocimiento y el proceso de decisión institucional de la Santa Sede en relación con el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick” (1930 -2017) publicado por la Secretaría de Estado.

 

Una respuesta puntual

El Informe, por su extensión y contenido, responde puntualmente al compromiso asumido por el Papa Francisco de investigar a fondo el caso McCarrick y de publicar los resultados de la investigación. El Informe representa también un acto de solicitud y cuidado pastoral del Papa hacia la comunidad católica estadounidense, herida y desconcertada por el hecho que McCarrick haya podido llegar a ocupar roles tan altos en la jerarquía. La investigación, llevada adelante en estos dos años, se inició a finales del verano de 2018, durante semanas de evidente tensión tras la intervención del ex nuncio apostólico en Washington, Carlo Maria Viganò, quien a través de una operación mediática internacional, llegó pedir públicamente la renuncia del actual Pontífice.

 

Ausencia de denuncias de abuso de menores de edad hasta 2017

La fuerza del Informe radica ciertamente en su integralidad, pero también en la visión global que proporciona, de la cual surgen algunos puntos clave que es importante tener en cuenta. El primero se refiere a los errores cometidos, los cuales implicaron la aprobación de nuevas normas en la Iglesia para evitar que la historia se repita. Un segundo elemento dice relación con la ausencia, hasta 2017, de denuncias fundadas de abusos a menores de edad cometidos por McCarrick. Es cierto que en los años noventa lo habían mencionado algunas cartas anónimas llegadas a los cardenales y a la nunciatura de Washington, pero sin dar indicios, nombres ni circunstancias. Lamentablemente, estas fueron consideradas no creíbles precisamente porque carecían de elementos concretos. La primera acusación fundada que afecta a menores fue, de hecho, la de hace tres años, que condujo a la apertura inmediata de un procedimiento canónico, que concluyó con las dos decisiones posteriores del Papa Francisco: primero, le quitó el purpurado al cardenal emérito y, luego, lo dimitió del estado clerical. A las personas que se presentaron para denunciar a McCarrick, a lo largo del proceso canónico, se les debe reconocer el mérito de haber permitido que la verdad saliera a la luz, y la gratitud por haberlo hecho venciendo el sufrimiento del recuerdo de cuanto habían padecido.

 

La verificación antes del viaje del Papa

El Informe muestra que en el momento de la primera candidatura al episcopado (1977), así como en el momento de los nombramientos en Metuchen (1981) y luego en Newark (1986), ninguna de las personas consultadas para obtener información dio indicaciones negativas sobre la conducta moral de Theodore McCarrick. Una primera “verificación” informal de algunas acusaciones sobre la conducta del entonces arzobispo de Newark contra seminaristas y sacerdotes de su diócesis se hizo a mediados de los años 90, antes del viaje de Juan Pablo II a dicha ciudad de Estados Unidos. Fue el cardenal arzobispo de Nueva York, John O’Connor, quien la llevó a cabo: pidió información a otros obispos estadounidenses y luego concluyó que no había “impedimentos” para la visita papal a la ciudad de la que McCarrick era el pastor en ese momento.

 

La carta del cardenal O’Connor

Una coyuntura crucial en el asunto es ciertamente el nombramiento como arzobispo de Washington. Durante los meses en los que se barajó un traslado de McCarrick a una de las tradicionales sedes cardenalicias de los Estados Unidos, entre diversas y acreditadas opiniones positivas, se registró el parecer negativo del cardenal O’Connor. Aunque reconoció que no tenía información directa, el cardenal explicó, en una carta del 28 de octubre de 1999 dirigida al nuncio apostólico, que consideraba un error la nómina de McCarrick para un nuevo puesto: se arriesgaba un grave escándalo a causa de los rumores de que en el pasado el arzobispo había compartido el lecho con jóvenes adultos en la residencia curial y con seminaristas en una casa junto al mar.

 

La primera decisión de Juan Pablo II

Es importante destacar, a este respecto, la decisión tomada inicialmente por Juan Pablo II. El Pontífice, de hecho, pidió al nuncio de verificar la validez de estas acusaciones. La investigación escrita, una vez más, no condujo a ninguna prueba concreta: tres de los cuatro obispos de Nueva Jersey consultados proporcionaron informaciones definidas en el Informe como “no exactas e incompletas”. El Papa, que conocía a McCarrick desde 1976 tras uno de sus viajes a los Estados Unidos, acogió la propuesta del entonces Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, Gabriel Montalvo, y del entonces prefecto de la Congregación para los Obispos, Giovanni Battista Re, de retirar la candidatura. Incluso, en ausencia de elementos consistentes, no se debía correr el riesgo de que, trasladando al prelado a Washington, las acusaciones, aunque consideradas carentes de fundamento, pudiesen resurgir causando vergüenza y escándalo. Por lo tanto, McCarrick parecía destinado a permanecer en Newark.

 

La carta de McCarrick al Papa

Un nuevo hecho cambió radicalmente el curso de los acontecimientos. El propio McCarrick, después de conocer evidentemente su candidatura y las reservas sobre él, escribió el 6 de agosto de 2000 al entonces secretario personal del Pontífice polaco, el obispo Stanislaw Dziwisz. Se proclamó inocente y juró que “nunca había tenido relaciones sexuales con ninguna persona, hombre o mujer, joven o viejo, clérigo o laico”. Juan Pablo II leyó la carta. Se convenció de que el arzobispo estadounidense decía la verdad, y de que las “voces” negativas eran, de hecho, sólo voces, infundadas o no probadas. Por lo tanto, fue el propio Papa, a través de indicaciones precisas dadas al entonces Secretario de Estado, Angelo Sodano, quien determinó que McCarrick entrase nuevamente en el grupo de los candidatos. Y fue él, finalmente, quien lo eligió para el puesto de Washington. Según algunos de los testimonios citados en el Informe, también puede ayudar a comprender el contexto de este período la experiencia personal vivida por el entonces arzobispo Wojtyla en Polonia, quien durante años había sido testigo del uso instrumental de falsas acusaciones por parte del régimen para desacreditar a sacerdotes y prelados.

 

La decisión de Benedicto XVI

Hasta el momento del nombramiento en Washington no había habido ninguna víctima – adulto o menor de edad- que se hubiera puesto en contacto con la Santa Sede, o con el nuncio en los Estados Unidos, para hacer una denuncia por comportamiento impropio atribuido al arzobispo. Y nada impropio en las actitudes de McCarrick fue reportado durante su episcopado en Washington. Cuando en 2005 resurgieron acusaciones de acoso y abuso de adultos, el nuevo Papa, Benedicto XVI, pidió rápidamente la renuncia al cardenal estadounidense, al que acababa de conceder una prórroga de dos años de su mandato. Por lo tanto, en 2006 McCarrick dejó la conducción de la diócesis de Washington para convertirse en obispo emérito. Del Informe se desprende que durante ese período Viganò, en cuanto delegado de las Representaciones Pontificias, había comunicado a sus superiores de la Secretaría de Estado las informaciones recibidas de la nunciatura, subrayando su gravedad. Pero mientras encendía las alarmas, incluso él comprendía que no estaba frente a acusaciones probadas. El cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, presentó la cuestión directamente al Papa Benedicto XVI. En dicho contexto, en ausencia de víctimas menores de edad, y tratándose de un purpurado ya renunciado a su encargo, se decidió no abrir un proceso canónico formal para investigar acerca de McCarrick.

 

Recomendaciones, no sanciones

En los años siguientes, a pesar de la petición que le hizo la Congregación para los Obispos de llevar una vida más apartada y renunciar a los frecuentes eventos públicos, el cardenal siguió viajando de una parte del mundo a otra, incluida Roma. Estos desplazamientos eran generalmente conocidos y, al menos, tácitamente aprobados por el nuncio. Se ha discutido mucho sobre el alcance real de esta petición de llevar una vida más retirada, dirigida a McCarrick por la Santa Sede. De los documentos y testimonios que ahora se publican en el Informe se desprende claramente que nunca se trató de “sanciones”. Se trató más bien de recomendaciones, dadas oralmente en 2006 y por escrito en 2008, sin mencionar explícitamente el imprimatur de la voluntad del Papa. Fueron, pues, recomendaciones que, para ser puestas en práctica, presuponían la buena voluntad del interesado. Se toleró de hecho que el cardenal permaneciese activo y siguiera viajando y que llevase a cabo, aunque sin ningún mandato de la Santa Sede, varias misiones en diversos países, de las que a menudo se extraen informaciones útiles. Ante una nueva denuncia contra McCarrick que le fue comunicada en 2012, Viganò, que a la sazón había sido nombrado nuncio en los Estados Unidos, recibió instrucciones de investigar de parte del prefecto de la Congregación para los Obispos. Por lo que se desprende del Informe, sin embargo, el nuncio no realizó todas las investigaciones que se le habían solicitado. Además, siguiendo el mismo enfoque utilizado hasta entonces, no dio pasos significativos para limitar las actividades y los viajes nacionales e internacionales de McCarrick.

 

El proceso abierto por Francisco

En el momento de la elección del Papa Francisco, McCarrick tenía más de 80 años y, por lo tanto, estaba excluido del cónclave. Sus hábitos de viaje no habían cambiado, y al nuevo Papa no se le entregó ningún documento o testimonio que le hiciera consciente de la gravedad de las acusaciones, aún sólo respecto de adultos, contra el ex arzobispo de Washington. A Francisco se le dijo que había habido “rumores” y acusaciones sobre “comportamientos inmorales con adultos” antes de la nominación de McCarrick en Washington. Pero considerando que las acusaciones habían sido analizadas y rechazadas por Juan Pablo II, y bien consciente de que McCarrick había permanecido activo durante el pontificado de Benedicto XVI, el Papa Francisco no vio la necesidad de cambiar “lo que sus predecesores habían establecido”, por lo que no es cierto que haya eliminado o aliviado las sanciones o restricciones al arzobispo emérito. Todo cambió, como ya se ha mencionado, con la aparición de la primera acusación de abuso de un menor. La respuesta fue inmediata. La medida, gravísima y sin precedentes, de la destitución del estado clerical llegó tras la conclusión de un rápido juicio canónico.

 

Lo que la Iglesia ha aprendido

La imagen que aparece tras el cúmulo de testimonios y documentos ahora publicados es, sin duda, una página dolorosa en la historia reciente del catolicismo. Son tristes acontecimientos de los que toda la Iglesia ha aprendido. De hecho, a la luz del caso McCarrick, es posible leer algunas de las medidas adoptadas por el Papa Francisco después de la cumbre para la protección de los menores en febrero de 2019. El motu proprio Vos estis lux mundi, con sus indicaciones sobre el intercambio de información entre los dicasterios y entre Roma y las Iglesias locales, la participación del Metropolitano en la investigación inicial, la indicación de que las acusaciones sean verificadas con prontitud, así como el fin del secreto pontificio, son todas decisiones que tuvieron en cuenta lo sucedido, para aprender de lo que no funcionó, de los mecanismos que se atascaron, y de las subestimaciones que desgraciadamente se hicieron a varios niveles. En la lucha contra el fenómeno de los abusos, la Iglesia sigue aprendiendo, también de los resultados de este trabajo de reconstrucción, como se vio también en julio de 2020 con la publicación del Vademécum de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que invita a no considerar automáticamente como sin fundamentos una denuncia anónima.

 

Humildad y penitencia

Este es, pues, el cuadro general que surge de las páginas documentadas del Informe, con la reconstrucción de una realidad ciertamente mucho más articulada y compleja que la conocida. En los dos últimos decenios la Iglesia Católica ha tomado cada vez más conciencia del drama indecible de las víctimas, de la necesidad de garantizar la protección de los menores, de la importancia de las normas capaces de combatir el fenómeno. Y también ha tomado finalmente conciencia de los abusos cometidos contra adultos vulnerables y del abuso de poder. El caso de Theodore McCarrick – un prelado de considerable inteligencia y preparación, capaz de tejer muchas relaciones tanto en el ámbito político como en el interreligioso – sigue siendo, por lo tanto, para la Iglesia Católica, en los Estados Unidos y en Roma, una herida abierta y todavía sangrante, ante todo por el sufrimiento y el dolor causado a las víctimas. Una herida que no se puede curar sólo con nuevas normas o códigos de conducta cada vez más eficaces, porque el crimen también dice relación con el pecado. Una herida que para ser sanada necesita humildad y penitencia, pidiendo a Dios el perdón y la fuerza para recuperarse.

 

 

 

 

Informe McCarrick: La investigación encargada a monseñor Viganò

No se realizó o no se presentó

noviembre 10, 2020 18:27

Ciudad del Vaticano
Protección del menor

(zenit – 9 nov. 2020).- El Informe McCarrick publicado en inglés e italiano el martes 10 de noviembre de 2020 por la Santa Sede a petición del Papa Francisco, informa en particular sobre una investigación solicitada por el Vaticano al nuncio apostólico Carlo Maria Viganò sobre los actos de Theodor McCarrick. Una investigación que, según el documento, nunca se ha llevado a cabo, o al menos no se ha informado sobre ella.

Por lo tanto, la Santa Sede publica este Informe, que abarca los años 1930-2017 y trata de “el conocimiento institucional y el proceso de toma de decisiones de la Santa Sede” en relación con el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick. Fue redactado por la Secretaría de Estado a petición del Papa Francisco.

Dos veces habla este informe del arzobispo Viganò, y esto es importante ya que el ex nuncio mismo hizo acusaciones contra el Papa Francisco y la Santa Sede.

Recordemos que ya el 7 de octubre de 2018, una carta del cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de Obispos, había desmantelado las acusaciones del ex nuncio en Washington Carlo Maria Viganò.

 

Dos pasajes del informe sobre el Mons. Viganò

Por su parte, Andrea Tornielli menciona el papel de Mons. Viganò dos veces en el Informe y en su análisis del mismo.

Tornielli es un historiador. Ya se ha ocupado del caso McCarrick en su libro co-escrito con Gianni Valente titulado: El día del juicio. Conflictos, guerras de poder, abusos y escándalos (Michel Lafon).

En primer lugar, aunque los rumores no fueron probados, Tornielli escribe en su artículo sobre el Informe McCarrick: “Del Informe se desprende que durante ese período Viganò, en cuanto delegado de las Representaciones Pontificias, había comunicado a sus superiores de la Secretaría de Estado las informaciones recibidas de la nunciatura, subrayando su gravedad. Pero mientras encendía las alarmas, incluso él comprendía que no estaba frente a acusaciones probadas”.

Contrariamente a lo que dijo el obispo Viganò en sus acusaciones contra la Santa Sede, no hubo “sanciones” contra McCarrick durante el pontificado de Benedicto XVI. Tornielli dijo: “De los documentos y testimonios que ahora se publican en el Informe se desprende claramente que nunca se trató de ‘sanciones’. Se trató más bien de recomendaciones, dadas oralmente en 2006 y por escrito en 2008, sin mencionar explícitamente el imprimatur de la voluntad del Papa. Fueron, pues, recomendaciones que, para ser puestas en práctica, presuponían la buena voluntad del interesado. Se toleró de hecho que el cardenal permaneciese activo y siguiera viajando y que llevase a cabo, aunque sin ningún mandato de la Santa Sede, varias misiones en diversos países, de las que a menudo se extraen informaciones útiles”.

Entonces entra en juego un nuevo elemento: “Ante una nueva denuncia contra McCarrick que le fue comunicada en 2012, Viganò, que a la sazón había sido nombrado nuncio en los Estados Unidos, recibió instrucciones de investigar de parte del prefecto de la Congregación para los Obispos. Por lo que se desprende del Informe, sin embargo, el nuncio no realizó todas las investigaciones que se le habían solicitado. Además, siguiendo el mismo enfoque utilizado hasta entonces, no dio pasos significativos para limitar las actividades y los viajes nacionales e internacionales de McCarrick”.

 

La misión de 2012

Para mayor claridad, traducimos el pasaje en cuestión del Informe: en la página 12, el Informe McCarrick menciona esta misión de investigación solicitada por el cardenal Ouellet, bajo el pontificado de Benedicto XVI, al nuncio Viganò, en relación con la conducta de McCarrick: “Hacia el final del pontificado de Benedicto XVI el ‘Sacerdote 3’, otro sacerdote de Metuchen, informó al nuncio Viganò de la introducción de su propia causa legal, alegando que en 1991 hubo relaciones sexuales explícitas entre él y McCarrick. Mons. Vigano escribió al cardenal Ouellet, el nuevo prefecto de la Congregación de Obispos, en 2012, y Ouellet le dio instrucciones específicas de dar ciertos pasos, incluyendo hacer una investigación con oficiales diocesanos específicos y con el ‘sacerdote 3’, para determinar si las acusaciones eran creíbles”.

La conclusión del informe es abrumadora para Viganò: “S.E. Mons. Viganò no tomó estas medidas y, como resultado, nunca se puso en posición de verificar la credibilidad de ‘el sacerdote 3’. McCarrick siguió activo, viajando a nivel nacional e internacional”.

Aquí está nuestra traducción del pasaje del Informe McCarrick relativo a esta misión solicitada a Mons. Viganò (p. 13): “Por primera vez en 2018, el nuncio Viganó afirmó haber mencionado la cuestión McCarrick en reuniones con el Santo Padre en junio y octubre de 2013, pero no hay ningún documento que confirme el relato de Viganò y las pruebas de lo que dijo son objeto de mucha discusión. El Papa Francisco recordó una breve conversación sobre McCarrick con el sustituto Becciu y no excluyó la posibilidad de un intercambio igualmente breve con el cardenal Parolin. Antes de 2018, el Santo Padre nunca discutió sobre McCarrick con el cardenal Ouellet, que era el prefecto del dicasterio competente en la materia, o con el papa emérito Benedicto XVI”.

En cuanto a Francisco, el mismo pasaje del Informe añade: “Hasta 2017, nadie – ni el cardenal Parolin, ni el cardenal Ouellet, ni el arzobispo Becciu o el arzobispo Viganò – ha proporcionado al Papa Francisco ninguna documentación relativa a los cargos contra McCarrick, ni siquiera cartas anónimas que daten de principios de los años 90 o documentos relacionados con ‘Sacerdote 1’ o ‘Sacerdote 3’. El Papa Francisco solo había oído hablar de cargos o rumores de conducta inmoral con adultos que ocurrieron antes del nombramiento de McCarrick en Washington. Considerando que los cargos ya habían sido examinados y rechazados por Juan Pablo II, aunque consciente de que McCarrick había estado activo durante el pontificado de Benedicto XVI, Francisco no vio la necesidad de cambiar la línea adoptada en años anteriores”.

 

Denuncia de un menor y sanciones inmediatas

Un nuevo giro en el caso ocurrió cuando la denuncia provino de un menor: “En junio de 2017, la arquidiócesis de Nueva York se enteró de la primera acusación conocida de abuso sexual de una víctima menor de 18 años, (pág. 14) cometida por McCarrick a principios del decenio de 1970. Poco después de que la acusación se considerara creíble, el Papa Francisco pidió la renuncia de McCarrick al Colegio de Cardenales. Tras un procedimiento penal administrativo llevado a cabo por la Congregación para la Doctrina de la Fe, McCarrick fue declarado culpable de actos contrarios al  6º Mandamiento del Decálogo que implicaban a menores y adultos y sobre esta base fue dimitido del estado clerical”.

Más específicamente, acusado de abuso sexual a menores y adultos seminaristas, McCarrick fue expulsado del Colegio Cardenalicio el 18 de julio de 2018, y luego de la Orden de Obispos, y fue dimitido del estado clerical por el Papa Francisco el 15 de febrero de 2019.

Por lo tanto, el Papa le prohíbe formalmente realizar cualquier acto sacerdotal – que sería ipso facto nulo – excepto en el caso de la absolución sacramental de una persona en inminente peligro de muerte.

Según el Informe McCarrick, si hubo alguna negligencia, esta está más bien del lado del ex nuncio, cuyo informe habría sido útil cuando fue solicitado, y no del lado del Papa Francisco, que por el contrario actuó de manera decisiva y radical.

 

 

 

 

Uruguay: Mensaje de los obispos en tiempo de pandemia

Reflexión tras Asamblea Plenaria

noviembre 10, 2020 12:19

Iglesia Local

(zenit – 10 nov. 2020).- “Mirando con Dios este tiempo” es el título del mensaje de los obispos de Uruguay  difundido el pasado 8 de noviembre, fiesta de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay, tras concluir su Asamblea Plenaria.

Desde el Santuario Nacional de María en Florida, los representantes de la Conferencia Episcopal del Uruguay elevaron una oración y ofrecieron dicho documento de 22 puntos en el que exponen “nuestra mirada de pastores ante la realidad generada por la pandemia que nos afecta” .

 

Razones para la esperanza

Los primeros puntos del escrito describen motivos de esperanza encontrados durante el tiempo de pandemia, “cuyas consecuencias finales todavía no podemos avizorar”. Los prelados manifiestan la “libertad responsable” ejercida por la mayoría de uruguayos, que no necesitaron medidas drásticas para cuidarse ni cuidar al resto.

También explican cómo la solidaridad se manifestó de forma “inmediata y creativa” para que a nadie le faltara el alimento diario. Siguiendo esta línea, recuerdan la organización del Fondo Coronavirus y el refuerzo del sistema de salud para no “llegar a escenarios críticos”.

Del mismo modo, señalan la labor de las familias que se comunicaron virtualmente con los miembros más mayores para evitar el contacto físico, y las “iniciativas generosas” surgidas para paliar la situación de soledad de las personas ancianas.

La permanencia en el hogar, prosiguen, “llevó a reorganizar la vida familiar en otro ritmo. Alguna gente se encontró aprendiendo, realizando y compartiendo” tanto las tareas tradicionales como el manejo de las nuevas tecnologías.

Igualmente, las iglesias permanecieron abiertas y los sacerdotes “buscaron también formas de mantener los vínculos de la comunidad, utilizando las redes sociales para transmitir celebraciones y charlas de formación”.

Los centros de educación católica “buscaron la forma de llegar a sus alumnos y no dejar caer el aprendizaje”. Un “enorme esfuerzo”, califican, sobre todo para “centros de barrios populares y del interior”.

Las obras sociales vinculadas a la Iglesia incrementaron sus servicios a “personas en situación de calle e inmigrantes”. Se mantuvo la “educación a distancia en el campo de educación no formal y se distribuyeron canastas de alimentos a familias”.

 

Motivos de preocupación

Los obispos detallan la problemática surgida por la pandemia en el campo de la salud: “riesgo de contagio”, “necesidad de consulta y asistencia” que se han postergado y restricciones del servicio sanitario. Además, destacan especialmente la situación de las personas que viven solas y en residenciales “privadas por mucho tiempo de visitas” y el hecho de no haber podido acompañar la muerte y el duelo de los seres queridos.

También manifiestan su preocupación por la situación laboral “precaria”, de “informalidad de muchas personas”, “complejos desafíos que requerirán muy diversas medidas”.

“Extrañamos la efusividad con familiares y amigos”, indican, “los besos y abrazos, antes cotidianos, se han restringido”. De igual modo, algunas familias tuvieron episodios de “formas de violencia doméstica”.

Dado que el año lectivo está a punto de terminar, el mensaje se refiere a los esfuerzo por mantener la enseñanza por medios digitales y llaman a reflexionar sobre lo que ha significado este curso:“’¿Para qué futuro educamos?’”. Y para qué presente. Y para qué humanidad”.

La Eucaristía, también un tema de preocupación. Durante el tiempo en que estuvieron suspendidas las presenciales “algunos tuvieron temor a exponerse” para retornar, “otros se instalaron en la comodidad de las transmisiones”. Y resaltan que el encuentro de la comunidad “para la escucha de la Palabra y la ‘Fracción del Pan’, fuente de unidad y de solidaridad, es esencial desde el comienzo de la vida de la Iglesia (cf. Hechos 2,44-47). Necesitamos superar las dificultades para encontrarnos con Jesucristo realmente presente, ofreciéndose como alimento, cuando más lo necesitamos.”

Por otra parte, añaden, “el mundo entero ha sido sacudido por esta emergencia sanitaria”, “con nuestras dificultades, podemos sentirnos bendecidos y al mismo tiempo reconocidos por las oportunas decisiones tomadas por nuestros gobernantes”.

 

Pandemia, tiempo de Dios

“Es el tiempo que nos toca vivir. Hay que honrar el momento”. Con estas palabras, los purpurados invitan a plantear en profundidad “qué es aquello que da sentido a nuestra vida” y “buscar respuestas a las preguntas más hondas que siguen estando en el horizonte humano”.

La respuesta, prosiguen, “la encontramos los cristianos en Jesucristo Resucitado”: “Su persona y su Evangelio son la respuesta que ofrecemos a todos nuestros hermanos en la certeza de que serán de alivio y salvación”.

De acuerdo a los miembros del episcopado, “las catástrofes y calamidades son también oportunidades para reubicarnos en nuestra verdadera dimensión, para reencontrar nuestra realidad de creaturas”. “Él ha puesto en nosotros los dones que nos permitirán superarnos”, para “crecer en humanidad y en la fraternidad de quienes se reconocen hijos del mismo Padre Dios”, prosiguen.

“¿Qué nos quiere decir Dios en esta situación?”, plantean, “buscando respuestas, a lo largo de la Palabra de Dios y en la historia de la Iglesia vemos que estas calamidades han sido siempre recibidas como un llamado a la conversión, a dejar de lado el pecado y a volverse a Dios”.

Asimismo, los obispos manifiestan que desean “renovar nuestra confianza en Jesucristo, Señor de la historia, Salvador del mundo”. Hacia Él, prosiguen, “queremos volvernos, pidiéndole misericordia para el mundo”.

 

María para reconocer al Señor

Hace un año, los prelados renovaron la consagración de Uruguay a la Virgen, acto que hizo san Juan Pablo II en su visita al país en 1988. “Hoy, nuevamente, nos ponemos en manos de nuestra Madre”, explican.

María “aprendió a leer en cada acontecimiento la manifestación de Dios”. Con ella “aprendamos a reconocer la presencia del Señor y a atesorar cada uno de esos momentos; no para guardarlos como objetos inmóviles e intocables, sino como rayos de luz que iluminen cada instante de nuestra vida”.

“Dejémonos mirar por nuestra Madre. Pongámonos al amparo de su ternura. Que en Ella encontremos el consuelo y el bálsamo que cura las heridas y el abrazo que reconcilia a los hermanos”, concluyen.

 

 

 

 

Estados Unidos: Comunicado de los obispos ante el Informe McCarrick

Estudio de la documentación

noviembre 10, 2020 18:53

Iglesia Local

(zenit – 9 nov. 2020).- La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCBB) ha difundido un comunicado en relación con el Informe McCarrick publicado hoy, 10 de noviembre de 2020, por la Secretaría de Estado del Vaticano.

El mensaje, firmado por Mons. José H. Gómez, arzobispo de los Ángeles y presidente de la USCBB, expresa que el episcopado recibe “con satisfacción el informe de la investigación de la Santa Sede sobre su conocimiento y toma de decisiones en relación con Theodore McCarrick durante su larga carrera como sacerdote, obispo y cardenal”.

“Estamos estudiando esta documentación y nos sentimos agradecidos con nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, por su preocupación pastoral por la familia de Dios en Estados Unidos, y por su liderazgo al llamar a la Iglesia a tener una mayor responsabilidad y transparencia al abordar los problemas de abuso y el mal manejo de los reclamos de abuso a todos los niveles”, se lee en el texto.

Este “es otro trágico capítulo en la larga lucha de la Iglesia para enfrentar los crímenes de abuso sexual por parte del clero”, indican los miembros del episcopado estadounidense.

“A las víctimas de McCarrick y sus familias, y a todas las víctimas sobrevivientes de abuso sexual por parte del clero, les expreso mi más profundo pesar y mis más sinceras disculpas. Por favor sepan que mis hermanos obispos y yo estamos comprometidos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlos a seguir adelante y así mismo a asegurarnos de que otros no sufran lo que ustedes se han visto forzados a sufrir”, dice el comunicado de Mons. Gómez.

Este informe, prosigue, “resalta la necesidad que tenemos de arrepentirnos y de crecer en nuestro compromiso de servir al pueblo de Dios. Vamos a continuar orando y esforzándonos por la conversión de nuestro corazón y para que podamos seguir a Jesucristo con integridad y humildad”.

Finalmente, el comunicado insta “a todos aquellos que han sufrido abusos por parte de un sacerdote, obispo o alguien de la Iglesia” a denunciarlo a las autoridades policiales y eclesiásticas y ofrecen este enlace para  encontrar información detallada sobre cómo y dónde hacerlo.

 

 

 

 

Schoenstatt: ¿Quién es en realidad el Padre José Kentenich?

Análisis a la luz de acusaciones en su contra

noviembre 10, 2020 12:03

Análisis

(zenit – 10 nov. 2020).- El 2 de julio The Washington Post publicaba un artículo en el que, basado en una publicación de la agencia de noticias AP, hacía referencia a que la historiadora Von Teuffenbach informaba que el visitador apostólico por el Santo Oficio ante el Movimiento de Schoenstatt, Padre Sebastián Tromp, había recibido en los años 1950’ un “reporte creíble de abuso sexual cometido contra al menos una religiosa”, refiriéndose a una Hermana de María de Schoenstatt. Esta información publicada en numerosos medios de comunicación, es en realidad, más que creíble, un “reporte increíble” (tan insólito como no veraz) de una frase, simplemente una frase, a través de la que Kentenich pretendía ayudar psicológicamente a una hermana con complejos sexuales, concretamente la aceptación de su propio cuerpo.

También es erróneo, entre otras falsedades que se dijeron en los medios y proveniendo de la misma fuente, afirmar que Kentenich fue enviado al exilio como medida punitiva. Se trató de una medida administrativa a los efectos de investigar a Schoenstatt sin la interferencia de su fundador. Es más, nunca hubo contra él una acusación formal de la Iglesia, lo que refleja el trato que dicha institución daba a aquellos a quienes investigaba. El P. Kentenich solicitó que se hiciera una acusación formal contra su persona para poder ejercer su defensa, pero esto nunca ocurrió.

 

Sobre el Santo Oficio

El origen del Santo Oficio es la Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, fundada en 1542 por el papa Pablo III. En 1908, Pio X cambió su nombre por el de Sagrada Congregación del Santo Oficio. Ante las quejas de que sus métodos eran extremadamente legalistas, parciales, inflexibles e implacables en sus investigaciones y en sus imposiciones, incapaz de comprender contextos y procesos vitales, Pablo VI, en 1965, redefinió su estructura y le dio el nombre de Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

 

El Santo Oficio nunca mencionó ningún tipo de abuso sexual

El P. Tromp, sacerdote jesuita holandés, redactó documentos preparatorios del Concilio Vaticano II a pedido del papa Juan XXIII, con la posible intención de que fueran aprobados prácticamente a libro cerrado. Padres conciliares se resistieron a esta imposición y el Concilio trabajó desde las concepciones de los Obispos conciliares en forma sinodal, sin tener en cuenta ninguno de los documentos preparados por Tromp.

Este sacerdote, visitador apostólico en Schoenstatt, conforme al modus operandi del Santo Oficio, investigó a Schoenstatt escuchando prácticamente en forma exclusiva a unas pocas hermanas que criticaban el estilo pastoral y pedagógico del P. Kentenich, sin interesarse en recibir el testimonio de otras 1700 hermanas que lo valoraban, y cuya pedagogía les llevó a caminos de profunda realización personal en el camino de una santidad comprometida y fecunda.

Siendo que su trabajo se centraba en descubrir posibles desvíos y no virtudes en Schoenstatt, es interesante que Tromp en ningún momento acusara al P. Kentenich de ningún tipo de abuso sexual. El mencionado “incidente” con la hermana al que se refieren denuncias mediáticas, Tromp lo relaciona con una dependencia emocional de las hermanas con el fundador de Schoenstatt, pero no menciona un atisbo siquiera de un desvío o abuso sexual en Kentenich.

El P. Kentenich aclara más tarde que su tarea no se reduce a que las almas que Dios le encomendó cumplan simplemente con los preceptos de la Iglesia, sino que está llamado a sanar las almas desde lo más profundo, incluyendo la sexualidad no asumida y otros complejos psicológicos, viendo en este punto una misión personal para la Iglesia, que en tiempos anteriores al Vaticano II eran tabú, lo que sin duda se evidencia que sigue siendo para algunas facciones de la Iglesia. Y nos preguntamos si hoy sería noticia que un psicólogo o psiquiatra quisiera brindar ayuda a una persona con complejos sexuales, y si por dar esa ayuda, se lo expondría en los titulares de medios masivos de comunicación como un abusador. No lo hizo el Santo Oficio, no lo hizo la Iglesia con el P. Kentenich, pero insólitamente sí lo ha hecho la investigadora mencionada y lo replicaron diversos medios de comunicación sin cotejar la información.

 

Otras acusaciones

Salen hoy también a la luz testimonios que ponen en duda prácticas pedagógicas y psicológicas del P. Kentenich en base a testimonios de algunas hermanas. Son testimonios muy duros, que han conmocionado a muchos, esto potenciado porque son publicados de la misma forma en que ha actuado el Santo Oficio con el P. Kentenich, unilateralmente y sin interés en explicar los contextos en los que los posibles hechos habrían ocurrido, ni en la ocasión en que fueron escritos, ni en la realidad emocional o psíquica de sus autores, ni en el testimonio de miles de otras personas con experiencias diametralmente opuestas sobre la pedagogía del P. Kentenich.

No es mi tarea dar explicaciones a tales testimonos que también a mí me han conmovido. Averiguando, encontré respuestas coherentes al poner todo en un contexto, que como he dicho arriba, los medios no han hecho.

El obispo Stephan Ackerman, titular de la diócesis de Tréveris, a la que pertenece Schoenstatt, y donde se encuentra en marcha el proceso de canonización del P. Kentenich, ha nombrado una nueva Comisión Histórica que analiza sitemáticamente los hechos que son noticia hoy. A la vez, el Movimiento de Schoenstatt ha establecido un Grupo de Investigación, compuesto por 12 personalidades de diversos países, con el objeto de dar respuestas objetivas a los temas en cuestión.

Sobre la importancia de la verdad para Schoenstatt, afirma el P. Ángel Strada, postulador de la causa de canonización del P. Kentenich entre 1997 y 2017: “Lo que me importa es la canonización de la verdad. Todo lo demás para mí es, en principio, un asunto secundario”.

 

Observaciones de la Presidencia General de Schoenstatt

El P. Juan Pablo Catoggio, presidente de la Presidencia General del Movimiento de Schoenstatt, informaba el 2 de julio pasado: “El P. Kentenich respondió detalladamente al visitador y a sus superiores a la acusación de abuso de poder y expuso abiertamente su pensamiento, sus principios y su comportamiento. A José Kentenich se le permitió regresar a Schoenstatt en 1965 y 1966, respectivamente, después de un exilio de 14 años. Los decretos que lo separaban de su fundación fueron revocados, y la causa del fundador fue devuelta a la Congregación de los Religiosos de la época. De esta manera pudo asumir una vez más su posición de fundador en la Obra de Schoenstatt. De hecho, con esto se invalidó también la acusación de abuso de poder”.

Antes de que se abra un proceso de beatificación, la Congregación para las Causas de los Santos debe emitir el nihil obstat (declaración de no objeción) basado en expedientes de sus archivos, y después de haber consultado a otras congregaciones de la Curia Romana. Si existiera una sospecha fundada de mala conducta moral por parte del candidato a la beatificación, no se da luz verde al inicio del proceso. La Congregación para la Doctrina de la Fe -ex Santo Oficio- fue consultada a este respecto y se expresó a favor de otorgar el nihil obstat a José Kentenich, que, luego de efectuar las profundas investigaciones necesarias, fue dado por la autoridad pertinente, la Congregación para las Causas de los Santos.

 

La concepción del hombre en el P. Kentenich

El P. Kentenich concibió en su corazón una persona nueva, como reflejo de la nobleza, pureza y armonía de Jesús y María. Nunca predicó algo que él no viviera previamente. Su principal misión para la Iglesia y el mundo la vio en la integridad personal, en una persona sana emocionalmente, coherente, transparente, y así, abierta plenamente a la gracia de Dios. Entendió que este era el regalo más profundo que podría regalar a la Iglesia: personas orgánicas, que unen naturaleza y gracia de forma ejemplar, armónica, sin olvidar la debilidad, el pecado y las limitaciones humanas. Por eso es que le dio un valor tan importante a la psicología en los procesos pedagógicos, los que en su tiempo, la Iglesia no pudo comprender.

 

El valor de la pureza en Kentenich

La Inmaculada para el P. Kentenich no es solo una devoción a seguir, sino que se trata de un ideal profundo a imitar desde las actitudes más pequeñas de la vida. Un día le dijo a una joven adulta, la que sería más tarde Hna. M. Petra: “Si usted consigue formar una sola joven como pequeña María, su vida habrá sido un éxito incríble”.

Quien conoce a una Hermana de María de Schoenstatt, creo que puede afirmar conmigo que en su alegría, servicialidad, libertad interior, atención generosa al otro, sin eludir sus obvias limitaciones, son de alguna forma esa presencia de María en el ideal de Kentenich.

 

La verdad solo puede surgir teniendo en cuenta los contextos

Siempre afirmé que es muy grave juzgar a una persona por algunos elementos que surgen de pronto, y que no concuerdan con las certezas que teníamos de esa persona. No debe ser distinto con el P. Kentenich. Todo debe ser analizado en sus contextos históricos, sin dejar ningún aspecto de lado, con un absoluto apego a la verdad.

Por mi parte, y evidentemente se trata de una opinión personal, luego de las dudas razonables, imprescindibles en todo analista y observador serio, tengo la certeza de la santidad del P. Kentenich. No lo he conocido personalmente, pero por más de 50 años he interactuado con incontables personas que sí lo han conocido, y todas, a conciencia lo puedo decir, sin excepción, me han transmitido del P. Kentenich una figura paternal, con una pedagogía que ayuda a surgir lo mejor de las personas, y una entrega generosa a todo el que se acercaba a él.

 

Schoenstatt, hijo de la guerra

Sus hijos espirituales somos conscientes de que Schoenstatt tiene una misión profunda para la Iglesia, que está íntimamente unida a la persona de su fundador, y que está llamado a cumplirla en unión con muchos otros carismas. Schoenstatt fue fundado cuando ya había estallado la Primera Guerra Mundial, superó la Segunda ante los nazis, fue probada con el exilio del P. Kentenich, que finalizó con su liberación por Pablo VI. Schoenstatt ha afirmado a través del tiempo que es hijo de la guerra. Esto no lo hace ni mejor ni peor. Pero sabemos que no hay misión sin pruebas. Y cuanto más grande la misión, tanto más grande las pruebas. Esto vale para todos.

Personalmente creo que Dios permite este tipo de pruebas, en primer lugar, para mostrar nuestra tremenda debilidad humana. Somos de barro. Ni por un minuto podemos creer que algo es obra nuestra. Solo somos ínfimos instrumentos débiles. Pero a la vez, con la tremenda dignidad de los hijos de Dios, amados inmensamente y enviados a llevar el amor de Dios al mundo. En segundo lugar, tengo el convencimiento que Dios permite estas pruebas para despertar en la Iglesia el deseo de conocer profundamente el carisma del P. Kentenich. Tengo el íntimo convencimiento de que todo esto acelerará su proceso de canonización. Los caminos de Dios son misteriosos.

 

Rebelde de Dios

Un teólogo, periodista independiente de radio, televisión y periódicos y autor de biografías de grandes personalidades cristianas, el alemán Christian Feldmann, escribe: “No soy schoenstattiano. El P. Rudolf Amman intentó convencerme de que escribiese una biografía del fundador de Schoenstatt. A fin de tener argumentos convincentes para rechazar tal propuesta, me acerqué a José Kentenich. Pero mientras más lo conocía, más me entusiasmaba: me encontré con un sacerdote apasionadamente enamorado de Dios y de todas las personas desesperadas y desengañadas que giran en torno a sí mismas. Descubrí que con su ardiente entusiasmo arrasó la desesperanza del cristianismo contemporáneo. No se daba por satisfecho con tímidos planes a corto plazo, sino que soñaba con el pasado mañana de la historia, con una Iglesia rejuvenecida, de rostro resplandeciente, con un hombre nuevo y una sociedad humana, justa y pacífica.

¿Cómo logró este sacerdote de complexión no muy robusta superar sin amargura el campo de concentración, el confinamiento en un búnker hermético, el humillante destierro decretado por las autoridades romanas y catorce años de exilio, y hablar siempre con una sonrisa de la fe práctica en la divina Providencia? ¿De dónde sacaba fuerzas este hombre ya de edad avanzada? Esta es la increíble historia -capaz de quitarnos el aliento- de la alianza de amor entre Dios y este hombre llamado José Kentenich”.

Feldman terminó escribiendo el libro que quería evitar. El texto encomillado arriba es la introducción de su libro Rebelde de Dios, José Kentenich y su visión de un mundo nuevo.

Revisado por el P. Ángel Strada, postulador de la causa de canonización del P. José Kentenich entre 1997 y 2017.

 

 

 

 

La historia del pequeño Javier: “¡El padre Pío me va a curar!”

1 año después del estreno de ‘Renacidos’

noviembre 10, 2020 12:33

Testimonios

(zenit – 10 nov. 2020).- Hace justo un año que se estrenó Renacidos, la película del Padre Pío que sigue removiendo miles de corazones en todo el mundo, ahora a través del DVD y del libro del film, editado por Nueva Eva.

zenit ha querido saber cómo siguen hoy los “renacidos” que aportan su testimonio en la película; entre ellos Javier, un niño de cuatro años a quien el Padre Pío cambió la vida cuando llevaba un año entero ingresado en el hospital en espera de un corazón…

Su padre, Eduardo Bañuelos, nos lo cuenta.

***

 

zenit: ¿Cómo está Javier un año después? ¿Sigue “jugando” con su amigo el Padre Pío?

Eduardo Bañuelos: Javier sigue evolucionando muy bien, con revisiones y visitas periódicas al hospital pero, gracias a Dios, encontrándose cada día mejor. Con su “amigo” el Padre Pío hablamos todas las noches, a él le traslada todas sus inquietudes y le pide por todos nosotros y por aquellos que lo necesitan. Desde que le conoció, se ha convertido en su referente y su confesor.

 

zenit: ¿Cómo ha cambiado vuestra vida familiar desde que conocéis al Padre Pío?

Eduardo Bañuelos: Nuestra historia con el Padre Pío es muy especial desde el principio. Tuvimos conocimiento de él estando en el hospital, con Javier ingresado esperando su corazón. Llegó a nosotros por causalidad, a través del bonito proyecto de las capillas peregrinas que con tanto cariño estaban impulsando nuestros amigos Gonzalo y Paloma. La idea era llevar una capilla del Padre Pío por los hospitales, para que los enfermos que lo necesitaran pudieran rezar una Novena. Cada día, puntualmente, rezábamos con Javier la Novena y, al término de ésta, sucedió algo curioso. Cuando vinieron a recoger la capilla para llevársela a otro niño, Javier despertó de la siesta llorando y pidiendo que no se la quitaran, que “¡el Padre Pío me va a curar!”, gritaba. Fue tal la emoción con la que Javier lo pedía, que la buena de Paloma no tuvo más remedio que regalarle una capilla. Esa es la capilla que tenemos ahora en su dormitorio y a la que él reza desde entonces todas las noches.

 

zenit: ¿Qué les dirías a quienes no conocen todavía al Padre Pío?

Eduardo Bañuelos: Que no pierdan oportunidad de hacerlo. A nosotros, conocer la historia del Padre Pío nos ayudó muchísimo y, a medida que hemos ido conociendo más sobre su vida, más nos ha llamado la atención. Para quienes no hayan tenido conocimiento de la historia de Padre Pío, la película El Misterio del Padre Pío es una oportunidad magnífica. Todos los testimonios e historias que allí se revelan son extraordinarios, al igual que sucede con Renacidos.

 

zenit: ¿Qué reacciones habéis recibido sobre la película en vuestro entorno? ¿Ha habido alguna conversión o acercamiento a Dios?

Eduardo Bañuelos: Por lo que nos han ido trasladando todos nuestros amigos y familiares que han visto la película, creemos que ésta no ha hecho más que bien en todos ellos. A muchos les ha descubierto un personaje histórico que no conocían y a otros les ha reafirmado en su fe.

 

zenit: ¿Qué supuso para Marina y para ti participar en una película del Padre Pío?

Eduardo Bañuelos: Participar en la película nos dio la oportunidad de dar las gracias a José María Zavala y a su esposa Paloma y devolverles parte del cariño que, desinteresadamente, nos habían ofrecido desde que nos conocimos. Además resultó muy gratificante ver cómo la película ayudaba a otras personas a creer y confiar. Participar en los encuentros después de las proyecciones resultó algo muy bonito, porque te dabas cuenta de que podías ayudar a la gente con tu testimonio.

 

 

 

 

Colombia: Celebración del IX Foro Social Panamazónico

Evento virtual por la COVID-19

noviembre 10, 2020 15:23

Iglesia Local

(zenit – 10 nov. 2020).- El IX Encuentro Internacional del Foro Social Panamazónico (FOSPA) se celebrará de forma virtual del 12 al 15 de noviembre de 2020 con la participación de más de 1.300 personas, varias comunidades y organizaciones de los nueve países de la cuenca amazónica.

Tal y como indica el propio FOSPA en una nota, el acontecimiento busca congregar la participación, articulación, movilizaciones y alianzas entre movimientos sociales, redes y expresiones de la sociedad civil organizada, de todo el mundo, con el fin de impulsar la convergencia de propuestas por la defensa y pervivencia de la vida en la Amazonía.

 

Antecedentes del evento

El proceso FOSPA, comenzado en el año 2002, ha organizado un total de ocho encuentros internacionales en países como Brasil, Venezuela, Bolivia y Perú. En esta ocasión se ha escogido Colombia.

Para los actos se han recogido los avances de la VIII versión del FOSPA, que tuvo lugar en Tarapoto, Perú, en 2017, así como de los 14 preforos que durante tres años realizaron los distintos comités nacionales y locales, para “fortalecer el trabajo organizativo en contra del modelo capitalista de desarrollo extractivista y patriarcal”.

Del mismo modo, señala el foro social, las ideas han adelantado encuentros propios “en aras de fortalecer alianzas y robustecer apuestas de vida, a partir de diversas acciones de resistencia, movilizaciones y propuestas alternativas”.

Estas se han enmarcado en “el buen Vivir, el autogobierno, la soberanía y seguridad alimentaria, el reconocimiento de los derechos colectivos, el fortalecimiento de las identidades propias de los pueblos, el reconocimiento de la educación propia, el impulso de políticas públicas de diversidad cultural, la gestión sostenible de la selva, la recuperación de productos y especies nativas, el fortalecimiento de la sabiduría ancestral, la vigilancia y monitoreo ambiental participativo, entre otras”.

“Adaptándonos a las circunstancias actuales y reconociendo que las afrentas a los pueblos y ecosistemas amazónicos no cesan”, continúa, en el segundo semestre del 2020 tuvo lugar la apuesta FOSPA en Movimiento, un ciclo de conversaciones virtuales donde se pudo compartir “reflexiones y muestras” del trabajo realizado “con la intención de motivar más actores a sumarse a estas importantes causas”.

 

Programa del encuentro

El evento será retransmitido a través de emisoras comunitarias y transmisiones en tiempo real en español, portugués, francés e inglés. Los participantes tendrán la oportunidad de “ampliar conocimientos, discutir y generar articulaciones” en 150 puntos de participación colectiva presencial, grupos de entre 15 y 50 personas, de diferentes países e incluso continentes.

En él encuentro se trabajará alrededor de tres ejes programáticos estructurales: Pueblos y culturas en identidad amazónica, Territorios y caminos de vida y Autonomías y gobierno comunitario. Además de 10 iniciativas de acción.

Contará con una ceremonia de apertura, una presentación de contexto de los nueve países de la cuenca, complementada por la iniciativa de mapeo de conflictos panamazónicos y la lectura del veredicto del II Tribunal ético de Justicia y derechos de las mujeres amazónicas andinas.

Durante los cuatro días habrá interludios de actividades culturales, para finalmente realizar el cierre con la lectura de la Carta de Mocoa, ciudad colombiana elegida en el año 2018 como sede del IX FOSPA, y una ceremonia de clausura.

Los días 27 y 28 de noviembre se realizará la Feria virtual de experiencias comunitarias, un espacio de actividades autogestionadas, en las que diversas organizaciones y procesos sociales de la cuenca presentarán investigaciones, documentos, libros, actividades económicas, artísticas, sociales, entre otras acciones, que buscan “promover y visibilizar lo que se hace en la Amazonía, por su defensa y pervivencia”.

 

Sobre el foro social

El proceso está orientado por una carta de principios, que define el “carácter solidario, plurinacional, intercultural, igualitario, sin fronteras y común, que se apoya en la soberanía, seguridad, bienestar y sabiduría ancestral de los pueblos amazónicos, para luchar en contra de los modelos económicos y de vida, predatorios, extractivistas y patriarcales, que durante cientos de años han generado la violencia, el cambio climático, el intervencionismo empresarial y militar, generando un continuo etnocidio y ecocidio, en toda la región amazónica y el mundo”, dice el comunicado.

El FOSPA articula “reivindicaciones diversasconstruyéndose como un escenario donde expresiones organizativas de pueblos indígenas, campesinos, afros, urbanos, procesos de mujeres, agroecológicas, comunicativas, económicas, ambientalistas, eclesiales, académicas, movimientos sociales y de cooperación internacional, entre otros”.

“Se organizan autónomamente en comités locales y nacionales, que confluyen en el Comité FOSPA Internacional, y en torno a Iniciativas de Acción (IdeAs) para garantizar la puesta en marcha de acciones que nos acerquen a la justicia social, ambiental, económica y de género en la región amazónica de forma permanente, es decir, más que un evento, somos un proceso constante de lucha”, concluye la nota.

 

 

 

 

Evangelio del 15 de noviembre: Reflexión del padre Antonio Rivero

Hacer valer los talentos

noviembre 10, 2020 08:43

Espiritualidad

Comentario del Evangelio del domingo 15 de noviembre de 2020, Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, escrito por el padre Antonio Rivero L.C. En su columna, titulada “¿Qué estamos haciendo con los talentos y gracias que Dios nos ha dado?”, habla sobre cómo hacer rendir con responsabilidad aquellos que hemos recibido cada uno.

 

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo A

Textos: Prov 31, 10-13.19-20.30-31; 1 Tes 5, 1-6; Mateo 25, 14-30

 

Idea principal: Dios nos da a cada quien unos talentos según nuestra capacidad: a uno, cinco; a un segundo, dos; y al tercero, uno. Talentos materiales y naturales, talentos humanos y espirituales.

Síntesis del mensaje: Ante esos talentos caben estas posturas: o hacerlos rendir con responsabilidad y tesón, o malgastarlos por frivolidad e infantilismo, o esconderlos por pereza y negligencia. Pero Cristo al final de los tiempos nos pedirá cuentas de la administración de esos talentos, destinados a producir, en unos el cien por ciento; en otros, el cincuenta o el veinte por ciento. En esto nos jugamos la santidad aquí y la salvación eterna allá.

 

Puntos de la idea principal

En primer lugar, comentemos lo que son los talentos. Si vamos a la isla de Creta, por el mar Egeo, y visitamos el palacio rojo de Minos podremos encontrar en el museo los talentos: unos bloques planos, más o menos cuadrados y lobulados, de unos 45 centímetros de lado y peso de 26 a 36 kilos.

No son moneda de bolsillo, sino peso de pago y que, según tiempos y culturas, fueron de oro, plata o bronce. Un talento era un peso. Equivalía a 21.000 gramos de plata. Para entender esto, si un denario equivalía a 4 gramos de plata, entonces un talento equivalía a 6.000 denarios.

Un jornalero judío ganaba un denario en todo un día de trabajo (Mateo 20, 2). Si un jornalero quisiera ganar tan solo un talento, tendría que trabajar 6.000 días, o mejor dicho, ¡casi 20 años! Si hacemos los cálculos correctos, podremos entender que el siervo que recibió cinco talentos en realidad recibió un sueldo de 100 años, el que recibió dos recibió lo equivalente a un sueldo de 40 años y el que recibió uno solo estaba recibiendo el sueldo de 20 años de trabajo.

En segundo lugar, ¿qué tenemos que hacer con esos talentos espirituales, intelectuales, profesionales, deportivos, culturales…que Dios generosamente nos dio gratuitamente? En el evangelio se nos da la clave: negociar.

Es decir, colocar el dinero en el banco, darlo a préstamo con interés, invertirlo en valores. A los dos criados que lo hicieron, el dueño les alabó, y echó fuera al que no lo hizo. ¿Qué hubiera hecho al que hubiese desperdiciado a tontas y a locas, o le hubiesen robado el talento por negligencia? No quiero ni pensarlo, pues se me pone la piel de gallina.

Este evangelio aboga por el sistema “capitalismo -¡ojo!- espiritual”. El amo de la parábola es el Hijo de Dios que, antes de partir para su destino extranjero, que es el cielo, nos dejó una fortuna –la vida y una patria, la familia, la inteligencia, la voluntad,  la afectividad, la sexualidad, los amigos, la salud, la fe, las virtudes teologales y cardinales, los sacramentos, el perdón, el amor, la justicia, el matrimonio, el sacerdocio o la vida religiosa, etc. ¡Y a negociar!

Y, si no, de la parábola aprendamos que otros harán lo que nosotros dejamos de hacer y se cumplirá el evangelio: pasará la fortuna a otros para que negocien y, el que no, que se atenga a las consecuencias de su pereza, de su despilfarro y de su inconsciencia y superficialidad.

Finalmente, una cosa es el talento, la letra del evangelio y otra la música, que es el talante. Jesús estaba hablando a sus discípulos, pero estaban escuchando los fariseos. El fariseo era bien cumplidor: tenía 613 mandamientos y los cumplía, ¡vaya que sí! A rajatabla.

Para talante inmovilista, el suyo. Pero Cristo pedía talante inversionista, creativo, esforzado. Y aquí viene la parte que nos pide Cristo ante esos talentos: nuestro ingenio para invertir honestamente en el banco de la voluntad, esos talentos que Él nos dio gratuitamente y con tanto amor y esperanza. Negociar, emprender, comprometerse.

Con riesgo y todo. Sin miedo al miedo de jugarse la salvación, que sólo se arriesga cuando, como condena Jesús en el evangelio, uno se apunta a conservador, prudente y segurón, vago y cobarde. Y así, de un evangelio, que a primer golpe de vista, parece capitalista, resulta que es un evangelio, no de talentos sólo, sino de talantes.

Para reflexionar: ¿Estoy haciendo rendir los talentos naturales y espirituales que Cristo me ha dado? ¿Tendré que escuchar de Él: “Servidor malo y perezoso”? ¿O escucharé, por el contrario: “Te felicito, servidor bueno y fiel”?

Para rezar: Señor, gracias por los talentos que me has dado, sin yo merecerlos. Perdóname si al presente he desperdiciado, malgastado o enterrado alguno de ellos. Dame voluntad, ingenio, talante y responsabilidad para de ahora en adelante invertirlos para Gloria tuya, bien de la humanidad y mi propia santificación. Amén.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

 

Beata Vincenza María (Luigia) Poloni, 11 de noviembre

Al servicio de los débiles

noviembre 10, 2020 15:15

Testimonios

 

“Solidaridad, fe al servicio de los débiles y entrañas de misericordia, llevaron a la beata Vincenza María (Luigia) Poloni, alentada por el beato Carlos Steeb, a fundar un Instituto dirigido al amplio colectivo de desfavorecidos que iba hallando a su paso”

Nació en Verona, Italia, el 26 de enero de 1802. Pertenecía a una familia plenamente comprometida con la fe cristiana; fue heredera de esa riqueza que sus padres, Gaetano y Margherita, le legaron. Ambos habían sido puestos a prueba reiteradamente con la pérdida de gran parte de su numerosa prole.

De doce hijos habidos en el matrimonio –la beata Vincenza María Poloni fue la última– solo tres sobrevivieron. Inteligente y capaz, sensible ante las adversidades, supo ser motivo de descanso para su familia. De su padre, integrado en una asociación benéfica, aprendió la riqueza que esconde el desprendimiento, acogiéndolo para sí.

Sin duda, las personas que frecuentaran el establecimiento de comestibles y herboristería que regían, tendrían constancia fehaciente de su virtud. Además, Gaetano pertenecía a una asociación volcada en auxiliar a los desfavorecidos.

Tras la muerte de su progenitor se pusieron de manifiesto las cualidades de la beata para conducir los negocios familiares. Discreta y servicial acertaba siempre en el trato dispensado a los clientes; supo custodiar perfectamente los bienes comunes.

Fue una persona de inestimable ayuda, dadora de consuelo cuando tuvieron que afrontar los nuevos infortunios que se produjeron en su entorno. Su generosidad hizo que sus propios sobrinos acudieran a ella por considerarla como una madre.

Conocía en carne propia el zarpazo del sufrimiento, su valor purificativo, el cúmulo de enseñanzas que conlleva humanas y espirituales, y había adquirido el sentimiento de solidaridad universal que aglutina a quienes han pasado por él. Sus entrañas de misericordia serían manifiestas de forma singular en la obra que le aguardaba y de la que sería artífice.

Poco a poco hechos diversos fueron conduciendo a la beata Vincenza María Poloni a la entrega definitiva a Dios. La oración sostenía su intensa dedicación a paliar las necesidades ajenas y a administrar la economía familiar. En ese cuidar a los demás se incluía su labor como voluntaria en el asilo de ancianos de su ciudad natal.

Fue Carlos Steeb, su director espiritual, quien se percató de la grandeza humana y virtudes de la joven, su abnegación y el desasimiento de todo lo que no fuese su prójimo, precisamente porque era una mujer orante. Él entrevió la misión a la que estaba destinada. Atento a los signos, como es propio de los grandes apóstoles, la alentaba a seguir el sendero de la perfección a la espera de que se manifestase la voluntad divina sobre ella.

Entre tanto, la entrega de Luigia a los necesitados crecía. Durante la epidemia de cólera fue evidente que la acción de la futura fundadora no era un acto solidario, sino que iba acompañada de un cariz de ternura con los damnificados en el que latía el amor divino.

Era una persona apreciada por su talento, agudeza, discreción y espíritu de servicio, entre otras virtudes. Carlos Steeb la abordó un día, diciéndole: “Hija mía, el Señor la quiere fundadora de un Instituto de Hermanas de la Misericordia, ninguna dificultad la atemorice o la detenga, para Dios nada es imposible”. A lo que ella replicó humildemente: “Yo soy la más incapaz de todos pero el Señor se sirve, a veces, de los instrumentos más débiles para llevar a cabo sus designios: que se cumpla su voluntad”.

Y el 2 de noviembre de 1840, junto a otras tres mujeres, la beata Vincenza María Poloni emprendió la fundación del Instituto, animada y asistida por el padre Steeb, con el carisma de servir a Cristo dirigiéndose a ese amplio colectivo que carece de afecto y de bienes: ancianos, pobres, niños, jóvenes, personas privadas de la libertad, etc., con un extenso programa de acciones llevadas a cabo en parroquias, hospitales, escuelas, asilos, centros médicos de primeros auxilios y prisiones, entre otros.

Al profesar en 1848 Luigia tomó el nombre de Vincenza en honor de san Vicente de Paúl. Y realmente se dejó guiar por el espíritu de este santo, porque los abandonados y los enfermos afectados por lesiones contagiosas tuvieron en ella otro ángel tutelar. Fueron quince años de intensa acción, en la que incluyó la formación de jóvenes adolescentes y de niñas, siempre con el afán de que pudieran conocer y experimentar el amor misericordioso de Dios.

Extendió sus caritativos brazos a través de las religiosas, y así fueron abriéndose nuevas fundaciones hasta que un cáncer de mama, que inicialmente ocultó a los miembros de su comunidad y que después de ser intervenido no se erradicó, acabó con su vida el 11 de noviembre de 1855.

En su testamento había encomendado a sus hijas que viviesen la caridad, que reinara entre ellas el respeto, que no alentasen malos entendidos ni resentimientos. Hizo notar que si algo tormentoso se cernía en el horizonte, que no caminasen ni una hora con el peso de esa amargura, sino que inmediatamente debían buscar la reconciliación.

Con toda claridad les había recordado la responsabilidad que tenían: Si mantenían viva la caridad entre todas, preservarían indemne el Instituto; de lo contrario, desaparecería. Quería pensar, y así lo expresó, que eso no sucedería jamás.

Una vez les hubo asegurado que las asistiría desde el cielo, finalizó diciendo: “La caridad sobrevive a la muerte; esa, no lo dudéis, nos unirá en el Señor eternamente”. Después de su deceso, el beato padre Steeb no dejó abandonadas a las religiosas sino que sostuvo la obra hasta su muerte. la beata Vincenza María Poloni fue beatificada por Benedicto XVI el 21 de septiembre de 2008.