Servicio diario - 17 de julio de 2020


 

Pésame del Papa por la muerte del cardenal Zenon Grocholewski
Larissa I. López

Vademécum sobre casos de abuso a menores: Entrevista a Giacomo Morandi
Redacción zenit

Estados Unidos: El Papa eleva la Misión de San Buenaventura a Basílica Menor
Larissa I. López

El cardenal Pietro Parolin visitará España
Anita Bourdin

Conferencia de Iglesias Europeas: Preocupación por la conversión de Santa Sofía en Mezquita
Larissa I. López

Caritas Internationalis presenta su Informe Anual 2019
Larissa I. López

México: Declaración de los obispos sobre don de la vida y dignidad humana
Redacción zenit

Perú: Testimonio de Soraya Khalil, superviviente de la COVID-19
Redacción zenit

Lecturas de verano: Secularización, una lectura histórica
Pablo Ortiz Soto

San Bruno de Segni, 18 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Pésame del Papa por la muerte del cardenal Zenon Grocholewski

Las exequias se celebran mañana

julio 17, 2020 14:39

Papa Francisco

(zenit – 17 julio 2020).- El Papa Francisco expresa su pésame por la muerte del cardenal polaco Zenon Grocholewski, prefecto emérito de la Congregación para la Educación Católica, fallecido hoy, 17 de julio de 2020.

En un telegrama remitido a Władisław Grocholewski, hermano del purpurado, el Santo Padre expresa su “cercanía” a él y a su familia ante el luto “que ha afectado a aquellos que conocían y estimaban al difunto cardenal”.

Francisco recuerda “con gratitud la benemérita labor que hizo como apreciado profesor de Derecho Canónico en las Universidades Pontificias Gregoriana y Lateranense”, así como en su faceta como “autor de numerosas publicaciones científicas”.

 

Servicio a la Santa Sede

En particular, continúa el Pontífice se dedicó “generosamente al servicio de la Santa Sede, primero como secretario y prefecto del Tribunal supremo de la Signatura Apostólica, y luego como prefecto de la Congregación para la Educación Católica.

En estas áreas ofreció testimonio de “celo sacerdotal, de fidelidad al Evangelio y de edificación de la Iglesia”, indica Francisco.

Finalmente, el Papa eleva una oración al Señor “para que dé al difunto cardenal la recompensa eterna prometida a sus discípulos” y envía a sus familiares y “a los que lloran su tránsito” la bendición apostólica.

 

Exequias

El sábado 18 de julio de 2020, a las 11 de la mañana, en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana, tendrán lugar las exequias del cardenal Zenon Grocholewski.

La liturgia será celebrada por el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, junto a los cardenales.

Al final de la celebración eucarística, el Santo Padre presidirá el rito de la última Commendatio y Valedictio.

 

Cardenal Zenon Grocholewski

Nació el 11 de octubre de 1939 en Bródki, Polonia. Fue ordenado para la arquidiócesis de Poznań el 27 de mayo de 1963. Trabajó durante tres años en la parroquia del Cristo Redentor en Poznań antes de obtener un doctorado en derecho canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

De 1972 a 1999 trabajó en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica como notario, canciller, secretario y prefecto. Durante este tiempo fue uno de los siete miembros de la Comisión que estudió con el Papa el borrador del Código de Derecho Canónico de 1983, y enseñó Derecho canónico en las Universidades Gregoriana y Lateranense y en el Studio Rotale.

Fue nombrado obispo titular de Agropoli el 21 de diciembre de 1982 y consagrado el 6 de enero de 1983. Fue promovido a arzobispo el 16 de diciembre de 1991.

El 15 de noviembre de 1999 fue nombrado prefecto de la Congregación para la Educación Católica. En marzo de 2015, por motivo de edad, se convirtió en prefecto emérito y en la actualidad era gran canciller de la Pontificia Universidad Gregoriana.

Participó en el cónclave de abril de 2005, en el que se eligió al papa Benedicto XVI, y en el cónclave de marzo de 2013, en el que se escogió al Papa Francisco.

Fue creado cardenal por san Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, con el título de San Nicola in Carcere.

 

 

 

 

Vademécum sobre casos de abuso a menores: Entrevista a Giacomo Morandi

Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe

julio 17, 2020 09:24

Dicasterios
Documentos

(zenit – 17 julio 2020).- La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) ha presentado un “Vademécum sobre algunas cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos”.

Se trata de “manual” para llevar a cabo correctamente los casos en los que están implicados diáconos, sacerdotes y obispos acusados de abuso de menores.

A continuación, sigue la entrevista a monseñor Giacomo Morandi, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicada en Vatican News y firmada por Andrea Tornielli.

***

 

El secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe afirma que esta guía señala un camino y ayuda a los obispos y superiores. Hay que seguir el camino de la verdad y la justicia, pero «sin una formación adecuada» y «una prevención decidida» no se sanará la herida de los abusos.

Un manual a disposición de los obispos y superiores religiosos para guiarlos en el tratamiento de los casos de abuso de los que reciban noticias. Estas son las palabras con que el arzobispo Giacomo Morandi, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, define en esta entrevista con los medios de comunicación vaticanos el Vademécum publicado hoy.

 

¿Quién preparó este documento y por qué tardó tanto respecto del momento de su anuncio en febrero de 2019?

Fue preparado por la Congregación gracias, sobre todo, a la contribución de la Oficina Disciplinaria, que en los últimos años ha adquirido una experiencia particular en los casos en cuestión.

El tiempo aparentemente largo de su redacción se debe al trabajo de cotejo no sólo dentro de la Congregación, sino también fuera de ella, con expertos en la materia, otros dicasterios y, en particular, con la Secretaría de Estado.

 

¿Cuál es el propósito de este Vademécum y a quién va dirigido?

Me gusta llamarlo, como lo hace el Prefecto de nuestra Congregación, un «manual». No se trata, pues, de un texto normativo, sino de un instrumento a disposición de los obispos, de los superiores religiosos, de los tribunales eclesiásticos, de los juristas y también de los responsables de los centros de escucha creados por las conferencias episcopales. En la complejidad de las normas y la práctica, esta guía quisiera señalar un camino y ayudar a no perderse.

 

¿Contiene este documento alguna indicación nueva respecto de aquéllas ya existentes?

No. No se promulga ninguna norma nueva. La verdadera novedad, sin embargo, es que por primera vez el procedimiento se describe de forma organizada, desde las primeras noticias de un posible delito hasta la conclusión definitiva de la causa, uniendo las normas existentes y la práctica de la Congregación. Las normas son conocidas, mientras que la práctica de la Congregación, es decir, la forma concreta de aplicar las normas, sólo la conocen quienes ya han tratado estos casos.

 

¿El Vademécum es un documento cerrado y definitivo o deberá ser actualizado?

Precisamente porque es un instrumento, un manual, se presta a continuas actualizaciones. Éstas se deberán tanto a posibles cambios futuros en la normativa penal como a las aclaraciones y solicitudes que puedan llegar a nivel local de los Ordinarios y de los profesionales del derecho. En este sentido, la versión que sale hoy en día se llama «1.0», susceptible de ser actualizada. Y cada ayuda para mejorarla es un servicio a la justicia que se agradece.

 

¿Cuáles son los casos que son competencia de su Congregación?

En general, los delitos reservados a nuestra Congregación son todos los que van contra la fe y sólo los más graves (en el lenguaje común ahora se habla de delicta graviora) contra la moral y la administración de los sacramentos.

El Vademécum, sin embargo, se refiere sólo a uno de estos delitos, que el artículo 6 del motu proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela atribuye al clérigo cuando realiza acciones contra el sexto mandamiento del Decálogo con menores de edad. Estos son los casos que resuenan más en los medios de comunicación, también por su gravedad.

 

¿Para la Iglesia, cuándo se trata de abuso a “menores de edad”? ¿Cómo ha cambiado el límite de edad?

En el derecho penal el menor de edad es la persona que aún no ha cumplido los 18 años. Otras distinciones de edad, bajo los 18 años, no son relevantes a este respecto. El Código Latino en el can. 1395 § 2 todavía habla de 16 años de edad, pero el motu proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela de Juan Pablo II en 2001 elevó la edad a 18 años. Los casos de «abuso» (como acaba de decirse, un «delito contra el sexto mandamiento del Decálogo con menores de edad») suelen ser fáciles de delinear, por ejemplo, las relaciones sexuales como tales u otros contactos físicos que no son propiamente «relaciones», pero que tienen una clara intención sexual. Otras veces los casos son menos fáciles de delinear, con matices que deben ser evaluados para ver si se trata de delicta graviora en el sentido jurídico según la ley vigente en su momento.

Llama profundamente la atención el cambio de actitud hacia las denuncias anónimas, que en otros tiempos eran simplemente desechadas. ¿Qué ha cambiado y por qué también se debe considerar una denuncia anónima?

La cuestión es delicada. Se ha hecho evidente que una actitud perentoria en un sentido u otro no es buena para la búsqueda de la verdad y la justicia. ¿Cómo se puede desechar una denuncia que, aunque sea anónima, contiene pruebas ciertas (por ejemplo, fotos, películas, mensajes, audio…) o al menos indicios concretos y plausibles de la comisión de un delito? Sería perjudicial ignorarla sólo porque no está firmada. Por otro lado: ¿cómo considerar correctas todas las señalaciones, incluso las genéricas y sin remitente? En este caso, sería inapropiado proceder. Por lo tanto, es necesario hacer un cuidadoso discernimiento. En general, no damos crédito a las denuncias anónimas, pero no renunciamos a priori a su evaluación inicial para ver si hay elementos determinantes objetivos y evidentes, aquello que en nuestro lenguaje llamamos fumus delicti.

 

¿Cuánta influencia han tenido los casos más llamativos de los últimos años en la elaboración de este documento y otros textos recientes sobre el tema?

Los casos más llamativos se tratan de la misma manera que aquéllos menos conocidos, siempre según las normas del derecho. Ante nosotros no hay «personajes», sino personas: acusado, presuntas víctimas, posibles testigos… en general, siempre hay un cuadro de sufrimiento particular. Ciertamente, la atención de los medios de comunicación a los temas en cuestión ha crecido mucho en los últimos años, y esto es un estímulo más para que la Congregación trate de hacer justicia de una manera cada vez más correcta y eficaz. También por esta razón el Vademécum será de ayuda.

 

¿Tienen los obispos y los superiores religiosos la obligación de denunciar las noticias de supuestos abusos cometidos por los clérigos incluso a las autoridades civiles?

En este punto, las Conferencias Episcopales nacionales han preparado líneas guía que tienen en cuenta las normativas locales. No es posible dar una respuesta unívoca. En algunos países la ley ya prevé esta obligación, en otros no. De hecho, el motu proprio Vos estis lux mundi del Papa Francisco, promulgado el año pasado, expresa en estos términos que la Iglesia actúe en casos de este tipo: «sin perjuicio de los derechos y obligaciones establecidos en cada lugar por las leyes estatales, en particular las relativas a eventuales obligaciones de información a las autoridades civiles competentes» (Art. 19). Por otra parte, el artículo 17 del Vademécum también establece: “Incluso en ausencia de una explícita obligación legal, la Autoridad eclesiástica dé noticia a las Autoridades civiles competentes cada vez que considere que esto es indispensable para tutelar a la persona ofendida o a otros menores del peligro de eventuales actos delictivos”.

 

¿Qué es un «proceso penal extrajudicial»? ¿Cuándo y por qué se procede por esta vía?

Es un procedimiento previsto por los dos códigos canónicos vigentes. Es una ruta más expedita. Al término del proceso penal extrajudicial, el Ordinario (o uno de sus delegados), asistido por dos asesores, se pronuncia sobre la culpabilidad o no del acusado y (si es culpable con certeza moral) sobre la pena proporcional que debe imponerse.

Hay pros y contras en este procedimiento, también llamado «administrativo». Se procede de manera extrajudicial cuando, por ejemplo, los hechos son claros; la actividad delictiva denunciada ya ha sido confirmada por el acusado; el Ordinario pide que se haga bajo esta modalidad por razones bien fundadas; la Congregación considera que es apropiado en virtud de las circunstancias particulares (personal cualificado, geografía, exigencias del tiempo, etc.). Naturalmente, el derecho de defensa del acusado debe estar garantizado siempre y absolutamente. También por esta razón el proceso extrajudicial en el derecho latino prevé hasta tres posibles grados de recurso, con el fin de garantizar lo más posible la objetividad del juicio.

 

Estamos hablando de delitos que se suelen cometer sin la presencia de testigos. ¿Cómo se verifica la validez de las acusaciones para asegurar que los culpables sean castigados y ya no puedan hacer daño?

Se utilizan las herramientas procesales comúnmente usadas para verificar la fiabilidad de las pruebas. Muchos delitos, no sólo los que están en cuestión, se cometen sin testigos. Pero eso no significa que no se pueda llegar a una certeza. Hay herramientas procesales que lo permiten: la fiabilidad de las personas involucradas, la coherencia de los hechos declarados, la eventual habitualidad de los delitos, la presencia de documentos contra ellas, etc. Hay que decir que en varias ocasiones el propio acusado, consciente del mal hecho, lo admite en el juicio.

 

¿Y cómo se puede evitar que una persona sea acusada y condenada injustamente?

Cuando el hecho no está suficientemente probado, se aplica el principio in dubio pro reo. Es un principio que sustenta nuestra cultura jurídica. En estos casos, en lugar de declararse la inocencia, se declara la no culpabilidad.

 

¿Por qué un clérigo, cuando es acusado de abuso, puede pedir inmediatamente la dispensa del celibato?

Es cierto: donde el clérigo reconoce el crimen y su falta de idoneidad para continuar el ministerio, puede pedir que se le dispense. Por lo tanto, sigue siendo sacerdote (el sacramento no puede ser revocado o perdido), pero ya no es un clérigo: deja el estado clerical no por dimisión, sino por una solicitud consciente dirigida al Santo Padre. Se trata de diferentes maneras que logran el mismo resultado en cuanto a la condición jurídica de la persona: un exclérigo que jamás podrá volver a presentarse como ministro de la Iglesia.

 

Una última pregunta: ¿puede darnos algún dato sobre el tamaño del fenómeno? ¿Las nuevas normas sólo sacan a la luz casos del pasado o el flagelo de los abusos de menores de edad sigue presente en la Iglesia?

El fenómeno está presente en todos los continentes, y todavía asistimos a la aparición de denuncias de hechos antiguos, a veces incluso de muchos años. Ciertamente, algunos delitos también son recientes. Pero cuando termine esta fase de «aparición» del pasado, estoy convencido (y todos lo esperamos) de que podrá resolverse el fenómeno que hoy estamos presenciando. Sin embargo, hay que decir que el camino de la verdad y la justicia es uno de los caminos de respuesta de la Iglesia. Necesario sí, pero no suficiente. Sin una formación adecuada, un discernimiento cuidadoso, una prevención serena pero decidida, no podrá curarse por sí sola esta herida que estamos presenciando hoy.

 

 

 

 

Estados Unidos: El Papa eleva la Misión de San Buenaventura a Basílica Menor

Situada en Los Ángeles, California

julio 17, 2020 18:06

Papa Francisco

(zenit – 17 julio 2020).- El Papa Francisco ha elevado la Misión de San Buenaventura al estado de Basílica Menor, la primera basílica de la arquidiócesis de Los Ángeles, Estados Unidos, informa la propia Misión Basílica de San Buenaventura en una nota.

De acuerdo al comunicado, Mons. José H. Gómez, presidente del episcopado estadounidense y arzobispo de Los Ángeles, fue notificado de este estado por una comunicación de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Esta parroquia, ahora titulada Mission Basilica San Buenaventura, es la sexta Basílica Menor en Alta California y la número 88 en los Estados Unidos.

 

El título de basílica menor

La propia misión explica que, entre las distintas iglesias de la Iglesia Católica, existen algunas que tienen particular importancia para la vida litúrgica y pastoral. Estos templos pueden ser honrados por el Santo Padre con el título de Basílica Menor, lo que significa su vínculo particular con la Iglesia Romana y el Sumo Pontífice.

La Misión manifiesta estar muy agradecida el Papa Francisco por este honor y a monseñor José H. Gómez “por su inquebrantable apoyo a esta petición”. Mons. Robert Barron, por su parte, quien también apoyó esta petición, fue instalado como vicario episcopal para la Región Pastoral de Santa Bárbara en 2015 en esta Misión.

La fecha para la celebración “de este hito” para la arquidiócesis de Los Ángeles, la ciudad de San Buenaventura y el Condado de Ventura está aún pendiente de formalizar.

 

Misión de San Buenaventura

San Junípero Serra fundó la Misión de San Buenaventura el domingo de Pascua, 31 de marzo de 1782, siendo esta la novena y última, y una de las seis misiones que consagró personalmente.

La Misión lleva el nombre de San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia y su consagración canónica formal fue realizada en diciembre de 1976 por el cardenal Timothy Manning.

 

 

 

 

El cardenal Pietro Parolin visitará España

En la fiesta del Apóstol Santiago

julio 17, 2020 09:43

Ciudad del Vaticano

(zenit – 17 julio 2020).- El cardenal secretario de Estado Pietro Parolin visitará España el 25 de julio de 2020, acompañado por monseñor Paul Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados, anunció el blog italiano Il Sismografo el 16 de julio de 2020, cuando la alarma de pandemia aún no se ha levantado del todo.

El cardenal Parolin se espera también, como anunció la edición francesa de zenit, en Francia, en Ars el 4 de agosto, en la fiesta de san Juan María Vianney, y en Lourdes el 15 de agosto, donde presidirá la Misa de la Asunción.

El 25 de julio, fiesta del Apóstol Santiago, los dos prelados cercanos al Papa Francisco presidirán en Toledo la ordenación episcopal de monseñor Luis Miguel Muñoz Cardaba, que ha sido nombrado nuncio apostólico en Sudán y Eritrea.

Esta es una ocasión, comenta Il Sismografo, para hacer un balance de “las relaciones entre la Iglesia y el nuevo Gobierno español”.

 

 

 

 

Conferencia de Iglesias Europeas: Preocupación por la conversión de Santa Sofía en Mezquita

Peligra la coexistencia pacífica

julio 17, 2020 10:21

Iglesia y Mundo

(zenit – 17 julio 2020).- La Conferencia de Iglesias Europeas (CEC) expresó su profunda preocupación por la decisión tomada en Turquía de convertir la antigua basílica de Santa Sofía de Estambul en una mezquita.

La organización ecuménica regional, que representa a 114 iglesias miembros de toda Europa, muchas de ellas ortodoxas, se pronunció la semana pasada a las instituciones europeas y a la UNESCO y se une a las reacciones del mundo entero, incluido el Papa Francisco, ante dicha resolución del Gobierno de Turquía.

“El procedimiento, motivado por una petición entregada a la Corte turca con el apoyo oficial de la oficina del presidente turco, abre el camino para la conversión de Santa Sofía en una mezquita, cuestionando la validez del decreto presidencial de 1934. La CEC desea subrayar que esa acción podría crear un terreno fértil para el odio religioso y la violencia subsiguiente”, expone la carta a Josep Borrell Fontelles, alto representante de la Comisión Europea.

Asimismo, en una carta de la CEC a Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, y a Mechtild Rössler, directora del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, se insta a la UNESCO “a que adopte medidas concretas ante el Gobierno de Turquía para impedir el cambio de condición del actual sitio del patrimonio mundial, Santa Sofía”.

 

Coexistencia pacífica en peligro

El presidente de la CEC, reverendo Christian Krieger, expuso: “Vemos con pesar tal desarrollo, ya que podría invocar potencialmente motivos de intolerancia religiosa y violencia. Ya hemos planteado anteriormente a la UNESCO y a las instituciones europeas la preocupación de buscar una influencia diplomática que impida tal acción”.

Por su parte, el vicepresidente de la CEC, el metropolitano Cleopas de Suecia y toda Escandinavia, declaró: “En su condición de museo, Santa Sofía reúne a personas y culturas de todo el mundo. Un cambio en este estatus disminuye sin duda el legado de esta notable estructura como puente de acceso universal que une el Este y el Oeste, simbolizando la coexistencia pacífica, la comprensión mutua y la solidaridad entre pueblos diversos”.

“Nos hacemos eco de las palabras de Su Santidad el patriarca ecuménico Bartolomé: ‘consideramos inapropiado y perjudicial, en el siglo XXI, que Santa Sofía, que está dedicada a la Santa Sabiduría de Dios y permite a los fieles de ambas religiones encontrarse y maravillarse de su grandeza, se convierta en la causa de enfrentamientos y conflictos’”, añadió el metropolita Cleopas.

“En el espíritu del nombre de Santa Sofía, que literalmente se traduce a Santa Sabiduría, rezamos para que la sabiduría y la razón prevalezcan en última instancia y Santa Sofía continúe operando bajo su condición de museo”.

 

Impacto en las iglesias

Finalmente, el secretario general de la CEC, Dr. Jørgen Skov Sørensen, apuntó que “después de los recientes acontecimientos, recuerdo las palabras de san Pablo en su carta a los Corintios, Si un miembro sufre, los demás miembros sufren con él; y si un miembro recibe algún honor, los demás se regocijan con él ‘(1 Corintios. 12:26)”.

“Esta decisión genera un impacto en las iglesias que se ven directamente afectadas. Sin embargo, todas las iglesias miembros de la CEC están perturbadas por lo que presenciamos en Estambul en estos días”, concluyó.

 

 

 

 

Caritas Internationalis presenta su Informe Anual 2019

Conferencia de prensa

julio 17, 2020 17:39

Iglesia y Mundo

(zenit – 17 julio 2020).- Caritas Internationalis presentó su Informe Anual 2019 en una rueda de prensa celebrada ayer, 16 de julio de 2020.

En ella participaron el presidente de Caritas Internationalis, cardenal Luis Antonio Gokim Tagle; el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John; el cardenal Wilfrid Fox Napier, presidente de Caritas Sudáfrica y Rita Rhayem, directora de Cáritas Líbano.

A lo largo de un encuentro con los medios, realizado a través de la plataforma Zoom, la organización caritativa de la Iglesia realizó un llamamiento a cancelar la deuda de los países pobres y revisar las sanciones que afectan a los civiles sin aportar otros frutos, informa Vatican News.

 

Mensaje de esperanza

El cardenal Tagle envió un mensaje de esperanza, con la convicción de que “los muchos cambios que hemos experimentado y estamos experimentando sean una oportunidad para el futuro” para construir una “nueva conexión de solidaridad”.

Somos “una sola familia humana y el sentimiento de cercanía que ha despertado la pandemia, que afecta a todos, no puede olvidarse sin dejar una señal: y esa señal debe ser la capacidad de dar nuevas respuestas”.

El mensaje del cardenal Tagle se refirió a la capacidad de luchar con fuerza contra condiciones dramáticas como el hambre en el mundo, las guerras, las violencias que pisotean las vidas humanas y la dignidad de las personas. Esto significa recuperar la mirada inclusiva del Papa Francisco en la Laudato si’ y trabajar por acciones concretas como la de “un cese al fuego global”, indica el medio vaticano.

 

Oriente Medio

Para ofrecer un panorama sobre el Informe de Caritas Internationalis 2019, el secretario general de la organización, Aloysius John, señaló que “la situación en el Oriente Medio ha empeorado drásticamente en los últimos seis meses y las sanciones económicas y el embargo a Siria han contribuido a agravar la tendencia”.

En este sentido, para John, “las sanciones unilaterales sin diálogo ni negociación nunca han servido a su propósito, al contrario, han sido contraproducentes”, describiendo que los efectos de las mismas como instrumento político no tuvieron los efectos esperados y demostraron más bien un enorme poder para destruir la vida de los más vulnerables.

Los precios se han disparado, la gente no tiene medios para comprar alimentos, la desnutrición se está extendiendo y surge una creciente ira contra la comunidad internacional. Efectivamente, la peor parte se la llevan los más vulnerables, especialmente los niños, las mujeres y los ancianos, ya profundamente afectados por las guerras, las tensiones, el fundamentalismo y la COVID-19.

“Los más pobres son los que siempre pagan el precio más alto”. En estos días “todos miramos con especial preocupación al Líbano, que siempre ha sido un modelo de equilibrio para todo el Oriente Medio”, apuntó el secrerario.

Un país que siempre ha sido un “mensaje de libertad y un ejemplo de pluralismo para Oriente y Occidente”, como decía san Juan Pablo II.

 

Líbano

Sobre la situación en el Líbano Rita Rhayem, directora de Cáritas en país, subrayó que el 75 por ciento de la población necesita ayuda y que la moneda local ha perdido el 80 por ciento de su valor.

“Pero esta no es la única razón por la que estamos muy preocupados por la crisis libanesa: el Líbano siempre ha sido un centro esencial para el envío de ayuda humanitaria a países como Siria e Irak, y si la situación no mejora, las consecuencias para toda la región serán catastróficas”, añadió.

 

Demandas concretas

De acuerdo a la citada fuente, en el encuentro con los medios, John apuntó que resultan esenciales las palabras del Papa, que ha invitado varias veces a las naciones ricas a reconsiderar la cancelación de la deuda de las naciones más pobres.

Aloysius destacó que la deuda de las naciones más pobres se paga a menudo con el sudor y el esfuerzo de los más pobres. Es por ello que Cáritas pide el alivio de la deuda de las naciones más pobres y la reasignación de fondos a organizaciones fiables que trabajen con estas comunidades.

“Solo el alivio de la deuda y su reasignación para el desarrollo desde la base – permitirá alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y garantizar la dignidad de los más pobres”, aclara el secretario.

“Es inconcebible que las medidas precipitadas aplicadas sin ningún tipo de diálogo con los agentes regionales sean fatales para los más pobres”. Por lo tanto, los representantes de Cáritas se suman a la petición del Santo Padre a detener toda la violencia y conflicto, y para pedir la suspensión inmediata de las sanciones.

 

Las sanciones, medidas injustas

Aloysius John reiteró que las sanciones oprimen a los más pobres y son, en esencia, herramientas para la “matanza pasiva de civiles inocentes”. Estas constituyen “medidas injustas que afectan a las personas más vulnerables, especialmente en estos tiempos de COVID-19” y remarca que “están creando un terreno fértil para el terrorismo”.

“Las personas que huyen de situaciones difíciles se convierten en migrantes ilegales que son rechazados por los países vecinos y Europa”. Esencialmente, el secretario resaltó que “la lucha contra el hambre, la pobreza y la injusticia son el objetivo principal de la confederación, ya que garantizan el bienestar y la dignidad humana de los más vulnerables”.

 

Compromiso durante la pandemia

Por otro lado, se informó que, para la emergencia de coronavirus, Caritas Internationalis ha financiado 23 proyectos y otros 14 ya han sido aprobados. A través de los mismos, se ha ayudado a las familias con asistencia alimentaria básica, kits de higiene, jabón, pañales y asistencia en efectivo para pagar el alquiler y otras necesidades urgentes.

En la actualidad, la organización eclesial está ayudando a casi 9 millones de personas en 14 países, entre ellos Ecuador, India, Palestina, Bangladesh, Líbano y Burkina Faso.

Además, unos 2 millones de personas participan en programas de financiación por un total de 9 millones de euros en diferentes partes del mundo. Desgraciadamente, los responsables de Cáritas son conscientes que hay cientos de miles de personas más que necesitan ayuda.

 

Alarma del Fondo Monetario Internacional

Asimismo, se comentó que el bloqueo de diversas maneras ha paralizado la economía mundial, con fuertes repercusiones en Europa, Estados Unidos, China y Japón. Cáritas está llamando a todos a la concienciación de enfrentarse a una emergencia atípica en la que los países que normalmente se encuentran entre los principales donantes son también los más afectados por el virus.

También por esta razón, el empleo de las ayudas internacionales para responder a las necesidades nacionales “no constituye la solución correcta”, no puede ser suficiente.

La incertidumbre sigue siendo alta incluso si hay algunos signos de recuperación, según afirma el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el documento preparado para el G20 de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales, que tendrá lugar virtualmente el 18 de julio.

Es por ello que el Fondo hace un llamamiento al G-20 para que se realicen “esfuerzos colectivos”: “Son esenciales para poner fin a la crisis financiera y relanzar el crecimiento”.

 

Europarlamento

Por su parte, el Europarlamento también demanda un nuevo enfoque. En el comunicado publicado la semana pasada durante la sesión plenaria, se afirma que, en Siria, tras una década de conflicto, ha llegado el momento de que Europa se replantee sus intereses y su política.

Además de apoyar la renovación del mecanismo de las Naciones Unidas (que proporciona ayuda transfronteriza a Siria), “Europa debería desarrollar políticas paralelas que puedan ir gradualmente más allá de la mera prestación de ayuda humanitaria”.

Y esto “podría consistir en permitir que los actores locales ejecuten proyectos de recuperación mediante el apoyo directo, utilizando instituciones de microfinanciación para proporcionar préstamos a los agricultores y cooperativas agrícolas, o apoyando la capacidad de las pequeñas empresas farmacéuticas para satisfacer las necesidades locales”.

 

El problema del hambre

Finalmente, Vatican News indica que, de acuerdo a los datos del Programa Mundial de Alimentos, el número de personas que se enfrentan al hambre en el mundo como resultado de la pandemia podría duplicarse hasta alcanzar los 230 millones. África presenta escasez de alimentos alimentos y las inundaciones, sequías, invasiones de langostas y malas cosechas en muchos países se suman a esto.

En algunos estados de Oriente Medio, América Latina y Asia, la desnutrición infantil y el número de adultos que padecen hambre ya está aumentando. Entre los que corren mayor riesgo se encuentran los migrantes, los desplazados internos, los refugiados y los repatriados, como los de Venezuela.

La situación de los migrantes irregulares es particularmente crítica porque no computan en ninguna de las categorías que tienen derecho a la ayuda.

 

 

 

 

México: Declaración de los obispos sobre don de la vida y dignidad humana

Ante programas de Gobierno y leyes

julio 17, 2020 16:31

Iglesia Local

(zenit – 17 julio 2020).- Los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresaron en una declaración su tristeza ante los programas de Gobierno, las leyes y los criterios judiciales que atentan contra la dignidad de la persona humana y en particular contra su vida.

Así informa el Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM) en una nota publicada en su página web.

 

Acciones contra la dignidad humana

Durante su encuentro con los medios de comunicación, los obispos advirtieron que las acciones contra la dignidad humana son confusas para la mayoría de los mexicanos y contrarias no solo a las enseñanzas de la Iglesia, sino a la dignidad y los derechos fundamentales de la persona humana, además de contradecir los valores sobre los cuales se fundamenta la cultura mexicana.

En este sentido, los prelados recordaron las diferentes formas en las cuales se vulnera la vida y la dignidad humana, como es el caso del aborto, las drogas , la trata de personas, la corrupción y la falta de solidaridad ante la pobreza. Del mismo modo, invitaron a que los ciudadanos se sumen en la construcción de una sociedad en favor de estos dones de Dios.

Si bien los obispos reconocen la importancia de vivir en una sociedad libre y llamada a consolidar la democracia, se oponen a limitar el derecho a la libre expresión de la verdad por lo que advirtieron que un auténtico régimen de libertades, incluye la libertad religiosa que permite vivir en público y en privado conforme a las convicciones de la conciencia.

 

Llamado a la conversión

Con respecto a las personas que han equivocado el rumbo de su vida, optando por delitos como el secuestro, la extorsión y el asesinato; exhortan a abandonar el camino del mal a reconciliarse con Dios y sus hermanos.

Igualmente, los prelados exigen a las autoridades civiles la vigencia del Estado de derecho y precisaron que la aplicación discrecional de la ley es contraria a la justicia. Este llamado se hizo extensivo a los creyentes y a las personas de buena voluntad a las que están exhortan a construir una sociedad en paz y respetuosa de leyes justas.

 

Iluminar las conciencias

Totalmente conscientes de que el presente año dejará en el mundo la huella de la pandemia de la COVID-19, los miembros del episcopado mexicano lamentan que el país se haya visto afectado por la violencia y la inseguridad que han alcanzado niveles nunca antes vistos y que no dudan en calificar como otra peste por su cantidad, frecuencia y crueldad, ante lo cual no pueden ser indiferentes.

Al respecto, como pastores, reiteran su deseo de iluminar las conciencias de cara al bien y a la verdad, en ejercicio de sus derechos y de su ministerio episcopal que los lleva a ejercer su misión de predicar el Evangelio de la vida siempre.

Finalmente, ponen al pueblo mexicano en manos de la Virgen de Guadalupe, para que proteja a sus ciudadanos y puedan mantener su mirada en Cristo.

 

 

 

 

Perú: Testimonio de Soraya Khalil, superviviente de la COVID-19

Ejemplo de fe y esperanza en Dios

julio 17, 2020 11:20

Testimonios

(zenit – 17 julio 2020).- zenit comparte el testimonio de Soraya Khalil, exalumna de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura, en Perú, que superó la COVID-19.

Se trata de un testimonio de fe y confianza en Dios publicado en el Suplemento Dominical Semanal del diario peruano El Tiempo.

A continuación, sigue el testimonio íntegro de Soraya.

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La historia que les voy a contar es una historia donde apenas fui un personaje. Es una historia de esperanza y de fe en la cual, los verdaderos protagonistas son nuestro Señor Jesucristo, su amadísima Madre, la Virgen María, la oración y por supuesto, el poder del Santo Rosario.

Son Dios y la Virgen, quienes con su infinito amor y misericordia escucharon las oraciones y súplicas de tanta gente -y las mías propias-, obrando un mila-gro: “el milagro de la vida”.

 

Primer infarto

Todo empezó el 1º de mayo de 2020, cuando estando en casa alrededor de la 1:00 p.m. sentí un profundo dolor en el pecho que me irradiaba hasta la espalda. Con los brazos adormecidos, llamo a un amigo médico, quien me dijo que estaba haciendo un infarto. Es cuando mi esposo me lleva a la clínica Sanna-Belén donde efectivamente confirman en emergencia que estaba con un infarto en curso. El trata-miento para destrombolizar las arterias costaba cerca de 20 mil soles, esto en el caso que no hubiera ninguna complicación. Por eso, con mi esposo decidimos acudir a Essalud donde estoy asegurada.

La clínica hace la referencia al hospital Regional Cayetano Heredia, en donde fui recibida e internada, obviamente previa tomografía de pulmón que indicaba que no tenía COVID. En medio de esta pandemia, enfermarse puede resultar caótico y hasta contraproducente, un ver-dadero drama como el que me sucedió posteriormente.

Ya en emergencias del hospital, pasé una noche infernal, llena de dolor y angustia. Me embargaba la ansiedad. Y debo reconocer también que fue una noche donde, por primera vez, sentí que mis oraciones y súplicas no llegaban a Dios.

 

La señal

Me sentía extraviada y perdida. No encontraba a mi amigo Jesús. Sin embargo, seguía orando y le decía: ¿Por qué no me escuchas? Pero también le decía: Dios, no sé dónde estás, pero tú sí sabes dónde estoy. ¿Por qué no vienes por mí, no vienes a rescatarme?

En medio de esa angustia y zozobra, Dios me envió a sus ángeles. No sé bien si fue un sueño, pero lo que sí sé es que esa primera noche y la siguiente, vi y sentí muy cerca a mis padres ya fallecidos. Los sentí tan cerca y velando mi sueño que me tranquilicé a pesar del dolor tan agu-do que tenía en el pecho.

Para mí ese fue el primer milagro, la primera señal, la prime-ra respuesta: me había salvado del infarto. El tratamiento médico empezaba a funcionar pese a la taquicardia que aún tenía.

Las noches siguientes -en la Unidad Crítica de Emergencia (UCE)- fueron muy difíciles, sen-tía que el corazón literalmente se me iba a salir por la boca, la taquicardia era incesante y nuevamente me embargó el miedo y la desesperanza.

Otra vez mis oraciones eran erráticas, dispersas y me sentía perdida. Mis papás ya no estaban conmigo, se habían ido y por más que los llamaba, ellos simplemente ya no estaban allí. Tampoco me sentía escuchada.

El pánico se apoderó de mí, no podía controlar estos sentimientos negativos que me embargaban. Quería llorar, llorar a mares, pero no podía. Sabía que eso agudizaría mi estado crítico de salud. Así que, torpemente seguía rezando aunque sentía que ya nadie me escuchaba.

Con los días fui respondiendo favorablemente y como a la semana de estar internada, la doctora de turno le dijo a Raúl, mi esposo, que al día siguiente me darían de alta. Raúl, Shadia y Ariana, mis dos hijas, estaban felices con mi regreso a casa.

 

Una piedra en el camino

Ese día siguiente no llegó. El regreso a casa, al calor del hogar y la familia, simplemente se esfumó. Ese día amanecí con fiebre y había que averiguar la causa. Aquí aparece la primera piedra, la sospecha de la presencia de ese virus tan temido: me había contagiado de COVID. Era 9 de mayo cuando fui trasladada a Hospitalización 2, área de COVID.

Los siguientes fueron días terribles, mucho dolor muscular, fatiga, inapetencia, llagas en la boca y una fiebre interna me quemaba y consumía por dentro. Lo único alentador era que mi saturación de oxígeno se mantenía estable, era de 94 a 95. Para ser una paciente con cardiopatía, esto era realmente bueno, considerando que no podían medicarme para evitar complicaciones con el corazón.

Pero veía cómo la muerte rondaba en el aire. Veía pasar bolsas negras todos los días, por los pasillos del hospital. Y eso me angustiaba aún más. No solo el miedo se apoderó nueva-mente de mí, una sensación de abandono invadía todo mi ser. Me sentía tan mal, que pensaba que hasta Dios me había dejado a mi suerte. Fue cuando llamé a mi esposo y le pedí que me sa-cara de allí. Era un 14 de mayo cuando le dije: “sácame, sácame de aquí, yo aquí me muero, llévame a casa que allá hago el tratamiento”.

Afortunadamente Raúl no me hizo caso, porque en los días siguientes mi estado de salud empeoró, tornándose verdaderamente crítico. Mi saturación de oxígeno empezó a bajar aceleradamente hacia niveles inesperados, bajó hasta 63, pues el virus había afectado los pulmones produciéndome una neumonía. Mi estado anímico también contribuyó en esta recaída; el 16 de mayo, Ariana, mi hija menor, cumplía 15 años y los iba a cumplir sin mí. Esto me deprimió profundamente. Mi amor de madre me jugaba una mala pasada.

 

La sombra de la muerte

Ya el domingo 17, debido a mi estado de salud los médicos deciden trasladarme a UCIN (Unidad de Cuidados Intermedios); sin embargo, no había cama disponible. Raúl, mi esposo, empieza a moverse a través de diversos

contactos y aquí se vio una pequeña señal, se abren las puertas y con la oración, dos horas después sale alguien de alta médica y pude entrar a UCIN donde me entubaron para acceder a la ventilación mecánica y tratar de salvar mi vida: estaba conectada a un respirador.

Fueron 4 días de angustia para mis familiares, amigos y compañeros de labores. Estando en la inconsciencia, rondaba la sombra de la muerte y los pronósticos de mejoría eran casi imposibles de alcanzar. Incluso, me sobrevino un segundo infarto el lunes 18 a causa de los medicamentos y los altos parámetros de oxígeno suministrados.

Infarto que superé con el auxilio del Señor y el control de los médicos, quienes al día siguiente tuvieron que aplicar la técnica pro nación, es decir, me pusieron boca abajo, en posición fetal, solamente para tratar de alargar mi vida. Era tal mi estado de gravedad que los médicos no daban esperanza alguna. Todos temían lo inevitable y le habían dicho a mi familia que estuviera preparada para lo peor.

 

Cadena de oración

La fuerza del amor y la fe hicieron que mi familia, amigos del trabajo, del colegio, la universidad y cuanto conocido yo tenía, se unieran en oración mediante el rezo del rosario. Decenas de misas de salud en diferentes iglesias se realizaron virtualmente en mi nombre. Y coincidentemente con la novena a María Auxiliadora, se encomendó mi salud.

Fue innumerable la cantidad de personas que usando la tecnología se conectó simultáneamente para orar y rezar el rosario, clamando a la Virgen su poderosísima intercesión y auxilio.

Mi familia se mantuvo férrea en la fe. Entre el llanto y las lágrimas, rezaban el rosario pidiéndole a la Virgen un milagro. Igualmente sucedió con mis amigos, quienes a su vez pidieron a sus amigos oraciones de intercesión. La cadena se hizo cada vez más grande y poderosa que, desde diferentes lugares había gente –conocidos y no conocidos- rezando y pidiendo a Dios y la Virgen por un milagro.

 

Se obra el milagro

Recién el jueves 21 empezó el cambio. El reporte médico indicaba mi estado afebril, despierta, colaboradora, no quejumbrosa. Gracias a la fuerza de la oración estaba respondiendo favorablemente, aunque seguía con ventilación mecánica. El plan era mantenerme estable e ir bajando gradualmente los altos parámetros de oxígeno, pero el gran problema era la cardiopatía.

Aún me costaba mucho trabajo respirar, sentía que se me hacía un gran hueco en el diafragma. Y la tos era tan compulsiva que mi cuerpo temblaba de pies a cabeza como si estuviera convulsionando, pero me mostraba dispuesta a colaborar. Lo único que deseaba era recuperarme totalmente, para poder regresar a casa.

Debo confesar que, en medio de este estado de inconciencia, no vi esa luz blanca y brillante de la que tanto se habla en las películas. Tampoco vi campos hermosos con mis padres y fa-miliares esperándome, ni mucho menos mi vida en retrospectiva. Sí vi imágenes de mi familia, mis últimos recuerdos con mis hermanas en nuestro viaje a Arequipa y los recuerdos en la playa con mi esposo y mis hijas, pero fueron imágenes en blanco y negro, no a color como todos dicen.

Fue este último recuerdo el que me ayudó a seguir luchando por mi vida, pensé que tanto mi esposo como mis hijas aún me necesitaban, quería verlas crecer y tener éxito en la vida.

Y digo esto, porque la lucha por mantenerme con vida era intensa, hubo un momento en que me sentí tan cansada que decidí abandonarme a los brazos del Señor diciéndole: “Si tú sabes que ya llegó mi hora, lo acepto, pero lo único que te pido es que no permitas que me vaya sin la gracia de la unción de los enfermos”. Me atormentaba el hecho que estos meses no había recibido la comunión, ni me había confesado.

Pensaba en cómo podía hacer para conseguir esta unción, no podía hablar porque el tubo me lo impedía y sabía que en esta cuarentena era casi imposible permitir el ingreso de un sacerdote al área de pacientes COVID muy graves. Pese a ello, seguía orando y rezaba, solo con mis dedos, las decenas del rosario a diferentes horas del día. Y cuando la depresión quiso apoderarse de mí, recordé la oración a san Miguel Arcángel y rezándola incesantemente, mi espíritu recobró la paz que había perdido.

El domingo 24, por la mañana, retiran la ventilación mecánica y desde ese momento, mi recuperación se aceleró y mi estado de salud mejoró a pasos agigantado. El destete de oxígeno, suministrado solo a través de mascarilla, fue gradual pero con sorprendentes resultados.

El cardiólogo, el equipo médico, el staff de técnicos y enfermeros de UCIN siempre estuvieron pendientes de mi salud, fueron los ángeles con los que la Virgen me custodió. Y ese cuidado no era solo para conmigo, era para cada uno de los pacientes que estábamos en la sala de Cuidados Intermedios. En verdad, ellos realizan una labor loable de entrega y sacrificio, trabajando muchas veces jornadas más largas que las que les corresponde.

Ya en horas de la tarde del mismo 24, a través de una video llamada con mi esposo y mis hijas pude verlos, y aunque no podía hablar, fue un gran consuelo y un regalo. Es entonces cuando mi esposo me dijo: “Sorayita, hoy es el gran día, hoy es el día de la advocación de María Auxiliadora”. Supe entonces que era 24 de mayo, porque hasta allí no tenía noción del tiempo ni de cuánto llevaba hospitalizada.

 

Otro gran regalo

Ya ubicada en el tiempo y en el espacio, acontece algo inesperado, Dios y la Virgen María Auxiliadora me dan una nueva señal y con su infinita misericordia, además de haberme dado el milagro de la vida, me regalan lo que yo tanto ansiaba. El mismo 24 un sacerdote, equipado con la vestimenta médica contra la COVID-19, ingresa a UCIN y nos da la unción a todos los enfermos que estábamos allí. Esa fue la respuesta que el Señor me daba y feliz por haber recibido la mejor medicina, supe que me había salvado.

Es así como para el 27 por la tarde me encontraba ya sin oxígeno y saturando 95. Me trasladaron de UCIN a hospitalización 2, donde terminé de estabilizarme y recuperarme. A pesar de sentirme muy débil, me sobrepuse a todo. Ya para el 29, el día que me dieron de alta, me encontraba caminando y todo el personal médico se sorprendía de mi rápida recuperación.

Pero el amor de Dios no terminó el 24, sino que en otro gesto de bondad y generosidad envió nuevamente a un sacerdote para darle la unción a una compañera de cuarto, es así como el mismo día de mi alta médica, me dan otra vez la unción de los enfermos, lo que significó mucho para mí. Esto fue una señal de que mi recuperación sería total y definitiva.

Y aquí me tienen hoy escribiendo esta historia, la historia de Soraya Khalil Castro de Urbina. Y no es para alardear, sino para mostrar los caminos de fe y de esperanza en estos tiempos de enfermedad. Les aliento a que no pierdan la fe, y si desfallecen por algún motivo, busquen siempre a Dios y pidan la intercesión de la Virgen porque solo ellos podrán guiar al personal médico y podrán obrar un milagro de vida como el mío.

Este es mi testimonio, un ejemplo de la fuerza de la unión en la oración y el poder del Santo Rosario para obrar muchos milagros. Mateo 18,19-20: “Les digo también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo se la concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos”.

 

 

 

 

Lecturas de verano: Secularización, una lectura histórica

Libro de Mario Fazio

julio 17, 2020 09:02

Arte y Cultura

(zenit – 17 julio 2020).- Este viernes retomamos la sección Lecturas de verano de la mano de Pablo Ortiz Soto, graduado en Humanidades, profesor y crítico literario (@portizs – @letraherido), quien hoy nos recomienda el libro Historia de las ideas contemporáneas. Una lectura del proceso de secularización, de Ediciones Rialp, escrito por el historiador Mariano Fazio.

A lo largo del siglo XX, y en estos primeros años del XXI, no son pocos los filósofos y literatos que coinciden en que la raíz de estos tiempos de profunda zozobra –que se manifiesta en nuestra época con multitud de efectos (crisis económica, artística, política, educativa, ecológica…); y que a lo largo del siglo veinte se mostró en forma de crímenes contra la humanidad (Auschwitz, los archipiélagos Gulag, Hiroshima y Nagasaki…)–, se encuentra arraigado en una verdadera crisis antropológica-metafísica encauzada por el proceso de secularización fuerte. Pero, ¿qué significa este complejo concepto moderno?

Para responder a esta pregunta, recomiendo Historia de las ideas contemporáneas. Una lectura del proceso de secularización (Rialp), del historiador Mariano Fazio. Este autor entiende la secularización desde dos vertientes: por un lado, la positiva desclericalización del mundo teocrático medieval, es decir, la autonomía del poder político con respecto a la religión; y por otro lado, Fazio analiza la secularización fuerte: el proceso por el cual el hombre rompe con Dios y se erige como centro de todo, dando lugar al Superhombre antiteísta, pero también aquel que rechazando el culto de Dios erige el de la Humanidad (“religiones sustitutivas”).

Esta es la principal tesis de un libro que, de manera rigurosa y divulgativa, se apoya en la filosofía, la ciencia política, la literatura, la sociología o el derecho de las principales corrientes de los últimos dos siglos, y de la etapa moderna, con el propósito de presentarnos el contexto cultural del Occidente contemporáneo. Dividida en cuatro partes, la primera acepción del concepto (desclericalización) se desarrolla en el primer capítulo ahondando en los hechos más característicos de la etapa moderna (siglos XV – XVIII): el Renacimiento, el descubrimiento de América, la Reforma protestante, la Ilustración, el Romanticismo y el idealismo alemán.

Esta es la base para comprender la segunda parte: la modernidad ideológica (liberalismo, nacionalismo, marxismo, positivismo y cientifismo), heredera de la Ilustración, del Romanticismo y del idealismo. Es decir, las “religiones sustitutivas” como así afirma Fazio recordando la tesis del historiador británico Christopher Dawson: toda civilización se sustenta en los pilares de la religión aunque, a veces, el culto se degenere para romper con el sistema anterior. Muestra de ello el reemplazo del culto de Dios por el de la Humanidad de Gilbert Romme (Ilustración) y, más tarde, Auguste Comte (positivismo): “la Cruz es sustituida por el árbol de la Libertad, la Gracia de Dios por la Razón del Hombre y la Redención por la Revolución”.

Pero esta esperanza ideológica en la redención del hombre por el hombre se hará añicos contra la terrible Gran Guerra provocando un tremendo shock cultural: la iluminadora modernidad fracasa dando lugar al drama del humanismo ateo –que diría Lubac–. Aquí comienza la tercera parte del libro: la crisis de la cultura moderna, en la que Fazio primeramente ahonda en algunas líneas de pensamiento cristiano que intentan salir de esta crisis (H. Bergson, M. Blondel, G. Marcel, Ch. Péguy, E. Mounier, J. Maritain…), para a continuación centrarse en el nihilismo de Nietzsche y sus influencias en la postmodernidad (Lyotard, Derrida y Vattimo).

Asimismo, estudia el pansexualismo de Freud, la sociedad permisiva, los movimientos más actuales (ideología de género, los neomalthusianos…) y finalmente describe el retorno a lo sacro, que no a la religión, en nuestra época (panteísmo, magia, espiritismo, New Age, etc.). Finalmente, el libro concluye analizando la relación de la Iglesia católica y el mundo contemporáneo a través del magisterio pontificio (desde Pío VII hasta Francisco). En definitiva, esta obra es una magnífica oportunidad para comprender las piezas claves que conforman el complejo puzzle de la modernidad occidental y las raíces de la incertidumbre actual.

 

FICHA TÉCNICA

Título: Historia de las ideas contemporáneas. Una lectura del proceso de secularización

Autor: Mariano Fazio

Editorial: Rialp

Páginas: 491

 

 

 

 

San Bruno de Segni, 18 de julio

“Báculo” de varios pontífices

julio 17, 2020 09:00

Testimonios

 

“Obispo, maestro de la caridad, “báculo” de varios pontífices y defensor del magisterio de la Iglesia. Participó en varios concilios y encarnó con su vida el espíritu monástico que reinaba en la abadía de Montecassino”

Nació en Solero, Piamonte, Italia, hacia el año 1048. Algunas fuentes aseguran que su familia era acomodada y otras que fue de humilde cuna. Añaden también que se le conocía como Bruno Astensis. Su localidad natal, cercana a la ciudad de Alessandría, pertenecía a la diócesis de Asti. Se formó primeramente en el monasterio benedictino de San Perpetuo, y luego en la universidad de Bolonia. De allí salió preparado para recibir la ordenación sacerdotal, dispuesto para refutar las herejías del momento. Cuando tenía unos 25 años dedicó a Ingo, obispo de Asti, un texto sobre el Salterio gallicano. Le precedía su fama como buen orador y conocedor de la teología, lo que motivó que Gregorio VII,  advirtiendo su fidelidad al magisterio de la Iglesia, lo seleccionara para participar en el sínodo que tuvo lugar en Roma a finales del año 1079. Y efectivamente mostró su insobornable unidad con la cátedra de Pedro doblegando a Berengario, prelado de Tours, que negaba la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Éste, ante la firme y rigurosa defensa de Bruno, que expuso brillantemente la doctrina eclesial sobre el Santísimo Sacramento, tuvo que retractarse de su herejía.

El Papa siempre iba a contar con el juicio del santo como hicieron otros pontífices a los que también asistió. Además de Gregorio VII, Víctor III, Urbano II y Pascual II no ocultaron su admiración por él y valoraron sus consejos. Bruno era canónigo de Segni cuando Gregorio VII, a la vista de sus virtudes y fidelidad, pensó otorgarle el cardenalato, pero aquél rehusó humildemente; prefería no asumir tan alta dignidad. Sin embargo, un año más tarde en la Campagna di Roma, el pontífice lo consagró obispo de Segni. En esta labor pastoral brilló por su celo apostólico; se desvivía por los demás. Durante tres meses del año 1082 fue prisionero de Ainulfo, conde de Segni, quien lo recluyó en el castillo de Vicoli. El aristócrata simpatizaba con Enrique IV, que había sido excomulgado por el pontífice, mientras que Bruno secundaba al Santo Padre en sus proyectos de reforma eclesiástica. Era un momento en el que había que luchar contra la simonía, el problema de las investiduras y otros vicios escandalosos que lamentablemente diezmaban la feligresía. El prelado de Segni fue un importante “báculo” para Gregorio VII; por ese motivo fue detenido. Al ser liberado, regresó a Roma y siguió al lado del pontífice.

En 1084 le acompañó a Salerno, ciudad en la que se refugió escapando del asedio de los normandos. Cuando el Papa murió, asistió a su sucesor Urbano II. Le acompañó en sus viajes por Italia y Francia, estuvo junto a él en el sínodo de Melfi (1089) y en la consagración de la abadía de Cava dei Tirreni, en Salerno. En años sucesivos, permaneciendo siempre a su lado, participó en los concilios de Piacenza y de Clermont-Ferrand. En éste se proclamó la Primera Cruzada y se renovaron los decretos contra el concubinato del clero, la simonía y las investiduras por los laicos. En 1097 intervino en el concilio de Letrán, en 1098 en el de Bari y al año siguiente participó en el Laterano, último concilio presidido por Urbano II. Entretanto, Ainulfo proseguía con su particular persecución, y Bruno anhelando la paz, pese a no contar con el beneplácito del nuevo papa Pascual II, determinó vincularse a los monjes de la abadía de Montecassino. Sin embargo, este pontífice, al igual que hicieron sus predecesores, siguió confiando en él y le encomendó nuevas misiones.

Bruno tomó el hábito en 1103, aunque no dejó de regir episcopalmente la sede de Segni. Fue tan fiel en la vivencia de la regla, que en 1107, a la muerte del abad Otto, lo eligieron para que le sucediese. Al año siguiente, en una visita que efectuó a la abadía, Pascual II respaldó esta designación ante los monjes, ensalzando las cualidades del santo. Pero Bruno defendía la ortodoxia eclesial por encima de todo, y en el momento en que vio que Pascual II había claudicado ante el emperador electo Enrique V, otorgándole privilegios contra los que había combatido con celo junto a los pontífices anteriores, no dudó en recriminar al Papa, aunque lo hizo con un texto lleno de ternura y delicadeza en el que reiteraba con emocionadas palabras sus sentimientos de amor y de unidad. Con todo, el Santo Padre lo sancionó instándole a renunciar al cargo de abad, a la par que disponía su regreso a Segni. Bruno acató humildemente su voluntad. En 1112 en el concilio de Letrán, Pascual II se vio obligado a reconocer su error, y el santo que estaba presente en el mismo, acogió y ratificó su decisión con sumo gozo. El resto de su vida lo dedicó a orar, estudiar y meditar.

Ha dejado numerosos escritos. Su obra se compone de tratados sobre las Escrituras y la liturgia, contra la simonía, sermones, vidas de santos, cartas y otros trabajos que ponen de manifiesto el celo apostólico y la intrepidez de este santo obispo. Murió el 18 de julio de 1123, poco después de exhortar y bendecir a su grey desde la ventana de su sede. Fue canonizado el 5 de septiembre de 1183 por Lucio III.