Servicio diario - 15 de septiembre de 2020


 

PAPA FRANCISCO
Día Internacional de la Democracia: ¿Qué dice el Papa?
Rosa Die Alcolea
Instituido por las Naciones Unidas

ESPIRITUALIDAD
Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores
José Antonio Senovilla
María enseña a entender el dolor

PAPA FRANCISCO
“Para un conocimiento de la paz”, libro con prefacio del Papa
Rosa Die Alcolea
Dirigido a especializados en “Ciencias de la Paz”

JUSTICIA Y PAZ
Salvador: Condenado el excoronel Montano por la masacre de las Fuerzas Armadas
Redacción zenit
En 1989, en la Universidad Centroamericana

ECOLOGÍA
España: El cuidado de la creación en la archidiócesis de Madrid
Larissa I. López
Placas solares, huertos y formación

CIUDAD DEL VATICANO
Farmacia Vaticana: Inauguración de sus locales remodelados
Larissa I. López
Aportar un servicio “más cercano y humano”

IGLESIA Y MUNDO
Instituto Católico de Fundraising: Cómo “salvar” a la Iglesia de la bancarrota
Larissa I. López
Tras la crisis de COVID-19

IGLESIA LOCAL
Estados Unidos: Contribuciones de hispanos y latinos a la Iglesia
Larissa I. López
Expuestas por los obispos

IGLESIA LOCAL
México: El Papa acepta la renuncia del obispo de Ciudad Obregón
Larissa I. López
Mons. Pozos Lorenzini, nombrado nuevo obispo

ESPIRITUALIDAD
Evangelio del 20 de septiembre: Reflexión del padre Antonio Rivero
Antonio Rivero
“La lógica de Dios no es nuestra lógica”

TESTIMONIOS
San Juan Macías, 16 de septiembre
Isabel Orellana Vilches
Considerado el padre de los pobres


 

 

 

Día Internacional de la Democracia: ¿Qué dice el Papa?

Instituido por las Naciones Unidas

septiembre 15, 2020 18:41

Papa Francisco

(zenit – 15 sept. 2020).- El 15 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Democracia, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 8 de noviembre de 2007. El Papa Francisco asegura que “no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza”.

Este año, concretamente se enmarca en un crisis mundial sin precedentes causada por la pandemia ha generado importantes desafíos sociales, políticos y legales a nivel mundial. De ahí, la importancia de que los estados, a medida que adoptan medidas de emergencia para abordar la crisis, “sigan defendiendo el estado de derecho, protegiendo y respetando las normas internacionales y los principios básicos de legalidad, así como el derecho a acceder a la justicia, los recursos y los procesos en curso”.

Así lo ratificó el Secretario General de la ONU, António Guterres, en unas declaraciones en las que instaba a los gobiernos a ser transparentes, receptivos y responsables en su respuesta a la COVID-19 para garantizar que cualquier medida de emergencia fuera legal, proporcionada, necesaria y no discriminatoria.

“La mejor respuesta es aquella que responde proporcionalmente a las amenazas inmediatas mientras protege los derechos humanos y el estado de derecho”, explicó hace unos meses coincidiento con la publicación de un informe de la ONU sobre los Derechos Humanos durante la COVID-19.

 

¿Qué dice el Papa de la democracia?

El Papa Francisco afirmó el 4 de junio de 2019 que “no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad”, durante un discurso que ofreció con motivo de la clausura de la Cumbre Panamericana de Jueces sobre Derechos Sociales y Doctrina Franciscana, celebrada en el Vaticano.

“Un sistema político-económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea sólo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad y una opción preferencial por los pobres”, argumentó Jorge Bergoglio.

“Ello exige los esfuerzos de las máximas autoridades, y por cierto del poder judicial, para reducir la distancia entre el reconocimiento jurídico y la práctica del mismo”, añadió.

 

 

 

 

Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores

María enseña a entender el dolor

septiembre 15, 2020 10:47

Espiritualidad

(zenit – 14 sept. 2020)- Un día después de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores. Se trata de una advocación mariana que existe desde los orígenes de la Iglesia Católica, cada vez que los cristianos recordaban los dolores de Jesús, asociados a los de su Madre.

En 1814 fue instituida como festividad por el Papa Pío VII, quien dispuso que se celebre cada 15 de septiembre. D. José Antonio Senovilla, sacerdote de la prelatura del Opus Dei, reflexiona sobre el sentido de esta festividad, ayudando a entenderla y vivirla en el momento actual.

***

 

Cada Misa es un milagro. El mayor milagro. Es un regalo divino siempre nuevo, que nos invita a participar en directo en los acontecimientos más importantes de la Historia: en los que culminaron la tarea de nuestra Redención, el rescate definitivo de la Humanidad, que quedaba así liberada, en virtud de la entrega del Hijo de Dios, de la esclavitud del pecado y del dolor y la muerte.

Por eso, como sacerdote, en mi tarea pastoral siempre aconsejo acudir a Misa con los ojos y los oídos y el corazón bien abiertos, porque nuestro Padre Dios nos va a hacer un regalo, el mejor regalo. Pero hay que estar atentos. Vamos a ver en directo, por encima del tiempo y del espacio, el mayor milagro: la institución de la Eucaristía, en el marco de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y de su posterior vuelta al Padre. Y estamos ahí invitados.

 

Aprender de la Virgen

La Misa de hoy nos recuerda una escena que hemos visto en muchas imágenes. Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador, colgado en la Cruz, dando su vida por nosotros. Y junto a Él, de pie, su Madre. Es la escena más desgarradora de la Historia, la injusticia más atroz… y al mismo tiempo, nuestra salvación, nuestra única esperanza. Mirar esa escena una y otra vez nos hace mucho bien. Cada vez entendemos más. Cada vez sacamos de ahí más fuerza y más paz.

 

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa, fiero
cuchillo tenía.

¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
Sujeta a tanto dolor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!,
llore ya con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión, y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén.

 

Muy pocas veces una Misa nos ofrece una secuencia así: tan profunda, tan directamente al corazón. Hoy, en la fiesta de la Virgen de los Dolores, esta canción nos ayuda a aprender de Ella; y con Ella, a entender el sufrimiento, el dolor; y al entenderlo, poder vencerlo, darle sentido: poder unirnos al dolor de Cristo en la Cruz, y participar con Él en la aventura más grandiosa que nos pudiéramos imaginar: la salvación del mundo, la victoria contra el mal y contra el dolor y la muerte. Estamos todos invitados a participar como coprotagonistas en la más grandiosa epopeya. Y la Virgen nos enseña cómo hacerlo.

 

Evangelio de hoy

Lo proclama con toda solemnidad el Evangelio de la Misa de hoy: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”.

Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio” (Jn 19, 25-27). Ahí está María, ahí se nos da por Madre, junto a esa Cruz espantosa. Ella, viendo morir a su Hijo inocente, no grita histérica, no pide cuentas a Dios Padre por la muerte del Hijo, por su propio dolor.

Vivimos en un mundo que se atreve en su soberbia a pedir cuentas a Dios. ¡Qué sería de nosotros si Dios no pusiera límites al mal que nosotros cometemos! En vez de agradecer lo que Dios nos da, cuando algo nos contraría un poco, pedimos cuentas a Dios: ¿Por qué esto? ¿Por qué aquello? Y sin embargo, vemos a María ahí, hablando con su silencio a mi corazón tantas veces lleno de rencor, de envidia, de pereza, de impureza, de mentira y de traición.

Allí estaba la Virgen. Y todas sus amigas. De todas las mujeres que el Evangelio nombra como discípulas de Jesús, no falta ninguna. Quizá porque eran amigas de la Virgen, y no estaban dispuestas a dejarla sola… Mucha gente huye del Calvario, pero quien permanece junto a María, permanece fiel.

Mirar a la Virgen al pie de la Cruz. Aprender con Ella a perdonar como Jesús (Lc, 23, 34). Aprender de Ella a amar la voluntad de Dios Padre como Jesús, sabiendo que, si Dios nuestro Padre, que nos quiere con amor infinito, permite nuestro sufrimiento, es por un bien infinitamente mayor: la salvación nuestra y la de muchas almas.

 

Los Siete Dolores de María

María estaba entrenada en el dolor. Dios así lo permitió para bien de todos nosotros. Lo contemplamos al hacer recuento de sus Siete Dolores. María sufrió el aguijón de la profecía de Simeón en el Templo. María sufrió teniendo que huir a Egipto con su pequeño Hijo, Hijo de Dios. María sufrió al buscar al Niño durante tres días, hasta encontrarle en el Templo. María se unió como nadie al sufrimiento de su Hijo Bendito en su Pasión y en su Camino hacia la Cruz. Y María supo sufrir en estos momentos que contemplamos hoy: la Muerte Redentora del Salvador, y también del Descendimiento dolorosísimo de ese Cuerpo llagado. El dolor de María culminó por fin al Depositar el Cuerpo inerte de Jesús en el Sepulcro Santo, a la espera de la Resurrección.

Hay Cruz. Hay muerte. Pero eso solo es un paso, una Pascua. Después de la Cruz hay Resurrección, después del dolor hay alegría sin fin, después de la muerte hay vida, para siempre, para siempre, para siempre.

Podemos aprender de María a vivir con la fuerza de Dios. San Josemaría, al mirar a la Virgen al pie de la Cruz, nos invita a examinar si nuestra vida es auténticamente cristiana. “María, a quienes se acercan a Ella y contemplan su vida, les hace siempre el inmenso favor de llevarlos a la Cruz, de ponerlos frente a frente al ejemplo del Hijo de Dios. Y en ese enfrentamiento, donde se decide la vida cristiana, María intercede para que nuestra conducta culmine con una reconciliación del hermano menor –tú y yo– con el Hijo primogénito del Padre”. (Es Cristo que pasa, 149 c).

 

Vencer el dolor y la muerte

Delante de la Cruz se resuelve mi vida cristiana. ¿Sé querer a los demás como Dios me quiere a mí, como quiere María? ¿Sé perdonar como Jesús en la Cruz, como María? ¿Sé dar al dolor el sentido profundo que tiene? ¿Amo sobre todo la voluntad de mi Padre Dios, sea cual sea, como Jesús, como María? El problema no está en los otros, en el mal que hay fuera de mí. El problema está en el mal que hay escondido en mi corazón. Ahí es donde Cristo quiere vencer para reinar en el mundo: empezando por mi corazón.

La protagonista del documental Converso lo entiende todo al mirar a María. Es una historia viva, actual. Habla de esa contemplación del Evangelio que es el Rosario. Se trata de un ejemplo más, que nos habla de la fuerza de Dios, si sabemos mirar a María y mirar todo como y con María.

Muchas veces no podremos evitar el dolor y la muerte. No podremos evitarlos, pero sí podremos vencerlos. Con la fuerza de Dios. Mirando a María: a esa Madre Dolorosa, nuestra Madre Bendita: ahí está Ella, de pie, junto a la Cruz de su Hijo, hablándonos a cada uno de sus hijos en el fondo de nuestro corazón.

 

 

 

 

“Para un conocimiento de la paz”, libro con prefacio del Papa

Dirigido a especializados en “Ciencias de la Paz”

septiembre 15, 2020 14:33

Papa Francisco

(zenit – 15 sept. 2020).- La Librería Editora Vaticana ha publicado recientemente el libro Para un conocimiento de la paz, con prefacio del Papa Francisco, según informa Vatican News.

En el texto redactado por el Santo Padre, se dirige en particular a los jóvenes que pretenden especializarse en “Ciencias de la Paz”: el gusto por el estudio, dice el Pontífice, debe ir acompañado de un corazón inspirado en el Evangelio, capaz de compartir las esperanzas y las ansiedades de los hombres y mujeres de hoy.

Francisco señala la necesidad de “hombres y mujeres, bien preparados, equipados con todas las herramientas necesarias para leer e interpretar las dinámicas sociales, económicas y políticas de nuestro tiempo”.

Y para ello, indica que “comprometerse en estos caminos de formación puede ser una ayuda válida para que muchos jóvenes descubran que ‘la vocación laical es ante todo caridad en la familia y caridad social o política: es un compromiso concreto a partir de la fe para la construcción de una nueva sociedad, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas exigencias, hacer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo’”.

En el libro, se incluyen algunas contribuciones, como un documento de Mons. Paul Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados, y del cardenal Renato Raffaele Martino, presidente emérito del Consejo Pontificio de Justicia y Paz y presidente emérito del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes.

A continuación, ofrecemos el texto completo escrito por el Santo Padre, publicado en Vatican News.

 

Prólogo del Papa Francisco

“El cambio de época que la humanidad está experimentando está conformado por lo que he denominado repetidamente como ‘una tercera guerra mundial a pedazos’. Sabemos bien cuánto el miedo a una guerra mundial, capaz de destruir a toda la humanidad, ha marcado nuestro pasado reciente. San Juan XXIII dedicó su última Encíclica, dirigiéndola a todos los hombres de buena voluntad, al tema de la paz. (Carta Enc. Pacem in Terris, 11 de abril de 1963). Y cómo no recordar el sincero llamamiento de San Pablo VI a la Asamblea de las Naciones Unidas: ‘Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más…’ (4 octubre 1965).

Lamentablemente, debemos señalar que hoy en día el mundo sigue inmerso en un clima de guerra y violencia mutua: esta dolorosa realidad no sólo exige que mantengamos vivo el llamamiento a la paz, sino que casi nos obliga a hacernos preguntas decisivas.

¿Por qué en un mundo en el que la globalización ha derribado tantas fronteras, en el que todos -se dice- estamos interconectados, seguimos practicando la violencia en las relaciones entre los individuos y las comunidades?

¿Por qué los que son diferentes a nosotros a menudo nos asustan tanto, como para hacernos asumir un comportamiento de defensa y sospecha que con demasiada frecuencia se convierte en agresión hostil?

¿Por qué los gobiernos de los Estados creen que el despliegue de su fuerza, incluso con actos de guerra, puede darles mayor credibilidad a los ojos de sus ciudadanos y aumentar el consenso del que gozan?

Estas y otras preguntas no pueden ser respondidas de manera general y apresurada. Se necesita un compromiso de estudio, también es necesario invertir en la investigación científica y en la formación de las jóvenes generaciones. Por estas razones consideré necesario establecer en la Pontificia Universidad Lateranense un Ciclo de Estudios en Ciencias de la Paz, basado en la convicción de que la Iglesia está llamada a comprometerse en ‘la solución de los problemas relativos a la paz, la armonía, el medio ambiente, la defensa de la vida y los derechos humanos y civiles’. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 65).

En tal compromiso ‘el mundo universitario tiene un papel central, un lugar que simboliza ese humanismo integral que necesita renovarse y enriquecerse continuamente, para que pueda producir la valiente renovación cultural que exige el momento actual’. Este desafío también interpela a la Iglesia que, con su red mundial de universidades eclesiásticas, puede ‘aportar la decisiva contribución de la levadura, la sal y la luz del Evangelio de Jesucristo y de la Tradición viva de la Iglesia siempre abierta a nuevos escenarios y nuevas propuestas’, como recordé recientemente al reformar el sistema de estudios académicos en las instituciones eclesiásticas. (Cf. Constitución Apostólica Veritatis Gaudium, 2). Esto ciertamente no significa alterar el sentido institucional y las tradiciones consolidadas de nuestras realidades académicas, sino más bien orientar su función en la perspectiva de una Iglesia más marcadamente ‘en salida’ y misionera. De hecho, es posible hacer frente a los desafíos del mundo contemporáneo con una capacidad de respuesta adecuada en cuanto al contenido y compatible en cuanto al lenguaje, en primer lugar dirigiéndose a las nuevas generaciones. (Carta al cardenal De Donatis con motivo del establecimiento del nuevo curso de estudios en ‘Ciencias de la Paz’, 12 de noviembre de 2018).

Este volumen ofrece una primera visión general de algunos de los centros de interés de esta nueva empresa académica. Es necesariamente interdisciplinario y expresa un diálogo fructífero entre la filosofía, la teología, el derecho y la historia. Confío en que una profundización rigurosa de estas líneas de investigación, alimentada también por las aportaciones de las ciencias humanas, fomentará el crecimiento de un ‘conocimiento de la paz’ para formar a pacificadores verdaderamente valiosos, dispuestos a ponerse en juego en los más diversos ámbitos de la vida de nuestras sociedades.

Quisiera subrayar que un buen trabajador por la paz debe ser capaz de madurar una mirada al mundo y a la historia que no caiga en un ‘exceso de diagnóstico’, que no siempre va acompañado de propuestas resolutivas y realmente aplicables. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 50). Se trata, de hecho, de ir más allá de un enfoque puramente sociológico que pretende abarcar la totalidad de la realidad de manera neutral y aséptica. Quienes deseen convertirse en expertos en Ciencias de la Paz deben aprender a estar atentos a los signos de los tiempos: el gusto por la investigación y el estudio científico debe ir acompañado de un corazón capaz de compartir ‘las alegrías y las esperanzas, las penas y las angustias de los hombres de hoy’ (Conc. Ecum. Vat. II, Const. Gaudium et Spes, 1) para saber hacer un verdadero discernimiento evangélico.

Realmente necesitamos hombres y mujeres, bien preparados, equipados con todas las herramientas necesarias para leer e interpretar las dinámicas sociales, económicas y políticas de nuestro tiempo. Comprometerse en estos caminos de formación puede ser una ayuda válida para que muchos jóvenes descubran que ‘la vocación laical es ante todo caridad en la familia y caridad social o política: es un compromiso concreto a partir de la fe para la construcción de una nueva sociedad, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas exigencias, hacer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo’. (Postsin. ap. exhortación Christus vivit, 168).

Agradezco al profesor Marengo, que ha editado este volumen, así como a los relatores cuyas aportaciones abren el camino para la maduración de este campo indispensable de la investigación científica, destinado a alimentar prácticas de paz y armonía entre los hombres y los pueblos”.

 

Francisco

 

 

 

 

Salvador: Condenado el excoronel Montano por la masacre de las Fuerzas Armadas

En 1989, en la Universidad Centroamericana

septiembre 15, 2020 18:10

Justicia y Paz

(zenit – 15 sept. 2020).- La Audiencia Nacional de Madrid ha condenado a 133 años de cárcel al excoronel Inocente Orlando Montano Morales, como uno de los responsables de la masacre cometida por las Fuerzas Armadas salvadoreñas en el campus de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), el 16 de noviembre de 1989.

En San Salvador, la noche del 16 de noviembre de 1989, un equipo militar entró en la casa de los jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA) y mató a seis religiosos y dos mujeres que colaboraban con ellos en la casa: Ignacio Ellacuria, rector, filósofo y teólogo, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López, Elba Ramos y su hija Celina. Un acto que marcó por siempre a la UCA, al Salvador y al mundo entero.

Montano también ha sido declarado culpable del homicidio del jesuita salvadoreño Joaquín López, la cocinera Julia Ramos y su hija Celina, ocurrido en la misma circunstancia, pero no puede ser condenado por estos últimos delitos, ya que no entran dentro de la extradición del imputado, otorgada en 2017 por Estados Unidos.

 

Sentencia

La resolución de la Audiencia analiza el contexto en el que se produjeron los hechos: el protagonismo de la Iglesia, y de Ignacio Ellacuría en particular, en la búsqueda de una salida negociada al conflicto salvadoreño, los enemigos que ese proceso tenía en las fuerzas armadas y los precedentes —amenazas, registros, atentados— que se habían producido…

La sentencia relata la reunión de oficiales, entre los que se encontraba Montano, en la que se ordenó matar a Ellacuría y no dejar testigos, así como los hechos de la noche del crimen.

La sentencia argumenta que los asesinatos fueron cometidos desde los propios aparatos del Estado, “lo que comúnmente viene a denominarse como ‘terrorismo desde el estado’ que se fragua y desarrolla en determinados núcleos decisivos de poder”. En los hechos participó un grupo estable y permanente, que desde las más altas estructuras del poder en el Salvador y compuesto por el propio presidente de la República utilizaron la violencia y cometieron graves delitos, que causaron alarma y alteraron gravemente la paz y la convivencia ciudadana, cercenando el camino hacia el diálogo y la paz.

 

Satisfacción y perdón

El provincial de la Compañía de Jesús en España, Antonio España, ha mostrado su satisfacción porque “el principio de Justicia Universal, aplicado en España, haya servido para avalar jurídicamente la verdad”. También señala que la sentencia no agota las responsabilidades, y muestra su deseo de que la sentencia propicie avances en este sentido en el propio El Salvador. También recuerda que los jesuitas han expresado su disposición a perdonar a los autores.

La Universidad Centroamericana, por su parte, ha declarado que la sentencia ayudara “tanto a la conciencia nacional como al sistema judicial salvadoreño a dar pasos reales en favor de la verdad y la justicia, no solo en el denominado caso jesuitas, también en todos los casos pendientes de graves violaciones a los Derechos Humanos”.

 

 

 

 

España: El cuidado de la creación en la archidiócesis de Madrid

Placas solares, huertos y formación

septiembre 15, 2020 13:19

Ecología
Iglesia Local

(zenit – 15 sept. 2020).- Impulsadas por la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco, son muchas las parroquias y las instituciones religiosas de la archidiócesis de Madrid, España, que se han puesto manos a la obra para promover una conciencia ecológica y actuar, como dice el Papa, “concretamente donde sea posible”.

Tal y como informa la propia archidiócesis en una nota, la parroquia Virgen del Camino, en el municipio de Collado Villalba, preparó durante tiempo un proyecto de eficiencia energética que se hizo realidad el pasado 24 de marzo, en pleno Estado de alarma, cuando se terminaron de colocar 48 placas solares en la cubierta del templo.

 

Placas solares en la parroquia

La máxima producción de estas placas es de 13 kilovatios (kW) de potencia en condiciones óptimas, esto es, a pleno sol. Según el párroco Roberto Rey, con estos paneles se da respuesta a tres vertientes. La primera, ecológica: “Usamos una energía limpia que no contamina; de hecho, en la factura mensual viene especificado el número de árboles que hemos plantado [el primer año, la compañía calcula más de 600] y de dióxido de carbono que se ha evitado [13,5 toneladas estimadas al año]”.

La segunda es caritativa, pues la energía sobrante, en virtud de la normativa de autoconsumo fotovoltaico, se puede compartir con viviendas situadas en un radio de 500 metros. “Justo frente a la parroquia tenemos un grupo de familias beneficiarias de Cáritas que viven en situación de pobreza energética”, por lo que esa bolsa de kW no consumidos tienen ya destinatario.

 

Ayuda al comedor social

La tercera es particular. No solo están ahorrando unos 600 euros al mes en la factura de la luz, sino que además se cubren los gastos del comedor social de la parroquia: “La hora de la comida es cuando más luz hay, por lo tanto, máxima producción de energía, y como la primera que se consume es la fotovoltaica antes que la de la red, nos estamos ahorrando los costes de las gavetas para mantener la comida caliente, las luces, la nevera, el lavaplatos…”.

Ante todo ello, el párroco sostiene que “cumpliendo la ley de Dios y el mandato bíblico, cuidando la casa común, se ayuda a los feligreses en situación de pobreza energética, al medio ambiente, y además sale más barato. La creación es agradecida y te devuelve el beneficio”.

 

Grupo de Ecología

En la parroquia Nuestra Señora del Valle, en el barrio de Pacífico, se creó hace un año un Grupo de Ecología que surgió del estudio de Laudato si’ en los equipos de formación permanente.

“Fue creándose en nosotros una conciencia de conversión ecológica y surgieron ideas prácticas”, afirma  José Luis Hernando, uno de los miembros de estos grupos.

De este modo, instalaron contenedores de reciclaje de tapones, gafas y móviles viejos; se comenzó a trabajar con los niños en las catequesis en esta conciencia ecológica; y se asumieron medidas “sencillitas, porque lo que funciona es una suma de cosas pequeñas”, como usar detergente a granel o emplear los menos plásticos posibles.

 

Pantallas de protección en el futuro

Entre los planes de futuro del grupo se encuentra el de instalar pantallas de proyección en el templo para eliminar el papel de los cantos del coro.

Este despertar de la conciencia a la necesidad del cuidado de la creación ha planteado un reto al Grupo de Ecología de la parroquia: “Tenemos que cambiar nuestra forma de vida, marcada ahora por las prisas, el consumismo… Pararnos y pensar que lo que queremos es ser felices al abrigo de la fe. La clave está en disfrutar de las cosas pequeñas”, indica Hernando.

 

Huerto para acoger a jóvenes migrantes

De acuerdo a la nota de la archidiócesis, el huerto del convento de los capuchinos de El Pardo estuvo más de 35 años en barbecho. En 2013, el Servicio Capuchino para el Desarrollo (Sercade) lo reactivó con el fin de desarrollar el proyecto Huerto Hermana Tierra, cuyo motor es el cuidado de la Tierra y el cuidado de los más débiles.

La iniciativa surgió como una forma de acoger a jóvenes migrantes en situación de exclusión social y ofrecerles un contrato laboral para que se forjen un futuro. “Se trata de darles formación y estabilidad personal para que cuando salgan del proyecto y se enfrenten al mercado laboral tengan herramientas”, relata Inmaculada Martín, la responsable.

 

Cuidado del huerto

En la actualidad trabajan en él tres chicos, que se suman a los siete que han pasado por el huerto a lo largo de estos años: “Todos, migrantes subsaharianos a los que ya hacíamos acompañamiento previo en Sercade”, expone Martín.

Allí cuidan un huerto plantado en una hectárea y media de terreno en el que se cultivan durante todo el año, tanto en invierno como en verano, todo tipo de verduras y hortalizas: pimientos, acelgas, espinacas, brócoli, calabaza…

También algunas frutas, “ahora tenemos melones, sandías y 12 árboles frutales, aunque estos cuestan más porque nuestro rebaño de ovejas [que también tienen uno] se los comen”, indica la responsable.

 

Técnicas agrícolas sostenibles

Además, todo este trabajo se desarrolla mediante técnicas agrícolas sostenibles, sin utilizar productos contaminantes, promocionando la diversidad de cultivos y renunciando a fertilizantes y pesticidas químico-sintéticos, entre otros.

El proyecto se encarga también de enviar quincenal o mensualmente a su bolsa de clientes los pedidos. El excedente o los donativos, puesto que también hay cestas cero, son destinados a familias vulnerables de las Cáritas parroquiales o a comedores sociales.

Las parroquias Santa Cristina o Nuestra Señora de Las Rosas también cuentan con un huerto ecológico propio, y en San Germán se creó este verano un Grupo de Ecología para fomentar el respeto de la biodiversidad.

 

Tiempo de la Creación en la diócesis

Son todas ellas iniciativas que adquieren especial relevancia este mes, cuando en el mundo entero, y por parte de diversas confesiones cristianas, se celebra la iniciativa de oración y cuidado del planeta, el Tiempo de la Creación.

En la arquidiócesis de Madrid, el acto central se desarrolló el pasado sábado, 12 de septiembre, que tuvo lugar una jornada de oración católica-ortodoxa online presidida por el arzobispo y cardenal Carlos Osoro, el metropolita monseñor Policarpo, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, y monseñor Timotei, obispo ortodoxo rumano.

 

 

 

 

Farmacia Vaticana: Inauguración de sus locales remodelados

Aportar un servicio “más cercano y humano”

septiembre 15, 2020 14:48

Ciudad del Vaticano

(zenit – 15 sept. 2020)-. En la mañana del ayer, lunes 14 de septiembre de 2020, tuvo lugar la inauguración oficial de los locales remodelados de la Farmacia Vaticana, informa L’Osservatore Romano.

Esta ceremonia se llevó a cabo en presencia del cardenal Giuseppe Bertello, presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Después de siete meses de venta en unas instalaciones temporales, el local renovado de la Farmacia Vaticana reabrió el pasado 3 de agosto.

 

La farmacia del Papa

En el afán de dar un servicio “más cercano y humano, que incluye también la escucha, hemos trabajado en la ampliación de los locales de venta, para que sean cómodos para todos, y hemos tratado de reducir a la mitad el tiempo de entrega de los medicamentos, para poder hablar con estas personas, asesorarlas y comprender lo que necesitan”, declara a Vatican News fray Binish Thomas Mulackal, director de la Farmacia Vaticana.

Las enseñanzas del Papa Francisco son muy importantes para los farmacéuticos en su trabajo diario: “Esta es la farmacia del Papa” y “todos estamos a su servicio”, explica el hermano Mulackal.

“El Pontífice siempre nos invita a estar atentos a las necesidades de nuestro prójimo, especialmente si está enfermo o necesitado, y nos sentimos muy cerca de esta misión. Dar la medicina en los momentos adecuados, para que los que sufren puedan tener la cura, escuchar a los que nos piden ayuda con una sonrisa, esto significa cercanía a nuestro hermano”, añade.

 

Tecnología moderna

La tecnología moderna también puede ser muy útil: “Tratamos de eliminar en lo posible el tiempo de espera a través de los tickets”, apunta.

También han mejorado el sitio web de la Farmacia Vaticana, de manera que si se encargan medicamentos, “no es necesario llamar o venir aquí para saber si han llegado”, basta con consultarlo “a través de un código especial que puede ver directamente en la web desde su casa”, remarca el director.

 

 

 

 

Instituto Católico de Fundraising: Cómo “salvar” a la Iglesia de la bancarrota

Tras la crisis de COVID-19

septiembre 15, 2020 11:51

Iglesia y Mundo

(zenit – 15 sept. 2020).- El “gurú del fundraising católico”, Juan Uribe Arbeláez, presidente del Instituto de Fundraising Católico (IFC) analiza en un webinar de cuarenta minutos la preocupante situación económica de la Iglesia Católica y propone acciones concretas para “salvar” a la Iglesia de la bancarrota.

Tras el confinamiento por la pandemia de COVID-19, las finanzas del Vaticano, de las conferencias episcopales, arquidiócesis, diócesis, parroquias, congregaciones religiosas y demás entidades vinculadas a la Iglesia Católica se han visto terriblemente afectadas.

 

10 pasos para modernizarse

Estas medidas se resumen, efectivamente en 10 pasos para modernizar el fundraising (recaudación de fondos) de la Iglesia en cualquiera de los niveles (parroquial, diocesano, nacional, institucional…).

Entre las acciones que propone el seminario online, se encuentran la capacitación en fundraising, construir bases de datos, adaptar las páginas web, crear formularios adecuados, crear páginas que conviertan usuarios en donantes (landing pages) y hacer campañas de e-mailing para donativos y de redes sociales.

Este webinar puede ser consultado gratuitamente en cualquier momento, a través de los pasos indicados en este enlace.

 

Juan Uribe Arbelaez

Es licenciado en empresariales, con estudios superiores en Finanzas Avanzadas, Derecho y Fundraising. Su trayectoria en banca, bolsa de valores y empresas privadas, le ha permitido conocer con detalle el mundo del marketing empresarial y financiero, aplicando esta experiencia al complejo mundo del fundraising religioso.

Uribe es considerado el principal gurú en la consecución de fondos para las entidades vinculadas a la Iglesia Católica. Lleva más de 20 años aplicando una captación de fondos profesional y sistemática en todas las organizaciones vinculadas a la Iglesia.

La consultoría de Juan Uribe ha permitido aumentar considerablemente los donativos para instituciones eclesiales, ayudándoles a consolidar toda la estrategia de recaudación de fondos.

 

Instituto de Fundraising Católico

Nace para ser un referente en la investigación y aplicación de estrategias profesionales para la recaudación de fondos en entidades vinculadas a la Iglesia Católica.

El objetivo del Instituto de Fundraising Católico es desarrollar una captación de fondos profesional en las obras de la Iglesia, para que estas dispongan de una economía vigorosa que les permita, desde sus propios carismas, cumplir la misión para la cual existen.

 

 

 

 

Estados Unidos: Contribuciones de hispanos y latinos a la Iglesia

Expuestas por los obispos

septiembre 15, 2020 18:07

Iglesia Local

(zenit – 15 sept. 2020)-. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), ha emitido una reflexión sobre las contribuciones y el liderazgo de los Hispanos en la Iglesia estadounidense, Con motivo del Mes de la Herencia Hispana, celebrado del 15 de septiembre al 15 de octubre.

En una nota difundida el 14 de septiembre y firmada por monseñor Arturo Cepeda, obispo auxiliar de Detroit y presidente del Subcomité de Asuntos Hispanos de la USCCB, indica que “tanto la Iglesia Católica como la sociedad estadounidense deben reconocer las contribuciones históricas y actuales del liderazgo hispano y latino en todas las esferas de la Iglesia y la sociedad”.

 

V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana

De acuerdo al texto, este año, el Mes de la Herencia Hispana es especialmente significativo debido a que la Iglesia Católica en Estados Unidos “está cosechando los frutos de un proceso de cuatro años llamado V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina”.

El objetivo principal del V Encuentro ha sido “discernir formas en las que la Iglesia en Estados Unidos pueda responder mejor a la presencia hispana/latina, y fortalecer las formas en que los hispanos/latinos responden al llamado a la Nueva Evangelización como discípulos misioneros al servicio de toda la Iglesia y la sociedad”.

Tanto este Encuentro como los cuatro anteriores han reconocido “cómo los hispanos/latinos se han entretejido en las fibras de la Iglesia y la sociedad en Estados Unidos durante muchas generaciones”.

 

Aumento de los católicos hispanos

Durante la preparación del proceso del V Encuentro y durante su ejecución, se realizó y complementó una investigación demográfica sobre la presencia de latinos en la Iglesia y en la sociedad estadounidense.

La nota señala que “algunos de los hallazgos incluyen el hecho de que entre los años 1990 y 2016, la población católica hispana/latina de Estados Unidos aumentó en aproximadamente 13,7 millones, mientras que la población católica global de este país solo aumentó en aproximadamente 3,6 millones”.

 

Factor determinante del crecimiento de la Iglesia

Esto demuestra que los hispanos constituyen un factor determinante en el crecimiento de la Iglesia Católica en Estados Unidos durante las últimas tres décadas. “Un hallazgo adicional fue que el porcentaje de hispanos/latinos en EE.UU. que eran católicos en Estados Unidos en 2016 era del 52%, y poco más de la mitad de los católicos menores de 50 años eran hispanos/latinos. Estas y otras estadísticas se incluyen en el informe de investigación demográfica y el kit de medios de comunicación del V Encuentro”, describe el documento.

El obispo auxiliar de Detroit declaró también que “mientras que el proceso formal del V Encuentro avanza en su fase de implementación, está claro que las numerosas iniciativas que emanan de él muestran el entusiasmo y la vitalidad de la Iglesia”.

 

Evento nacional online

De este modo, el Subcomité de Asuntos Hispanos de la USCCB llevará a cabo un evento nacional del V Encuentro en forma virtual el 9 y 10 de octubre. “Esperamos que este evento ayude a los participantes a visualizar el futuro de la pastoral hispana/latina tanto a nivel local y nacional, como en el liderazgo y participación hispana dentro de sus organizaciones”, manifestó Mons. Cepeda en este sentido.

“También celebraremos y nos regocijaremos en los frutos del V Encuentro y nuestra fe católica al ser enviados, una vez más, como discípulos misioneros gozosos”, agrega.

 

Ayuda a diócesis, parroquias y organizaciónes

Esta reunión virtual está diseñada para ayudar a las diócesis, parroquias y organizaciones católicas a llevar a casa los hallazgos del V Encuentro y a identificar, crear o afinar sus respuestas pastorales a nivel local.

Las continuas limitaciones sanitarias y económicas generadas por la pandemia de COVID-19 impidieron que numerosas diócesis y regiones se reunieran en persona para completar el proceso del V Encuentro, como se planteó originalmente.

 

Fe y compromiso de los hispanos y latinos

“El proceso del V Encuentro ha demostrado la profunda fe y el compromiso de los hispanos y latinos con la Iglesia. Al mismo tiempo, ha demostrado su espíritu emprendedor, una profunda conciencia y preocupación por las carencias sociales de nuestra sociedad, así como su fuerte compromiso con la justicia social, incluyendo una amplia gama de temas en defensa de la vida y la dignidad de la persona humana”, aclaró el presidente del Subcomité de Asuntos Hispanos.

“Los hispanos, y en particular los hispanos católicos, están decididos a ser parte de la solución a la realidad actual: la pandemia de COVID-19, el llamado a la justicia racial y el impacto continuo del cambio climático global”, apuntó.

La nota concluye describiendo que, a nivel nacional, las prioridades en esta comunidad incluyen el desarrollo del liderazgo, particularmente de los jóvenes adultos hispanos/latinos; un enfoque en el fortalecimiento del matrimonio y la vida familiar; la evangelización y la catequesis con un fuerte componente bíblico; el discernimiento vocacional; y el logro educativo y la generación de respuestas a los desafíos pastorales generados por la pandemia de COVID-19, que ha afectado de manera desproporcionada a personas de color, en particular a afroamericanos y latinos.

 

 

 

 

México: El Papa acepta la renuncia del obispo de Ciudad Obregón

Mons. Pozos Lorenzini, nombrado nuevo obispo

septiembre 15, 2020 13:57

Iglesia Local

(zenit – 15 sept. 2020)-. El Papa Francisco ha aceptado la renuncia del obispo de la diócesis de Ciudad Obregón, México, presentada por Mons. Felipe Padilla Cardona, informa hoy, 15 de septiembre de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Asimismo, el Santo Padre ha nombrado obispo de Ciudad Obregón a Mons. Rutilo Felipe Pozos Lorenzini, hasta ahora obispo titular de Satafis y auxiliar de Puebla.

Mons. Felipe Padilla Cardona renuncia por motivo de edad, ya que el 1 de mayo de 2020 cumplió 75 años, edad canónica para solicitarla al Papa Francisco.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ha anunciado también la aceptación de la renuncia y el nombramiento de Francisco en una nota, manifestando: “Nos unimos en alegría y oración con la Iglesia que peregrina en la diócesis de Ciudad Obregón y deseamos a Mons. Rutilo Felipe Pozos Lorenzini, un fecundo desempeño en su nueva encomienda Episcopal que el Señor le ha confiado”.

 

Monseñor Pozos Lorenzini

Nació en la ciudad de Rancho San Diego, archidiócesis metropolitana de Puebla, el 15 de febrero de 1967. Estudió en el Seminario Mayor Palafoxiano de Puebla y recibió la ordenación sacerdotal en 1993, incardinado en la archidiócesis metropolitana de Puebla.

Obtuvo la Licenciatura en Espiritualidad y el Diploma de Formador de Seminarios en la Pontificia Universidad Gregoriana.

 

Encargos pastorales

Como sacerdote ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial, asistente diocesano para la catequesis y la pastoral familiar, presidente de la Comisión Diocesana de Ministerios, profesor y rector del Seminario Mayor Palafoxiano de Puebla.

El 6 de diciembre de 2013 fue nombrado obispo titular de Satafis y auxiliar de Puebla y recibió la ordenación episcopal el 3 de marzo de 2014.

El prelado forma parte del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Mexicana en representación de la provincia eclesiástica de Puebla.

 

 

 

 

Evangelio del 20 de septiembre: Reflexión del padre Antonio Rivero

“La lógica de Dios no es nuestra lógica”

septiembre 15, 2020 10:10

Espiritualidad

(zenit – 15 sept. 2020).- Comentario del Evangelio del domingo, 20 de septiembre de 2020, Domingo XXV del Tiempo Ordinario, escrito por el padre Antonio Rivero L.C. En su columna, el sacerdote nos plantea: “¿Qué lógica sigo en mi vida: la de Dios o la del mundo?”.

 

Textos: Is 55, 6-9; Filipenses 1, 20-24.27; Mt 20, 1-16

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: La lógica de Dios no es nuestra lógica. La lógica de Dios es la misericordia. La lógica humana es “a tanto la hora”.

Resumen del mensaje: La salvación no se le dará al hombre en concepto de contrato bilateral, de justicia legal, sino de misericordia y amor de Dios. Que, para méritos, ahí están los de Jesucristo. Cierto, el hombre tiene que colaborar. No seguimos al protestante Lutero en esto.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, los legalistas y fariseos gritan hoy a Dios: “¡Injusto! Nosotros merecemos más que los que trabajaron menos horas… con gente como tú incitamos a la lucha de clases, a la expansión universal del marxismo socialista y comunista, y a reventar el odre que, como el odre del mítico Eolo en el Tirreno, contiene los vientos de todas las tempestades sociales y políticas”. Le echan en cara que fue justo en la justicia conmutativa y legal, pero no en la distributiva ni la social. “Proceder así, Dios, es lo mejor para provocar lo peor”. La parábola iba para los judíos, que como pueblo elegido de Dios parecían los “titulares” de la promesa, mientras que otros no judíos, los paganos, que podemos considerar como los “suplentes”, no deberían tener derecho a recibir la misma recompensa que ellos. Pero también a nosotros se nos puede aplicar la misma lección. Los sacerdotes, religiosos y gente comprometida con la pastoral diocesana o parroquial podemos tener la tentación de creernos más acreedores del premio que los laicos de a pie.

En segundo lugar, Cristo por su parte grita hoy a los legalistas y fariseos: “¿Por qué tenéis envidia porque yo soy bueno, incluso con aquellos que vosotros creéis que no lo merecen?”. Jesús nos da, no una lección de justicia salarial –el dueño de la viña paga a todos lo justo-, sino de la generosidad que tiene Dios, que admite como jornaleros a los que se presentan sólo a última hora, sin dar demasiada importancia a este retraso, y luego paga a los últimos más de lo que les tocaría en rigor con la lógica humana. Dios no premia sólo conforme a nuestros méritos, señores legalistas, sino según su bondad. La salvación de Dios es siempre gratuita. Este evangelio no es un evangelio social, porque ni es la noticia de un conflicto laboral ni la negativa a una reivindicación salarial ni la denuncia o la defensa de una arbitrariedad patronal, sino un tratado de soteriología, o economía de la salvación, en forma de parábola: “Dios salva a los hombres no tanto por justicia (tanto hiciste, tanto mereces), sino de misericordia (que es amor)”. El que intenta salvarse es el hombre, pero quien efectivamente salva es Dios. Si no fuera así, las relaciones del hombre con Dios serían mercantiles: se salva el cumplidor.

Finalmente, y nosotros, ¿qué gritamos hoy a Cristo? “Señor, danos un corazón como el tuyo para que aprendamos a ser bondadosos de corazón en nuestra relación con los demás”.  La cuestión es si tenemos buen corazón o no. Somos a veces tacaños, de corazón mezquino, calculadores en nuestra relación con Dios y con los hermanos. Solemos llevar una contabilidad de las horas que trabajamos para Dios, como siguiendo las pautas de un contrato laboral, y después le pedimos cuentas a Dios y nos creemos con derecho al premio o a la paga. No proyectemos sobre Dios nuestros cálculos y nuestras medidas. No metamos a Dios dentro de nuestras humanas calculadoras y ordenadores. Al contrario, aprendamos de Él a ser misericordiosos y generosos con aquellos que no lo merecen, según nuestra opinión. Ah, si Dios llevara contabilidad de nuestras faltas, no pensaríamos así, como esos legalistas del evangelio.

Para reflexionar: ¿Somos propensos a los celos y a la envidia? ¿Estamos dispuestos a alabar los buenos resultados de los demás, a alegrarnos de las cualidades que otros tienen? ¿Somos cristianos a sueldo, o trabajamos sólo tratando de alegrar a Dios? ¿Consideramos la salvación como un contrato bilateral, de justicia legal, o como gracia?

Para rezar: Señor, que comprenda tu lógica divina, que es la de la misericordia. Quita de mi pecho el corazón de piedra y justiciero, y dame un corazón abierto a tu lógica para que pueda alegrarme ante el bien que les concedes a mis hermanos, incluso a aquellos que según yo no merecen. Y ayúdame a trabajar en tu viña con amor y por amor, y no por interés mercantil, sólo para alegrarte a ti, y eso me basta. Amén.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

 

San Juan Macías, 16 de septiembre

Considerado el padre de los pobres

septiembre 15, 2020 09:00

Testimonios

 

“Este extremeño es considerado el padre de los pobres y ‘ladrón’ del purgatorio. Desempeñó su admirable acción caritativa en Lima como limosnero y portero del convento de los dominicos”

Nació en Ribera del Fresno, Badajoz, España, el 2 de marzo de 1585. Huérfano de padre y madre a los 4 años, se crió junto a unos tíos. Ella ya le había legado su mejor patrimonio enseñándole a rezar las primeras oraciones. Pasó la infancia cuidando el rebaño de un rico hacendado, dejándose arrebatar por la belleza del entorno en el que percibía la presencia de Dios. Los olivos daban cobijo a sus ardientes plegarias elevadas a la Virgen mientras desgranaba las cuentas del rosario. América era una voz que llamaba no solo a los intrépidos conquistadores extremeños, sino también a los misioneros. Y Juan sentía correr por sus venas esa vocación. Uno de esos días en los que trabajaba como pastor, un niño que decía llamarse Juan Evangelista había sembrado este afán en su corazón, diciéndole: “Téngote que llevar a unas tierras muy remotas y lejanas”, y desde ese instante se dispuso interiormente a cumplir la voluntad divina. A los 20 años evocando este hecho singular, aunque ignoraba el alcance sobrenatural de esta visita, dejó a sus parientes.

Durante diecinueve años trabajó como agricultor en distintos puntos del Sur de España. Era un emigrante que buscaba serenamente ese lugar que Dios había destinado para él, mientras seguía rezando el Santo Rosario y dando testimonio a todos con su humildad, sencillez, generosidad y alegría; repartía entre los pobres casi todas las ganancias. Juan Evangelista continuaba siendo su ángel de la guarda particular y en Sevilla le rescató de ciertos peligros en los que pudo haber quedado atrapado debido a su ingenuidad. Partió a Jerez de la Frontera y trabó contacto con los dominicos quienes le invitaron a unirse a la comunidad. Pero él, que tenía singulares experiencias místicas, con toda rotundidad decía: “No está de Dios que yo lo sea aquí”. En esta ciudad gaditana, en la que ya había dejado la huella de su caridad, entró al servicio de un adinerado marinero, y en 1619 desde Sanlúcar se embarcó con él al Nuevo Mundo.

Al llegar a Cartagena de Indias el armador le dio su salario, pero le abandonó a su suerte. Juan era un iletrado, y dado que no sabía ni leer ni escribir, ya no le servía para los negocios. Al verse desamparado, oró ante una imagen de María en la Iglesia de los dominicos. Y al día siguiente, después de haber constatado por sí mismo el trato ignominioso que recibían los esclavos y de sentir indecible compasión por ellos, buscó trabajo en el puerto. Después, viajó por Perú, pasando por Pasto y Quito, hasta que llegó a Lima en 1620, tras un viaje efectuado a pie y en mula de varios meses de duración. Le sostuvo la Eucaristía y el rezo diario del rosario. Lo primero que hizo fue buscar a los dominicos. Fray Martín de Porres le franqueó la entrada. Era el primer encuentro de dos santos que siguieron caminos casi paralelos. Durante un tiempo, Juan trabajó al servicio de un ganadero como pastor siempre sin dejar de rezar el rosario; solía pedir por los difuntos; por eso se le llama “el ladrón del purgatorio”. Un día Juan Evangelista le dijo: “Tu puesto no es el de pastor. Vete al convento de la Magdalena, de la Orden de Predicadores, y pide el hábito de hermano”.

Inserto como hermano lego en la comunidad de los dominicos de Santa María Magdalena, tomó los hábitos en 1622. Espiritualmente fue probado con diversas tentaciones. Defectos como la soberbia, la vanidad, acusaciones acerca de la intencionalidad que le guiaba a vivir en el convento (le acusaban de perseguir su comodidad), incitaciones contra la castidad, visión de los placeres que le aguardaban fuera…, todo ello pugnaba por apoderarse de su mente conminándole a abandonar su vocación. La gracia de Cristo le ayudó a purificarse fortaleciendo una decisión que emprendió en acto de fe y que no hizo sino robustecerse. Designado portero conventual, tuvo como guía a fray Pablo de la Caridad. Y de ese lugar recoleto hizo un paraíso particular para los pobres, los explotados y oprimidos, los enfermos, los abandonados, los que precisaban consuelo… Todos los que acudían allí hallaban lo preciso en este hombre humilde y desprendido, que pasaba las noches en oración, haciendo penitencia y dando incansables muestras de exquisita caridad, al punto de que grandes personalidades de la nobleza, incluido el virrey de Lima, le confiaban sus cuitas deseosos de recibir sus inspirados consejos. Entregó todo a Cristo, ofreciéndole su tendencia natural a pasar por la vida sin notoriedad alguna, íntimo afán que su pública misión como portero le impedía. Y eso justamente, al exigir de él gran esfuerzo, lo agradecía a Dios.

Cuando manifestó: “El portero de un convento es el espejo de la comunidad. Conforme es el portero, son los religiosos que moran en ella”, sabía bien lo que decía. Las buenas y las pésimas acciones de una sola persona impregnan toda la convivencia y traspasan los muros del recinto. Cada una ha de saber que es testigo para el mundo. Y Juan estaba expuesto a ser examinado por las constantes visitas que recibían los religiosos de la Recoleta, a quienes franqueaba la puerta. Lo que veían en él fácilmente podían atribuirlo al resto de sus hermanos. Por tanto, lo que afirmó era una apreciación religiosa, profunda, que había brotado en su meditación. Iba llegándole el fin, y atrás dejaba también una vida entregada a los pobres en los que reconocía a Cristo; para ellos pidió por las calles de Lima, además de alentarlos en la fe. Su burrito, que había amaestrado, le traía las limosnas que recogía él solo cuando Juan no podía salir. En estos desvalidos pensaban sus hermanos de comunidad cuando vieron que iba helándose su aliento. Ante el comentario de lo que podría ser de ellos con su orfandad, Juan les tranquilizó: “Con que tengan a Dios, sobra todo lo demás”. Fue agraciado, entre otros dones, con el de milagros. Murió el 16 de septiembre de 1645 mientras la comunidad honraba a María con la Salve Regina. Gregorio XVI lo beatificó el 22 de octubre de 1837. Pablo VI lo canonizó el 28 de septiembre de 1975.