Boletín Diario de Zenit


 

 

Servicio diario - 23 de diciembre de 2020


 

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: Reflexiones para “vivir mejor” la Navidad
Gabriel Sales Triguero
Resumen en español

JUSTICIA Y PAZ
ONU: 4 de febrero, Jornada Internacional de la Fraternidad Humana
Anita Bourdin
Aniversario de la declaración de Abu Dhabi

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: “Catequesis sobre la Navidad”
Gabriel Sales Triguero
“Ha nacido el Salvador, que es Cristo el Señor”

AUDIENCIA GENERAL
El Papa invita en Navidad a mirar el pesebre “con corazón de niños”
Gabriel Sales Triguero
Saludo a fieles de lengua española

IGLESIA LOCAL
Nicaragua: Jesuitas denuncian represalias contra Universidad Centroamericana
Cristhian Alvarenga
Recortes presupuestarios

PAPA FRANCISCO
Navidad: Misa del Papa y bendición ‘Urbi et Orbi’ en lengua de signos
Larissa I. López
Siguiendo el llamado de Francisco

IGLESIA Y MUNDO
Uruguay: Suspensión temporal de las celebraciones con fieles
Larissa I. López
Debido a la COVID-19

AUDIENCIA GENERAL
Papa Francisco: Jesús “espera para darte su luz y su paz”
Gabriel Sales Triguero
En Navidad

IGLESIA LOCAL
España: Presentación de la Instrucción pastoral “Un Dios de vivos”
Redacción zenit
Documento de la Conferencia Episcopal

TESTIMONIOS
Causas de los Santos: Vasco de Quiroga, declarado venerable
Larissa I. López
Por el Santo Padre

IGLESIA LOCAL
Chile: El Papa nombra al obispo de Valdivia
Redacción zenit
Mons. Santiago Jaime Silva Retamales

ANÁLISIS
Cardenal Felipe Arizmendi: “Una Navidad diferente”
Felipe Arizmendi Esquivel
Estar más cerca de Dios

ESPIRITUALIDAD
Navidad: Reflexión del P. Antonio Rivero
Antonio Rivero
“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”

TESTIMONIOS
Santa Paola Elisabetta Cerioli, 24 de diciembre
Isabel Orellana Vilches
Fuente de gracia y virtud


 

 

 

Audiencia general: Reflexiones para “vivir mejor” la Navidad

Resumen en español

diciembre 23, 2020 09:54

Audiencia General

(zenit – 23 dic. 2020).- En la audiencia general de esta mañana, con “la celebración de la Navidad a las puertas”, el Papa Francisco ha querido compartir con los fieles de todo el mundo una serie de reflexiones para “vivir mejor el nacimiento del Señor”.

Hoy, 23 de diciembre de 2020, el Santo Padre ha presidido la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, de nuevo sin fieles, como medida de prevención frente a la COVID-19, y ha hecho un paréntesis en el ciclo de catequesis sobre la oración para centrarse en el tema de la Navidad. En sus palabras en español, el Papa ha invitado a imitar a los pastores a la hora de obedecer “al anuncio del ángel” e ir “espiritualmente también nosotros a Belén, donde en la pobreza de una gruta, María dio a luz al Salvador del mundo”.

 

Sentido de la Navidad

El Pontífice ha destacado que actualmente la Navidad es una “fiesta universal” con un “encanto” que también perciben “los que no tienen fe”. Para los cristianos, se trata del “acontecimiento decisivo, que no puede ser confundido con lo que es banal y efímero”.

No se trata, matiza, de una “fiesta sentimental, consumista, llena de regalos, pero vacía de fe”. En esta línea, Francisco indica la necesidad de dejar aparte la “mentalidad mundana, incapaz de entender que la verdad fundamental de nuestra fe es el misterio de Dios que se hizo hombre, en todo igual a nosotros, menos en el pecado”.

 

Invitación litúrgica

El Obispo de Roma explica que la fiesta de la Navidad “nos invita a contemplar, por una parte, el drama del mundo, en el que el hombre herido por el pecado busca misericordia y salvación, y por otra, la bondad de Dios que vino a su encuentro, para hacerlo participar de su amistad y de su vida”.

En este tiempo de sufrimiento e incerteza por causa de la pandemia, concluye, “la presencia de Dios en el niño recién nacido en Belén, indefenso, humilde y pobre, nos libra del sentido de fracaso, de impotencia y de pesimismo que llevamos dentro, y nos descubre el verdadero significado de la existencia humana y de la historia, porque Jesús se revela como luz que disipa las tinieblas y nos abre el horizonte de la alegría y de la esperanza”.

 

 

 

 

ONU: 4 de febrero, Jornada Internacional de la Fraternidad Humana

Aniversario de la declaración de Abu Dhabi

diciembre 23, 2020 10:21

Justicia y Paz

(zenit – 23 dic. 2020)-. “La prensa árabe subraya la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, durante su septuagésimo quinto período de sesiones, en la que se declara la fecha del aniversario de la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana, el 4 de febrero, Jornada Internacional de la Fraternidad Humana”, indica el blog Il Sismografo, de Roma, el martes 22 de diciembre de 2020.

Por consiguiente, las Naciones Unidas invitan a los Estados Miembros y a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de la sociedad civil a celebrarlo el año próximo, el 4 de febrero de 2021.

“Se trata también de movilizar los esfuerzos de la comunidad internacional para promover la cultura de la paz, la integración, la comprensión y la solidaridad en este día cada año”, apunta la misma fuente.

La Asamblea General de las Naciones Unidas informó a los Estados Miembros de los esfuerzos del imán Ahmed al-Tayyeb, jeque de al-Azhar, y del Papa Francisco para “promover el diálogo entre las religiones y las culturas, lo que condujo a la firma de este histórico documento”.

En la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas se afirma que la adopción del 4 de febrero de cada año como Jornada Internacional de la Fraternidad Humana forma “parte de las políticas y resoluciones de la organización internacional en las que se pide el acercamiento de las culturas, la promoción de una cultura de paz, el rechazo de la violencia y el odio y la creencia en la valiosa contribución del diálogo entre las diferentes culturas”.

Las religiones, señala la ONU, “crean conciencia de los valores comunes de todos los seres humanos y un entorno propicio para la paz y el entendimiento entre todas las personas a todos los niveles, local, nacional, regional y mundial”.

“Por su parte, el consejero Mohamed Abdel Salam, secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana, expresó su alegría por esta decisión histórica, que representa un reconocimiento internacional de los esfuerzos de al-Tayyeb y del Papa Francisco y un apoyo a los esfuerzos del Alto Comité para la Fraternidad Humana”, señaló la misma fuente.

Cabe destacar que la declaración también fue firmada posteriormente por representantes del judaísmo y representantes de otras religiones.

 

 

 

 

Audiencia general: “Catequesis sobre la Navidad”

“Ha nacido el Salvador, que es Cristo el Señor”

diciembre 23, 2020 12:45

Audiencia General

(zenit – 23 dic. 2020).- En la audiencia general, el Papa Francisco ha ofrecido algunos “puntos de reflexión en preparación a la celebración de la Navidad”, cuya liturgia nocturna dará a conocer “el anuncio del ángel a los pastores” de que “ha nacido el Salvador, que es Cristo el Señor”.

La audiencia general de hoy, 23 de diciembre de 2020, ha sido emitida desde la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, sin fieles, en prevención frente a la COVID-19. A lo largo de la misma, el Santo Padre ha interrumpido el ciclo de catequesis sobre la oración para centrarse en el tema de la Navidad (Lectura: Lc. 2, 4-7).

 

Verdadero sentido

Recordando que “también nosotros nos movemos espiritualmente hacia Belén” como los pastores, el Papa describe la Navidad como una “fiesta universal” que del mismo modo despierta “fascinación” en los que no creen y resulta “un evento decisivo, un fuego perenne” para los cristianos. Igualmente ha denunciado que la Navidad se confunda con “cosas efímeras” o se reduzca a algo “sentimental o consumista”, abundante en regalos pero “pobre de fe cristiana y también pobre de humanidad”, problema del que ya habló anteriormente. Es necesario, añade, “frenar” esta incapacidad de “captar el núcleo incandescente de nuestra fe” que es Dios hecho hombre.

 

Reflexión

Por otro lado, el Pontífice ha llamado a una reflexión sobre la “dramaticidad de la historia en la cual los hombres” pecadores buscan la verdad, la misericordia y la redención, y también sobre la “bondad de Dios” que nos comunica la “Verdad que salva” y nos hace partícipes “de su amistad y de su vida”, todo sin “mérito nuestro” sino por pura gracia.

Asimismo, ha explicado que Dios no nos mira “desde arriba” ni siente “asco por nuestra miseria”, sino que ha “asumido plenamente nuestra naturaleza”, sin dejar nada fuera “excepto el pecado”. Toda la humanidad, continúa, “está en Él” y esto es “esencial para comprender la fe cristiana”.

La Navidad es como la “fiesta del Amor encarnado” y “nacido por nosotros en Jesucristo”, que es la “luz de los hombres que resplandece en las tinieblas” y da sentido a la “existencia humana y a la historia entera”.

 

Catequesis del pesebre

El Obispo de Roma insiste en otro modo de prepararse para esta fiesta litúrgica: “meditar un poco en silencio delante del pesebre”, que es “una catequesis de esta realidad”, siguiendo la enseñanza de san Francisco de Asís y contemplar la escena como un niño, dejándonos invadir por la “forma maravillosa en la que Dios ha querido venir al mundo”.

Después de pedir la gracia de este misterio, Francisco ha rememorado una conversación que tuvo con unos científicos que le hablaban de los grandes avances de la robótica, tecnología programada para solucionar cualquier situación, menos una: “estos robots no podrán” tener ternura, algo que Dios “nos trae” y de lo que “tenemos mucha necesidad”.

Si la pandemia “nos ha obligado a estar más distantes”, concluye, “Jesús, en el pesebre, nos muestra el camino de la ternura para estar cerca, para ser humanos”.

A continuación, sigue la catequesis completa del Papa Francisco.

***

 

Catequesis sobre la Navidad.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En esta catequesis, en los días previos a la Navidad, quisiera ofrecer algunos puntos de reflexión en preparación a la celebración de la Navidad. En la Liturgia de la Noche resonará el anuncio del ángel a los pastores: “No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2,10-12).

Imitando a los pastores, también nosotros nos movemos espiritualmente hacia Belén, donde María ha dado a luz al Niño en un establo,  “porque —dice San Lucas— no tenían sitio en el alojamiento” (2,7). La Navidad se ha convertido en una fiesta universal, y también quien no cree percibe la fascinación de esta festividad. El cristiano, sin embargo, sabe que la Navidad es un evento decisivo, un fuego perenne que Dios ha encendido en el mundo, y no puede ser confundido con las cosas efímeras. Es importante que no se reduzca a fiesta solamente sentimental o consumista. El domingo pasado llamé la atención sobre este problema, subrayando que el consumismo nos ha secuestrado la Navidad. No: la Navidad no debe reducirse a fiesta solamente sentimental o consumista, rica de regalos y de felicitaciones pero pobre de fe cristiana, y también pobre de humanidad. Por tanto, es necesario frenar una cierta mentalidad mundana, incapaz de captar el núcleo incandescente de nuestra fe, que es este: “Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14). Y esto es el núcleo de la Navidad, es más: es la verdad de la Navidad; no hay otra.

La Navidad nos invita a reflexionar, por una parte, sobre la dramaticidad de la historia, en la cual los hombres, heridos por el pecado, van incesantemente a la búsqueda de verdad, a la búsqueda de misericordia, a la búsqueda de redención; y, por otro lado, sobre la bondad de Dios, que ha venido a nuestro encuentro para comunicarnos la Verdad que salva y hacernos partícipes de su amistad y de su vida. Y este don de gracia: esto es pura gracia, sin mérito nuestro. Hay un Santo Padre que dice: “Pero mirad de este lado, del otro, por allí: buscad el mérito y no encontraréis otra cosa que gracia”. Todo es gracia, un don de gracia. Y este don de gracia lo recibimos a través de la sencillez y la humanidad de la Navidad, y puede quitar de nuestros corazones y de nuestras mentes el pesimismo, que hoy se ha difundido todavía más por la pandemia. Podemos superar ese sentido de pérdida inquietante, no dejarnos abrumar por las derrotas y los fracasos, en la conciencia redescubierta de que ese Niño humilde y pobre, escondido e indefenso, es Dios mismo, hecho hombre por nosotros. El Concilio Vaticano II, en un célebre pasaje de la Constitución sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, nos dice que este evento nos concierne a cada uno de nosotros: “El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado” (Const. past. Gaudium et spes, 22). Pero Jesús nació hace dos mil años, ¿y me concierne a mí? — Sí, te concierne a ti y a mí, a cada uno de nosotros. Jesús es uno de nosotros: Dios, en Jesús, es uno de nosotros.

Esta realidad nos dona tanta alegría y tanta valentía. Dios no nos ha mirado desde arriba, desde lejos, no ha pasado de largo, no ha sentido asco por nuestra miseria, no se ha revestido con un cuerpo aparente, sino que ha asumido plenamente nuestra naturaleza y nuestra condición humana. No ha dejado nada fuera, excepto el pecado: lo único que Él no tiene. Toda la humanidad está en Él. Él ha tomado todo lo que somos, así como somos. Esto es esencial para comprender la fe cristiana. San Agustín, reflexionando sobre su camino de conversión, escribe en sus Confesiones: “Todavía no tenía tanta humildad para poseer a mi Dios, al humilde Jesús, ni conocía las enseñanzas de su debilidad” (Confesiones VII, 8). ¿Y cuál es la debilidad de Jesús? ¡La “debilidad” de Jesús es una “enseñanza”! Porque nos revela el amor de Dios. La Navidad es la fiesta del Amor encarnado, del amor nacido por nosotros en Jesucristo. Jesucristo es la luz de los hombres que resplandece en las tinieblas, que da sentido a la existencia humana y a la historia entera.

Queridos hermanos y hermanas, que estas breves reflexiones nos ayuden a celebrar la Navidad con mayor conciencia. Pero hay otro modo de prepararse, que quiero recordaros a vosotros y a mí, que está al alcance de todos: meditar un poco en silencio delante del pesebre. El pesebre es una catequesis de esta realidad, de lo que se hizo ese año, ese día, que hemos escuchado en el Evangelio. Para esto, el año pasado escribí una Carta, que nos hará bien retomar. Se titula Admirabile signum, “Signo admirable”. Siguiendo las huellas de San Francisco de Asís, nos podemos convertir un poco en niños y permanecer contemplando la escena de la Natividad, y dejar que renazca en nosotros el estupor por la forma “maravillosa” en la que Dios ha querido venir al mundo. Pidamos la gracia del estupor: delante de este misterio, de esta realidad tan tierna, tan bella, tan cerca de nuestros corazones, el Señor nos dé la gracia del estupor, para encontrarlo, para acercarnos a Él, para acercarnos a todos nosotros.

Esto hará renacer en nosotros la ternura. El otro día, hablando con algunos científicos, se hablaba de inteligencia artificial y de los robots… Hay robots programados para todos y para todo, y esto va adelante. Y yo les dije: “¿pero qué es eso que los robots no podrán hacer nunca?”. Ellos han pensado, han hecho propuestas, pero al final quedaron de acuerdo en una cosa: la ternura. Esto los robots no podrán hacerlo. Y esto es lo que nos trae Dios, hoy: una forma maravillosa en la que Dios ha querido venir al mundo, y esto hace renacer en nosotros la ternura, la ternura humana que está cerca a la de Dios. ¡Y hoy necesitamos mucho la ternura, tenemos mucha necesidad de caricias humanas, frente a tantas miserias! Si la pandemia nos ha obligado a estar más distantes, Jesús, en el pesebre, nos muestra el camino de la ternura para estar cerca, para ser humanos. Sigamos este camino. ¡Feliz Navidad!

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

El Papa invita en Navidad a mirar el pesebre “con corazón de niños”

Saludo a fieles de lengua española

diciembre 23, 2020 10:16

Audiencia General

(zenit – 23 dic. 2020).- El Papa Francisco ha animado en esta Navidad a contemplar “con corazón de niños” y “en silencio del orante” el signo “hermoso del pesebre”, y ha pedido al Señor que conceda “acoger con corazón puro y extasiado el modo maravilloso que Dios escogió para venir al mundo”.

El Santo Padre ha rogado a la Virgen y a san José que alcancen del Niño Jesús “la gracia de que renazca en nuestro corazón la ternura, para abrazar con amor a todos, como verdaderos hermanos y hermanas”.

Estas peticiones han sido realizadas por el Papa en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, de España y Latinoamérica, a lo largo de la audiencia general de este miércoles de la cuarta semana de Adviento, en vísperas de la celebración de la Nochebuena.

 

“Vivir mejor” la Navidad

La catequesis de este miércoles ha sido transmitida desde la biblioteca del Palacio Apostólico, sin público, debido a la pandemia de COVID-19. Francisco ha interrumpido la serie dedicada a la oración para abordar el tema de la Navidad.

En ella, el Pontífice ha querido compartir con los fieles de todo el mundo una serie de reflexiones para “vivir mejor el nacimiento del Señor” y ha invitado imitar a los pastores a la hora de obedecer “al anuncio del ángel” e ir “espiritualmente también nosotros a Belén, donde en la pobreza de una gruta, María dio a luz al Salvador del mundo”.

El Obispo de Roma ha explicado que la fiesta de la Navidad “nos invita a contemplar, por una parte, el drama del mundo, en el que el hombre herido por el pecado busca misericordia y salvación, y por otra, la bondad de Dios que vino a su encuentro, para hacerlo participar de su amistad y de su vida”.

 

 

 

 

Nicaragua: Jesuitas denuncian represalias contra Universidad Centroamericana

Recortes presupuestarios

diciembre 23, 2020 09:56

Iglesia Local

(zenit – 23 dic. 2020).- La Universidad Centroamericana (UCA), propiedad de la Compañía de Jesús en Nicaragua denunció este lunes 21 de diciembre en un mensaje que está siendo víctima de represalias y recortes del presupuesto del 6% para las universidades.

La UCA fue fundada un 23 de julio de 1960 por la Compañía de Jesús, desde su creación ha aportado al desarrollo de Nicaragua y ha sido escuela del pensamiento crítico en la historia del país centroamericano.

“Continuará brindando una educación que promueve el pensamiento crítico, y que está al servicio de la fe y la promoción de la justicia”, remarca el mensaje de los jesuitas que desde el estallido social y político de Nicaragua en el año 2018 han sido objetos de descalificaciones y persecución por parte del Gobierno de Daniel Ortega.

La Universidad Centroamericana ha beneficiado a miles de estudiantes de escasos recursos económicos con becas para que puedan desarrollarse profesionalmente, fondos que son asignados por la ley 89 de la autonomía universitaria y creadora del 6% constitucional y que es administrado por el Consejo Nacional de Universidades, CNU.

“Desde el 2018, se han venido efectuando contundentes reducciones, sin ofrecer justificaciones ni explicaciones validas”, denuncian. Al mismo tiempo, agregan que la universidad ha sido objeto de “descalificaciones, represalias y acoso por parte de diferentes instituciones gubernamentales”.

 

Vigilancia permanente

En el documento enviado a la prensa local y extranjera, la Compañía de Jesús expone que el recinto universitario es “vigilado” de forma “permanente” y son sometidos a fallos “judiciales ilegales, negaciones a atender gestiones de la UCA, y omisión al atender documentos necesarios para operar legalmente”.

La Universidad Centroamericana ha sido uno de los bastiones de rebelión juvenil contra las injusticias de todos los gobiernos que ha habido en Nicaragua. En el 2018 la universidad jugó su rol histórico y según el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI), en su informe  documenta la represión a las protestas ciudadanas en Nicaragua, y asegura que el presidente Daniel Ortega “no solo es responsable político, sino que forma parte del mando institucional”.

El GIEI recomendó al Estado cesar el hostigamiento a defensores de derechos humanos, periodistas y líderes sociales. A pesar de que la violencia ha cesado en las calles del país, aún persisten decenas de denuncias de acoso y agresión a personas que participaron en las masivas manifestaciones antigubernamentales, que dejaron un saldo de más de 300 muertos, según organismos locales.

 

Llamado a no tener miedo

Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, llamó a los nicaragüenses a no tener “miedo” por el futuro de Nicaragua, en referencia a los comicios electorales que se realizará en noviembre 2021 y para los que se necesitan reformas electorales profundas.

Todos los nicaragüenses en el sí de Dios encontramos la fuerza y la fuente de nuestra liberación, el miedo paraliza inmoviliza, no tengamos miedo, no tengamos miedo a la incertidumbre, no tengamos miedo a la confusión, no tengamos miedo al otro, no tengamos miedo a lo que vendrá, no tengamos miedo por el futuro de Nicaragua, estamos en las manos de Dios y él no sostiene nos conduce en esta historia cargada de quebrantos, crisis, enfermedades y llantos”, expresó Álvarez en su homilía desde la catedral San Pedro.

Además, llamó a la feligresía a no perder la “esperanza” en una Nicaragua en paz y en justicia “una Nicaragua justa con los pobres, una Nicaragua donde las decisiones las tomemos los nicaragüenses, donde no se espere una orden de afuera para actuar, trabajar, producir, construir, una Nicaragua abierta al mundo, todos los que nos quieran ayudar, pero con respeto a nuestros pensamientos, a nuestra identidad, una Nicaragua autóctona”, manifestó.

 

 

 

 

Navidad: Misa del Papa y bendición ‘Urbi et Orbi’ en lengua de signos

Siguiendo el llamado de Francisco

diciembre 23, 2020 12:53

Papa Francisco

(zenit – 23 dic. 2020).- Los medios de comunicación del Vaticano ofrecerán gratuitamente la traducción a la Lengua de Signos (LIS) durante la Misa de Nochebuena que el Papa Francisco celebrará el 24 de diciembre, y el tradicional mensaje de Navidad con la bendición Urbi et Orbi del 25 de diciembre.

De acuerdo a Vatican News, al conectarse al enlace https://e.va/lis las personas con discapacidades comunicativas y auditivas podrán seguir los dos eventos papales en streaming.

Se trata de una iniciativa con la que los medios de comunicación del Vaticano expresan su cercanía con aquellos que experimentan situaciones de especial dificultad en esta pandemia. A través de la misma, se renueva el servicio de Lengua de Signos ofrecido durante las celebraciones del Triduo Pascual de este año.

Al igual que en Pascua, dicha traducción al LIS será proporcionada por la hermana Verónica Donatello, jefa del Servicio Nacional de la Conferencia Episcopal Italiana para la Pastoral de las Personas con Discapacidades, y se hará en colaboración con TV2000.

Según indica la citada fuente, este gesto responde al llamado del Santo Padre incluido en su mensaje para la Jornada Internacional de las Personas con Discapacidad del pasado 3 de diciembre.

“Reitero la exigencia de disponer de instrumentos adecuados y accesibles para la transmisión de la fe. Además, deseo que se pongan a disposición de quienes los necesitan, en cuanto sea posible gratuitamente, incluso a través de las nuevas tecnologías, que han demostrado ser tan importantes para todos en este período de pandemia”, se lee en el texto de Francisco.

 

 

 

 

Uruguay: Suspensión temporal de las celebraciones con fieles

Debido a la COVID-19

diciembre 23, 2020 11:11

Iglesia y Mundo

(zenit – 23 dic. 2020).- “Con mucho dolor, los obispos del Uruguay aceptamos el pedido que el Gobierno hizo, en el día de hoy, a las distintas comunidades religiosas, de suspender las celebraciones con fieles hasta el 10 de enero”.

Así comienza un comunicado de la Conferencia Episcopal del Uruguay, difundido el 22 de diciembre de 2020.

 

Aumento de casos de COVID-19

Esta decisión es resultado de los nuevos brotes de coronavirus en el país, que obligaron a una reunión vía Zoom el lunes 21 de diciembre entre el secretario de Presidencia Álvaro Delgado, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y líderes religiosos de distintos cultos, en consulta con el presidente de la República Luis Lacalle Pou, indica Vatican News.

Dado el incremento de los casos diarios y conforme a las medidas sanitarias más restrictivas anunciadas en los últimos días, el Gobierno del país pidió a las iglesias que suspendieran las celebraciones litúrgicas para evitar la concentración de personas.

 

Iglesias permanecerán abiertas

“Las iglesias seguirán abiertas y se transmitirán las celebraciones por las redes sociales y por los medios de comunicación”, señala la nota del episcopado.

Igualmente, el texto aclara que “en las misas que se han celebrado desde el 19 de junio no hubo ningún caso de contagio” y que “la cercanía de la Navidad hace doblemente dolorosa esta decisión”.

“Como Iglesia ya habíamos suspendido una cantidad de actividades, entre otras: campamentos, misiones juveniles, recorridas por los barrios. Al aceptar este pedido tenemos presente la aflicción de muchos fieles que no podrán participar presencialmente del culto al Dios vivo”, se lee.

 

Volver a celebrar en comunidad

“La libertad de culto es un derecho consagrado en nuestra Constitución. Confiamos que seguiremos cuidándonos entre todos y que con la ayuda de Dios pronto podremos salir de esta situación y volver a celebrar nuestra fe en comunidad”, concluye la nota de los prelados.

Anteriormente, del 14 de marzo y el 19 de junio, los lugares de culto en Uruguay habían permanecido cerrados a las celebraciones con fieles, periodo que incluyó las fiestas de Semana Santa y Pascua.

 

 

 

 

Papa Francisco: Jesús “espera para darte su luz y su paz”

En Navidad

diciembre 23, 2020 11:12

Audiencia General

(zenit – 23 dic. 2020).- El Papa Francisco ha exhortado a imitar a los pastores y correr “a la Gruta Sagrada” donde Jesús “espera para darte su luz y su paz” y “quiere enriquecer tu vida con su amor y gracia”.

Este mensaje ha sido transmitido por el Papa en su tradicional saludo a los fieles de lengua italiana, al final de la audiencia general celebrada hoy, 23 de diciembre de 2020, en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

Después, como es habitual, Francisco se ha dirigido a los ancianos, los jóvenes, los enfermos y los recién casados, a los ha expresado que “la completa disponibilidad de María y la pronta generosidad de José sirvan de ejemplo en dar la bienvenida al Niño Jesús en el misterio de la Navidad”. Concluyendo, les ha deseado “una Santa Navidad de alegría y serenidad”.

 

“Vivir mejor” la Navidad

En la catequesis de este miércoles Francisco ha interrumpido la serie dedicada a la oración para abordar el tema de la Navidad.

A lo largo de la misma, el Pontífice ha querido compartir con los fieles de todo el mundo una serie de reflexiones para “vivir mejor el nacimiento del Señor” y ha invitado imitar a los pastores a la hora de obedecer “al anuncio del ángel” e ir “espiritualmente también nosotros a Belén, donde en la pobreza de una gruta, María dio a luz al Salvador del mundo”.

El Obispo de Roma ha explicado que la fiesta de la Navidad “nos invita a contemplar, por una parte, el drama del mundo, en el que el hombre herido por el pecado busca misericordia y salvación, y por otra, la bondad de Dios que vino a su encuentro, para hacerlo participar de su amistad y de su vida”.

 

 

 

 

España: Presentación de la Instrucción pastoral “Un Dios de vivos”

Documento de la Conferencia Episcopal

diciembre 23, 2020 13:38

Iglesia Local

(zenit – 23 dic. 2020).- La Instrucción pastoral “Un Dios de vivos”, sobre la fe en la resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias, se ha presentado ayer, 22 de diciembre, en España.

Así informó la Conferencia Episcopal Española (CEE) a través de un comunicado. De acuerdo al mismo, este documento se aprobó en la pasada Asamblea Plenaria de la CEE celebrada del 16 al 20 de noviembre.

En el acto de presentación intervinieron los presidentes de las dos Comisiones Episcopales que han redactado de manera conjunta el documento: Mons. Enrique Benavent, de Doctrina de la Fe, y Mons. José Leonardo Lemos, de Liturgia; además del secretario general de la CEE, Mons. Luis Argüello.

 

Verdades del mensaje cristiano

En esta instrucción pastoral los obispos españoles recuerdan las verdades fundamentales del mensaje cristiano sobre la resurrección y la vida eterna, así como sugerencias para el acompañamiento de las personas que sufren por la muerte de un ser querido.

“La atención y cercanía en los momentos difíciles del duelo -afirman- es una acción pastoral de la Iglesia que requiere una preparación, una formación y una espiritualidad adecuada. Deseamos que las celebraciones exequiales sean signo de la auténtica esperanza cristiana y ayuden a los fieles a crecer en ella”.

Por ello, manifiestan que “el anuncio de la muerte y resurrección de Jesucristo constituye el núcleo de la fe cristiana y el fundamento de la esperanza”.

 

Acompañar en el momento de la muerte

El documento se divide en cuatro partes y un apéndice. La primera parte analiza “La situación actual y retos pastorales”; la segunda explica “La fe de la Iglesia; la tercera cómo “Acompañar en el momento de la muerte”, la cuarta la importancia de “Celebrar las exequias cristianas” y el apéndice ofrece “Orientaciones sobre los columbarios”.

En el primer apartado, los obispos afirman que en las últimas décadas se ha vivido en nuestra sociedad una profunda transformación en la vivencia de la muerte y en la forma de afrontarla. Subrayan que, ante circunstancias dramáticas como la que estamos viviendo actualmente a causa del COVID-19, “vemos actitudes de generosidad, servicio y solidaridad que muestran lo mejor que hay en el corazón del ser humano, que dignifican a las personas y a la sociedad y que fortalecen la fraternidad. En estos casos, se ofrece ayuda psicológica a las personas para que gestionen sus emociones, pero social y culturalmente se evita la cuestión de Dios·. Sin embargo, aún cuando muchos ponen en paréntesis la fe, en esos momentos dolorosos “solicitan la presencia de la Iglesia y su acompañamiento”.

En una segunda parte, explican que la fe en la resurrección de Cristo, “constituye el fundamento de nuestra esperanza”. Esta fe se expresa en el Credo con dos afirmaciones inseparables, que no se pueden entender la una sin la otra: “Creemos en la resurrección de la carne y en la vida eterna”.  Además, añaden que “al confesar nuestra fe en la resurrección de la carne afirmamos que la salvación afecta al ser humano en su totalidad, a ‘todo el hombre’”.

En este sentido, frente al drama de la muerte, “la presencia y la cercanía de la Iglesia junto a las personas que sufren la muerte de un ser querido es un testimonio elocuente de misericordia y de esperanza”.

Por tanto, la misericordia lleva a estar cerca de los que sufren, a compartir su dolor y a no banalizar el acontecimiento de la muerte y el sufrimiento que conlleva. “La fe cristiana consuela y acompaña la pérdida de los seres queridos desde la esperanza que viene del Resucitado”.

 

Celebraciones de exequias cristianas

Este acompañamiento en la muerte es un reto para la Iglesia: “no puede haber auténtico consuelo cristiano si no se anuncia fielmente el contenido de la fe”. Asimismo, indican en la instrucción pastoral, que “la celebración de las exequias y la oración por los difuntos han de manifestar con claridad la fe en la resurrección y la esperanza cristiana en la vida eterna”.

En este sentido, subrayan que los signos y la celebración de las exequias deben manifestar el respeto y la veneración debidos al cuerpo del difunto. Con todo, no hay razones doctrinales para prohibir la cremación. Sin embargo, la Iglesia, aunque permite la cremación, “recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados”.

También en este documento ofrecen orientaciones para la cremación de los cuerpos cristianos que han fallecido. Sostienen que el centro de las exequias cristianas es “Cristo Resucitado y no la persona del difunto”. “Los pastores –añaden- han de procurar con delicadeza que la celebración no se convierta en un homenaje al difunto. Eso corresponde a otros ámbitos ajenos a la liturgia”. También recuerdan que las exequias son incompletas sin la celebración de la Eucaristía.

En el apéndice del mismo dan a conocer también las normativas sobre los columbarios, que son “lugares idóneos para depositar las cenizas después de la muerte y de la cremación de los difuntos”. Estas normas provienen tanto de la Instrucción Ad resurgendum cum Christo de la Congregación para la Doctrina de la Fe como de la Junta de Asuntos Jurídicos de la CEE.

 

 

 

 

Causas de los Santos: Vasco de Quiroga, declarado venerable

Por el Santo Padre

diciembre 23, 2020 10:47

Testimonios

(zenit – 23 dic. 2020)-. El Papa Francisco ha declarado venerable al español Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, México.

El 21 de diciembre de 2020, el Santo Padre recibió en audiencia al prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro, a quien autorizó a promulgar un total de ocho decretos.

Según informa la arquidiócesis de Morelia, México, en un comunicado, concluida la fase diocesana el día 24 de enero del 2014, en la catedral de Morelia, inició el proceso en Roma en abril de ese mismo año.

Pasados los procedimientos en la Congregación, Congreso de historiadores y al Congreso de Teólogos, Congreso de Cardenales y Obispos, Francisco autorizó la promulgación del Decreto que reconoce que Tata Vasco de Quiroga vivió heroicamente las virtudes teologales, cardinales y afines, es decir, que es un ejemplo de santidad.

A partir de ahora, recibe el título de venerable, paso previo que podría llevarlo a ser declarado beato y luego santo.

“Es una realidad que a más de 450 años, muchas personas en diferentes regiones, tanto de Michoacán como del país, siguen teniendo el recuerdo fresco de Don Vasco de Quiroga. Esa es la huella que nos dejó viviendo las virtudes de manera heroica”, se lee en la nota de la arquidiócesis.

 

Tata Vasco de Quiroga

El siervo de Dios nació en Madrigal de las Altas Torres, provincia de Ávila, España, alrededor de 1470. Siendo joven, en 1511 fue investido como Caballero de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén o de Malta.

Estudió la licenciatura en cánones en la Universidad de Salamanca, donde adquirió un profundo humanismo cristiano. Trabajó para la corte del rey Carlos I, en diferentes encomiendas, entre otras, fue juez de residencia en Orán, norte de África.

Por su gran prestigio profesional el rey Carlos le ofreció un puesto de relevancia en su reino. Después de meditarlo pidió ir a la Nueva España, siendo nombrado Oidor de la Segunda Audiencia, máxima autoridad en la Nueva España para impartir justicia. Entró a México-Tenochtitlán el 9 de enero de 1531, como integrante de la Real Segunda Audiencia de México, cargo que desempeñó por cinco años.

Siendo laico, en 1536 fue nombrado primer obispo de Michoacán. Desarrolló una intensa labor pastoral, impartió una amplia catequesis práctica y amable, fundó el colegio de San Nicolás, a modo de seminario, para indígenas y españoles, adelantándose así, dieciséis años a la recomendación emanada del Concilio de Trento.

Los purépechas le llamaban Tata, es decir, papá o padre. Logró lo que expresó al poco de llegar a México: “Y yo me ofrezco, con ayuda de Dios, a plantar en estas tierras un género de cristianos a las derechas como todos debíamos ser y Dios manda que seamos, como los de la Primitiva Iglesia…”.

 

 

 

 

Chile: El Papa nombra al obispo de Valdivia

Mons. Santiago Jaime Silva Retamales

diciembre 23, 2020 12:26

Iglesia Local

(zenit – 23 dic. 2020)-. El Papa Francisco ha nombrado obispo de Valdivia, Chile, a Mons. Santiago Jaime Silva Retamales, hasta ahora Ordinario Militar de Chile.

Así ha informado hoy, 23 de diciembre de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Mons. Santiago Jaime Silva Retamales

Nació el 17 de junio de 1955, en La Calera, diócesis de Valparaíso (Chile).

Estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Valparaíso. Obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Católica de Chile y la licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma.

Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1980 para el clero de la diócesis de Valparaíso.

 

Labor pastoral

Ha sido párroco de Nuestra Señora de la Candelaria, profesor de Sagrada Escritura en la Pontificia Universidad Católica de Chile, profesor, formador, vicerrector y rector del Pontificio Seminario Mayor San Rafael de Valparaíso.

El 16 de febrero de 2002 fue nombrado obispo titular de Bela y auxiliar de Valparaíso. Recibió la ordenación episcopal el siguiente 6 de abril. El 7 de julio de 2015 fue nombrado Ordinario Militar de Chile.

Además, ha sido vicepresidente de la Comisión del Sínodo sobre la Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia, secretario general de la Conferencia Episcopal Chilena  y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM. Desde el 11 de noviembre de 2016, es presidente de la Conferencia Episcopal Chilena.

 

 

 

 

Cardenal Felipe Arizmendi: “Una Navidad diferente”

Estar más cerca de Dios

diciembre 23, 2020 09:15

Análisis

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, y responsable de la Doctrina de la Fe en la Conferencia del Episcopado Mexicano, ofrece su reflexión semanal, titulada “Una Navidad diferente”.

 

VER

Por la agudización de la pandemia COVID 19, las fiestas navideñas tienen un sabor muy diferente al de otros años. No sólo está muy restringida la participación física en las celebraciones religiosas, según las normas de cada lugar, sino que toda la actividad humana está muy afectada. La economía de la mayoría ha sufrido un gravísimo deterioro; pero lo más preocupante son los peligros para la salud y la vida de todos.

En la arquidiócesis de Toluca, donde resido, como las autoridades civiles han decretado el “semáforo rojo”, que indica el incremento desmedido de contagios, se ha determinado cerrar los templos durante todo este tiempo navideño, celebrar las Misas sin presencia física de fieles, y sólo transmitirlas por los diferentes medios, así como posponer bautismos, primeras comuniones, confirmaciones, quince años y bodas. Todo por cuidar la salud de la comunidad. Por tanto, no se permiten las tradiciones de esta época, como las hacíamos en forma habitual. En las celebraciones del Papa en Roma se han impuesto también muchas restricciones. El peligro de enfermar y morir por el SARS-CoV2 es real, aunque a estas fechas no falten personas que no le quieren dar la importancia que merece.

 

PENSAR

El Papa Francisco, en su catequesis del 19 de diciembre de 2018, expresó algo que es válido para todos los tiempos: la Navidad está centrada en Jesús y en el estilo de vida que escogió.

“Observemos la primera Navidad de la historia para descubrir los gustos de Dios. Esa primera Navidad de la historia estuvo llena de sorpresas. La sorpresa más grande es: el Altísimo es un niño pequeño. ¿Quién lo habría esperado? La Navidad es celebrar lo inédito de Dios, o mejor dicho, es celebrar a un Dios inédito, que cambia nuestra lógica y nuestras expectativas. Celebrar la Navidad es, entonces, dar la bienvenida a las sorpresas del Cielo en la tierra. La Navidad de Jesús no ofrece el calor seguro de la chimenea, sino el escalofrío divino que sacude la historia. La Navidad es la revancha de la humildad sobre la arrogancia, de la simplicidad sobre la abundancia, del silencio sobre el alboroto. Navidad es preferir la voz silenciosa de Dios al estruendo del consumismo. Si sabemos estar en silencio frente al Belén, la Navidad será una sorpresa para nosotros, no algo que ya hayamos visto. Estar en silencio ante el Belén: esta es la invitación para Navidad. Tómate algo de tiempo, ponte delante del Belén y permanece en silencio. Y sentirás, verás la sorpresa.

Desgraciadamente, sin embargo, nos podemos equivocar de fiesta, y preferir las cosas usuales de la tierra a las novedades del Cielo. Si la Navidad es solo una buena fiesta tradicional, donde nosotros y no Él estamos en el centro, será una oportunidad perdida. Por favor, ¡no mundanicemos la Navidad! No dejemos de lado al Festejado, como entonces, cuando “vino entre los suyos, y los suyos no le recibieron” (Jn 1,11). No será Navidad si buscamos el resplandor del mundo, si nos llenamos de regalos, comidas y cenas, pero no ayudamos al menos a un pobre, que se parece a Dios, porque en Navidad Dios vino pobre”.

En su alocución del domingo pasado, con ocasión del Angelus, el Papa nos insistió en ser portadores navideños para los pobres y para cuantos sufren:

“En estos tiempos difíciles, en lugar de quejarnos de lo que la pandemia nos impide hacer, hagamos algo por los que tienen menos: no el enésimo regalo para nosotros y nuestros amigos, sino para una persona necesitada en la que nadie piensa. Y otro consejo: para que Jesús nazca en nosotros, preparemos el corazón: vayamos a rezar. No nos dejemos arrastrar por el consumismo: “Tengo que comprar los regalos, tengo que hacer esto y lo otro…” Ese frenesí por hacer tantas cosas…, cuando lo importante es Jesús. El consumismo nos ha secuestrado la Navidad. No hay consumismo en el pesebre de Belén: allí está la realidad, la pobreza, el amor. Preparemos el corazón como hizo María: libre del mal, acogedor, dispuesto a acoger a Dios.

La Navidad sea para cada uno ocasión de renovación interior, de oración, de conversión, de pasos adelante en la fe y de fraternidad entre nosotros. Miremos a nuestro alrededor, miremos sobre todo a los indigentes: el hermano que sufre, dondequiera que esté, nos pertenece. Es Jesús en el pesebre: el que sufre es Jesús. Pensemos un poco en esto. Y que la Navidad sea una cercanía a Jesús en este hermano y en esta hermana. Está allí, en el hermano necesitado, el pesebre al que tenemos que ir con solidaridad. Este es el belén viviente: el belén en el que realmente encontraremos al Redentor, en las personas de los necesitados”.

 

ACTUAR

Acojamos de buen corazón lo que, inspirado plenamente en la sagrada Escritura, nos dice el Papa. Que nuestra Navidad sea estar más cerca de Dios, más unidos en nuestra familia, y con algún detalle de amor a personas que están en peores condiciones que nosotros. Si no podemos acudir a los templos, el pesebre vivo es tu familia, son los pobres.

 

 

 

 

Navidad: Reflexión del P. Antonio Rivero

“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”

diciembre 23, 2020 09:00

Espiritualidad

Reflexión sobre la liturgia dominical de la Navidad, el próximo viernes 25 de diciembre de 2020, escrito por el padre Antonio Rivero L.C y titulado “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DOMINICAL

Navidad

Ciclo B

Textos: Is 52, 7-10; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18

 

Idea principal: El motivo profundo de nuestra alegría está aquí: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.

 

Síntesis del mensaje: Navidad es el cumplimiento del viejo sueño de Dios: convivir con el hombre. Ya desde el Paraíso, cuando el Señor visitaba a nuestros primeros padres al caer de la tarde, así como en la tienda de reunión durante la travesía del desierto.

Y luego en el Templo de Jerusalén, lugar privilegiado de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Siempre es el mismo intento: habitar entre los hombres. Y ahora ello llega a su plenitud: Dios planta su tienda en la historia. Es Emmanuel, es decir, Dios con nosotros. ¡Alegrémonos, porque hoy es Navidad!

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, por muy preocupados que estemos por los problemas de la vida – ¡que los hay! -, y por negro que veamos el panorama social o eclesial -¡que ahí está y nos amenaza!-… escuchemos la voz de la Iglesia mensajera que anuncia esta gran noticia en la santa misa: Dios ha visitado a su pueblo y nos trae su consuelo y su paz (1ª lectura).

Una paz sin límites, hecha de justicia y derecho. ¡Alegrémonos, porque hoy es Navidad, y con la Navidad recuperamos el sentido de la vida y la fuerza para afrontar esos problemas de la vida diaria, familiar y laboral, porque Dios en Cristo camina a nuestro lado, que para eso se hizo hombre! ¡Contagiemos el espíritu de la Navidad!

 

En segundo lugar, por muchas palabras que escuchemos de sirenas engañadoras que nos silban prometiéndonos la liberación material, el éxito fácil, la supresión del dolor y angustias, o palabras tentadoras del enemigo de nuestra alma para que claudiquemos en nuestra fe y confianza en Dios al ver tantos desmanes y desastres naturales y humanos, como la pandemia…

Dios Padre hoy pronunció su última y definitiva Palabra que es su Hijo. Y esa Palabra encarnada nos ha purificado de nuestros pecados y nos ha liberado de nuestras ataduras, muriendo voluntariamente por nosotros, revistiéndonos de la filiación divina (evangelio) para que llevemos una vida digna y noble (2ª lectura).

¡Alegrémonos, porque hoy es Navidad, y con la Navidad renace la esperanza que no defrauda y nos salva! ¡Contagiemos el espíritu de la Navidad!

 

Finalmente, por muchas y espesas tinieblas que nos quieren envolver por doquier –ideologías de cuño liberal, marxista, hedonista y pragmático- , hoy una Luz nos brilló (evangelio), y gracias a esta Luz podemos ver todo desde una nueva perspectiva, la perspectiva de la eternidad: las sanas y humanas alegrías, y también las tristezas y dolores; los éxitos conquistados a pulso y honestidad, y también los fracasos injustos; los trabajos bien remunerados, y también los despidos; la salud rebosante y la enfermedad que nos carcome; los momentos de plenitud radiante y los instantes de dudas y perplejidades; la aceptación entre nuestros amigos y familiares, y también el desengaño y olvido en que nos tienen prostrados.

Todo desde la luz de Belén se ilumina, se esclarece, recobra sentido. ¿Por qué? Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para experimentar en su propia carne y redimir todas estas situaciones humanas. ¡Alegrémonos, porque hoy es Navidad, y con la Navidad renace la fe que disipa toda tiniebla del corazón y de la mente! ¡Contagiemos el espíritu de la Navidad!

 

Para reflexionar: ¿Vivo los siete días de la semana, las cuatro semanas del mes y los doce meses del año el espíritu de la Navidad: alegría, paz, victoria, liberación, justicia, filiación divina? ¿Quién quiere robarme el espíritu de la Navidad? ¿Este mundo anticristiano, el demonio tentador o mis pasiones bajas? ¿Qué le pediré hoy al Niño Dios que nace en Belén? ¿Y qué le ofreceré yo a cambio? ¿Contagio el espíritu de la Navidad?

 

Para rezar: Con toda la Iglesia recemos el gran pregón de Navidad y llenémonos de alegría profunda: “Os anunciamos, hermanos y hermanas, una buena noticia, / una gran alegría para todo el pueblo. / Escuchadla con corazón gozoso: / Habían pasado miles y miles de años / desde que, al principio, Dios creó el cielo y la tierra / e hizo al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. / Miles y miles de años habían transcurrido / desde que cesó el diluvio / y el Altísimo hizo resplandecer el arco iris, / signo de alianza y de paz. / En el año 752 de la fundación de Roma; / en el año 42 del imperio de Octavio Augusto, / mientras sobre toda la tierra reinaba la paz, / en la sexta edad del mundo, / hace años, / en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, / ocupado entonces por los romanos, / en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada, / de Santa María la Virgen, esposa de José, / de la casa y familia de David, / nació Jesús, llamado Mesías y Cristo, / que es el Salvador que el pueblo esperaba. / Alegraos, hermanos. / Esta es la buena noticia del ángel: / «Os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor».

 

 Termino con estos pensamientos de un sacerdote español, Javier Leoz:

«¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?”

 ¡Claro que sí!

Más SILENCIOSA y con más PROFUNDIDAD

Más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad

Sin muchas luces en la tierra

pero con la de la estrella de Belén

destellando RUTAS de VIDA en su INMENSIDAD

Sin cortejos reales colosales

pero con la HUMILDAD de sentirnos

pastores y ZAGALES buscando la VERDAD.

Sin grandes mesas y con amargas ausencias

pero con la PRESENCIA de un Dios que todo lo llenará

¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?

¡Claro que sí!

Sin las calles a rebosar

pero con el corazón ENARDECIDO

por el que está por llegar

Sin ruidos ni verbenas,

reclamos ni estampidas…

pero viviendo el Misterio sin MIEDO

 al «covid-herodes» que pretende

quitarnos hasta el SUEÑO de ESPERAR.

Habrá Navidad porque DIOS está de nuestro lado y comparte, como Cristo lo hizo en un pesebre, nuestra POBREZA, prueba, llanto, angustia y orfandad.

Habrá Navidad porque necesitamos

una LUZ divina en medio de tanta oscuridad.

Covid19 nunca podrá llegar al corazón ni al alma de los que en el cielo ponen su esperanza y su alto ideal

¡HABRÁ NAVIDAD!

¡CANTAREMOS VILLANCICOS!

¡DIOS NACERÁ Y NOS TRAERÁ LIBERTAD!»

(Javier Leoz).

Javier es sacerdote navarrico y el papa Francisco le llamó el otro día para FELICITARLE por este texto, tan bonito, con tanta hondura y que nos señala la próxima y ya cercana NAVIDAD. Yo pienso como decía aquella oración… que cada vez que una MAMÁ trae un NIÑO a la tierra, es Navidad.

Cada vez que un HOMBRE tira su ARMA al suelo y da una OPORTUNIDAD al diálogo, es Navidad.  Cada vez que una MUJER no se calla y denuncia los MALOS TRATOS, es Navidad. Cada vez, en fin, que un sacerdote dice las PALABRAS SAGRADAS y Cristo viene a la tierra es Navidad.

Feliz Navidad CADA DÍA del año… De ti depende que hoy sea Navidad en tu vida, porque la Navidad es un ESTADO del ALMA.

 

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

 

 

 

Santa Paola Elisabetta Cerioli, 24 de diciembre

Fuente de gracia y virtud

diciembre 23, 2020 09:07

Testimonios

 

“La vida de santa Paola Elisabetta Cerioli pone de manifiesto la supremacía del amor, fuente de gracia y de virtud que se nutrió en la adversidad. Desposada con un hombre mayor, lo perdió a él y a sus hijos. Fue una madre para los huérfanos que acogió en su palacio”

La fortaleza de un ser humano se mide especialmente en el infortunio. Constanza Cerioli lo demostró con creces. Su particular tragedia, neutralizada por su incondicional entrega a Dios, se trocó en bálsamo para los desfavorecidos. Fue conducida a la vida religiosa tras dramáticas experiencias personales de sufrimiento, si bien el dolor fue para ella árbol fecundo.

Santa Paola Elisabetta Cerioli nació el 28 de enero de 1816, en Soncino, Cremona, Italia, con una constitución tan débil que sus padres, los nobles y acaudalados Francesco Cerioli y Francesca Corniani, que ya tenían una numerosa prole, rogaron que se le administrara el bautismo inmediatamente, temiendo que pudiera morir.

Pero Constanza sobrevivió, aunque su salud sería frágil el resto de su vida. Se formó junto a las Hermanas de la Visitación en Alzano Maggiore, Bergamo, hasta los 16 años. A los 19, una edad en la que tantas jóvenes sueñan con un futuro feliz, tuvo que desposarse por acuerdo de sus padres, que así lo habían apalabrado, con Gaetano Busecchi, que rozaba los 60 –casi un anciano para la época– y era el rico heredero de los condes Tassis de Comonte de Sériate, Bergamo.

No es difícil imaginar el escenario en el que se desenvolvieron casi veinte años de su vida con un matrimonio contraído sin amor y con ese desfase abrumador de edad y experiencia entre su esposo y ella.

Pero asumió su destino con la dignidad propia de su noble condición, creyendo que en la voluntad paterna estaba contenida la divina, amparada en los hondos principios de fe y virtud que le habían inculcado.

De esta unión nacieron cuatro vástagos. Los tres primeros hijos murieron nada más nacer. Y si dolorosas fueron estas sucesivas pérdidas más lo fue la del cuarto hijo, Carlos, que sobrevivió hasta los 16 años.

Unos meses más tarde falleció su esposo, y Constanza se sumió en el más profundo dolor. Tenía 38 años y era heredera de una gran fortuna, pero su corazón latía afligido por tal cúmulo de desgracias. Su sostén fueron los prelados de Bergamo que le ayudaron a aferrarse a la fe. “No sé –reconocería más tarde– cómo he podido sobrevivir, frágil y probada como estaba”.

Santa Paola Elisabetta Cerioli había madurado a golpes de intenso sufrimiento y volvió los ojos a la Virgen Madre de los Dolores. Conmovida al meditar en ellos, en una ocasión la angustia sufrida fue de tal grado que estuvo a punto de caer desmayada.

Convirtió su palacio en un refugio para los necesitados, desamparados y huérfanos a los que socorrió ejerciendo con ellos un apostolado cuajado de esas ternuras que la vida le había impedido dispensar a los de su propia sangre.

Primero comenzó con dos huérfanas, pero enseguida fue incrementándose el número de los acogidos. Se lo había vaticinado su hijo Carlos cuando a punto de morir le dijo: “No llores por mi próxima muerte, mamá, porque Dios te dará otros muchos hijos”.

Ese hogar fue otra Casita de Nazaret donde pudo dar a tan maltrechos corazones el cobijo que nunca tuvieron, y socorrerlos en sus múltiples carencias.

Tomó como modelo a la Sagrada Familia. Ella, junto a su amor a la Santísima Trinidad y a la Virgen de los Dolores, sustentó sus quehaceres marcados por la caridad, confianza en Dios, piedad, humildad y obediencia, virtudes plasmadas en el ejercicio concreto de su espiritual maternidad con los desfavorecidos.

La semilla germinó en su palacio a través de los niños que acogió, y fue origen de la fundación de las Hermanas de la Sagrada Familia que impulsó con la aquiescencia de otras seis mujeres que se unieron a ella en 1857. Quiso que todos vivieran la experiencia de la conciencia filial.

Como religiosa tomó el nombre de Paola Elisabetta. Fue fundadora, asimismo, de los Hermanos de la Sagrada Familia, dirigida a la asistencia de los pobres campesinos. En 1863, superando numerosos contratiempos, abrió la primera casa destinada a los hijos de éstos en una de las posesiones que tenía en Villacampagna (Cremona).

A ella le sucedieron la creación de escuelas y colegios en los que se proporcionaba a los pequeños una formación humana y espiritual. La santa siempre tuvo en cuenta el valor de la familia para el progreso de la sociedad.

En sus escritos espirituales se refleja su anhelo de conquistar la santidad, la conciencia de su pequeñez… Así en mayo de 1864 anotaba: “Sí, Dios mío, seré humilde de corazón; lo sé, porque Tú me iluminas, que no tengo la virtud ni el talento, ni méritos; pero la humildad llenará ese vacío ante Ti de méritos, talento y virtud; compensará mis carencias. Seré humilde, y humilde en todo; en mis palabras, no hablando nunca de mí sino con gran circunspección; humilde en mis sentimientos, humilde en mis acciones, humilde en mi conducta, pero sobre todo humilde para imitar Tu ejemplo, para merecer Tu gracia, para entrar en Tu corazón, encontrar un lugar en él que sea para siempre mi estancia”.

En agosto de 1865, cuando le faltaban unos meses para su deceso, se percibe que seguía manteniendo vivos estos sentimientos que plasmaba por escrito: “Evitar las palabras innecesarias, no desperdiciar el tiempo, no buscar mi propia comodidad”.

Pero Dios juzgó que ya había cumplido su misión y esta mujer que había sufrido tanto humanamente, le entregaba su alma en Comonte, a los 49 años, el 24 de diciembre de 1865. Pío XII la beatificó el 19 de marzo de 1950. Y Juan Pablo II canonizó a santa Paola Elisabetta Cerioli el 16 de mayo de 2004.