Servicio diario - 13 de marzo de 2020


 

El Papa encara su octavo año de pontificado con esperanza
Rosa Die Alcolea

Coronavirus: El mundo unido para rezar por la situación de emergencia
Larissa I López

Santa Marta: Rezar para que los pastores elijan "los mejores medios para ayudar"
Larissa I López

Roma: Los templos parroquiales permanecerán abiertos
Larissa I López

Orientaciones de la Conferencia Episcopal Española ante la crisis del Covid-19
Redacción

El Rosario, la mejor medicina contra el coronavirus
Rosa Die Alcolea

Conferencias Episcopales Europeas: "Madre de la Salud y de la Esperanza, ruega por nosotros"
Rosa Die Alcolea

Cardenal Osoro: "Dios es nuestra esperanza" ante el coronavirus en Madrid
Redacción

Arzobispo Gomez: "Dios no nos abandona, Él va con nosotros en este tiempo de prueba"
Rosa Die Alcolea

Andrea Tornielli: "El aniversario de un Papa que nos guía acompañándonos"
Redacción

Venezuela: El obispo de San Cristóbal invita a rezar para la liberación del coronavirus
Redacción

Beato Giacomo Cusmano, 14 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

13/03/2020-14:22
Rosa Die Alcolea

El Papa encara su octavo año de pontificado con esperanza

(zenit— 13 marzo 2020).- "Ayúdanos, Madre del Amor Divino, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que Jesús nos dirá": Siempre con la vista dirigida a la Virgen, el Papa Francisco encara a partir de hoy su octavo año de pontificado, en una situación difícil para la humanidad, en medio de la crisis sanitaria del covid-19, para lo que, a propósito, ha enviado una contribución de 100.000 euros a Cáritas Italia.

"Hermanos y hermanas, buenas tardes": Con estas palabras de cercanía, el cardenal Bergoglio, se dirigió al comenzar su pontificado a los miles de fieles que abarrotaban la plaza de San Pedro, en el Vaticano, aquel 13 de marzo de 2013.

El primer Papa americano, el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, fue elegido pontífice a los 76 años, arzobispo de Buenos Aires. Se trataba de una figura destacada de todo el continente y un pastor sencillo y muy querido en su diócesis, que había visitado a lo ancho y a lo largo, incluso trasladándose en medios de transporte público, en los quince años de ministerio episcopal.
Este año, el Santo Padre, por motivos de salud, no celebrará de manera especial la efeméride, debido a la delicada situación que se vive en Italia, en el Vaticano y en más de 114 países, a causa del coronavirus.

De hecho, Francisco no ha podido participar este año de manera presencial en los ejercicios espirituales de Cuaresma que se celebran en la Casa del Divino Maestro, en Ariccia, para los sacerdotes de la Curia Romana. Una "leve indisposición", según anunció la Santa Sede, le obligó a cancelar las audiencias y visitas fuera del Vaticano durante varios días. Asimismo, el Vaticano desmintió que Francisco se había contagiado de coronavirus.

 

Querida Amazonía

El año reciente del ministerio petrino de Francisco ha dejado grandes e importantes frutos para la Iglesia y para el mundo: la exhortación apostólica postsinodal "Querida Amazonia", publicada el 12 de febrero de 2020, es uno de ellos.

Se trata del documento elaborado tras la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica "Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una ecología integral" celebrado en el Vaticano del 6 al 27 de octubre de 2019, relevante convocatoria del Santo Padre en este año.

 

7 proyectos para proteger a los menores

Hay que recordar que el Papa que comienza hoy su octavo año de pontificado continúa su lucha contra la plaga de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. El pasado 26 de febrero se cumplió un año del encuentro en el Vaticano convocado por el Pontífice para los presidentes de todas las Conferencias Episcopales y otros representantes religiosos, para abordar el tema de la protección de menores en la Iglesia.

El pasado 28 de febrero de 2020 se presentó la Santa Sede el grupo que coordinará la elaboración de las líneas guía, para lo que Francisco ha dispuesto siete nuevas condiciones, un año después de la reunión en el Vaticano.

Además, la Iglesia cuenta con siete son los proyectos emprendidos por la Iglesia Católica para la erradicación de abusos a menores y acompañamiento a víctimas, un año después del encuentro celebrado en la Santa Sede del 21 al 24 de febrero de 2019.

Asimismo, recientemente se conmemoró el primer aniversario de la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana, en Abu Dhabi, por parte del Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, que tuvo lugar el 4 de febrero de 2019, otro gran mérito de Francisco, en su empeño por el diálogo interreligioso, un "gran evento humanitario, con la esperanza de un futuro mejor para la humanidad, un futuro libre de odio, rencor, extremismo y terrorismo, en el que prevalezcan los valores de paz, amor y fraternidad".

 

Creación de cardenales

Otro momento destacable del 6 año de papado de Francisco fue la creación de 13 nuevos cardenales, en el consistorio ordinario público del 5 de octubre de 2019: 10 de ellos electores y 3 no electores, arzobispos y obispos jubilados. De este modo, la Iglesia católica cuenta con 225 cardenales de los 5 continentes. De ellos, 128 tienen menos de 80 años y serían electores en el cónclave.

Efectivamente, entre todos ellos se encuentran dos españoles, Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y Mons. Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, así como un cubano, Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez, arzobispo de La Habana y un guatemalteco, Mons. Álvaro L. Ramazzini Imeri, obispo de Huehuetenango.

Igualmente, Francisco creó cardenales al portugués Mons. José Tolentino Medonga, archivero y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia; Mons. Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, arzobispo de Yakarta; Mons. Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa; Mons. Jean-Claude Hóllerich, arzobispo de Luxemburgo; Mons. Álvaro L. Ramazzini Imeri, obispo de Huehuetenango; Mons. Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia; y al padre Michael Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes en el Departamento para el Servicio de Desarrollo Humano Integral.

También a los "dos arzobispos y un obispo que se han distinguido por su servicio a la Iglesia" los creó cardenales no electores: Mons. Michael Louis Fitzgerald, arzobispo emérito de Nepte; Mons. Sigitas Tamkevicius, arzobispo emérito de Kaunas; y Mons. Eugenio Dal Corso, obispo emérito de Benguela.

 

 

 

13/03/2020-13:04
Larissa I. López

Coronavirus: El mundo unido para rezar por la situación de emergencia

(zenit — 13 marzo 2020).- El pasado 11 de marzo de 2020, con motivo de la Santa Misa celebrada en ausencia de los fieles, promovida por el cardenal vicario de Roma Angelo De Donatis en el santuario de Nuestra Señora del Divino Amor para la Jornada de Oración y Ayuno, el Papa Francisco envió un mensaje en vídeo en el que dirige su oración a la Virgen.

"Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos sometidos a pruebas y líbranos de todo peligro, oh gloriosa y bendita Virgen", expresó el Santo Padre a la Virgen ante la emergencia del coronavirus.

A partir de entonces, en Roma, la Misa se celebra todos los días por esta intención a las 19 horas. Según informa el Vicaritato de Roma, las diócesis ha organizado una colecta extraordinaria para apoyar al personal sanitario que cuida de los enfermos.

 

Ángelus en la basílica de San Pedro

Del mismo modo, desde ese mismo día y durante esta semana, a excepción del domingo, en la basílica de San Pedro, por iniciativa del cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, se reza el Ángelus seguido de las Letanías Lauretanas.

Se trata de una idea, explica una nota firmada por el cardenal, propuesta "para invocar la intercesión de María en este difícil momento" de epidemia del Covid-19.

"En los momentos de peligro, espontáneamente, los niños se dirigen a la madre. En la circunstancia particular que estamos viviendo, nos dirigimos a María, la Madre que Jesús nos dio desde la cruz", añade el prelado.

 

La plegaria de los monasterios

Por otro lado, de acuerdo a L'Osservatore Romano, decenas de monasterios de toda Italia han acogido la invitación del Card. Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana a rezar en este difícil momento: "rezad sin cesar por vuestro pueblo; la oración de intercesión es una de las primeras tareas que nos confía la Iglesia".

Así, por ejemplo, en el convento de Santa Grata, Bergamo, las dieciocho monjas benedictinas reciben peticiones de toda Italia a través de su página web y un número de teléfono en el que se pueden dejar mensajes. Después, las presentan al Señor, reuniéndose en oración alrededor de una estatua de Jesús que se utiliza en las procesiones del Viernes Santo: "En una semana, recibimos más de cien mensajes de muchas regiones italianas de gente que nos pedía rezar por el fin de la epidemia o ayudar a los enfermos", señalan las monjas al Corriere di Bergamo.

 

#IoRestoaCasa

Tras el Decreto del primer ministro italiano del 11 de marzo por el cual se ordenaba el cierre, hasta el 25 de marzo, de todas las actividades de restauración (bares, pubs, pizzerías, restaurantes, pastelerías, heladerías, etc.) y de todos los comercios, salvo los de las categorías expresamente previstas (tiendas de alimentos, farmacias, parafarmacias y tiendas de artículos de primera necesidad), a través de las redes sociales se ha difundido la iniciativa #IoRestoaCasa (#MeQuedoenCasa).

Con este hashtag se pretende seguir concienciando sobre la necesidad de prevención de más contagios y en la responsabilidad y solidaridad colectiva, especialmente con los enfermos, con el personal sanitario que está desbordado y con las personas consideradas población de riesgo.

A través de Instagram y Twitter los usuarios comparten sus experiencias diarias y aportan ideas para ayudar a pasar este tiempo de reclusión.

 

Unión con la oración del Papa

Al mismo tiempo, a nivel internacional y en cada país, se están llevando a cabo propuestas para rezar por estas circunstancias. Tal es el caso de Ayuda a la Iglesia Internacional (ACN), organización caritativa de la Iglesia que exhorta a rezar a la Santísima Virgen la oración que el Papa pronunció frente a la citada imagen de Nuestra Señora del Divino Amor para pedir intercesión por los enfermos y sus familias.

Del mismo modo, invitan a seguir las celebraciones a través de Internet, como la del Santo Padre cada día en la Misa de Santa Marta y a no dejar de rezar el Rosario, pues "Nuestra Madre obra milagros y lo sabemos".

 

Rosario Mundial

"La Red del Rosario" (The Rosary Network), organización americana sin ánimo de lucro que difunde el poder de la oración del Rosario siguiendo el mensaje de nuestra Señora de Fátima, ha organizado una iniciativa de rezo de dicha oración mariana a nivel mundial.

Así, el pasado lunes, la parroquia católica de St. Roch en Greenwich, Connecticut, Estados Unidos comenzó la primera serie del Santo Rosario a nivel nacional e internacional para pedir a la Madre Santísima el fin del Coronavirus y el Rosario se está rezando durante toda la semana.

La Oficina de Prensa del Opus Dei, por su parte, también ha convocado desde Instagram a rezar un Rosario en directo el sábado 14 de marzo a las 19. En un video que utiliza la banda sonora de la Guerra de las Galaxias, se anuncia que contra el virus "comienza la resistencia", con la mejor arma, el Rosario.

 

Rezos desde Venezuela

En Venezuela, de acuerdo a un comunicado de la Diócesis de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, obispo de la circunscripción, ha convocado a los fieles a intensificar la oración frente a la epidemia como "acción propia de la Iglesia y que será de fundamental apoyo a toda campaña preventiva y curativa que se realice en medio de nosotros".

El prelado llama pedir al Señor que "nos libre del mencionado flagelo" e indica que "en toda comunidad eclesial, escuela, familia, se rece cada día el Santo Rosario por esta intención".

Igualmente, el jueves 12 de marzo se programó la Hora Santa por esta intención y hoy se celebrará la Eucaristía "Ante cualquier necesidad" (fórmula A), cuyas oraciones están en el Misal Romano, y se rezará el Vía Crucis.

Asimismo, donde sea posible, el sábado 14 tendrá lugar una vigilia con exposición del Santísimo durante el día o la noche. Y el Domingo 15, tras alguna de las celebraciones, se procesionará con el Santísimo por algunas calles de la parroquia, impartiendo la bendición en las puertas del templo parroquial y haciéndolo mirando los cuatro puntos cardinales.

 

Transmisión de Misas en España

Mons. Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), recomienda que se sigan las Misas por radio y televisión ante la crisis del coronavirus, que serán ofrecidas en distintos medios.

Por otra parte, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, además de dispensar de la asistencia a Misa el domingo y sugerir que se siga desde casa, ha propuesto que en el rezo de la Liturgia de las Horas y en todas las Eucaristías se pida para que el Señor ilumine y dé fuerza al personal sanitario, vele por los enfermos y haga a todos responder con responsabilidad y solidaridad a este nuevo desafío, una ocasión de conversión.

Asimismo, anima a la gente a quedarse en casa y extremar las precauciones, viviendo esta cuarentena como una "oportunidad inesperada para la oración y la quietud, para encomendarnos a Dios, que es fuente de salvación y de esperanza".

 

Evangelio de la samaritana

Este domingo se proclamará el Evangelio de la samaritana, a la que Jesús se dirigió a pesar de la barrera religiosa que existía entre judíos y samaritanos. Ante ello, el card. Osoro invita a "la oración y el diálogo con el Señor para descubrir nuestra verdad como hizo la samaritana. Dejemos que Jesús toque nuestro corazón en esta situación" y a tener esperanza.

Para ello, ha animado a recurrir a la intercesión de la Virgen, a través de la ya mencionada oración del Papa Francisco compuesta para estos momentos.

 

 

 

13/03/2020-09:28
Larissa I. López

Santa Marta: Rezar para que los pastores elijan "los mejores medios para ayudar"

(zenit – 13 marzo 2020).- “En estos días nos unimos a los enfermos, a las familias, que sufren esta pandemia. Y también me gustaría rezar hoy por los pastores que deben acompañar al pueblo de Dios en esta crisis: que el Señor les dé fuerza y también la capacidad de elegir los mejores medios para ayudar”.

Esta es la petición del Papa Francisco de hoy, 13 de marzo de 2020, en la quinta Misa en Santa Marta emitida en directo ante la situación de pandemia del coronavirus.

Además, añadió: “Las medidas drásticas no siempre son buenas, por eso rezamos: para que el Espíritu Santo dé a los pastores la capacidad pastoral y el discernimiento para proporcionarles medidas que no dejen solo al fiel pueblo de Dios. Que el pueblo de Dios se sienta acompañado por los pastores y por el consuelo de la Palabra de Dios, los sacramentos y la oración”.

El Santo Padre no se refiere a las medidas tomadas por el Gobierno para contener el contagio evitando la actividad pública, sino a las que deben acometer los pastores teniendo en cuenta las necesidades de los fieles que necesitan ser acompañados espiritualmente en un momento tan dramático.

 

Infidelidad a la alianza

En su homilía, comentando las lecturas del día, y en particular la parábola de los viñadores homicidas, reflexionó en torno a la infidelidad a la alianza de aquellos que se adueñan del don de Dios que es riqueza, apertura y bendición, y lo enjaulan en una doctrina (Mt 21:33-43.45).

Para Francisco, la apropiación del don Dios “es el pecado de olvidar que Dios se ha hecho don para nosotros, que Dios nos ha dado esto como un don y, olvidando esto, convertirse en maestros”.

 

Huir del clericalismo

En este caso, “la promesa no es ya promesa, la elección no es ya elección: ‘El pacto debe ser interpretado según mi opinión, ideologizado’”. Y en esta actitud, el Papa observa “quizás el comienzo, en el Evangelio, del clericalismo, que es una perversión, que siempre niega la gratuita elección de Dios, la alianza gratuita de Dios, la promesa gratuita de Dios. Olvida la gratuidad de la revelación, olvida que Dios se manifestó como don, se ha hecho don para nosotros y debemos darlo, hacerlo ver a los demás como don, no como nuestra posesión”.

En este sentido, el Pontífice señaló cómo “el clericalismo no es algo propio solo de estos días, la rigidez no es algo de estos días, ya estaba allí en tiempos de Jesús”. Por ello, exhortó: “Pidamos hoy al Señor la gracia de recibir el don como un don y de transmitir el don como don, no como una propiedad, no de una manera sectaria, de una manera rígida, de una manera “’clericalista’”.

A continuación, sigue la transcripción de la homilía del Papa realizada por la edición italiana de Vatican News.

***

 

Homilía del Santo Padre

Ambas lecturas son una profecía de la Pasión del Señor. José vendido como esclavo por 20 siclos de plata, entregados a los gentiles. Y la parábola de Jesús, que claramente habla simbólicamente del asesinato del Hijo. Esta historia de “un hombre que poseía un pedazo de tierra, plantó un viñedo allí – el cuidado con el que lo había hecho -, lo rodeó con un seto, cavó un agujero y construyó una torre – lo había hecho bien – luego lo alquiló a los agricultores y se fue lejos”.

Este es el pueblo de Dios. El Señor eligió a esa gente, hay una elección de esa gente. Son el pueblo de la elección. También hay una promesa: “Continúa. Tu eres mi pueblo”, una promesa hecha a Abraham. Y también hay una alianza con el pueblo en Sinaí. El pueblo debe custodiar en la memoria la elección, que es un pueblo elegido, la promesa de mirar hacia adelante con esperanza y la alianza para vivir cada día la fidelidad. Pero en esta parábola sucede que, cuando llegó el momento de cosechar los frutos, esta gente había olvidado que no eran los amos: “Los campesinos tomaron a los sirvientes, a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon. Luego envió otros sirvientes, más numerosos, pero los trataron de la misma manera”. Ciertamente Jesús muestra aquí – está hablando con los doctores de la ley – cómo los doctores de la ley trataron a los profetas. “Finalmente les envió a su propio hijo”, pensando que tendrían respeto por su hijo.  “Pero los campesinos, al ver al hijo, se dijeron: ‘Este es el heredero’. ¡Vamos, matémoslo y tendremos su herencia!”.

Robaron la herencia, que era otra. Una historia de infidelidad, de infidelidad a la elección, de infidelidad a la promesa, de infidelidad al pacto, que es un don. La elección, la promesa y el pacto son un don de Dios. Deslealtad al don de Dios. No entender que fue un regalo y tomarlo como propiedad. Esta gente se apropió del regalo y eliminaron este ser don para transformarlo en “mi” propiedad. Y el don que es la riqueza, es la apertura, es la bendición, ha sido cerrado, enjaulado en una doctrina de leyes, muchas. Se ha ideologizado. Y así el don ha perdido su naturaleza de don, ha terminado en una ideología. Sobre todo en una ideología moralista llena de preceptos, incluso ridícula porque se reduce a la casuística para todo. Se apropiaron del don.

Este es el gran pecado. Es el pecado de olvidar que Dios se ha hecho don para nosotros, que Dios nos ha dado esto como un don y, olvidándolo, convertirse en maestros. Y la promesa no es ya promesa, la elección no es ya elección: “El pacto debe ser interpretado según mi opinión, ideologizado”. Aquí, en esta actitud, veo quizás el comienzo, en el Evangelio, del clericalismo, que es una perversión, que siempre niega la elección gratuita de Dios, la alianza gratuita de Dios, la promesa gratuita de Dios. Olvida la gratuidad de la revelación, olvida que Dios se manifestó como don, se ha hecho don para nosotros y debemos darlo, hacerlo ver a los demás como don, no como nuestra posesión.

El clericalismo no es algo propio solo de estos días, la rigidez no es algo de estos días, ya estaba allí en tiempos de Jesús. Y luego Jesús continuará con la explicación de las parábolas – este es el capítulo 21 -, pasará al capítulo 23 con la condena, donde se observa la ira de Dios contra aquellos que toman el don como propiedad y reducen su riqueza a los caprichos ideológicos de su mente. Pidamos hoy al Señor la gracia de recibir el don como un don y de transmitir el don como don, no como una propiedad, no de una manera sectaria, de una manera rígida, de una manera “clericalista”.

 

Traducción de zenit

 

 

 

 

13/03/2020-15:04
Larissa I. López

Roma: Los templos parroquiales permanecerán abiertos

(zenit— 13 marzo 2020).- La diócesis de Roma ha determinado que las iglesias no parroquiales y, más en general, los edificios de culto de cualquier tipo permanezcan cerrados al acceso público; quedan abiertas, no obstante, las iglesias parroquiales y las que constituyen las sedes de las misiones con cuidado de las almas y equivalentes.

Así ha informado hoy, 13 de marzo de 2020, el propio Vicariato de Roma, en una nota firmada por el cardenal vicario Angelo De Donatis.

 

Modificación

Igualmente, el comunicado indica que los oratorios de las comunidades constituidas de forma permanente (religiosas y monásticas) siguen siendo accesibles, "limitados a las mismas comunidades que los utilizan habitualmente como residentes y cohabitantes, con la prohibición del acceso de los fieles que no son miembros permanentes de estas comunidades".

Esta disposición constituye una modificación en relación con el Decreto Prot. n° 468/20 emitido ayer, 12 de marzo de 2020, concretamente, en lo establecido en el n° 1 del mismo y relacionada con el acceso público a los templos de la diócesis ante la emergencia del coronavirus. En dicho punto se establecía el cierre de todas las iglesias hasta el viernes 3 de abril de 2020.

 

Responsabilidad

Ante dicho cambio, la responsabilidad de acudir a los templos permitidos se atribuye a los sacerdotes y a todos los fieles, "para no exponer a la población a ningún peligro de contagio y, al mismo tiempo, evitar el signo de la prohibición física de acceso al lugar de culto mediante su cierre, que podría crear desorientación y una mayor sensación de inseguridad".

Asimismo, el texto expone que "toda medida de precaución eclesial debe tener en cuenta no solo el bien común de la sociedad civil, sino también ese bien único y precioso que es la fe, especialmente la de los más pequeños".

 

Estar cerca del Pueblo de Dios

En este sentido, tal y como indica una carta adicional del cardenal De Donatis, esta decisión es fruto del encuentro hoy con el mensaje del Papa Francisco, que les ha hecho considerar el riesgo de que las personas se sientan "aún más aisladas".

Del mismo modo, encomendándose a su discernimiento, la misiva se dirige a los sacerdotes "estad muy cerca del pueblo de Dios, hacer que cada uno se sienta amado y acompañado, ayudad a todos a percibir que la Iglesia no cierra sus puertas a nadie, sino que se preocupa de que ningún 'pequeño' arriesgue su vida o sea olvidado". Y también "tomad todas las precauciones necesarias para llevar el consuelo de los sacramentos a los enfermos, asegurar la ayuda a las necesidades de los pobres y de los que no tienen con quien contar, evitad todas aquellas situaciones de contacto entre personas que puedan crear peligro para la salud".

Finalmente, la carta recuerda que "la oración en familia, una tradición de nuestros padres y abuelos, debe ser recuperada e incrementada, también a través de los subsidios del oficio litúrgico y de las iniciativas en las redes sociales (fflopregoacasa, #yorezoencasa)".

 

Dispensa del precepto dominical

Igualmente, la nota anteriormente citada remarca que "solo podemos frenar esta trágica eventualidad aplicando medidas para frenar el contagio y permitiendo que el Servicio Sanitario Nacional se reorganice. Los italianos están creciendo en la conciencia de que detrás de la invitación a no salir de casa hay una necesidad improcastrinable de proteger el bien común".

Por otro lado, no obstante, se pide a los feligreses que hasta el 3 de abril se atengan a las directrices de la Presidencia del Consejo de Ministros de los últimos días y se les confirma que están dispensados de cumplir con el precepto dominical.

 

 

 

13/03/2020-19:47
Redacción

Orientaciones de la Conferencia Episcopal Española ante la crisis del Covid-19

(zenit— 13 marzo 2020).- La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española ofrece nuevas orientaciones pastorales, tras la declaración del estado de alarma por parte del gobierno español, anunciado por el presidente Pedro Sánchez en la tarde del viernes, 13 de marzo de 2020.

"Esta situación nos convoca a una creatividad pastoral para ayudarnos unos a otros a vivir la Cuaresma y la Semana Santa de una manera nueva", indican los obispos españoles. "Los pastores somos especialmente convocados a una nueva entrega y creatividad en la manera de acompañar al Pueblo de Dios".

"Ánimo, soy yo, no tengáis miedo" (Mt 14, 27), escriben los pastores. En tiempos de tribulación, "el Señor sigue presente y nos acompaña con palabras de ánimo al mismo tiempo que nos envía a cuidar y alentar a quienes nos rodean. Constantemente nos saluda: 'paz a vosotros".

 

Estado de alarma

La medida se aprobará mañana, sábado, 14 de marzo de 2020, en un Consejo de Ministros extraordinario. La Ley Orgánica de los estados de alarma, excepción y sitio contempla en su artículo 4 que el estado de alarma podrá ser decretado cuando haya "una alteración grave de la normalidad", y detalla que esta puede ser "una crisis sanitaria", "tales como epidemias y situaciones de contaminación graves".

Mons. Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), recomienda que se sigan las misas por radio y televisión ante la crisis del coronavirus.

A continuación, reproducimos las orientaciones de la Conferencia Episcopal Española.

 

1.- Preocupación y responsabilidad

La emergencia sanitaria que estamos sufriendo con el coronavirus Covid-19, pone en primer plano la preocupación máxima por la gravedad de la situación creada en todos los lugares y actividades, que sigue experimentando un crecimiento exponencial.

Junto a esta razonable preocupación, deseamos indicar las medidas necesarias, algunas de carácter extraordinario, siguiendo los consejos y las decisiones que desde el Gobierno, el ministerio de Sanidad y las comunidades autonómicas se están indicando. Agradecemos la entrega generosa de tantas personas que están ayudando en esta crisis, cada cual desde su responsabilidad.

Como cristianos, queremos vivir estos momentos con toda nuestra responsabilidad ciudadana, con la solidaridad fraterna hacia las personas afectadas, y con la confianza en el Señor que en tiempos de prueba nunca nos deja de su mano, sino que sostiene nuestra esperanza y nos invita a la conversión.

Esta situación global es signo también de los vínculos que nos unen y que fundan la llamada a la solidaridad en el cuidado a las personas más débiles y necesitadas de ayuda, enfermos mayores y solos.

También hemos de disponemos a un nuevo y exigente ejercicio de fraterna solidaridad ante las consecuencias económicas y sociales que se temen como consecuencia de este problema global. Este momento de gran necesidad puede ser, esperamos, ocasión para fortalecer, entre todos, la solidaridad y el trabajo en favor de un objetivo común.

 

2.- Caridad activa para no exponernos al contagio ni ser cauce del contagio a otros.

Las medidas que hemos de estar dispuestos a poner en práctica han de ayudarnos a no contraer la enfermedad y así no ser la causa de que otros cercanos a nosotros se contagien. Por ello estamos llamados a realizar esfuerzos y renuncias aunque resulten dolorosas. Especialmente los jóvenes están llamados a colaborar y dar testimonio de fraternidad.

Por ello, hacemos un llamamiento a seguir las indicaciones de los responsables de la salud para evitar el avance acelerado de la enfermedad con las medidas higiénicas y evitando contactos que faciliten el contagio. Estas recomendaciones estarán vigentes hasta que lo determinen las autoridades sanitarias y se pueden resumir en:

"Aplicar medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente con agua y jabón o con solución hidro alcohólica, taparse al toser con pañuelo desechable inmediatamente o en el pliegue del codo, así como la limpieza de superficies que hubieran podido ser salpicadas con tos o estornudos".

En cualquier caso, se recomienda evitar lugares concurridos en los que no sea posible mantener la distancia de seguridad interpersonal de, al menos, un metro. Se recomienda salir de casa lo menos posible.

 

3.- Medidas en relación a la catequesis, actividades formativas y celebración de la Iglesia

Se deben suspender las catequesis presenciales. Es importante animar a continuar la catequesis en familia para lo cual las parroquias han de ofrecer orientaciones y recursos. También se suspenden las charlas, encuentros formativos, actos de devoción, conciertos, conferencias o eventos de carácter similar en templos y dependencias diocesanas.

Mientras dure esta situación de emergencia recomendamos seguir la celebración de la Eucaristía en familia por los medios de comunicación. Debido a su vulnerabilidad, es aconsejable que las personas con enfermedades crónicas, ancianas, debilitadas o con riesgo potencial, y quienes conviven con ellas, se abstengan de acudir a la celebración de la Eucaristía. A todos se nos está recomendando salir de casa lo menos posible.

Las celebraciones habituales de la Eucaristía pueden mantenerse con la sola presencia del sacerdote y un posible pequeño grupo convocado por el celebrante. En caso de celebraciones abiertas al pueblo recomendamos evitar la concentración de personas, siguiendo las instrucciones citadas en el apartado 2. Durante este tiempo cada obispo puede dispensar del precepto dominical a quienes no participen presencialmente en la Eucaristía por estos motivos.

Con respecto a la celebración de funerales y exequias, se recomienda que participen únicamente los familiares y personas más allegadas manteniendo las mismas prevenciones que en los apartados anteriores. Pospónganse en la medida de lo posible las demás celebraciones. Las procesiones de este tiempo han de suprimirse.

De manera extraordinaria, se recomienda recibir la comunión en la mano. Los celebrantes y quienes distribuyen la comunión y preparan los objetos litúrgicos deben extremar el cuidado en la desinfección de las manos. Debe de omitirse el rito de la paz o expresarse en un gesto que evite el contacto físico.

El sacramento del perdón podría celebrarse en espacios o ámbitos que aseguren la intimidad y la distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias. Los presbíteros estamos llamados a ofrecer medios para preparar la celebración en casa, tiempo y espacios adecuados para ofrecer la Misericordia a quien la solicite en este singular tiempo cuaresmal.

 

4.- Unidos en la oración. Tiempo de creatividad espiritual y pastoral

Más que nunca hemos de abrirnos a contemplar el Misterio desvelado en la Cruz gloriosa de Jesucristo. Las medidas presentes y futuras nos obligan a mantener distancias. Cultivemos la cercanía de la oración. Oremos unos por otros, por quienes están padeciendo la enfermedad, por sus familiares y amigos, por el personal sanitario, así como por quienes trabajan por la contención en la propagación del virus.

Esta situación nos convoca a una creatividad pastoral para ayudarnos unos a otros a vivir la Cuaresma y la Semana Santa de una manera nueva. Los pastores somos especialmente convocados a una nueva entrega y creatividad en la manera de acompañar al Pueblo de Dios.

En este itinerario cuaresmal, carente de algunos signos litúrgicos comunitarios y de las expresiones de la devoción popular en la calle, estamos llamados a un camino aún más arraigado en lo que sostiene la vida espiritual: la oración, el ayuno y la caridad. Que los esfuerzos realizados para contener la propagación del coronavirus se acompañen del compromiso de cada fiel para el bien mayor: el cuidado de la vida, la derrota del miedo, el triunfo de la esperanza.

Los templos pueden permanecer abiertos para la oración personal e invocar al Señor los dones de la sabiduría y fortaleza para vivir este momento.

 

5.- Colaboración y revisión de criterios

Mostramos nuestra disposición a colaborar responsablemente en todo lo necesario para el control de esta pandemia atendiendo a las indicaciones de las autoridades sanitarias, especialmente la concreción del estado de alarma, por lo que estos criterios podrán ser actualizados en la medida en que evolucionen los acontecimientos y surjan nuevas medidas por parte de las Administraciones públicas.

Esta es una circunstancia en la que elevar nuestra mirada al Señor desde la fragilidad del nuestra humana condición recordada el Miércoles de ceniza. En este inesperado desierto que atravesamos, se despertará una mirada a Dios y una mayor acogida y solicitud por los hermanos, especialmente por los enfermos y los más faltos de alegría y confianza.

En la oración de Laudes y Vísperas, así como en las preces de la Santa Misa, se eleven oraciones al Señor y al cuidado de la Santísima Virgen, para que nos sostengan en la esperanza a todos, alivien a los que sufren las consecuencias de este virus, mientras encomendamos al buen Dios a los fallecidos, pidiendo para ellos el eterno descanso.

Hagamos nuestra la oración que el Papa Francisco nos invita a rezar en estos momentos:

"Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos con la voluntad del Padre y a hacer lo que nos diga Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas, que estamos en la prueba, y líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita".

 

 

 

13/03/2020-19:23
Rosa Die Alcolea

El Rosario, la mejor medicina contra el coronavirus

(zenit— 13 marzo 2020).- "El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado", decía san Josemaría en Camino, 558. La oración mariana es la mejor vacuna contra el coronavirus, y se convoca a la velocidade del rayo vía Whatsapp, Instagram, Facebook, Twitter, email...

Ante la ansiedad, preocupación y pánico desatado por la crisis del coronavirus, que ya afecta a más de 115 países, la parroquia de Santa María en Greenwich, Connecticut, Estados Unidos, rezará el Rosario el próximo sábado, 14 de marzo de 2020, a las 7pm (hora de EEUU), con invocación Nuestra Señora de Fátima.

Después del rezo de la oración mariana, celebrará la Misa el padre Miguel Bernal, español. Esta es la celebración eucarística en español más importante en el área. Se transmitirá online también a través de TheRosaryNetwork.org

El lunes, 9 de marzo de 2020, comenzó la primera serie del Santo Rosario a nivel nacional e internacional para pedir a la Madre Santísima el fin del Coronavirus. "Rezaremos por las víctimas del Coronavirus y por todos los que sufren miedo y ansiedad por la enfermedad", indicó el promotor.

 

Convocatoria del Opus Dei

Asimismo, el Opus Dei ha convocado a todos los fieles a rezar el Rosario el sábado, 14 de marzo, a las 7pm hora española, a través de la cuenta de Instagram de la prelatura, dirigido a todos los hispanohablantes en el mundo.

El Rosario es una oración tradicional católica que busca honrar a la Virgen. En un inicio constaba de quince "misterios" que recordaban momentos (gozosos, dolorosos y gloriosos) de la vida de Jesús y de María. En el año 2002 san Juan Pablo II añadió los misterios luminosos que permiten meditar sobre la vida pública de Jesús.

 

¿Cómo rezar el Rosario?

El Rosario se inicia con la señal de la Cruz. Posteriormente se anuncian cada uno de los cinco misterios que se contemplan ese día. Los lunes y sábados se contemplan los misterios gozosos; los martes y viernes, los dolorosos; los jueves, los luminosos; y los miércoles y domingos, los gloriosos. Cada misterio se compone de un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.

Cuando se han rezado los cinco misterios, se rezan las letanías de la Virgen, oraciones de alabanza a nuestra Madre. Según las tradiciones de distintos lugares, a esta estructura básica para rezar el Rosario se añaden algunas jaculatorias y oraciones que expresan la riqueza de la piedad popular. Aquí tienes una guía para rezarlo.

 

 

 

13/03/2020-17:52
Rosa Die Alcolea

Conferencias Episcopales Europeas: "Madre de la Salud y de la Esperanza, ruega por nosotros"

(zenit — 13 marzo 2020).- Los presidentes de las dos organizaciones que representan las Conferencias Episcopales de los países europeos, Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) y del Consilium Conferentiarum Episcoporum Europae (CCEE), proponen una oración a todos los fieles, en este difícil momento de dura prueba debido a la pandemia causada por el COVID-19, para que "juntos elevemos nuestra oración común a Dios buscando su ayuda, consuelo y salvación".

El cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente de la COMECE, y el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Genova y presidente del CCEE, han emitido un comunicado este viernes, 13 de marzo de 2020.

Esta es la oración a la que invitan los representantes de los prelados europeos, en unión ante la crisis sanitarias que ya afecta a más de 115 países, confirmada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Oración

Dios Padre, Creador del mundo, todopoderoso y misericordioso, que por nuestro amor enviaste a tu Hijo al mundo como médico de almas y cuerpos, mira a tus hijos que en este difícil momento de desconcierto y consternación en muchas regiones de Europa y del mundo recurren a Ti en busca de fortaleza, salvación y alivio, libéranos de la enfermedad y el miedo, sana a nuestros enfermos, consuela a sus familias, da sabiduría a nuestros gobernantes, energía y recompensa a los médicos, enfermeras y voluntarios, y vida eterna a los fallecidos. No nos abandones en el momento de la prueba y libéranos de todo mal.

Te lo pedimos a Ti, que con el Hijo y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Santa María, Madre de la Salud y de la Esperanza, ruega por nosotros!

 

 

 

13/03/2020-12:12
Redacción

Cardenal Osoro: "Dios es nuestra esperanza" ante el coronavirus en Madrid

(zenit— 13 marzo 2020).- Mons. Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, elegido recientemente vicepresidente de la Conferencia Episcopal española, asegura que "Dios es nuestra esperanza" ante el "momento difícil en la comunidad autónoma de Madrid, muchos han sido contagiados por coronavirus y todos estamos preocupados por la situación".

Así lo ha comunicado hoy, 13 de marzo de 2020, a través de un comunicado, invitando a "adentramos en la confianza absoluta en Dios, fuente de salvación y de esperanza".

En la última actualización de datos del Ministerio de Sanidad, ayer 12 de marzo de 2020 a las 18 horas, son 1.388 las personas infectadas por el Covid-19 en Madrid, y un total de 3.004 contagiados y 90 fallecidos en toda España.

 

Indicaciones

El cardenal Osoro propone varias instrucciones para seguir en este momento de emergencia:

1. Prevenir el contagio es una responsabilidad ciudadana y cristiana de primer orden en estos momentos. Cada persona y su comportamiento es el más importante factor de protección. Reitero las recomendaciones que os hice en la nota que emitimos el martes pasado, 10 de marzo, y la conveniencia de atender lo que determinen las autoridades sanitarias en cada momento.

2. Tenemos el deber de limitar al máximo la actividad grupal en todos los ámbitos de la Iglesia diocesana. La prudencia y la creatividad nos indicarán, en cada caso, cómo no dejar de atender servicios básicos. A modo de ejemplo, la Delegación de Catequesis está preparando catequesis no presenciales.

3. Todos los fieles cristianos de la diócesis de Madrid están dispensados de la asistencia a la celebración dominical. Podemos seguir la santa Misa por radio o televisión, así como por internet. El Arzobispado de Madrid está retransmitiendo por su canal de YouTube (www.youtube.com/archimadrid) la celebración de la Eucaristía diariamente, a las 19:00 horas desde la catedral de Santa María la Real de la Almudena. La comunión espiritual es una práctica tradicional de la Iglesia que hemos de recuperar en estas dolorosas circunstancias, y puede ser ocasión de santificación y de comunión eclesial.

4. Aunque sea con un número muy limitado de fieles, incluso sin ellos, procuren los sacerdotes celebrar diariamente la Eucaristía, ofreciéndola especialmente por las personas fallecidas y enfermas, y poniendo como intención la superación de esta pandemia. En cualquier caso, la limitación de no ocupar más de un tercio del aforo de las parroquias, iglesias y oratorios es de obligado cumplimiento.

5. En el rezo de la Liturgia de las Horas y en todas las Eucaristías se debe pedir para que el Señor ilumine y dé fuerza al personal sanitario, vele por los enfermos y a todos nos haga responder con responsabilidad y solidaridad a este nuevo desafio, ocasión de conversión.

6. Las medidas más concretas en cada caso, incluida la suspensión de la Eucaristía pública, podrán ser prudencialmente adoptadas por los vicarios episcopales en comunicación continua con el arzobispo y sus obispos auxiliares; a expensas también de nuevas indicaciones de las autoridades sanitarias.

7. Para las Confesiones se debe buscar un espacio amplio en los despachos y locales de la Iglesia.

8. Insisto en que en esta situación adversa no podemos olvidar el deber de atención espiritual y material a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los niños y a las personas
vulnerables, que en nuestra tradición ha constituido siempre la máxima preocupación para la Iglesia.

Asimismo, anima a la gente a quedarse en casa y extremar las precauciones, viviendo esta cuarentena como una "oportunidad inesperada para la oración y la quietud, para encomendarnos a Dios, que es fuente de salvación y de esperanza".

 

Evangelio de la samaritana

Este domingo, 15 de marzo de 2020, III de Cuaresma, se va a proclamar el Evangelio de la samaritana, "donde se nos presenta a Jesús cansado del camino y sentado junto a un pozo en territorio samaritano. Pide de beber a una mujer que reacciona preguntándole: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?, porque entre judíos y samaritanos había una tremenda barrera religiosa. Nosotros, gracias a Dios, sabemos que todos somos hijos de Dios y hermanos", asegura el cardenal Osoro.

Anima a todos los españoles a que se ayuden "unos a otros y no tengamos reparos en cuidarnos, permaneciendo especialmente pendientes de quienes más lo necesitan. Es bueno que, en estos momentos, obremos según nos dicen las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas para atajar y vencer esta pandemia. Y que agradezcamos el esfuerzo y la entrega del personal sanitario, que piensa más en los demás que en ellos mismos".

 

Oración y diálogo

El presidente de la CEE invita a "la oración y el diálogo con el Señor para descubrir nuestra verdad como hizo la samaritana. Dejemos que Jesús toque nuestro corazón en esta situación. Tengamos esperanza y pidamos con todas nuestras fuerzas lo que aquella mujer pidió".

"Podemos hacerlo, por intercesión de la Virgen, con una oración que el Papa Francisco ha compuesto para estos momentos: Oh, María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la Cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros de que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba", añade Mons. Osoro en su carta.

 

 

 

13/03/2020-18:20
Rosa Die Alcolea

Arzobispo Gomez: "Dios no nos abandona, Él va con nosotros en este tiempo de prueba"

(zenit— 13 marzo 2020).- "Dios no nos abandona, Él va con nosotros incluso ahora en este tiempo de prueba y dificultad", recuerda el arzobispo José H. Gomez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, en nombre de los obispos estadounidenses ante el brote mundial del coronavirus.

El presidente de la USCCB emitió un comunicado este viernes, 13 de marzo de 2020, haciendo un llamado a la oración con respecto al coronavirus (COVID-19) y exhortando a la "solidaria humanidad", ya que "los pueblos de este mundo son nuestros hermanos y hermanas, que todos somos una sola familia al cuidado de Dios".

"En este momento, es importante para nosotros anclar nuestros corazones con la esperanza que tenemos en Jesucristo", escribe el prelado. "Ahora es el momento de intensificar nuestras oraciones y sacrificios por el amor de Dios y el amor a nuestro prójimo. Acerquémonos unos a los otros en nuestro amor por él y redescubramos las cosas que realmente importan en nuestras vidas".

Unidos al Papa Francisco, sugiere rezar en solidaridad por los hermanos y hermanas que están enfermos en todo el mundo. "Oremos por aquellos que han perdido a seres queridos a causa de este virus. Que Dios los consuele y les conceda paz".

Así como por los médicos, enfermeras y cuidadores, por los funcionarios de salud pública y todos los líderes cívicos. "Que Dios les conceda coraje y prudencia al tratar de responder a esta emergencia con compasión y al servicio del bien común", ha indicado Gomez.

"En este momento de necesidad, invito a todos los fieles a buscar juntos la intercesión materna de Nuestra Señora de Guadalupe", ha señalado el presidente de los obispos estadounidenses, y ha compartido con los fieles la siguiente oración:

***

 

Virgen Santísima de Guadalupe,
Reina de los Ángeles y Madre de las Américas.
Acudimos a ti hoy como tus amados hijos.
Te pedimos que intercedas por nosotros con tu Hijo,
como lo hiciste en las bodas de Caná.

Ruega por nosotros, Madre amorosa,
y obtén para nuestra nación, nuestro mundo,
y para todas nuestras familias y seres queridos,
la protección de tus santos ángeles,
para que podamos salvarnos de lo peor de esta enfermedad.

Para aquellos que ya están afectados,
te pedimos que les concedas la gracia de la sanación y la liberación.
Escucha los gritos de aquellos que son vulnerables y temerosos,
seca sus lágrimas y ayúdalos a confiar.

En este tiempo de dificultad y prueba,
enséñanos a todos en la Iglesia a amarnos los unos a los otros y a ser pacientes y amables.

Ayúdanos a llevar la paz de Jesús a nuestra tierra y a nuestros corazones.
Acudimos a ti con confianza, sabiendo que realmente eres nuestra madre compasiva,
la salud de los enfermos y la causa de nuestra alegría.

Refúgianos bajo el manto de tu protección, mantennos en el abrazo de tus brazos,
ayúdanos a conocer siempre el amor de tu Hijo, Jesús. Amén.

 

 

 

13/03/2020-13:00
Redacción

Andrea Tornielli: "El aniversario de un Papa que nos guía acompañándonos"

(ZENIT — 9 enero 2020).- Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio de Comunicación del Vaticano, ha publicado un editorial en la edición española de Vatican News del 12 de marzo de 2020, sobre el aniversario del Papa Francisco y el comienzo de su octavo año de ministerio petrino.

A continuación, ofrecemos el artículo íntegro:

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Editorial

El comienzo del octavo año del pontificado del Papa Francisco cae en un momento dramático para toda la humanidad, llamada a enfrentar la pandemia de COVID-19. El llamado, fuerte y para todos, a mantener nuestra mirada fija en lo esencial requiere que este aniversario se celebre de una manera diferente a la de años anteriores. En estos días difíciles, mientras cada uno de nosotros se enfrenta dramáticamente con la precariedad de la existencia, el Papa Francisco ha elegido acompañarnos con la oración, encomendando a María y con la celebración diaria de la Eucaristía en la Misa en la Casa Santa Marta, excepcionalmente transmitida en directa streaming todas las mañanas para todo el mundo.

Después de todo, precisamente estas Misas, las celebraciones diarias del Papa «párroco» que predica a pequeños grupos de fieles diciéndoles lo que despertó en él la meditación sobre la Palabra de Dios proclamada ese día, representan una de las innovaciones más significativas del pontificado. Un acompañamiento diario, que se ha convertido en una cita reconfortante para muchas personas que en estos siete años han buscado y leído el resumen de la homilía de Santa Marta ofrecida por los medios de comunicación del Vaticano. Ahora, este sencillo y concreto acompañamiento del Papa que celebra la misa en la capilla de su residencia ofreciendo el sacrificio eucarístico por los que sufren, por los enfermos, por sus familiares, por los médicos, enfermeras, voluntarios, los ancianos solos, los presos, las autoridades, se ha vuelto aún más evidente y reconfortante.

El Miércoles de Ceniza, cuando la emergencia del Coronavirus aún no se percibía tan claramente, el Sucesor de Pedro dijo: «Comenzamos la Cuaresma recibiendo las cenizas: 'Recuerda que eres polvo y en polvo volverás'. El polvo en la cabeza nos trae de vuelta a la tierra, nos recuerda que venimos de la tierra y que volveremos a la tierra. Es decir, somos débiles, frágiles, mortales. A través de los siglos y milenios que estamos atravesando, frente a la inmensidad de galaxias y el espacio, somos pequeños. Somos polvo en el universo. Pero somos el polvo amado por Dios. Al Señor le encantaba recoger nuestro polvo en nuestras manos y soplar su aliento de vida. Entonces somos polvo precioso, destinados a vivir para siempre. Somos la tierra en la que Dios ha derramado su cielo, el polvo que contiene sus sueños. Somos la esperanza de Dios, su tesoro, su gloria». El Papa concluyó su homilía con estas palabras: "Permitámonos reconciliarnos para vivir como hijos amados, como pecadores perdonados, como enfermos curados, como viajeros acompañados. Dejémonos amar para amar. Permitámonos levantarnos, caminar hacia la meta, la Pascua. Tendremos la alegría de descubrir que Dios nos resucita de nuestras cenizas".

Propio para dar testimonio de esta mirada de esperanza y este abrazo para todos, el Papa que nos guía acompañándonos, el martes 10 de marzo, al comienzo de la Misa en Santa Marta, quiso rezar en particular por los sacerdotes, para que en este momento tengan la fuerza para acompañar, consolar y estar cerca de quienes sufren. Y, mientras toman todas las precauciones posibles, tienen «el coraje de salir e ir a los enfermos, aportando la fuerza de la Palabra de Dios y la Eucaristía y acompañando a los trabajadores de la salud, voluntarios» en el extraordinario servicio que llevan a cabo.

 

 

 

13/03/2020-12:42
Redacción

Venezuela: El obispo de San Cristóbal invita a rezar para la liberación del coronavirus

(zenit— 13 marzo 2020).- El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, convocó ante la pandemia del Covid-19 a intensificar la oración como "acción propia de la Iglesia y que será de fundamental apoyo a toda campaña preventiva y curativa que se realice en medio de nosotros".

"Desde nuestras parroquias, comunidades e instancias eclesiales, escuelas y universidades católica, debemos tomar las previsiones necesarias atendiendo las recomendaciones de los médicos especialistas y autoridades sanitarias del país y la región", expresa monseñor Moronta en un mensaje.

El prelado recomienda evitar la zozobra, "no debemos prestarnos a rumores y falsos positivos que provoquen reacciones de pánico". Pero pide que tampoco se dejen llevar por "la indiferencia y el conformismo que relegan las previsiones a un segundo lugar".

Mons. Moronta recuerda que la oración "es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios. Siguiendo el consejo del evangelio de 'pidan y recibirán', intensifiquemos en estos momentos la plegaria llena de fe y confianza al Dios de la vida para que nos libre de ese terrible flagelo en nuestra región, en nuestro país y en el mundo".

El obispo exhorta a que se pida "al Señor nos libre del mencionado flagelo", y da unas pautas a los miembros de su Iglesia local: "que, en toda comunidad eclesial, escuela, familia, se rece cada día el Santo Rosario por esta intención. Igualmente, el jueves 12 de marzo se tenga la hora santa por esta intención. Pedimos que en toda comunidad eclesial el viernes 13 de marzo se celebre la eucaristía ante cualquier necesidad cuyas oraciones están en el Misal Romano; así como se realice el Vía Crucis. Asimismo, donde sea posible, el sábado 14 de marzo de 2020 se tenga una vigilia con exposición del Santísimo durante el día o la noche. Y el domingo 15, después de una de las celebraciones se tenga la procesión con el Santísimo por algunas calles de la parroquia y se imparta la bendición en las puertas del templo parroquial y haciéndolo mirando los cuatro puntos cardinales".

 

 

 

13/03/2020-08:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Giacomo Cusmano, 14 de marzo

"Este fundador e impulsor de diveras obras apostólicas, padre de los pobres y médico de profesión, nunca quiso la caridad del oro, del dinero, sino el oro de la caridad para llegar al corazón de los pecadores y conducirlos a Cristo"

125 años de su muerte se cumplieron en 2013. Y en este largo siglo transcurrido desde su deceso, la largueza evangélica que caracterizó su vida no ha hecho más que crecer. Nació el 15 de marzo del año 1834 en Palermo, Italia. Pertenecía a una acomodada familia. Fue el penúltimo de cinco hermanos. A los 3 años perdieron a su madre víctima de una epidemia de cólera. Una de las hermanas, Vincenzina, que era entonces una adolescente, contando con ayuda familiar se ocupó de los pequeños a quienes instruyó en las verdades de la fe. Giacomo, en particular, se sintió especialmente llamado a paliar el sufrimiento de los pobres; en ellos, y a pesar de su corta edad, veía a Cristo. Tuvo claro que la mejor vía para darles consuelo y asistencia era ser misionero. Este deseo, que acarició a lo largo de su infancia y adolescencia, reportaría incontables bendiciones. Su proverbial generosidad era tal, que tuvieron que poner a buen recaudo la llave de la despensa familiar porque repartía las viandas entre los indigentes. Y otro tanto hacía con prendas personales de abrigo, y su calzado.

Cursó estudios en el colegio Máximo, regido por los padres jesuitas y después se matriculó en la facultad de medicina. A los 21 años era un flamante médico dispuesto a sanar las lesiones físicas de los enfermos. Pudo haber gozado de privilegios, pero eligió a los menesterosos, y así lo hizo notar a su confesor. Éste le hizo pasar por la prueba, difícil para Giacomo en ese momento, de rasurarse la cuidada barba, cortarse el cabello y vestir toscamente, como lo hacían entonces muchos sacerdotes, lo cual suponía quedar a merced de las chanzas de sus contemporáneos. Pero él lo aceptó. Entendió que si iba a ocuparse de los indigentes, tenía que ponerse a su nivel.

Estudió teología y se dedicó a impartir catequesis. Su tarea, al ser guiada por el genuino espíritu evangélico, tuvo un sesgo de generosidad admirable. Los pobres encontraron en él a un profesional de la medicina que curaba sus heridas aunque no tuviesen medios para costear el tratamiento. Sin embargo, para una persona tan entregada como él, el ejercicio de la profesión se quedaba corto. Tenía el anhelo de llevar a todos a Cristo: "Sentí en mi alma el deseo de consagrarme a los pobres, para hacer propias sus miserias, para sacarlos de los terribles sufrimientos y acercarlos a Dios". No quería "la caridad del oro", del dinero, sino "el oro de la caridad". Con éste si podía llegar a las almas de los pecadores.

En su corazón resonaban las noticias que había oído en el convento de los padres jesuitas acerca de las grandes y sencillas gestas de los misioneros que evangelizaban América del Sur. Menos aún olvidaba su intento fracasado de haber partido a misiones en 1850 sin haber comunicado nada a su familia, y cómo su hermano Pedro, que conoció sus intenciones, impidió que se embarcara cuando estaba a punto de emprender el viaje. Había llegado el momento de dar ese paso que se le pedía, y confió a Vincenzina su deseo de consagrarse como fraile capuchino. Monseñor Turano, al que sometió su parecer, le animó a ser sacerdote. Fue ordenado en 1860. Su parroquia, los "Santos Cuarenta Mártires" de Palermo, rápidamente fue conocida por la excelsa labor caritativa que llevó a cabo como médico y como presbítero. Mientras, realizaba mortificaciones y penitencias. Tenía arte para recabar la ayuda de los pudientes y no le faltó su apoyo.

Un día de 1865, almorzando en casa de un amigo, reparó en el recipiente que el anfitrión colocó en el centro de la mesa, y en el que cada uno de los comensales depositaba una porción de comida que se destinaría después para dar de comer a los pobres. Con esa idea, en 1867 creó la Asociación del Bocado del Pobre. Lo hizo contra viento y marea, porque no todos estaban de acuerdo con el proyecto. La integraron sacerdotes y laicos de ambos sexos que colaboraban con él, y contó con la bendición de Pío IX. En 1870, Cusmano puso bajo el amparo de San José su obra. "Los que no pertenecen a nadie, son nuestros", repetía a los suyos.

El rápido crecimiento de esta asociación, la masiva afluencia de necesitados, junto a otras muchas dificultades que fueron apareciendo de forma incesante, le afectó espiritualmente. Su confianza se tambaleó en cierto sentido, al punto de pensar que en manos de otra Orden todo iría mejor. Orgullo y sentimiento de incapacidad es todo lo que tuvo ante sus ojos, con un sutil disfraz: considerar su indignidad para cumplir la voluntad divina. En suma, pensaba que el impedimento para que todo fuese bien era él mismo, y creyó que era mejor buscar la soledad, relegando su responsabilidad. Pero una noche de 1878, la Virgen, en un sueño le confortó y le animó a continuar su obra, haciéndole ver que todo lo que necesitaba era a su Hijo, el Niño Jesús que Ella portaba en sus brazos. Y Giacomo siguió adelante, contrito y gozoso, sin volver a dudar de que haciendo lo que se traía entre manos cumplía los designios de Dios.

Para poder ayudar a los indigentes convenientemente, en 1880 fundó las Siervas y los Siervos de los Pobres. Fue el impulsor de hospitales, casas destinadas a ancianos que vivían en el más completo abandono y no tenían medios para sobrevivir, y a huérfanos. Advirtió a los suyos: "No hagáis diferencias entre el Cristo sacramento y el Cristo en el pobre". León XIII, con el que mantuvo una audiencia privada, ensalzó su labor. Murió el 14 de marzo de 1888 de una pleuresía. Juan Pablo II lo beatificó el 30 de octubre de 1983.