Servicio diario - 19 de noviembre de 2020


 

PAPA FRANCISCO
América Latina: Mensaje del Papa para seminario sobre Iglesia y pandemia
Larissa I. López
19 y 20 de noviembre

CIUDAD DEL VATICANO
Colegio Cardenalicio: El cardenal Cantalamessa seguirá siendo sacerdote
Anne Kurian-Montabone
“Deseo morir en mi hábito franciscano”

PAPA FRANCISCO
Jubileo Pasionista: Mensaje de Papa en el tercer centenario del Instituto
Larissa I. López
Gratitud, profecía, esperanza

PAPA FRANCISCO
El Papa felicita a la Selección Internacional de Fútbol de Sacerdotes
Anne Kurian-Montabone
Condecorada por la Federación Italiana de Fútbol

IGLESIA LOCAL
Nicaragua: Muertes, inundaciones y deslaves tras el paso del huracán Iota
Cristhian Alvarenga
Más de 400.000 afectados

ESPIRITUALIDAD
Jubileo Pasionista: Misa inaugural presidida por el cardenal Parolin
Redacción zenit
El 22 de noviembre

EVENTOS ESPECIALES
Asís: Documento “Pero ¿qué puedo hacer por la Economía de Francisco?”
Larissa I. López
Hoy comienza el evento

TESTIMONIOS
Rosimeire y Juan: “El Padre Pío nos ayuda a mirar el futuro con esperanza”
Redacción zenit
Un año después de ‘Renacidos’

IGLESIA LOCAL
Venezuela: Aumentan las vocaciones al sacerdocio en tiempos de crisis
Larissa I. López
804 seminaristas en la actualidad

ENCUENTROS
Adoración Eucarística Mundial: Únete el próximo 21 de noviembre
Anita Bourdin
Entrevista al padre Kornél Fábry

ESPIRITUALIDAD
Chile: Santo Tomás se une para rezar el Rosario a María
Redacción zenit
Oración, reflexión y cantos

ESPIRITUALIDAD
Evangelio del 22 de noviembre: Reflexión de monseñor Enrique Díaz
Enrique Díaz Díaz
Fiesta de Cristo Rey

TESTIMONIOS
Beata María Fortunata Viti, 20 de noviembre
Isabel Orellana Vilches
Ofreció a Dios sus labores cotidianas


 

 

 

América Latina: Mensaje del Papa para seminario sobre Iglesia y pandemia

19 y 20 de noviembre

noviembre 19, 2020 16:38

Papa Francisco

(zenit – 19 nov. 2020).- El Papa Francisco ha enviado un videomensaje a los participantes del Seminario virtual sobre el tema “América Latina: Iglesia, Papa Francisco y los escenarios de la pandemia”.

Se trata de un evento promovido por la Comisión Pontificia para América Latina, la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que se celebra del 19 al 20 de noviembre.

En el videomensaje, el Santo Padre agradece a los organizadores esta iniciativa y augura “que pueda inspirar caminos, despertar procesos, crear alianzas e impulsar todos los mecanismos necesarios para garantizar una vida digna a nuestros pueblos, especialmente a los más excluidos, a través de la vivencia de la fraternidad y la construcción de la amistad social”.

“Cuando digo los más excluidos”, continúa el Papa, “no lo digo como diciendo dar la limosna a los más excluidos, o como un gesto de beneficencia, no, sino como clave hermenéutica. De allá tenemos que empezar, de toda periferia humana, de toda, si no empezamos de allá nos vamos a equivocar”.

“Y esta quizás es la primera depuración del pensamiento que tenemos que hacer”, añade.

Igualmente, Francisco resalta cómo “la pandemia ha dejado ver lo mejor y lo peor de nuestros pueblos y lo mejor y lo peor de cada persona. Ahora, más que nunca, es necesario retomar la conciencia de nuestra pertenencia común. El virus nos recuerda que la mejor forma de cuidarnos es aprendiendo a cuidar y proteger a los que tenemos al lado: conciencia de barrio, conciencia de pueblo, conciencia de región, conciencia de casa común”.

Ante el difícil panorama que se presenta, el Pontífice afirma que “los pueblos latinoamericanos nos enseñan que son pueblos con alma que supieron enfrentar con valentía las crisis y supieron engendrar voces que gritando en el desierto allanaron los caminos del Señor (cf. Mc 1,3)”.

“Por favor, ¡no nos dejemos robar la esperanza! El camino de la solidaridad como justicia es la mejor expresión de amor y de cercanía. De esta crisis, podemos salir mejores, y así lo han testimoniado tantas hermanas y hermanos nuestros en la entrega cotidiana de su vida y en las iniciativas que el Pueblo de Dios fue generando”, subraya.

Así, el Obispo de Roma invita a que, “impulsados por la luz del Evangelio, continúen saliendo junto a todas las personas de buena voluntad en busca de los que claman por ayuda, a la manera del buen samaritano, abrazando a los más débiles y construyendo —está muy desgastada la expresión, pero la voy a decir igual— construyendo una nueva civilización, pues, “el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día” (Fratelli tutti, 11).

A continuación, sigue el mensaje completo del Papa.

***

 

Mensaje del Santo Padre

Saludo a los participantes en este Seminario virtual titulado: “América Latina: Iglesia, Papa Francisco y los escenarios de la pandemia”, cuyo objetivo es reflexionar y analizar la situación de pandemia del COVID-19 en América Latina, sus consecuencias y, sobre todo, las posibles líneas de acción y ayuda solidaria a desarrollar por todos los que forman parte y entretejen la belleza y la esperanza del continente. Agradezco a los organizadores por esta iniciativa y auguro que pueda inspirar caminos, despertar procesos, crear alianzas e impulsar todos los mecanismos necesarios para garantizar una vida digna a nuestros pueblos, especialmente a los más excluidos, a través de la vivencia de la fraternidad y la construcción de la amistad social. Cuando digo los más excluidos, no digo, no lo digo como diciendo dar la limosna a los más excluidos, o como un gesto de beneficencia, no, sino como clave hermenéutica. De allá tenemos que empezar, de toda periferia humana, de toda, si no empezamos de allá nos vamos a equivocar. Y esta quizás es la primera depuración del pensamiento que tenemos que hacer.

La pandemia del Covid amplificó y puso en mayor evidencia los problemas y las injusticias socio-económicos que ya afectaban gravemente a Latinoamérica toda y con mayor dureza a los más pobres.

Ante las desigualdades y la discriminación, que aumentan la brecha social, se suman las difíciles condiciones en las que se encuentran los enfermos, y muchas familias que atraviesan tiempo de incertidumbre, y sufren situaciones de injusticia social. Y esto se evidencia al constatar que no todos cuentan con los recursos necesarios para llevar adelante las mínimas medidas de protección contra el COVID-19: techo seguro donde poder cumplir el distanciamiento social, agua, recursos sanitarios para higienizarse y desinfectar los ambientes, trabajo estable que garantice el acceso a los beneficios, por nombrar los más imprescindibles. Creo que esto tenemos que grabarlo mucho. Es ser concreto. No sólo como medida de protección —como mencioné recién—, sino como hechos que nos tienen que alarmar. ¿Todos tienen techo seguro? ¿Todos tienen acceso al agua? ¿Tienen recursos para higienizarse y desinfectar los ambientes? ¿Tienen trabajo estable? La pandemia hizo aún más visible nuestras vulnerabilidades preexistentes.

Estoy pensando también en este momento, en los hermanos y hermanas que además de sufrir el embate de la pandemia, ven con tristeza que el ecosistema de su entorno está en serio peligro por los incendios forestales que destruyen extensas zonas como el pantanal, la amazonia, que son el pulmón de América Latina y del mundo.

Somos conscientes de que los efectos devastadores de la pandemia los seguiremos viviendo por mucho tiempo, sobre todo en nuestras economías, que requieren atención solidaria y propuestas creativas para alivianar el peso de la crisis. En el Reino de Dios, que inicia ya en este mundo, el pan llega a todos y sobra, la organización social se basa en el contribuir, compartir y distribuir, no en el poseer, excluir y acumular. Estas dos ternas, creo que tienen que marcar un poco el ritmo de nuestro pensamiento. En el Reino de Dios el pan llega a todos y sobra; y la organización social se basa en el contribuir, compartir y distribuir, no en el poseer, excluir y acumular. Por ello, todos estamos llamados, individual y colectivamente, a realizar nuestro trabajo o misión con responsabilidad, con transparencia y con honestidad.

La pandemia ha dejado ver lo mejor y lo peor de nuestros pueblos y lo mejor y lo peor de cada persona. Ahora, más que nunca, es necesario retomar la conciencia de nuestra pertenencia común. El virus nos recuerda que la mejor forma de cuidarnos es aprendiendo a cuidar y proteger a los que tenemos al lado: conciencia de barrio, conciencia de pueblo, conciencia de región, conciencia de casa común. Sabemos que junto con la pandemia del COVID-19, existen otros malestares sociales —la falta de techo, la falta de tierra y la falta de trabajo, las famosas tres “T”— que marcan como el nivel y estos requieren una respuesta generosa y una atención inmediata.

Ante este sombrío panorama, los pueblos latinoamericanos nos enseñan que son pueblos con alma que supieron enfrentar con valentía las crisis y supieron engendrar voces que gritando en el desierto allanaron los caminos del Señor (cf. Mc 1,3). Por favor, ¡no nos dejemos robar la esperanza! El camino de la solidaridad como justicia es la mejor expresión de amor y de cercanía. De esta crisis, podemos salir mejores, y así lo han testimoniado tantas hermanas y hermanos nuestros en la entrega cotidiana de su vida y en las iniciativas que el Pueblo de Dios fue generando.

Hemos visto “la fuerza operante del Espíritu derramada y plasmada en valientes y generosas entregas” (Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, 27 marzo 2020). En este punto me dirijo también a quienes ejercen responsabilidades políticas y me permito, una vez más, convocar para rehabilitar la política, que “es una altísima vocación, que es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común”. Como dije en la reciente Encíclica Fratelli tutti: “Reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles. Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad, procesos sociales de justicia para todos, entra en ‘el campo de la más amplia caridad, la caridad política’. Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social” (Fratelli tutti, 180).

Y esto nos pide a todos aquellos que tenemos una función de liderazgo aprender el arte del encuentro y no propiciar ni avalar o utilizar mecanismos que hagan de la grave crisis una herramienta de carácter electoral o social. La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos. El desprestigio del otro lo único que logra es dinamitar la posibilidad de encontrar acuerdos que ayuden a aliviar en nuestras comunidades, pero principalmente a los más excluidos, los efectos de la pandemia. Y nosotros tenemos en América Latina, no sé en todo, pero en gran parte de América Latina, tenemos una habilidad muy grande para progresar en el desprestigio del otro. ¿Quién paga ese proceso de desprestigio? Lo paga el pueblo, progresamos en el desprestigio del otro a costa de los más pobres, a costa del pueblo. Es tiempo que la nota distintiva de aquellos que fueron ungidos por sus pueblos para gobernarlos sea el servicio al bien común y no que el bien común sea puesto al servicio de sus intereses. Todos conocemos las dinámicas de la corrupción que va por este lado. Y esto vale también para los hombres y mujeres de Iglesia; porque las internas eclesiásticas son una verdadera lepra que enferma y mata el Evangelio.

Los invito a que, impulsados por la luz del Evangelio, continúen saliendo junto a todas las personas de buena voluntad en busca de los que claman por ayuda, a la manera del buen samaritano, abrazando a los más débiles y construyendo —está muy desgastada la expresión, pero la voy a decir igual— construyendo una nueva civilización, pues, “el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día” (Fratelli tutti, 11).

Frente a estos grandes desafíos, pidámosle a la Guadalupana que nuestra tierra latinoamericana no se desmadre, es decir: que no pierda la memoria de su madre. Que la crisis lejos de separarnos nos ayude a recuperar y valorar la conciencia de ese mestizaje común que nos hermana y nos vuelve hijos de un mismo Padre.

Una vez más nos hará bien recordar que la unidad es superior al conflicto. Que su manto, su manto de Madre y de Mujer, nos cobije en un solo pueblo que, luchando por la justicia, pueda decir: “Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres” (Lc 1,54-55). Muchas gracias.

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

 

 

Colegio Cardenalicio: El cardenal Cantalamessa no será consagrado obispo

“Deseo morir en mi hábito franciscano”

noviembre 19, 2020 13:02

Ciudad del Vaticano

(zenit – 19 nov. 2020).- El presbítero franciscano Raniero Cantalamessa ha pedido al Papa Francisco una dispensa para no ser consagrado obispo, como se hace tradicionalmente, según ha declarado en una entrevista con el semanario diocesano Chiesa di Rieti.

El capuchino de 86 años, predicador de la Casa Pontificia, que predica al Papa y a la Curia Romana durante el Adviento, la Cuaresma y el Viernes Santo, continuará su ministerio: “El Santo Padre me ha informado que quiere que mi misión continúe…y ya he comenzado a trabajar en la predicación de Adviento que se celebrará este año en el Aula Pablo VI, para permitir el distanciamiento que requiere la epidemia”.

El cardenal designado vive ahora en Cittaducale, donde acompaña a una comunidad de clarisas capuchinas ermitañas: “Las conocí cuando aún estaban en su monasterio original”, dice, “y seguí todo su itinerario espiritual y jurídico. Cuando llegué a Cittaducale, tenía en mi corazón el deseo de poder vivir la vida de un ermitaño tan amado por mi Padre San Francisco y, con el acuerdo de mi ministro general, me trasladé allí para pasar los momentos en los que no estaba en viaje de predicación, compartiendo con ellos la soledad y la oración”.

Confesó su sorpresa ante el anuncio del Santo Padre: “Recibí la noticia como todos los demás, escuchando en vivo el Ángelus del Papa el domingo 25 de octubre. ¡Si no hubiera tenido un nombre tan especial en ese momento habría pensado que era otra persona”.

Y ha añadido: “He pedido al Papa una dispensa de la ordenación episcopal. El trabajo del obispo es ser pastor y pescador. A mi edad, poco podía hacer como ‘pastor’; en cambio, lo que podía hacer como ‘pescador’ lo puedo seguir haciendo anunciando la palabra de Dios. También tengo el deseo de morir en mi hábito franciscano”.

El monje ha recordado que no es el primer predicador de la Casa Pontificia en ser creado cardenal. Antes que él, el padre Anselmo Marzati di Monopoli fue creado cardenal por Clemente VIII en 1604, el padre Francesco Maria Casini por Clemente XI en 1712 y el padre Ludovico Micara da Frascati a manos de León XII en 1826.

“El nombramiento de cardenales de más de 80 años no implica ningún compromiso pastoral particular”, añade. “Por lo tanto, gracias a Dios y al Papa, podré seguir viviendo mi vida como siempre, predicando dentro de los límites impuestos por mi edad, y en este momento por la pandemia, y residiendo (…) en el eremitorio del Amor Misericordioso en Cittaducale, mientras siga perteneciendo (…) a la Curia General de los capuchinos en Roma”.

¿Cómo ve el capuchino su papel de “consejero del Papa”, al igual que los cardenales? “Sólo indirectamente, en el sentido de que el Papa, sin mi conocimiento, puede sacar alguna luz de la palabra de Dios que yo proclamo. En los dos cónclaves anteriores, para la elección de Benedicto XVI y el Papa Francisco, fui llamado a hacer esto también de manera directa, sosteniendo, a petición del Sagrado Colegio, una de las dos exhortaciones que los cardenales deben escuchar antes de entrar en el cónclave”.

Refiriéndose, además, al desarrollo masivo de la comunicación social, ha reconocido su “excelente” alcance, pero también sus límites: “La religión y el Evangelio corren el riesgo de convertirse en un pretexto para intereses que no tienen nada que ver con el Evangelio y no promueven realmente la concordia y la unidad entre los creyentes y entre los hombres en general”.

La designación de un sacerdote como cardenal es todavía una rareza, aunque está prevista en el Código de Derecho Canónico: “Para la promoción al cardenalato, el Romano Pontífice elige libremente a hombres que estén constituidos al menos en el orden del presbiterio, sobresalientes en doctrina, moral, piedad y prudencia en los negocios. Los que aún no son obispos deben recibir la consagración episcopal” (canon 351).

El Papa ya ha designado a varios de ellos: El 19 de noviembre de 2016, creó al cardenal Ernest Simoni, un albanés torturado y encarcelado bajo la persecución comunista, que lo conmovió hasta las lágrimas durante su viaje a Tirana en 2014. Este último también siguió siendo un sacerdote.

Por otra parte, el padre Aquilino Bocos Merinon, religioso claretiano español, creado cardenal el 29 de junio de 2018, recibió la consagración episcopal, así como el hermano Mauro Gambetti, guardián del Sacro Convento de Asís, y el padre Enrico Feroci, rector del santuario del Divino Amor, que será consagrado antes del consistorio el 28 de noviembre.

 

 

 

 

Jubileo Pasionista: Mensaje de Papa en el tercer centenario del Instituto

Gratitud, profecía, esperanza

noviembre 19, 2020 12:52

Papa Francisco

(zenit – 19 nov. 2020).- Con motivo de las celebraciones del Jubileo Pasionista, el Papa Francisco ha enviado un mensaje al padre Joachim Rego, superior general de la Congregación de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas).

Se trata del tercer centenario (22 de noviembre de 2020 – 1 de enero de 2020) de este Instituto, cuyo tema es “Renovar nuestra misión: gratitud, profecía, esperanza”.

En este jubileo, el Santo Padre se une espiritualmente a “vuestra alegría por el don de la vocación recibida para vivir y proclamar la memoria de la Pasión de Cristo, haciendo del misterio pascual el centro de vuestra vida”.

 

Nuevos objetivos apostólicos

Para Francisco, el carisma de los Pasionistas “es una irradiación del amor salvífico que brota del misterio trinitario, se revela en el amor al Crucificado (cf. Exhortación Apostólica Vita consecrata 17-19. 23), se derrama sobre una persona elegida por la Providencia y se extiende en una comunidad determinada, para implantarse en la Iglesia en respuesta a necesidades particulares de la historia”.

“Esta importante conmemoración del centenario representa una oportunidad providencial para emprender nuevos objetivos apostólicos, sin ceder a la tentación de ‘dejar las cosas como están’”. (Ap. Evangelii gaudium, 25)”, expresa el mensaje.

 

Testimonio de la identidad

“La humanidad se encuentra en la espiral de cambios que ponen en tela de juicio no sólo el valor de las corrientes culturales que la han enriquecido hasta ahora, sino incluso la íntima constitución de su ser”, describe el Papa, a la vez que les indica: “Se os pide que identifiquéis nuevos estilos de vida y nuevas formas de lenguaje para proclamar el amor del Crucificado, dando así testimonio del corazón de vuestra identidad”.

A este respecto, el Papa se reconoce conocedor de las reflexiones de la Congregación durante el Capítulo, que “os han llevado al compromiso de renovar vuestra misión, centrándoos en tres caminos: la gratitud, la profecía y la esperanza”.

 

Compromiso con la humanidad

Igualmente, el Pontífice espera que los miembros del citado Instituto “se sientan ‘marcados a fuego’ por la misión enraizada en la memoria passionis” y recordó que su fundador, San Pablo de la Cruz, “define la Pasión de Jesús como ‘la obra más grande y más bella del amor de Dios’ (Cartas II, 499)”.

“No os canséis de acentuar vuestro compromiso con las necesidades de la humanidad. Que esta preocupación misionera se dirija sobre todo a los crucificados de nuestro tiempo: los pobres, los débiles, los oprimidos y los descartados por las múltiples formas de injusticia”, deseó el Obispo de Roma.

“No es posible, en efecto, convencer a los demás del amor de Dios sólo a través de un anuncio verbal e informativo”, por ello, “se necesitan gestos concretos que hagan experimentar ese amor en nuestro mismo amor que se entrega compartiendo las situaciones crucificadas, incluso gastando nuestra vida hasta el final, aunque quede claro que entre el anuncio y su aceptación en la fe corre la acción del Espíritu Santo”, subrayó.

A continuación, sigue el mensaje completo del Papa.

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Mensaje del Santo Padre

Al Reverendo Padre Joachim REGO C.P.

Superior General

Congregación de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas)

Las celebraciones jubilares del tercer centenario de vuestra congregación me ofrecen la ocasión de unirme espiritualmente a vuestra alegría por el don de la vocación recibida para vivir y proclamar la memoria de la Pasión de Cristo, haciendo del misterio pascual el centro de vuestra vida (cf. Constituciones 64). Este carisma vuestro, como todos los carismas de la vida consagrada, es una irradiación del amor salvífico que brota del misterio trinitario, se revela en el amor al Crucificado (cf. Exhortación Apostólica Vita consecrata 17-19. 23), se derrama sobre una persona elegida por la Providencia y se extiende en una comunidad determinada, para implantarse en la Iglesia en respuesta a necesidades particulares de la historia. Para que el carisma perdure en el tiempo, es necesario hacer que se adapte a las nuevas exigencias, manteniendo viva la fuerza creadora de los comienzos.

Esta importante conmemoración del centenario representa una oportunidad providencial para emprender nuevos objetivos apostólicos, sin ceder a la tentación de “dejar las cosas como está”. (Ap. Evangelii gaudium25). El contacto con la Palabra de Dios en la oración y la lectura de los signos de los tiempos en los acontecimientos cotidianos os hará capaces de percibir el soplo creativo del Espíritu que alienta en el tiempo, señalando las respuestas a las expectativas de la humanidad. No se le escapa a nadie que vivimos hoy en un mundo donde nada es como antes. La humanidad se encuentra en la espiral de cambios que ponen en tela de juicio no sólo el valor de las corrientes culturales que la han enriquecido hasta ahora, sino incluso la íntima constitución de su ser. La naturaleza y el cosmos, sometidos al dolor y a la caducidad por la manipulación humana (cf. Rom 8:20), adquieren preocupantes rasgos degenerativos. A vosotros también se os pide que identifiquéis nuevos estilos de vida y nuevas formas de lenguaje para proclamar el amor del Crucificado, dando así testimonio del corazón de vuestra identidad.

A este respecto, he sabido que vuestras recientes reflexiones durante el Capítulo os han llevado al compromiso de renovar vuestra misión, centrándoos en tres caminos: la gratitud, la profecía y la esperanza. La gratitud es la experiencia que vive el pasado con la actitud del Magnificat y camina hacia el futuro con una actitud eucarística. Vuestra gratitud es el fruto de la memoria passionis. Quien se sumerge en la contemplación y está comprometido en el anuncio del amor que se entrega por nosotros en la Cruz, se convierte en su prolongación en la historia, y su vida se realiza y es feliz. La profecía es pensar y hablar en el Espíritu. Esto es posible para aquellos que viven la oración como el aliento del alma, y pueden captar los gestos del Espíritu en lo profundo de los corazones y en toda la creación. Entonces la palabra anunciada siempre se adapta a las necesidades del presente. Que la memoria passionis os haga profetas del amor del Crucificado en un mundo que está perdiendo el sentido del amor. La esperanza es ver en la semilla que muere la espiga que rinde el treinta, el sesenta, el cien por ciento. Se trata de percibir que en vuestras comunidades religiosas y parroquiales, cada vez más menguadas, continúa la acción generadora del Espíritu, que nos hace estar seguros de la misericordia del Padre que no nos abandona. La esperanza es regocijarse por lo que hay, en lugar de quejarse por lo que falta. En cualquier caso, no os dejéis «robar la alegría de la evangelización» (Exhortación Apostólica, Ap. Evangelii gaudium 83)

Espero que los miembros de vuestro Instituto se sientan “marcados a fuego” (ibíd., 273) por la misión enraizada en la memoria passionis. Vuestro fundador, San Pablo de la Cruz, define la Pasión de Jesús como «la obra más grande y más bella del amor de Dios» (Cartas II, 499). Sentía que dicho amor ardía y quería incendiar el mundo con su actividad misionera personal y la de sus compañeros. Es muy importante recordar que “la misión es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene, pero allí mismo, si no somos ciegos, empezamos a percibir que esa mirada de Jesús se amplía y se dirige llena de cariño y de ardor hacia todo su pueblo. Así redescubrimos que Él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado. Nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo, de tal modo que nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia”. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 268).

Mientras que como Cabeza nuestro Salvador ha resucitado y ya no muere, en su cuerpo – que místicamente es la Iglesia, pero misteriosamente es también cada ser humano con el que se ha unido de alguna manera en la Encarnación (cf. Constitución Apostólica Gaudium et Spes, 22) – todavía sufre y muere. No os canséis de acentuar vuestro compromiso con las necesidades de la humanidad. Que esta preocupación misionera se dirija sobre todo a los crucificados de nuestro tiempo: los pobres, los débiles, los oprimidos y los descartados por las múltiples formas de injusticia. La realización de esta tarea requerirá por vuestra parte un sincero esfuerzo de renovación interior que proviene de la relación personal con el Crucificado-Resucitado. Sólo quien es crucificado por el amor, como lo fue Jesús en la Cruz, es capaz de socorrer a los crucificados de la historia con palabras y acciones eficaces. No es posible, en efecto, convencer a los demás del amor de Dios sólo a través de un anuncio verbal e informativo. Se necesitan gestos concretos que hagan experimentar ese amor en nuestro mismo amor que se entrega compartiendo las situaciones crucificadas, incluso gastando nuestra vida hasta el final, aunque quede claro que entre el anuncio y su aceptación en la fe corre la acción del Espíritu Santo.

La Madre del Crucificado-Resucitado, figura de la Iglesia, Virgen que escucha, reza, ofrece y genera vida, es la memoria permanente de Jesús, especialmente de su Pasión. Os encomiendo a ella e invocando la intercesión de vuestro fundador, San Pablo de la Cruz, y de los santos y beatos pasionistas, imparto de corazón la Bendición Apostólica a toda la familia pasionista y a todos los que participarán en las diversas celebraciones de vuestro solemne Jubileo.

Roma, San Juan de Letrán, 15 de octubre de 2020

FRANCISCO

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

El Papa felicita a la Selección Internacional de Fútbol de Sacerdotes

Condecorada por la Federación Italiana de Fútbol

noviembre 19, 2020 10:44

Papa Francisco

(zenit – 19 noviembre 2020).- El Papa Francisco felicitó a la Seleçao Internazionale Sacerdoti Calcio (Selección Internacional de Fútbol de Sacerdotes), equipo de futbolistas sacerdotes que recibió un premio de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC). “El deporte puede allanar el camino de la fe”, señaló.

Con más 100 partidos benéficos cosechados en todo el mundo, los 120 deportistas han sido condecorados con la “Guirnalda de Honor 2020” por su promoción de los valores culturales y éticos del deporte rey.

En una carta publicada el 16 de noviembre de 2020 por el capitán del equipo, el padre Walter Onano, párroco de San Giovanni Battista de La Salle en Cerdeña, el Santo Padre expresó su “simpatía” por estos sacerdotes “unidos por la pasión por el fútbol y el deseo de estar a la vanguardia de la solidaridad a través del deporte”.

“Es hermoso”, escribe el Papa, “que partiendo del deseo de encontrarse, conocerse, rezar y jugar juntos, los sacerdotes que se han unido a esta asociación hayan decidido comprometer su imagen de pastores de almas en un proyecto que consigue llevar el Evangelio incluso a través de un partido de fútbol”.

“El deporte puede abrir el camino de la fe en lugares o ambientes donde por diversas razones no es posible proclamar directamente el Evangelio”, añade Francisco, que les anima a ser “signos de Jesús y de su bondad, incluso en los momentos en que se pone la camiseta”.

Espera que su “testimonio de fe y alegría pueda dar fruto de bien promoviendo la fraternidad y la solidaridad”.

La Seleçao, nacida en 2005, está integrada por sacerdotes de diversas nacionalidades que ejercen su ministerio en Italia. “Nuestro trabajo es una misión, una misión de caridad y servicio”, explicó el padre Onano al periódico Unione Sarda.

 

 

 

 

Nicaragua: Muertes, inundaciones y deslaves tras el paso del huracán Iota

Más de 400.000 afectados

noviembre 19, 2020 18:31

Iglesia Local

(zenit – 19 nov. 2020).- El huracán Iota pasó esta semana por Nicaragua dejando muertes, inundaciones, deslaves de cerros y más de 400.000 personas afectadas, es considerado el más fuerte huracán que ha azotado Nicaragua en la historia del país centroamericano según el Gobierno.

El doctor Guillermo González, ministro del Sistema Nacional para la Atención y Mitigación a Desastres, afirmó que 48 horas antes de que el huracán tocara tierra nicaragüense se movilizaron más de 65 mil personas a refugios, a casas solidarias con la intención de salvaguardar la vida y se está en ese proceso en este momento de seguir atendiendo a todas estas familias mientras los efectos del huracán estén presentes en el territorio nacional”.

 

Confirman muerte de 12 personas

Un deslave soterró a unas seis familias que vivían en las zonas bajas del Macizo de Peñas Blancas, en Matagalpa al norte del país. La tarde de este miércoles se han confirmado 12 fallecidos, mientras otras 19 personas han sido rescatadas con vida.

El deslave ocurrió la tarde de este martes 17 de noviembre luego que una enorme roca del macizo se desprendiera producto de las constantes lluvias, un huracán que entró a Nicaragua el lunes en categoría 4 —de un máximo de 5—, pero que se desgradó a tormenta tropical.

 

Obispo cercano y solidario

Las familias que fueron víctimas del deslave de tierra tenían décadas de vivir en esa zona y se dedicaban al cultivo de granos básicos. Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, manifestó su cercanía con las víctimas, “Profundo dolor por lo que nos ha sucedido en el Macizo de Peñas Blancas, entre La Dalia y Rancho Grande. En este momento se están movilizando nuestros sacerdotes a esa área y ponernos a la total y completa disposición de cuántos estén afectados”, dijo el prelado en su cuenta de Twitter.

La huella de destrucción que dejó el huracán Iota en el Caribe Norte y la región Norte de Nicaragua aumenta cada día. Los alcaldes (autoridades municipales) opositores denuncian el abandono del Gobierno de Daniel Ortega y lamentan “no tener” los recursos necesarios para responder a centenares de afectaciones en caminos, cultivos, y en viviendas inundadas, destruidas o semidestruidas.

Nicaragua todavía tiene riesgo de sufrir más deslaves e inundaciones como consecuencia de las lluvias porque, además de que los suelos se encuentran saturados, la temporada de huracanes todavía no ha terminado y podría extenderse hasta el mes de diciembre, alertó en una entrevista en el programa Esta Noche el agrometeorólogo del Centro Humboldt, Agustín Moreira.

En el país varias capillas y parroquias de las diócesis de Estelí, Jinotega, Granada, Siuna y de la arquidiócesis de Managua sirvieron de albergues para refugiar a las familias dignificadas que perdieron todo producto del catastrófico huracán.

 

 

 

 

Jubileo Pasionista: Misa inaugural presidida por el cardenal Parolin

El 22 de noviembre

noviembre 19, 2020 13:59

Espiritualidad

(zenit – 19 nov. 2020).- El Jubileo Pasionista se inicia oficialmente, con la apertura de la Puerta Santa y la celebración de la Misa inaugural presidida por el cardenal Pietro Parolin el 22 de noviembre de 2020, a las 10:30 horas, en la basílica de los Ss. Juan y Pablo, en Roma.

En ocasión del 300º Aniversario de la fundación de Congregación de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas), este Año Santo se extenderá hasta el 1º de enero de 2022, informa una nota del propio Instituto. El Papa Francisco ha querido unirse espiritualmente a esta celebración y a la “alegría por el don de la vocación que [los Pasionistas han] recibido de vivir y proclamar la memoria de la Pasión de Cristo, haciendo del misterio pascual el centro de su vida”.

 

Jubileo Pasionista

Para los Pasionistas, el presente Jubileo es una ocasión para la renovación interior, profundización y actualización del carisma, como lo recoge el tema que han elegido: “Renovar nuestra misión: gratitud, profecía, esperanza”. Este enfoque de mantener vivo y promover el carisma fue el eje del 47° Capítulo General de 2018 y lo será también en el próximo Sínodo de la Congregación en 2021.

El superior general de la Congregación, el P. Joachim Rego, precisó: “Todas las celebraciones planeadas deben estar dirigidas a profundizar nuestro compromiso de mantener viva la memoria de la Pasión de Jesús como la máxima expresión del Amor de Dios para todas las gentes y toda la creación; y encontrar formas nuevas y contemporáneas para promover esta Memoria (Memoria Passionis)”.

 

Mensaje del Papa Francisco

El Papa Francisco también ha querido manifestar su cercanía y alegría por esta fecha conmemorativa. En un mensaje dirigido al superior General de los Pasionistas, el Santo Padre los animó a “reforzar su compromiso en favor de las necesidades de la humanidad. Esta urgencia misionera se dirige sobre todo hacia los crucificados de nuestro tiempo: los pobres, los débiles, los oprimidos y los descartados por las muchas formas de injusticia. El cumplimiento de esta tarea requerirá por su parte un esfuerzo sincero de renovación interior, que deriva de la relación personal con el Crucificado-Resucitado. Solamente el que está crucificado por amor, como lo fue Jesús en la cruz, es capaz de socorrer a los crucificados de la historia con palabras y acciones eficaces”.

Además, también ha dicho que “este importante centenario representa una oportunidad providencial para que podáis encaminaros hacia nuevos objetivos apostólicos”, con la conciencia de que “el contacto con la Palabra de Dios en la oración y la lectura de los signos de los tiempos en los acontecimientos cotidianos, os harán capaces de percibir el soplo creativo del Espíritu que alienta en el tiempo, señalando respuestas a las expectativas de la humanidad: a nadie se le escapa que hoy vivimos en un mundo en el que ya nada es como antes”.

 

Renovar la misión Pasionista

“Cuando hablamos de renovar nuestra misión —explicó el Superior General Joachim Rego— se trata principalmente de renovarnos a nosotros mismos, porque ‘quiénes somos’ y ‘qué hacemos’ están interconectados e interrelacionados”.

El Año Jubilar, por lo tanto, no se trata de una celebración de su grandeza o sus éxitos; sino más bien de las bendiciones de Dios durante estos tres siglos y de la fidelidad de innumerables Pasionistas que, por su vida y su misión, han mantenido vivo el recuerdo de la Pasión de Jesús como un acto magnánimo y concreto del amor de Dios.

Durante el Jubileo, se celebrará en Roma, en la Universidad Lateranense, el Congreso Internacional “La sabiduría de la cruz en un mundo plural”, del 21 al 24 de septiembre de 2021.

 

Los Pasionistas

Han pasado 300 años desde el 22 de noviembre de 1720, el día en el que el joven Pablo Danei, fundador de los Pasionistas, recibió el hábito de ermitaño e inició un retiro de 40 días en la pequeña celda de la Iglesia de San Carlos en Castellazzo.

Durante este retiro escribió las Reglas de “Los Pobres de Jesús”, la futura Congregación de la Pasión. Tomó el nombre religioso de Pablo de la Cruz y, con el tiempo, con algunos compañeros asumieron el nombre de «Pasionistas», en consonancia con el encargo que la Virgen le había hecho a Pablo: predicar la Pasión de Jesucristo como «el don más maravilloso del amor de Dios, la fuerza que puede transformar al hombre y al mundo entero». Fue canonizado en 1867 por el Papa Pío IX.

 

 

 

 

Asís: Documento “Pero ¿qué puedo hacer por la Economía de Francisco?”

Hoy comienza el evento

noviembre 19, 2020 11:02

Eventos especiales

(zenit – 19 nov. 2020).- Ayer, en la víspera del evento Economía de Francisco, programado del 19 al 21 de noviembre de 2020, se presentó el documento: “Pero ¿qué puedo hacer por la Economía de Francisco?”.

Este texto, explicó fray Enzo Fortunato, director de la Sala de Prensa del Sagrado Convento de San Francisco en una nota, “es el resultado de un trabajo colectivo, que comenzó el pasado 21 de febrero en Asís en el Sagrado Convento de San Francisco, con la participación de trabajadores, estudiantes, investigadores, alcaldes y concejales, funcionarios gubernamentales, religiosos, economistas, dirigentes de instituciones, organizaciones y asociaciones, empresarios, banqueros y voluntarios”.

Redactado por Jean Fabre, miembro del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria, “Pero ¿qué puedo hacer por la Economía de Francisco?” pone de relieve experiencias concretas en los cinco continentes de las que se puede aprender e inspirarse.

 

Objetivo del documento

“Nuestro objetivo es ayudar a las personas, grupos de ciudadanos, asociaciones, empresarios y autoridades locales a comprender lo que pueden hacer,” declaró, por su parte, el coordinador del proyecto, Flavio Lotti.

“El documento es una invitación a la reflexión, a la creatividad y a la colaboración”, agregó. Asimismo, apuntó que este se concibió “como el comienzo de un proceso de intercambio de ideas que, si bien ya involucra a muchas personas, organizaciones e instituciones, debe ser aún más extenso y atractivo”.

“Para responder a los problemas de la economía que la COVID-19 hizo aún más graves, necesitamos buenas ideas y comprender cómo ponerlas en práctica para que todos puedan ponerlas en práctica donde sea necesario”, concluyó.

El camino que condujo a la redacción del texto, disponible en inglés e italiano, fue promovido por la Coordinación Nacional de Autoridades Locales para la Paz y los Derechos Humanos, los Franciscanos del Sagrado Convento de San Francisco de Asís, la Fundación de Finanzas Éticas (Banca Etica) y la Mesa de la Paz en colaboración con el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 

 

 

 

Rosimeire y Juan: “El Padre Pío nos ayuda a mirar el futuro con esperanza”

Un año después de ‘Renacidos’

noviembre 19, 2020 12:02

Testimonios

(zenit – 19 nov. 2020).- Rosimeire Rodrígues, brasileña, y Juan Vergel son marido y mujer gracias al Padre Pío, que les ayuda a “mirar el futuro con esperanza”.

Peregrinaron a San Giovanni Rotondo y les cambió su vida. Ella había sido una niña maltratada por su padrastro, que no estaba bautizada ni casada; y él necesitaba también la fuerza de un gran intercesor para enderezar su camino hacia Dios.

Hace justo un año que se estrenó Renacidos, la película del Padre Pío que sigue removiendo miles de corazones en todo el mundo, ahora a través del DVD y del libro del film, editado por Nueva Eva.

zenit ha querido saber cómo siguen hoy los “renacidos” que aportan su testimonio en la película. Hoy se ofrece la historia de Rosimeire y Juan.

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 zenit: ¿Cómo ha cambiado vuestra vida familiar desde que conocéis al Padre Pío?

Rosimeire y Juan: Ha sido un antes y un después, una referencia imborrable en nuestras vidas. Si dudamos o caemos, siempre nos apoyamos en nuestra experiencia con el Padre Pío como gran intercesor de hoy. Él nos demuestra que todo lo que se recoge en los Evangelios es tan real como la vida misma y que el sentido de nuestras vidas es alcanzar la salvación. Nuestra familia está ahora llena de lo más importante: ni más ni menos que del amor a Dios y su promesa de Vida Eterna.

 

zenit: ¿Qué les diríais a quienes no conocen todavía al Padre Pío?

Rosimeire y Juan: Les animamos a que se acerquen a este gran santo, porque no les va a dejar indiferentes. El Padre Pío llega al fondo del corazón y lo transforma. Les diría a todos ellos qué están perdiendo una gran oportunidad de acercarse a Dios a través de este gran intercesor que tanto nos ha enseñado sobre la obediencia, el sacrificio, la humildad y la oración.

 

 zenit: ¿Qué reacciones habéis recibido sobre la película en vuestro entorno, estrenada hace justo un año? ¿Ha habido alguna conversión o acercamiento a Dios?

Rosimeire y Juan: Hay muchas personas que, a través de esta película y nuestro testimonio de cada día, han conocido la espiritualidad de este gran santo. No tenemos constancia de conversiones tumbativas como la nuestra, pero conocemos a muchas personas que gracias a nuestra experiencia con el Padre Pío anhelan conocerle y poder peregrinar a San Giovanni Rotondo tan pronto como la situación lo permita.

 

 zenit: ¿Qué supuso para vosotros participar en una película del Padre Pío?

Rosimeire y Juan: Un gran regalo del Señor. Hemos sido muy afortunados al participar en este proyecto tan bonito que tanto bien sigue haciendo a muchas personas. Ha sido, en definitiva, una experiencia única en nuestras vidas que no cambiaríamos por nada.

 

zenit: ¿Cómo os ayuda el Padre Pío en estos tiempos tan duros de pandemia?

Rosimeire y Juan: El Padre Pío nos rescata de la muerte espiritual y nos ayuda a mirar el futuro con esperanza, a no caer en la desesperación, a no dudar del amor misericordioso de Dios. El Señor ha permitido esto y es un buen momento para demostrar nuestro amor a Él mediante la oración y la caridad. El Padre Pío nos ayuda a no poner en duda nuestra fe y nos muestra que el mejor modo de hacerlo es siempre rezar, esperar y no preocuparse.

 

 

 

 

Venezuela: Aumentan las vocaciones al sacerdocio en tiempos de crisis

804 seminaristas en la actualidad

noviembre 19, 2020 11:38

Iglesia Local
Jóvenes

(zenit – 19 nov. 2020).-. En Venezuela, aún en medio de la crisis social y económica que vive el país, intensificada por la pandemia, ha aumentado la respuesta vocacional al sacerdocio, con la cantidad total de 804 seminaristas, entre los jóvenes que se encuentran en el Propedéutico (curso introductorio), Filosofía y Teología.

De acuerdo a una nota de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), desde los diferentes seminarios diocesanos, a través de diferentes actividades de promoción del ministerio vocacional, “se ha procurado fortalecer el discernimiento espiritual en los jóvenes, para que sean capaces de comprender el llamado de Dios en sus vidas”.

De este modo, actualmente, entre los 21 seminarios que existen en el país (tres de los cuales son solo propedéuticos), se encuentran: 186 formandos en el propedéutico; 328 en Filosofía y 290 en Teología.

El padre Rivelino Cáceres, director del Departamento de Clero, Seminarios, Vocaciones y Diaconado Permanente, explica que tal y como lo indican las orientaciones de la nueva Ratio Fundamentalis, existe el proceso de “Síntesis Vocacional”: “Una vez culminados los estudios de teología, se realiza un año de experiencia pastoral en una parroquia, siempre guiado por el párroco y el equipo de formadores del seminario, por aproximadamente un año, luego del cual sería la ordenación sacerdotal”; actualmente, 7 seminaristas se encuentran en dicho proceso, mientras que 2 se encuentran de misiones, una experiencia que proponen los seminarios propios del camino Neocatecumenal”.

 

Estadísticas internacionales

La nota del episcopado venezolana remita a los datos aportados por la Agencia Fides, que indican que el número total de sacerdotes en el mundo ha disminuido este año, con un total de 414.065 (-517).

En América, la disminución fue de -104 sacerdotes. Sin embargo, el número de seminaristas mayores, diocesanos y religiosos, ha aumentado, alcanzando 115.880; aunque en América han disminuido por 122.

En cuanto a los seminaristas menores, el número disminuyó también por llegando a la cantidad de 100.164, siendo la disminución en América la más alta, por -529.

Estas cifras, continúa el texto, “permiten estimar la creciente necesidad de vocaciones sacerdotales en el mundo, siendo que el número de habitantes por sacerdote ha aumentado este año también, alcanzando la cuota de 14.638”. Esto muestra que, “aunque este año las vocaciones en Venezuela han incrementado, aún se requieren más vocaciones para responder a las carestías pastorales en el país, especialmente en las zonas más alejadas y las periferias”.

 

Vocaciones nativas

Por todo lo anterior el Papa Francisco, ha concedido a la diócesis de San Cristóbal, la atención pastoral del Vicariato Apostólico del Caroní, a través del “Ius commissionis”. “Este vicariato es una de las zonas con mayor dificultad de acceso y comunicación en Venezuela, por lo que requiere misioneros y especialmente sacerdotes que favorezcan la vida sacramental a las comunidades que allí residen”, se lee en el comunicado.

Igualmente, en el texto se destaca el surgimiento de vocaciones nativas, propias de cada región. En el Vicariato Apostólico del Caroní, “actualmente hay 5 seminaristas pemones, uno cercano a su ordenación diaconal y los demás se encuentran realizando sus estudios de Filosofía y Teología”.

Asimismo, se recuerda que en la década de 1930, “existió un seminario indígena, que lamentablemente desapareció por falta de vocaciones. Esta es la importancia que tiene la labor que asume la diócesis de San Cristóbal de ser misioneros en tierras hermanas que necesitan conocer a Cristo.”

“Es también una muestra del interés de los Obispos venezolanos por las vocaciones sacerdotales y el llamado al ministerio, que recibe la gracia de fortalecer la vida sacramental de la Iglesia y el acompañamiento al pueblo de Dios que se hace uno con sus pastores”, concluye la nota de la CEV.

 

 

 

 

 

Adoración Eucarística Mundial: Únete el próximo 21 de noviembre

Entrevista al padre Kornél Fábry

noviembre 19, 2020 11:38

Encuentros
Espiritualidad

(zenit – 19 noviembre 2020).- El próximo sábado 21 de noviembre de 2020 se celebrará una Adoración Eucarística Mundial como preparación para el Congreso Eucarístico Internacional de Budapest, que tendrá lugar del 5 al 12 de septiembre de 2021, con un año de retraso debido a la pandemia de la COVID-19.

Es posible registrarse en línea, individualmente, en comunidad o en parroquia, en la siguiente web. Ya son más de 1.700 puntos en todo el mundo, comunidades y personas, que han anunciado su participación en la página online creada para el evento.

El padre Kornél Fábry es sacerdote diocesano en Kaposvár, Hungría, desde hace 20 años y miembro de la Comunidad del Emmanuel. Actualmente es el secretario General del 52º Congreso Eucarístico Internacional.

Tal y como relata en la siguiente entrevista, el padre da testimonio de cómo él mismo se dejó atrapar por el amor a la Eucaristía a la edad de 22 años, y también que en Hungría, grandes testigos mostraron esa misma devoción bajo la opresión comunista, como lo hiciera el sacerdote benedictino Placid Oloffson en un Gulag (campos penales de trabajo de la Unión Soviética).

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zenit: ¿Qué pasa el 21 de noviembre?

Padre Kornél Fábry: El 21 de noviembre, por séptima vez, invitamos al mundo a un culto mundial y a una oración por los demás. Este evento es parte de la preparación del 52º Congreso Eucarístico Internacional que tendrá lugar en Budapest del 5 al 12 de septiembre de 2021. Como acabo de mencionar, es la séptima vez que invitamos a todo el mundo a rezar, sobre todo porque, en tiempos como estos, la oración tiene un valor inmenso.

 

zenit: ¿Cómo empezó?

Padre Kornél Fábry: En 2017, durante el primer año de preparación del congreso, tuvimos la idea de invitar a los húngaros a rezar juntos en la víspera de la fiesta de Cristo Rey. Nos sorprendió ver que 18 países participaron en este culto. Luego organizamos un servicio de adoración de nuevo el sábado de Corpus Christi, y desde entonces hemos estado organizando este servicio de adoración dos veces al año.

Hemos creado un sitio web en ocho idiomas para facilitar el registro. Hemos descubierto que mucha gente reza de buena gana con nosotros. Gracias a este sitio web, en un mapa se puede ver el alcance de nuestra unión en la oración.

Así que incluso aquellos que están solos son conscientes de que son parte de una comunidad mucho más grande. Este es un mensaje que recibimos de los Estados Unidos: dos sacerdotes estaban rezando juntos, pero nos escribieron que aunque sólo eran dos, estaban seguros de que formaban parte de una comunidad mucho más grande, y esto les dio valor y fuerza.

 

zenit: ¿Cuántos inscritos hay y de qué países?

Padre Kornél Fábry: Hasta la fecha, casi 2.000 lugares en 72 países, desde Nueva Zelandia hasta el Canadá, y desde el Japón hasta Chile.

 

zenit: ¿Cómo puede uno involucrarse?

Padre Kornél Fábry: Pedimos a los que deseen participar que se registren en corpusdomini.iec2020.hu. En la esquina superior derecha puedes elegir primero un idioma y luego hay tres posibilidades: “Crear un nuevo lugar”, “Me uno” y “Me uno desde casa”.

Sugerimos a las parroquias y comunidades que creen un nuevo lugar, en una iglesia, en una capilla donde podamos rezar juntos. Si soy alguien que sólo quiere participar sin organizar un lugar de culto, debo hacer clic en “Me uno”, para encontrar un lugar donde ya se ofrezca el evento.

En muchos países no hay posibilidad de ir a una iglesia debido a la pandemia. En estos casos, siempre es posible unirse a nosotros rezando desde casa, haciendo clic en “Me estoy uniendo desde casa”. En este caso, el registro es muy sencillo, sólo hay que introducir el país, el nombre de la ciudad o pueblo y el código postal.

Para invitar a otros a este mundo de culto y oración, en la parte inferior de la página, puede hacer clic en los iconos de compartir en Facebook o por correo electrónico. Animamos a todos a que compartan este anuncio con sus amigos y familiares para que sean conscientes de esta oportunidad de rezar juntos.

 

zenit: Y usted, ¿cómo descubrió a Jesús en la Eucaristía?

Padre Kornél Fábry: Nací en una familia católica de cinco hijos. Siempre íbamos a Misa, rezábamos en casa, así que tenía fe de forma muy natural. Pero tienes que convertirte al menos una vez en tu vida, tienes que convertir la fe que recibiste de tus padres en la tuya. Tenía 22 años cuando me convertí gracias a un retiro de preparación para la efusión del Espíritu.

Experimenté el amor de Dios y al mismo tiempo recibí la respuesta exacta a la pregunta “¿cuál es el mayor regalo de Dios para mí?”. La respuesta es esta: Él mismo. Desde ese día fui a la comunión todos los días para encontrarme con Jesús. Fue una verdadera conversión, porque a partir de ese momento ya no miré quién era el sacerdote que celebraba la misa, cómo predicaba, cómo calificaba la música en la iglesia, quién estaba allí, etc.

Fui a comulgar todos los días para encontrarme con Jesús. En resumen, ya no miraba la “estética” de la Misa. Lo más importante se había convertido en el encuentro con él a través de las palabras del sacerdote y la acción del Espíritu Santo.

Esto fue en los años 90. Desde entonces para mí, celebrar la misa y recibir al Señor en mi corazón siempre ha sido una fiesta y el punto culminante de mi día. La adoración es una extensión de la Misa. Me gusta mucho la adoración comunitaria, siendo miembro de la Comunidad del Emmanuel, pero también la adoración personal en silencio, porque estoy convencido de que Jesús quiere hablarnos, pero en el ruido, o cuando hablamos todo el tiempo, no podemos oírlo.

En la adoración silenciosa se escucha la voz de Jesús, pero debemos darle nuestro tiempo. En este tiempo que vivimos, debemos saber apreciar la posibilidad de ir a Misa, o a la Iglesia.

 

zenit: Hubo grandes testigos de la Eucaristía en los tiempos difíciles de Hungría bajo la opresión comunista.

Padre Kornél Fábry: Podemos pensar en los sacerdotes que fueron prisioneros durante los cuarenta años de comunismo, perseguidos y deportados a los Gulag por ejemplo. Uno de estos sacerdotes, el benedictino Placid Oloffson, celebraba la misa en su cama con un pequeño cáliz de 10 centímetros de altura (que se puede ver en el Museo del Terror de Budapest). Usó pan ácimo recibido de un prisionero judío, y exprimió el jugo de las pasas empapadas en agua. Así que hagamos todo lo posible para poder ir a Misa y comulgar para poder vivir con Jesús todos los días.

 

zenit: Esta adoración mundial es un paso en el camino hacia el Congreso Eucarístico de Budapest: ¿cuál es el mensaje del cardenal Erdő?

Padre Kornél Fábry: Monseñor Erdö, arzobispo de Estergom-Budapest, nos invita a participar en esta Adoración Mundial diciendo: “Cuando Jesucristo se despidió de sus discípulos después de su resurrección, los envió por todo el mundo a predicar la buena nueva. Prometió estar con ellos ‘todos los días, hasta el fin del mundo’. Está con nosotros en su enseñanza, su gracia, sus sacramentos, pero sobre todo, está con nosotros en la celebración de la Eucaristía y en el Santísimo Sacramento, venerado fuera de la misa”.

“El sábado de la fiesta de Cristo Rey, 21 de noviembre, invitamos a todos, dondequiera que estén, a una adoración mundial. En la actual situación epidemiológica, donde no hay posibilidad de reunirse en nuestras iglesias, también podemos unirnos desde casa con nuestras oraciones personales. Participemos en esta hora de culto común tanto como sea posible.

¡Únete a nosotros con tu parroquia, comunidad o familia! Que esta adoración mundial sea el siguiente paso en nuestros preparativos para el 52º Congreso Eucarístico Internacional en Budapest y que nos haga experimentar de nuevo el amor transformador de Dios por nosotros”.

 

 

 

 

Chile: Santo Tomás se une para rezar el Rosario a María

Oración, reflexión y cantos

noviembre 19, 2020 15:31

Espiritualidad

(zenit – 21 nov. 2020).- Continuando con las actividades que permitan profundizar en la experiencia de este Mes de María 2020, la Dirección de Formación e Identidad, en conjunto con miembros de la comunidad de la Universidad de Santo Tomás, Chile, a lo largo de todo el país, realizaron este lunes 16 de noviembre, el rezo del Rosario comunitario.

Este momento de oración incluyó peticiones especiales, reflexiones y cantos a la Virgen María. La iniciativa convocó a más de 100 docentes, funcionarios, decanos, directores y otros miembros de nuestras instituciones. Al respecto, el director de Formación e Identidad de la sede de Talca, Miguel Angel Cruz, nos transmite lo que fue este especial momento espiritual:

“María experta en humanidad… ruega por nosotros, oración que inicia el rezo del Rosario que une a Santo Tomás de Arica a Punta Arenas, que irrumpe en este tiempo de incertidumbre y de pandemia como un oasis de Esperanza y Paz.

Iniciamos poniendo en las manos de Dios los procesos de acreditación ya que con ello se bendice todo nuestro trabajo y esfuerzo en el día a día. Pero este momento de comunidad fue creciendo en la medida que la plegaría se hacia una melodía de cantos, rezos y peticiones que recorrían todo nuestro Chile.

Se pidió en la oración por nuestros estudiantes, pidiendo a María los conduzca a ser hombres y mujeres de bien; por cada uno de los colaboradores y por sus familias, enfermos y difuntos; por nuestros docentes que perseveren en la noble tarea de formar personas integras, no olvidamos a nuestros gobernantes para que a la luz de la oración y el sentido de hermandad hagan suyos los llamados del Evangelio.

Seguiremos orando para que este mes de María nos ayude a crecer como institución que forma personas y que nos regale los dones necesarios para ser un lugar en que vivimos atentos a los desafíos de la globalización sin olvidar a los más pobres. Que momentos como estos nos recuerden que no hay nada que nos humanice más que el encuentro con otros a los cuales podamos llamar hermanos.”

Al mismo tiempo, Claudio Nuñez Ramírez, director de carreras Área de Administración de la sede Puerto Montt, señala que: “Estuvimos casi con equipo completo de Arica a Punta Arenas. Un momento muy emotivo… mucha gente que ha perdido seres queridos en este tiempo, de manera que hay mucha necesidad de momentos como este”

A través del chat de la sesión, los participantes pusieron en común sus peticiones personales, las que fueron acogidas en oración. Al mismo tiempo hubo mucho agradecimiento por este momento de oración, meditación y reflexión.

Esta iniciativa tiene como resultado la unión espiritual de esta comunidad educativa, donde hay muchos hombres y mujeres que buscan espacios como este para elevar el espíritu y volver la mirada a quien motiva la labor de esta institución, pues la inspiración cristiana se ve reflejada en estas instancias.

Se puede acceder a la grabación de este Rosario a través de este link.

 

 

 

 

Evangelio del 22 de noviembre: Reflexión de monseñor Enrique Díaz

Fiesta de Cristo Rey

noviembre 19, 2020 11:51

Espiritualidad

(zenit – 19 nov. 2020).- Monseñor Enrique Díaz Díaz comparte con los lectores de zenit su reflexión en torno al Evangelio del próximo 22 de noviembre, XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario.

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Ezequiel 34, 11-12. 15-17: “Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos”

Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me faltará”

I Corintios 15, 20-26. 28: “Cristo le entregará el Reino a su Padre para que Dios sea todo en todas las cosas”

San Mateo 25, 31-46: “Se sentará en su trono de gloria y apartará a los unos de los otros”

 

Lo más importante

Fuerte y cuestionador el Evangelio de este día. Pero, además, de una importancia capital: es el último domingo del año litúrgico, por tanto se le ha querido dar el sentido de plenitud, coronarlo con lo más importante y lo central de toda la enseñanza de Jesús, como para afinar bien nuestros objetivos y buscar con claridad una meta.

Por eso se culmina con esta fiesta de Cristo Rey que en las lecturas, pero sobre todo en el evangelio, precisa y destaca qué es lo más importante de su mensaje. Varias veces se le preguntó a Jesús qué era lo más importante para el Reino y siempre respondió con claridad, pero hoy lo resalta de un modo especial, no sea que nuestros sentidos nos engañen y nos distraigan, y acabemos entregándonos a sutilezas que no tienen importancia.

Cristo ya había afirmado cuál era el principal de los mandamientos, ya había remitido a la ley y los profetas, pero ahora, en una descripción del juicio final, viene a señalar que todos los demás mandamientos no tendrán ningún fundamento si no se descubre el amor a los más pequeños e insignificantes.

Tan grande es este mandamiento que Jesús no duda en identificarse y señalar que el amor o desprecio que se ha tenido con ellos, con Él mismo se ha tenido. La extrañeza y desconcierto de quienes han sido juzgados favorablemente o de quienes han sido condenados, puede darnos una idea de lo difícil  que es ser cumplir este mandamiento en aquel tiempo pero sobre todo en nuestro mundo actual.

 

Reyes y revoluciones

Situada este año en un contexto de discusiones, divisiones y luchas por el poder en México y en el mundo, esta celebración donde reconocemos a Jesús como rey parece desconcertar. Muy lejos está del concepto del Reino de Dios, quien pretenda comparar a Cristo con reyes o gobernantes que así pretendan dominar el mundo. De hecho la narración evangélica nos lleva a un constante intercambio entre la figura del rey y del pastor.

En determinados momentos no se sabe si el Hijo del Hombre es quien conduce y separa, o si es el pastor quien juzga, condena y premia. Y pastor entendido en el sentido pleno: el que va delante de las ovejas, el que da la vida por ellas, el que conoce a cada una por su nombre. Atrás tendríamos que dejar el falso concepto de rey aplicado a Jesús, a veces con buenas intenciones, y recordar cada una de sus palabras y de sus acciones para entender su verdadera realeza.

Las veces que aceptó ser rey o ser proclamado como rey, nunca tienen el sentido político de poder o riqueza que muchos quisieran darle. Habla de otro reinado, muy lejano del modo de obrar de los reyes y gobernantes que oprimen a los pueblos. Se manifiesta como el rey que da la vida, que se apresura para ser el primero en servir, que aparece como el más pequeño.

 

Descubrir lo esencial

Nuestros sentidos nos pueden deslumbrar y oscurecer el verdadero rostro de este Rey. Y Jesús nos lo recuerda de una manera dramática en esta narración. Sólo se puede llegar al Rey, a Dios, a través de los rostros concretos de los hermanos.

Los rostros de los pobres, – el pobre en pan, el pobre en salud, el pobre en amor – , son la manifestación más bella del rostro de Dios. Pero nosotros podríamos equivocarnos y dejarnos llevar por las apariencias que nos muestran los sentidos. Hoy debemos dejar que el Espíritu hable desde nuestro interior y nos ayude a descubrir este verdadero rostro de Jesús.

Aplicada la narración a nuestro mundo actual, es evidente que Jesús se refiere no sólo a las obras de caridad que apacigüen nuestra conciencia: un vaso de agua por aquí; un pan que nos sobra para el que tiene hambre; un pedazo de tela vieja para una obra caritativa.

El Espíritu nos ayudará a descubrir el rostro de Jesús-hermano en cada persona que sufre y nos impulsará a buscar no sólo mitigar momentáneamente una necesidad sino a involucrarnos en serio en la construcción de su reino.

El verdadero discípulo del Reino no se deslumbrará por las apariencias, sino que buscará la construcción de una sociedad libre, democrática, justa y fraternal. En el momento final y decisivo para saber si somos fieles al Evangelio de Jesús, son muy claros los parámetros sobre los cuales se nos juzgará.

Si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse.

 

El rostro de un rey

El criterio que Jesús utiliza para distinguir quiénes son los suyos queda muy claro: es la actitud de amor o de indiferencia hacia los más necesitados. La Iglesia de los últimos tiempos ha percibido que será fiel a Jesús sólo cuando asuma con toda seriedad este compromiso.

Toda su acción y su misión se juegan en el amor a los pobres. La opción por los pobres brota de esta exigencia de Jesús y es la mejor manera de formular para nuestra sociedad y nuestro mundo las palabras de Jesús.

¿Es difícil descubrir a Jesús en los pobres, hambrientos y necesitados? ¿Los alejamos de nuestra vista para que no lastimen nuestros sentimientos? Hay quienes buscando aparentar una sociedad progresista, limpia y acogedora, los “esconden” y marginan, para no sean vistos ni reconocidos.

Me pongo a pensar si no estaremos escondiendo y marginando a Jesús para que no toque nuestro corazón. El mandamiento de Jesús y sus criterios de selección no son arbitrarios ni acomodaticios, brotan de lo profundo de su misión.

Si ha sido enviado a hablarnos de un Padre amoroso, si nos enseña que la vida de un pequeño vale su propia vida, si la señal será el amor, nosotros mismos nos estamos condenando por nuestra miopía que no nos deja descubrir en cada hermano el rostro de Dios.

Tendremos que acostumbrarnos pues a descubrir el rostro de un rey en cada hermano que sufre y tratarlo así como a rey,  pues en ese rostro se manifiesta Jesús.

 

Al final

Es el último día del año litúrgico y se nos invita a pensar en el día final. Ahora tenemos que revisar muy bien nuestras vidas, si tienen el sentido y la mirada que Jesús nos pide para ser verdaderamente sus discípulos.

¿Lo reconocemos en los hermanos? ¿Miramos su rostro en el rostro cansado y sin ilusión de los pobres? ¿Estamos construyendo el Reino con y desde los pobres? ¿Somos capaces de reconocer el rostro de Jesús en los más pequeños?

Sino, estaremos errando nuestro discipulado y seguimiento de Jesús. No basta gritar ¡Viva Cristo Rey! Tenemos que reconocerlo en donde Él nos dice que está más presente: en el pobre.

Padre bueno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, y nos has dejado en los pobres una presencia suya, haz que toda creatura, liberada de la esclavitud, sirva a tu majestad y te alabe eternamente.  Amén

 

 

 

 

Beata María Fortunata Viti, 20 de noviembre

Ofreció a Dios sus labores cotidianas

noviembre 19, 2020 09:00

Testimonios

 

“Benedictina. Una vida heroica, llena de religiosa belleza. Durante setenta años la beata María Fortunata Viti supo ofrecer a Dios cotidianamente las labores de la vida ordinaria. Sus milagros hicieron que por clamor popular fuera enterrada en la iglesia”

Que la santidad no precisa ostentación alguna, ni tiene por qué venir acompañada de gestas relevantes lo prueba la vida de muchos insignes seguidores de Cristo. Para el que aspira a alcanzar la mejor morada en el cielo, pasar por este valle de lágrimas envuelto en el anonimato, oculto en Dios, es contar con uno de los grandes regalos del que ya puede disfrutar en la tierra.

A fin de cuentas, la beata María Fortunata Viti vivirá eternamente prendido del amor de Dios con absoluta exclusividad entre la pléyade de bienaventurados que le aguardan. Llegamos al mundo sin atavíos de ningún tipo y esa misma desnudez que nos acompañará en la muerte, solo la habrá podido cubrir, en el máximo sentido de la expresión, la misericordia divina.

El mérito incuestionable de esta beata italiana radica en haber sabido cumplir día a día su misión, con plena fidelidad, en las humildes tareas que le encomendaron, en el silencio del claustro, sin otra aspiración que la de ser santa, único tesoro por el que se entregó en su vida consagrada.

Harta proeza, sin duda alguna. Hay un halo de innegable grandeza en haber logrado realizar las dignas labores de hilar, lavar, coser y remendar, que son tan rutinarias, con el gozo y sencillez con que ella lo hizo durante setenta años. Es decir, que sobrenaturalizó lo ordinario, como han hecho otros santos y santas.

Nació en la localidad italiana de Veroli, región del Lazio, el 10 de febrero de 1827. Su hogar estaba regido por un padre que no era precisamente un dechado de virtudes. La ludopatía y el alcohol hundieron el negocio de Luigi Viti, un próspero comerciante, y arruinó la vida de su esposa Anna Bono y de sus nueve hijos. Anna Felicia fue la tercera de los hermanos.

A los 14 años perdió a su madre –su corazón no había resistido tanta desdicha y claudicó cuando tenía 36 años de edad– y ella debió sustituirla en el cuidado de la numerosa prole. La situación era de grave carencia en todos los ámbitos, una difícil coyuntura creada por los vicios de su padre.

Para contrarrestar tanta miseria y el hambre que padecían, ya que su progenitor continuaba atrapado en sus adicciones, Anna Felicia trabajó como empleada doméstica al servicio de una familia de Monte San Giovanni Campano. En ese momento su trabajo era prácticamente la única vía de ingresos que entraba en el hogar. Y este fue el escenario de su vida hasta los 24 años.

Se le presentó la ocasión de desposarse con un ciudadano de Alatri, que la cortejó y que le ofreció un futuro esperanzador ya que poseía cuantiosos bienes, pero la generosa joven soñaba con la vida religiosa y lo rechazó.

Tantos sufrimientos habían acrisolado su amor a Cristo y con Él había sido capaz de rogar diariamente la bendición de su padre, a quien besaba respetuosamente las manos sin censurar en su corazón a ese despojo humano, en el que se había convertido, apresado por las flaquezas y dominado por su mal carácter.

El 21 de marzo de 1851, a la edad de 24 años, cuando vio que sus hermanos estaban bien encaminados, Anna Felicia ingresó con las benedictinas en el monasterio de Santa María, de Veroli. Al profesar tomó el nombre de María Fortunata.

Las penosas circunstancias que marcaron el periodo anterior de su vida le impidieron formarse adecuadamente. De modo que al ingresar en el convento era una completa iletrada. No pudiendo ocuparse de tareas litúrgicas en el coro, fue destinada a realizar labores domésticas que llevaba a cabo con el firme anhelo de conquistar la santidad. Fue la resolución que le condujo al convento y así lo expresó al llegar: “quiero hacerme santa”.

Era una mujer de palabra, porque es fácil comprometerse verbalmente, pero hay que demostrar la autenticidad de lo expresado cada segundo del día. Lo dice el refrán: “del dicho al hecho hay gran trecho”. Ella no olvidó nunca el objetivo que se había trazado.

Viviendo heroicamente el “ora et labora” benedictino, iniciaba la jornada en las primeras horas de la madrugada para realizar cada día y con el mismo marco, sin abandonar jamás la clausura, las rutinarias tareas que tenía encomendadas.

En su entorno ignoraban la aridez que padecía esta humilde religiosa, obediente, amable, servicial, sencilla y caritativa. Con una intensa vida de oración y silencio, la beata María Fortunata Viti se postraba ante el Santísimo Sacramento, al que tenía gran devoción, dando ejemplo de fidelidad y entrega. Fue agraciada con los dones de milagros y de profecía.

Dejaba traslucir la ternura de Dios que se derrama sobre sus dilectos hijos, alumbrando ese camino que recorren los que han encarnado en su vida las bienaventuranzas: desprendimiento, limpieza de corazón, inocencia, mansedumbre, etc.

Dios no quiso que quien había pasado más de setenta años en el anonimato, yaciera oculta en la sepultura común de la clausura en la que fue enterrada, sin ningún honor y con cierta precipitación, al advertir su muerte acaecida el 20 de noviembre de 1922 cuando contaba con 95 años.

Había llegado a tan avanzada edad aquejada por el reumatismo, y apresada en su lecho con ceguera, sordera y parálisis. Como los milagros comenzaron a producirse ante la tumba, trece años más tarde sus restos tuvieron que ser extraídos y enterrados en la iglesia, a demanda del clamor popular. El 8 de octubre de 1967, la beata María Fortunata Viti fue beatificada por Pablo VI quien ensalzó su edificante vida de perfección.