Boletín Diario de Zenit


 

 

Servicio diario - 11 de diciembre de 2020


 

CIUDAD DEL VATICANO
Adviento: Segunda predicación del cardenal Cantalamessa
Gabriel Sales Triguero
Reflexión sobre la vida eterna

PAPA FRANCISCO
Navidad: Audiencia del Papa con donantes del árbol y el pesebre
Redacción zenit
Delegaciones de Italia y Eslovenia

CIUDAD DEL VATICANO
Navidad: Inauguración del pesebre y encendido del árbol
Gabriel Sales Triguero
En la Plaza de San Pedro

DICASTERIOS
Siria e Irak: Encuentro de reflexión sobre la crisis humanitaria
Redacción zenit
Celebrado virtualmente

IGLESIA LOCAL
Conferencia Episcopal Española: Nota sobre la Ley de la eutanasia
Redacción zenit
Aprobada por mayoría en el Congreso

ECOLOGÍA
Cambio climático: Mons. Parolin apuesta por la “cultura del cuidado”
Marina Droujinina
Videomensaje a un seminario sobre el clima

IGLESIA LOCAL
Venezuela: El Papa nombra al obispo de Guarenas
Redacción zenit
Tras aceptar la renuncia de su antecesor

ARTE Y CULTURA
“El primer evangelizador de América, Ramón Pané”, presentación del documental
Gabriel Sales Triguero
Fundación Ramón Pané

IGLESIA LOCAL
Perú: I Seminario Nacional Virtual “Católico, defiende tu fe”
Redacción zenit
Del 15 al 18 de diciembre

ESPIRITUALIDAD
México: Histórica peregrinación virtual a la basílica de Guadalupe
Nayeli Torres
Por el cierre del templo

ESPIRITUALIDAD
Chile: Santo Tomas celebra Misa de cierre del Mes de María
Redacción zenit
El pasado 3 de diciembre

TESTIMONIOS
Beato Bartolomé Buonpedoni, 12 de diciembre
Isabel Orellana Vilches
El Job de Toscana


 

 

 

Adviento: Segunda predicación del cardenal Cantalamessa

Reflexión sobre la vida eterna

diciembre 11, 2020 12:37

Ciudad del Vaticano

(zenit – 11 dic. 2020).- El cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, ha desarrollado hoy la segunda predicación de Adviento de este año 2020. Tal y como ha informado Vatican News, el sacerdote franciscano ha predicado sobre el tema del anuncio de la vida eterna, el “más consolador que nos ofrece la fe en Cristo”.

 

Pascua es “paso”

El punto de partida del nuevo purpurado ha sido la idea de la “precariedad y la transitoriedad de todas las cosas”, realidades que la pandemia ha mostrado con fuerza. Ha citado al Papa Francisco en su bendición “urbi et orbi” del 27 de marzo: “La tormenta desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja descubiertas esas seguridades falsas y superficiales con las que hemos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, nuestras costumbres y prioridades”.

Ha continuado diciendo que “la crisis planetaria que estamos viviendo puede ser la ocasión para redescubrir con alivio que hay, a pesar de todo, un punto firme, un terreno sólido, más aún, una roca, sobre la que basar nuestra existencia terrena”.

El término Pascua, “Pesah” en hebrero” y “transitus” en latín, añade, tiene el significado de “paso”. En esta línea, ha recordado a san Agustín para señalar que hacer Pascua “significa, sí, pasar, pero ‘pasar hacia lo que no pasa’, significa ‘pasar desde el mundo, para no pasar con el mundo’, pasar con tu corazón antes de pasar con el cuerpo”. Lo que no pasa, culmina, “es la eternidad”.

 

Fe más allá de la vida

El hermano capuchino ha resaltado que “debemos redescubrir la fe en un más allá de la vida”, que es una de las “grandes contribuciones que las religiones pueden dar juntas al esfuerzo de crear un mundo mejor y más fraterno”.

Hace falta, agrega, entender que “todos somos compañeros de viaje, en camino hacia una patria común donde no hay distinciones de raza o nación”, y que “tenemos en común no sólo el camino, sino también la meta”.

“Para los cristianos”, indica, “la fe en la vida eterna no se basa en argumentos filosóficos discutibles sobre la inmortalidad del alma”, sino en “un hecho preciso, la resurrección de Cristo, y en su promesa: ‘En la casa de mi Padre hay muchas moradas (…) voy a prepararos un lugar’”.

 

Eclipse de fe

Reflexionando sobre “la verdad cristiana de la vida eterna”, el cardenal cita a filósofos como Hegel, Feuerbach y Marz, que “lucharon contra la creencia en una vida después de la muerte (…) La idea de una supervivencia personal en Dios es reemplazada por la idea de una supervivencia en la especie y en la sociedad del futuro”. Paso a paso, aclara, “con la sospecha sobre la palabra ‘eternidad’, cayeron el olvido y el silencio”.

Del mismo modo, declara que a este tipo de planteamiento filosófico se suma “la secularización”, para él “sinónimo de temporalismo, de reducir lo real a la sola dimensión terrenal” y “la eliminación radical del horizonte de la eternidad”.

Sobre la consecuencia práctica de este eclipse de la idea de eternidad, recupera las palabras de san Pablo sobre “el propósito de los que no creen en la resurrección de los muertos”, el tan repetido “comamos, bebamos, muramos mañana”.

Cantalamessa prosigue esclareciendo que el “deseo natural de vivir siempre, distorsionado, se convierte en deseo, o frenesí, de vivir bien, es decir, placenteramente, incluso a expensas de los demás, si es necesario. Una vez que el horizonte de la eternidad ha caído, el sufrimiento humano parece doble e irremediablemente absurdo. El mundo se parece a ‘un hormiguero que se desmorona’, y el hombre a ‘un diseño creado por la ola en la orilla del mar que la ola siguiente borra’”.

 

Eternidad y evangelización

Del mismo modo, arguye que “la fe en la vida eterna constituye una de las condiciones de posibilidad de la evangelización. ‘Pero si Cristo no ha resucitado, escribe el Apóstol, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe (…) por eso añade, el anuncio de la vida eterna constituye la fuerza y el mordiente de la predicación cristiana”.

“Veamos lo que sucedió en la primerísima evangelización cristiana”, exhorta: “Ante un mundo que pone todo el acento en el disfrute en esta vida, pensar en el más allá, en una vida más plena y brillante que la terrena nos muestra que, ‘somos seres finitos capaces de infinito’, seres mortales con un anhelo secreto de inmortalidad”.

El predicador cita a san Agustín: “’¿De qué sirve vivir bien, si no se da el vivir siempre?’”. Y concluye afirmando que “a los hombres de nuestro tiempo que cultivan lo profundo del corazón esta necesidad de eternidad, sin tal vez tener el valor de confesarlo incluso a sí mismos, les podemos repetir lo que Pablo decía a los atenienses: ‘Lo que veneráis sin conocerlo, yo os lo vengo a anunciar’”.

 

Fe, eternidad y evangelización

El padre franciscano reitera que “una fe renovada en la eternidad no nos sirve sólo para la evangelización, es decir, para que el anuncio que hay que hacer a los demás; nos sirve, antes todavía, para imprimir un nuevo impulso a nuestro camino de santificación. Su primer fruto es hacernos libres, no apegarnos a las cosas que pasan: aumentar el propio patrimonio o el propio prestigio”.

Sin embargo, advierte que “el enfriamiento de la idea de eternidad actúa sobre los creyentes, disminuyendo en ellos la capacidad de afrontar con valentía el sufrimiento y las pruebas de la vida. Debemos redescubrir parte de la fe de san Bernardo y de san Ignacio de Loyola. En toda situación y ante cada obstáculo, se decían a sí mismos: ‘Quid hoc ad aeternitatem?’, ¿qué es esto frente a la eternidad?”.

A lo anterior incluye el aviso de que “cuando perdemos la medida de todo lo que es la eternidad, las cosas y los sufrimientos terrenales arrojan fácilmente nuestra alma a tierra. Todo nos parece demasiado pesado, excesivo”. A esto incorpora la idea siguiente idea: “Muchos preguntan: ‘¿En qué consistirá la vida eterna y qué haremos todo el tiempo en el cielo?’. La respuesta está en las palabras apofáticas del apóstol que acabamos de oír: ‘Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman’”.

 

Eternidad, esperanza y presencia

El sacerdote italiano comenta que para el creyente, la eternidad no es solo una esperanza, sino también una presencia y una experiencia: En Cristo, “’la vida eterna que estaba junto al Padre se hizo visible’. Nosotros, dice Juan, ‘la hemos oído y visto con nuestros propios ojos, contemplado y tocado’”.

Esta presencia de la eternidad en el tiempo se llama Espíritu Santo, confirma el purpurado, se le define como “las arras de nuestra herencia”, y se nos ha dado porque, habiendo recibido las primicias, anhelamos la plenitud.

Refiriéndose a las acusaciones contra la vida eterna, según las cuales, la expectativa de la eternidad distrae del compromiso con la tierra y del cuidado de la creación, el Cardenal recuerda que “antes de que las sociedades modernas asumieran la tarea de promover la salud y la cultura, de mejorar el cultivo de la tierra y las condiciones de vida del pueblo, ¿quién ha llevado a cabo estas tareas más y mejor que ellos, los monjes en primera línea, que vivían de fe en la vida eterna?”.

Cantalamessa rememora el Cántico de las Criaturas de san Francisco de Asís, que lejos de alejar a los seres humanos de su acción y compromiso en el mundo, lo confirma y dice del santo fundador: “El pensamiento de la vida eterna no le había inspirado despreciar este mundo y las criaturas, sino un entusiasmo y gratitud aún mayores por ellos y había hecho que el dolor actual fuera más llevadero para él”.

El predicador de la Casa Pontificia concluye ilustrando que “nuestra meditación hoy sobre la eternidad ciertamente no nos exime de experimentar con todos los demás habitantes de la tierra la dureza de la prueba que estamos experimentando; sin embargo, al menos debería ayudarnos a los creyentes a no sentirnos abrumados por ella y a ser capaces de infundir valor y esperanza incluso en aquellos que no tienen el consuelo de la fe”.

 

 

 

[1] San Agustín, Tratados sobre Juan 55, 1: CCL 36, 463s.

[2] San Agustín, Tratados sobre el evangelio de Juan, 45, 2: PL 35,1720.

[3] Oración colecta del Domingo XXI del Tiempo Ordinario.

 

 

 

 

Navidad: Audiencia del Papa con donantes del árbol y el pesebre

Delegaciones de Italia y Eslovenia

diciembre 11, 2020 13:05

Papa Francisco

(zenit – 11 dic. 2020).- Esta mañana, el Papa Francisco ha recibido en audiencia a las delegaciones procedentes de Castelli en Abruzzo, Italia, y del municipio de Kočevje, región sudoriental de Eslovenia, con motivo de la entrega árbol de Navidad y el pesebre montado en la plaza de San Pedro.

A continuación, sigue el saludo del Santo Padre.

***

 

Saludo del Papa a las delegaciones.

¡Queridos hermanos y hermanas!

Habéis venido para la presentación oficial del árbol de Navidad y el pesebre colocado en la Plaza de San Pedro; os doy la bienvenida cordialmente y os agradezco vuestra presencia. Saludo a la delegación de la República de Eslovenia, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, acompañada por el cardenal Rodé y el arzobispo de Maribor, e integrada por otros ministros, embajadores y distinguidas personalidades. Eslovenia donó el majestuoso abeto noruego, elegido de los bosques de Kočevje.

Y saludo a la delegación de la diócesis de Teramo-Atri, con el obispo Lorenzo Leuzzi y numerosas autoridades civiles: el monumental pesebre de cerámica viene de vuestra tierra, precisamente de Castelli. Esta tarde se inaugurarán estos dos “iconos” de la Navidad. Más que nunca, son un signo de esperanza para los romanos y para los peregrinos que tendrán la oportunidad de venir a admirarlos.

El árbol y el pesebre ayudan a crear una atmósfera navideña favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor. En el pesebre, todo habla de la pobreza “buena”, la pobreza evangélica, que nos hace bienaventurados: al contemplar la Sagrada Familia y los diversos personajes, nos atrae su desarmante humildad.

Nuestra Señora y san José vinieron desde Nazaret hasta Belén. No hay lugar para ellos, ni siquiera una pequeña habitación (cf. Lc 2,7); María escucha, observa y guarda todo en su corazón (cf. Lc 2,19.51). José busca un lugar para ella y el niño que está a punto de nacer.

Los pastores son protagonistas en el pesebre, como en el Evangelio. Viven al aire libre. Ellos mantienen la vigilancia. El anuncio de los ángeles es para ellos, y van inmediatamente a buscar al Salvador que ha nacido (cf. Lc 2,8-16).

La fiesta de la Navidad nos recuerda que Jesús es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo. Pero, para acoger estos dones de gracia, necesitamos sentirnos pequeños, pobres y humildes como los personajes del pesebre.

También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e indefenso, es el “Signo” que Dios da al mundo (cf. Lc 2,12). Admirable signo, como la carta del pesebre que firmé hace un año en Greccio. Nos hará bien volver a leerlo en estos días.

Queridos amigos, gracias a todos desde el fondo de mi corazón. También a los que no pudieron estar presentes hoy, así como a los que ayudaron con el transporte y el montaje del árbol y la cuna. Que el Señor le recompense por su disponibilidad y generosidad.

Les expreso mis deseos de una celebración navideña llena de esperanza, y les pido que los lleven a sus familias y a todos sus conciudadanos. Le aseguro mis oraciones y le bendigo. Y vosotros también, por favor no olvidéis rezar por mí. ¡Feliz Navidad! Gracias.

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

Navidad: Inauguración del pesebre y encendido del árbol

En la Plaza de San Pedro

diciembre 11, 2020 20:21

Ciudad del Vaticano

(zenit – 11 dic. 2020).- A las 17 horas de la tarde de hoy viernes 11 de diciembre de 2020, ha tenido lugar la tradicional inauguración del pesebre y la iluminación del árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro. Los encargados de hacerlo han sido el cardenal Giuseppe Bertello y el obispo Fernando Vergez, presidente y secretario general de la Gobernación del Estado, respectivamente.

El evento, realizado desde el año 1982 e instituido por san Juan Pablo II, se ha podido seguir en vivo a través de la página web vaticana, y también ha contado con la iluminación de la figura de la Sagrada Familia representada por la escultura Angels Unawares, instaurada hace un año.

 

Fraternidad entre regiones

Tal y como señala Vatican News, en su discurso inaugural, el cardenal Bertello ha explicado que el pesebre “nos hace comprender que el Evangelio puede animar todas las culturas y todas las profesiones. Se convierte en un punto de llegada y de salida para la diócesis de Teramo, que ha hecho un intenso camino pastoral de preparación”.

“Y un recorrido”, continúa, “que salió al encuentro de Eslovenia, de donde procede el árbol, con la que se ha creado casi un hermanamiento espiritual”. Además, ha afirmado que “este abeto nos recuerda la extraordinaria belleza de este país y sus tradiciones”.

 

Mensaje del pesebre

Mons. Castelli ha aclarado que “la posibilidad de poder montar el monumental belén de la escuela de arte de Castelli (…) es realmente un gran regalo para toda nuestra Iglesia diocesana y, sobre todo, una gran oportunidad para un territorio que ha sido duramente golpeado por dos terremotos, en 2006 y 2017”.

Del mismo modo, prosigue, da “testimonio de la fe del pueblo de los Abruzos y de esta comunidad con sus habilidades artísticas y, de hecho, no debemos olvidar que Castelli se encuentra entre las ciudades más importantes de la cerámica a nivel europeo. Por lo tanto, concluye, “es un regalo para todos, especialmente en esta época de emergencia sanitaria, en la que todos estamos llamados a repartir”.

 

Símbolo de la escultura

La estructura de bronce representa un barco con un grupo de migrantes y refugiados de diferentes ascendencias culturales y raciales, y de varios períodos históricos. Ya iluminada, muestra su foco concreto en las tres figuras que reproducen la Sagrada Familia de Nazaret.

Según señala la Santa Sede, se trata de una señal que resalta el “profundo significado de la Navidad” y recuerda que Jesús, María y José “también fueron migrantes y huyeron para salvar sus vidas”. Habla de un “hermanamiento para recordar que, aún más en este momento de pandemia, todos estamos necesitados y esperando”.

La copia exacta de la escultura fue revelada el pasado 8 de diciembre en la Grand Army Plaza de Nueva York, en el barrio de Brooklyn, y éste también será iluminado de la misma manera hasta el próximo 10 de enero.

La escultura fue creada por el artista y escultor canadiense Timothy Schmalz e inaugurada en la Plaza de San Pedro el 29 de septiembre de 2019 para conmemorar el 105º Día Mundial del Migrante y el Refugiado (JMMR).

 

Participación

Además de monseñor Bertello y Mons. Vérgez, también han asistido, entre otros, el obispo de Teramo-Atri, Mons. Lorenzo Leuzzi, el comisario extraordinario para la reconstrucción después del terremoto, Giovanni Legnini, el presidente de la región italiana de los Abruzos, Marco Marsilio, y el presidente de la provincia de Téramo, Diego Di Bonaventura.

Asimismo, han participado en la ceremonia del encendido de las luces el arzobispo Alojzij Cvikl, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Eslovena, quien ha guiado a la delegación de su país, Anže Logar, ministro de Asuntos Exteriores y Jože Podgoršek, ministro de Agricultura, Silvicultura y Alimentación de Eslovenia.

 

 

 

 

Siria e Irak: Encuentro de reflexión sobre la crisis humanitaria

Celebrado virtualmente

diciembre 11, 2020 10:24

Dicasterios
Justicia y Paz

(zenit – 11 dic. 2020).- El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral organizó ayer jueves 10 de diciembre de 2020 el cuarto encuentro de reflexión sobre los temas centrales de la crisis humanitaria que afecta a Siria, Irak y países limítrofes.

Tal y como ha informado la Santa Sede en una nota, el acto, celebrado vía online por motivo de la COVID-19, gozó de la participación de más de 50 organizaciones benéficas católicas y nuncios apostólicos en representación de episcopados locales, entidades eclesiales y congregaciones religiosas cuya labor se realiza en estos países asiáticos.

La reunión estuvo desarrollada a partir de cuatro sesiones: situación política y diplomática, la Iglesia en Siria e Iraq, la cuestión del retorno y migrantes y desplazados y los organismos católicos: de la emergencia al desarrollo. El Papa Francisco también intervino a través de su videomensaje dedicado a los participantes del encuentro.

 

Introducción de Parolin

La inauguración la hizo monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, quien comenzó leyendo el discurso del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, quien no pudo acudir.

En su discurso, el purpurado reconoce que en la región el panorama general está “caracterizado por la crisis económica, agravada por el estancamiento político o incluso por la crisis institucional y, más recientemente, por la pandemia Covid-19”. Ante esta situación de “absoluta gravedad”, anima a todos a llevar adelante “los proyectos en Irak, Jordania y Turquía” y pide un particular compromiso en Siria y en el Líbano.

“Hoy más que nunca”, insiste, “no debemos desatender las necesidades de la población, debemos renovar como Iglesia nuestro compromiso caritativo al lado de los más frágiles y necesitados, promoviendo también acciones innovadoras, sin olvidar la formación de nuestros trabajadores, tanto profesional como espiritual”.

También se refiere al Líbano, “golpeado por el colapso del sistema financiero, la crisis socioeconómica y la explosión del Puerto de Beirut”, donde se vuelve urgente la necesidad  de “un fuerte compromiso no sólo para la reconstrucción sino también para el apoyo a las escuelas católicas y de los hospitales, dos piedras angulares de la presencia cristiana en el país y en toda la región”.

 

Mayor estabilidad

La primera sesión de debate fue abierta por Mons. Gallagher, quien esbozó un resumen de la situación socio-política en Oriente Medio. Ante las “tensiones y conflictos” que atraviesan la región, el prelado expresó la esperanza de que los “recientes acuerdos de Abrahán” puedan favorecer “una mayor estabilidad”, y que los retos en el campo, “desde los humanitarios hasta los políticos”, se afronten “con sinceridad y coraje”.

Asimismo, aseguró el constante compromiso de la Santa Sede a favor de la paz: “El Evangelio adquiere una nueva fuerza de atracción”. En este contexto, el Cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, ofreció una vez más su testimonio personal sobre las consecuencias humanas y materiales de la crisis del país, un drama que sigue afectando a 11 millones de personas.

 

Comunidades cristianas

La situación de las comunidades cristianas que residen en los países afectados por la guerra fue el centro del discurso del cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales: Ante la “herida” de la emigración, que afecta sobre todo a los jóvenes, expresó su deseo de que se haga todo lo posible para evitar un “Oriente Medio monocromo que no refleje en absoluto su rica realidad humana e histórica”.

En esta vasta región, prosigue, hay hombres y mujeres que desean “regresar a su propia tierra” para “volver a construir sus sueños”, incluso logrando aprovechar las posibles oportunidades de las crisis en curso.

“Los cristianos están llamados, como todos los ciudadanos”, insiste, “a contribuir al nacimiento de una nueva Siria, un nuevo Iraq según su propia identidad enunciada en los principios de la no violencia, el diálogo, el respeto de la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades fundamentales, el pluralismo, la democracia, la ciudadanía, el estado de derecho, la separación entre religión y Estado”.

El tema de los migrantes y las personas desplazadas fue abordado por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi.

 

Clausura del evento

La reunión fue clausurada por el cardenal Peter K.A. Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y el secretario General de Caritas Internationalis, Aloysius John, que reflexionaron sobre el papel de las agencias católicas y cómo pueden promover la transición de la fase de emergencia a la del desarrollo integral.

El purpurado subrayó la necesidad de “dar a las personas un signo de esperanza concreta, para que puedan regresar a sus países y vivir en seguridad”. Por su parte, Aloysius John describió la ayuda material que la organización ofrece “para apoyar, acompañar y defender” a las “víctimas inocentes” de los conflictos, especialmente a “un gran número de minorías cristianas que son las más vulnerables”.

Este es un compromiso que no se limita a una simple respuesta a la emergencia, sino que es también un acompañamiento hacia el futuro, hacia la autonomía y una vida digna.

 

Propuestas

Caritas Internationalis presentó tres propuestas. La primera es el levantamiento inmediato de las sanciones para aliviar el sufrimiento de la población local y permitir que las organizaciones humanitarias respondan a las urgentes necesidades relacionadas con la proximidad del invierno y la pandemia de COVID-19.

La segunda es un aumento de los recursos financieros a destinar a los programas de ayuda para reconstruir el tejido social y responder a las necesidades de las comunidades locales. Por último, un mayor apoyo a los programas de las organizaciones de la sociedad civil destinados a prestar ayuda humanitaria y a promover la rehabilitación y el desarrollo.

 

 

 

 

Conferencia Episcopal Española: Nota sobre la Ley de la eutanasia

Aprobada por mayoría en el Congreso

diciembre 11, 2020 11:15

Iglesia Local

(zenit – 11 dic. 2020).- La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha publicado una nota ante la aprobación de la Comisión de Justicia del Congreso de la Ley orgánica de la eutanasia, que regulará la prestación del Sistema Nacional de Salud con ese fin.

A continuación, la nota del episcopado de España, titulada “La vida es un don, la eutanasia un fracaso”.

***

 

Nota de la Conferencia Episcopal Española ante la aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley de la eutanasia.

1.- El Congreso de los Diputados está a punto de culminar la aprobación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público.

El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infringida; y también de la profesión médica, “llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte”. Es una propuesta que hace juego con la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes en el mundo.

2.- La Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación expresa del papa Francisco publicó la Carta “Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida”Este texto ilumina la reflexión y el juicio moral sobre este tipo de legislaciones. También la Conferencia Episcopal Española, con el documento “Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida”ofrece unas pautas clarificadoras sobre la cuestión.

3.- Urgimos a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias. Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la  esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad.

4.- La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y ha suscitado solicitud por los cuidados, al mismo tiempo que indignación por el descarte en la atención a personas mayores. Ha crecido la conciencia  de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano.

Hemos agradecido el trabajo de los sanitarios y el valor de nuestra sanidad pública, reclamando incluso su mejora y mayor atención presupuestaria. La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral.

Por el contrario, frente a la muerte como solución, es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera compasión.

5.- La experiencia de los pocos países donde se ha legalizado nos dice que la eutanasia incita a la muerte a los más débiles. Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección.

La falta de cuidados paliativos es también una expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos.

6.- Con el Papa decimos: “La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza”.

Invitamos a responder a esta llamada con la oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza.

7.- Pedimos a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia.

8.- Por ello, convocamos a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana.  Invitamos a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa.

Nos acogemos  a Santa María, Madre de la Vida y Salud de los enfermos y a la intercesión de San José, patrono de la buena muerte, en su año jubilar.

 

Madrid 11 de diciembre de 2020.

 

 

 

 

Cambio climático: Mons. Parolin apuesta por la “cultura del cuidado”

Videomensaje a un seminario sobre el clima

diciembre 11, 2020 10:57

Ecología
Roma

(zenit – 11 dic. 2020).- El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, envió un videomensaje a los participantes de un seminario web sobre cambio climático organizado por las embajadas de Reino Unido, Francia e Italia ante la Santa Sede, en el que ve necesario “desarrollar un nuevo modelo cultural basado en una cultura del cuidado”.

Tal y como informa Vatican News, el purpurado entiende este punto como “el cuidado de los demás, el cuidado del medio ambiente, en lugar de la cultura de la indiferencia, la degradación y el despilfarro”. Un modelo, dice, que “debe basarse en tres conceptos: conciencia, sabiduría, voluntad”.

El seminario online, titulado “La lucha contra el cambio climático. de París a Glasgow y Milán”, se celebró con motivo del aniversario del Acuerdo sobre el Clima de 2015. En su mensaje, el cardenal destaca algunos puntos importantes que el Papa Francisco planteará en su discurso en la Cumbre Virtual de Ambición Climática del próximo 12 de diciembre.

 

Conciencia, sabiduría y voluntad

En su mensaje de vídeo, Parolin explica los “tres conceptos”, conciencia, sabiduría y voluntad, de este “nuevo modelo cultural”, diciendo que la primera se refiere a la “investigación” en las ciencias físicas y humanas, “capaz de llevar diferentes tipos de conocimiento al diálogo a un nivel interdisciplinario”. La segunda se basa en “principios éticos proactivos y a largo plazo”, como la doctrina social de la Iglesia. Y finalmente, la tercera traduce esencialmente la acción política en la búsqueda del bien común.

En realidad, señala que, ante la creciente concienciación de la sociedad civil sobre “la complejidad del fenómeno del cambio climático y sus repercusiones”, los “actuales compromisos asumidos por los Estados” en este ámbito “están muy alejados de los realmente necesarios” para alcanzar los objetivos fijados por el Acuerdo de París. Y así, continúa, el objetivo de fortalecer la voluntad política “es una de las razones por las que estamos aquí”.

 

El Papa y la cumbre del clima

“El Santo Padre”, prosigue, “hablará” en la Cumbre Virtual de Ambición Climática, “pero con vistas a la COP26, la cumbre climática de Glasgow prevista para noviembre de 2021, precedida por la etapa intermedia en Milán en septiembre”.

“En la COP-26, no podemos perder la oportunidad de hacer que este momento de cambio se manifieste y de tomar decisiones concretas y urgentes”, señala el cardenal en su discurso a los líderes políticos. También se refiere a los valores de Laudato Si’, y en particular al deseo del Pontífice de que el Acuerdo de París se aplique con un espíritu de solidaridad, con “especial atención a las poblaciones más vulnerables”.

El secretario de Estado concluye anticipando algunos de los temas que Francisco abordará en la cumbre: “la alianza entre el ser humano y el medio ambiente”, que respeta a las personas “más frágiles”; la identificación de “soluciones políticas o técnicas” que favorezcan un “proceso educativo” capaz de promover, sobre todo entre los jóvenes, nuevas formas de vida y una nueva “humanidad”, favoreciendo un cambio de “perspectiva”.

La COP26, que se celebrará después de la prueba de la pandemia, añade, “será un momento central para medir y estimular la voluntad colectiva y el nivel de ambición de los Estados individuales”.

 

 

 

 

Venezuela: El Papa nombra al obispo de Guarenas

Tras aceptar la renuncia de su antecesor

diciembre 11, 2020 14:59

Iglesia Local

(zenit – 11 dic. 2020).- El Papa Francisco ha nombrado como obispo de Guarenas, Venezuela, a Mons. Tulio Luis Ramírez Padilla, hasta ahora obispo titular de Ausuccura y auxiliar de la archidiócesis metropolitana de Caracas, informa hoy, 11 de diciembre de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Previamente, el Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Guarenas presentada por Mons. Gustavo García Naranjo por motivo de edad. El prelado venezolano cuenta con 76 años y la edad canónica para solicitarla al Pontífice es 75.

De acuerdo a la Conferencia Episcopal Venezolana, por disposición de la Santa Sede, Mons. García Naranjo quedará en el gobierno pastoral de la Diócesis de Guarenas como Administrador Apostólico sede vacante, hasta la toma de posesión del nuevo obispo.

 

Mons. Tulio Luis Ramírez Padilla

Nació en Caracas el 28 de febrero de 1960. Realizó sus estudios eclesiásticos de filosofía en el Seminario Mayor Interdiocesano de Caracas y sus estudios teológicos en el Seminario Mayor San Ildefonso de Toledo (España).

Es licenciado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Fue ordenado sacerdote el 5 de agosto de 1984 para la archidiócesis metropolitana de Valencia en Venezuela.

Ha ocupado los siguientes cargos: vicepárroco de San Agustín en Guacara, párroco de Nuestra Señora del Carmen en Miranda, párroco de San Diego de Alcalá en San Diego, párroco de Nuestra Señora de Begoña en Naguanagua, profesor del Seminario Mayor, juez del Tribunal Eclesiástico Arquidiocesano, párroco de San Agustín en Guacara, vicario general de la archidiócesis metropolitana de Valencia en Venezuela y moderador de la Curia.

El 4 de abril de 2012 fue nombrado obispo titular de Auxuccura y auxiliar de la archidiócesis metropolitana de Caracas y recibió la ordenación episcopal el 8 de julio siguiente.

 

 

 

 

“El primer evangelizador de América, Ramón Pané”, presentación del documental

Fundación Ramón Pané

diciembre 11, 2020 13:53

Arte y Cultura
Espiritualidad

(zenit – 11 dic. 2020).- La Fundación Ramón Pané presentó ayer jueves 10 de diciembre de 2020 el documental titulado “El primer evangelizador de América, Ramón Pané”, fruto de casi una década de investigación sobre el monje de la orden de san Jerónimo que acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje a las indias en 1494.

Según ha informado la agencia EuropaPress, la producción, financiada de forma privada por varias familias, presenta la figura del religioso catalán que llegó a aprender la lengua de los indígenas, el taíno, hablado en la isla de La Española, y que, en palabras del cardenal Oscar Rodríguez, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, “adelantó el concepto de Nueva Evangelización” cuya raíz es “la inculturación del Evangelio”.

La presentación pudo seguirse a través de las redes sociales de la propia fundación.

 

Participantes

El presentador del documental fue Ricardo Grzona, director ejecutivo de la Fundación Ramón Pané. Al acto estuvieron invitados el cardenal Oscar Rodríguez, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, y presidente de la sociedad, monseñor Octavio Ruiz, secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, Mons. Julio César, obispo de la diócesis de Puerto Plata, República Dominicana, el padre Jaume Aymar, presidente, de la Fundación Cataluña-América y Guzmán Carriquiri, embajador de Uruguay ante la Santa Sede y ex vicepresidente de PCAL.

 

Resumen biográfico de Pané

Según la propia institución, en Abril de 1493, Cristóbal Colón regresa de su primer viaje a América y se encuentra con los Reyes Católicos en el Cenobio de Oración de La Murtra, Barcelona, España, confiado a los Frailes Jerónimos. Allí estaba un joven ermitaño, unido a la orden de San Jerónimo, llamado Ramón Pané.

En la Audiencia, Colón mostró a los reyes españoles lo que había encontrado, y sobre todo algunas personas de la etnia de los Taínos. Ramón, al ver a estas personas, “sintió el llamado de Dios para ir a llevarles el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y presentarles el cristianismo”.

La Reina Isabel dio instrucciones para que se evangelizara a todas las personas. El monje se embarcó en el segundo viaje de Colón llegando a la actual República Dominicana y así se construyó el primer templo cristiano. Él participó de la primera proclamación del Evangelio y de la primera Misa celebrada en el continente americano, el 6 de enero de 1494.

Inmediatamente se internó en la isla, y se hizo amigo de la familia del cacique Guaticaba, y aprendió la lengua nativa para evangelizarlos. Tras dos años, Guaticaba recibió bautismo junto a 16 miembros de su familia, y tomó el nombre de Juan Mateo, desde entonces compañero de evangelización de Pané.

La familia entera de Juan fue asesinada por su conversión. En su libro, Ramón narra este martirio, y señala que mientras los mataban decían “Dios naboria daca” (yo soy el siervo de Dios). En una carta en conmemoración de los 500 años de los primeros cristianos bautizados, san Juan Pablo II declara a esta familia los primeros mártires por la fe cristiana en América.

 

Sobre el documental

La fundación explica en su web que este documental narra la primera evangelización en América y la acción del joven monje, quien “dejó todo atrás por cumplir el mandato de Jesús” de ir por todo el mundo y anunciar a todos la Buena Noticia.

“El gran milagro que debemos ver”, continúa, “es que hoy en día la mayoría de los cristianos viven en América”, y esto es gracias a Ramón Pané “con la nueva evangelización, un modelo para los jóvenes de hoy”.

Por último, apunta que “hay mucho más por descubrir”, como la “parábola del gran tesoro escondido, que se ha mantenido oculto por muchos años en nuestro Cristianismo de América y del Mundo”.

El documental será ofrecido de forma gratuita a cualquier televisión que desee proyectarlo, informa EuropaPress.

 

 

 

 

Perú: I Seminario Nacional Virtual “Católico, defiende tu fe”

Del 15 al 18 de diciembre

diciembre 11, 2020 10:38

Iglesia Local

(zenit – 11 dic. 2020).- Perú Católico, medio de comunicación digital, organiza el I Seminario Nacional Virtual: “Católico, defiende tu fe” desde el martes 15 al viernes 18 de diciembre, en el horario de 19 a 20:55 horas.

De acuerdo a una nota del medio, el objetivo de este Seminario es dar herramientas y conocimiento a los católicos con el fin de profundizar más su fe.

Los ponentes son: P. Carlos Rosell de Almeida; P. Augusto Meloni;  Diana Seminario; Dr. José Antonio Benito – Dr. Agustín Ortega; P. Carlos Sánchez;  P. César Buendía; Dante A. Urbina.

La edición de este Seminario será a través de los canales digitales: Zoom, Canal YouTube y Facebook de Perú Católico. El curso no tiene costo y las inscripciones pueden realizarse en el siguiente link: https://bit.ly/37yFVty

Se entregará constancia digital de participación. Pueden inscribirse hasta el lunes 14, fecha en que cerramos inscripciones para tramitar la constancia digital.

Para mayor información es posible contactar con el número 949631689 / 7485020 (Solo WhatsApp).

 

 

 

 

México: Histórica peregrinación virtual a la basílica de Guadalupe

Por el cierre del templo

diciembre 11, 2020 19:00

Espiritualidad
Iglesia Local

(zenit – 11 dic. 2020).- Debido al cierre de la Insigne y Nacional basílica de Santa María de Guadalupe, desde el 10 y hasta el 13 de diciembre de 2020, con el fin de evitar más contagios de la COVID-19, y como un acto de amor y protección hacia los millones de devotos guadalupanos que cada año peregrinan hasta este santuario, los cinco obispos auxiliares de la archidiócesis de México encabezaron una peregrinación virtual hasta los pies de la Virgen del Tepeyac.

Esta mañana, los prelados arquidiocesanos caminaron hasta la basílica de Guadalupe en nombre de los millones de mexicanos y extranjeros que, este 2020, elevan súplicas desde sus hogares a la gran emperatriz de América.

En dicho acto, los mitrados rezaron el Santo Rosario, pidiendo de manera muy especial por quienes han perdido la vida en este tiempo de pandemia, por sus familiares y por todo el personal de salud.

Con este gran acontecimiento comenzaron los festejos guadalupanos 2020, celebraciones que quedarán marcadas en la historia de la Iglesia en México, pues nunca antes, las puertas de este santuario habían permanecido cerradas en el marco de la celebración a la Morenita del Tepeyac.

Esta actividad fue transmitida a través de las plataformas digitales de la arquidiócesis Primada de México y canales de televisión abiertos. Desde estas plataformas, se estarán transmitiendo las actividades propias del 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe.

 

 

 

 

Chile: Santo Tomas celebra Misa de cierre del Mes de María

El pasado 3 de diciembre

diciembre 11, 2020 09:15

Espiritualidad

(zenit – 11 dic. 2020).- El jueves 3 de diciembre de 2020, alrededor del mediodía la Universidad de Santo Tomás (UST), Chile, se reunió de modo virtual para celebrar la Eucaristía, con un doble motivo de alegría: celebrar la memoria de San Francisco Javier y unirnos en el cierre del mes de María como comunidad.

De acuerdo a una nota de la institución educativa, se congregaron integrantes de todas las sedes, casi un centenar, quienes desde sus actividades apaciguaron el corazón para participar del cierre del mes de María.

Al respecto, Paula Virgilio, DAE de la sede UST Santiago, comenta: “Linda y emotiva liturgia, no solo por el término del Mes de Maria, sino por recordar a quienes han partido este año. Han dejado un gran vacío entre nosotros, un año muy duro desde esa perspectiva. Es maravilloso reencontrarnos a nivel nacional, y juntos como Comunidad Santo Tomás, estar conectados a la distancia en oración; nos une, reconforta y “apapacha” en estos tiempos complejos que nos traído esta Pandemia. Hace falta estar con todos, pero saldremos adelante y fortalecidos no hay duda de ello. Gracias por la instancia, y que se puedan repetir a futuro”.

“El Señor hizo en mí Maravillas” es la invitación que nos deja el eco del evangelio, dejarse mover por Dios y a su vez buscarlo, buscar la verdad como lo propone Santo Tomás, y así como lo hiciera María, acercarnos más a su voluntad para encaminarnos a la felicidad. La necesidad que todos tenemos de una Madre y de su amor lo pusieron de manifiesto, además, las bellas palabras del capellán nacional, P. José García.

Por su parte, Vilma Quitral, docente de la sede UST Santiago, nos dice: “Santo Tomás nos inspira y somo una familia, es lo que sentí en la misa del día jueves. Unirnos a través del país para honrar a Nuestra Madre María fue muy lindo, a pesar de estar conectados por Teams, sentí que la conexión más fuerte es la del corazón. Estas instancias son muy valiosas y son nuestro sello, espero que cada vez se una más gente, para lograr unión, alegría, paz y esperanza”.

Frente a eta situación diferente, la tecnología ha permitido ampliar la invitación a las liturgias, oraciones y actividades del mes de María, que, de esta manera, ha sido una gran instancia de reunión como comunidad, unidos en la fe.

Se puede volver a ver la celebración en este enlace.

 

 

 

 

Beato Bartolomé Buonpedoni, 12 de diciembre

El Job de Toscana

diciembre 11, 2020 09:00

Testimonios

 

“El beato Bartolomé Buonpedoni fue un joven aristócrata que contravino la voluntad de su padre para unirse a Cristo. Conocido como el Job de Toscana por su admirable paciencia ejercitada durante veinte años mientras la lepra consumía su organismo”

Hoy celebra la Iglesia la vida de este beato, y conmemora, entre otros, la festividad de la Virgen de Guadalupe, venerada en todo el mundo y de cuya aparición a san Juan Diego y origen de su advocación se ha dado cuenta en esta sección de zenit el pasado día 9.

Es la patrona de México y ha sido objeto de diversas proclamaciones por parte de pontífices. Así Pío X la nombró patrona de toda la América Latina; Pío XI, de todas las Américas; Pío XII añadió el calificativo de Emperatriz de las Américas, que Juan XXIII siguió engrosando al denominarla bellamente: la misionera celeste del Nuevo Mundo y la Madre de las Américas.

Admirable en su virtud, el beato Bartolomé Buonpedoni (o Bartolo) fue un ejemplo de fortaleza y paciencia en medio de la tribulación, edificante en su forma de afrontar la enfermedad. Se desconoce la fecha exacta en la que los condes de Mucchio, Giovanni e Giuntina, tuvieron en sus brazos por vez primera a este heredero, su único hijo.

Vino al mundo en el castillo feudal cercano a la ciudad de San Gimignano, Toscana, Italia, en 1227. La criatura se hizo de rogar, ya que los padres esperaron dos décadas sin tener descendencia, hasta que Giuntina, la piadosa madre, se encomendó a san Pedro y un día, a través de un sueño, le aseguró que su ruego había sido escuchado.

El progenitor del beato, como usualmente sucede, albergaba grandes sueños para su futuro: estudios, prestigiosa carrera profesional, etc. Pensó también que con ese hijo, que los colmaba de dicha, estaba asegurada la perduración de su ilustre apellido a través de nuevos vástagos en la familia.

Por eso, cuando llegó el momento, y el beato Bartolomé Buonpedoni se negó a contraer el matrimonio que le proponía, optando en su lugar por la vida religiosa, el conde Mucchio recibió la noticia más que consternado, y no ocultó su frontal oposición.

Seguramente no se le ocurrió pensar que la virtud y piedad que presidía la vida de su amado hijo, conocida en su entorno, iba a desembocar en tal decisión. Pero tuvo ocasión de comprobar la inutilidad de los medios que empleó para disuadirle; Bartolomé no cejó en su empeño.

Poniendo tierra por medio, el joven se trasladó a Pisa y pasó un año conviviendo con la comunidad benedictina de San Vito, donde desempeñó labores de enfermería. Su buen corazón y las virtudes que mostraba le hacían apto para encarnar con su vida el carisma de san Benito, y así lo hicieron notar los monjes.

No desestimaba totalmente la oferta de continuar junto a ellos, posibilidad en la que meditaba, cuando en sueños tuvo una locución divina advirtiéndole que la verdadera clave de su santificación radicaría en la aceptación de veinte años de sufrimientos que llegarían a su vida, y no en su abrazo a la vida monástica. Misteriosos designios de la Providencia.

Sabedor de que su hábito serían las penitencias, partió a Volterra y se integró en la Tercera Orden Franciscana. El prelado del lugar juzgó que sería un buen sacerdote y le propuso ordenarlo. Dócil a la sugerencia del obispo, cursó estudios y recibió el sacramento del orden cuando tenía alrededor de 30 años.

Fue enviado a Peccioli en calidad de capellán, y luego a Picchena como párroco. Su labor pastoral y celo apostólico junto a su heroica caridad, que tenía como destinatarios a los pobres, enfermos y necesitados en general, atrajo a las gentes.

Atento a sus necesidades distribuía entre todos lo que recaudaba en la parroquia. Su gesto de misericordia fue premiado por el Altísimo. Un día acogió a un pobre que iba de viaje cobijándolo bajo su techo. De madrugada una voz le hizo saber que había alojado a Jesucristo, y cuando corrió a buscarlo, había desaparecido. No sería la última vez que recibiría esta gracia.

La noticia de su santidad llegó a su ciudad natal, y conocedor de ella uno de sus compatriotas, Vivaldo (o Ubaldo), también beato de la Tercera Orden franciscana, que había nacido en San Gimignano hacia 1250, no dudó en acudir a su lado.

Fue no solo su discípulo sino una especie de ángel protector en las dolorosas tribulaciones que tuvo que afrontar el  beato Bartolomé Buonpedoni cuando contrajo la lepra hacia sus 50 o 52 años. Dejó entonces la parroquia, y ambos se establecieron en la leprosería de Cellole, situada en los alrededores de su ciudad natal.

Un día llegó un leproso al que Bartolomé ayudó a enjuagar los pies en el cuenco del claustro, y al hacerlo se dio cuenta de que no era simplemente un enfermo, momento en el que desapareció. Entonces se percató de que había lavado los pies a Cristo.

Durante veinte años, tal como se le vaticinó en sueños, sufrió con esta enfermedad, acogida con tan admirable paciencia y alegría, conforme al carisma franciscano, que le dieron el nombre de “Job de Toscana”.

Los leprosos del lazareto recibieron de él, que fue su capellán, y del beato Vivaldo, asistencia y consuelo. Murió con fama de santidad el 12 de diciembre de 1300 a la edad de 73 años. Entonces Vivaldo se hizo ermitaño estableciéndose en Boscotondo de Camporena, cerca de Montaione en la Toscana.

Sobrevivió a su maestro veinte años. El beato Bartolomé Buonpedoni fue enterrado en la iglesia de San Agustín, de Gimignano. Su culto fue aprobado en 1498. Pío X lo confirmó el 27 de abril de 1910.