Boletín Diario de Zenit


 

 

Servicio diario - 29 de diciembre de 2020


 

CIUDAD DEL VATICANO
Andrea Tornielli: “En el año del distanciamiento, la proximidad del Papa”
Redacción zenit
Editorial publicado en ‘Vatican News’

PAPA FRANCISCO
Muerte del padre Reginald Foster: Telegrama del Papa Francisco
Anita Bourdin
El “latinista de los papas”

CIUDAD DEL VATICANO
Vaticano: Nota sobre las vacunas de COVID-19
Larissa I. López
Acceso justo y universal

IGLESIA LOCAL
CELAM: Balance tras 19 meses de nueva gestión
Gabriel Sales Triguero
Palabras de Mons. Miguel Cabrejos

IGLESIA LOCAL
Nicaragua: Obispos acompañan al pueblo en el camino a las elecciones
Larissa I. López
Vivir un año “sin violencia”

CIUDAD DEL VATICANO
El cardenal Cantalamessa, Premio CEU Ángel Herrera
Larissa I. López
Por la “Difusión de la Cultura Católica”

CIUDAD DEL VATICANO
Argentina: Llamamiento por la vida de la Academia de Ciencias Sociales
Anita Bourdin
A los senadores del país

IGLESIA LOCAL
Bolivia: Sant’Egidio brinda almuerzo a más de 400 personas en Navidad
Redacción zenit
En Cochabamba

IGLESIA LOCAL
Chile: Obispos rechazan el nuevo proyecto de ley de eutanasia
Gabriel Sales Triguero
Aprobado en la Cámara de Diputados

IGLESIA LOCAL
Irak: El patriarca Sako rechaza la idea de un “enclave cristiano” en Nínive
Gabriel Sales Triguero
Es mejor vivir con vecinos

ESPIRITUALIDAD
Santa María Madre de Dios: Reflexión del P. Antonio Rivero
Antonio Rivero
Día Internacional de la Paz

TESTIMONIOS
Beata Eugenia Ravasco, 30 de diciembre
Isabel Orellana Vilches
Devoción por la juventud


 

 

 

Andrea Tornielli: “En el año del distanciamiento, la proximidad del Papa”

Editorial publicado en ‘Vatican News’

diciembre 29, 2020 12:06

Ciudad del Vaticano
Papa Francisco

(zenit – 29 dic. 2020).- A continuación, compartimos el editorial de Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, titulado “En el año del distanciamiento, la proximidad del Papa”, publicado hoy, 29 de diciembre de 2020 en Vatican News.

En el artículo, el director editorial vaticano repasa lo que ha sido este año 2020 para el Santo Padre.

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En el año 2020, sin viajes apostólicos y pocas audiencias generales con presencia de los fieles, Francisco acompañó a muchos creyentes y no creyentes de todo el mundo con la Misa de Santa Marta.

El año 2020 del Papa Francisco, como el de cada uno de nosotros, ha sido profundamente marcado por la pandemia. Sin viajes, unas cuantas audiencias generales con la presencia contingente de personas al final del verano, luego interrumpidas de nuevo con la llegada de la segunda ola de contagio, celebraciones públicas con la participación de pequeños grupos de fieles. Lo que faltaba era el contacto diario con la gente, el contacto físico hecho de abrazos, apretones de manos, palabras susurradas con lágrimas en los ojos, bendiciones dibujadas en la cabeza, miradas que se cruzan y se encuentran. Incluso Francisco, a su manera, ha tenido que llevar a cabo su misión quedándose en casa, conectándose virtualmente, multiplicando los contactos telefónicos.

El año del Papa Francisco estuvo marcado por las palabras de la exhortación Querida Amazonia, que recogió el discernimiento del Sínodo de octubre de 2019 y se publicó en la víspera del brote de la pandemia: un fuerte llamado a mirar lo que está sucediendo en esa región olvidada. La indicación de caminos concretos para una ecología humana que tenga en cuenta a los pobres, para el aprecio de las culturas y para una Iglesia misionera con rostro amazónico. Entonces, tan pronto como el covid-19 pareció dar un respiro, al menos en Italia, Francisco reanudó las audiencias generales con los fieles proponiéndoles un ciclo de catequesis sobre qué futuro queremos construir después de la pandemia. Finalmente, en octubre pasado, el regalo de una nueva encíclica, Fratelli tutti, que señaló la fraternidad y la amistad social como la respuesta a las sombras del odio, la violencia y el egoísmo que a veces parecen prevalecer en nuestro mundo plagado no sólo por el coronavirus, sino por las guerras, la injusticia, la pobreza y el cambio climático.

El acontecimiento simbólico del año pasado, en la memoria de todos, fue el del 27 de marzo, con la Statio Orbis, la súplica a Dios para que interviniera y ayudara a la humanidad golpeada por la pandemia: Francisco solo, bajo la lluvia, en la Plaza de San Pedro desoladamente vacía como nunca antes y al mismo tiempo nunca tan llena, gracias a millones y millones de personas conectadas en la televisión mundial para rezar en silencio. El Papa subiendo lentamente los anchos escalones para llegar al atrio y recordarnos que todos estamos en la misma barca, incapaces de salvarnos solos; el Papa besando los pies del Crucifijo de San Marcelo, llevado en procesión por los romanos contra la peste; el Papa bendiciendo la ciudad y el mundo con el Santísimo Sacramento mientras en el fondo se oyen sirenas en una Roma paralizada por el encierro.

Pero hubo otro acontecimiento diario, menos llamativo y aún más importante, que permitió a Francisco acompañar a millones de personas en todo el mundo durante la primera parte de este 2020, en la época del miedo y el desconcierto. Era la Misa diaria que se celebraba en la capilla de la Casa Santa Marta a las 7 de la mañana: durante tres meses el Sucesor de Pedro llamaba suavemente a las puertas de nuestras casas, nos invitaba a no escuchar grandes discursos ni largas catequesis, sino a escuchar primero las palabras de la Escritura, comentadas con breves homilías y seguidas, después de la celebración eucarística, por unos minutos de adoración silenciosa ante el Santísimo Sacramento. Cada mañana, cada mediodía o cada noche, dependiendo de la zona horaria, mucha, mucha gente, incluso no practicantes y no creyentes, sintonizan la radio, la TV, el streaming, para escuchar el mensaje del Evangelio y la voz del Obispo de Roma que se ha convertido en el párroco del mundo. La sobriedad esencial de esas celebraciones, precedidas de breves oraciones por los grupos más afectados por el COVID-19, nos hacía compañía, nos ofrecía destellos de esperanza, nos ayudaba a rezar, nos hacía sentir menos solos, menos aislados, menos abandonados. La proximidad al pueblo de Dios, el acompañamiento logrado con esas misas compartidas en las pantallas de todo el mundo, dejó claro lo que significa para el Papa ser pastor de la Iglesia universal, intercesor de la humanidad herida, testigo del Evangelio que actúa en toda la familia humana de tantas maneras a menudo impredecibles y ocultas.

 

 

 

 

Muerte del padre Reginald Foster: Telegrama del Papa Francisco

El “latinista de los papas”

diciembre 29, 2020 17:09

Papa Francisco

(zenit – 29 dic. 2020).- En un telegrama de condolencias por la muerte del clérigo carmelita padre Reginald Foster, el Papa Francisco saludó, en latín, “la maestría lingüística del famoso latinista de los papas”, informó Radio Vaticana (Devin Watkins).

Considerado por los oyentes de Radio Vaticana como “el amante latino”, el P. Reginald fue uno de los principales expertos del Vaticano en la lengua latina durante casi 40 años.

Murió en su ciudad natal de Milwaukee, Wisconsin, Estados Unidos, el día de Navidad a la edad de 81 años.

El Santo Padre envió un telegrama, firmado por el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, al padre Saverio Cannistrà, padre general de la Orden de los Carmelitas Descalzos, el lunes 28 de diciembre de 2020, para expresar sus condolencias.

Francisco expresó su gratitud por los muchos años de servicio del padre Reginald a la Santa Sede.

Trabajó de 1970 a 2009 en la sección de Letras Latinas de la Secretaría de Estado, traduciendo al latín innumerables documentos de los Sumos Pontífices y del Vaticano.

En reconocimiento a sus años de servicio, el actual Pontífice señaló que el P. Reginald “mostró el esplendor del latín a un gran número de estudiantes”.

Y el Obispo de Roma rezó para que el Latinista de los papas recibiera la “plena recompensa” de Dios.

Además de sus deberes oficiales en la Secretaría de Estado, el P. Reginald fue conocido en todo el mundo como “el amante latino” – un seudónimo que le dieron sus amigos de Radio Vaticana, jugando con las palabras latin lover.

El padre Reginald explicó, por ejemplo, que el significado del término “cardenales” -del latín “cardo” (“bisagra”)-, proviene del hecho de que son “bisagras sobre las que gira la Iglesia” y que se dice que los cardenales son “creados” porque el verbo latino “creare” significa “nombrarlos”.

 

 

 

 

Vaticano: Nota sobre las vacunas de COVID-19

Acceso justo y universal

diciembre 29, 2020 13:51

Ciudad del Vaticano

(zenit – 29 dic. 2020).- El Vaticano ofrece un documento titulado “Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y saludable”, publicado hoy, 29 de diciembre de 2020.

De acuerdo a un comunicado del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral (DSDHI), la Comisión Vaticana COVID-19 y la Academia Pontificia para la Vida ofrecen un documento conjunto de 20 puntos abordando las problemáticas y prioridades que emergen en las diversas etapas del proceso de la vacuna, desde la investigación y desarrollo, hasta las patentes y explotación comercial, pasando por la aprobación, distribución y administración.

 

Vencer la pandemia

El documento reitera el rol crítico que tienen las vacunas para vencer la pandemia, no sólo en lo referente a la salud personal individual sino para proteger la salud de todos.

De este modo, la Comisión Vaticana COVID-19 y la Academia Pontificia para la Vida recuerdan a los líderes mundiales que las vacunas deben proporcionarse a todos de manera justa y equitativa, dando prioridad a los más necesitados.

 

Llamado a líderes mundiales

Haciendo eco del mensaje Urbi et Orbi de Navidad del Papa Francisco, el texto hace un llamado a los líderes mundiales para que resistan la tentación de participar en el “nacionalismo de la vacuna”, instando a los estados nacionales y compañías a cooperar – no a competir – entre sí.

El cardenal Peter K.A. Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (DSDHI), que también dirige la Comisión, dijo: “Estamos agradecidos a la comunidad científica por haber desarrollado la vacuna en un tiempo récord; ahora nos corresponde a nosotros asegurarnos de que esté disponible para todos, especialmente para los más vulnerables. Es una cuestión de justicia. Tenemos que demostrar de una vez por todas que somos una familia humana”.

 

Punto de inflexión

“La interconexión que une a la humanidad ha sido revelada por la pandemia COVID-19”, dijo Mons. Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida. “Junto con la Comisión, estamos trabajando con muchos socios para revelar las lecciones que la familia humana puede aprender y desarrollar una ética de riesgo y solidaridad para proteger a los más vulnerables de la sociedad”, explicó.

“Estamos en un punto de inflexión en la pandemia COVID-19 y tenemos la oportunidad de empezar a definir el mundo que queremos ver después de la pandemia”, dice Mons. Bruno-Marie Duffe, secretario del DSDHI.

“La forma en que se despliegan las vacunas – dónde, a quién y por cuánto – es el primer paso que deben dar los líderes mundiales para comprometerse con la justicia y la equidad como principios para construir un mejor mundo post-COVID”, subraya el padre Augusto Zampini, secretario adjunto del DSDHI.

A continuación, ofrecemos el documento completo.

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Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y sano

Comisión Vaticana Covid-19 en colaboración con la Academia Pontificia para la Vida

La presente Nota está compuesta de tres partes:

  1. Contexto
  2. Sobre las Vacunas
  3. Líneas Guía de la Comisión Vaticana Covid-19

 

Contexto

El Covid-19 está exacerbando una triple amenaza de crisis simultáneas e interconectadas en el ámbito sanitario, económico y ecológico-social, con graves repercusiones sobre los más pobres y vulnerables. A medida que avanzamos hacia una recuperación justa, debemos asegurarnos de que las curas inmediatas a esta crisis constituyan también pasos fundamentales hacia una sociedad más justa, con sistemas inclusivos e integrados. Es esencial adoptar inmediatamente las medidas necesarias para responder a la pandemia, con una debida consideración de sus efectos a largo plazo para lograr una «sanación» global y regenerativa. En efecto, si las respuestas se limitasen al plano organizativo y operativo, sin examinar las causas que nos han expuesto a las dificultades actuales, disponiéndonos a una verdadera conversión, no lograremos las transformaciones de la sociedad y del mundo que tanto necesitamos (cf. Fratelli Tutti, 7). Las diversas intervenciones de la Comisión Vaticana Covid-19 (“Comisión”), creada por el Papa Francisco para responder de manera cualificada y ágil a la pandemia, y también la presente Nota que aborda específicamente el tema de las vacunas contra el Covid-19, se inspiran en esta lógica.

 

Sobre las Vacunas

Principios y valores fundamentales

En varias ocasiones, el Papa Francisco ha afirmado la necesidad de lograr que las inminentes vacunas contra el Covid-19 estén disponibles y sean accesibles para todos, para evitar la “’marginalidad farmacéutica’: ‘si existe la posibilidad de curar una enfermedad con un medicamento, éste debería estar al alcance de todos, de lo contrario se comete una injusticia’.[1]En su reciente mensaje Urbi et Orbi de Navidad,[2] el Papa declaró que las vacunas, para que puedan “iluminar y llevar esperanza al mundo entero, deben estar a disposición de todos… especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta”. Estos principios de justicia, solidaridad e inclusión deben encontrarse en los fundamentos de cada intervención concreta para responder a la pandemia. Ya en su catequesis de la Audiencia General del 19 de agosto 2020, el Papa habló de esto, ofreciendo algunos criterios para elegir, por ejemplo, qué industrias debe ser apoyadas: “las que contribuyen a la inclusión de los excluidos, a la promoción de los últimos, al bien común y al cuidado de la creación”. Tenemos aquí un amplio horizonte para evocar los principios de la Doctrina Social de la Iglesia,[3] como la dignidad humana y la opción preferencial por los pobres, la solidaridad y subsidiaridad, el bien común y el cuidado de la casa común, la justicia y el destino universal de los bienes.[4] Esto apela también a los valores que, en el lenguaje de la salud pública, constituyen puntos de referencia compartidos en las emergencias sanitarias: igual respeto a las personas (dignidad humana y derechos fundamentales), reducción del sufrimiento (solidaridad hacia aquellos que necesitan ayuda en la escasez o en la enfermedad), verdad y equidad (fairness: no discriminación y justa distribución de beneficios y responsabilidades).[5]

El llamado que hace el Papa a las empresas farmacéuticas pone de relieve el hecho que, para el destino universal y equitativo de la vacuna, no se debe considerar exclusivamente la última etapa de su suministro, sino todo su “ciclo de vida”, desde el comienzo. Por lo tanto, en este texto procederemos a examinar las diversas etapas del desarrollo de la vacuna, empezando por su producción, su aprobación y distribución, hasta finalmente llegar a su administración – objeto de estudio de la reciente Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF).[6]En cada una de estas etapas podemos reconocer las implicaciones éticas que deben ser consideradas a la hora de tomar las decisiones políticas (económicas), de organización y de comunicación necesarias. Concluiremos el texto con algunas recomendando medidas concretas que puedan movilizar a instituciones y redes civiles, así como a los agentes de pastoral del mundo eclesial, para contribuir a un acceso equitativo y universal a la vacuna.

 

Investigación y producción

La primera cuestión que suele surgir en la etapa de producción de vacunas se refiere a los materiales biológicosutilizados para su desarrollo. De la información disponible, se entiende que algunas de las vacunas cercanas a la aprobación emplean para varias etapas de su desarrollo material biológico procedente de fetos abortados voluntariamente hace varias décadas; mientras otras hacen uso limitado de este tipo de material, empleándolo en fases puntuales de pruebas de laboratorio.[7]

Este tema fue abordado por la Instrucción Dignitas Personae[8]de la Congregación para la Doctrina de la Fe (8 de septiembre de 2008). Una vez afirmada que la finalidad de la salud (pública) no puede justificar el aborto voluntario para obtener material celular para la producción de vacunas – que consiguientemente haría que su distribución y comercialización sean, en principio, moralmente ilícitas – la Instrucción precisa que: “dentro de este marco general existen diferentes grados de responsabilidad. Razones de particular gravedad podrían ser moralmente proporcionadas como para justificar el uso de ese “material biológico””. En su Nota más reciente, la misma Congregación vuelve a examinar el tema, con especial referencia a las vacunas contra el Covid-19.[9]

La Academia Pontificia para la Vida aborda el tema mediante dos Notas (5 de junio de 2005 y 31 de julio de 2017 respectivamente). Particularmente en la segunda, se excluye que: “exista una cooperación moralmente relevante entre quienes hoy en día utilizan estas vacunas y la práctica del aborto voluntario. Por lo tanto, creemos que se pueden aplicar todas las vacunas clínicamente recomendadas con la conciencia clara de que recurrir a dichas vacunas no significa una especie de cooperación con el aborto voluntario. Si bien nos comprometemos conjuntamente a garantizar que ninguna vacuna emplee material biológico procurado de abortos voluntarios para su preparación, reiteramos la responsabilidad moral de vacunarse, para que los niños y la población en general no corran graves riesgos para la salud”.

Los diversos mecanismos de producción y efectividad de la vacuna son relevantes para la logística de distribución (especialmente en relación con la temperatura a la cual deben almacenarse) y en su capacidad de proteger de la infección o de la manifestación clínica de la enfermedad. En el primer caso, cuando la vacuna es capaz de proteger de la infección, contribuye a la inmunidad “de grupo/rebaño”. Contrariamente, en el segundo caso, cuando la infección se produce pero sin manifestaciones clínicas, la vacuna no reduce la circulación del virus (por lo que sería necesario vacunar directamente a los que corren mayor riesgo de contraer la enfermedad).[10]

Vinculado al tema de la producción, está la cuestión de las patentes. De hecho, el financiamiento de la investigación ha seguido diversos caminos, tanto en forma de inversión pública por parte de los Estados (directamente para la investigación o en forma de compra previa de una cierta cantidad de dosis), como de donaciones por parte de organismos privados. Por ende, hay que precisar de qué manera la vacuna puede realmente convertirse en un “bien común” (common), como han reclamado varios líderes políticos (por ej. la Presidenta de la Comisión Europea).[11]Dado que la vacuna no es ni un recurso natural ya dado (como el aire o los mares) ni un descubrimiento (como el genoma u otras estructuras biológicas), sino un invento producido por el ingenio humano, es posible someterla a la disciplina económica, lo cual permitiría compensar los costos de la investigación y el riesgo que han asumido las empresas. Sin embargo, dada su función, la vacuna debe ser vista como un bien al que todos tengan acceso, sin discriminaciones, según el principio del destino universal de los bienes, mencionado también por el Papa Francisco (cf. n. 1). “No podemos tampoco dejar que el virus del individualismo radical nos venza y nos haga indiferentes al sufrimiento de otros hermanos y hermanas… colocando las leyes del mercado y de las patentes por encima de las leyes del amor y de la salud de la humanidad”[12]

El objetivo de la explotación comercial como único criterio no es éticamente aceptable en el ámbito de la medicina y la atención sanitaria. Las inversiones en dicha área deberían encontrar su significado más profundo en la solidaridad humana. Para que esto sea posible, hay que identificar y diseñar sistemas que favorezcan la transparencia y la colaboración, en lugar del antagonismo y la competencia. Debemos superar la lógica del “nacionalismo de la vacuna”,[13]entendida como el intento por parte de varios Estados de tener su propia vacuna lo antes posible, con el fin de ganar prestigio y ventaja, procurándose los primeros la cantidad necesaria para sus propios habitantes. Acuerdos internacionales para gestionar patentes a fin de facilitar el acceso a todos al producto y evitar posibles cortocircuitos comerciales, como también para mantener el precio estable en el futuro, son altamente deseables y deben ser apoyados.

La producción industrial de la vacuna podría volverse una ocasión para una colaboración entre Estados, empresas farmacéuticas y otras organizaciones, para que pueda llevarse a cabo simultáneamente en distintas partes del mundo. Como ha sido posible – al menos parcialmente – en la etapa de investigación, también es deseable aspirar a una sinergia positiva en la producción para que se puedan promover las estructuras de producción y distribución ya presentes en las áreas donde la vacuna será suministrada, respetando así el principio de subsidiaridad.

 

Aprobación, distribución y administración:

Una vez concluidas las diversas fases de estudios experimentales, se presenta la pregunta de cómo diversas autoridades, en condición de emergencia, pueden reglamentar la aprobación del producto y así consentir su inyección en el mercado y uso en los diversos países. Considerando la diversidad de organismos reconocidos como competentes para dicha autorización y la dinámica internacional de la pandemia, es necesario coordinar los procedimientos requeridos para dicho objetivo y promover la colaboración entre las autoridades regulatorias.

En cuanto a criterios de administración acceso a la vacuna, existen diversas posiciones que se enfrentan en el debate público. Sin embargo, más allá de estas diferencias, hay puntos de coincidencia que pretendemos apoyar. Entre ellas, un amplio consenso sobre la prioridad que debe darse a las categorías profesionales que prestan servicios de interés común, particularmente el personal sanitario, como también aquellas actividades que requieren contacto con el público para brindar servicios esenciales (como la escuela y la seguridad pública) a los grupos sociales más vulnerables (como ancianos y enfermos con determinadas patologías). Naturalmente, un criterio como este no puede aplicarse a todas las situaciones. Por ejemplo, existe una zona gris ante la eventual necesidad de definir las prioridades de implementación de la vacuna dentro de un mismo grupo de riesgo. Una estratificación más precisa de las poblaciones podría ayudar a resolver estos dilemas (ej. vacunación en zonas de mayor densidad demográfica maximiza sus beneficios). Además, deben tenerse en cuenta otros aspectos pertinentes, distintos a la salud (como la viabilidad de medidas restrictivas) para lograr una distribución equitativa.

Este orden de administración, en el ámbito internacional, implica que “la prioridad debe ser vacunar a ciertas personas en todos los países y no a todas las personas en ciertos países” (Director de la OMS).[14]Debemos evitar que la compra a gran escala de vacunas por parte de países ricos demoren el acceso al producto de otros países con menos recursos. Se trata de acordar el porcentaje específico sobre el cual se pueda proceder. La distribución de vacunas requiere una serie de herramientas que deben ser identificadas y aplicadas para cumplir los objetivos acordados de accesibilidad universal. La Congregación para la Doctrina de la Fe insiste en la existencia de un “imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, [de] garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos”.[15] Específicamente, es necesario desarrollar un programa de distribución que considere la colaboración necesaria para afrontar los obstáculos logísticos y organizativos en zonas de difícil acceso (cadenas de refrigeración, transporte, personal sanitario, uso de nuevas tecnologías, etc.). Las características de la vacuna también afectan que tenga este aspecto (ej. la temperatura de almacenamiento). Aquí se revela la necesidad de un Ente internacional con el mandato, la autoridad moral y la capacidad operativa para coordinar los diversos componentes del proceso, como en las otras fases anteriormente consideradas. Actualmente, la Organización Mundial de la Salud sigue siendo un punto de referencia importante —que debe reforzarse y mejorarse— para los desafíos que están emergiendo, sobre aspectos que se revelan insuficientes y problemáticos.

En cuanto a la responsabilidad moral de vacunarse (con base en lo afirmado en el punto 3), debe reiterarse cómo esta temática implique también una estrecha relación entre la salud personal y la salud pública, mostrando así su interdependencia. A la luz de este vínculo, creemos importante que se tome una decisión responsable, puesto que el rechazo de la vacuna puede también constituir un riesgo para los otros. Esto es válido inclusive cuando, en ausencia de una alternativa, la motivación para el rechazo fuese la de evitar beneficiarse de los resultados de un aborto voluntario. De hecho, en casos como este, como aclara la Congregación para la Doctrina de la Fe, se puede considerar que en determinadas condiciones sea “moralmente aceptable utilizar las vacunas anti-Covid-19 que hayan usado linajes celulares provenientes de fetos abortados en su proceso de investigación y producción”.[16]Se trata aquí de una cooperación material pasiva (y no formal), ya que es indirecta y remota,[17] y dada la intención que subyace a la elección, la contingencia con respecto al hecho imputado, y las circunstancias en las que nos encontramos hoy en día. Por lo tanto, los criterios que harían de la decisión de vacunarse éticamente ilícita no son vinculantes. Consecuentemente, el rechazo de la vacunación podría aumentar seriamente los riesgos para la salud pública.[18] Por un lado, las personas que no pueden ser vacunadas (ej. los inmunodeprimidos) y dependen de la vacunación de otros (inmunidad de grupo/rebaño) para evitar el contagio, estarán más expuestas a la infección. Por otro lado, infectarnos por falta de vacunación llevará a un aumento de hospitalizaciones, con la consiguiente sobrecarga de los sistemas de salud y hasta su posible colapso, tal como ha ocurrido en varios países a lo largo de esta pandemia. Esto impide aún más el acceso a la atención médica, algo que siempre afecta a las personas de menos recursos. Como declararon recientemente los Obispos de Inglaterra y Gales, acoger la vacuna no es sólo cuestión de nuestra propia salud, sino también una acción en nombre de la solidaridad con los demás, especialmente los más vulnerables.[19]

 

Líneas guía de la Comisión Vaticana Covid-19

14. Para una mayor claridad sobre el trabajo de la Comisión, se indican a continuación algunas líneas guía para su trabajo en relación a la vacuna. La intención general es obtener una vacuna segura y eficaz contra el Covid-19 de modo que el tratamiento esté disponible para todos; con especial atención a los más vulnerables, respetando el principio de la equidad a lo largo de todo el proceso de desarrollo y distribución de la vacuna (investigación, desarrollo, producción, financiación, distribución, programas de vacunación y aplicación). La transparencia y la comunicación adecuada son esenciales para fomentar la confianza y la adhesión al proceso de vacunación.[20]

15. Objetivo 1. Evaluación ético-científica. Sobre la base de los conocimientos científicos disponibles, la Comisión podrá expresar valoraciones acerca de la calidad, la metodología y el precio de la vacuna que permita su distribución equitativa.

Medidas necesarias: Colaborar estrechamente con las principales organizaciones que están desarrollando, evaluando, suministrando y administrando vacunas con la posibilidad, según la necesidad, de expresar opiniones acerca de las posiciones públicas sobre la calidad/equidad de propuestas para la distribución y utilización. Para ello, la Comisión pretende disponer de la información científica más precisa posible y valerse de diversas capacidades para revisar las estrategias de distribución y difusión de la vacuna, en particular con respecto a las repercusiones sobre los más vulnerables. Como señala el Santo Padre Francisco: “No podemos dejar que los nacionalismos cerrados nos impidan vivir como la verdadera familia humana que somos”. Debemos procurar “vacunas para todos… ¡[poniendo] en primer lugar a los más vulnerables y necesitados, especialmente para los más vulnerables y necesitados!”.[21]

16. Objetivo 2Cura global con “sabor local”.[22]Una cura global que considere y mejore las situaciones locales: se pretende confeccionar recursos para asistir a las Iglesias locales en la preparación de esta iniciativa y de protocolos de tratamiento para las comunidades particulares.

Medidas necesarias: Trabajar estrechamente con las Diócesis y las comunidades cristianas alrededor del mundo para comprender las distintas exigencias y utilizar estas informaciones para elaborar propuestas sólidas, recomendaciones y herramientas apropiadas para responder a las diversas necesidades. Esto comenzará escuchando atentamente a las Iglesias locales para ayudarles a apoyar las estructuras y acciones de sus gobiernos y otros organismos.

17. Objetivo 3Colaboración y participación. Mantener una estrecha colaboración con diversas organizaciones a fin de contribuir con la planificación, ejecución y evaluación de las recomendaciones para la administración de vacunas en todo el mundo.

Medidas necesarias: Trabajar con los representantes de las principales instituciones y organizaciones involucradas, así como organizaciones mundiales de salud, ONGs y organizaciones de donantes para ayudar a desarrollar, evaluar y participar en las soluciones.

18. Objetivo 4. Unir fuerzas. Colaborar de manera fructífera con los diversos grupos de trabajo de la Comisión y otros grupos eclesiales para elaborar las mejores propuestas posibles para los pueblos.

Medidas necesarias: Trabajar con los grupos de la Comisión, dentro del marco de Laudato si’ y Fratelli Tutti, considerando sus sugerencias para las recomendaciones finales de la Comisión.

19. Objetivo 5. Liderazgo: Profundizar la competencia y comprensión de la Iglesia en sus esfuerzos para proteger y promover la dignidad que Dios nos ha dado a todos.

Medidas necesarias: Ayudar a la Iglesia en su conjunto y al mundo a articular las razones para enfrentar este desafío como una familia humana global. La Iglesia puede desempeñar un rol catalizador para abordar este desafío de manera que refleje la conciencia y el respeto de la dignidad de todos.

20. Objetivo 6. La Iglesia al servicio de la “sanación del mundo”.[23] Dar ejemplos explícitos y legibles que ayuden, entre otras cosas, a lograr el objetivo de la distribución equitativa de las vacunas y la atención médica.

Medidas necesarias: Utilizar creativamente las voces de la Iglesia en todo el mundo para hablar, exhortar y ayudar a garantizar que las vacunas y la atención de calidad estén disponibles para nuestra familia mundial, especialmente para las personas vulnerables. La Iglesia puede ayudar de muchas maneras, a través de las Conferencias Episcopales, las redes de salud y educación (escuelas y universidades), las numerosas organizaciones eclesiásticas que llegan a los pobres, las comunidades religiosas, etc. Evaluar la posibilidad de hacer donaciones a grupos que trabajan para obtener atención y vacunas para los más necesitados.

 

 

 

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[1] Francisco, 2020. “Discurso del Santo Padre Francisco a los Miembros de la Fundación ‘Banco farmacéutico’”, 19 de septiembre de 2020.

[2] Francisco, 2020. “Urbi et Orbi – Navidad 2020”, 25 de diciembre de 2020.

[3] Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, nn. 105-208.

[4] Francisco, 2020. Sanar el mundo. Catequesis sobre la pandemia. Introducción. Vaticano: LEV, pp. 15-20.

[5] Cf. Nuffield Council for Bioethics, 2020. Fair and equitable access to COVID-19 treatments and vaccines. London: NCB, p. 3.

[6] CDF, 2020, “Nota sulla moralità dell’uso di alcuni vaccini anti-Covid19”, 21 de diciembre de 2020, n. 6.

[7] Cf. Charlotte Lozier Institute, COVID19 Vaccine Candidates and Abortion-Derived Cell Lines, 3 de diciembre de 2020, in https://lozierinstitute.org/update-covid-19-vaccine-candidates-and-abortion-derived-cell-lines/

[8] Congregación para la Doctrina de la Fe, 2008. Instrucción Dignitas Personae: Sobre algunas Cuestiones de Bioética, n. 35.

[9]Cf. CDF, 2020. “Nota sulla moralità dell’uso di alcuni vaccini anti-Covid19”, 21 de diciembre de 2020, nn. 1-3.

[10] “Allocation guidelines must balance the obligation to assist individuals most likely to benefit against the obligation to secure the greatest aggregate benefit across the population”. In: Wu, J.H., John, S.D, and Adashi E.Y., 2020. “Allocating Vaccines in a Pandemic: The Ethical Dimension”, The American Journal of Medicine, November 2020, Volume 133(11).

[11] La Presidenta Von der Leyen ha expresado en repetidas ocasiones que la vacuna Covid-19 debe considerarse un bien público, ya que todos los esfuerzos para hacer frente a la pandemia sólo pueden tener éxito si trabajamos juntos por el bien común. Cf., por ejemplo, su discurso: https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/ov/SPEECH_20_2258

[12] Francisco, 2020. “Urbi et Orbi – Navidad 2020”, 25 de diciembre de 2020.

[13] Ghebreyesus, Tedros, 2020. “Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19”, 4 de septiembre de 2020.

[14] Ghebreyesus, Tedros, 18 de agosto de 2020.

[15] CDF, 2020. “Nota sulla moralità dell’uso di alcuni vaccini anti-Covid19”, 21 de diciembre de 2020, n. 6.

[16] CDF, 2020. “Nota sulla moralità dell’uso di alcuni vaccini anti-Covid19”, 21 de diciembre de 2020.

[17] Según la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB), «dada la urgencia de esta crisis, la falta de alternativas disponibles y el hecho de que la conexión entre un aborto ocurrido hace décadas y una vacuna producida hoy en día es remota, la inoculación con las nuevas vacunas Covid-19 en estas circunstancias puede estar moralmente justificada». USCCB, 2020, Moral Considerations Regarding the New Covid-19 Vaccines.

[18] Como se evidencia en una nota de la página web del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), si no hubiera otra opción que tomar las vacunas disponibles para proteger cada vida humana y la salud de todos, la vacunación “no es cooperar con el mal, con el aborto, sino cuidar la vida”. Cf. CELAM, 2020, “Vacunas con Fetos Abortados”.

[19] Cf. Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Departamento de Justicia Social, 2020. “Covid-19 and Vaccination”.

[20] “The imbalanced and opaque sequence that characterized the early distribution of the limited supplies of the drug remdesivir should serve as a cautionary tale. The same mistakes must not be repeated.7 Only transparent and consistently applied allocation procedures will ensure public trust, especially in the case of vaccines. Ensuring that the allocation of vaccines is effective, fair, and justifiable to all is a priority that must not be compromised.” In: Wu, J.H., John, S.D, and Adashi E.Y., 2020, op. cit.

[21] Francisco, 2020. “Mensaje Urbi et Orbi de Navidad”, 25 de diciembre de 2020.

[22] Francisco, 2020. Fratelli Tutti.Sobre la fraternidad y la amistad social, n. 143.

[23] Cf. Francisco, 2020. Sanar el mundo: Catequesis sobre la pandemia. Vaticano: LEV.

 

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CELAM: Balance tras 19 meses de nueva gestión

Palabras de Mons. Miguel Cabrejos

diciembre 29, 2020 13:12

Iglesia Local

(zenit – 29 dic. 2020).- El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), monseñor Miguel Cabrejos, repasa la labor realizada por la entidad en los últimos 19 meses, todo un proceso de renovación y reestructuración con reuniones de trabajo presenciales y virtuales, señala Vatican News.

En una entrevista, el arzobispo considera que el recorrido les ha “mostrado los nuevos caminos para una Iglesia evangelizadora, sinodal y en salida misionera, por y para los pobres, al servicio” de todos los fieles. Y esperan avanzar más en “esta perspectiva de fidelidad al Evangelio, al Magisterio Pontificio y en servicio al Pueblo de Dios”.

 

Tiempo de avance

El prelado destaca los grandes desafíos vividos por el CELAM: por una parte la “implementación del proceso de renovación y reestructuración del Consejo”, y por otra el contexto de la pandemia de la COVID-19 “que nos planteó retos nunca antes vistos en la historia de la humanidad, obligando a todos los países de la región y del mundo a un confinamiento y por ende a buscar nuevas formas de comunicación e interrelación”.

También señala que tras “un primer esquema del proceso de Renovación y Reestructuración, elaborado con el análisis y las propuestas de los obispos asesores y expertos” de las cuatro regiones de la institución, fue presentado al Papa Francisco en septiembre del 2019, quien les dio valiosos aportes y sugerencias.

 

Trabajo realizado

Vatican News recuerda que el año 2020 se dedicó a reuniones de trabajo presencial y más de 140 virtuales, además de la elaboración del documento de trabajo guía de este proceso titulado “Miren que estoy haciendo algo nuevo, ¿no lo notan?”.

Esta pieza, aclara Mons. Cabrejos, fue socializado con los presidentes y secretarios generales de las conferencias episcopales y se encuentra en fase de implementación preliminar hasta la próxima asamblea en 2021.

 

Centros pastorales

La propuesta de renovación del CELAM, prosigue, “busca retomar y afianzar la visión y misión de la Iglesia latinoamericana y caribeña, en clave y en espíritu de comunión, colegialidad, fraternidad y sinodalidad”, todo ello materializado en la creación de cuatro centros pastorales que trabajarán según “los signos de los tiempos”.

El primer centro es de gestión del Conocimiento-Observatorio para el análisis actualizado de los signos de los tiempos. El segundo, el CEBITEPAL, está renovado en su orientación a la formación de agentes pastorales de la región.

El tercero, Centro de Redes y Acción pastoral, articula las principales dinámicas eclesiales en función de las prioridades pastorales con dos grandes rutas, el desarrollo humano integral y una Iglesia sinodal y en salida misionera.

Por último se encuentra el Centro de Comunicación que da a conocer estos nuevos esfuerzos de voz profética de la Iglesia latinoamericana y caribeña y a la vez permita una mayor comunicación y retroalimentación interna entre las conferencias episcopales de la región y con organizaciones eclesiales aliadas.

 

Más temas

El medio vaticano apunta que el CELAM abordará otros temas en forma transversal como la ecología integral, la realidad de los migrantes y refugiados, el pacto global por la educación, el desarrollo humano integral en clave de la economía del Papa Francisco, la realidad de la mujer en la sociedad y en la Iglesia y su promoción, así como el itinerario discipular y la ministerialidad.

El presidente del Consejo explica que para llevar esto a acabo se ha fortalecido la alianza con otras organizaciones eclesiales en la región  como son CLAR, SELACC, OSLAM, REPAM, REMAM y CLAMOR.

Asimismo, el CELAM promoverá dos procesos de sinodalidad: creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y realización de la Asamblea Eclesial a los 14 Años de Aparecida y en Camino al Acontecimiento Guadalupano en 2031.

 

Labor virtual

Igualmente, el pastor peruano ha repasado la labor hecha por el Consejo de manera virtual con los cursos y diplomados que tuvieron gran acogida en el año académico con más de 4.000 alumnos. Del mismo modo, añade, el CELAM, hizo oír su voz frente a problemáticas específicas en la pandemia.

A modo de conclusión, el artículo de Vatican News indica que la institución ha compartido su experiencia de 65 años de trabajo, con otras organizaciones episcopales regionales de Asia, África, Oceanía, Europa y ha continuado su relación fraterna con las de Estados Unidos y Canadá. Asimismo, ha manifestado reiteradamente su fidelidad al magisterio del Santo Padre.

 

 

 

 

Nicaragua: Obispos acompañan al pueblo en el camino a las elecciones

Vivir un año “sin violencia”

diciembre 29, 2020 16:03

Iglesia Local

(zenit – 29 dic. 2020).- El mensaje común de los obispos de la Iglesia para el pueblo de Nicaragua, expresado durante la celebración de la octava de Navidad, fue: “vivir juntos el gran desafío de acompañar a la sociedad nicaragüense en el proceso de las elecciones generales para el 2021”.

El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, en un video enviado a la agencia misionera Fides y difundido en las redes sociales, anunció: “Hemos elaborado un programa de trabajo basado en la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, para aplicarlo a las diferentes situaciones del país, para vivir este 2021 como un año sin violencia”.

“No sabemos exactamente cómo será el 2021, pero queremos evitar cualquier tipo de violencia”, expuso el cardenal.

A continuación, reiteró que la Iglesia Católica cree que “la solución a la crisis sociopolítica en la que ha caído el país vendrá sólo a través del diálogo”.

 

Mons. Rolando J. Álvarez

De acuerdo a la misma fuente, monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, durante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, el domingo 27 de diciembre, insistió en el concepto de que Nicaragua debe afrontar el 2021 como una gran familia: quizás con miembros que piensan diferente, pero siempre con respeto entre ellos.

“Porque cuando las diferencias se reconocen con respeto se puede desarrollar un progreso real, se puede promover un progreso real y los nicaragüenses tenemos que enfrentar grandes desafíos y dificultades”, explicó.

“En la familia se enseñan las virtudes domésticas: diálogo, no violencia, paz y justicia. Así en la gran familia nicaragüense podemos vivir con respeto, en paz y lograr educarnos en la libertad, en la distribución equitativa de la riqueza, en el desarrollo humano sostenible, siempre con la ayuda de Dios”, continuó el obispo de Matagalapa.

 

Mons. José Silvio Báez

Según Fides, Mons. José Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, al celebrar la Misa en la iglesia de Sant’Agatha, en Miami (Estados Unidos), donde se encuentra actualmente, habló de la persecución y violencia que sufrió por Herodes la familia de Nazaret.

“La familia de Nazaret fue amenazada por el gobernador, quien luego hizo matar a los niños de Belén. Jesús nació en una familia normal, con problemas económicos, obligado a huir y emigrar. Aquí podemos ver las similitudes con las familias de los migrantes”, remarcó el prelado.

“La familia debe ser siempre un espacio de cariño, de amor, para poder vivir relaciones de fe, de respeto, para que en el futuro puedan crearse otras familias que acojan a Jesús, portador del amor de Dios, y hacer crecer cristianos maduros, capaces de comprometerse con el otro, porque lo reconoce como su hermano”, finalizó.

 

 

 

 

El cardenal Cantalamessa, Premio CEU Ángel Herrera

Por la “Difusión de la Cultura Católica”

diciembre 29, 2020 12:39

Ciudad del Vaticano

(zenit – 29 dic. 2020).- El próximo 22 de enero, durante una ceremonia online, el predicador de la Casa Pontificia, cardenal Raniero Cantalamessa, recibirá el Premio CEU Ángel Herrera por la “Difusión de la Cultura Católica”, informa Vatican News.

De acuerdo a la página web del premio, concedido por la Asociación Católica de Propagandistas a través de la Fundación Universitaria CEU San Pablo en España, este galardón “está destinado a reconocer la trayectoria de aquellas personas o instituciones que, a través del pensamiento, de la cultura, de la educación o de la ciencia promueven o defienden los principios y valores de un orden social cristiano”.

De este modo, la Fundación ha destacado del sacerdote franciscano “la gran tarea que ha desempeñado durante años a través del reconocimiento de la importancia de la Palabra de Dios, su interés en perseguir la unidad cristiana y su arduo trabajo por el diálogo entre religiones”.

 

Padre Raniero Cantalamessa

Nació en Colli del Tronto, Ascoli Piceno, Italia, el 22 de julio de 1934. Ordenado sacerdote en 1958, se graduó en Teología en Friburgo, Suiza, y en Literatura Clásica en la Universidad Católica de Milán.

Ya como profesor titular de Historia de los Orígenes Cristianos y director del Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán, fue miembro de la Comisión Teológica Internacional de 1975 a 1981 y, durante doce años, miembro de la delegación católica para el diálogo con las Iglesias pentecostales.

 

Predicador de la Casa Pontificia

En 1979 dejó la enseñanza para dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Fue nombrado por Juan Pablo II predicador de la Casa Pontificia en 1980; confirmado por Benedicto XVI en 2005 y en 2013 por el Papa Francisco en ese cargo.

Cada semana, en Adviento y Cuaresma, predica una meditación en presencia del Papa, cardenales, obispos, prelados y superiores generales de órdenes religiosas.

Es llamado a hablar en muchos países del mundo, a menudo también por hermanos de otras denominaciones cristianas. Recibió el título Honoris Causa en Derecho de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana, en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Macerata y en Teología de la Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio.

Además de los libros científicos escritos como historiador de los Orígenes Cristianos, sobre la Cristología de los Padres, la Pascua de Resurrección en la Iglesia Antigua y otros temas, ha publicado numerosas obras sobre espiritualidad, fruto de su predicación en la Casa Pontificia, traducidos a una veintena de idiomas.

Fue creado cardenal por el Santo Padre en el Consistorio del pasado 28 de noviembre.

 

 

 

 

Argentina: Llamamiento por la vida de la Academia de Ciencias Sociales

A los senadores del país

diciembre 29, 2020 16:44

Ciudad del Vaticano

(zenit – 29 dic. 2020).- La Academia Pontificia de Ciencias Sociales lanzó un llamamiento a favor de la vida dirigido a los senadores de Argentina que iban a votar a favor o en contra del aborto el martes 29 de diciembre de 2020.

Esta intervención en un proceso legislativo dentro de un país es inusual para un dicasterio de la Santa Sede y ha sido ampliamente reportada.

En un tweet del 28 de diciembre, en su cuenta, la Academia Pontificia escribió en español: «Senadores de Argentina, el 29 les pido que sigan el ejemplo de un gran presidente nuestro:  ‘no dejen sus convicciones profundas en las escalinatas del senado’ – sepan defender la vida como él la defendió»

Un llamamiento en primera persona, desde esta academia pontificia presidida por un argentino, Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, y que se hace eco del llamamiento de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina: “No podemos construir soltando la mano desamparada, si se ignoran los derechos de los más débiles y pobres. Este es un principio de la ética humana y pre-religiosa, que se apoya en la ciencia médica y la ley» #Lujan”.

 

 

 

 

Bolivia: Sant’Egidio brinda almuerzo a más de 400 personas en Navidad

En Cochabamba

diciembre 29, 2020 10:41

Iglesia Local

(zenit – 29 dic. 2020).- La Comunidad de Sant’Egidio en Cochabamba, Bolivia, brindó almuerzo a más de 400 personas en situación de calle esta Navidad y repartió canastones con alimentos, implementos de limpieza y juguetes a un centenar de familias.

Así informó Iglesia Viva ayer, 28 de diciembre de 2020, a través de una nota.

“Nadie es tan pobre que no pueda dar algo”, recalcan Magali López, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en Cochabamba y Jeakeline Orellana, responsable del Servicio de la calle en la misma como integrante del movimiento laical.

 

Navidad Para Todos

Bajo el lema: “Navidad Para Todos” la Comunidad brindó el almuerzo a personas en situación de calle este 26 de diciembre, distinto de otras navidades ya que con motivo de cuidar de la salud de las personas se recibió a un número reducido en el comedor abierto por el tiempo de pandemia, en un espacio brindado por los Hermanos Menores Franciscanos de la Provincia Misionera de San Antonio en Bolivia.

Los platos de comida fueron distribuidos en distintas zonas de la ciudad como la plaza Principal, plazuela Colón, terminal de Buses y Av. Aroma logrando llegar a más de 400 personas en situación de calle y personas que por la situación que vive el país han perdido su trabajo.

“En la pandemia hemos conocido más familias en situación de calle y sin trabajo. La comunidad enseña que cada hermano es familia, no es asistencialismo, los acompañamos por años y en tiempo de pandemia han sido y son el rostro del Señor que nos enseña a vivir el Evangelio” afirma Jeakeline.

El 27 de diciembre se entregaron canastas de víveres, implementos de limpieza, dulces y juguetes a 100 familias, en un emotivo encuentro para recordar a todos la unión familiar.

Magali comparte que en este tiempo han visto milagros de solidaridad: “A quienes ayudamos ahora vienen a ayudar, como don Benito que desde su pobreza donó 20 limones con los que se realizó el jugo de limonada para el refrigerio navideño. En la Comunidad tenemos una frase: Nadie es tan pobre que no pueda dar amor, porque el amor no tiene estatus económico. Todos podemos ayudar, ayer estuvieron como amigos compartiendo la comida, pero hoy les toca servir y es una manera también de dignificar su realidad. Somos todos parte de la comunidad y muchos de ellos salen de la calle y forman una familia, pero continúan viniendo y compartiendo, principalmente en Navidad. Tenemos amigos de todas las edades, religiones y lugares, y quien quiera sumarse es bienvenido”.

 

Durante la pandemia

A nivel mundial la Comunidad quiso seguir acompañando a los pobres y resulto un desafió en tiempo de cuarentena por la pandemia. “No podíamos dejar a la gente en la calle y el amor nos enseñó a ser creativos”, cuenta Jeakeline.

La comunidad comenzó a salir cumpliendo las normas de bioseguridad y respetando las disposiciones del Gobierno, buscando aliados como los misioneros de Maryknoll, los Hermanos Maristas y los Hermanos Franciscanos, brindando alimentación tres veces por semana a personas en situación de calle, extranjeros y dependientes de alguna droga, partiendo de 15 personas hasta llegar a un número de 200.

También se fabricaron mascarillas, un amigo de la calle costuraba y obsequiaba las mascarillas “nos enseñaron a cuidarnos unos a otros, la comunidad ha crecido mucho más, porque a pesar de las limitaciones, repetimos “nadie es tan pobre para no dar algo” y también dar la responsabilidad a los otros, donde los pobres se sientes corresponsables y rezando unos por otros. Aprendemos de los más humildes”, asegura Jeakeline.

 

Sant’Egidio

Es una comunidad cristiana que nació en 1968, apenas finalizar el Concilio Vaticano II, por iniciativa de Andrea Riccardi en un instituto del centro de Roma.

Con los años se ha convertido en una red de comunidades que se ha extendido por más de 70 países y que dedica una especial atención a las periferias y a los periféricos.

La forman hombres y mujeres de distintas edades y extracciones que están unidos por un lazo de fraternidad basado en la escucha del Evangelio y en el trabajo voluntario y gratuito por los pobres y por la paz. La oración, los pobres y la paz son sus referentes fundamentales.

 

 

 

 

Chile: Obispos rechazan el nuevo proyecto de ley de eutanasia

Aprobado en la Cámara de Diputados

diciembre 29, 2020 10:56

Iglesia Local

(zenit – 29 dic. 2020).- Los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile hicieron una declaración el miércoles 23 de diciembre sobre la última aprobación en la Cámara de los Diputados de un proyecto de ley de la eutanasia para ciertos casos.

En el comunicado, el episcopado chileno reafirma la inexistencia de razones para legitimar “moralmente un hecho tan grave como quitar voluntariamente la vida humana a ninguna persona ni bajo ninguna circunstancia, incluso en el caso de que ella misma haya dado su consentimiento”.

 

Rechazo total

Los obispos consideran esta acción “un paso de máxima gravedad política y moral, porque implica una concepción”, a su entender, “errada de la persona humana, de su dignidad y de sus derechos esenciales”. La eutanasia, recuerdan, es la “acción deliberada” que busca la muerte de una persona con el fin de eliminar “cualquier tipo de dolor”.

Se trata de un “acto siempre ilícito desde el punto de vista moral”, en todo caso un “crimen contra la vida humana”, y citan la Carta del Buen Samaritano, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, para señalar que la vida es un don, y la eutanasia un “acto intrínsecamente malo, en toda ocasión y circunstancia”.

Como respuesta a esta realidad, se ven animados a “poner a disposición la mirada antropológica que brota del Evangelio, pero cuya raíz compartimos con muchas cosmovisiones y credos, y a la que adhieren numerosos habitantes de nuestro país”.

 

Contra el derecho natural

El mensaje del episcopado apunta a la eutanasia como una “forma moderna de violación de los derechos fundamentales” que reduce la dignidad humana a un “simple bien disponible como otros”, y cita al Papa Francisco para hablar de la “cultura del descarte” que define la vida humana como “susceptible de ser desechada”.

La declaración expresa que “quienes pagan los costos de esta lógica son justamente las personas más frágiles y muchas veces más pobres, respecto de las cuales tenemos como sociedad mayor obligación”.

 

Acompañar al débil

El Comité Permanente indica la cercanía de la Iglesia con el “sufrimiento que viven tanto las personas que padecen una enfermedad incurable como sus familiares, acompañándolos en este doloroso proceso”, y ve necesaria la promoción de los cuidados paliativos para la “mayor cantidad de personas posible, especialmente los más pobres”.

Frente a esta labor crucial, los prelados ven que la eutanasia “aleja a la medicina de su misión primordial” de curar al enfermo y rebajar su sufrimiento. Por ello, argumentan legítima la invocación del “derecho a la objeción de conciencia”.

 

Responsabilidad de todos

La Conferencia Episcopal de Chile reclama a las autoridades legislativas que “con prudencia y sabiduría” consideren las graves consecuencias de la aprobación de este proyecto de ley. Del mismo modo, animan a la comunidad laica a dialogar sobre “qué es digno” sin descalificaciones, en todo momento intentando llegar a lo “bueno y verdadero que existe en quien piensa distinto”.

Por último, los pastores muestran como buena la posibilidad de que la sociedad chilena se exprese libre y democráticamente, “con respeto, de cara a la gente, con la recta intención de cuidar el bien común”.

 

 

 

 

Irak: El patriarca Sako rechaza la idea de un “enclave cristiano” en Nínive

Es mejor vivir con vecinos

diciembre 29, 2020 12:28

Iglesia Local

(zenit – 29 dic. 2020).- El patriarca católico de Babilonia de los caldeos, cardenal Louis Raphael Sako, considera que la solución a los problemas de los cristianos en Irak no pasa por la construcción de una provincia cristiana con base en la llanura de Nínive.

Tal y como explica la agencia misionera Fides, el líder de la Iglesia Católica caldea concedió una extensa entrevista al medio iraquí Rudaw TV, al que comentó que esta medida terminaría siendo un “chivo expiatorio” de las luchas entre las diferentes facciones sectarias de la zona.

 

Situación actual

El cardenal iraquí señala que los cristianos representan un componente de la sociedad en Irak “sin milicias” ni apartados tribales de protección, por lo que, en estos tiempos de gran conflicto, “no es prudente pedir la autonomía dentro de la provincia”. Todo lo contrario, añade, en este momento “es mejor para nosotros vivir juntos con nuestros vecinos”.

Por ello, pide respeto por sus derechos y que no se intente cambiar “el equilibrio en las regiones” donde viven. También insiste en que si piden una provincia “con un estatus especial para los cristianos”, acabarán pagando “un precio más alto”.

 

Problemática reciente

El purpurado destaca que la mayoría de los cristianos que huyeron de la llanura de Nínive en 2014 ante el avance de las milicias del Estado Islámico (Daesh) no están regresando a sus pueblos natales porque “han perdido la fe en sus vecinos”, que en muchas localidades se han apoderado de sus hogares.

No solo fue el Daesh, insiste, “quien quemó todas las casas”, pues en la zona hay “milicias de distintos orígenes que imponen aranceles, infunden miedo y amenazan las propiedades de las personas, de una forma u otra”.

Del mismo modo, expresa que la situación de violencia y conflicto permanentes en Irak desde hace 18 años solo pueden superarse archivándose los sistemas de gestión del poder sobre una base étnico-religiosa sectaria para dar paso a un “estado civil moderno” con garantía de derechos y deberes de la ciudadanía en igualdad de condiciones.

 

Precedentes

La provincia de Nínive, aclara la nota de Fides, ha estado durante muchos años en el corazón de “proyectos ideales destinados a crear un área independiente desde un punto de vista político-administrativo, proyectos apoyados por grupos organizados en algunas comunidades de la diáspora caldea y asirio”.

Esta perspectiva, prosigue, también fue relanzada en la convención nacional promovida en Washington en septiembre de 2016 por la organización sin fines de lucro estadounidense In Defense of Christians (IDC).

 

Visita del Papa Francisco

Sako ha hablado sobre la visita que el Santo Padre hará a Irak en marzo de 2021: “El Papa es una persona de paz, y no creo que haya ningún ataque contra él. El gobierno está trabajando para proteger el viaje”.

Por último, se ha centrado en el programa del encuentro al confirmar el momento interreligioso espiritual con las lecturas de la Biblia y el Corán en nombre de Abraham, padre de todos los creyentes, enviando mensajes de paz para países como Líbano, Yemen, Irán y Libia.

 

 

 

 

Santa María Madre de Dios: Reflexión del P. Antonio Rivero

Día Internacional de la Paz

diciembre 29, 2020 09:00

Espiritualidad

Reflexión sobre la liturgia dominical de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, el próximo viernes 1 de enero de 2020, escrito por el padre Antonio Rivero L.C.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DOMINICAL

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

Ciclo B

Textos: Nm 6, 22-27; Gal 4, 4-7: Lc 2, 16-21

 

Idea principal: Hoy celebramos la solemnidad de Santa María, Madre de Dios y el día internacional de la paz.

 

Síntesis del mensaje:  Fue el Papa Pablo VI quien trasladó al día 1 de enero la fiesta de la Maternidad divina de María, que antes caía el 11 de octubre. En efecto, antes de la reforma litúrgica realizada después del concilio Vaticano II, en el primer día del año se celebraba la memoria de la circuncisión de Jesús en el octavo día después de su nacimiento —como signo de sumisión a la ley, su inserción oficial en el pueblo elegido— y el domingo siguiente se celebraba la fiesta del nombre de Jesús.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, en este primer día del año ponemos a Santa María como intercesora, para que nos consiga la paz que necesitamos. Es el primer día del año y se lo dedicamos a Ella, a la Madre de Dios, a la Reina de la Paz, para que bendiga también todos nuestros esfuerzos y deseos de paz. La escena del Evangelio también nos trae sentimientos de paz.

Volvemos a Belén, al pesebre, a contemplar “a María, a José, y al niño acostado en el pesebre”. Nos unimos a los pastores en este momento de adoración, contemplando esta escena, sintiéndonos parte de ella, como aquella gente sencilla que supo ver en aquel niño a todo un Dios que venía a nacer entre nosotros.

También damos gloria a Dios, como los pastores, por haberle descubierto en nuestras vidas, por haber dejado que Dios nazca, un año más, en nuestros corazones. Ese niño llena nuestros corazones y nuestras vidas de paz, de su paz. “La paz os dejo, mi paz os doy”. Una paz verdadera y para siempre, a pesar de la pandemia que trata de arrebatarnos esta paz que nos trajo el Niño Dios. No lo permitamos.

 

En segundo lugar, pedimos en este día que el Señor se fije en nosotros y nos conceda la paz. Es esta una oración que hacía todo buen israelita, y es una oración y un deseo que debemos hacer hoy nuestro todas las personas de buena voluntad.

Queremos que el Señor conceda la paz, su paz, a todos nuestros familiares y amigos, y a todas las personas que quieran recibirla, al mundo entero. Hoy es la jornada mundial de la paz. ¡La paz de Dios! El salmo 84 nos dice que la justicia y la paz se abrazan, se besan.

Queremos una paz que sea fruto de la justicia, no una paz impuesta violentamente por la fuerza de las armas o por la fuerza del dinero. No queremos la paz de personas que viven aplastadas por el poder político, social y económico.

No queremos la paz de los cementerios. Queremos la paz de los cuerpos y de las almas, la paz material y la paz espiritual. Sabemos que esta paz de Dios no la podemos conseguir plenamente mientras vivamos en esta tierra, pero debemos aspirar cada día a acercarnos un poco más a ella.

Tampoco la vamos a conseguir con nuestras solas fuerzas humanas, necesitamos la ayuda de Dios. Por eso, vamos a pedirle hoy a Dios que, por intercesión de su madre, Santa María, se fije en nosotros y nos conceda la paz.

 

Finalmente, este es un día para dar gracias a Dios. Gracias por todo lo que hemos vivido en este año que terminamos y que ha sido duro y difícil por el coronavirus, gracias por lo que viviremos en el año que comienza, gracias por todo lo nuevo que aparece en nuestra vida.

Le pedimos a Dios que todos los buenos deseos que tenemos y que nos decimos en el Nuevo Año sepamos hacerlos realidad. Hacemos nuestro propósito de favorecer todo lo que ayude a que haya más felicidad para todos, amigos y desconocidos. Este es nuestro deseo: “Paz y bien para todos”.

 

Para reflexionar: ¿Cómo inicio el nuevo año: con esperanza y fe? ¿Con alegría y optimismo? ¿Dispuesto a generar la paz en mi familia y por donde vaya?

 

Para rezar: Porque Jesús, fue nacido de mujer, amamos y veneramos el nombre de esa mujer: María. Porque María es espejo de la humanidad redimida, bendecimos y suspiramos, en este Año Nuevo, a la nueva Eva, a Aquella que nos ha dado tanto: a Jesús.

Para ser Madre de Dios y Madre nuestra, no dejó atrás su pobreza ni su sencillez, su obediencia y su ser maternal. ¡Bendecimos tu docilidad, María! Porque María, meditaba las cosas sagradas en lo más hondo de su corazón, bendecimos su memoria, su espíritu y su fe. ¡Bendita Tú, María! Porque María, como el sol que amanece ilumina los rincones más oscuros de nuestra casa.

 

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

 

 

 

Beata Eugenia Ravasco, 30 de diciembre

Devoción por la juventud

diciembre 29, 2020 09:00

Testimonios

 

Sin quedar irremediablemente atrapada por la dolorosa pérdida de sus padres y algunos hermanos, esta fundadora italiana fue desde el Corazón de Jesús y de María al de la juventud. La beata Eugenia Ravasco destinó su cuantiosa herencia a los necesitados

Aunque en sus entrañas latía el hondo anhelo de partir a misiones, sueño que no pudo cumplir, siendo jovencísima pasó a formar parte del gran elenco de fundadores y fundadoras, y dedicó su quehacer a sembrar de esperanza el acontecer de los jóvenes, con singular atención a los más desamparados.

Nació el 4 de enero de 1845 en Milán, Italia, siendo la tercera de los seis hijos que verían la luz en la familia formada por el honorable banquero Francisco Mateo y su esposa Carolina Mozzoni Frosconi.

No iba a tener otro afán en su vida que “vivir abandonada en Dios y en las manos de María Inmaculada” y “arder en el deseo del bien ajeno, especialmente de la juventud”, ideario de su fundación y objetivo de su día a día.

En esa situación familiar privilegiada, económica y social, fue educada en la fe, aunque perdió a su madre cuando era una niña. Dos hermanos pequeños murieron también, y su padre, de origen genovés, regresó a su tierra con dos de sus hijos, el mayor y la benjamina.

Mientras, la beata Eugenia Ravasco quedó bajo el amparo de una tía que la formó y cuidó como una madre hasta que en 1852, con hondo pesar por tener que separarse de ella, se fue a Génova junto a su padre y hermanos: Ambrosio y Elisa. Con ésta última, en particular, estuvo estrechamente unida.

En 1855 murió su progenitor, y otros tíos, Luís Ravasco, también banquero y comprometido con la fe, así como Elisa Parodi, madre de una numerosa prole de diez hijos, intentaron cubrir el doloroso vacío. Luís fue el tutor de sus sobrinos.

Buscó una institutriz para las niñas, y aunque aquélla actuó con mano firme y severa en exceso, Eugenia se amoldó sin dificultad. Tomó la primera comunión en 1855, y desde ese momento experimentó una singular devoción por la Eucaristía, que fue uno de los rasgos de su vida espiritual, compartido con su amor a los Sagrados Corazones de Jesús y de María Inmaculada.

Al fallecer su querido tío Luís, que tanto bien le reportó, una de sus tías fraguó para ella un ventajoso matrimonio con un marqués, pero no prosperó la idea porque la elección de su consagración al Sagrado Corazón de Jesús estaba grabada en lo más íntimo de su ser.

En mayo de 1863 penetró en el templo de Santa Sabina. Un misionero predicaba la palabra, y la beata Eugenia Ravasco halló la respuesta que estaba buscando para su vida: ensamblado su corazón al Corazón de Jesús, se consagraría a los demás.

Dócil a la voluntad divina, a través de su director espiritual comenzó a dar los pasos oportunos con firmeza. No tuvo en cuenta el juicio negativo de familiares y las críticas desdeñosas de personas de alto estatus social, como había sido el suyo, y dio muestras de su gran caridad y generosidad poniendo al servicio de los necesitados el copioso patrimonio que había heredado: “Este dinero no es mío, sino del Señor, yo soy solamente la depositaria”. Y así comenzó a prestar toda clase de ayuda a niñas, enfermos y pobres.

Siendo joven había tenido que afrontar las dificultades y dolorosos hechos que acaecieron en su familia, hacerse cargo de los bienes y luchar contra personas sin escrúpulos que intentaron esquilmarlos.

Además, vio con enorme sufrimiento cómo se perdía irremediablemente su hermano mayor, preso de los desmanes. Todo ello acrisoló su gran fortaleza y revistió su madurez humana y espiritual. Por eso se comprende que el 6 de diciembre de 1868, contando solo con 23 años, fundase la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

La beata Eugenia Ravasco nació con el objeto de inculcar a los jóvenes, especialmente a los desfavorecidos, los valores cristianos. A todos instó a seguir el camino de perfección. Atenta a los pobres, no descuidó tampoco a personas con recursos ganándoselas para Cristo, al tiempo que obtenía su ayuda económica para auxiliar a los que nada poseían.

La estrecha colaboración con las parroquias dio grandes frutos apostólicos. Con todos compartió su acendrado amor a la Eucaristía así como a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Rogaba insistentemente: “Corazón de Jesús, concededme poder hacer este bien y ninguno otro, en todas partes”.

Su sueño frustrado, porque así lo determinó la Providencia, fue ir a misiones. Pero estuvo al lado de los presos, los moribundos y los incrédulos. En 1878 creó la Escuela Normal femenina, criticada e incomprendida por sectores laicistas.

Nada hizo mella en su fe y vivió, como siempre había hecho, totalmente desprendida de sí. Las numerosas acciones que impulsó tuvieron el signo de la alegría y de la fe. Aconsejaba a las jóvenes: “Estad alegres, divertíos, pero santamente…”.

Y a sus hijas: “Vuestro gozo atraiga otros corazones para alabar a Dios”. Con este espíritu asumió, llena de paciencia y caridad, la incomprensión y soledad a la que fue sometida dentro de su comunidad. Muy enferma, la beata Eugenia Ravasco murió el 30 de diciembre de 1900. Fue beatificada por Juan Pablo II el 27 de abril de 2003.